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Buscan a Franco, el hijo de Pity Arrúa, por otra causa de narcotráfico

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Franco Arrúa, uno de los hijos de Pedro Amadeo “Pity” Arrúa (59), un misionero con múltiples condenas por narcotráfico, es intensamente buscado en Entre Ríos, en el marco de una investigación por comercializar estupefacientes dentro y fuera de las cárceles de esa provincia, mismo delito por cual su padre cumple en la actualidad una pena de 13 años de prisión.

La investigación fue llevada adelante por la División Robos y Hurtos de la Policía de Entre Ríos y tuvo tu punto de inflexión el martes, cuando la Justicia interviniente autorizó un total de catorce allanamientos que culminaron con una decena de detenciones, entre ellos dos agentes penitenciarios.

Entre los detenidos debería estar el hijo del capo narco misionero, aunque hasta el momento no fue localizado y permanece prófugo con un pedido de captura en su contra, según indicaron autoridades judiciales en diálogo con El Once de Entre Ríos.

“Ahora pedimos al Juzgado de Garantías la captura y detención de una persona que nos interesa tenerlo a disposición de la Fiscalía, que es Franco Agustín Arrúa; mientras personal policial de Investigaciones trabaja en su localización”, señaló el fiscal Santiago Alfieri, luego de confirmar la entrega de uno de los penitenciarios involucrados.

El expediente abierto investiga a una serie de presos de la Unidad Penal 1 de Paraná, encargados de dirigir una organización dedicada a la venta de estupefacientes tanto dentro como fuera del predio carcelaria. La venta intramuros contaban con la colaboración de los guardiacárceles y familiares de reos.

El fiscal Alfieri especificó que lo que se investiga es “la comercialización de estupefacientes, la contraprestación de pago con teléfonos, la comercialización ilegal de teléfonos entre internos dentro de la Unidad Penal Nº1 de Paraná, la tarea de filtración de los dos agentes penitenciarios y la colaboración externa de personas en libertad para generar las cuentas bancarias, ponerlas a titularidad y realizar la materialización del dinero electrónico que toque tierra por las extracciones por cajero, las bocas de expendio de billetes”.

Quién es Pity Arrúa

El mismo modus operandi llevó adelante Arrúa padre, más conocido como Pity, quien fue condenado en dos causas similares por dirigir empresas narcos desde distintas cárceles de Entre Ríos.

Las investigaciones trazadas permitieron reconstruir que desde la cárcel, primero desde la Unidad Penal II de Gualeguaychú y luego desde la Unidad Penal IV de Concepción del Uruguay, Arrúa dirigía y coordinaba la compra y el traslado de cocaína desde Misiones hasta Corrientes y Entre Ríos, donde las dosis eran distribuidas a vendedores locales. También las comercializaba dentro de las penitenciarias.

El nivel de atención que el misionero, a quien en las escuchas lo mencionaban como “el jefe” o “el viejo”, mantenía de las actividades era tal que él mismo se encargaba de llamar a las empresas de colectivos para conocer los horarios de salida y llegada de los micros para poder coordinar el viaje de las “mulas” que utilizaba para transportar la droga, como así se comunicaba con las casas de cambio para saber las cotizaciones vigentes.

El misionero Pedro Amadeo “Pity” Arrúa fue condenado a 13 años de prisión en 2021.

Las causas datan de 2017 y 2019 y en 2021 finalmente fue condenado en ambas. En total recibió 13 años de prisión.

En esos expediente también estuvo imputado su hijo Franco. En uno fue condenado a cuatro años de prisión y en otro fue absuelto.

Ahora, nuevamente tiene un pedido de captura en su contra y será pasible de otra imputación por narcotráfico que podrá llevarlo a la cárcel.

La vinculación de Pity Arrúa con el delito no es para nada nueva y en Misiones también tiene un gran historial.

El hombre nacido en Dos de Mayo apareció por primera vez en las crónicas policiales a mediados de los 90 por una acusación de fraude.

También lo relacionaron con un homicidio, aunque fue sobreseído, y en 2009 fue mencionado en el expediente que investigaba la ruta de la efedrina, lo cual incluso le valió un procedimiento en su chalet del barrio Alta Gracia de Posadas, donde lo hallaron escondido en un ropero y le incautaron un Mini Cooper.

Pero su especialización dentro del mundillo delictivo pareció haberla hecho en narcotráfico, delito por el cual recibió su primera condena en 2012 mediante un fallo dictado por la Justicia Federal cordobesa.

Desde allí apareció una y otra vez en distintas causas por narcotráfico. Y la historia parece repetirse periódicamente.

Policiales

Dieron de alta al niño de 12 años que sobrevivió a la tragedia del Yazá

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Nahuel Alejandro Aquino, el niño de 12 años que viajaba en el colectivo que cayó al arroyo Yazá dejando un saldo de nueve muertes, fue dado de alta este martes y recibió las felicitaciones de todo el equipo médico que lo atendió, como así también innumerables muestras de afecto a través de comentarios en redes sociales.

La noticia se conoció a partir de una publicación en la cuenta de Facebook de la Escuela Hospitalaria y Domiciliaria N.º 1 de Oberá, que en su posteo añadió una fotografía de Aquino con el brazo enyesado y posando junto a un marco que destacaba “tu alta médica es un milagro de amor y coraje”.

El niño era uno de los que viajaba en el micro Sol del Norte que el domingo a la madrugada cayó al arroyo Yazá luego de colisionar con un Ford Focus conducido por un hombre alcoholizado.

El automovilista implicado fue el obereño Rafael Gonzalo Jordan Ortiz (34), quien murió en el lugar del hecho, al igual que ochos pasajeros del ómnibus, la mayoría de ellos jóvenes estudiantes de diferentes localidades de la provincia. 

“Si toman alcohol no salgan a la ruta”

Horas de recibir el alta, Aquino grabó un video desde el hospital y realizó un llamado a la toma de consciencia respecto al alcohol al volante.

“Quiero dejar un mensaje para la gente: que si toman alcohol no salgan a la ruta, porque lastiman a gente inocente que termina pagando por culpa de los que no piensan”, señaló el pequeño.

También se refirió a la tragedia y expresó que “al momento del choque yo estaba despierto. Me acuerdo que agarré mi celular un ratito y de golpe sentí el frenón que pegó el colectivo. En eso mi papá se despertó y me abrazó fuerte. En eso el colectivo empezó a descontrolar y me acuerdo que dimos una vuelta. Ahí se ve que me golpeé la cabeza y quedé inconsciente por varios minutos. Después me acuerdo que la mitad del colectivo estaba hundido en el arroyo y empecé a gritar por ayuda”.

Y añadió: “Mi papá apenas podía respirar. Cuando llegaron los bomberos les pedí que, si no nos pueden sacar, que por lo menos hagan un agujero para que mi papá pueda respirar y esté más tranquilo. Los bomberos se dieron cuenta, hicieron el agujero para que pueda respirar y después cortaron el techo. Nos rescataron y gracias a Dios estamos con vida”.

El conductor del Focus implicado en tragedia del Yazá estaba alcoholizado

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Padre e hija murieron tras choque frontal con una camioneta en El Soberbio

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En una colisión entre un auto y una camioneta, sobre la ruta provincial 2, a la altura del kilómetro 6 de El Soberbio, fallecieron un conductor de 50 años y su hija de 4. El siniestro también dejó dos heridos de gravedad.

Alrededor de las 16.30, por motivos que son materia de investigación, un automóvil marca Ford Escort y una camioneta Fiat Toro colisionaron de frente sobre la arteria mencionada.

De acuerdo a fuentes policiales, en el rodado menor viajaba una familia compuesta por el conductor Marcelo Geroldi (50), su concubina María S. (44) y su hija Rebeca Geroldi (4), mientras que la camioneta Fiat Toro iba al mando de Luciano E. (20).

Producto del choque entre ambos vehículos, Marcelo Geroldi falleció en el lugar del accidente y hora más tarde, luego de ser trasladada de urgencia al hospital de El Soberbio, dejó de existir la pequeña Rebeca Geroldi.

En tanto, la pareja del conductor fallecido y el joven Luciano E. resultaron con heridas de gravedad, por lo que debieron ser trasladados de urgencia al nosocomio de la localidad.

Según precisaron las mismas fuentes, debido a la magnitud del impacto entre los dos vehículos, algunos ocupantes quedaron atrapados entre los hierros y Bomberos y agentes policiales trabajaron para rescatarlos.

El lugar fue preservado para las pericias de rigor, con intervención del Juzgado de Instrucción Tres de San Vicente y la División Policía Científica UR-VIII, que llevan adelante las diligencias correspondientes para determinar las causas del impacto.

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Un forense ratificó que a Guirula le fracturaron las costillas a patadas

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El juicio para esclarecer la muerte del albañil Carlos Guirula tuvo otra jornada clave este martes, con la declaración de tres mujeres que estuvieron presentes en aquella noche trágica del 19 de julio de 2014 en el motel Park de Posadas y la de un médico forense que dio pormenorizados detalles sobre la causa del deceso y las marcas de violencia que exhibía el cuerpo de la víctima.

En orden cronológico, las primeras en declarar fueron las dos trabajadoras sexuales que esa noche estuvieron con la víctima y sus dos amigos, compartiendo diferentes habitaciones, y una de las mucamas del complejo.

Las tres coincidieron en que el conflicto se inició a raíz de una consumición de whisky que Guirula se negaba a pagar. En lo que difirieron fue que las dos primeras mujeres negaron haber visto situaciones agresivas, mientras que la mucama Andrea Lorena Sosa describió que el hombre “se puso muy violento y empezó a golpear la puerta de vidrio” de la conserjería.

Esa situación motivó que ella misma llamara a la Policía, más precisamente a la comisaría Decimotercera, de cuya dependencia salió el primer patrullero que arribó al lugar. Ese móvil era una Toyota Hilux que llevaba a la oficial Lourdes Beatriz Tabarez (42) como encargada, al sargento primero Claudio Marcelo Servian como chofer y al cabo Carlos Alberto Da Silva (35) como acompañante.

Más tarde arribaron como refuerzos desde el Comando Radioeléctrico Centro el cabo Ricardo Rafael Escobar (42), el oficial subayudante Carlos Alberto Zidorak (35) y el cabo Lucas Nahuel Saravia Allosa (37). Ahora, los seis están imputados por “tortura agravada seguida de muerte” y “ocultamiento de pruebas”, figura bajo la cual pueden ser condenados a prisión perpetua al final de proceso, previsto para el 19 de noviembre.

Todos los imputados cuentan con abogados defensores diferentes.

La señora policía

“Cuando llegó la Policía procedieron ellos y nosotros nos volvimos a encerrar. Después escuché gritos e interpreté que el señor -por Guirula- ingresó al auto para que la policía no le lleve”, recordó la mucama citada como testigo.

La mujer añadió que “supongo que en el forcejo él le pega a la señora policía y ahí ella se exaltó. Después de eso pudieron sacarlo a la fuerza y le empezaron a pegar. En el intento por reducirlo, por ponerle las esposas, empezaron a pegarle. Estábamos todos expectantes de lo que pasaba y cuando él ya estaba reducido le seguían pegando, le pateaban la cabeza y le pisaban la cabeza”.

Su declaración se tornaba a cada más segundo más trascendental y por esa razón el fiscal Vladimir Glinka ahondó en la cuestión y preguntó si la testigo identificaba a algunos de los imputados presentes en aquella escena. La respuesta fue certera: “Sí, la señora policía. El señor estaba boca abajo y la señora policía le pisaba la cabeza”.

De igual manera, en otro tramo relató que “se ve que le pateaban por todos lados, porque el señor no paraba de quejarse y de moverse”. La testigo calculó que toda esa escena duró entre 10 y 15 minutos.

La oficial Lourdes Tabarez fue apuntada por otros imputados y testigos como autora de patadas contra la víctima.

Tres lesiones con potencial letal

Todos ese relato de golpes, sumado a los testimonios recogidos en las tres audiencias anteriores del juicio, se vincularon más tarde al testimonio del médico forense Carlos Wolhein, uno de los encargados de efectuar la autopsia sobre el cuerpo del albañil fallecido.

El médico, de extensa trayectoria en materia de autopsias e investigaciones tanatológicas, dio una pormenorizada explicación de cada una de las lesiones que provocaron la muerte del albañil y conectó cada una de ellas con la posible mecánica del hecho.

Wolhein precisó que el cuerpo presentaba tres lesiones que tenían “potencial letal sin el tratamiento debido”, ya sean “juntas o por separado”.

La primera lesión sobre la cual hizo hincapié fue un “traumatismo de cráneo de intensidad moderada, eventualmente grave” que, a su entender, fue causada por lesiones “puntiformes” generados por compresión.

La segunda consistía en la fractura de tres costillas del lado izquierdo que provocó una hemorragia interna masiva que dirigió el 40% de la sangre del cuerpo hacia el pulmón de ese lado y lo hizo colapsar por completo.

El forense vinculó este diagnóstico con una seria de marcas externas en la piel que tenían un “calcado compatible con la plantilla de un calzado”. “Eso para nosotros es referencial a un puntapié de patadas”, resumió.

Y a pedido del fiscal fue aún más conciso: “Vemos una impronta en la piel que asumo que es un golpe. Pueden haber más golpes que no dejaron marcas, pero hubo un golpe que fracturó tres costillas”.

Rafael Escobar fue otro de los incriminados por su ex camaradas. Lo acusaron de ir “saltando” sobre Guirula durante el traslado.

La última lesión, aunque no en orden de producción sino en la descripción trazada en el informe forense, consistió en la fractura lineal de seis costillas del lado derecho, con la diferenciación de que esas heridas oseas no se produjeron por un golpe sino por “una fuerza de apoyo” ejercida en otro lugar.

Wolhein indicó que todas las lesiones son “atendibles” y “tienen tiempo de sobrevida”, aunque también resaltó que Guirula tenía 3,2 gramos de alcohol en sangre, circunstancia que lo ubicaba en estado de indefensión, ante lo cual el cuerpo pierde capacidad de resistencia ante golpes.

La conclusión, para el especialista, fue que la sumatoria de estas tres lesiones ocasionaron un paro cardiorespiratorio que sesgó la vida del albañil durante aquel procedimiento de hace 11 años atrás.

El debate continuará mañana con más testimoniales. El proceso ya lleva cuatro jornadas realizadas, período en el cual declararon doce testigos.

El juicio se realiza en el Tribunal Penal Dos de Posadas, presidido por el magistrado Gregorio Busse e integrado por los jueces de instrucción Fernando Verón y Miguel Mattos como vocales subrogantes. Los seis imputados cuentan con abogados defensores diferentes.

El juicio, día a día:

Día 1: Caso Guirula: tres de los seis policías imputados pidieron declarar mañana

Día 2: Policía imputado declaró que Escobar y Tabarez patearon a Guirula en el piso

Día 3: Escobar se defendió y apuntó a Tabarez: “Le tiró patadas de punta” a Guirula

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