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Milpa, el sistema agrícola que puede reemplazar el uso de agrotóxicos

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La milpa es una práctica ancestral sustentable basada en el policultivo, lo que permite reunir una variedad de plantas y hierbas en un mismo espacio; generalmente maíz, zapallo y porotos. Estudios científicos permiten constatar que esta técnica retroalimenta especies, beneficia la polinización, la fertilidad del suelo e incluso el control biológico de insectos.

Su origen es milenario y tuvo mayor presencia en Mesoamérica, particularmente en México, aunque también se registró en otros puntos del continente e incluso en Misiones. Sin embargo, el avance de las grandes industrias que incentivan el uso de agrotóxicos, contribuyó a que se perdiera de vista la particularidad y funcionalidad de esta técnica productiva.

Para echar luz al respecto, la ingeniera Agroindustrial, magíster en Ciencia y Tecnología agroalimentaria y doctora en Ciencias Agroalimentarias, Beatriz Quiróz (38) concedió una entrevista al segmento Sociedad Orgánica, del programa Al Día, transmitido por Unam Transmedia.

El encuentro virtual se dio luego de que Quiróz realizara una publicación conjunta para la prestigiosa revista científica Journal of Ethnobiology, donde presentó su última investigación, en la que exploró cómo el medio ambiente y las prácticas agrícolas afectan los tipos de “malezas” que crecen en las milpas, cómo los agricultores las perciben y cómo las utilizan.

“Hasta este momento no existía evidencia científica sobre esto. Todo el mundo dice que si se aplican herbicidas se reduce la biodiversidad de las plantas, sí hay algunas publicaciones, pero no específicamente de un policultivo como lo es la milpa”, sostuvo Quiróz, y profundizó: “Hoy busco hacer visible todo esto que ha sido invisibilizado por ciertas empresas y personas. Ya no podemos callarnos. Afortunadamente he tenido la posibilidad de realizar investigación como parte de mi trabajo en Bomberos Agroecológicos”.

Bomberos Agroecológicos es una organización de profesionales comprometidos con “la salud del suelo, las plantas y el ser humano”, que cuestiona todo tipo de “transición” de un sistema a otro, ya que a su entender “no se puede poner blanco sobre negro”.

La simbiosis del policultivo

En 2022 Quiróz propuso realizar un estudio sobre las hierbas que crecen en los campos de México, más específicamente en Huasteca, donde los agricultores solían usar herbicidas y fertilizantes en sus milpas, sosteniendo una percepción negativa sobre las “malezas”, por lo que los cultivos “registraban una menor riqueza de especies”.

“En la comunidad escuchaba muy frecuentemente que la gente decía ‘no, es que antes las calles se llenaban de epazote'”, en referencia a una hierba aromática nativa de México, utilizada en gastronomía. “Luego pensé ¿por qué se referían a tiempos pasados? y al observar que aplicaban muchos químicos comprendí”.

En contraste, su estudio reveló que los agricultores del Altiplano, que en su mayoría no manejaban insumos industriales, percibían las malezas de manera ambivalente y sus cultivos registraban una mayor biodiversidad.

Quiróz realizó trabajo de campo en tres estados de México con productores que tenían alrededor de 54 años de edad y llevaban, en promedio, 29 años de experiencia en el cultivo de milpa.

“Para quienes no saben, la milpa es un policultivo, es decir, una mezcla de cultivos hechos con maíz, frijol y calabaza, pero también hay ocasiones en que se intercala con tomate, chile o girasol”.

“Se siembran las tres plantas principales al mismo tiempo. Lo que sucede es que el maíz crece más rápido y puede aprovechar la luz. El frijol se enreda en la planta del maíz y ayuda a sostenerla, mientras que la calabaza ayuda a controlar hierbas porque se extiende en el suelo”.

Sobre esto, profundizó: “Se trata de adaptar el maíz con otros productos que las personas utilizan de manera común. Por ejemplo, el girasol lo convertimos en atole (bebida tradicional), además de Quelite, Verdolaga y Estafiate, todas hierbas con su nombre y un uso particular”.

La función de las hierbas

A través de la investigación basada en encuestas, Quiróz comprobó que muchas de las hierbas que crecen en las milpas contienen propiedades medicinales equiparables “a cualquier pastilla con compuesto activo”, por lo que destacó “la importancia que tienen estas hierbas, tanto para la humanidad como para la agricultura. Si aprendiéramos a valorarlas no le echaríamos herbicidas, sino que las cosecharíamos para consumirlas o venderlas”.

En México particularmente, se había instalado la falsa idea de que “los cultivos te roban los nutrientes. Por eso quitaron el frijol, la calabaza y se quedaron solamente con el maíz. Que haya varias raíces pegadas hace que intercambien nutrientes, es un trabajo en equipo”, aseveró.

De esta manera, logró identificar alrededor de 71 especies asociadas a la milpa, aunque reconoció que podrían identificarse más de 100 según la temporada, sin necesidad de ser cultivadas. Otro de los objetivos fue observar si el manejo que le daban los campesinos a las Milpas se asociaban al número de especies que se pudieron encontrar y constatar que usando agrotóxicos “se reduce la biodiversidad de estas plantas”.

En este sentido, la especialista planteó una realidad que se replicó en la mayoría de los países, incluyendo Argentina: “¿Quién ha sido el causante de esto? Nosotros hemos tenido mucha culpa al dejarnos llevar por los medios de comunicación, creyendo en el ingeniero que va de visita y dice que aplicando tal producto se podrá salvar la producción. Así es como los campesinos han caído en el engaño y creen que los productos de la botellita van a salvar los cultivos, cuando lo que estamos haciendo es acabar con la vida de las hierbas que rodean a las plantas, el conocimiento y la salud del suelo”.

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Ambiente

Un plan para restaurar la selva misionera superó los 200.000 árboles plantados

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La Fundación Vida Silvestre celebró la plantación de más de 200 mil árboles nativos con el objetivo de restaurar la selva misionera en zonas deforestadas. Al mismo tiempo, consideraron que la iniciativa es clave para recuperar al yaguareté, entre otras especies que habitan la fauna y flora regional.

A través de un comunicado, afirmaron que “la pérdida y fragmentación del monte es una de las principales amenazas para el felino”. Sin ir más lejos, según datos del último censo del yaguareté en la región del Corredor Verde entre Misiones y Brasil, esta población descendió a una media de 84 ejemplares, frente a los 93 registrados en 2022.

De manera preventiva ante esta situación, hace más de quince años Vida Silvestre trabaja en la provincia para recuperar y reconectar la selva misionera y el hábitat del yaguareté, de la mano de más de 200 familias de pequeños y medianos productores rurales de Andresito y San Pedro.

Fue así que en la última década y media lograron plantar más de 200.000 árboles nativos y restaurar unas 640 hectáreas de selva en áreas clave para recuperar corredores de biodiversidad. 

En el mismo documento, detallaron que actualmente los esfuerzos están focalizados en San Pedro y en reforzar la conectividad de la selva entre el Parque Provincial Cruce Caballero y la Reserva de Biósfera Yabotí. “En esta región, tanto las y los pobladores como los fragmentos de bosque nativo aún conservan la memoria del rugido del yaguareté”, señalaron. 

“Desde Vida Silvestre estamos convencidos de la necesidad de recuperar la selva misionera no sólo para el yaguareté y la biodiversidad, sino también para las personas ya que los beneficios o servicios ecosistémicos que brinda el monte son esenciales para el bienestar y para afrontar el cambio climático”, señaló Claudia Amicone, especialista en restauración y comunidad de la fundación. 

Además, indicó: “Nuestro trabajo de restauración lo realizamos en sitios de alto valor para el hábitat del yaguareté en donde, mediante diversos estudios, las necesidades de intervención para no perder la conectividad de los grandes bloques de serva que quedan en Misiones son urgentes”. 

“Sin selva, no hay fauna. Sin conectividad ecológica, el yaguareté no tiene futuro. Cada hectárea restaurada es una pieza clave en el rompecabezas de la conservación”, concluyó Amicone. 

Acciones colectivas para la conservación

A través de acuerdos voluntarios, acompañamiento técnico y económico, y prácticas productivas sostenibles, varias familias participan activamente en la recuperación del bosque en sus chacras. 

En este momento, 38 familias preparan el terreno para enriquecer con árboles nativos sectores de selva existentes, plantar sobre áreas degradadas y trabajar en procesos productivos de manera amigable con el ambiente, como los sistemas agroforestales.

Se trata de acciones que sumarían en el mediano y largo plazo contribuyendo con la recuperación de flora y fauna, además de impulsar prácticas que atenten contra la pérdida del hábitat, como la caza furtiva, los conflictos con actividades productivas y los atropellamientos. 

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Rescatan a mona que estuvo siete años en cautiverio en una casa de Puerto Rico

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Ayer en horas del mediodía, personal policial, junto a un equipo de ambientalistas, procedió al rescate de una mona Caí que estuvo casi una década en cautiverio, dentro de una jaula de un metro cuadrado.

“Yo estoy haciendo un asado acá y ella me está golpeando el plato allá, quiere un pedazo de asado y yo le doy asado. Le doy fruta, le doy lo que sea. Es como un animal cualquiera”, se escucha relatar a quien sería el propietario de la vivienda, ubicada en el Barrio 130 de Puerto Rico, donde estuvo encerrada la mona de especie Caí (Sapajus nigritus), en un video que no tardó en viralizarse. 

Sin embargo, tras el arribo de policías y ambientalistas, el responsable hizo entrega de manera voluntaria del animal que habría estado al menos 7 años en situación de mascotismo. 

Nuestra fauna silvestre no merece este destino. Hoy, gracias al trabajo conjunto de la Policía de Misiones, a través de su División de Defensa del Medio Ambiente, el Ministerio de Ecología y el Centro de Conservación de Fauna (Ohana), esta mona inicia su segunda oportunidad de vida”, aseveró la Policía de Misiones a través de un posteo en Instagram.

Peligro de extinción 

A lo largo y ancho del país habitan cinco especies de monos, entre ellas, dos aulladores, dos capuchinos (o Caí) y el mono de noche o mirikiná. 

En Misiones se encuentran las especies Caí y Carayá, esta última en peligro de extinción, por lo que en septiembre de 2022, el mono Carayá negro y dorado (Aloutta), fue declarado Monumento Natural Provincial, para protegerlos y tratar de recuperar sus poblaciones frente a la caza furtiva, los brotes de fiebre amarilla y la deforestación que los llevó a ser una especie en peligro de extinción en Misiones.

De acuerdo a la categorización nacional de conservación para mamíferos argentinos, las poblaciones de monos aulladores carayá en el país “han sufrido una reducción poblacional del 10% en una generación (10 años) y se infiere una reducción para el futuro a 2 generaciones (20 años) de al menos 20%”.

En Misiones particularmente, la población de ambas especies es muy escasa comparada con otras provincias. Debido a los cambios del suelo por deforestación, muchos se vieron obligados a migrar, mientras que otros no resistieron el cambio de habitat. 

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Invitan a jornada por el Día Internacional del Ambiente en la FCEQyN

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En el marco de una fecha que intenta promover la conciencia y pensar qué implica educar en contextos de crisis ambiental, la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales (FCEQyN) de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) convoca a estudiantes, docentes y a la comunidad en general a la XIII Jornada del Día Internacional del Ambiente, este viernes 27 de junio de 14 a 19, en su sede ubicada en calle Félix de Azara 1552 de Posadas.

En esta oportunidad el lema será “Unidos por un mundo sin plásticos: de la Ley Yolanda a la acción”, con el objetivo de reflexionar y divulgar esta legislación Nº 27.592, sancionada en noviembre del año 2020.

La misma establece la obligatoriedad de la capacitación en temas ambientales en todos los niveles del Estado y adherir a la campaña del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que declara al 2025 como el Año Internacional para poner fin a la contaminación por plásticos.

Su nombre surgió en homenaje a Yolanda Ortiz, quien fuera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano en Argentina, reconociendo que “su trabajo en la protección del ambiente fue muy importante en toda Latinoamérica”.

Temas y disertantes

El encuentro se llevará a cabo el aula magna, ubicada en el primer piso del edificio central, donde los presentes debatirán sobre distintos ítems, que van desde presencia de microplásticos en el río Paraná; bioplásticos de almidón de mandioca; gestión de residuos compostables en la Facultad de Exactas (Tekororiq); innovación empresarial: materiales a partir de plásticos reciclados (Terekua sustentable), entre otros.

Las disertantes serán Gladys Garrido, directora del Instituto de Ciencia Ambiental y Desarrollo Sostenible (Icades) y las docentes e investigadoras Pamela Cuenca y Natasha Schvezov.

La actividad es organizada por dicha casa de estudios, el Icades, el Programa de Extensión Educación Ambiental para la Sostenibilidad (PEA) y la Cátedra de Ecología de la FCEQyN.

Los interesados deberán inscribirse a través del enlace https://bit.ly/3GgpsiY, y recibirán certificaciones digitales al finalizar la jornada. 

Programa completo: https://www.fceqyn.unam.edu.ar/jornada-ambiente-2025/

 

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