Judiciales
Familiares de Rita y un testimonio en común: “No sabíamos del embarazo”
Los familiares de Rita Marianela Cervantes Martínez (31) marcaron el pulso de la cuarta audiencia del juicio oral contra la joven acusada de intentar matar a su beba recién nacida y el testimonio recurrente fue: “No sabíamos del embarazo”.
De los siete testigos que en total declararon hoy, cinco se correspondían al círculo familiar íntimo de la imputada. Ellos fueron: su ex pareja y padre de sus hijos, su madre, sus dos hermanas y una madrina, quienes coincidieron al describir que nunca advirtieron “panza de embaraza” en Rita.
El primero de ellos en pasar a la sala de audiencias para declarar ante el Tribunal Penal Dos de Posadas fue la pareja de Rita al momento del hecho, quien también es padre de la beba víctima del hecho que se intenta esclarecer mediante este debate oral y público.
El joven reconstruyó que cerca de las 8 del sábado 5 de septiembre de 2020 Rita salió sola de su casa rumbo al hospital para atenderse de un “fibroma” y desde allí estuvo desaparecida hasta el lunes siguiente, cuando regresó en medio de una crisis nerviosa y llantos.
Durante esos dos días el testigo relató que junto a la madre y a las hermanas de Rita recorrieron varios puntos de Posadas en su búsqueda pero nunca obtuvieron resultados.
Incluso, señaló que quien en ese momento era su pareja le mandó una foto por chat de Facebook desde un hospital, pero cuando fueron a verificar esto al nosocomio recibieron respuestas negativas. Fue después de ello que radicó la denuncia por desaparición y finalmente el 7 a la tarde Rita regresó.
“Rita estaba llorando, gritando ‘me sacaron a mi bebé’. Yo también estaba muy nervioso. Ella solo decía ‘me sacaron a mi bebé’. Ella tenía un poco de panza, yo tenía entendido que era por el fibroma. Ya habíamos tenido otro hijo y no era la misma panza”, describió el joven ante las partes.
Similar testimonio brindó la madre de la imputada, quien recordó que el día del regreso de su hija a casa “Rita estaba en crisis de nervios, llorando, arrancándose los pelos. En un momento me sacudió y me dijo ‘me dejaron sola’. Yo le dije que no, que le buscamos por todos lados, pero es algo que me va a quedar para toda la vida”.
La mujer agregó que en ese mismo momento la imputada mostró los puntos de una episiotomía y repetía: “Me sacaron a mi bebé”.
“Yo no podía creer porque nunca tuvo panza. Ella flaquita, flaquita”, describió la testigo.
La madre también contó que después de ser detenida Rita fue maltratada por otras internas en la comisaría donde estaba alojada. “Le decían te odiamos por lo que hiciste, le pegaron, le patearon en el piso y le tiraron baldes de agua fría. Después de eso le tuvieron que operar. Quedaron restos de placenta y como el sangrado no paraba le tuvieron que extirpar el útero”.
Antes de retirarse y al igual que su ex yerno, la mujer pidió por Rita: “Ella es la mejor mamá del mundo. Yo la necesito conmigo y los niños”.
A su turno también declararon dos de las hermanas de Rita, quienes también intervinieron durante ese 7 de septiembre a la tarde cuando la mujer regresó a casa. Ambas describieron la misma crisis nerviosa, las mismas exclamaciones de la acusada y ratificaron que nadie sabía del embarazo.
Incluso, compararon la situación con la panza evidenciada por Rita en su primer embarazo y recordaron fotografías tomadas en reuniones sociales realizadas escasos días antes del hecho.
“Para nosotros Rita no estaba embarazada. Ella era flaquita. La panza de su anterior su hijo se re nota. Habíamos estado juntos la semana antes y estuvimos jugando en el patio, saltando. Nos sacamos fotos”, contó una de las hermanas.
Otro punto en común entre los testigos fue que recorrieron los hospitales de Posadas en búsqueda de Rita, incluso con fotografías de ella, pero en ningún lugar la reconocieron y tampoco pudieron ingresar a los nosocomios dadas las restricciones por la pandemia.
La fiscalía y una cámara de seguridad
Para esta cuarta jornada, el fiscal Vladimir Glinka hizo suyo el televisor de la sala y lo utilizó prácticamente en todos los interrogatorios para exhibir a los testigos imágenes tomadas por 7 de septiembre a las 14.55 en cercanías al lugar donde ese día apareció apuñalada la hija de Rita.
En dicho material se observaba la caminata de dos personas y el objetivo del fiscal era identificarlas. Sin embargo, nadie reconoció a la imputada, a excepción de su ex pareja, quien respondió: “La primera pareciera ser Rita”.
Durante sus intervenciones, Glinka también fue insistente en reconstruir detalle por detalle lo sucedido durante el regreso de Rita, aunque en ese punto encontró imprecisiones y contradicciones por las cuales ya había adelantado que analizaba pedir careos, aunque finalmente no lo hizo.
El debate, que se desarrolla ante el Tribunal Penal Dos presidido por el magistrado César Yaya e integrado por Gregorio Busse y Carlos Giménez, pasó a un cuarto intermedio hasta el lunes a las 8.30. Se prevé la declaración de al menos cuatro testigos más.
Rita Cervantes llegó a juicio imputada por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo, en grado de tentativa, hurto y alteración de la identidad de un menor de 10 años, todos en concurso real”.
La hipótesis acusatoria planteada en la elevación a juicio de la causa, firmada por la fiscal de instrucción Patricia Clerici, la imputada le ocultó el embarazo a su familia, se realizó controles prenatales en secreto, se internó para parir con el DNI de una amiga y luego intentó matar a puñaladas a su beba.
La defensa, en tanto, encabezada por las letradas Luciana Sommer Aromí y Karen Rodríguez de Olivera, basada en aportes de profesionales de psiquiatría incorporados como peritos de parte, sostienen que Rita experimentó un embarazo sin síntomas como consecuencia de un síndrome de negación/disociación vinculado a un trauma de abuso infantil y que todo se produjo en el contexto de una psicosis puerperal.
Judiciales
Imputaron por homicidio simple a acusado de matar y enterrar a Priscila Díaz
Carlos David Del Valle (21), el joven detenido por el asesinato de Priscila Cecilia Díaz (21), la muchacha de Jardín América que fue estrangulada y luego enterrada en un pinar de Jardín América, se abstuvo de declarar ante la Justicia y fue imputado por el delito de homicidio simple.
Tal como estaba previsto, el implicado fue trasladado ayer al mediodía al Juzgado de Instrucción Dos de Jardín América, donde debía comparecer en audiencia de declaración indagatoria ante el magistrado Roberto Sena.
En esa instancia, señalaron fuentes consultadas por La Voz de Misiones, el muchacho optó por guardar silencio y se abstuvo de declarar, tal como lo ampara su derecho.
Las fuentes indicaron que en la misma audiencia Del Valle fue notificado del hecho que se investiga, de los elementos de prueba que se registran en su contra y fue imputado por el delito de “homicidio simple”, figura que prevé una pena de entre 8 y 25 años de prisión.
En la imputación, que es provisoria y puede modificarse conforme el avance de la pesquisa, las autoridades judiciales consideraron que no existen elementos como para incluir agravantes.
De esta manera, al menos por ahora Del Valle esquivó una acusación por femicidio, figura prevista en el inciso 11 del artículo 80 del Código Penal y que contempla la prisión perpetua como única pena.
El crimen
El asesinato de Priscila Díaz se descubrió el jueves de la semana pasada, cuando su cuerpo fue hallado semienterrado en un pinar del barrio Los Cedros, aunque el hecho se habría registrado el domingo previo.
Según lo que se pudo reconstruir hasta el momento, ese día la joven fue vista compartiendo una ronda de tragos con varios vecinos de la zona hasta que, en determinado momento, quedó a solas con Del Valle y en esas circunstancias se habría producido el ataque que terminó en muerte.
La autopsia estableció que Díaz murió como consecuencia de asfixia mecánica por comprensión, lo que equivale a decir que fue estrangulada. En su cuerpo también detectaron lesiones defensivas, lo que se condice además con los rasguños que el sospechoso presentaba al momento de ser detenido.
El cadáver de Díaz estaba desnudo al momento de su hallazgo, aunque en la necropsia no se detectaron signos ni evidencias de un abuso sexual, aunque los investigadores iban a aguardar el resultado de otros estudios complementarios y de mayor especificidad.
El caso de descubrió gracias a un testigo clave, quien la semana pasada se acercó a la comisaría local para contar que un conocido suyo había confesado el crimen de una joven y también agregó que su hermano había ayudado a enterrar el cuerpo.
Tras esta denuncia, la Policía inició averiguaciones y al poco tiempo dio con ambos sospechosos. El otro detenido es hermano de Del Valle, tiene 16 años y quedó alojado en el Cemoas, a disposición del Juzgado Correccional y de Menores local.
Díaz era madre de una niña de 3 años y sus restos fueron despedidos en el cementerio local el sábado a la mañana. Sus familiares reclaman justicia y preparan una marcha para este jueves en Jardín América.
Femicidio en Jardín América: autopsia reveló que Priscila Díaz fue estrangulada
Judiciales
Martínez, el primo de Rojas acusado de “traición” y detenido tras el juicio
El juicio contra el narco-sicario misionero Néstor Fabián “El Negro” Rojas (48) no solo decretó un futuro de encierro para él, sino que también marcó el fin de los días en libertad para su primo Eduardo Javier Martínez (40), antiguo hombre de confianza en sus maniobras de narcotráfico y a quien en pleno debate oral acusó de “traidor”.
“Él tiene que ser hombrecito y presentarse, hacerse cargo de los hechos, como estoy yo acá. Él señor Martínez no está acá porque es un colaborador también de la Prefectura. Él me trajo a mí hasta acá, entregándome, igual que Negrito Gómez”, lanzó Rojas, entre otras tantas revelaciones explosivas y muchas de ellas carentes de sustento, el pasado 2 de septiembre al momento de declarar por tercera vez ante el Tribunal Oral Federal (TOF) de Posadas.
No era la primera vez que la figura de Martínez tomaba un rol casi protagónico en el debate, dado que su nombre también fue mencionado en varias oportunidades durante la audiencia del 1 de agosto, cuando se reprodujo una de las escuchas telefónicas más esclarecedoras del expediente que investigaba a Rojas por el asesinato de su antiguo colaborador Aldo Andrés “Polaco” Canteros (33), perpetrado el 5 de agosto de 2018 en Gobernador Roca.
“El Polaco de la chacra … Te cuento, nos jugó sucio sucio… nos apretaron hoy entre 4 tipo ahí me mataron.… ¿entendé? Le di a él, le di al compinche, a otro, no sé a los que estaban ahí no sé, me cayeron corté gorra viste, ¿entendé?… le volé la cabeza….”, es parte de la transcripción de aquella llamada que Rojas hizo el 5 de agosto de 2018, a las 23.07, es decir, apenas unas horas después del crimen.
Quien esa noche estaba del otro lado del teléfono era, justamente, Martínez, su primo y mano derecha por aquel entonces en las operaciones de tráfico de estupefacientes que Rojas orquestaba desde la clandestinidad, ya que sobre sus espaldas pesaba un pedido de captura internacional, aunque la Prefectura ya lo tenía localizado, pero esperaba para agarrarlo in fraganti.
La que brindó más detalles de esa conversación clave fue una ex pareja de Martínez, quien estaba junto a él al momento de la llamada y al declarar como testigo ante el TOF también ahondó en la relación de extrema confianza que mantenían los primos.
“Ellos se tenían mucha confianza, era amigos, se decían primos. Siempre que hablaban él se apartaba de mí porque Rojas no es una persona que confíe mucho en las personas”, describió la mujer, que en la continuidad de su relato brindado en esa misma audiencia del 1 de agosto también recordó haber participado de algunas maniobras de transporte de estupefacientes.
Por aquel entonces, Martínez también estaba marcado. Y bien marcado. Los investigadores no solo que tenían identificada su línea telefónica, sino que además conocían su rostro, dado que lo captaron junto a Rojas durante una de las tareas de vigilancia encubierta, pero el crimen de Canteros movió tanto el avispero que varios de los involucrados se dispersaron aprovechando que el sindicado narco-sicario se transformó en el objetivo más inmediato.
Fue así que Martínez logró mantenerse alejado de todo el escándalo que rodeó a Rojas, que a medida que pasaban los meses sumaba más y más fojas a su extenso prontuario, concitando además la atención de los medios porteños por su perfil de “capo narco” capaz de mandar a matar a jueces con mano de obra criminal brasileña.
Nombrado, buscado y detenido
Su primo, todo lo contrario. Procuró no llamar la atención y continuar como si nada hubiera ocurrido. Y así fue hasta ahora, que su nombre volvió a tomar protagonismo y nada pasó desapercibido para la fiscalía federal que encabeza Vivian Barbosa, que en medio del debate oral requirió una serie de medidas para conocer el estado de situación del implicado.
La investigación preliminar estableció, entonces, que Martínez residía en Puerto Iguazú, que trabajaba en un taller mecánico y que incluso registraba reiterados cruces migratorios, principalmente a la ciudad brasileña de Foz de Iguazú, lo cual terminó siendo clave para que el TOF posadeño ejecute una orden de detención que estaba vigente en su contra, según pudo averiguar La Voz de Misiones mediante altas fuentes consultadas.
Fue así que el martes pasado -tres días antes de la condena a perpetua dictada contra Rojas- una comisión de Gendarmería Nacional Argentina (GNA) golpeó la puerta de su casa y lo detuvo sin más. Martínez no se la esperaba y tampoco podía hacer mucho: desde febrero se encuentra en silla ruedas como consecuencia de un accidente de tránsito protagonizado mientras circulaba en moto por las calles de Foz de Iguazú.
Ahora, Martínez se encuentra alojado en una celda del Escuadrón 13 de GNA, a disposición del Juzgado Federal de Eldorado, a cargo del magistrado Miguel Ángel Guerrero, y será investigado por su presunta participación en actividades narco junto a Rojas, quien lo delató y lo acusó de “traidor” en pleno juicio.
Rojas acusó de traición a su primo: “Debería ser hombrecito y presentarse”
Judiciales
Piden elevar a juicio causa contra conductor que atropelló y mató a Dana Sánchez
La titular de la Fiscalía de Instrucción Siete de Posadas, Patricia Inés Clereci, solicitó la elevación a juicio de la causa contra Estanilao Salvador Barreiro (65), el automovilista que atropelló y mató a Dana Anabel Sánchez (24), al considerar que la etapa procesal se encuentra agotada y dictaminó que el imputado debe responder ante la Justicia como autor del delito de “homicidio culposo y lesiones graves culposas”.
Dana perdió la vida en el hospital Madariaga en la mañana del 12 de enero, horas después de ser atropellada por un auto que iba al mando de Barreiro mientras ella caminaba por el cordón cuneta de la vereda de la avenida Leandro N. Alem de la capital misionera.
Por el siniestro, también resultó con heridas de gravedad Rosalina Olivera, quien esa noche caminaba unos metros delante de la víctima fatal, aunque en sentido contrario, al tiempo que otros dos transeúntes resultaron ilesos “de milagro”, según se desprende del documento al que tuvo acceso La Voz de Misiones.
La investigación trazada por la fiscalía en el requerimiento recientemente formulado pudo establecer que Barreiro conducía su automóvil marca Mazda 626 sobre la arteria Alem, en dirección este-oeste, a unos 80 kilómetros por hora, hasta que a unos metros de llegar a la avenida Las Heras cruzó un badén sin disminuir la velocidad, perdiendo el control del auto sobre el carril opuesto y impactando desde atrás a Dana Sánchez y de frente a Rosalía Oliveira.
“Como consecuencia de los impactos consecutivos, Dana Anabel Sánchez falleció en las primeras horas de la mañana siguiente, 12 de enero de 2024, y Rosalina Olivera sufrió lesiones graves consistentes en fractura de radio distal derecho de rama ilio e izquiopubiana bilateral fractura bilateral de sacro y trauma cerrado de abdomen que demandarían un tiempo de curación de 90 días y 120 de incapacidad laboral”, detalló en su resolución la fiscal Clerici respecto a las lesiones diagnosticadas en las víctimas del hecho.
Entre los elementos probatorios tenidos en cuenta, la funcionaria judicial citó la declaración indagatoria al imputado, instancia en la cual Barreiro asumió la responsabilidad del hecho, argumentando que circulaba a 50 o 60 kilómetros por hora y que desconocía el badén que traspasó sin disminuir la velocidad que le costó la vida a Dana.
La fiscal, además, contrapuso esa declaración con la inspección ocular del lugar del siniestro, pericia que concluyó en que Barreiro circulaba a una velocidad mayor a la permitida en las avenidas de zonas urbanas.
Además, el expediente cuenta con declaraciones de los testigos presenciales del hecho, así como también la de Rosalía Oliveira, los informes periciales en el lugar del hecho y las grabaciones de cámaras de seguridad ubicadas en la zona.
El requerimiento ahora debe ser analizado por el magistrado Miguel Mattos, titular del Juzgado de Instrucción Siete de Posadas, quien de no encontrar irregularidades y de considerar correspondiente, deberá estampar la firma para la elevación a juicio del expediente.
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