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Ex policía Guirula inició huelga de hambre: “No integraba el grupo Solo Cola”

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El pasado viernes 9 de mayo, Adolfo Basilio Guirula, anunció el inicio de una huelga de hambre en la Unidad Penal de Cerro Azul VIII, donde se encuentra detenido luego de ser trasladado desde Loreto, hace dos semanas.

Es uno de los ocho ex policías privados de su libertad desde octubre, por una causa caratulada como “intento de sedición y conspiración”. A finales de marzo, sus pares Iván y Alejandro Arrieta, Adolfo Guirula y Diego Correa fueron quienes efectuaron la misma medida por un lapso de dos semanas, hasta que dos de ellos debieron ser hospitalizados por descompensación.

Semanas atrás, Ramón Amarilla también realizó huelga y Guirula se convirtió en el sexto ex policía en adoptar la medida. A través de una carta emitida ese mismo día, el detenido manifestó: “A partir de la fecha 09/05/2025 realizaré huelga de hambre, ya que me encuentro detenido privado de mi libertad ilegalmente en una causa sin fundamento y sin respuesta del Juzgado de Instrucción Tres a cargo del juez Fernando Veron”.

“Hago responsable de lo que me pueda pasar al Servicio Penitenciario Provincial, al juez Fernando Veron, al gobierno renovador de la provincia de Misiones, al jefe de Policía, comisario general Sandro Martinez y a la directora del Servicio Penitenciario, alcaide general Merele Valería”, detalló en la misiva.

“Lo tratan como a un delincuente”

En diálogo con La Voz de Misiones, Lara González, esposa de Adolfo Guirula denunció “malos tratos” y descartó que haya participado del grupo de WhatsApp que desató el inicio de la causa judicial: “Ahora está con el señor Amarilla, están en el pabellón que es para los presos de ex fuerzas, pero el trato de ellos hacia él es como a todo el resto, como a un delincuente como si hubiera matado o robado”.

A lo que agregó: “Mi marido no es delegado, nunca fue de la Unidad Regional Siete de Apóstoles, no integraba el grupo famoso “Solo cola”. El estaba en otro grupo que se llamaba “Imputados por la protesta”, que era del Juzgado Tres, ahí se informaban los días que declaraban y nada más, nunca fue parte del otro grupo en el que tenían más integrantes que hoy están afuera y es más, siguen trabajando”.

En cuanto a los detalles de la detención en Cerro Azul, manifestó:“Hace dos semanas se encuentra ahí, antes estaba en Loreto. Nosotros siempre que podemos vamos a verle, le llevo a nuestros hijos. Tenemos tres, todos menores de edad, y ellos quieren ver a su papá”.

Tras la orden de detención en octubre pasado, los ocho policías fueron destituidos de la fuerza, por lo que dieron de baja la percepción de haberes y prestaciones. “Se han quedado sin sueldo desde el mes de septiembre, y sin obra social. ¿Dónde quedaron los derechos del niño?, ¿Quién avala por ellos?. En mi caso él era el único que trabajaba y nuestra situación es desesperante, cada día se nos está haciendo más difícil”, concluyó.

“Sin respuestas”

González recordó que Guirula había declarado en octubre del año pasado y desde entonces no hubo avances en la causa, por lo que evalúan realizar movilizaciones en reclamo de respuestas en Posadas.

A esto sumó el envío de ocho escritos al ministerio de Derechos Humanos, por medio del Servicio Penitenciario, solicitando una comitiva de visita, sin embargo: “Nunca fueron a verlo”, lamentó la entrevistada.

Familiares de ex policías detenidos reclaman que la causa “no tiene avances”

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Anuncian la liberación de otros dos policías acusados por intento de sedición

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Los ex policías detenidos hace nueve meses en la Unidad Penal VIII de Cerro Azul, en el marco de una causa en la que se los investiga por intento de sedición y conspiración, Diego Correa y Adolfo Guirula recuperarían la libertad en las próximas horas.

“Señores y señoras, les comunico que posiblemente en horas el oficial Diego Correa y el cabo primero Guirula recuperarían la libertad desde la Unidad Penal Nº VIII de Cerro Azul”, fue el mensaje que compartió el diputado electo Ramón Amarilla a través de sus redes sociales.

Consultada por La Voz de Misiones, una familiar de Guirula manifestó: “A mi no me llegó ningún oficio todavía, nada por el momento. De todas maneras estamos yendo para allá a buscarlo, ojalá sea porque los chicos ya van ilusionados”.

Si bien no circularon documentos oficiales confirmando la liberación, Amarilla añadió que: “le pintaron los dedos y eso es un trámite antes de la libertad”.

El procedimiento tendría lugar luego de la reciente liberación de otro de los camaradas, Joaquín Orrego, el martes pasado, cuando el Juzgado de Instrucción Tres de Posadas, a cargo del magistrado Fernando Verón, dispuso el cese de la prisión preventiva y su liberación.

Joaquín Orrego libre: “Ahora, a recuperar el tiempo perdido con la familia”

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Judiciales

El STJ recalificó el caso Bernhardt como femicidio y dictó perpetua a Vargas

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Bernhardt

El Superior Tribunal de Justicia (STJ) recalificó como femicidio el crimen de Antonella Rocío Bernhardt (27), joven obereña que fue golpeada y asesinada de un puntazo en su departamento del barrio El Brete en 2019, y condenó a prisión perpetua al fotógrafo Cristian Daniel Vargas (35), quien en primera instancia había recibido 20 años de cárcel como autor de homicidio simple tras un juicio oral desarrollado ante en el Tribunal Penal Uno de Posadas. 

La revisión por parte del máximo órgano judicial de la provincia se dio a partir de los recursos de casación presentados tanto por el fiscal Martín Alejandro Rau como por el abogado querellante Mauricio Fausto Vergara, quienes cuestionaron el fallo emitido el 13 de noviembre de 2023 por los jueces Viviana Cukla, Gustavo Bernie y Ángel Dejesús Cardozo (ya jubilado).

Ambas partes buscaban revertir el dictamen al considerar que el caso configuró un homicidio agravado por femicidio, para el cual correspondía una pena de prisión perpetua, lo que equivale a 35 años de cárcel efectiva, cifra considerablemente superior a los 20 años aplicados en contra del fotógrafo Vargas.

El fotógrafo Cristian Vargas adujo que el crimen se produjo en forma accidental tras una discusión.

En sus presentaciones, ambos profesionales coincidieron al sopesar que el asesinato de Antonella se dio en el marco de un contexto de violencia de género que avalaba la aplicación de la normativa que contempla el femicidio, mientras que el fiscal Rau además solicitó que también se tenga en cuenta la alevosía como factor agravante.

Los dos recurrentes esgrimieron agravios similares. El fiscal Rau apuntó que en su sentencia el TP Uno realizó un “razonamiento probatorio parcial, sesgado, segmentado y desprovisto de perspectiva de género”, con “argumentos forzados” y con una “línea argumental viciada”.

La querella, por su parte, agregó que los jueces efectuaron una “incorrecta interpretación de la relación entre la víctima y el imputado” al descartar la condición de “vulnerabilidad” y “desigualdad” en que se encontraba Antonella ante Vargas.

Perspectiva de género

El primero en analizar los planteos fue el camarista Juan Manuel Díaz, que en su voto coincidió en varios puntos con los recurrentes y señaló “yerros” por parte de los magistrados del tribunal que dictó sentencia.

Díaz repasó que el TP Uno descartó la figura de femicidio al entender que no se logró acreditar un contexto de violencia de género que rodeara el hecho, utilizando como argumento que ambos implicados mantenían una relación laboral de poco tiempo y que el vínculo no se extendía a otros ámbitos como, por ejemplo, el amoroso; ni tampoco advirtieron elementos que den cuenta sobre factores de desigualdad, discriminación o dominación como alegaron las partes. 

Díaz opinó todo lo contrario. En la resolución de 81 páginas, firmada el 19 de junio y a la que La Voz de Misiones tuvo acceso, el camarista adelanta: “Es factible advertir elementos e indicadores que configuran la existencia de una relación caracterizada por la desigualdad, en el marco de una relación de subordinación y poder entre víctima y victimario, elementos estos que no fueron valorados debidamente por el tribunal de juicio”.

Las partes en el juicio: Vergara (sentado), Rau y el defensor oficial Mario Ramírez.

El magistrado del STJ además califica como un “yerro” la apreciación del TP Uno en ese punto y responde: “La jurisprudencia ha manifestado en reiteradas oportunidades que es irrelevante que el agresor integre o no una relación interpersonal con la víctima, el tiempo de duración de la misma si existiere o que ocurra la violencia en el ámbito privado o público, sino que lo trascendente es que el hombre se posicione respecto de la mujer en un binomio superior/inferior, tratándola con violencia física, psicológica o sexual, entre otras, por su género”.

También ponderó las argumentaciones esgrimidas por el fiscal Rau al momento de su alegato en el juicio y se hizo dueño de sus palabras para marcar que Antonella Bernhardt se encontraba en una situación de vulnerabilidad ante Vargas, ya que se trataba de una joven obereña que atravesaba en una difícil situación económica y buscaba, casi con desesperación, un trabajo para no depender de nadie.

Sobre esa cuestión, Díaz concluye: “Todos estos factores, independientemente de lo reciente que fuera vínculo entre ambos, sin lugar a dudas ubican a la víctima y victimario en una relación que dista de igualdad, más bien los ubica en una relación de poder -por parte de Vargas- y de subordinación -por parte de Antonella-”.

El camarista también ponderó la pericia psicológica efectuada a Vargas, donde se concluye que en el fotógrafo se advierten “conductas de control y celos”, con tendencia a ubicar a la mujer en un rango inferior al del hombre, mencionándola como un mero “complemento”.

Bajo esas y otras premisas, Díaz le dio la razón a los recurrentes Rau y Vergara al considerar que hubo una “errónea aplicación de la normativa” y opinó que lo correcto era encuadrar el caso como femicidio -rechazó la alevosía-, lo que equivale a modificar la sentencia y aplicar al condenado la pena de prisión perpetua.

Los demás miembros del STJ, Cristian Marcelo Benítez, Cristina Irene Leiva, María Laura Niveyro, Jorge Antonio Rojas, Roberto Rubén Uset y Ramona Beatriz Velázquez, se plegaron al voto de inicial, imponiéndose a Froilán Zarza y Rossana Pía Venchiarutti Sartori, quienes consideraron que lo correcto era mantener el fallo emitido por el TP Uno.

Los jueces del tribunal en el juicio: Cardozo (jubilado), Cukla y Bernie.

El caso

No es el primer cambio de calificación que atraviesa la causa. Ya en la etapa de instrucción, el magistrado Fernando Verón caratuló el hecho como homicidio simple, aunque luego la Cámara de Apelaciones la pasó a femicidio y bajo esa acusación Vargas llegó a juicio, donde la decisión final volvió a quitar el agravante que elevaba la expectativa de pena a perpetua.

El hecho se registró el 4 de abril de 2019, entre las 13 y las 13.30, dentro del departamento 1° A de un inquilinato ubicado sobre la calle Comandante Miño 980 del barrio El Brete de Posadas.

Según la hipótesis acusatoria, Vargas contactó a la víctima a través de redes sociales y le ofreció realizar sesiones de fotos a cambio de dinero ($1.500 con desnudos). Una de ellas se concretó, pero el acusado nunca pagó y en el segundo encuentro se produjo el desenlace mortal, luego de una discusión generada por el reclamo del dinero que nunca fue abonado.

Vecinas de la joven narraron que ese mediodía oyeron golpes, ruidos de “objetos cayendo al suelo” y a través de las endebles paredes divisorias también escucharon “gritos ahogados, como de alguien a quien le tapan la boca mientras grita”.

Los testimonios parecían un adelanto de lo que luego iba a certificar la autopsia, dado que el examen forense concluyó que Antonella presentaba golpes en la cabeza y signos de compresión en el cuello, además de la lesión mortal: un puntazo de cuchillo tipo tramontina que le perforó la tráquea.

Antonella Bernhardt tenía 27 años, era de Oberá y tenía una hermana melliza.

Ante el escándalo que provenía del departamento, las vecinas y la dueña del inquilinato acudieron en auxilio de Antonella, topándose con Vargas dentro del inmueble, a quien filmaron retirándose de la escena del hecho mientras simulaba una conservación con la víctima.

El caso llegó a juicio el 6 de noviembre de 2023 y se extendió durante varios días en el SUM del Palacio de Justicia. En el proceso declararon familiares y vecinos de la víctima, como así también efectivos policiales, peritos y profesionales en medicina.

En su declaración, el fotógrafo Vargas, que también se dedicaba a vender servicios de catering para la familia de su ex esposa, mantuvo su teoría defensiva, al aducir que él fue extorsionado con un video sexual y que el cuchillo se clavó en la garganta de Antonella de manera accidental durante un forcejeo mantenido con la joven.

El fotógrafo agregó que, en determinado momento, alcanzó a tomar el celular de la joven y su intención era romperlo, instancia en la que “ella se desesperó y agarró un cuchillo. Yo ahí le dos ‘tapes’ para que deje de gritar. Después avanzó de nuevo con el cuchillo contra mí y pasó todo. Cuando le quiero sacar el cuchillo, la traigo hacia mí con fuerza y le entra el cuchillo en la garganta”, fueron sus palabras.

FOTOS: MARCOS OTAÑO.

Caso Antonella: para el tribunal no hubo pruebas certeras de violencia de género

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Judiciales

Misionero fue condenado por atropellar y matar a una joven en Santo Tomé

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Santo tomé

El misionero Marcelo “Botica” Ferreyra (38) fue condenado hoy a la pena de 5 años de prisión efectiva por arrollar y matar a una estudiante correntina mientras escapaba de agentes federales a bordo de un automóvil repleto de marihuana sobre la ruta provincial 94, a la altura de Santo Tomé.

El hecho que se ventiló en debate oral ocurrió el 22 de mayo de 2024, mientras Botica conducía un Renault Fluence con casi 300 kilogramos de marihuana en su interior y en plena huida realizó una maniobra de sobrepaso en la que terminó impactando contra una Gilera Smash en la que viajaba Manuela Jaqueline Ponce, una joven de 21 años que regresaba a su casa en el paraje Atalaya, tras una jornada de estudios en el Instituto Jorge Luis Borges, donde estudiaba para ser maestra jardinera.

La víctima circulaba con casco protector pero la violencia del impacto fue tal que resultó eyectada unos 20 metros y falleció en el acto, como consecuencia de las graves lesiones padecidas.

Manuela Ponce tenía 21 años y vivía en el paraje Atalaya, de Santo Tomé.

“El hecho ocurrió en una zona con una velocidad máxima permitida de 60 km/h. Ferreyra iba a altísima velocidad y realizó una maniobra de sobrepaso totalmente prohibida sobre un puente, lo que desencadenó la tragedia”, explicó el abogado querellante, Pablo Ordenavía, en diálogo con el portal Nova Misiones.

“La imprudencia, la negligencia y la violación de normas de tránsito elementales fueron determinantes. La Justicia entendió que no se trató de un simple accidente, sino de una muerte provocada en el contexto de un delito mayor”, agregó Ordenavía.

En su fallo, el Tribunal Oral Penal de Santo Tomé declaró a Ferreyra penalmente responsable del delito de “homicidio culposo agravado por la conducción imprudente, negligente y anti reglamentaria” y lo condenó a la pena de 5 años de prisión efectiva y 10 de inhabilitación para conducir.

En paralelo, aún debe responder en la causa federal que se inició ese mismo día por los 300 kilogramos que transportaba en el vehículo siniestrado durante la persecución iniciada al esquivar un control de Gendarmería Nacional Argentina (GNA).

El condenado es oriundo de San Javier y si bien no registra causas previas, su nombre aparece vinculado a varias maniobras de narcotráfico.

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