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Joven baleada por policía: “Pensé que me moría, ahora tengo pesadillas”

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Tamara Fernández recibió un disparo de bala de goma en el pecho por parte de un policía. Luego de recuperarse parcialmente de los daños ocasionados en su salud, decidió hablar y contar su versión de lo que aconteció aquella mañana del 30 de octubre, hace poco más de un mes.

La joven de 27 años, que reside en el popular barrio Yaciretá de la capital provincial, habló en vivo con La Voz de Misiones y explicó en detalle lo sucedido en la parada de colectivos de las avenidas Uruguay y Cabred. Asimismo, recordó el padecimiento de los días posteriores en el hospital Madariaga.

La charla con Tamara comenzó con la consulta sobre su estado de salud: “Todavía estoy recuperándome, me cuesta hacer algunos movimientos y mis hermanas me ayudan a bañarme, pero estoy mejorando, la herida de a poco va sanando, pero tengo para largo todavía con mi recuperación”.

Con respecto a qué sucedió esa madrugada, indicó: “Estaba en la parada, había chicas y chicos, nadie estaba peleando, estábamos esperando el colectivo. Llegan un montón de policías con armas, atropellaron a todos los que estábamos en ahí. Era mentira que había pelea y no sé qué más dijeron”.

“Le empezaron a pegar a un chico, le agarraron del cuello, a una chica le agarraron del pelo y le arrastraron, de la nada, entonces yo me asuste y me puse atrás de la parada, un policía disparó al piso y me asuste más, y volví a sentarme en la parada y ahí es cuando viene este policía con su escopeta y me dispara”, explicó la muchacha con respecto al momento en que recibió el balazo.

“Me quedé en shock, sentía que me quemaba el pecho, cuando agaché la cabeza y miré, empezó a salpicar sangre, me acosté en la parada, una chica me tomó la mano y todos empezaron a llorar, estábamos con miedo, y yo ya veía todo nublado, pensé que me iba a morir”, narró emocionada.

Supuesto forcejeo

Con respecto a la declaración de Alberto Iván Ariel Larrachado, el suboficial de la policía de 36 años que efectuó el dispare, en la que describió que se trató de un accidente luego de un forcejeo, la chica dijo que “en ningún momento me acerque al policía, tampoco le toque su arma, y es mentira que yo le escupí, que le empuje”.

Con respecto a su primera declaración relató: “Cuando yo estaba internada en el hospital fueron dos policías a tomarme la declaración, en ese momento estaba sedada, y conté todo lo que pasó, pero ellos escribieron otra cosa y me hicieron firmar”.

“Cuando fui al juzgado le dije a la fiscal que eso que estaba escrito yo no dije, que ellos inventaron, a toda costa querían que salga de mi boca que fue un accidente, que no pasó nada ese día”, puntualizó.

Operación y curaciones con azúcar

Inmediatamente después del disparo, Fernández contó que “un chico se sacó la remera y me puso en el hueco y después llamó a la ambulancia, porque la policía no hacía nada en ese momento, miraban nomás. Vino la ambulancia y me llevaron al hospital, ahí una enfermera me limpió y me saco unas pelotitas”.

La intervención quirúrgica tuvo lugar en el mismo nosocomio: “Me operaron y me sacaron más perdigones, en total 12, el médico dijo que no me quedó nada, pero yo no sé, porque no me hicieron un estudio. Cuando salí apenas caminaba, tenía un hueco y el doctor ahí me puso azúcar en el hospital y mi pecho chorreaba todo cuando me iba. El médico me dijo que me bañe normal y me limpie con jabón blanco”.

“Me empecé a curar como me dijo, con azúcar, pero yo no le veía muy bien, me di cuenta que se estaba infectando, tenía pus, entonces me asusté. No tengo puntos, porque se tiene que cerrar de adentro hacia afuera. Una amiga me terminó curando con gasas con antibiótico porque ya estaba muy fea la herida”, detalló.

Para finalizar, expresó que: “Yo no recibí ningún tipo de apoyo, ni ayuda de nadie, ni económica, ni psicológica. Me quedé sin trabajo y estoy siendo mantenida por mi mamá. A la noche me despierto, tengo pesadillas seguidas, pido justicia y voy a ir con mi abogado hasta las últimas consecuencias”.

Judiciales

Acampe docente: condenan a Gurina y Sánchez por desobediencia y corte de calle

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condenas a Monica Gurina y Leandro Sanchez

Para la Justicia misionera, los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez cometieron delitos durante el acampe que interrumpió el tránsito sobre lo avenida Uruguay a mediados del año pasado durante una protesta multisectorial en reclamo de mejoras salariales.

Así lo determinó esta tarde la jueza Correccional y de Menores Uno de Posadas, Marcela Leiva, quien como presidenta del tribunal unipersonal encargado de llevar adelante el juicio oral decidió condenar a ambos trabajadores de la educación como coautores de los delitos de “desobediencia judicial y entorpecimiento del normal funcionamiento de los medios de transporte”, misma imputación con la cual llegaron a esta instancia.

Las penas impartidas fueron 10 meses de prisión en suspenso para Gurina y 8 meses de prisión en suspenso para Sánchez, quienes además deberán realizar 8 horas mensuales de tareas comunitarias dando clases en comedores infantiles.

Los fundamentos del fallo serán comunicados el 1 de diciembre, jornada para la cual el colectivo de docentes y trabajadores de la educación unidos en acompañamiento a los ahora condenados anunció un paro con posible movilización hacia el Palacio de Justicia, donde esta mañana volvieron a montar una vigilia y luego reclamaron que el veredicto busca “criminalizar la protesta”.

La defensa de los docentes, encabezada por el abogado Eduardo Paredes, junto a Roxana Rivas y María Laura Alvarenga, adelantó que una vez conocido los argumentos apelarán el fallo y de ser necesario insistirán hasta llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN).

La fiscal María Laura Álvarez fue la primera en alegar y solicitó condenas para los imputados.

“No hay derecho absoluto”

El fallo se ajustó casi en su totalidad con el planteo efectuado previamente por la fiscal María Laura Álvarez, que al momento de su alegato consideró que ambos docentes habían cometido los delitos imputados en el marco de la protesta realizada el año pasado y, por ende, pidió 1 año de prisión en suspenso para Gurina y 10 meses en suspenso para Sánchez.

Álvarez argumentó que el mayor pedido contra Gurina fue porque ella “tenía un plus en la ejecución” de las acciones enmarcadas en la protesta y el acampe instalado sobre la avenida Uruguay, casi Trincheras de San José, una cuadra antes del campamento similar montado por agentes policiales frente al Comando Radioeléctrico Uno.

En su alegato, la fiscal remarcó los perjuicios económicos sufridos por unos 80 comerciantes de la avenida Uruguay, tomando como ejemplo a Gustavo Cardozo, dueño de Vicar Muebles, que como testigo declaró que sus ventas bajaron un 40% durante los días que duró la protesta.

Consideró, además, que ambos docentes incumplieron en forma “dolosa” con la orden de despeje de la calle emitida por el juez Ricardo Balor y para ello se apoyó en las declaraciones de varios agentes policiales que hoy comparecieron como testigos, entre ellos Mariela Acosta, mediadora de la fuerza provincial.

“Nadie está en contra del derecho a la protesta, pero la Corte dijo que no hay ningún derecho absoluto”, expresó Álvarez que anoche además presentó un escrito solicitando que la audiencia de hoy se restrinja al público.

En sus argumentos, expuso que el martes se sintió “coaccionada, intimidada y acosada” por el público que acompañaba a los docentes enjuiciados.

La defensa se opuso y la jueza Leiva también, que aceptó el ingreso del público, aunque reiteró las normas de comportamiento. Lo que no hubo fue transmisión oficial en vivo, como suele en la mayoría de los debates orales, salvo excepciones como casos de abuso sexual donde prevalece el derecho a la intimidad de la víctima.

Sánchez reinvidicó el derecho a protesta al dar sus últimas palabras, poco después de sufrir un cuadro de presión alta.

“Fue un hecho público y multitudinario”

En defensa de los imputados alegaron los tres letrados del equipo técnico legal, siendo Paredes y Rivas los principales oradores.

En primer término, Paredes realizó un repaso de las luchas sociales y conquistas de derechos obtenidas en el marco de protestas en las calles. A nivel nacional mencionó la protesta del campo contra la resolución 125 que lideró Alfredo De Angeli -hoy senador nacional- y en materia provincial recordó el tractorazo que derivó en la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym).

“Hubo tractores sobre la plaza, se cortó el tránsito, los empleados apenas podían ingresar a la casa de gobierno. Aún así, el gobierno reconoció que eran derechos constitucionales y no tomó ninguna medida. Así salió el Inym y el gobierno provincial nunca impulsó un proceso”, ejemplificó.

Rivas, por su parte, consideró que la causa carecía de pruebas para dar por acreditada las acusaciones. “Fue un hecho público y multitudinario. No hay pruebas de que ambos hayan ‘liderado’ la protesta. Esto era, además, multisectorial. Es imposible endilgarle un ‘poder de dirección’ en los hechos”, apuntó.

También cuestionó que “los daños económicos en los comerciantes son presumido, no está acreditado” y aseveró que “la salida acá es entender que este conflicto ya se resolvió en sede administrativa”.

En consecuencia, la defensa pidió la absolución de los acusados o, en forma subsidiaria, la aplicación del estado de necesidad justificante o del estado de necesidad disculpante.

Los planteos defensivos no prosperaron. Tras más de dos horas de deliberación, la magistrada Leiva regresó a la sala con el veredicto y por secretaría se leyó la condena para ambos docentes.

La sentencia de la jueza Marcela Leiva fue impartida poco después de las 14.

 

Gurina y Sánchez en juicio: “Ir al acampe fue colectivo y asambleario”

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Judiciales

La defensa pidió la absolución y hay cuarto intermedio hasta sentencia

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Tras el pedido de absolución planteado por la defensa, los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez hicieron uso de sus últimas palabras antes del cuarto intermedio para deliberar la sentencia por parte de la magistrada Marcela Leiva.

Sánchez, visiblemente emocionado y hasta con un cuadro de suba de presión, reinvindicó el derecho a protesta e insistió en el carácter asambleario de todas las decisiones tomadas durante la protesta del año pasado. “No tenemos liderazgos, tenemos asambleas en las plazas“, señaló.

Y afirmó: “No somos el diablo. Somos ciudadanos insurrectos, que no soportan la injusticia y no se resignan a ser maestros sin casa”.

A lo que agregó: “Si nos condenan, van a condenar la protesta social. Sentarán un precedente para el país y se llenarán las cárceles de maestros y trabajadores”

Gurina también se expresó brevemente y adhirió a las palabras de su colega.

Luego, la jueza Leiva dispuso un cuarto intermedio por tiempo indeterminado para deliberar y dictar sentencia.
Minutos antes, la fiscal María Laura Álvarez había solicitado penas de 1 años y 10 meses de prisión en suspenso para los imputados, siendo el mayor pedido contra Gurina.

La fiscalía pidió condenas contra Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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La fiscalía pidió condenas contra Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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La fiscal María Laura Álvarez solicitó 1 año de prisión para Mónica Gurina y 10 meses de prisión para Leandro Sánchez.

El cumplimiento de la pena es en suspenso, es decir, que no implica ir a la cárcel y también contempla la realización de tareas comunitarias.

Para la fiscalía, ambos fueron coautores de los delitos de “desobediencia judicial” y “entorpecimiento del normal funcionamiento de los medios de transporte”, misma imputación bajo la cual llegaron a juicio oral.

Alvarez argumentó que el mayor pedido de pena fue para Gurina porque “tenía un plus en la ejecución” de las acciones enmarcadas en la protesta y el acampe docente desarrollado entre mayo y junio de 2024.

En su alegato, la fiscal remarcó los perjuicios económicos sufridos por los comerciantes de la avenida Uruguay y el entorpecimiento del transporte.

“Nadie está en contra del derecho a la protesta, pero la Corte dijo que no hay ningún derecho absoluto”, expresó Álvarez.

A continuación es el turno de alegar a la defensa de los docentes imputados y más tarde la jueza Marcela Leiva dictaría sentencia.

Comenzó el segundo día de juicio a Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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