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Schaerer: abren por primera vez causa en Paraguay y realizan excavaciones

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La tierra y los recuerdos vuelven a removerse en el caso Christian Schaerer. Nuevas excavaciones en búsqueda de sus restos se realizan desde esta mañana en Paraguay, donde por primera vez en casi dos décadas se abrió una causa penal para investigar el asesinato del joven correntino en suelo guaraní.

Los procedimientos con retroexcavadoras iniciados hoy en un descampado de San Pedro del Paraná, a unos 70 kilómetros de la vecina Encarnación, acapararon la atención de todos, pero detrás del operativo aparece una información trascendental.

Es que, por primera vez, el caso Schaerer será investigado formalmente en Paraguay, territorio que se supone -y cada vez con más fuerza- fue el último lugar en el que el joven estuvo con vida tras su largo derrotero en cautiverio.

De acuerdo a la información obtenida por La Voz de Misiones, el operativo de hoy se enmarca de una serie de diligencias ya iniciadas en el marco de una causa penal abierta en territorio paraguayo y que encabeza el fiscal Ever García, con colaboración de la abogada Noelia Núñez, en representación de la familia Schaerer, próxima a presentarse como querellante particular.

Según explicaron, este nuevo expediente no apuntará al secuestro del joven, hecho que ya fue investigado por la Justicia correntina, sino que irá más allá y buscará esclarecer el asesinato del muchacho.

“Cabe destacar que nunca se ha iniciado en Paraguay las investigaciones pertinentes para proseguir con la persecución de este hecho punible, porque si bien tenemos un secuestro en Argentina, en Paraguay ahora tenemos información preliminar de un homicidio doloso. Esto significa que tenemos un cuerpo, ahora tenemos que hallarlo y acá iniciamos este procedimiento”, detalló la letrada Núñez, en diálogo con LVM.

Que se abra una nueva causa es clave, teniendo en cuenta que significa el comienzo de una investigación, desde el punto cero, lo cual incluye la recepción de testimoniales, la realización de procedimientos y de pericias y la detención de posibles sospechosos.

A este punto se arribó mediante la aparición de un nuevo testigo -de identidad reservada-, quien a fines del año pasado aseguró tener información sobre Christian Schaerer. Al momento de declarar, afirmó que vio el momento exacto en el que el cadáver del joven correntino fue descartado en un bañado ubicado en cercanías al acceso a San Pedro del Paraná y a unos 8 kilómetros de la ruta principal.

El testimonio fue analizado y cotejado con toda la información previa que ya se tiene del caso y, en esa instancia, los investigadores constataron que los datos brindados coinciden con una testimonial tomada en 2006 en el marco de la pesquisa por el secuestro.

“Esta investigación del homicidio de Christian, posterior a su secuestro, surge con elementos que fueron rigurosamente analizados y fueron cotejados con una testimonial en el proceso que data del 2006, en donde otra testigo dice lo mismo que este testigo nuevo”, puntualizó la abogada de la familia Schaerer, y agregó: “Tal es así que tenemos un testigo ocular y otro que estuvo y tuvo conocimiento a través de información precisa porque estaba en medio de los que tenían en cautiverio al joven y logró escapar”.

“Estamos ante informaciones relevadoras que se encuadran exactamente con el hecho y hoy nos posicionan en este nuevo inicio de la investigación”, aseguró.

Fue en ese contexto que el fiscal García solicitó un allanamiento del lugar y la juez local dio lugar al pedido, lo cual derivó en los procedimientos iniciados hoy.

Las labores se realizan en un antiguo bañado ubicado cerca del acceso a San Pedro del Paraná.

Mapeo y preparación para excavar

Fue así que esta mañana arribó a la escena un comitiva integrada por funcionarios judiciales, efectivos del Departamento Antisecuestros de la Policía Nacional de Paraguay, operarios de retroexcavadoras y especialistas en geolocalización.

También estuvieron presentes Juan Schaerer, padre del joven desaparecido, la abogada Núñez y el testigo clave, que incluso se descompensó en un momento.

En primera instancia, se realizó un mapeo del lugar con dispositivos tecnológicos, pero las labores debieron ser suspendidas por las inclemencias del tiempo.

Por ello, los puntos señalados por el testigo fueron delimitados y allí las retroexcavadoras harán lo suyo cuando las condiciones lo permitan.

“Es importante que la ciudadanía sepa que estamos a 20 años del hecho buscando nuevamente poder concluir la investigación y que esto permita llegar a los responsables, porque más allá de encontrar el cuerpo, vamos a buscar llegar a los responsables de lo que le sucedió al joven”, profundizó Núnez.

“Acá hay una familia, una sociedad y dos países luchando por llegar a la verdad”, valoró la profesional, quien ya adelantó a LVM que solicitará nuevas testimoniales, indagatorias e incluso la extradición del Rodolfo José “Ruso” Lohrman, sindicado líder de la banda que perpetró el secuestro de Schaerer y detenido en Portugal tras permanecer 14 años prófugo con pedido de captura internacional.

La punta Delvalle

A estos nuevos avances registrados en San Pedro del Paraná, hay que sumarle otro eslabón que podría ser clave.

En septiembre del año pasado, fue detenido en Edelira, a unos 100 kilómetros de Encarnación, Ricardo Ariel Delvalle Arriola (42), acusado de un intento de secuestro perpetrado contra Juan Schaerer en Asunción en 2003 e investigado en su momento por el posterior rapto de su hijo Christian.

Delvalle, que era líder de la banda de Los Marihuaneros y tenía vínculos con Lohrman, fue detenido en 2006 junto a dos hermanos, Antonio y Arnaldo, e incluso extraditado a Argentina para comparecer ante las autoridades correntinas que investigaban el caso Schaerer, aunque luego todos fueron desvinculados por falta de pruebas.

En esa línea, para Núñez, este hombre puede ser un eslabón clave en la causa recientemente iniciada.

“Es una arista que se une a la serie de elementos que se tienen para análisis. Hay que tener en cuenta que esta persona fue uno de los señalados captores de Christian”, dijo, aunque señaló que “en el proceso en Corrientes tengo entendido que fueron sobreseídos”.

“Ahora con este nuevo hecho, que no es secuestro y es homicidio doloso, no se puede hablar de doble juzgamiento, porque estamos hablando de dos hechos distintos y hace de que volvamos a analizar todo y nada obstaculiza que estas personas vuelvan a ser requeridas por las autoridades para responder con sus descargos. Esa una persona elemental para la causa y se la va a tener en cuenta. Se le va a dar la oportunidad de que brinde información”, culminó.

Ariel Delvalle fue detenido en septiembre del año pasado y podría volver a ser investigado.

El secuestro de Schaerer, paso a paso

La investigación sobre el secuestro reconstruyó que el joven fue interceptado el 23 de septiembre de 2003 mientras llegaba a su casa en la barrio Las Tejas de la capital correntina y desde allí fue llevado, primero a Saladas, a unos 110 kilómetros de allí, y luego a Paso de los Libres.

En esa ciudad permaneció unos quince días hasta que sus captores lo cruzaron por el río Uruguay hasta la localidad brasileña de Uruguayana, donde permaneció otras dos semanas cautivo en distintos inmuebles.

En octubre de 2003 y, presuntamente desde territorio brasileño, se tuvo la última señal de vida de Schaerer. Fue una grabación enviada a su madre y a su hermano donde el muchacho, entre otras cosas, decía: “Estoy todo destruido, estoy todo quebrado, todo lastimado, todo ensangrentado. Estoy sin comer, estoy sin tomar agua; si no pagan, en pocos días me voy a morir”.

El 6 de noviembre, siguiendo las instrucciones de los secuestrados, la madre de Schaerer, Pompeya Gómez, viajó a Encarnación y luego a Ciudad del Este, donde la hicieron recoger varias postas con indicaciones hasta dejar los 277.000 dólares del rescate en el lugar elegido. Sin embargo, el joven nunca fue liberado.

El recorrido de Schaerer en cautiverio con pruebas fehacientes se pierde allí, en Paso de los Libres. Se estima que, después de Uruguayana, el joven volvió a ser cruzado a territorio argentino, pero desde ese punto no se pudo volver a reconstruir a ciencia cierta sus próximos destinos.

En los últimos años, tras las capturas de Lhorman y Maidana en Europa, se reactivaron operativos de búsqueda en esa zona, labores que incluyeron el dragado de un arroyo afluente del río Uruguay y excavaciones, pero no hubo resultados.

El caso Schaerer se transformó en el secuestro extorsivo más extenso en la historia del país.

Schaerer fue secuestrado en Corrientes en 2003 y hasta ahora permanece como desaparecido.

La “pista misionera” y su conexión con Paraguay

Fue a mediados de 2004, en tanto, que en la causa apareció la denominada “pista misionera”, la cual indicaba que, después de Paso de los Libres, Schaerer fue alojado en una casa quinta de Garupá y en un aserradero de Santa Ana.

Esa pista se conecta, a su vez, con la banda de Los Marihuaneros, ya que una hipótesis indica que desde Misiones el joven correntino fue cruzado a Paraguay, donde quedó en manos de la banda liderada por los hermanos Delvalle, donde uno de ellos, Ariel, ya había estado involucrado en el intento de secuestro de Schaerer padre.

En contra de Ariel -detenido en septiembre pasado- hasta hubo un testimonio que lo vinculaba directamente con Schaerer hijo. Fue su ex esposa, quien luego del doble homicidio de sus padres también acusó a Delvalle de haber tenido cautivo al muchacho correntino en distintas viviendas de Edelira. En esos lugares hubo allanamientos y recorridas en las que participó el padre del chico desaparecido.

En 2017, Juan Schaerer recordó sobre esa recorrida: “Yo estuve muy cerca de recuperarlo y no me voy a perdonar no haber dado el paso necesario para eso. Entre todos los operativos que realizamos con la Policía paraguaya y la fiscalía antisecuestro de Paraguay, estuvo uno en donde estuvimos en un lugar, frente a la toma de agua de la Pape­lera Misiones, donde había tres casas (…) en dos de ellas encontramos a parte de la banda y logramos obtener información respecto a las últimas horas de Cristian, pero la tercera casa estaba toda cerrada y tapiada y uno de los integrantes del grupo dijo que estaba abandonada, por eso no la revisamos”.

Juicios en Corrientes

La investigación sobre lo que se pudo reconstruir del secuestro en Corrientes derivó en dos juicios orales.

En el primero de ellos, realizado en 2007, fueron condenados el misionero Néstor Horacio Barzuck (25 años de prisión), el abogado Ángel Barbieri, quien habría prestado información de la víctima y logística a la banda (25 años) y Yudith Alvarenga (8 años).

En 2009 se celebró el segundo juicio, el cual culminó con varias absoluciones, pero el fallo fue revisado y en 2013 la Cámara Federal de Casación Penal, Sala III, decidió condenar a Carro Córdoba y a Raúl “Caniche” Salgán a 25 años de prisión.

También recibieron condena Gonzalo “Paragüita” Acosta (20 años), Miguel Ángel “El Patrón” Ramírez, ex sargento de la PFA que alertó de allanamientos a la banda de Paso de los Libres (18 años), los hermanos Sergio (fallecido en febrero) y Oscar Salgán, hijos de Caniche (17 años), María Esther Sudo (17 años), a su hijo, Jorge Sudo (11 años) y Cornelli Belén (12 años).

Sin embargo, en ninguno de los debates surgieron pistas que permitieran ubicar al muchacho desaparecido.

Cuando Lorhman y Maidana, líderes de la temible banda criminal que también se dedicaba a asaltos de bancos, cayeron en Europa en 2017, se encendió una última luz de esperanza, pero hasta el momento ninguno reveló información y para ser extraditados a la Argentina primero deben cumplir sus condenas por robos y asaltos en el viejo continente.

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Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida

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Pablo Schoenfisch

Tras una nueva desestimación de la declaración autoincriminatoria de su padre, esta mañana se reanudó al juicio contra Pablo Schoenfisch (23), jornada que incorporó las primeras testimoniales, entre ellas la de un hermano del sospechoso, quien apuntó al acusado como autor del ataque parricida que acabó con la vida de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su progenitor Arnoldo (67), ex intendente de Santiago de Liniers.

Fueron cinco las testimoniales recibidas hoy por el Tribunal Penal Uno de Eldorado, todas ellas reveladoras para la hipótesis del caso que maneja la fiscalía, pero la de mayor emotividad fue la de Lucas Szumkoski (35), medio hermano del acusado, hijo de la mujer fallecida e hijastro del hombre baleado.

Entre lágrimas, el testigo no dudó en apuntar contra su hermano y en ratificar todo lo que declaró durante la etapa investigativa.

“Nunca imaginé que iba a ser él”

Szumkoski fue quien durante aquella madrugada del 14 de mayo de 2020 trasladó a ambas víctimas en su camioneta desde la casa familiar de Santiago de Liniers hasta el hospital Samic de Eldorado, donde se constató el deceso de su madre como consecuencia de un balazo en la cabeza y las graves lesiones que dejaron con secuelas de por vida a su padrastro por una lesión similar. 

A diferencia de la versión trazada por su padrastro la semana pasada cuando efectuó una declaración autoincriminatoria para desligar al imputado del caso, Szumkoski robusteció las sospechas que giran contra Pablo.

Nunca me imaginé que iba a ser él. Fui a la comisaría al día siguiente y le dije ‘sabes lo que hiciste’, mataste a tu mamá y a tu papá y él me dijo “sí”. Ahí le dije que no iba a ir al velorio de su mamá. Ahí ya la Policía me sacó para afuera. Yo siempre le defendí, decía que no podía ser. Pero mi hermanito le dio”, señaló mientras miraba al imputado y lo señalaba con el dedo.

Szumkoski también recordó una conversación que tuvo con su padrastro tiempo después del hecho: “Estaba mi primo René también. Yo le decía que siempre peleé por mi hermanito chiquitito. Ahí él (por Arnoldo) me dice ‘mirá como me dejó y vos le defendés’. Yo decía que él no era, pero me dijo: ‘Vos te vas a arrodillar ahí y te va sacar la cabeza de un tiro. Si a mí me dejó ciego, a vos te va a matar’”.

El joven describió a su hermano preso como “malcriado” y “vago como cualquier gurisada”, al tiempo que confirmó que el sospechoso sabía manipular armas de fuego. “Él siempre andaba tirando por ahí, a las palomas”, dijo.

El policía Patiño Benítez también arrojó declaraciones relevadoras.

“Pablito hizo cagada”

Otra de las testigos que compareció para la reanudación del debate oral fue Margarita Radke, una de las primeras personas en llegar al lugar para asistir a Arnoldo Schoenfisch tras sus gritos de auxilio.

A diferencia de su pareja Alberto -hermano de Arnoldo-, la mujer ratificó que en esos primeros minutos del caso el ex intendente atacado respondía que “Pablito hizo cagada” cuando le consultaban sobre qué había sucedido.

Esa misma expresión fue oída por Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y otra de las personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada.

“Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”, recordó la muchacha que además hacía tareas de limpieza en la casa de la abuela del imputado.

Justamente, trabajando en esa vivienda, ubicada en la misma propiedad donde ocurrió el hecho, Padilla encontró un guante oculto en una gaveta instalada en la habitación donde Pablo Schoenfisch durmió la noche del crimen.

La hipótesis acusatoria sostiene que ese guante fue utilizado por el imputado para disparar y no dejar marcas en el revólver calibre 38 utilizado como arma homicida.

“Fui a buscar una cortina a un baúl que estaba cerca de la cama. Cuando abrí estaba cortina y cuando saco veo un par de guantes, una bufanda y una gorra. Me pareció raro porque eso nunca estuvo ahí. Cuando lo comenté me dijeron que llame a la Policía”, reconstruyó Padilla, quien ante la consulta del fiscal Federico Rodríguez reconoció que “eran de Pablo. Era la gorra y la bufanda habitual que siempre utilizaba en invierno”.

Tanto Padilla como Radke además manifestaron que la relación entre el imputado y sus padres se había tornada complicada, con varias actitudes agresivas por parte del joven hacia la pareja. Los conflictos se habrían acrecentado en los últimos meses cuando Antúnez y Schoenfisch padre le “recortaron” a su hijo el uso de un cuatriciclo, del celular y la entrega de dinero. 

“La relación de ellos ya estaba bastante pasada. Pablo estaba bastante testarudo. No quería estudiar, le mandaban a hacer algo y Pablo les mandaba a la mierda. Vivían discutiendo”, declaró Padilla.

“Gotas de sangre”

El quinto testigo tampoco pasó desapercibido. El subcomisario Raúl Bernardino Patiño Benítez era subjefe de la comisaría de Santiago de Liniers al momento del hecho y su accionar su clave para orientar las sospechas hacia un ataque parricida como principal hipótesis del caso.

Patiño Benitez declaró que a las 4.15 fue alertado del hecho por Szumkoski y que minutos antes de las 5 ya estuvo en el lugar, donde ordenó resguardar la escena, aguardar a criminalística e iniciar las averiguaciones.

En ese marco, sostuvo que al amanecer, cerca de las 8, tuvo su primer contacto con Pablo Schoenfisch. Cuando lo veo le saco hacia la calle para hablar. Le pregunto por qué no estaba en la casa si él vivía con los padres y dijo que estaba en la casa de su abuela. Ahí me dijo ‘ yo entré y vi que mi mamá estaba tirada en la cama, muerta, y mi papá recostado contra un ropero, para mí estaba muerto también’. Le pregunté qué más hizo y me dijo que salió no más y se fue a la casa de abuela a dormir. Me pareció muy extraño, estaba despreocupado totalmente”, reconstruyó Patiño Benítez sobre aquel diálogo.

El testigo además señaló que mientras conversaba con el joven advirtió que en su pantalón habían “gotitas de color a sangre”, ante lo cual decidió cortar el diálogo y mantenerlo bajo una “vigilancia discreta” hasta que el juzgado ordenó una requisa para incautar esas prendas en la comisaría, lugar donde posteriormente quedó detenido y desde ese día nunca más recuperó la libertad.

Pablo Schoenfisch volvió a pasar frente al tribunal y acusó que todas las declaraciones en su contra eran mentira.

Defensa

Después de escuchar todas las declaraciones en su contra, Pablo Schoenfisch volvió a pedir la palabra para una ampliación de declaración, aunque no respondió preguntas y solo se limitó a responder las acusaciones.

Para él, todos los testigos de la jornada efectuaron “un falso testimonio” hacia él, incluso mencionó que las palabras de su hermano eran “mentira”. “Me están acusado de un delito que jamás cometí”, expresó.

Tras esa breve declaración, el tribunal presidido por la magistrada Adriana Andino e integrado por Atilio León y Javier Jourdan (subrogante), pasaron un cuarto intermedio hasta mañana a las 8.30 para continuar con más testimoniales.

La defensa del imputado, encabezada por los letrados Fabián De Sá y María Laura Alvarenga, solicitaron que el padre del imputado vuelva a ser citado para continuar con la declaración que había iniciado la semana pasada y fue suspendida para que se investigue su autoincriminación.

Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.

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Pericia descarta “fenómenos alucinatorios” en detenido por femicidio de Medina

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Una pericia psicológica efectuada sobre el único acusado del femicidio de la enfermera Elvira Irene Medina (61), registrado a fines de septiembre en Puerto Esperanza, descarta patologías de salud mental que configuren una posible inimputabilidad y la causa ahora avanza hacia el dictado de la prisión preventiva.

De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas por La Voz de Misiones, el informe psicológico concluye que el detenido identificado como Andrés Darío Garcete (45) no presenta “fenómenos alucinatorios” ni tampoco se observan “ideas de tipo delirantes” o “tendencia al pensamiento mágico”.

Otro punto clave del estudio señala que el imputado es capaz de “comprender y conducir sus actos”, como así también para comprender y adherirse a las normas y leyes sociales.

La pericia fue incorporada al expediente que dirige el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, que continúa recabando elementos para avanzar en el dictado de la prisión preventiva. Garcete está imputado por femicidio, figura que prevé una pena de prisión perpetua.

Enfermera asesinada en Esperanza sufrió un traumatismo facial gravísimo

Irene Medina era enfermera y cuidaba al padre del sospechoso.

El caso

El femicidio de la enfermera Medina se descubrió el 26 de septiembre, cuando la Policía salió a buscarla tras permanecer desaparecida desde las 15 de ese mismo y finalmente la encontró sin vida en un baldío contiguo a la vivienda de un adulto mayor al que cuidaba hace aproximadamente un mes.

Justamente, el hijo de ese paciente que Medina atendía es el hombre que ahora aparece como sospechoso. Cuando la Policía llegó a su casa Garcete se mostró nervioso, reticente y exhibía rasguños tanto en la cara como en el cuello.

Dentro de la vivienda más tarde encontraron pelos, un bolso con elementos de primeros auxilios y un trofeo de fútbol con manchas que podrían ser de sangre. Todo fue incautado, al igual que un escurridor y varios trapos de piso ante la posibilidad de que el lugar haya sido limpiado antes de la llegada de la Policía.

La búsqueda de Medina se inició cuando una de sus hijas se preocupó por su paradero. Es que la mujer salió de su casa a las 15 de ese viernes con destino a su trabajo en el barrio Villa Nueva, pero nunca regresó ni respondió llamadas o mensajes de texto.

La autopsia estableció que la víctima murió como consecuencia de una fractura de vértebra cervical. También tenía un traumatismo facial gravísimo que le ocasionó rotura de huesos de la cara. El crimen fue cometido a golpes.

Garcete quedó detenido esa misma noche y días después declaró ante la Justicia, instancia en la que admitió haber estado drogado con crack y no recordar nada sobre lo sucedido ese día.

Femicidio en Esperanza: enfermera fue a trabajar y la asesinaron a golpes

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Viuda de Guirula tras el fallo: “Pensé que ya no íbamos a tener justicia”

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La última audiencia del juicio por la muerte de Carlos Guirula, marcada por la última palabra de los acusados y la sentencia, fue seguida de cerca por la familia de víctima, principalmente de su esposa, sus hijos y su hermana, quienes destacaron el fallo como “el cierre” de una dolorosa etapa que duró once años.

“En general conforme, pero más que nada por mis hijos. Para ellos es importante tener un cierre, saber que se hizo un poco de justicia después de tantos años. Ellos hoy son chicos felices, libres de toda bronca, porque así lo quise yo, de protegerlos todos estos años”, expresó Nora Acosta, viuda de Guirula, en conversación con La Voz de Misiones en los pasillos del Tribunal Penal Dos de Posadas, antes de salir al encuentro de sus hijos, que la esperaban con un abrazo grupo fuera del recinto.

Hijos y más familiares de Guirula a los abrazos fuera del tribunal.

Yo pensé que ya no íbamos a tener justicia, que esto ya no salía. Pero esto es un cierre para ellos. Ahora veremos qué hacemos y cómo seguimos, pero lo bueno es que no quedó en vano”, añadió.

Para Nora los pedidos de disculpa de los acusados no fueron del todo sinceros, mucho menos suficientes. “Esperar once años para solo decir ‘lo sentimos’”, apuntó y agregó que “solo me llegó la palabra de Da Silva, a él si lo sentí muy sincero”.

Si bien se mostró conforme con el fallo, admitió que le hubiese gustado una pena más alta para los otros imputados. “Nuestro día del padre es ir al cementerio hace once años. Es dolorosísimo, pero repito: es bueno saber que esto no quedó en vano”.

“Clemencia” y “disculpas”: la palabra de los condenados por el caso Guirula

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