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Inspección ocular coincide con testimonios que ubican a Golemba en comisaría

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La primera -de varias- jornadas de trabajo en el marco de los procedimientos ejecutados en la reactivación de la búsqueda de Mario Fabián Golemba culminó con un resultado sobresaliente: y es que la inspección realizada en el predio de la Comisaría de Dos de Mayo ratificó la descripción del lugar brindada por los testigos del expediente que ubicaron al hombre desaparecido en esa seccional.

Si bien todas las expectativas estaban centradas en el resultado de las primeras labores de remoción de tierra y excavaciones practicadas en el lugar, las fuentes consultadas por La Voz de Misiones señalaron que la inspección del predio arrojó conclusiones que acrecientan la veracidad de los testimonios que ubican a Golemba detenido en la Comisaría de Dos de Mayo y que, de cierto modo, fueron los disparadores de estos nuevos procedimientos ordenados por el Juzgado Federal de Posadas, que desde el año pasado investiga el caso como “desaparición forzada de persona”, un delito imprescriptible y considerado de lesa humanidad.

“Para nosotros este ha sido un día trascendental, porque después del impulso dado por la querella en esta causa y el avance de la investigación hoy -por el miércoles- se pudieron ordenar estos procedimientos en busca de los restos de Mario Golemba, que es lo que la familia está pidiendo hace muchos años. En la causa federal se ha avanzando como nunca antes”, explicó el letrado y diputado provincial Rafael Pereyra Pigerl, que encabeza la querella en representación de la familia del muchacho cuyo paradero se desconoce desde el 27 de marzo de 2008.

Fue Pereyra Pigerl quien señaló la importancia de la inspección ocular realizada en el predio de la seccional. “La inspección fue importante porque nos permitió constatar que la descripción dada por los testigos que ubican a Mario en ese lugar tienen sustento. Todo esto según la visión nuestra, de la querella”, agregó el letrado en diálogo con LVM el miércoles a la noche, una vez culminado el primer día de trabajo en la zona.

Si bien por la delicadeza de la investigación y a fin de no obstruir el avance de las labores no se precisaron mayores detalles, las fuentes consultadas por este medio sí adelantaron que los procedimientos en la zona continuarán y que habrán más allanamientos y/o requisas en otros puntos de la localidad para tratar de reconstruir todo lo recolectado en el expediente.

Pereyra Pigerl trazó un paralelismo entre las labores iniciadas hoy con los procesos de los Juicios por la Verdad, donde se buscaba establecer el paradero de los desaparecidos durante la última dictadura militar como obligación del Estado argentino para con los familiares de las víctimas, aunque claramente destacó que ahora todo esto también se traducirá en material penal, es decir, en la búsqueda y determinación de responsables. “Es importante saber dónde está Mario, pero también qué pasó y avanzar penalmente”, afirmó.

El letrado precisó que en la jornada de miércoles se realizaron las primeras excavaciones en el predio de la comisaría  y la pericia culminó ayer sin mayores resultados, pero valoró el imponente despliegue realizado por una multiplicidad de agentes de diversas fuerzas federales y organismos del Estado.

“Acá se trabajó con canes entrenados en el rastreo de restos humanos, antropólogos, geólogos y hasta hubo buzos de la Prefectura Naval Argentina (PNA) listos para intervenir en casos de que haya que adentrarse en pozos de agua o pozos ciegos. El trabajo que se está haciendo es impresionante y hay que valorarlo”, señaló, al tiempo que también ponderó a la Policía de Misiones y al Ministerio de Gobierno de la provincia para ponerse a disposición de los agentes intervinientes y no entorpecer ninguna actividad vinculada a la investigación.

Tras trece años con nulos avances bajo la órbita de la Justicia provincial, desde junio de 2021 la causa está en manos de la Justicia Federal y se investiga como “desaparición forzada de persona” tras el impulso efectuado por la querella que representa a la familia del muchacho desaparecido que hoy debería tener 41 años.

El expediente es instruido por la magistrada Verónica Skanata, del Juzgado Federal de Posadas e interviene la fiscal Silvina Gutiérrez, de la Fiscalía Federal Dos de la misma ciudad.

En los procedimientos también participan efectivos de la Prefectura Naval Argentina (PNA) y de la Policía Federal Argentina (PFA), como así también personal de la Procuraduría de Violencia Institucional (Procuvin); de la Dirección General de Acompañamiento, Orientación y Protección a las Víctimas (Dovic) -dependiente del Ministerio Público Fiscal de la Nación-; del Sistema Federal de Búsqueda de Personas Desaparecidas y Extraviadas (Sifebu) -del Ministerio de Seguridad de la Nación-; y especialistas del prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense, quienes intervinieron en la búsqueda de desaparecidos durante la última dictadura militar en Argentina y en la masacra de Ayotzinapa, en México.

El caso

Mario Golemba fue visto por última vez el 27 de marzo de 2008. Ese día, el joven de 27 años en aquel entonces, salió de su casa en Picada Indumar -Dos de Mayo- con dirección hacia Oberá para asistir a una consulta médica con una nutricionista porque quería aumentar de peso para su boda.

La reconstrucción indica que el muchacho llegó a la consulta y esa nutricionista fue la última persona, comprobada fehacientemente, que vio con vida al agricultor. Cerca de las 15 de ese mismo día Golemba mandó un mensaje a su familia avisando que volvería más tarde, pero eso nunca sucedió y nada más se supo de él desde ese momento.

A partir de ahí se tejieron innumerables hipótesis, desde un suicidio hasta la posibilidad de que el joven se haya ido del país por voluntad propia. Sin embargo, nada de eso tenía sentido para la familia. Mario ansiaba casarse, soñaba con ir a estudiar Historia. Es decir, tenía muchos planes por delante.

Fue en 2009 a comienzos de 2009 cuando dos detenidos se entrevistaron con el padre de Mario y aportaron un testimonio que apuntaba hacia lo peor.

Los dos detenidos relataron que ese 27 de marzo de 2008, mientras estaban presos en la Comisaría de Dos de Mayo, vieron cuando los efectivos de esa dependencia policial tenían a Mario esposado en el lugar. Sus testimonios fueron tan fuertes como coincidentes: ambos recordaron haber oído que golpeaban a Mario y que él repetía una y otra vez que no había hecho nada.

La declaración de los dos presos culmina cuando aseguran que después de los golpes oyeron que el joven que ellos identificaron como Mario Golemba fue subido a un patrullero y llevado a otro lugar con destino incierto.

En mayo de 2010, en tanto, se realizaron excavaciones en un ex destacamento de la comisaría local, pero el resultado fue negativo.

Desde ese momento la causa no registró avances, hasta que a mediados de 2021 la querella logró que el expediente sea remitido a la Justicia Federal y que el caso sea investigado como “desaparición forzada de persona”.

Ahí la investigación se reactivó, se volvieron a recolectar elementos de prueba y dos testigos de identidad reservada declararon haber visto a Golemba detenido en la comisaría, donde lo habrían golpeado.

“El Juzgado de Instrucción Nº1 de Oberá investigó la desaparición de Golemba, pero no logró esclarecer qué ocurrió con él. Testigos de identidad reservada declararon ante la justicia provincial y federal que Mario estuvo detenido en la comisaria de Dos de Mayo -de la Policía de la Provincia de Misiones- donde lo habrían golpeado”, consignó ayer el  Ministerio Público Fiscal de la Nación en su web oficial. 

 

Irma Komka y Eliezer Golemba, madre y hermano de Mario -respectivamente- junto al abogado querellante Rafael Pereyra Pigerl.

Mario Golemba está desaparecido desde el 27 de marzo de 2008. Se ofrecen $1,5 de recompensa para quien aporte información de su paradero.

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La Corte dejó firme la condena a Ovando y la defensa acusa un “error administrativo”

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María Ovando

Sin analizar la cuestión de fondo, la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) dejó firme la condena de 20 años de prisión impuesta por el Tribunal Penal Uno de Eldorado en contra María Ovando (48) al dar por “no presentado” un recurso de queja planteado por la defensa de la mujer, desde donde alegan que la documentación exigida fue subsanada en tiempo y forma, acusando en consecuencia una “falla administrativa” de parte del máximo órgano judicial del país.

La resolución de la Corte tiene menos de diez renglones y lleva la firma de los jueces Horacio Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti.

En el escrito, los magistrados dieron por “no presentado el recurso de hecho” el recurso defensivo al señalar incumplimientos en las formalidades del trámite interpuesto.

La parte recurrente no ha dado debido cumplimiento a la intimación que en fecha 30 de mayo de 2025 le formuló el Secretario del Tribunal en los términos del inc. c de la acordada 13/90 (Fallos: 313:21), texto según modificación de la acordada 35/90 (Fallos: 313:37)”, argumentaron.

De esta manera, el máximo órgano judicial del país dejó firme la sentencia, aunque sin analizar la cuestión de fondo que la parte recurrente pretendía que se revisara para revertir la condena.

Consultado sobre el fallo, Eduardo Paredes, abogado defensor de María Ovando, respondió a La Voz de Misiones que “esto es un error administrativo del personal de la Corte. Lo solicitado por la Corte está subido y está presentado desde el 9 de junio. Acá vamos a plantear una revocatoria porque es un error del personal de la Corte”. 

Juicio y condena

La condena a 20 años de prisión contra María Ovando fue impuesta en 2020, tras un juicio realizado ante el Tribunal Penal Uno. Tanto a la mujer como los otros dos jóvenes que fueron al banquillo de los acusados fueron declarados responsables de delitos de abuso sexual y corrupción de menores.

Por su vínculo de madre y abuela de las víctimas, sobre la mujer recayó el mayor monto de pena, mientras que Marcos Laurindo (28) y Lucas Ferreira (28) recibieron 18 y 12 años de prisión, respectivamente.

La causa se inició en 2015, a raíz de una denuncia radicada por la guardadora de las menores abusadas, llegó a juicio oral cinco años después.

A esa instancia la mujer llegó en libertad, aunque luego del fallo quedó inmediatamente detenida y fue excarcelada un año después mediante un habeas corpus presentado por la recientemente fallecida Norita Cortiñas, pero el benefició apenas duró dos semanas ya que la Cámara de Apelaciones revocó la medida.

Fue así que Ovando regresó a la Unidad Penal V Correccional de Mujeres de Miguel Lanús, donde continúa alojada para seguir cumpliendo con la condena que el año pasado fue ratificada por el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de la provincia.

En el planteo en el que la defensa solicitó la revisión del caso por parte del STJ habían reclamado “la nulidad de la sentencia por indeterminación del hecho imputado, por violación al principio de congruencia, por haberse condenado por un hecho que no fue imputado, privándose del derecho de ser oído, por omisión de valoración de la prueba ofrecida en descargo lesionándose el ejercicio de la defensa, violándose el principio in dubio pro reo”.

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El STJ confirmó la condena a 20 años de prisión contra María Ovando

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El narco misionero que cayó en Chaco llevaba cocaína con el sello del delfín

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misionero cocaína delfín

El misionero atrapado en Chaco tras una persecución que arrancó en Santiago del Estero no llevaba cualquier cocaína: llevaba la cocaína de alta pureza asociada al capo narco Reinaldo Delfín Castedo, quien supo ser uno de los capos narcos más buscados del país hasta su captura en 2016.

Así revelaron fuentes de la investigación que continúan trabajando en la causa iniciada el viernes pasado con la detención de Hugo Alejandro Kalenok (30), un joven oriundo de Leandro N. Alem que registra como antecedentes una condena por narcotráfico en Santiago del Estero y una detención por robo de vehículos en Ciudad del Este.

La marca del delfín, símbolo que identifica al clan Castedo, fue encontrado en cada uno de los 86 panes que iban ocultos en los cuatro bancos de cemento de Kalenok transportaba en la caja trasera de la Toyota Hilux doble cabina que conducía desde Santiago del Estero hacia estos lares. La carga alcanzó unos 90 kilogramos y fue tazada en aproximadamente 1.000 millones de pesos, según estimaciones efectuadas por investigadores de la GNA.

La detención del misionero se concretó el viernes pasado, aunque no fue sencilla. El joven circulaba por la ruta nacional 16 hasta que en Monte Quemado, localidad de santiagueña ubicada a poco del límite interprovincial con Salta, se topó con un control de GNA que esquivó a toda velocidad e incluso arrolló a dos uniformados.

La fuga dio inicio a una extensa persecución que se extendió por 270 kilómetros hasta la ciudad chaqueña de Sáenz Peña, donde el misionero abandonó la camioneta y a las corridas ingresó al predio de la Universidad Nacional del Chaco Austral (Uncaus), donde finalmente fue interceptado por una empleado del lugar que, en un acto de arrojo, se abalanzó sobre él.

Allí fue arrestado por los efectivos federales y desde ese momento se encuentra privado de su libertad. Según amplió el diario El Liberal de Santiago del Estero, en las últimas horas el misionero compareció ante el juez federal Santiago Argibay, donde negó haber embestido a los gendarmes pero se abstuvo al momento de ser consultado por los estupefacientes que transportaba.

Los investigadores se abocan ahora a rastrear a él o los cómplices que posiblemente iban como “punteros” de la carga, como así también a determinar la ruta de la droga. La principal hipótesis es que su destino era la Triple Frontera, donde Kalenok ya estuvo involucrado en hechos delictivos.

Entre sus antecedentes figura que en 2024 fue detenido en Ciudad del Este junto a una banda acusada de robar vehículos, aunque no lo es único ya que en Santiago del Estero purgó una condena de 6 años y 10 meses de prisión por transportar casi 90 kilogramos de marihuana en un auto.

La carga de 90 kilos de cocaína iba oculta dentro de bancos de cemento.

Delfín Castedo

Castedo es salteño y fue señalado como el creador de una estructura narco que se apoderó del tráfico de droga en la frontera con Bolivia, transformándose en uno de los mayores proveedores de cocaína del país y llegando a enviar cargamentos de la misma sustancia a Europa y otras partes del mundo.

El hombre fue apuntado como “El Patrón del Norte” y se cree que fue uno de los primeros en valerse de los llamados “vuelos narcos” para regar de cocaína el país.

El hombre fue detenido en 2016, tras permanecer más de ocho años prófugo con pedido de captura internacional. En 2022 fue condenado a 16 años de prisión por narcotráfico y en 2023 recibió prisión perpetua por el homicidio de una mujer que lo denunció públicamente por narco.

Actualmente, el sindicado capo narco se encuentra alojado en una área de máxima seguridad dentro de Complejo Penitenciario Federal 1 de Ezeiza.

Incautan cocaína con sello asociado al capo narco Delfín Castedo en el puente

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Prisión preventiva para acusado de asesinar a golpes a la enfermera Medina

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femicidio enfermera

Andrés Darío Garcete (45), el único detenido por el femicidio de la enfermera Elvira Irene Medina (61), perpetrado a fines de septiembre en Puerto Esperanza, fue procesado con prisión preventiva y en las próximas horas será trasladado a una unidad penal donde continuará privado de su libertad. 

La medida fue firmada por el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, que en su resolución dictaminó que el implicado sea procesado por el delito de femicidio, figura contemplada por el artículo 80, inciso 11, del Código Penal y que prevé una pena de prisión perpetua.

El dictamen también determinó el traslado de Garcete desde el calabozo policial donde estaba alojado hacia una unidad penal, muy probablemente a la de Eldorado, donde podría continuar gran parte de su vida si es que en un futuro finalmente es condenado. 

El dictado de la prisión preventiva llega casi un mes después de que el juez Brites descartara, en base a informes periciales, patologías de salud mental que configuren una posible inimputabilidad del implicado.

Irene Medina era enfermera, tenía 61 años y cuidaba al padre de su presunto asesino.

El caso

El femicidio de la enfermera Medina se descubrió el pasado 26 de septiembre, cuando la Policía salió a buscarla tras permanecer desaparecida desde las 15 de ese mismo y finalmente la encontró sin vida en un baldío contiguo a la vivienda de un adulto mayor al que cuidaba hace aproximadamente un mes.

Justamente, el hijo de ese paciente que Medina atendía es el hombre que ahora aparece como único sospechoso. Cuando la Policía llegó a su casa, Garcete se mostró nervioso, reticente y exhibía rasguños tanto en la cara como en el cuello.

Dentro de la vivienda más tarde encontraron pelos, un bolso con elementos de primeros auxilios y un trofeo de fútbol con manchas que podrían ser de sangre. Todo fue incautado, al igual que un escurridor y varios trapos de piso ante la posibilidad de que el lugar haya sido limpiado antes de la llegada de la Policía.

La búsqueda de Medina se inició cuando una de sus hijas se preocupó por su paradero. Es que la mujer salió de su casa a las 15 de ese viernes con destino a su trabajo en el barrio Villa Nueva, pero nunca regresó ni respondió llamadas o mensajes de texto.

La autopsia estableció que la víctima murió como consecuencia de una fractura de vértebra cervical. También tenía un traumatismo facial gravísimo que le ocasionó rotura de huesos de la cara. El crimen fue cometido a golpes.

Garcete quedó detenido esa misma noche y días después declaró ante la Justicia, instancia en la que admitió haber estado drogado con crack y no recordar nada sobre lo sucedido ese día.

Pericia descarta “fenómenos alucinatorios” en detenido por femicidio de Medina

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