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Seleccionarán autores misioneros para la Feria Internacional del Libro

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autores misioneros

El Ministerio de Cultura anunció que, desde el lunes 27 de febrero y hasta el viernes 10 de marzo, se seleccionarán las obras de autores misioneros que participarán de la Feria Internacional del Libro de Buenos Aires “Del Autor al Lector”.

Así, la cartera informó que los libros participarán del Día de Misiones, que se realizará el último fin de semana del evento.

La cita anual de autores y lectores, una de las más importantes a nivel internacional, se realizará en la capital del país entre del 25 de abril y el 15 de mayo de 2023 en el predio de La Rurals.

Se trata de la 47° edición, donde la provincia de Misiones estará presente con un stand, que será gestionado por el Parque del Conocimiento.

Asimismo, el Día de Misiones será coordinado por la Secretaría de Estado de Cultura, a través de la Subsecretaría de Fomento y Regiones Culturales, a cargo de Laura Lagable.

Recepción y selección

Con ese marco, desde Cultura invitaron a los autores locales que tengan libros editados en el año 2022 -como factor excluyente- a presentar dos ejemplares de cada uno de los títulos que deseen postular.

Los textos serán sometidos a un Comité de Lectura, encargado de seleccionar las obras que serán presentadas en el Día de Misiones, “buscando dar cuenta de la diversidad de géneros y abordajes literarios que hay en la provincia”, indicaron en un comunicado.

En tanto, informaron que los ejemplares entregados no se destinan al stand, sino que pasan a formar parte del acervo de la biblioteca de autores misioneros Daniel Stefani, ubicada en la sala Maruja Ledesma del museo Juan Yaparí.

La recepción se realizará desde el lunes 27 de febrero al viernes 10 de marzo, de lunes a viernes de 8.30 a 12, en el Museo Provincial de Bellas Artes Juan Yaparí, en Sarmiento casi Colón, de Posadas.

Quienes tengan dificultades para hacer el envío, pueden comunicarse con el director de Cultura correspondiente a su región: Lucía Mikitiuk (Capital); Fausto Rizzani (Norte), Florencia Monjes (Río Paraná), Julio César Vázquez (Río Uruguay) y Lorena Aguilar (Sur).

Cultura

Alem recibe a competidoras de Malambo Femenino, con recital de La Callejera

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Este sábado se realizará el Pre-selectivo Provincial de Malambo Femenino en el polideportivo “Ricardo Balbín”, de Leandro N. Alem. Se espera la presencia de aproximadamente 150 bailarines que competirán en 25 rubros y quienes ganen irán a competir con sedes de todo el país en octubre a Tanti, Córdoba, donde se realiza el Campeonato Nacional de Malambo Femenino.

El Pre-selectivo misionero contará con el concierto de La Callejera, grupo folklórico Consagrado en Cosquín 2015, e integrado por Chaco Andrada, Ezequiel Ledesma, Diego Leguizamón, Guillermo Vignolo y Joel Sánchez. Las entradas para el espectáculo de este viernes cuestan $20.000 y la inscripción para los bailarines tiene un valor de $15.000.

Este año la sede del Campeonato Provincial de Malambo Femenino se situará en Alem, luego de que durante cinco años tuviera lugar en El Soberbio, donde reside Silvia Amaro, delegada del festival nacional.

En la historia argentina, “el Malambo femenino estuvo desde sus inicios, pero siempre escondido. Porque imaginate en nuestra historia pasada apareciera una mujer haciendo malambo. Imaginate los disturbios que habría por celos”, reflexionó Amaro en un diálogo con La Voz de Misiones.

Desde 2018 se realiza en Córdoba el Campeonato Nacional de Malambo Femenino (CNMF), primero en Villa Carlos Paz, aunque hace dos años se mudó a la localidad de Tanti, donde llegarán en octubre las delegaciones de todo el país para competir, incluso desde Misiones.

La Tierra Colorada aportó la primera Campeona Nacional de Malambo Femenino en categoría Infantil: En 2019 quedó elegida Brenda Minuzzo, bailarina de la localidad misionera de 25 de Mayo.

“La última campeona provincial es Valentina Careaga, de Wanda, que con ella fuimos al nacional. Este año va a volver a defender el título, y seguramente habrán otras participantes que quieran competir en aspirante a malambo femenino, que es la categoría mayor”, precisó Amaro.

El jurado de este sábado estará integrado por el Maestro Luis Marinoni; Ivana Carrazco, vicepresidente del CNMF; Yanina del Arco, coreógrafa y docente; y Belén Medina, campeona nacional de Malambo Femenino 2023.

Campeona. En 2024, Valentina Careaga representó a Misiones en el Nacional de Malambo Femenino

“También nos va a acompañar el presidente del Malambo Femenino, que es José Báez”, agregó la delegada del festival.

En Misiones, “el año pasado fueron 90 participantes, y con las planillas de pre-inscripción ya están pasando los 120 – 150 bailarines”, indicó Amaro la semana pasada, respecto de los aspirantes. Por el incremento de los participantes, “es muy probable que para el año que viene tengamos que hacerlo en dos días, por la cantidad de academias que hay”, estimó la delegada.

Para esta edición se inscribieron bailarines de Wanda, San Pedro, Capioví, Eldorado, El Soberbio, Roca, Puerto Piray, San Javier, Posadas, Leandro N. Alem, Oberá y Santo Pipó. “Me interesa que el bailarín misionero tenga un lugar donde pueda mostrar su arte con toda la responsabilidad y majestuosidad que se merece”.

https://www.youtube.com/watch?v=WStqd3X9ROo

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Cultura

Flor Bobadilla Oliva cantó en homenajes a Mercedes Sosa y María Elena Walsh

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La posadeña Flor Bobadilla Oliva participó del concierto homenaje a María Elena Walsh que se realizó el sábado y el domingo en el Palacio Libertad (Ex Centro Cultural Kirchner) de Buenos Aires.

La artista también fue parte del recital por los 90 años de Mercedes Sosa, ceremonia que tuvo lugar el martes pasado en el Teatro Argentino de la Provincia de Buenos Aires, de La Plata.

Tras ganar el premio Gardel por el disco de su Dúo Bote y una gira que la llevó por Europa, Bobadilla Oliva regresó para ser parte de los homenajes sinfónicos a dos mujeres claves en la música popular argentina.

Más recientemente, fue parte del ciclo “Conciertos esenciales” que rindió tributo a María Helena Walsh entre el sábado y el domingo, con una orquesta dirigida por Matías Chapiro y en la que también participaron los cantantes Daniela Herrero, Lucas Heredia y Leandro “Negro” Falótico.

En La Plata. El homenaje que se hizo a La Negra Sosa, en el Teatro Argentino de Buenos Aires

Allí Bobadilla Oliva interpretó “Al divino botón”, “Serenata para la tierra de uno” y “El viejo varieté”, con el que despidieron el concierto realizado en el Auditorio Nacional del ex CCK y en el marco de diversos homenajes a Walsh por las vacaciones de invierno.

Previamente, el martes pasado se llevó adelante un concierto sinfónico en homenaje a Mercedes Sosa, al cumplirse los 90 años de su nacimiento, en el Teatro Argentino de la Provincia de Buenos Aires, de La Plata.

La orquesta estable del teatro contó con dirección de Carlos David Jaimes, y entre los invitados, además de la misionera Flor Bobadilla, estuvieron presentes el armonicista Franco Luciani y los cantantes Tomi Llancafil, Javi Caminos y Maitén Piedra.

La artista misionera se encargó de interpretar “Serenata para la tierra de uno”, “Como la cigarra”, y al final se sumó a la versión que hicieron todos los invitados de la canción “Gracias a la vida”.

 

Tributo a María Elena Walsh.  Falótico, Daniela Herrero, Lucas Heredia, Flor y Matías Chapiro.

El concierto contó con diferentes secciones llamadas Obertura, Suite para piano y orquesta sobre “Mujeres argentinas”, de Ariel Ramírez. A su vez se incluyeron composiciones tales como “Alfonsina y el mar”, “Juana Azurduy”, “Volver a los 17”, “María, María”, “El Cosechero” y “La Arenosa” que popularizó La Negra Sosa.

Mientras tanto, Bobadilla Oliva también comenzó los ensayos para su regreso al teatro en la versión de “Las aventuras de la China Iron”, basado en el libro de Gabriela Cabezón Cámara. La obra tiene adaptación de Susana Villalba y dirección de Hernán Márquez.

Las aventuras de la China Iron” que protagonizará la artista posadeña se estrenará el 5 de septiembre y se podrá ver todos los lunes en el Teatro Municipal Santos Dumont, de Capital Federal.

Ganaron los cuatro misioneros que estaban nominados a los Premios Gardel

 

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Cultura

Recuerdos del “Zorzal misionero”: se cumplen 20 años sin José Vicente Cidade

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Vicente Cidade

Se cumplen veinte años sin José Vicente Cidade, uno de los máximos referentes de la música misionera. Tal vez todavía cantaban los zorzales a las 9.30 de aquel 12 de julio de 2005 cuando, a los 75 años, dejó de respirar.

Dejó un legado que vive en la cultura, tal como la identidad plena de una esquina posadeña que lo recuerda todos los días en el Centro Cultural que lleva su nombre, por Belgrano y General Paz.

Con un apellido artístico, su hermano Ramón Ayala, consiguió gran notoriedad como el más importante músico de Misiones, aunque no por ello Vicente Cidade es menos imprescindible en la historia. Juntos crearon obras maestras como “El Mensú”, “El Jangadero” o “Canción del Iguazú”.

Con el talento de un arreglista, compositor y multi-instrumentista, Cidade, fue hacedor de piezas clave de la música regional, como “El zorzal tempranero”, una de las más de 300 composiciones -algunos dicen 360 y menos de la mitad grabados- que reunió desde que se formó como músico en Buenos Aires Aires y volvió para su reconocimiento definitivo en la Tierra Colorada.

Justamente, en Buenos Aires, Cidade fue el anfitrión de un reducto sustancial del folklore hace sesenta años: en 1965 abrió la peña “El Hormiguero”, luego “El Hormiguero del Rey”, al mudarse a Paso del Rey, en 1973.

Ese espacio ganó su renombre porque cantaron músicos emergentes y figuras que consiguieron la consagración, como Mercedes Sosa, Argentino Luna, Zamba Quipildor y María Helena. Aún era la época dorada del folklore en el país, cuando ya era popular la canción “El Mensú” (de 1956), obra que también grabarían en sus álbumes Horacio Guarany y la Negra Sosa.

Recién en 1987 Cidade volvería para afincarse definitivamente en Misiones, con claras intenciones de seguir componiendo y divulgar su arte en nombre del terruño que lo vio nacer, aunque también para forjar amistades, nuevos romances y -por sobre todas las cosas- para acompañar a su hermano, con quien soñaba ofrecer un show juntos en el Festival Nacional de la Música del Litoral.

No obstante, en esa vuelta como un Hijo Pródigo, Vicente cargaba con serios problemas de salud. El Zorzal Misionero vivía en Garupá cuando lo internaron por 17 días en un sanatorio posadeño hasta que falleció.

Dos meses previos, había mostrado decaídas muy notables. Para entonces, su cuerpo había resistido un derrame cerebral y un infarto, y su frágil corazón latía gracias a cuatro by pass.

“He sido un receptor del creador, hasta cuando duermo escucho la música en mi cabeza. Por eso estoy tan agradecido”, dijo en su momento el propio Cidade, según escribió la periodista Mecha Villalba.

“No me achicó el paso de la enfermedad o la injusticia, tampoco sé si tuve bajones, o en realidad fueron escaladas de ascenso, sigo creando, estoy en lo mío, con mi gente”, había añadido el El Zorzal Misionero, un apodo que se había ganado hasta el fin de sus días, el 12 de julio de 2005.

https://www.tiktok.com/@lavozdemisiones/video/7525949077624769848?lang=es

Oda al al trabajador

“Era un bohemio hermoso”, lo define Nene Ciciolli, músico y que compartió una larga amistad con Cidade, con quien además cantaba por diversos lugares de la región.

“Tocaba teclado, violín, guitarra, percusión. Enseñaba vocalización. Él tenía la costumbre de tener siempre un papel y un lápiz en la mano, en el saco, por algún lado, donde dejaba escrito lo que se le ocurría. Y si tenía tiempo le hacía el pentagrama, dibujaba, y al rato te mostraba y te cantaba lo que se le ocurrió”.

Así compuso un día, bajando de madrugada por una calle céntrica de Posadas, en dirección a la avenida Sáenz Peña, donde escuchó a un pájaro cantar. Anotó, y luego le dio forma con el violín a “Zorzal tempranero”, una de las galopas más importantes de la música misionera.

“Siempre le escribió al río, al obrero, al trabajador, al paisaje, a la mujer misionera, a la mujer paraguaya”, remarcó Nene a La Voz de Misiones. “Creo que fue una persona muy importante y reconocido muy tarde. Porque, lo que hizo por nuestra cultura, fue conocido muy poco”, lamentó Ciciolli.

Es que El Zorzal Misionero tenía una mesa gigante donde estaban todas sus composiciones, algunas inconclusas, como “Jesús, música y luz”, inspirado en los Evangelios.

“El escritorio de Vicente era un mundo de canciones, de proyectos, de versos. De canciones sin terminar, todo cosas que ojalá no se haya adueñado gente que no le corresponde”, apuntó Nene.

De lavar copas al conservatorio de música

El 22 de enero de 1922 nació en Posadas José Vicente. Pocos años después, quien de adulto llevaría el apellido Ayala, llegaba a Buenos Aires agarrado de la mano de su hermana Julieta y la madre de ambos, Dolores de Morel.

Gumercindo Cidade, el padre de la familia -que era panadero y fue cónsul argentino en Brasil- había muerto frente a Ramoncito de una grave enfermedad hepática. Entonces la viuda debió ganarse el pan en la Gran Ciudad, mientras el pequeño José Vicente quedaba a cargo de una tía en Misiones.

De esa manera, creció soñando con Buenos Aires, donde estaba su familia y particularmente su admirado hermano. Entonces, un día se escapó de su tía cuando tenía unos quince años para subirse al tren y, al bajar, se puso a trabajar duro en un frigorífico, primero, para por último conseguir un puesto de lavacopas en un bar.

Justamente, el bar significó el lugar fortuito para lo que sucedería después, porque su jefe, Eduardo González Huber, le escuchaba silbar canciones mientras lavaba las copas. Huber era un violinista que le propuso obsequiarle el mismo instrumento si estudiaba.

“El patrón no sabía que él no sabía leer y escribir. ‘Te voy a dejar salir más temprano. Acá a la vuelta hay una nocturna’, le dijo. Vicente era como esas personas dotadas, inteligente. Tres años y monedas le llevó terminar la primaria, todo acelerado. Era muy inteligente”, recordó Ramón Rolón, que fue amigo del Zorzal Misionero y con quien compartió la fundación de la Orquesta Municipal Posadeña y el grupo Posadas Marangatú, ganador de un premio Arandú por su labor musical.

De esa manera y tras culminar la escuela nocturna luego de lavar las copas, Cidade se formó en el Conservatorio de Música Silvestri, del barrio porteño de Barracas. Asimismo, estudió profesorado orquestal en la escuela municipal de Avellaneda; y, por su talento en el violín, integró las orquestas sinfónicas de Buenos Aires, de La Plata, La Camerata Mayo y la Sinfónica de San Pablo, en Brasil.

Ramón recordó que el autor de “Zorzal tempranero” fue un “analfabeto hasta los quince años. Porque su papá murió muy jovencito y él se crió con una tía en San José. Era brava, decía Vicente. Ramón ya se había ido a Buenos Aires con la hermana, la mamá. Ramón ya era un músico. Era la guitarrista de Margarita Palacios. En aquella época era la Mercedes Sosa”.

Como creador e instructor de música para voces, teclado, guitarra, violín y percusión, “fue una persona incomprendida, porque era muy misionero-dice Rolón-. Pintaba Misiones. Porque las obras de Vicente eran para escuchar y analizar, era algo serio. No es que tocaba así nomás, tenía un contenido poético muy rico”.

Para poner un ejemplo, el exdirector artístico de la Orquesta Municipal explicó que era un protector de ritmos misioneros, como la galopa. “Toquen chamamé, si quieren. Pero vayan a tocar en el municipio de San Carlos, Corrientes. Nos paga la municipalidad de Posadas y es para defender lo nuestro”, decía a sus pares de la orquesta.

En el haber quedaron cuantiosas obras que poco y nada volvieron a interpretarse, como “Un ala para dos pueblos”, según recuerda Rolón sobre la obra que Cidade creó pensando en el Puente San Roque González de Santa Cruz.

Un “Bandolero del amor”

Vicente Cidade “era una persona muy correcta, muy romántica. Eso es lo que me conquistó. Yo, por lo visto necesitaba”, confesó Nidia Ciciolli, quien fue pareja del músico en Posadas. A ella le dedicó dos de sus canciones: “Bandolero del amor” y “Nidia no sabe mentir”.

Según recordó Nidia, Cidade “vino de Buenos Aires porque él quería que acá lo conozcan. Porque nadie sabía que él era hermano de Ramón Ayala, por el apellido. También quería acompañarlo a su hermano”.

De esa manera, al retomar contacto con Misiones, “enseguida tuvo la suerte que la gente fuera cariñosa con él. Porque él era de buscar a la gente también. Era muy cariñoso con la gente”, remarcó Nidia.

Ambos se conocieron en el cumpleaños de Nidia. Él llegó con otro músico para cantar, y le pidió prestado un teclado para practicar, la antesala de la relación que luego mantuvieron. En esa época le contó que había llevado en tren a Buenos Aires un tacurú para colocarlo en la peña “El Hormiguero”. Cuando estaba en pleno viaje, los insectos del tacurú salieron en gran cantidad, como para sorpresa de muchos y el espanto de algunos pasajeros.

“Era una persona que tenía mucha gracia, mucha simpatía. Y bueno, era un momento que yo necesitaba a alguien muy gracioso y simpático”, admitió Nidia, quien acompañó a Cidade en complicados momentos de salud y en plena soledad, en un tiempo donde tenía poco contacto con sus hijos.

Uno de los más grandes anhelos de Vicente Cidade era cantar con Ramón, su hermano, en el Festival Nacional de la Música del Litoral, algo que, circunstancialmente, según recuerda Nidia, no sucedió. “No pudo cantar con él. Ese era su sueño”, lamentó.

En nombre del obrero

Un año antes de su muerte, Cidade recibió el Mensú de Oro, la máxima distinción que otorga el Festival del Litoral. Para ese momento, intentaba salir adelante con su delicada salud. En ese camino accidentado se había fortalecido con las notas de su pentagrama, y ni siquiera la Dictadura pudo callarlo del todo, pese a que prohibieron su obra durante siete años, particularmente por “El Mensú”, que compuso a los 19 años con su hermano Ramón.

“El Mensú” se inspiraba en el más apenado trabajador, tal como “El Carbonero” -que grabó Víctor Heredia y La Negra Sosa– que dice en su letra “para el pobre es más duro el invierno”.

Asimismo, tal vez recordando esos días de duro trabajo en los frigoríficos porteños, Cidade también compuso “Corazón obrero”: “Motor de vida y amor, trabajador corazón. Si paras tú, se morirá el universo”, dice el estribillo de la canción que grabó Nene Ciciolli.

En sus creaciones como “Islerita”, “General Indio” y “A Misiones mi tierra”, retrató los colores de la identidad misionera a pura poesía. “(…) Costera, ceibo en flor de la ribera, leñadora y lavandera, hija fiel del Paraná. Costera, no esperés en la escollera que la lancha maderera tal vez nunca volverá”, dice la galopa “Costera”, la pieza de Cidade que interpretaron en todo el mundo y se sigue estudiando como una gema de la música litoraleña, tan valiosa como su propio autor.

 

Ramón Ayala: El niño que robó una guitarra y que cautivó a Mercedes Sosa

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