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A 13 años de la desaparición de Golemba: “Sin verdad ni justicia, pero con memoria”

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La Justicia Federal investigará como Desaparición Forzada el caso Golemba

El 27 de marzo del 2008, Mario Golemba salió de su domicilio, en Dos de Mayo, rumbó a Oberá, para una consulta médica. Desde aquel día, el joven no volvió a su hogar.

Hoy se cumplen un nuevo aniversario de la desaparición de Mario, sin saber nada sobre él. Su familia lo recuerda y, a través de un comunicado, renovaron el pedido de justica.

En el escrito, subrayaron: “Tiempo después de su desaparición, dos testigos aseguraron que vieron a Mario la noche de su desaparición, en la comisaría de Dos de Mayo (entonces a cargo del comisario Ewaldo Katz). Aseguran haberlo visto golpeado, pidiendo clemencia”.

Los familiares y allegados a Mario apuntaron a la inacción de la Justicia porque “existen más personas que saben lo que pasó, pero por temor callan. La Justicia nunca investigó el caso como es debido y a estas alturas no nos quedan dudas de que la jueza que tuvo el caso todos estos años, Alba Kunzmann de Gauchat, no hizo lo suficiente y necesario para que pueda esclarecerse”.

Además, quienes piden que se esclarezca el hecho ocurrido en 2008 remarcaron: “Todo indica que existe un pacto de silencio, inquebrantable”, reza el comunicado y agrega: “Es por eso que familiares y allegados llegamos a este nuevo aniversario sin verdad ni justicia, pero con Memoria”.

 A 13 años, 13 preguntas

Ante un nuevo aniversario de la desaparición del joven de Dos de Mayo, y sin ningún avance de la Justicia de Misiones para saber qué pasó, los familiares plasmaron 13 preguntas en la misiva, dirigida a la sociedad y a los medios de comunicación “ya que no es concebible una democracia con desaparecidos”.

  1. ¿Por qué no se investigó a fondo la pista más significativa, que es la única hipótesis que tiene asidero?

    Son dos los testigos que declararon que vieron cómo golpeaban a Mario en la comisaría de Dos de Mayo. Don Antonio Golemba, padre de Mario, se reunió con ambos por separados. Sus testimonios son coincidentes: Mario estuvo en la comisaría de Dos de Mayo esa noche. Sin embargo, nunca se profundizó en esas declaraciones y jamás la justicia aceptó el pedido del careo entre los detenidos y los policías que estuvieron la noche del 27 de marzo del 2008 solicitado por los padres de Mario. En cambio, se “investigaron” otras supuestas pistas, falsas, sin sustento. Es urgente retomar con decisión y en profundidad esa hipótesis, que repetimos, es la única que puede llevar a conocer la verdad de lo ocurrido. Exigimos que se termine el manto de protección y quienes fueron responsables paguen por sus actos. Si fue el Estado, debe saberse.

  2. ¿Por qué la justicia no ordena un careo entre los testigos y los policías que actuaron en la noche del 27 de marzo de 2008 en la comisaría de Dos de Mayo?

    Seguimos sin entender cuál es la razón por la cual nunca se dio lugar a esta instancia fundamental. Solamente nos cierra la hipótesis de la protección y el encubrimiento.

  3. ¿Por qué un policía en funciones se acercó a pedir la recompensa y luego se alejó de la familia?

    Un supuesto ex policía se acercó a la familia pidiendo un porcentaje de la recompensa ofrecida en su momento por el gobierno de Misiones, alegando que tenía una empresa de seguridad y datos certeros sobre lo sucedido con Mario.

    Antonio Golemba, se acercó al entonces gobernador Maurice Closs para solicitarle ese porcentaje:  éste le respondió que no se preocupe, que él mismo estaba “al frente de la investigación”. Luego, pasado el tiempo, Antonio se encuentra en un acto con este supuesto ex policía, vestido con el uniforme. Lo ninguneó. Al tiempo, se enteró que lo habían ascendido. El señor Closs nunca volvió a comunicarse con la familia.

  4. ¿Por qué el intendente de la localidad de Dos de Mayo nunca visitó a la familia Golemba?

    El ingeniero José Luis Garay, intendente en ese entonces, luego ministro del Agro y la Producción de la provincia, actual intendente, jamás se acercó a la casa de la familia Golemba, ni siquiera para solidarizarse.

  5. ¿Por qué nadie se anima a declarar?Mucha gente se acercó a la familia a contar su versión de los hechos, muchos escucharon en lugares públicos a miembros de la misma policía decir que “a Mario lo mataron, se les fue la mano porque los confundieron”, pero siempre que se les requirió que se acercaran a una delegación a declarar, nadie quiere involucrarse ¿Miedo? ¿A qué o a quiénes?
  6. ¿Por qué los padres de Mario fueron víctimas de varios robos y otras situaciones extrañas luego de su desaparición?

    En el transcurso de la búsqueda de Mario, Irma y Antonio fueron víctimas de reiterados hechos delictivos. Delincuentes entraron a su vivienda llevándose herramientas de trabajo, electrodomésticos y otros bienes personales, violando la intimidad de su hogar sustrayendo todo aquello que consiguieron con esfuerzo y trabajo de años.

    Cansados de vivir esta situación una y otra vez, en una ocasión, luego de llegar destruidos del velorio de una sobrina (que falleció en un terrible accidente junto a toda su familia), al encontrar su casa en completo desorden, se dirigieron a la comisaría local a realizar la denuncia.  La respuesta que recibieron de uno de los efectivos fue: “evidentemente ustedes tienen un problema con la policía”.

    Esto hace suponer que Antonio e Irma fueron víctimas de una persecución. Por ejemplo, existe un hecho puntual: Antonio una mañana se subió a su camioneta rumbo a su chacra y en un punto del trayecto, chocó contra un barranco; luego se daría cuenta que estaban flojas todas las tuercas de una de las ruedas de la camioneta Ford, modelo 1973, como si hubiesen sido aflojadas adrede por alguien.

  7. ¿Qué pasó con los uniformados que estuvieron en la noche del 27 de marzo de 2008?

    Se supone que en todo hecho ilícito donde estén involucrados miembros de la fuerza de seguridad, estos deben ser apartados de sus funciones hasta que se clarifique el hecho; nada de eso ocurrió en el caso de Mario, todos fueron trasladados o ascendidos.

    Incluso el máximo responsable de la comisaría, Ewaldo Katz, fue trasladado a otras comisarías e incluso fue designado a Director General de Seguridad Vial y Turismo de la Policía de Misiones, sin que la justicia lo convoque a dar explicaciones.

  8. ¿Por qué el gobierno provincial no se compromete con la causa?

    La desaparición de Mario Golemba debería ser un asunto de Estado urgente, más aún cuando pesa la sospecha de que su desaparición estuvo directamente vinculada a un posible caso de violencia institucional. Sin embargo, justamente desde que esta hipótesis vio la luz, el gobierno se fue alejando de la familia y apostando al desgaste y el olvido.

  9. ¿Quién está a cargo de la causa actualmente?

    Este año, se jubiló la jueza del Juzgado de Instrucción de Oberá, donde está estancada la causa de Mario Golemba. Sus familiares desconocemos quién está a cargo de la causa ya que desde el Juzgado no se comunican ni informan nada.

  10. ¿Cómo sigue la causa judicial?

    Hace años no se conocen actuaciones concretas de la justicia en cuanto a la investigación por el caso Golemba. ¿Hasta cuándo tendrá el Juzgado de Instrucción de Oberá la causa cajoneada? Exigimos que la causa cambie de carátula, de desaparición de persona a desaparición forzada y se investigue debidamente en este sentido.

  11. ¿Por qué no se actualiza la recompensa y la campaña de difusión para que los posibles testigos puedan aportar datos debidamente protegidos?

    En 2015, el Estado Provincial ofreció a través de un decreto, una recompensa de 100 mil pesos a quienes aportasen datos que ayuden a la investigación judicial. Duró solo 180 días y excluía a las fuerzas de seguridad. Es necesario que este tipo de estímulos se reanuden, que el caso se difunda en todos los medios estatales, y que se habiliten vías seguras para que los testigos aporten información.

  12. ¿Qué pasó con Mario Golemba?
  13. ¿Quiénes son los responsables de su desaparición?

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Agente de la PFA salió de Posadas con 14 kilos de cocaína y cayó en Entre Ríos

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Un procedimiento de rutina en una ruta provincial se convirtió en un escándalo este lunes cuando agentes de la Dirección General de Prevención y Seguridad Vial de Entre Ríos detuvieron a una oficial en actividad de la Policía Federal Argentina (PFA) que transportaba más de 14 kilos de cocaína ocultos en su vehículo.

La droga, valuado en unos 315 millones de pesos, estaba escondida en los zócalos de un Ford Fiesta Kinetic y apunta a posibles ramificaciones en una red de narcotráfico con vínculos en Misiones y Buenos Aires.

El arresto ocurrió pasadas las 3 de la mañana en el Puesto de Control Vial Paso Cerrito, sobre la ruta nacional 14, en el límite entre Corrientes y Entre Ríos.

La mujer, oriunda de Buenos Aires y de unos 40 años –cuya identidad no fue revelada por razones judiciales–, viajaba sola en sentido sur, desde Posadas (Misiones) hacia San Justo, en el partido de La Matanza.

Durante el control preventivo, un can detector de narcóticos alertó sobre irregularidades en el vehículo. Al inspeccionar los zócalos, los policías extrajeron inicialmente tres paquetes rectangulares con una sustancia blanca que reaccionó positivamente a pruebas químicas de campo.

Posteriormente, hallaron seis envoltorios adicionales, sumando un total de 14 kilos de clorhidrato de cocaína de alta pureza. La oficial, sorprendida en flagrancia, no opuso resistencia y fue esposada en el acto.

Lo que más impacta al caso es el perfil de la detenida: según fuentes judiciales, la mujer había trabajado en la Dirección de Asuntos Internos de la PFA, el área encargada de investigar irregularidades dentro de la propia fuerza.

El diario La Nación añadió que sus colegas en Buenos Aires no tenían conocimiento de sus actividades hasta que la noticia se filtró en las últimas horas.

La jueza federal Analía Ramponi, titular del Juzgado Federal de Concordia, tomó intervención inmediata. La sospechosa fue trasladada a una comisaría en Chajarí, donde permanece detenida a disposición de la Justicia.

Además de la droga y el auto, se incautaron elementos vinculados al caso, como teléfonos y documentación. El procedimiento derivó en tres allanamientos simultáneos: dos en Posadas (Misiones) y uno en La Matanza (Buenos Aires), donde se secuestraron más estupefacientes, datos informáticos y se identificaron posibles cómplices en una presunta organización narco.

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Detuvieron a un policía sospechado de facilitar la fuga de presos en Irigoyen

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Un oficial de la Policía de Misiones que habría facilitado la fuga de siete delincuentes que estaban alojados en la comisaría de Bernardo de Irigoyen fue detenido este mediodía y quedó a disposición de la Justicia.

La detención del uniformado se concretó en la sucursal del banco Macro en Irigoyen, donde el implicado cumplía servicio adicional, adelantaron fuentes consultadas.

El sospechoso fue identificado como Mario O., y sería oriundo de San Antonio. Se le secuestró un teléfono celular que será sometido a pericias.

Del procedimiento participaron los propios camaradas del agente, como así también personal de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (Saic), cuya intervención se dio a pedido del procurador general Carlos Giménez.

La causa está en manos del fiscal de Instrucción Uno de San Pedro, Francisco Javier Insfrán, y del juez de instrucción de la misma circunscripción judicial, Ariel Belda Palomar, quienes dirigieron y supervisaron las primeras actuaciones del caso.

En paralelo, la Jefatura de Policía dispuso la apertura de un sumario administrativo con intervención de la Dirección Asuntos Internos de la institución.

La fuga se registró el lunes a la madrugada, cuando siete sindicados delincuentes de peligrosidad lograron escapar a través de un boquete realizado en el sector de sanitarios de calabozos de la comisaría de Bernardo de Irigoyen.

Los evadidos fueron Alejandro “Dente” Ramos, Emanuel “Pirata” Krourluch, Daniel Simons, Agustín Morais, Jorge Ojeda, Darío Brítez y Juan José Ferreira Álvez, todos acusados por delitos graves como robos calificados y homicidios.

El hecho motivó un mega operativo policial del cual participaron más de 500 agentes abocados a la búsqueda y en exactamente 48 horas todos fueron recapturados. 

Atraparon a los últimos tres fugitivos de la comisaría de Bernardo de Irigoyen

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Su ex la golpeaba y ahora la hostiga diariamente: “Hace 1 año que tengo miedo”

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Lo que comenzó como una amistad y luego se encaminó a un proyecto de familia, se convirtió más tarde en la etapa más oscura de la vida de María José Humeniuk (32). Birlado de dinero, golpes, amedrentamiento, control, persecución y hostigamiento, conforman el listado de hechos que la joven denuncia padecer hace más de un año en manos de un posadeño.

Todo comenzó en 2020, cuando la joven oriunda de Concepción de la Sierra, aunque radicada en Posadas, conoció a Bruno Zapelli (35) e iniciaron un vínculo amoroso que duró unos pocos meses. Pasado un tiempo él reapareció en un momento de vulnerabilidad personal y familiar para ella.

“Salimos un tiempo y después fue como que yo me enganché y él no, entonces terminamos. En el 2022 él vuelve a aparecer en mi vida con un mensaje, y bueno, empezamos a vernos. Y justo mi papá en ese momento entró en coma y estuvo ahí por tres meses y medio”, relató María José durante una entrevista telefónica con La Voz de Misiones, donde contó el calvario que padece y dio detalles de las denuncias radicadas contra su ex.

Lo que en ese momento no percibió fue el escabroso entramado que encarnó esa reaparición: “Recién ahora me cae la ficha porque realmente en ese momento ni me hubiese imaginado. Mi viejo entra en coma y él me dice ‘no, porque vos no podés estar sola, yo me voy a quedar con vos’. De esa manera se fue instalando en mi casa. Yo me había enganchado con él en su momento. Se fue quedando en mi casa y me lo tomé bien, pensé que quería estar conmigo. Se quedó él y su hijo, que en ese momento tenía 4 años. Pasó el tiempo, se fue quedando, mi papá fallece y yo heredo una buena cantidad de dinero”.

María José asegura que era ella quien sostenía la economía del hogar, desde la casa, la vestimenta, alimentos, servicios e incluso se encargaba de acompañar al niño en su ingreso y egreso diario a la escuela. “Él se aprovechó en ese momento. Yo había heredado dinero y con un poco me compré un terreno, que es hoy en día donde está mi casa. Empecé a hacer mi proyecto cuando estaba con él. Era como un proyecto de familia”.

Sin embargo, la asimetría se hacía cada vez más visible en la relación, por lo que ella intentó reordenar las reglas que hacían a la convivencia: “Y empezamos a tener discusiones porque yo le decía, si necesitás dinero yo te doy, poné un emprendimiento, hacé algo -le digo- porque no podés estar todo el día en el gimnasio o tomando sol. Él trabaja dos o tres horas en el Parque del Conocimiento por la mañana y el resto del día está en el gimnasio, caminando o corriendo, vive para su cuerpo, el brillar y parecer”.

En ese sentido, remarcó: “A mí se me estaba haciendo pesado con una criatura, más todos los gastos a costa mía. Yo quería empezar el proyecto de mi casa. Después pasó un tiempo, yo estaba en pleno luto, mi papá ya no estaba y no tengo mamá, me quedé sola en la vida y fue como que empecé a fingir demencia en un montón de aspectos”.

Estando sola y en estado de vulnerabilidad, comenzó a emerger un verdadero tormento: “Un día me doy cuenta, voy a pagar el alquiler y me dice el dueño del departamento que me faltaba dinero. Voy a pagar a mi ingeniero y sucede lo mismo. Yo trabajo en la yerba mate, tengo hoja verde. Y en ese momento empecé a desconfiar de la chica que trabajaba en casa, hasta el día de hoy me siento mal por eso”.

“Pasó el tiempo y empecé a notar que Bruno afrontaba gastos con amigos y había dinero que de repente no existía. Ahí se me prendió la lamparita de que el vago me estaba robando. Cuando fallece mi papá yo me hago cargo de la empresa, es decir que yo tenía una tarjeta de débito yerbatera donde ingresaba todo el dinero. Él me sacaba la tarjeta de débito y yo no sabía cuánto me tenía que ingresar porque no tenía ni idea, fue un año entero de ocupar mi tarjeta de débito, de robarme los dólares que me había dejado mi papá, hasta que yo empecé a encuadrar todo y ese fue el día que le digo, te tenés que ir, vos me estás robando”, repasó.

Fue en ese momento que la violencia en todas sus formas comenzó a hacerse cada vez más evidente. “Entonces él me empieza a insultar y yo no me quedé callada. Le dije de todo, que era un ladrón, que era un vividor, entonces viene y me caga a trompadas”, recordó y remató con énfasis: “Pero me caga a trompadas”.

Fragmento de la primera denuncia presentaba

Comienzan las denuncias

Luego de los golpes recibidos, la joven decidió acudir al padre de Bruno para contar lo que había pasado, fue a la Policía, realizó la denuncia y obtuvo un botón antipánico. Previamente, el agresor sostuvo en sus brazos a la perra que compartían juntos y le advirtió: “Si vos me dejás yo le voy a tirar a la perra por la ventana”.

Y según su relato, la pesadilla parecía no tener final: “A los meses veo que el vago pasa por mi casa, yo le estaba paseando a mi perra y presiono el botón antipánico, llamo a la Policía, pero me dicen ‘no le sacaste una foto, no le hiciste un video, entonces no te podemos tomar la denuncia’”.

Sobre ese momento, recordó: “Me sentí totalmente desprotegida porque yo andaba por la vida tranquila, tenía un botón antipánico. Hoy no salgo más de mi casa, realmente durante estos seis meses no salí más de mi casa porque sabía que nadie me estaba protegiendo”.

Y continuó: “Después pasó el tiempo y me lo empiezo a encontrar en lugares, me saludaba como si nada. Un día le dije, no das más de cara dura. En noviembre del año pasado venció su orden de restricción. La denuncia fue hace un año y medio. Ahora hace un año que venció la orden de restricción, entonces el vago durante todo este año, además de pasar por mi casa, porque yo a mi perra la paseo cuatro veces al día y siempre lo veía pasar como para ver qué estaba haciendo, con quién estaba”.

Pero el hombre no solo deambulaba por su casa, sino que la contactaba telefónicamente: “Antes de esto me llamaba y me decía que estaba enfermo, que le estaban por hacer diálisis por todo el anabólico que se tomó, que se iba a morir, que yo le ayude. Yo como una imbécil fui, le acompañé dos veces al doctor a comienzos de este año”.

Sobre lo que aclaró: “Fueron dos veces que le acompañé al médico porque me llamó llorando y después me llamó tres veces diciendo que se iba a suicidar. En la tercera le dije, yo no puedo ni conmigo, voy a poder con vos. Hacete ver, resolvete hermano, yo estoy yendo a terapia. Estuve encerrada mucho tiempo, llorando, hecha mierda, le digo: yo no te puedo ayudar. Punto. Ahí cortamos relación”.

Sin embargo, el control, la persecución y los cruces frente a su domicilio a altas horas de la noche o de la madrugada continuaron hasta la semana pasada, con escenas de celos cuando observó vehículos “extraños” frente a la casa.

“El jueves antepasado hice una reunión acá con amigos, comimos un asado y esto lo vi en la cámara el otro día. Mi amigo, mi último amigo se fue a las 5.55 y a las 5.56 recibo un mensaje de él. El primero fue eliminado. Después de eso era torrencialmente una lluvia de puteadas. Que vos sos una trola, que ya sé que andas con un pelotudo que tiene un Corola, que te voy a prender fuego la casa, que si te encuentro te voy a romper la nariz, te voy a tirar algo por la cabeza, porque vos sos una reverenda puta”, recordó María José, entre otros insultos recibidos.

Y sumó: “También me dijo ‘ahora me vas a ver más de seguido porque ahora tengo una novia que vive en la esquina de tu casa’ que es mentira, me está vigilando”.

Capturas de chats entre Bruno y María

Presunta complicidad

María acudió al padre de Bruno, a su hermano y a su mejor amigo para alertar sobre la situación e intentar “frenarlo”, lo que fue posible, pero sólo temporalmente.

“Cuando hice la primera denuncia fui a hablar con el juez. Después me entero que Bruno estaba del otro lado de la puerta escuchando y que estaba todo arreglado. Que él no va a caer preso nunca porque tiene contactos”.

“No voy más a la Policía porque no me ayudan, si lo hacen me dan un botón antipánico, pero tampoco sirve si yo no hago nada. El sábado yo estaba esperando a alguien a las 13.30, le abrí el portón y cuando salgo veo que el vago estaba parado en la esquina mirando, parecía un enfermo mental. Tuve tanto miedo que la panza casi se me mueve de la taquicardia. Me quedé helada. Dije, este me va a matar”, relató con temor.

Y lamentó: “Hace un año que tengo miedo. Hace un año que dejé de salir a los bares, dejé de hacer un montón de cosas porque tengo miedo porque sé que a mí nadie me cuida. Hay días que a las 5 de la mañana está afuera. Y así todo el día. Si un día vienen mis amigos y cambiaron el auto, él es capaz de reventarle el auto… Y si decido hacer mi vida le va a matar al tipo… El nivel de manipulación y enfermedad que tiene ese chico nadie está tomando en serio y es un chico que anda por la vida cagándose a trompadas con todo el mundo. Se que muchas de las denuncias son del hermano de su mamá”.

La primera denuncia por violencia familiar fue radicada el 28 de mayo de 2024 en la comisaría Cuarta, en tanto, la segunda fue por amenazas y cuenta con el asesoramiento y acompañamiento del letrado Maximiliano Medina.

 

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