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Biodiversidad y economía: la arboleda, el yaguareté, el sonido del río tienen precio

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El tema se debatió en un webinar sobre la valorización de los ecosistemas. En especial de su protección. Fue en un seminario organizado por el Instituto Misionero de la Biodiversidad (IMIBIO).

BUENOS AIRES (Por Laura Rocha, Infobae). Una arboleda, un yaguareté, el sonido de la corriente de un río, recorrer las Cataratas del Iguazú en una noche de luna llena y escuchar tronar el agua y el silencio. No se trata de la mera descripción de un paisaje, son recursos naturales que forman parte de la biodiversidad argentina y que podrían traducirse en un valor económico.

Este fue el tema que se debatió en un webinar sobre la valorización de los ecosistemas, pero especialmente de su protección. “Cada vez más vemos hablar de temas ambientales en los mercados financieros. La acción verde se ha extendido más de lo que parece. Más allá del deber moral, hay veces que ayuda ponerle algún número detrás y de lo que significan para nosotros los recursos naturales, por ejemplo en términos de salud”, comenzó durante su exposición José Dallo, representante del Programa de ONU Medio Ambiente para el Cono Sur en el seminario organizado por el Instituto Misionero de la Biodiversidad (IMIBIO).

La entidad organizó el debate que pretende identificar y demostrar los beneficios económicos derivados de la conservación y del uso sostenible de la biodiversidad y de los servicios ecosistémicos, y el ejemplo que representa para la Argentina el caso de Misiones.

El costo de la conservación

Durante el encuentro, el ministro de Hacienda de la provincia Adolfo Safrán mostró algunos números impactantes: por ejemplo, por no haber apostado a la producción agrícola, especialmente de soja, y haber conservado el ambiente, dejaron de percibir en los últimos 20 años unos 6.300 millones de dólares, según el cálculo oficial.

En ese sentido, Alberto Pacheco Capella, coordinador regional de subprogramas de biodiversidad y ecosistemas de América Latina y el Caribe, fue contundente: “Se necesita un cambio conceptual de nuestra relación con la naturaleza. Si ponemos a la naturaleza como motor de la economía, vemos que el 42% de las exportaciones globales están basadas en la biodiversidad; eso representó 427.000 millones de dólares en 2016 con suba anual del 7%”.

El modelo de cálculo que propone Capella es el TEEB, que es el acrónimo de Economía de la Biodiversidad y los Ecosistemas, un programa del PNUMA que comenzó hace 10 años. Se basa en establecer los recursos que aportan actividades como la agricultura, la pesca, los bosques y el turismo y su valor depende de la salud de la biodiversidad.

“Se trata de una herramienta económica muy útil para reconocer los servicios ecosistémicos que están dando algún tipo de bienestar humano. Eso se denomina capital natural y está compuesto por servicios abastecimiento (alimentos silvestres, cosechas, agua dulce, medicamentos); regulación (filtración de los suelos, servicios de los humedales); regulación climática (polinización, arrecifes); servicios culturales (actividades recreativas, educación), y los servicios de apoyo (formación de suelos, fotosíntesis, ciclo de nutrientes)”, detalló.

Misiones, una isla

El caso de Misiones es interesante de analizar ya que está rodeado de vecinos que han apostado por otro tipo de producción: “La selva paranaense es un hotspot de biodiversidad para el mundo: allí se encuentra el 52% de la biodiversidad de Argentina, con más de 150 especies de mamíferos, incluido el yaguareté; 564 especies de aves; 260 de peces; 116 de reptiles; 68 de anfibios; y miles de tipos de plantas y hongos”, detalló Viviana Rovira, presidenta del IMIBIO.

Sin embargo, entre 2000 y 2013, el 7% de los bosques fueron destruidos. La selva paranaense se enfrenta a graves amenazas por la expansión agrícola. En los últimos 120 años, se ha perdido el 95% de ella. Del cinco por ciento restante que sigue en pie, la mayor parte se encuentra en la provincia de Misiones. La pérdida de bosque ha tenido un impacto devastador sobre la flora y la fauna. De más de 1.000 especies y subespecies de anfibios, reptiles, aves y mamíferos, el 20% están amenazadas o casi en peligro de extinción.

“Nos hemos endeudado con el futuro, hemos gastado a cuenta. La Argentina tiene una actitud absolutamente depredadora del modelo productivo. Es momento de que pongamos el foco en los recursos naturales en una región. En esta salida de la pandemia, para poder seguir adelante debemos dar una respuesta que constituya una inversión y le garantice a nuestros hijos y nietos que contarán con las herramientas suficientes para afrontar los retos de su época”, sostuvo Silvia Vázquez, directora de Asuntos Ambientales de la Cancillería.

Quién paga por biodiversidad?

El tema es quién paga esos servicios que dejan de ser percibidos por quienes eligen conservar y proteger. “Para poder responder esta pregunta me gustaría hacerlo de un modo positivo. No es bueno hacer pagar a quienes contaminen porque la idea es evitar esa contaminación. Así que aquellos que se benefician de servicios ecosistémicos y generen renta producto de calidad de aire o de agua, esa renta debería ser distribuida en función de los servicios ecosistémicos que, por ejemplo, provee la provincia de Misiones”, explicó Horacio Schenone, presidente de la Fundación Bosques Nativos Argentinos.

Algunas de las propuestas que surgieron tienen que ver con la creación de un fondo compuesto, por ejemplo, con un porcentaje del dinero que se obtiene por las retenciones de las exportaciones agrícolas, como establece la ley de protección de bosques nativos.

Sin embargo, la realidad está lejos de ser ideal ya que esa ley no se cumple, no sólo por el porcentaje establecido para que se reparta, también porque las provincias reciben esos recursos con demora.

Para culminar, Pacheco agregó que las preguntas que tenemos que hacer para visualizar los costos son: “¿Quién paga los costos de la inacción, de la salud pública, de la contaminación, de la pérdida de productividad? Ahí está realmente todo el marco conceptual económico. Los Objetivos del Desarrollo Sustentable no van a ser alcanzados si únicamente dependemos de la inversión del gobierno. En términos de inversiones sostenibles tamos viendo muchos fondos del sector privado en ese nuevo mercado que se está generando”.

Del encuentro, moderado por Patricio Lombardi, subsecretario de Relaciones Internacionales del gobierno provincial, también participaron el embajador argentino en Panamá, Marcelo Lucco y un representante del Smithsonian Institute, entre otros.

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Atropellaron a un tatú de cementerio en el acceso Oeste de Posadas

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Un automovilista registró el momento en que una camioneta atropelló y mató a un tatú de cementerio (Cabassou tatouay), una de las especies más difíciles de observar en la provincia, mientras intentaba cruzar la calzada del acceso Oeste de Posadas, a unos 200 metros del ingreso al aeropuerto. El hecho ocurrió el jueves por la noche y el video se viralizó rápidamente en las redes sociales.

“El tatú de cementerio es una especie muy rara. En tantos años solo pude embalsamar dos. Está en peligro de extinción y es muy poco frecuente verla en esta zona tan urbana”, explicó Amado Martínez, profesor de biología y extrabajador del Museo del Montoya, en diálogo con La Voz de Misiones.

El ejemplar, según el especialista, pesaba alrededor de 10 kilos, más de lo que suele registrarse en manuales y publicaciones. “El Cabassou tatouay, tatú de cementerio o rabo molle, es el hermano más cercano del tatú de carrete”, comentó Amado.

Martínez destacó que estos armadillos habitan mayormente selvas o áreas de monte, por lo que su presencia tan cerca de Posadas resulta “excepcional”.

“Sabemos que existe en Misiones, pero hay muy pocas citas. En el acceso oeste nunca vimos uno”, remarcó. Recordó que el único registro similar que tuvo fue uno encontrado muerto en el peaje de San José, de unos 16 kilos, que luego fue embalsamado.

También mencionó que, en los últimos días, vecinos encontraron un pichón de tucán en el barrio del Ejército, lo que evidencia que la fauna está desplazándose hacia sectores urbanos: “Son cosas que antes no pasaban”.

En esa línea, el especialista reflexionó sobre el atropellamiento del tatú como síntoma del comportamiento vial. “La gente anda alterada, apurada, enceguecida. Importa muy poco la fauna y el ambiente. Tenemos que volver a encarrilarnos”, alertó.

Estudio del ejemplar

Gracias a la ubicación enviada por la persona que filmó el video, Martínez pudo encontrar el cuerpo y aprovechar la oportunidad para obtener información biológica de la especie.

“Es un material que no se puede desperdiciar. Estamos sacando medidas, fecha, lugar, peso, y haciendo un estudio estomacal”, detalló.

Según adelantó, el tatú tenía el estómago vacío. Esta especie suele alimentarse de carroña, de ahí su nombre, aunque podría complementar su dieta con frutas, raíces o insectos.

“Cada vez tenemos que ser un poquito más científicos. Son datos que pueden servir a futuro, para que otros investigadores tengan registros”, aseguró.

Alerta

La muerte del tatú vuelve a evidenciar el impacto del tránsito y la expansión urbana sobre la fauna silvestre de Misiones. Para Martínez, el mensaje es claro: “Hay que prestar más atención. No es común encontrar un animal así en esta zona, y su presencia debería llamarnos a reflexionar”.

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Sospechan que cazadores mataron a Acaí, la yaguareté del Impenetrable

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Sospechan que cazadores mataron a Acaí, la yaguareté del Impenetrable

La esperanza de repoblar el Chaco con yaguaretés recibió un duro golpe. Acaí, la hembra liberada en octubre en el Parque Nacional El Impenetrable, fue dada por muerta tras confirmarse su desaparición. Todo indica que fue víctima de cazadores furtivos, según confirmaron desde la Fundación Rewilding Argentina.

Acaí había sido reintroducida el pasado 5 de octubre como parte del programa de recuperación del yaguareté, una especie en peligro crítico de extinción, impulsado por Rewilding junto a la Administración de Parques Nacionales y el gobierno del Chaco. Su liberación representaba un paso clave en el proyecto que busca devolver al gran felino americano al monte chaqueño, de donde había desaparecido hace décadas.

El 25 de octubre, el collar satelital de Acaí con el que era monitoreada dejó de emitir señal. Tras varios días de búsqueda por aire y tierra, el dispositivo fue encontrado en el lecho del río Bermejo, sumergido y sin rastros del animal.

Uno de los últimos registros de Acaí cerca del El Impenetrable.

“Hay dos posibilidades: la primera es que Acaí esté en el fondo, pero todos sabemos que los cuerpos flotan. Lo más probable es que alguien la haya matado, le quitara el collar y lo arrojara al agua”, explicó Sebastián Di Martino, director de conservación de la Fundación Rewilding Argentina, al medio La Nación.

Desde la fundación calificaron el hecho como “una ejecución por encargo” y recordaron que la caza del yaguareté constituye un delito grave. La especie está declarada Monumento Natural Nacional, lo que implica el máximo nivel de protección legal en el país y sanciones que incluyen prisión y fuertes multas.

La Administración de Parques Nacionales realizó la denuncia ante la Justicia y la fundación anunció que se presentará como querellante.

El proyecto de reintroducción del yaguareté comenzó en 2019, cuando se detectó al único ejemplar salvaje del Chaco, un macho llamado Qaramta. Desde entonces, el trabajo de conservación permitió liberar varias hembras y registrar el primer nacimiento silvestre en el monte chaqueño. La pérdida de Acaí, sin embargo, marca un retroceso en ese esfuerzo por restaurar el equilibrio natural del Impenetrable.

Qaramta en El Impenetrable, Chaco.

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Turistas filmaron a un yaguareté durante un paseo por las Cataratas del Iguazú

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En las últimas horas, el tripulante de una embarcación que llevaba turistas a bordo, observó y registró imágenes de uno de los paseos que realizaron a través del río Iguazú y en su paso se encontraron con un yaguareté que deambulaba a pocos metros sobre la costa, del lado argentino, en la ciudad de las Cataratas.

El video fue publicado en las redes de la empresa encargada del paseo, Iguazú Jungle, y bajo el título “Un encuentro salvaje en la costa del río Iguazú” realizaron una breve descripción de la aventura natural con este hermoso ejemplar en peligro de extinción.

Por la configuración de sus manchas y el collar de rastreo, todo indica que se trata de “Kunumí”, uno de los ejemplares monitoreados por el Proyecto Yaguareté”, atestiguaron integrantes del equipo que tuvo la oportunidad de verla.

“Agradecemos a nuestro compañero Ángel Trinidad, tripulante de la embarcación, por compartir las imágenes de este momento único. Un recordatorio de la importancia de conservar este hábitat único y su increíble biodiversidad”, resaltaron en el mismo posteo.

En el video se pudo observar cómo la embarcación se detuvo cerca de la costa del río Iguazú -inferior- mientras los turistas observaban al yaguareté caminando sobre la arena.

Kunumí

Así fue bautizada la hembra que en febrero del año 2024 fue vista en la Península de Andresito y, según atestiguaron los vecinos del lugar, habría empezado a cazar animales domésticos en la zona, hasta ser capturada por un equipo de ambientalistas y relocalizada con la colocación de un collar satelital para su seguimiento.

Además, se supo que Kunumí nació en el año 2018 en el Parque Nacional Iguazú. La misma fue identificada prontamente, ya que su madre y su abuela también fueron monitoreadas por el Proyecto Yaguareté (Ceiba-Conicet) desde varios años antes.

Captan en Andresito a la yaguareté Kunumí por primera vez con su cría

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