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Procesan por estafa a misionero que se hizo pasar por hijo de desaparecidos

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La jueza federal porteña, María Eugenia Capuchetti, procesó este martes a cinco personas acusadas de conformar una organización criminal que estafaba al Estado con el cobro de las reparaciones para víctimas y familiares de la última dictadura.

Entre los procesados, se encuentra Adrián Martínez Moreira, un misionero que hace años se presenta como hijo de una pareja de militantes paraguayos desaparecidos durante el régimen del general Alfredo Stroessner, y que viene acumulando denuncias desde 2015.

Moreira, está sindicado como el líder del grupo procesado por la justicia, integrado entre otros por un supuesto abogado identificado como Omar García, Leticia G. y Nicole Carolina G., que habrían oficiado de “secretarias” de los letrados.

Según la investigación judicial, la banda liderada por el misionero comenzó a operar en 2013, a través de una organización llamada “Comisión Nacional y Popular de Leyes Reparatorias”, con la que contactaba con víctimas y familiares del terrorismo de Estado y ofrecía representarlos en gestiones y demandas por sus indemnizaciones.

El grupo llegó, incluso, a tramitar casos de dudosa veracidad, algunos rechazados por la justicia en primera instancia, y aprobados posteriormente en la Cámara de Apelaciones.

Martínez Moreira y su socio García se presentaban como abogados, pero distintas investigaciones periodísticas sostienen que no hay registro de ninguno de los dos en los colegios profesionales de Caba y la provincia de Buenos Aires.

El misionero afirmaba, además, ser sociólogo graduado en la UBA, y haber cursado el secundario en el Colegio Nacional de Buenos Aires.

Hijo del horror

Valiéndose de las redes sociales, Martínez Moreira se construyó un relato a la medida de los planes y actividades del grupo ahora procesado por la justicia federal.

Decía ser hijo del paraguayo Adrián Martín Martínez, militante comunista desde su juventud, y la misionera María Santa Moreira, secuestrados el 8 de noviembre de 1988, en la casa del barrio Herrera, de Asunción, donde vivían.

Martínez Moreira afirmaba que en la capital paraguaya, con dos años de edad, fue entregado a un militar argentino que lo anotó como Matías Ezequiel López.

En su relato, el misionero aseguraba que sus padres desaparecidos habían sido miembros del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP), de Enrique Gorriarán Merlo, y que inclusive habían participado del atentado contra el dictador nicaragüense Anastasio Somoza, en Asunción, en 1980.

En su historia, Martínez Moreira cita nombres de supuestos tíos y primos desaparecidos en Paraguay, y cuenta que, a los siete años, en 1993, fue localizado por su abuela materna, Leontina Delart de Moreira.

Habla de un exilio de sus padres en Brasil, de un divorcio en 1984; de una relación de su madre con un militante del MIR chileno, con quien tuvo una niña que bautizaron María Luz; del reencuentro de la pareja en Jardín América, donde su madre lo da a luz en 1986; y describe espeluznantes pesadillas infantiles, en que vuelve una y otra vez a un mismo basural.

La historia, que Martínez Moreira relataba con verdaderos dotes actorales, estremeció. Diarios y canales de televisión le dedicaron sendos reportajes y entrevistas. Página/12 llegó a dedicarle la tapa del suplemento Soy, que aborda la temática LGTBQ+, por el relato de abusos con que el misionero engordó su personaje de hijo de la “generación diezmada”.

La realidad

En 2016, el abogado porteño Javier Garín denunció a Martínez Moreira por la falsificación de su firma y el uso de su matrícula profesional en el patrocinio de causas de víctimas de lesa humanidad que desconocía.

Garín radicó una denuncia ante la Fiscalía 43, Juzgado de Instrucción Criminal y Correccional 22 de Caba. El abogado identificó unas 50 causas iniciadas con su número de Cuit ante la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación.

La justicia ordenó el allanamiento del domicilio del misionero en la ciudad de Buenos Aires, donde encontró toda la evidencia que sirvió a la jueza Capuchetti para ordenar el procesamiento de Martínez Moreira y sus cómplices.

La justicia constató también denuncias falsas de Martínez Moreira contra periodistas, magistrados , funcionarios de la secretaría de derechos humanos,  sobrevivientes del terrorismo de estado, organismos, familiares, hijos de desaparecidos que habían descubierto el funcionamiento de la banda y habían alertado a las autoridades o la justicia.

“Se trata de una gigantesca maniobra defraudatoria. Este sujeto, además, estaría prometiendo indemnizaciones y pidiendo dinero a damnificados, según me refirió una de las actoras en uno de esos juicios falsificados”, afirmó en la ocasión, Garín, a Infobae.

El misionero fue investigado por la Procuración General de la Nación, que determinó que no es hijo de desaparecidos y que toda su historia es falsa.

Según PGN, su nombre real es Ovidio Martínez, nacido el 30 de abril de 1993 en el hospital de Jardín América, hijo de Santa Moreira y Emilio Martínez, domiciliados en Puerto Leoni, quienes lo entregaron con fines adoptivos en la Defensoría Oficial de Puerto Rico.

Su nueva familia lo inscribió en el Renaper como Matías Ezequiel López, a partir de una sentencia judicial de adopción plena.

Falsa identidad

En 2013, con documentación apócrifa, pruebas falsas de ADN, y una retórica estremecedora, Matías Ezequiel López, de 20 años, consiguió que la justicia le reconociera su nueva identidad.

Así nació el personaje de Adrián Martínez Moreira. Más tarde agregaría “de Zanotti” a su apellido, en referencia a Pablo Zanotti, una de las víctimas de la tragedia ferroviaria de Once, en febrero de 2012, con quien el misionero aseguraba estar casado legalmente, lo que fue siempre desmentido por la familia del hombre.

Martínez Moreira visitó la tierra colorada en varias ocasiones. La primera vez fue el 16 de septiembre de 2013, en un taller debate que se realizó en el aula magna de la Facultad de Humanidades de la Unam, sobre la calle San Lorenzo, en Posadas.

La actividad estuvo organizada por la Fundación Defensora de los Derechos Humanos “Germania”, y Martínez Moreira participó como disertante invitado, junto a los militantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) Angel Fleitas y Ricardo Ortellado, y la entonces diputada nacional Silvia Risko.

El misionero fue presentado como “nieto recuperado de padres desaparecidos del Plan Cóndor e integrante de la organización Hijos Paraguay”, un sello creado por el mismo Martínez Moreira.

En el acto, la ex presa política y actual miembro del Mecanismo de Prevención de la Tortura (MPT) de Misiones, Amelia Báez, le entregó los libros de la memoria de la provincia, el Nunca Más de la tierra colorada.

“El manejaba muy bien el discurso, tenía tal capacidad de predicamento, tal capacidad para fabular; era impresionante su relato”, recordó Báez, consultada por La Voz de Misiones.

“Yo no sé si tenía o no títulos de grado, pero era evidente que tenía educación, no era un iletrado, y así pudo engañar a todo el mundo”, agregó.

Por entonces, Martínez Moreira se encontraba tramitando judicialmente su partida de nacimiento y frecuentaba el Ministerio de Derechos Humanos de la provincia.

En 2014, en otro viaje a Misiones, el falso hijo de desparecidos retiró de la oficina del Registro Nacional de las Personas (Renaper) de Posadas, la nueva partida de nacimiento ordenada por la Cámara Federal de Apelaciones, con la que finalmente consiguió su primer ejemplar de DNI como Adrián Martínez Moreira, el 5 de noviembre de ese año.

“Hoy terminó una parte de mi historia. Hoy se cierra un circulo en mi historia”, afirmó aquella mañana, entrevistado en el programa “A Calzón Quitado”, de Radio Mas, de Posadas.

Una consulta de LVM en la base de datos del Renaper arrojó que Martínez Moreira renovó su DNI cinco veces desde entonces, y ahora va por el ejemplar F, con fecha de emisión el 20 de abril de 2022.


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Prisión perpetua para Policeno por el femicidio de Betiana Machado en 2022

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Pablo Rafael Álves Policeno (29) fue condenado este mediodía a la pena de prisión perpetua como único autor del femicidio de su ex pareja Beatriz Betiana Machado (17), apuñalada en al menos siete ocasiones a la salida de un boliche en la localidad de San Antonio durante la madrugada del 24 de julio de 2022.

El imputado fue declarado autor penalmente responsable de delitos de “homicidio doblemente agravado por la relación de pareja y por mediar violencia de género (femicidio), en concurso real con desobediencia de una orden judicial”.

El fallo fue dictado por el Tribunal Penal Uno de Eldorado, presidido por el magistrado Atilio León e integrado por su par Adriana Andino y Liliana Komisarski (subrogante).

La sentencia se ajustó a lo previamente solicitado por el fiscal Federico Rodríguez, quien consideró acreditado el asesinato de la muchacha y descartó de plano la coartada del acusado sobre una supuesta pérdida de memoria o estado de inconsciencia producto de la ingesta de alcohol al momento del hecho.

En su exposición, el fiscal reconstruyó el crimen, ponderando que la víctima fue perseguida a la salida del boliche de El Cóndor y luego apuñalada en al menos siete ocasiones, ataque que le provocaron lesiones cortantes en diversas partes del cuerpo, además de daños en un riñón y salida de vísceras.

Rodríguez también remarcó los episodios de violencia de género previos al crimen y las constantes amenazas de muerte que Álves Policeno profirió hacia la víctima durante una relación de aproximadamente dos años.

“La atacó aprovechándose de su estado de vulnerabilidad y a sabiendas que sobre él ya pesaba una restricción de acercamiento por violencia familiar. Por el absoluto desprecio por la vida de una mujer y por un rechazo en la continuidad de la pareja decidió asestarle siete puñaladas que provocaron la muerte de la víctima”, ahondó, al tiempo que recordó que el implicado ya tenía una condena en suspenso previa por lesiones leves en contexto de violencia de género”, expuso.

Más tarde, la defensora oficial, Ana María Mayerhoefer, pidió que el implicado sea condenado por “lesiones graves” y no por femicidio, al considerar que la sepsis que provocó la muerte de Machado trece días después de su internación no fue obra del imputado.

Sin embargo, su planteo no prosperó y tras casi una hora de deliberación el tribunal decidió condenar a Policeno a prisión perpetua, normativa que prevé el cumplimiento efectivo de 35 años de prisión. A falta aún del cómputo de pena, se estima el ahora declarado femicida deberá permanecer bajo encierro en la Unidad Penal III de Eldorado hasta 2057.

La fiscalía pidió perpetua para Policeno por el femicidio de Betiana Machado


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La fiscalía pidió perpetua para Policeno por el femicidio de Betiana Machado

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El fiscal Federico Rodríguez solicitó esta mañana la pena de prisión perpetua para Pablo Rafael Álves Policeno (29), único imputado por el femicidio de su ex pareja Beatriz Betiana Machado (17), perpetrado el 24 de julio de 2022 en la localidad de San Antonio, donde ambos residían.

El pedido del representante del Ministerio Público Fiscal fue planteado esta mañana, en el inicio de la ronda de alegatos correspondiente a la última audiencia del juicio oral que se desarrolla en el Tribunal Penal Uno de Eldorado.

En su exposición, Rodríguez consideró plenamente probado el crimen y consideró que la única coartada defensiva fue desarticulada por los elementos incorporados durante el proceso, además de considerarla un “sin sentido”.

“Es muy difícil defender a una persona cuando la única alegación que se hizo aquí fue decir que estaba inconsciente después de un vaso de cerveza y que no se acuerda de nada después de eso. Esto no solo ha desvirtuado por toda la prueba. Esa coartada ha sido deslegitimada por la prueba que se introdujo en el proceso. Además de no tener sentido”, apuntó el fiscal.

Rodríguez reconstruyó que la noche previa al crimen Álves Policeno “persiguió” a Machado hasta el boliche El Cóndor de San Antonio y que a la salida, mientras la joven regresaba a su casa junto a una amiga, él la interceptó en dos oportunidades. En primera instancia hablaron, pero en la segunda la atacó con un cuchillo.

Para graficar la violencia del suceso, repasó que la víctima recibió puñaladas que ocasionaron lesiones en cortantes brazo, antebrazo, cuello, vesícula y espalda, provocando a su vez daños en el riñón y salida de vísceras.

Rodríguez también repasó la historia previa al femicidio, marcada por situaciones de violencia y constantes amenazas de muerte proferidas contra Machado, según describieron varios familiares de la víctima.

“Estamos hablando de sucesos previos de violencia y esto sumado a la anterior condena que tiene el imputado indican inexorablemente la configuración del delito de femicidio, denota el desprecio de la víctima. El imputado no aceptaba que Machado quería dar por terminada la relación”, resumió.

“La atacó aprovechándose de su estado de vulnerabilidad y a sabiendas que sobre él ya pesaba una restricción de acercamiento por violencia familiar. Por el absoluto desprecio por la vida de una mujer y por un rechazo en la continuidad de la pareja decidió asestarle siete puñaladas que provocaron la muerte de la víctima”, ahondó, al tiempo que recordó que el implicado ya tenía una condena en suspenso previa por lesiones leves en contexto de violencia de género.

Ante todo lo expuesto, el fiscal Rodríguez procedió a solicitar la pena de prisión perpetua para Álves Policeno al considerarlo autor de los delitos de “homicidio doblemente agravado por la relación de pareja y por violencia de género (femicidio), en concurso real con desobediencia judicial”.

Lesiones graves

A su turno, la defensora oficial Ana María Mayerhoefer expuso sus conclusiones finales y en esa instancia solicitó que Álves Policeno sea condenado por el delito de “lesiones graves” y no por femicidio.

La letrada consideró probable que efectivamente su defendido experimentara un proceso de “amnesia” como consecuencia de la mezcla de bebidas alcohólicas y energizantes. Además, postuló que Policeno no recuerda nada desde el momento en que salió del boliche, es decir varios minutos antes del ataque.

En esa línea, sostuvo que el encartado debería ser condenado por lesiones graves al plantear que hubo una desviación del nexo causal entre el hecho y la muerte, dado que el deceso se produjo por una sepsis producida después de varios días de internación. “Esa sepsis no ha estado en la mente del imputado”, planteó.

Culminada la etapa de réplicas y dúplicas, el imputado tuvo la oportunidad de brindar sus últimas palabras, pero optó por mantenerse en silencio. 

El juicio oral se desarrolla ante el Tribunal Penal Uno de Eldorado, presidido por el magistrado Atilio León e integrado por su par Adriana Andino y Liliana Komisarski (subrogante). 

El tribunal pasó a un cuarto intermedio para deliberar y más tarde comunicar la sentencia. La continuidad del proceso puede seguirse en vivo, a través de una transmisión emitida por Youtube: ver en vivo.

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El juicio por el femicidio de Betiana Machado tendrá sus alegatos mañana

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Con la breve declaración de un último testigo, esta mañana se cerró la etapa de incorporación de pruebas en el juicio oral por el femicidio de Betiana Beatriz Machado (17) y mañana se realizará la ronda de alegatos, donde las partes deberán exponer sus conclusiones finales para que luego el tribunal dicte sentencia.

El debate oral se desarrolla en el Tribunal Penal Uno de Eldorado y en el banquillo de los acusados se encuentra Pablo Rafael Alves Policeno (29), ex pareja de la víctima, quien enfrenta cargos por “homicidio doblemente agravado por la relación de pareja y por violencia de género (femicidio)”, figura bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.

El femicidio de Machado se registró durante la madrugada del 24 de julio de 2022, cuando fue interceptada poco antes de llegar a su casa en la localidad de San Antonio y fue atacada a puñaladas en plena vía pública.

Una amiga de la víctima declaró en la primera jornada de juicio y recordó que la noche previa habían ido juntas a un boliche del pueblo, lugar donde también se encontraba el imputado, quien hostigó a Machado constantemente.

La joven fue testigo de todo el desenlace. Ante las partes recordó que mientras volvían caminando Policeno las alcanzó en moto y tras una primera discusión comenzó a agredir a Machado. 

“Íbamos caminando y pasa una moto, que después vuelve hacia nosotros y era él. Yo me asusté mucho. Él decía ‘amor disculpame’ y ella le contestaba ‘ya está, andá a dormir, hablamos mañana’”, reconstruyó Antonela Fucs.

Según continuó la testigo, tras ese primer cruce de palabras Policeno se retiró del lugar, pero al cabo de unos pocos minutos regresó. Estacionó su moto y se abalanzó sobre su ex pareja. “Ahí él le agarra de los hombros. Ella le seguía diciendo que se vaya a dormir y en momento como que él la suelta, pero con una mano le agarra de los pelos y con la otra comienza a pegarle, pero no se notaba que era un cuchillo. Parecían golpes de puño, de atrás hacia adelante”, describió.

En ese ataque Machado recibió múltiples puñaladas en la espalda, tórax y abdomen. La joven quedó internada y falleció después de trece días de agonía en el hospital Samic de Eldorado.

El acusado, en tanto, escapó de la escena y horas después lo encontraron malherido al costado de la ruta nacional 101, luego de despistar con su motocicleta mientras huía.

Policeno está detenido con prisión preventiva en la Unidad Penal III de Eldorado y ahora puede ser condenado a prisión perpetua.

La ronda de alegatos se realizará mañana. El primero en exponer será el fiscal Federico Rodríguez, mientras que en segundo turno lo hará la defensora oficial Ana María Mayerhoefer.

De no mediar inconvenientes, se espera que después de la etapa de alegatos, réplicas, dúplicas y últimas palabras del imputado, el tribunal presidido por el magistrado Atilio León dicte sentencia.

FOTO: El Territorio.

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