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Enfermero del Samic Oberá, prófugo tras agredir a dos de sus hijas

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Enfermero del Samic Oberá, prófugo tras agredir a dos de sus hijas

Por estas horas, el enfermero Fabián Arnold (49), quien se desempeña en el hospital Samic de Oberá, está prófugo de la Justicia a raíz de un hecho de violencia contra dos de sus hijas, una menor de 15 años y una joven de 20, el pasado 27 de marzo en la vía pública.

Pero “la violencia viene hace más de 20 años, en realidad”, dijo la mayor de las hijas a La Voz de Misiones, y añadió que los hechos de violencia se profundizaron cuando su mamá decidió divorciarse, en enero del 2022, tras haber sufrido amenazas de muerte, golpes y violencia psicológica de parte del señalado.

“Ellos tenían perimetral, pero tenían el 15 de mi hermana. En eso mi papá le pide a mi mamá para juntarse para poder dialogar y le levanta a la fuerza en el auto, junio fue eso, la golpea y le quiere llevar a la (comisaría) Tercera, como son todos amigos de él… le quería hacer pasar por loca, la golpea, casi la mata, dijo que la iba a matar”, contó la mujer, de quien se reserva su identidad.

La joven continuó señalando que los efectivos de la seccional Tercera de la localidad “no hicieron nada, la querían meter presa a mi mamá diciendo que ella rompió la restricción. Él quedó dos meses preso, pero nunca pisó una celda, quedó internado como loco en psiquiatría en el Samic, con custodia policial”.

Luego de cumplirse los dos meses de arresto, siempre de acuerdo al testimonio de la muchacha, Fabián Arnold recuperó la libertad, mientras que la Justicia ordenó que la exesposa tenga custodia permanente, la cual se mantiene hasta la actualidad.

“Como nosotras no tenemos restricción, nos venía a ver y nos pasaba amenazando que iba a matar a mi mamá, nos mostró un arma, la tenía en el auto”, expuso la joven de 20 años sobre los hechos de violencia, de los cuales “siempre fuimos testigos” las cuatro hijas que el ahora prófugo tuvo con su expareja.

Violencia contra sus hijas

Sobre lo que ocurrió el lunes 27 de marzo, la obereña relató: “Mi hermana retiró un estudio médico de mi mamá. Ella estaba justo con mi papá ese día, y él le sacó la mamografía y le empieza a insultar y agredir”.

Las agresiones de parte del enfermero a sus hijas, primero a la menor de 15 años y luego a la mayor, se registraron sobre la avenida Domingo Berrondo, en cercanías de la vivienda de las dos jóvenes.

“Le agarró del cuello y ahí arrancó el auto para irse. Ella empezó a los gritos, le mordió la mano a mi papá y me llamó desesperada que le vaya a buscar”, relató la joven sobre el hecho.

Y continuó: “Le voy a buscar y cuando llegó al lugar, que yo sabía donde la dejaba por la restricción, a unos 300 metros, él le estaba empujando afuera del auto, y como dije en mi denuncia, me subí y le amenace que le iba a romper el auto si él le sigue empujando. Entonces me agarra a mí de los brazos, me lastimó también”.

Seguidamente, la muchacha de 15 años “se dirige a la puerta trasera a buscar sus pertenencias” y el enfermero Fabián Arnold “le golpea con la puerta del auto”.

“La cirugía que le marcó para toda la vida”

Una semana después del hecho, la adolescente tuvo que ser intervenida quirúrgicamente luego de que se le formaran coágulos de sangre en una de las lesiones que le provocó su progenitor en la pantorrilla de la pierna izquierda.

“La tuvieron que operar de urgencia”, sostuvo la obereña y agregó que su hermana permanece internada en la clínica Nercolini: “No la llevamos al hospital porque ahí siempre supieron sobre la violencia contra mi mamá y nunca hicieron nada”.

“Cuando la tuvieron que operar, yo decidí hacer público todo lo que pasó porque la Policía no hizo nada, no lo metieron preso, como es la Tercera y son todos amigos de él, no me querían tomar la denuncia, igual que en la Comisaría de la Mujer, nunca nos tomaron una denuncia”, apuntó la víctima a LVM.

Además de señalar el accionar de la fuerza provincial, la joven sostuvo que Arnold tiene aceitados vínculos con el juzgado interviniente y “el próximo 14 de abril teníamos una audiencia donde él iba a quedar libre de toda causa, como si nunca hubiera pasado nada”.

A raíz de la publicación de la muchacha en su Facebook, el juzgado que interviene en el hecho libró una orden de detención para el enfermero Fabián Arnold y el secuestro de su vehículo.

“Después de que se viralizó la publicación, ayer nos llamaron de la Unidad Regional y nos pidieron perdón, nos tomaron la denuncia y se empezaron a mover. Ahora, mi papá tiene pedido de captura”, dijo la hija del señalado.

En cuanto al estado de salud de su hermana, la muchacha explicó que, si bien ya pasó la cirugía, “corre riesgo porque puede que le salgan más coágulos”, y añadió: “Esta cirugía le marcó ahora para toda la vida”.

Para finalizar, la joven sostuvo que ellas y su mamá viven con miedo debido a las amenazas de muerte que su progenitor vociferó en reiteradas ocasiones en su contra.

Contra el enfermero Fabián Arnold hay dos causas abiertas, una en el Juzgado de Instrucción Uno, donde se tramita el hecho de violencia contra sus hijas, y la otra en el Juzgado de Instrucción Dos, por la denuncia radicada por su exesposa por violencia de género.

El enfermero Fabián Arnold

El enfermero Fabián Arnold buscado por la Policía.

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Dieron de alta al niño de 12 años que sobrevivió a la tragedia del Yazá

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Nahuel Alejandro Aquino, el niño de 12 años que viajaba en el colectivo que cayó al arroyo Yazá dejando un saldo de nueve muertes, fue dado de alta este martes y recibió las felicitaciones de todo el equipo médico que lo atendió, como así también innumerables muestras de afecto a través de comentarios en redes sociales.

La noticia se conoció a partir de una publicación en la cuenta de Facebook de la Escuela Hospitalaria y Domiciliaria N.º 1 de Oberá, que en su posteo añadió una fotografía de Aquino con el brazo enyesado y posando junto a un marco que destacaba “tu alta médica es un milagro de amor y coraje”.

El niño era uno de los que viajaba en el micro Sol del Norte que el domingo a la madrugada cayó al arroyo Yazá luego de colisionar con un Ford Focus conducido por un hombre alcoholizado.

El automovilista implicado fue el obereño Rafael Gonzalo Jordan Ortiz (34), quien murió en el lugar del hecho, al igual que ochos pasajeros del ómnibus, la mayoría de ellos jóvenes estudiantes de diferentes localidades de la provincia. 

“Si toman alcohol no salgan a la ruta”

Horas de recibir el alta, Aquino grabó un video desde el hospital y realizó un llamado a la toma de consciencia respecto al alcohol al volante.

“Quiero dejar un mensaje para la gente: que si toman alcohol no salgan a la ruta, porque lastiman a gente inocente que termina pagando por culpa de los que no piensan”, señaló el pequeño.

También se refirió a la tragedia y expresó que “al momento del choque yo estaba despierto. Me acuerdo que agarré mi celular un ratito y de golpe sentí el frenón que pegó el colectivo. En eso mi papá se despertó y me abrazó fuerte. En eso el colectivo empezó a descontrolar y me acuerdo que dimos una vuelta. Ahí se ve que me golpeé la cabeza y quedé inconsciente por varios minutos. Después me acuerdo que la mitad del colectivo estaba hundido en el arroyo y empecé a gritar por ayuda”.

Y añadió: “Mi papá apenas podía respirar. Cuando llegaron los bomberos les pedí que, si no nos pueden sacar, que por lo menos hagan un agujero para que mi papá pueda respirar y esté más tranquilo. Los bomberos se dieron cuenta, hicieron el agujero para que pueda respirar y después cortaron el techo. Nos rescataron y gracias a Dios estamos con vida”.

El conductor del Focus implicado en tragedia del Yazá estaba alcoholizado

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Padre e hija murieron tras choque frontal con una camioneta en El Soberbio

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En una colisión entre un auto y una camioneta, sobre la ruta provincial 2, a la altura del kilómetro 6 de El Soberbio, fallecieron un conductor de 50 años y su hija de 4. El siniestro también dejó dos heridos de gravedad.

Alrededor de las 16.30, por motivos que son materia de investigación, un automóvil marca Ford Escort y una camioneta Fiat Toro colisionaron de frente sobre la arteria mencionada.

De acuerdo a fuentes policiales, en el rodado menor viajaba una familia compuesta por el conductor Marcelo Geroldi (50), su concubina María S. (44) y su hija Rebeca Geroldi (4), mientras que la camioneta Fiat Toro iba al mando de Luciano E. (20).

Producto del choque entre ambos vehículos, Marcelo Geroldi falleció en el lugar del accidente y hora más tarde, luego de ser trasladada de urgencia al hospital de El Soberbio, dejó de existir la pequeña Rebeca Geroldi.

En tanto, la pareja del conductor fallecido y el joven Luciano E. resultaron con heridas de gravedad, por lo que debieron ser trasladados de urgencia al nosocomio de la localidad.

Según precisaron las mismas fuentes, debido a la magnitud del impacto entre los dos vehículos, algunos ocupantes quedaron atrapados entre los hierros y Bomberos y agentes policiales trabajaron para rescatarlos.

El lugar fue preservado para las pericias de rigor, con intervención del Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente y la División Policía Científica UR-VIII, que llevan adelante las diligencias correspondientes para determinar las causas del impacto.

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Un forense ratificó que a Guirula le fracturaron las costillas a patadas

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El juicio para esclarecer la muerte del albañil Carlos Guirula tuvo otra jornada clave este martes, con la declaración de tres mujeres que estuvieron presentes en aquella noche trágica del 19 de julio de 2014 en el motel Park de Posadas y la de un médico forense que dio pormenorizados detalles sobre la causa del deceso y las marcas de violencia que exhibía el cuerpo de la víctima.

En orden cronológico, las primeras en declarar fueron las dos trabajadoras sexuales que esa noche estuvieron con la víctima y sus dos amigos, compartiendo diferentes habitaciones, y una de las mucamas del complejo.

Las tres coincidieron en que el conflicto se inició a raíz de una consumición de whisky que Guirula se negaba a pagar. En lo que difirieron fue que las dos primeras mujeres negaron haber visto situaciones agresivas, mientras que la mucama Andrea Lorena Sosa describió que el hombre “se puso muy violento y empezó a golpear la puerta de vidrio” de la conserjería.

Esa situación motivó que ella misma llamara a la Policía, más precisamente a la comisaría Decimotercera, de cuya dependencia salió el primer patrullero que arribó al lugar. Ese móvil era una Toyota Hilux que llevaba a la oficial Lourdes Beatriz Tabarez (42) como encargada, al sargento primero Claudio Marcelo Servian como chofer y al cabo Carlos Alberto Da Silva (35) como acompañante.

Más tarde arribaron como refuerzos desde el Comando Radioeléctrico Centro el cabo Ricardo Rafael Escobar (42), el oficial subayudante Carlos Alberto Zidorak (35) y el cabo Lucas Nahuel Saravia Allosa (37). Ahora, los seis están imputados por “tortura agravada seguida de muerte” y “ocultamiento de pruebas”, figura bajo la cual pueden ser condenados a prisión perpetua al final de proceso, previsto para el 19 de noviembre.

Todos los imputados cuentan con abogados defensores diferentes.

La señora policía

“Cuando llegó la Policía procedieron ellos y nosotros nos volvimos a encerrar. Después escuché gritos e interpreté que el señor -por Guirula- ingresó al auto para que la policía no le lleve”, recordó la mucama citada como testigo.

La mujer añadió que “supongo que en el forcejo él le pega a la señora policía y ahí ella se exaltó. Después de eso pudieron sacarlo a la fuerza y le empezaron a pegar. En el intento por reducirlo, por ponerle las esposas, empezaron a pegarle. Estábamos todos expectantes de lo que pasaba y cuando él ya estaba reducido le seguían pegando, le pateaban la cabeza y le pisaban la cabeza”.

Su declaración se tornaba a cada más segundo más trascendental y por esa razón el fiscal Vladimir Glinka ahondó en la cuestión y preguntó si la testigo identificaba a algunos de los imputados presentes en aquella escena. La respuesta fue certera: “Sí, la señora policía. El señor estaba boca abajo y la señora policía le pisaba la cabeza”.

De igual manera, en otro tramo relató que “se ve que le pateaban por todos lados, porque el señor no paraba de quejarse y de moverse”. La testigo calculó que toda esa escena duró entre 10 y 15 minutos.

La oficial Lourdes Tabarez fue apuntada por otros imputados y testigos como autora de patadas contra la víctima.

Tres lesiones con potencial letal

Todos ese relato de golpes, sumado a los testimonios recogidos en las tres audiencias anteriores del juicio, se vincularon más tarde al testimonio del médico forense Carlos Wolhein, uno de los encargados de efectuar la autopsia sobre el cuerpo del albañil fallecido.

El médico, de extensa trayectoria en materia de autopsias e investigaciones tanatológicas, dio una pormenorizada explicación de cada una de las lesiones que provocaron la muerte del albañil y conectó cada una de ellas con la posible mecánica del hecho.

Wolhein precisó que el cuerpo presentaba tres lesiones que tenían “potencial letal sin el tratamiento debido”, ya sean “juntas o por separado”.

La primera lesión sobre la cual hizo hincapié fue un “traumatismo de cráneo de intensidad moderada, eventualmente grave” que, a su entender, fue causada por lesiones “puntiformes” generados por compresión.

La segunda consistía en la fractura de tres costillas del lado izquierdo que provocó una hemorragia interna masiva que dirigió el 40% de la sangre del cuerpo hacia el pulmón de ese lado y lo hizo colapsar por completo.

El forense vinculó este diagnóstico con una seria de marcas externas en la piel que tenían un “calcado compatible con la plantilla de un calzado”. “Eso para nosotros es referencial a un puntapié de patadas”, resumió.

Y a pedido del fiscal fue aún más conciso: “Vemos una impronta en la piel que asumo que es un golpe. Pueden haber más golpes que no dejaron marcas, pero hubo un golpe que fracturó tres costillas”.

Rafael Escobar fue otro de los incriminados por su ex camaradas. Lo acusaron de ir “saltando” sobre Guirula durante el traslado.

La última lesión, aunque no en orden de producción sino en la descripción trazada en el informe forense, consistió en la fractura lineal de seis costillas del lado derecho, con la diferenciación de que esas heridas oseas no se produjeron por un golpe sino por “una fuerza de apoyo” ejercida en otro lugar.

Wolhein indicó que todas las lesiones son “atendibles” y “tienen tiempo de sobrevida”, aunque también resaltó que Guirula tenía 3,2 gramos de alcohol en sangre, circunstancia que lo ubicaba en estado de indefensión, ante lo cual el cuerpo pierde capacidad de resistencia ante golpes.

La conclusión, para el especialista, fue que la sumatoria de estas tres lesiones ocasionaron un paro cardiorespiratorio que sesgó la vida del albañil durante aquel procedimiento de hace 11 años atrás.

El debate continuará mañana con más testimoniales. El proceso ya lleva cuatro jornadas realizadas, período en el cual declararon doce testigos.

El juicio se realiza en el Tribunal Penal Dos de Posadas, presidido por el magistrado Gregorio Busse e integrado por los jueces de instrucción Fernando Verón y Miguel Mattos como vocales subrogantes. Los seis imputados cuentan con abogados defensores diferentes.

El juicio, día a día:

Día 1: Caso Guirula: tres de los seis policías imputados pidieron declarar mañana

Día 2: Policía imputado declaró que Escobar y Tabarez patearon a Guirula en el piso

Día 3: Escobar se defendió y apuntó a Tabarez: “Le tiró patadas de punta” a Guirula

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