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La taxista tenía dos puntazos en el cuello y fue arrojada sin vida al pozo

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Si bien los indicios eran evidentes, ahora la Justicia cuenta con dos certezas irrefutables sobre las cuales avanzar respecto a la investigación del caso Claudia Benítez. Una es que el cuerpo hallado ayer en un pozo de agua de Nemesio Parma corresponde a la taxista posadeña y otra es que la mujer fue asesinada bajo circunstancias de extrema violencia y brutalidad, tópicos que además sustentan la tesis de que fue un crimen “premeditado”, con la intervención de dos o más personas.

A estas conclusiones -entre otras-, se arribó esta tarde, una vez culminado el complejo examen de autopsia que se extendió durante varias horas en la sala de operaciones de la Morgue Judicial de Posadas.

Según consignaron fuentes consultadas por La Voz de Misiones, hasta las 16 de hoy la familia de la taxista no había realizado el reconocimiento formal de los restos, pero el cadáver ya cuenta con una identificación científica obtenida a partir del cotejo de huellas dactilares.

Otra información clave obtenida mediante la autopsia fue que la causal de muerte de la taxista fueron dos puntazos en el cuello, uno de los cuales ocasionó un orificio de salida en la parte posterior, es decir que la lesión perforante literalmente atravesó de punta a punta esa región del cuerpo.

Como ya se mencionó en la víspera, al momento del hallazgo el cuerpo tenía las manos atadas hacia atrás y el rostro cubierto, pero ahora también se estableció que todas esas acciones fueron realizadas con la víctima en completo estado de indefensión y que la mujer ya estaba muerta al momento de ser arrojada al pozo de agua donde fue encontrada, dado que los forenses no detectaron líquidos en los pulmones ni ningún otro indicio que haga suponer que la taxista tuvo posibilidades de sobrevida en ese lugar.

Ahora, los investigadores aguardarán los resultados de la batería de análisis científicos que se realizarán a partir de las muestras obtenidas en la autopsia y también resta establecer qué tipo de elemento fue utilizado como arma homicida. A partir de ello, la Justicia sabrá -por ejemplo- qué buscar con mayor precisión en los futuros procedimientos que puedan desencadenarse en las próximas horas.

La vivienda donde la víctima residía junto a su pareja está bajo custodia y sería inminente un allanamiento del lugar.

“Fue un crimen brutal. Las características del hecho denotan un trabajo fino y premeditado”, describió un pesquisa consultado por LVM, quien afirmó que ante todas estas circunstancias se estima que el asesinato fue cometido con la intervención de dos o más personas.

Hasta el momento, el único sospechoso que se encuentra bajo la lupa es Juan Andrés R. (39), pareja de la taxista, quien pasó de estar demorado a formalmente detenido en el marco de la investigación luego del hallazgo del cadáver reportado ayer a la mañana.

Benítez tenía 32 años, era madre de dos hijos pequeños y residía en Itaembé Miní.

La pesquisa: del taxi en llamas y al pozo en Parma

La investigación del caso Benítez comenzó el martes a la mañana, cerca de las 9, cuando vecinos del paraje Nemesio Parma reportaron el hallazgo de un taxi Chevrolet Corsa ardiendo en llamas a un costado de la avenida del Té, una de las arterias que conduce al alejado paraje de la zona sur posadeña.

Al lugar acudieron efectivos de la Comisaría Decimonovena, quienes constataron que el rodado le pertenecía a Claudia Benítez, de 32 años, domiciliada en Itaembé Miní y muy conocida en la ciudad por ser una de las pioneras de la red de taxis “Entre Nosotras”, que prestaba servicio exclusivamente a mujeres, chicas y adolescentes.

Sin embargo, para ese entonces, ya nadie sabía nada sobre el paradero de la mujer, que además es madre de dos niños pequeños.

Es que cuando los primeros efectivos intervinientes acudieron hasta Itaembé Miní y se entrevistaron con su pareja, quien aseguró que esa mañana la taxista salió de la casa minutos antes de las 6 para cumplir un viaje con tres pasajeros hasta la zona de Nemesio Parma.

Desde ese allí todo fue misterio e incertidumbre, sentimientos que ayer se transformaron en dolor y bronca tras el hallazgo del cadáver.

El cuerpo fue encontrado dentro de un pozo de agua ubicado en el fondo de una propiedad abandonada detrás del Parque Industrial y a unos 2.000 metros del lugar donde se halló el taxi en llamas de la víctima.

Hasta ese punto arribaron los investigadores mediante el testimonio de un testigo de identidad reservada que llamó al 911 para alertar que ese martes a la mañana, minutos después de las 6.30, vio estacionado y sin ocupantes el taxi de Benítez frente a ese lugar.

Un grupo de los más de 100 uniformados que ese día iniciaron el operativo de búsqueda acudieron hasta el punto indicado y las pistas halladas hicieron el resto.

Las fuentes describieron que en el lugar detectaron marcas de arrastre y manchas de sangre que funcionaron como guía hasta llegar a el pozo de unos 7 metros de profundidad donde la taxista fue descartada.

En ese lugar trabajó ayer el personal de la Dirección de Policía Científica, quienes operaron en absoluta soledad para prevenir la contaminación de la escena. Cada hoja, cada rama, cada piedra que presentaba alguna mancha similar a sangre, fue objeto de hisopados para la toma muestras que en un futuro podrían servir para identificar algún ADN distinto al de Benítez.

Lograr eso sería el anhelo de cualquier investigación criminal, dado que permitiría ubicar sospechosos en la escena.

En ese marco, los investigadores también aguardan los informes finales sobre el relevamiento de cámaras de seguridad y de las pericias telefónicas realizadas sobre los aparatos incautados.

Según pudo averiguar LVM, distintas cámaras de video-vigilancia del 911 captaron el recorrido del Chevrolet Corsa de Benítez en dirección hacia Nemesio Parma en el horario aportado por su pareja, pero se espera que, mediante un análisis más minucioso de las imágenes, se pueda determinar si efectivamente era ella quien iba al mando del vehículo, ya que no se descarta que el o los asesinos estuvieran frente al volante en ese momento.

El taxi de Benítez captado por cámaras de seguridad en dirección a Nemesio Parma ayer a la mañana.

Por otro lado, las autoridades al frente de la pesquisa ya cuentan con la información de que previo al inicio de la cuarentena por la pandemia del Covid-19 Benítez radicó una denuncia por violencia de género contra su pareja y hasta recibió una restricción que no fue renovada tras su vencimiento.

Eso, sumado a una serie de chats en los cuales la mujer aparentemente le manifiesta a una amiga que sufría maltratos de parte de su pareja, dejan aún más bajo la lupa al hombre, aunque los investigadores insisten en mantener la cautela hasta tanto no se recolecte mayor información.

Es por eso que tampoco descartan otras líneas investigativas y, aunque se supone que en el hecho participaron más personas, hasta el momento no existen otros posibles sospechosos en la mira. Ante este panorama, aún hay más preguntas que respuestas, pero en base al metódico trabajo realizado por los investigadores especializados en diversas áreas, las autoridades confían en obtener más resultados prontamente.

Para ello se aguardan los informes de las cámaras de seguridad que faltan y el resultado de las pericias científicas realizadas en base a los elementos recolectados en las distintas escenas del hecho.

Por último, se cree que él o los homicidas conocían perfectamente la ubicación del pozo en el cual finalmente descartaron el cadáver, dado que es un punto de difícil acceso y cubierto de una abundante vegetación que incluso impedía su detección durante las recorridas aéreas realizadas con el helicóptero de la Policía.

Por lo pronto, la pareja de la taxista continúa detenido como único sospechoso y se supo que ya cuenta con la defensa legal de letrados integrantes del estudio jurídico Alejandro Jabornicky y asociados.

Se estima que, una vez que el sumario policial sea elevado a la Justicia, el hombre será citado a prestar declaración indagatoria.

En las últimas horas también se supo que Benítez fue quien, en octubre del año pasado, filmó el momento exacto en que un efectivo policial hería de un disparo a una joven a la salida de un boliche sobre la avenida Cabred en un procedimiento. Por ese hecho, un agente quedó detenido, otros tres fueron separados de la fuerza y los jefes del Comando Radioeléctrico Oeste fueron removido de sus cargos.

Por otro lado, la familia de la víctima puso sobre el tapete un confuso episodio en el que Benítez discutió con una abogada y su pareja a la salida de un local nocturno sobre la avenida Maipú. Eso ocurrió el fin de semana y aseguran que luego de ello la mujer comenzó a recibir amenazas.

En la causa interviene el Juzgado de Instrucción Siete de Posadas, a cargo del magistrado Miguel Mattos.

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Policía denunció trata y abuso contra su hija en San Ignacio

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Policía denunció trata y abuso contra su hija en San Ignacio

Un sargento primero de la Policía de Misiones se presentó en la Fundación Alameda para denunciar un presunto caso de trata de personas con fines de explotación sexual que tendría como víctima a su hija de 18 años. En la acusación señaló la posible participación de otros efectivos de la fuerza provincial. La organización, dedicada a combatir la trata y otros delitos vinculados, solicitó la intervención de la Procuraduría de Trata y Explotación de Personas (Protex) del Ministerio Público Fiscal.

La Voz de Misiones accedió a la presentación que la Fundación Alameda elevó a Protex, en la que se describen los hechos denunciados por el policía misionero Claudio Benítez, quien presta servicio en la comisaría de Loreto, dependiente de la Unidad Regional (UR) XIII.

El documento firmado por el presidente de la fundación, Gustavo Vera, apunta que los hechos comenzaron el domingo 26 de octubre en horas de la tarde, cuando la joven le informó a su papá Claudio Benítez que se trasladaría a una casa quinta ubicada en Loreto para trabajar.

Siempre de acuerdo a los hechos denunciados, el policía misionero le pidió a su hija que le brindara “fotos” o la “ubicación” del lugar al “tratarse de un trabajo nuevo”.

En esa línea, el documento señala que la víctima identificó a Jorge “Coqui” Mesa como la persona que habría gestionado el supuesto empleo y, según su relato, ese mismo día el hombre se presentó en la vivienda familiar y tomó fotografías de su hermana, menor de edad, con el objetivo de amenazarla para que asistiera a la casa quinta.

En una entrevista con el medio Alem News, la víctima contó que conoció a Jorge “Coqui” Mesa a través de una amiga. Coqui, según el testimonio de la joven, le había prestado mucho dinero y, a cambio de esa deuda, la obligó a traficar droga en su barrio, primero; hasta que la condujo a la cabaña donde se produjeron los hechos.

“Como no tenía para devolverle, me dijo: ‘tenés que hacer otras cosas para devolverme la plata’. Y ahí, me empezó a dar drogas (cocaína) para que venda. Empecé a vender acá en mi barrio para recuperar esa plata. Y ahí, como ya estaba todo, él me ofreció un trabajo en Loreto”, afirmó la muchacha.

Ante las cámaras del medio mencionado, la muchacha describió lo que vivió ese domingo 26 de octubre: “Me mandó un remis y me dijo para hablar. Me subió al auto y me empezó a dar bebidas, empecé a tomar; él daba vueltas y me dormí, sentí un pinchazo; y cuando me desperté estaban cinco hombres alrededor mío. Me levanto y siento mucho dolor”.

Continuando con lo expuesto en el escrito de la fundación Alameda a la fiscalía, la chica le confesó a su padre, el sargento Benítez, que no estaba en la casa quinta, sino que había sido trasladada a la localidad de San Ignacio, en un camping llamado La Familia.

“Ante ello, Benítez solicitó permiso en la comisaría, ya que estaba cumpliendo turno, para trasladarse a buscarla al camping La Familia. Una vez en el lugar, le pidió a su hija que se trasladara con él a Loreto, la llevó hasta la casa quinta donde supuestamente debía trabajar y la dejó allí”, se desprende del documento.

Luego, Benítez recibió un mensaje de su hija donde la muchacha le contó que “estaba dentro de una habitación con tres personas desnudas en el complejo La Familia, en San Ignacio”. Ante la situación, el policía pidió intervención a la comisaría de Loreto y acudió al lugar con un móvil.

Al presentarse en el camping, el denunciante encontró a su hija en el lugar junto a su camarada Carlos Díaz, a quien señaló como custodio del intendente de San Ignacio, Esteban “Negro” Romero; a una persona identificada como Daniel Dorrey y otra persona que no logró identificar.

Posteriormente, la muchacha de 18 años fue trasladada a la Comisaria de la Mujer jurisdiccional, donde se le tomó declaración de los hechos ocurridos. En tanto, el martes 28, la joven fue trasladada a la ciudad de Puerto Rico para ser examinado por un médico policial, quien corroboró que “había sido víctima de abuso sexual”, se desprende del documento de la fundación Alameda.

En su presentación ante Protex, la Fundación Alameda advirtió sobre indicios de una presunta red de explotación sexual que podría involucrar o contar con el encubrimiento de efectivos de la fuerza provincial. Por ello, solicitó medidas urgentes, resguardo de las pruebas digitales, protección para la víctima y su familia, y una investigación a nivel judicial y administrativo sobre los funcionarios señalados.

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Murió una joven y un menor quedó gravemente herido tras accidente en Wanda

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Murió una joven y un menor quedó gravemente herida tras accidente en Wanda

Una colisión entre un automóvil y una motocicleta sobre la ruta provincial 19, a la altura de la intersección con la calle Los Cosecheros, en Wanda, dejó como víctima fatal a una joven de 18 años que viajaba como acompañante en el rodado menor.

El siniestro vial ocurrió en la noche del martes, cuando, por motivos que son materia de investigación policial, un auto Renault Symbol conducido por Johana M. (38) colisionó con una moto Zanella 110 cc, en la que circulaban Jovani S. (17), al mando del rodado, y Jenifer Servian (18).

Tras el impacto, ambos ocupantes de la motocicleta fueron trasladados de urgencia al Hospital Samic de Eldorado. Allí, horas más tarde, falleció Jenifer Servian producto de un traumatismo de cráneo y Jovani S. permanece internado en el nosocomio con heridas graves, según informó la Policía de Misiones.

En el lugar trabajaron efectivos de la comisaría de Wanda, personal de la División Policía Científica y Bomberos de la Unidad Regional V.

En tanto, por orden del juzgado interviniente, se procedió al secuestro de los vehículos involucrados y se notificó de la causa a la conductora del automóvil.

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Caso Guirula: personalidad “psicopática” en Tabarez y sangre en el patrullero

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Guirula Tabarez

Tras la depuración de testigos acordada entre las partes, este martes se reanudó el juicio oral para esclarecer la muerte del albañil Carlos Guirula (34) y gran parte de la jornada se centró sobre una pericia psicológica realizada sobre la oficial Lourdes Beatriz Tabarez (42), encargada del procedimiento que culminó con el deceso de la víctima como consecuencia de fracturas de costillas que perforaron un pulmón, entre otras lesiones de consecuencias letales.

Para abordar ese informe compareció como testigo la licenciada Carolina Biele, quien explicó que la pericia a Tabarez consistió en tres encuentros donde se entrevistó con la imputada y aplicó diferentes técnicas para llevar adelante su evaluación.

Biele sostuvo que “el objetivo, más allá de confeccionar un perfil psicológico, es poder informar sobre características de personalidad que sean inherentes al hecho o que tengan alguna relación o que ayuden a explicar o resolver el hecho que se investiga”.

Con esa introducción y a consultas efectuadas por el fiscal Vladimir Glinka, la licenciada desarrolló cada punto de su informe, donde se destaca, entre otras cosas, que la oficial Tabarez presentaba indicadores de manipulación, de “imposibilidades de ponerse en el lugar del otro”, “dificultades con la figura de autoridad”, “impulsos agresivos” y “cosificación”.

Sobre la cuestión relacionada a la figura de autoridad, Biele explicó que “todo tiene que ver con la baja tolerancia a la frustración y eso también da indicadores de una personalidad egocéntrica y narcisista, que no puede ser empática, que no puede soportar ciertas normas o leyes de lugares”.

El tema de la cosificación guardaría relación con el mismo tema y la testigo indicó que “consiste en el trato de uno con los demás. Si uno no puede ser empático, no puede ver al otro como persona, con sus sentimientos y emociones. Es tratar al otro como si fuera un objeto”.

La licenciada Carolina Biele fue una de las testigos clave de esta jornada.

Para Biele, todo ello constituyen “factores de riesgo” con el uso de un uniforme, en este caso de policía.

“Los factores de riesgo son todos estos indicadores: el súper yo, que no puedo frenar a los impulsos, que no puedo reflexionar, indicadores de una persona fría, que manipula, que cosifica. Una persona que está en un rol como de policía y presenta estos indicadores falla”, planteó.

Y ahondó: “Un uniforme también se relaciona con las fallas en la baja autoestima, la poca tolerancia a la frustración e inseguridades. Con una personalidad de baja autoestima, el uniforme, compensa, porque te pone en situación de poder, me hace sentir más segura, con más autoridad y puede llevar a conductas de autoritarismo”.

Entre las conclusiones del informe que ratificó esta mañana, la perita postuló que la oficial Tabarez presenta características que corresponden a una personalidad con rasgos psicopáticos y lo explicó: “La psicopatía es una forma de ser, una estructura de personalidad. Muchas personas en la sociedad tienen esta característica, son aquellas que presentan indicadores de manipulación, cosificación, de falla en la captación del sentimiento del otro, de ponerse en el lugar del otro. Muchas personas funcionan así con esos rasgos, pero el problema es que cuando esas características se suman a la falla en el control de los impulsos. Eso podría llevar a conductas desadaptativas”.

Casi sobre el final de su exposición y en respuesta a una consulta de Mario Ramírez, defensor oficial de la imputada Tabarez, la testigo Biele señaló que en su pericia “no he encontrado indicadores de emoción violenta”, aunque también aclaró que ella no estuvo presente al momento del hecho.

Sangre y alcohol

Previo a Biele, también declaró el licenciado en Criminalística Juan Carlos Maderner, quien participó de las primeras labores periciales efectuadas sobre el patrullero Toyota Hilux en la cual se realizó el traslado de Guirula y sobre el playón de la comisaría Decimotercera de Posadas, donde quedó tendido el cuerpo sin vida de la víctima durante aquella madrugada del 19 de julio de 2014 luego de ser detenido por disturbios en el motel Park.

Maderner confirmó que el hallazgo de “manchas de color escarlata similares a sangre” en la caja de la camioneta y evidencia de “transparencia de humedad del cuerpo al suelo”, lo cual está relacionado al hecho de que los policías arrojaron agua sobre Guirula en un intento de reanimación previo a constatar la muerte del detenido.

En la sala de audiencias también compareció una bioquímica que ratificó que el análisis de humor vítreo arrojó una concentración de 2,42 gramos de alcohol en sangre en Guirula, grado de intoxicación que lo ubicaría en un estado de mayor defensión.

La causa tiene un total de seis ex policías imputados. Pueden ser condenados a prisión perpetua.

El juicio

El debate continuará mañana con más testigos. El proceso se realiza en el Tribunal Penal Dos de Posadas, con el magistrado Gregorio Busse como presidente y los jueces Fernando Verón y Miguel Mattos como vocales subrogantes.

La causa tiene siete imputados por “tortura seguida de muerte y ocultamiento de pruebas”, figura bajo la cual pueden ser recibir prisión perpetua. Los acusados son Tabarez; Claudio Marcelo Servian; Carlos Alberto Da Silva (35); Ricardo Rafael Escobar (42); Carlos Alberto Zidorak (35); y Lucas Nahuel Saravia Allosa (37).

Todos llegaron a esta instancia en libertad en virtud del vencimiento de sus prisiones preventivas, aunque durante el transcurso del debate cuentan con una consigna policial para garantizar que no intenten evadir el proceso.

El juicio comenzó el 21 de octubre. Desde ese día hasta acá declararon 17 testigos y tres de los imputados, quienes cruzaron incriminaciones.

Los imputados Da Silva y Zidorak apuntaron contra Tabarez y Escobar por golpes, patadas y pisotones efectuados contra Guirula, que aquella madrugada del 19 de julio de 2014 llegó muerto a la comisaría Decimotercera tras ser detenido en el motel Park de Posadas.

Sobre Escobar incluso señalaron que “iba saltando” sobre el cuerpo del albañil tendido en la cajuela del patrullero Toyota Hilux en el que se realizó el traslado hacia la seccional. El apuntado también pasó frente al tribunal y admitió haber “apoyado el pie” sobre el hombre, aunque afirmó que lo hizo “sin ejercer presión” y “por motivos de seguridad”.

El juicio, día a día:

Día 1: Caso Guirula: tres de los seis policías imputados pidieron declarar mañana

Día 2: Policía imputado declaró que Escobar y Tabarez patearon a Guirula en el piso

Día 3: Escobar se defendió y apuntó a Tabarez: “Le tiró patadas de punta” a Guirula

Día 4: Un forense ratificó que a Guirula le fracturaron las costillas a patadas

Día 5: Caso Guirula: testimoniales desistidas y cuarto intermedio hasta el martes

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