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La Murga cumple 25 años y rememora su origen en medio de la crisis

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La Murga de la Estación cumplirá el domingo 25 años de vida desde que se formara el 24 de marzo de 1999, en la abandonada estación de trenes que hoy es el cuarto tramo de la costanera posadeña. Por eso, el grupo de teatro comunitario presentará el sábado en su galpón de Pedro Méndez 2260 “El herrero y la muerte”, obra que repusieron el año pasado con funciones a sala repleta.

El Proyecto de Extensión “Universidad y Teatro” de la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) organizó para el lunes pasado, en la Biblioteca Popular Posadas, una disertación entre miembros fundadores de La Murga, quienes recordaron cómo nació uno de los elencos más importantes de la escena teatral misionera.

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Miseria en su rancho. El personaje que protagoniza “El Herrero y la Muerte”

“Me impresiona la similitud de las épocas”, lamentó Tuni Bóveda sobre la crisis económica que había a fines de la década del 90 y que se asimila con la actual etapa, con un incremento de la pobreza y el desempleo. En coincidencia, por los constantes ajustes, el área de cultura nacional había sido degradada a una Secretaría y los espacios públicos quedaron arrastrados por el abandono del Estado, como las vías del tren que se situaron como el espacio de acción teatral para La Murga de la Estación.

“Juntarse en ese lugar embarrado y oculto, cuando llovió dos meses seguido. Pedir permiso a las autoridades de la zona, como la policía ferroviaria que no sabíamos para que existía en un lugar donde decían que hacían macumba”, recordó Tuni, quien remarcó emocionada que todo aquello “fue un proyecto vital” para ella.

Junto al titiritero Marcelo Reynoso, de Kossa Nostra, se habían propuesto fundar un grupo de teatro comunitario parecido al de Catalinas Sur de la Boca, en Buenos Aires, que tenía dirección de Adhemar Bianchi. “Él me decía ‘no me busques actores’. Yo buscaba a los que estudiaban teatro, en esa época estábamos presentando lo que era el grupo La Papa del Octavo. Entonces me decía ‘no’; los actores trabajan los sábados. Y yo no entendía”. Hasta que un buen día, Reynoso viaja a Buenos Aires para asistir a una función de Catalinas Sur “y ahí aprendimos de qué se trataba. No era una convocatoria a un espectáculo con actores sino organizar una gran fiesta”, explicó.

A sala llena. La Murga repuso el año pasado una obra que estrenó en 2001.

Con el aporte de amigos se armaron las gradas que se colocaron frente al andén y un viejo galpón que volvió a techarse se transformó en el espacio de reunión para producir lo que fue la primera obra, “Misiones Tierra Prometida”, que contó con la actuación de más de 100 actores, la gran mayoría debutantes que, además de interpretar distintos personajes, cantaban a coro, hacían malabares o tocaban algún instrumento.

“Yo no había visto Catalinas. Lo descubrí cuando fuimos poniendo el cuerpo. Todo era amplificado: el espacio, la cantidad de tareas. Tuvo que ver con la impresión que tuvo el público. Yo tenía una medida con esta experiencia, con la magnitud, con la emoción. Puedo hablar de una palabra que pocas veces decís: me sentí satisfecha. Llena por lo hecho”, aportó por su parte Liliana Daviña, quien, en reemplazo de Carolina Gularte, se puso a dirigir “El Herrero y la Muerte” que se estrenó en 2001.

Un año antes, en Oberá, Daviña pergeñó el inicio de La Murga del Monte, bajo la misma idea de teatro comunitario. “Vine a ver a la Murga de la Estación en Posadas y no tenía ni la más pálida idea que el teatro era eso también. Lloré, reí y dije inmediatamente ‘esto quiero’. Un día en Oberá apareció un afiche y no lo podía creer”, recordó en tanto Carina Spinozzi, quien luego pasó a dirigir hasta hoy a La Murga del Monte. “Me cayó la ficha del proyecto a los 10 años. En el sentido de lo que significaba como elección política lo que hacíamos, esa desmesura y esa acción solidaria de la Murga y Kossa Nostra”.

Spinozzi recordó que hace 25 años atrás muchas familias se sostenían diariamente gracias al trueque, una práctica muy frecuente, “porque no había nada de plata” y remarcó que, comparando con el presente, “antes había menos individualismo” y eso se debía a que “no había celulares y se pensaba siempre en el sábado para encontrarse”, apuntó entre el público Horacio Schwieters, otro exintegrante de La Murga.

En relación a los encuentros del grupo en aquella exestación y que siempre significaron una expresión de cariño y confraternidad, Silvia Nudelman evocó el día que, en aquel 2001, se reprimió a los  manifestantes en la denominada Masacre de Plaza de Mayo, para un saldo que terminó con casi 40 muertos.

“Me acuerdo que jueves cayó un 20 de diciembre y ese día nos fuimos acercando al galpón, pese a que había estado de sitio. Nos replanteamos el ensayo y la función. Entonces decidimos seguir adelante. Empezó la obra dedicada a esos muertos. Las gradas estaban llenas porque los vecinos, como nosotros esa semana, sentimos la necesidad de juntarnos”, rememoró Nudelman.

“Cada vez que canto la canción de El Herrero, que dice ‘siempre que haya vida habrá esperanza”, pienso que es nuestra forma de seguir soñando y aportando a la sociedad con esto que amamos y es el teatro. No sé trata solo de que alcance solo para comer. Estamos defiendo el derecho a la cultura”, remarcó Nudelman.

“El Herrero y la Muerte” no se pudo reponer durante muchos años porque la utilería, títeres, telones y narices de goma que usaban para el espectáculo se perdieron con el incendio que alguien provocó en un vagón de tren, donde se guardaba todo. Sin embargo, el año pasado, en los talleres de plástica, dieron forma a los elementos indispensables para la nueva versión de una obra popular, que cuenta la historia de un protagonista llamado Miseria que un día recibe gentilmente en su rancho a un hombre sin saber de que se trata de Jesús. Entonces, en gratitud, Jesús le concede tres deseos. Uno de los deseos que se cumplen desata un desastre en el mundo porque compromete nada más y nada menos que a la muerte. Los sepultureros y las lloronas se quedan sin trabajo y los viejos terminales salen de fiesta.

Desde este sábado y con una función especial por su aniversario 25, La Murga de la Estación repondrá “El Herrero y la muerte” a las 21.30, con entrada gratuita y salida a la gorra. Luego habrá música en vivo con el grupo Canyengue.

En relación a la semana en la que La Murga comenzó a celebrar su cuarto de siglo, se realizó ayer, miércoles, una ponencia académica con quienes investigaron al grupo de teatro comunitario. La magíster Marina Casales disertó sobre lo que significó para ella ser parte de la obra “Misiones Tierra Prometida: una trama identitaria” que luego presentó como tesis académica, en una época en la que sobrevivió gracias a una beca universitaria que percibía entonces porque su papá había sido despedido del aserradero y estaba en una plaza protestando.

En su momento, el doctor Alexis Rasftópolo abordó su estudio “Desde mover una mesa hasta cambiar el mundo: el teatro comunitario y sus posibilidades”, sobre la transformación social que significa en las personas que se animan a hacer teatro comunitario. También remarcó que los intérpretes son actores políticos y que determinados hechos que reconstruyó el grupo llevaron a que se prestara mayor atención, como tal sucedió con la masacre de Oberá de 1936 que, hace 25 años atrás, todavía era un tabú en la sociedad misionera. Previamente, el magíster Gonzalo Casco, habló sobre las “Operaciones gramaticales en la construcción del discurso humorístico en La fiesta de San Juan” que todos los años La Murga presenta con al menos cuatro funciones en un mismo día.

Fotos: gentileza Santiago Encalada

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Enfrentamiento. Miseria y La Muerte se enfrentan en una escena crucial


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Diego Arolfo: “Es un privilegio poder cantar en la banda del Chango Spasiuk”

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Arolfo

Diego Arolfo cantará el martes a las 17 en el Paseo Cultural La Terminal de Posadas, por la Semana de la Danza. El cantante santafesino cuenta con 30 años dedicados a la música y su último disco es “Volver en guitarra”, donde se escuchan sus composiciones y versiones de canciones populares del Litoral. En paralelo, Arolfo también canta hace quince años junto al Chango Spasiuk, con quien recorrió múltiples escenarios. “Es un privilegio poder ser parte de esa música exquisita”, definió a La Voz de Misiones.

Los bailarines “me han difundido mucho en las épocas que no había redes sociales”, remarcó sobre la actuación que brindará por la Semana de la Danza en Posadas. Por eso, su recital, “será para homenajear a los bailarines“, dijo.

¿Cómo llegó la música misionera a tu vida?

Aparece de niño porque yo fui bailarín de danzas folclóricas. En algún momento me tuve que decidir por la música o la danza. Pero en aquella infancia, en la agrupación bailábamos chotis, mucha música del Litoral. Entre eso aparecía la música de (Miguel Ángel) Monzón, de Ramón Ayala. Como que ahora de grande me dedico a la música profesionalmente. La música del Litoral está muy arraigada a mí. Siempre presente.

¿Tenes algún compositor litoraleño favorito?

Hay varios. Roberto Galarza es santafesino, Miguel Ánel Morelli. Después los referentes de casi todos los chamameseros. Tránsito Cocomarola. Zitto Segovia me gusta mucho. Y después compositores de este tiempo, de estas generaciones que han hecho obras hermosas y que siempre es lindo escuchar. Obras renovadas. Pero la tradición del chamamé siempre se mueve en ese círculo. Tarragó Ros, Isaco Abitbol, Ernesto Montiel.

De todo el cancionero folclórico, ¿elegirías a uno solo para cantarlo siempre?

Horacio Guarany es mi gran referente porque, primero que es santafesino, y bueno, yo aprendí a tocar las primeras canciones en la guitarra escuchándolo. Entonces, en ese tiempo de auge, su repertorio era bastante diverso. Tenía chacarera, gato, polca, zamba, chamamé hasta candombe ha hecho. Aparte compositor, actor. Pero siempre Guarany está como pilar. Porque los ritmos que me llevaron a casi todo el país recorrerlo con toda esta música se la debo a esa infancia y a mis viejos por inculcarme Horacio Guarany.

Con tu voz se divulga a los hermanos Chávez. ¿Pudiste charlar con ellos sobre sus obras?

No. Ellos son referentes importantísimos. Hay cuatro o cinco canciones que yo interpreto de ellos y bueno. Son una eminencia para la música misionera. También Miguel Ángel Monzón, Ramón Ayala. Pero no he tenido la oportunidad de acercarme a ellos. Lo unico que hice fue acercarme a sus canciones en la banda del Chango Spasiuk que es una cosa increíble lo que describen en cada palabra los Chávez.

¿Cómo definís cantar junto al Chango Spasiuk?

Para mí es un privilegio poder cantar en la banda del Chango porque siempre se aprende algo nuevo. Bueno, en la música siempre se aprende algo nuevo. Pero he tenido la posibilidad de recorrer muchos lugares donde yo no he podido llegar con mi propuesta. Así que es un privilegio poder ser parte de esa música exquisita del Chango.


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Asociación de Actores advirtió que la Ley Bases pone en “serio riesgo” al teatro

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Ley bases

La Asociación Argentina de Actores advirtió que la Ley Bases que se tratará el lunes en la Cámara de Diputados pone “en serio riesgo la existencia del Instituto Nacional del Teatro” porque faculta al Poder Ejecutivo su intervención o eliminación. En una carta dirigida a los legisladores, detallan que los artículos 1, 3 y 6 ofrece facultades extraordinarias al Poder Ejecutivo, en relación con los órganos u organismos de la administración central o descentralizadas, a la “modificación o eliminación de las competencias, funciones o responsabilidades cuyo mantenimiento resulte innecesario y su reorganización, centralización fusión, escisión, disolución total o parcial, o transferencia a las provincias”.

Para la asociación se “pone en riesgo la misma existencia del Instituto Nacional del Teatro, sobre todo teniendo en cuenta que en el dictamen favorable del mes de febrero de 2024, se proponía la derogación de la Ley Nº 24.800 y la consecuente eliminación del INT”, remarca la nota.

En aquel entonces, se le denegó al Poder Ejecutivo la potestad de intervenir con un rechazo expreso de todo el capítulo específico vinculado a Cultura. “En virtud de aquellos acuerdos, fruto de la comprensión respecto a la relevancia de las leyes de protección y fomento de la cultura, es que solicitamos que en la redacción final de la eventual Ley Bases el INT quede exceptuado, tal como supuestamente se ha propuesto para las Universidades, el Conicet y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, imponiéndole al Poder Ejecutivo Nacional que no podrá disponer su disolución”, recomienda la nota de la Asociación de Actores Argentinos.

El sindicato que nuclea a los intérpretes sostuvo que la Ley Bases y la incertidumbre entorno a la actividad artística complicó en todos estos meses del año “la puesta en marcha del sistema productivo del teatro independiente en todo el país y el diseño e implementación de las líneas de acción correspondientes al ejercicio 2024”.

Según se lee en el dictamen de la Comisión de Presupuesto aprobada el jueves, de aprobarse la Ley Bases “no podrá disponer la disolución” del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa). Pero no quedan exceptuadas de esa intervención el INT, el Instituto Nacional de la Música (Inamu) y la Comisión Nacional de Bibliotecas Populares (Conabip), sectores culturales que podrían quedar desfinanciadas, eliminadas o modificadas si se otorgan las facultades especiales al Poder Ejecutivo.


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Los 82 personajes de Daniel Valenzuela y el plan para filmar en Posadas

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Daniel

El actor posadeño Daniel Valenzuela actúa para Hombre Muerto, película que se estrenó el martes y compite en el Festival Internacional de Cine de Buenos Aires (Bafici), protagonizada por Osvaldo Laport y Roly Serrano. A pocos días de cumplir 68 años, Valenzuela nunca hizo las cuentas de sus trabajos para el cine. Aunque sus dos nietas cinéfilas hicieron un registro de, hasta el momento, 82 producciones para la pantalla chica o la grande donde intervino con un pequeño papel o que fue uno de los actores principales, desde que comenzara a ser parte del Nuevo Cine Argentino en filmes como “La ciénaga”, “Mundo Grúa” o “Un oso rojo”.

“Sobre todo en estos momentos que está crítica la cuestión de hacer cine, yo soy el tipo más feliz de la vida pudiendo filmar. Es lo que me mantiene”, reflexionó desde Buenos Aires con La Voz de Misiones.

Valenzuela está trabajando en el rol del chofer de la protagonista en la película “Desbarrancadas”, bajo dirección de Guadalupe Yepes, con actuaciones de Carla Pandolfi y Luis Machín. “Ahora veremos cuándo volveremos a filmar”, dice. En que en todo este tiempo nunca hubo tanta incertidumbre en la industria cinematográfica con la reestructuración del Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (Incaa), 170 despidos y reubicaciones que implican suspender filmaciones, a pesar de que hay proyectos aprobados, como “Menos diez”, la película que Daniel apuntaba a producir este año en Posadas, su ciudad natal.

“Esto es una cuestión más que nada, arriesgo a decir, ideológica-política. Porque, si vos querés cambiar una estructura, no tenes porqué cerrarla. Cerrando algo donde vos sabes que hay personas y familias que dependen de ese trabajo. Es bastante cruel si te pones a pensar la actitud”.

El actor misionero que vive en Buenos Aires desde que es un niño remarcó que “el Incaa tiene auditoría” y que, “si el gobierno que entró no coincide con la auditoría está perfecto: Aplicá donde considerás que hay desfasaje y que todo continúe. Yo estoy en el medio porque mi película – ‘Menos diez’-tiene certificación y antes de eso tuvo declaración de Interés especial. Habrá que ver qué va a pasar. Creo que habrá nuevas normas y yo entraré ahí”.

“Menos diez” está basada en una obra teatral que aún permanece en cartelera y en la que Valenzuela hace de un exfutbolista que es acompañado por su manager, Cham Sung Kim. Se trata de una comedia que en su versión cinematográfica tendrá otro ritmo. “Quiero hacer neorrealismo misionero”, define Valenzuela sobre el estilo al que apunta, con la dirección de Andrés Tambornino, “que es como mi hermano menor”, define el artista, conocido por sus trabajos en “Tumberos” o “Los Simuladores”.

Menos diez. La obra teatral que Valenzuela protagoniza junto a Cham Sung Kim

“Por el momento le voy a poner el pecho y, como decimos los que nos gusta el fútbol, vamos a aguantar los trapos. Yo quiero filmar sí o sí este año ‘Menos diez’, vamos a ver qué respuesta nos da el Incaa, a ver qué definen en junio y tenemos posibilidad. Yo estoy esperando eso para viajar, para ir para allá, para ver gente de allá, para ver qué tipo de apoyo nos pueden dar”.

Con la película, Valenzuela pretende no solo rendir tributo a Guaraní Antonio Franco sino también a su papá Hermes y su tío Daniel, dos de los fundadores del club de Villa Sarita. “Le quiero hacer un homenaje a mis viejos, es una asignatura pendiente que tengo. No es una película grande. Me van a tener que ir a buscar al geriátrico para filmarla”, bromeó en el caso de que se prolonguen más los tiempos para realizar la obra.

Valenzuela hace de un cantinero en “Hombre Muerto”, la película que también dirige Tambornino y Alejandro Gruz, con las actuaciones de Osvaldo Laport, Diego Velázquez y Roly Serrano. Tuvo su premiere el martes en el Bafici y es una de las películas dentro de la Competencia Oficial Argentina.

El largometraje, ocurre “en un pueblo de La Rioja que se llama El Colorado-contó Valenzuela-, que es un lugar con unas 60 personas que viven ahí. El eje central es una mina que dejó de funcionar y el pueblito se fue para abajo. Después de eso no lo voy a contar, la gente tiene que ir a verla. Por momentos es un western, por momentos es una comedia. No es que estoy fanfarroneando pero tiene una excelente fotografía y la dirección de Tambornino”.

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Actores y directores. Laport, Gruz, Valenzuela y Tambornino, en el estreno de “Hombre Muerto” en el Bafici


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