La Voz de la Gente
Posadeña viajera: Marina y su contagiante adicción por los viajes

Marina Bianco nació y creció en la capital de Misiones, Posadas. Al terminar el secundario se mudó a Buenos Aires a estudiar abogacía, carrera que terminó en 2011. La abogada de 28 años se desempeñó en distintas funciones en el mercado laboral y académico, para subsistir y sobretodo para conocer más de ese mundo gigante que está allá afuera, lejos de las oficinas.
Luego de un viaje en solitario descubrió que debía seguir su pasión y conocer lugares nuevos. Diciembre del 2015 fue el día que dejó todo y se animó a cumplir su sueño de viajar por el mundo. Creó el blog Adicción por los Viajes (https://adiccionporlosviajes.com/) para depositar todas sus vivencias, compartir e intercambiar información con viajeros y ayudar a los indecisos que no saben si empiezan o no a recorrer el continente.
Bianco tiene una energía contagiante que es interpelada e interpretada por sus seguidores de Instagram (20,3 mil seguidores), twitter (139 seguidores) y facebook (más de 6900 me gusta), y que va en ascenso. Es que Marina no es un abogada que se volvió mochilera, ella es un alma libre que se abraza de las vicisitudes y de la aventura del vivir, que lleva la sonrisa y la independencia femenina como estandarte. A continuación compartimos con nuestros lectores algunas preguntas que le hicimos por facebook a la posadeña viajera:
La Voz de Misiones: ¿Cómo fue el momento que decidiste empezar a viajar? ¿Qué te provocó cambiar tu vida?
Siempre soñé con hacer un viaje largo pero me parecía imposible. Me preocupaba el tema económico, el futuro; me aterraba la idea de alejarme de mi familia y de mis amigos. En septiembre de 2014 me fui por primera vez de vacaciones sola y, como siempre digo, fue revelador. Conocí a Guido, un argentino que estaba dando la vuelta al mundo, y me cayeron mil fichas juntas cual efecto dominó. Me di cuenta que lo que más me gusta en la vida es viajar, que nada es tan imposible como parece y que, aún así, yo no estaba dispuesta a cargar de por vida la duda de que hubiera sido si salía de viaje.
Volví a Buenos Aires con la idea de dejarlo todo pero para ese entonces todavía tenía miedo y deudas por cancelar. Recién en Diciembre de 2015 renuncié a mi trabajo, desarmé mi departamento, me deshice de mis cosas. El 23 de enero de este año salí de viaje sola.
LVM: ¿Cuánto influye el entorno de amistad y familiar en el viaje?
La verdad es que extraño muchísimo a mi familia y a mis amigos. A veces me siento existencialmente sola. Viajando se conoce mucha gente pero siempre la misma historia: cuando te encariñás te tenés que despedir. Todo encuentro involucra una despedida, y a mí las despedidas nunca me gustaron.
Sin embargo, entiendo que es el precio que tengo que pagar por vivir de viaje. Como todo en la vida, viajar también tiene su lado oscuro. Por suerte Internet y las telecomunicaciones acortan mucho las distancias.
LVM: ¿Cómo era tu vida antes de viajar y ahora que estás viajando?
Mi vida cambió radicalmente desde que salí de viaje. En Buenos Aires tenía una vida bastante rutinaria: de lunes a viernes de 9 a 18 hs. trabajaba en una oficina; después volvía a casa, iba a mi taller de teatro, al psicólogo y no mucho más. Los fines de semana paseaba en bicicleta, comía en familia, salía con amigas.
Desde que salí de viaje no sé lo que es tener una rutina. Todos los días conozco personas y lugares nuevos, y me conozco a mí un poco más. Nunca sé si es lunes, martes o domingo, soy por completo dueña de mi tiempo, y casi siempre hago lo que me gusta. Hace nueve meses vivo con el asombro propio de una criatura: viajar es volver a mirar la vida con ojos de primera vez.
LVM: ¿Cuáles son tus miedos?
Podría escribir mil líneas sobre mis miedos. Soy una persona que se cuestiona mucho las cosas, entonces siempre aparece una nueva pregunta que no tiene respuesta. Y eso me asusta, me genera ansiedad. Sin embargo, últimamente mi mayor miedo es no poder vivir de lo que me gusta. Estoy segura de que no puedo trabajar de por vida en una oficina, cumplir horarios y acatar órdenes que no comparto. Quiero hacer algo que me guste y que aporte algo, poder llevarme el trabajo a cualquier parte del mundo. Pero es un miedo lindo, sano, que me desafía y me lleva a buscar, probar y aprender cosas nuevas.
LVM: ¿Cómo te mantenés economicamente mientras viajás?
Me financio en parte con ahorros y en parte con voluntariados. En Cusco, por ejemplo, estuve más de un mes trabajando en la recepción de un hostel a cambio de alojamiento y comida. En el Amazonas saqué fotos e hice un video promocional a una empresa de turismo a cambio de hospedaje, comida y excursiones. Ahora estoy en Tumbes, Perú, en la frontera con Ecuador, ayudando a un hostel que acaba de inaugurarse a generar contenido (fotos, vídeos, etc.) y posicionarse en las redes sociales, también a cambio de hospedaje y comida. No soy fotógrafa, ni camarógrafa, ni comunicadora ni community manager pero me las rebusco. Además de que estos voluntariados me permiten viajar casi sin gastar, son una oportunidad para aprender.
LVM: ¿Tenés pautado un mínimo o máximo de estadía en los lugares que conocés?
Salí de Argentina en Enero con la idea de recorrer en cuatro o cinco meses Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia, y después cruzar a trabajar a Europa porque tengo pasaporte italiano. Apenas crucé la frontera a Bolivia me subí a un tren con destino a Uyuni y, por esas vueltas de la vida, terminé en los Carnavales de Oruro. En ese momento sospeché algo que tiempo después se convirtió en una de mis mayores máximas viajeras: en un viaje largo los planes no existen.
Además me di cuenta que me gusta viajar lento, conocer a fondo cada lugar y vivir como si fuera local, no turista. Ya no hago planes de ningún tipo, me quedo en cada lugar el tiempo hasta que sienta que es hora de seguir viaje.
LVM: ¿En dónde estás ahora y cuál es tu próximo destino? ¿Podés nombrar los lugares que conociste?
Ahora estoy en Tumbes, Perú, en la frontera con Ecuador, (actualmente la entrevistada está en Guayaquil, Ecuador, nuestra entrevista fue realizada fines de Septiembre). Hace casi seis meses estoy en Perú y, en relación a la pregunta anterior, jamás pensé que estaría tanto tiempo en un mismo país, menos acá. Pero lo sentí y se dio así.
En una semana cruzo la frontera porque se me vence la visa para estar en Perú. Estoy súper ansiosa por conocer un país nuevo, y me emociona saber que se vienen muchos meses de playa.
Siempre viajé muchísimo. Antes de este viaje, estuve en Brasil, Uruguay, Estados Unidos, República Dominicana, India, Tailandia, Malasia, Grecia, Turquía, Alemania, Italia y España. Conocí todos esos países pero siempre fueron vacaciones.
Desde que dejé todo para viajar sin límite de tiempo ni destino fijo recorrí el norte argentino, Bolivia y Perú.
NOA: Salta, Iruya, San Isidro, Humahuaca, Tilcara, Purmamarca.
Bolivia: Oruro, Uyuni, Potosí, Villa Tunari y alrededores (selva peruana), La Paz, Coroico, Tocaña, Copacabana, Isla del Sol.
Perú: Puno, Arequipa, Cusco, Valle Sagrado (Pisac, Ollantaytambo, Chincheros, Moray, Tipón, etc.), Machu Picchu, Choquequirao, Puerto Maldonado y Amazonas, Lima, El Carmen, Huacho, Huaraz, Trujillo, Huanchaco, Tumbes.
LVM: ¿Usas alguna plataforma de trabajo, de voluntariado o el couchsurfing?
Me hospedo en casa de locales y hago voluntariados pero, al menos hasta ahora, no usé Couchsurfing ni ningún tipo de plataforma en Internet. Gracias al blog, siempre me contacta gente de diferentes lugares que me ofrece su casa. Y los voluntariados en hostels los consigo cuando llego a cada lugar. Como intento hacer voluntariados que consistan en sacar fotos, hacer videos y manejar redes sociales, suelo ir directamente al hostel y presentarme en persona. Por ahora me manejo así y me funciona.
LVM: ¿Qué aconsejarías a las personas que tienen miedo de viajar?
A cualquier persona que quiera viajar pero tiene miedo le diría que lo haga, sin importar la edad ni las posibilidades económicas. El mundo siempre espera con los brazos abiertos, y existen miles de formas de financiarse. Viajando uno se vuelve muy creativo, muy astuto; se le ocurren cosas que en su zona de confort quizá no se le ocurrirían. A mí, por ejemplo, se me ocurrió que podía hacerle fotos y videos para las redes sociales a los hostels a cambio de hospedaje y comida. Jamás pensé que podría viajar gracias a esto porque nunca antes lo había hecho, porque no soy fotógrafa, camarógrafa ni community manager. Pero me animé, salí a golpear puertas y me dijeron que sí. Además de que viajo sin gastar, aprendo algo nuevo que me encanta.
LVM: ¿Cuál fue tu lugar favorito hasta ahora?
Es muy difícil elegir un solo lugar: conocí muchos y todos tienen su encanto.
Sin embargo, yo me enamoré de El Carmen, una comunidad en el área central del Perú, formada por descendientes de esclavos africanos traídos en épocas de la colonización española.
En El Carmen no hay nada en especial para ver, pero los lugareños son increíbles. Cálidos, acogedores, alegres, amantes de la música. Siempre tienen un cajón peruano, un bongó y una quijada a mano.
El pueblo es tranquilo, casi no circulan autos. Los niños son los dueños de la calle: desde muy temprano juegan a la pelota, a la rayuela, a las bolitas. Juegan hasta que cae la noche y sus mamás, desde la ventana, les dicen que es hora de volver a casa. En ningún lugar fui tan feliz como ahí.
Por: Cintia Ojeda.
La Voz de la Gente
Vecinos molestos por estacionamiento de camiones en el barrio El Progreso

Vecinos del barrio El Progreso de Posadas solicitaron intervención de la municipalidad ante el estacionamiento de camiones frente a sus viviendas, lo cual, aseguran “incrementó la inseguridad en la zona”.
En comunicación con La Voz de Misiones, un vecino de la zona relató que el estacionamiento de camiones frente a las casas “provoca roturas en las calles empedradas” y en algunos casos “cortan los cables de internet y alumbrado”.
Por otra parte, manifestaron con preocupación que los extensos acoplados de los camiones, que corresponderían a miembros de la comunidad gitana, estarían siendo utilizados con fines delictivos: “Los chorros se esconden en los acoplados para robar y esconder las cosas”.
Frente a esta situación, y luego de varias asambleas con miembros de la comisión barrial, la presidente local emitió notas dirigidas a la Municipalidad de Posadas, aunque lamentaron que “no obtuvimos respuestas hasta el momento” y “la problemática continúa desde hace varios meses”.
En el mismo sentido, esperan que la Dirección General de Tránsito y la Policía de Misiones “tomen cartas en el asunto”.
La Voz de la Gente
Posadas: juntaron ramas que dejó la tormenta y la Muni los multó por “poda”

El último miércoles, la Dirección de Inspección de Servicios Públicos de la Municipalidad de Posadas multó a dos vecinos de la Chacra 235 por “realizar poda y arrojar hojas sobre la vereda y la calle”. En tanto, desde la comisión barrial sostienen que se tratan de las ramas que dejó la última tormenta que azotó la capital provincial el 18 de mayo.
Marta Kachuka, presidenta de la comisión barrial, dialogó con La Voz de Misiones sobre las actas de infracción que labró la comuna a dos residentes de la barriada: “El inspector se presentó aduciendo que los vecinos habían hecho poda, cuando los vecinos juntaron todas las ramas de la última tormenta y amontonaron en una esquina”.
La presidenta de la comisión afirmó que, incluso, ella solicitó en dos oportunidades a la Dirección de Mantenimiento y Embellecimiento Urbano, a cargo de María Elena Ely, que retiren los restos de los árboles caídos del vecindario.
“Desde el 3 de junio le vengo pidiendo que levanten eso, me dijeron que sí y no vino el camión, el 6 de junio le volví a reclamar y me dijeron que no iba a pasar el camión. Ahí le recordé que en la calle 120 y la avenida Zapiola quedaron restos de la tormenta. Ahora, vinieron el miércoles y le multaron a los vecinos porque dicen que hicieron poda”, apuntó Kachuka, quien está frente a la comisión de la Chacra 235 hace nueve años.
A raíz de la infracción a los vecinos, la mujer volvió a comunicarse con la directora municipal, María Ely. “Vuelvo a reclamar y esta señora trae un camión bajo la lluvia a la noche y levanta todas las ramas y ahí es donde le hago un video para que vea que todo el resto era de la última tormenta y que no eran ramas verdes”, contó a LVM.
En esa línea, la presidenta de la comisión barrial acusó al área de intentar “borrar las pruebas” luego de imponer la multa a los dos vecinos que ya fueron enviadas al Tribunal Municipal de Faltas de Posadas.
“Ahora le voy a tener que acompañar a los vecinos al juzgado”, lamentó la vecina en conversación con este medio y cuestionó: “Ellos ni siquiera le intimaron. Porque si algún vecino hace una poda, le deben dar 72 horas para levantar, directamente le multaron”.
Por otro lado, Kachuka comentó que también intentó hablar del tema con el encargado de la Dirección General de Servicios Públicos, Sebastián Betancur, a quien tildó de “maleducado” y “atrevido”.
“Con el señor Betancur no se puede hablar. Te grita, es maleducado, atrevido, no se puede hablar con él. Le reclamé este tema y me gritó, intolerante, me dijo que si se podó es una multa, cuando le estoy diciendo que no fue así y que hay pruebas”, sostuvo la vecina posadeña.
Para cerrar, la presidenta de la comisión barrial señaló: “Es injusto, hay como una persecución a la chacra 235, no se puede dejar un tronquito en la vereda porque te quieren multar, cuando nosotros mismos nos encargamos de mantener limpio el barrio“.
El pasado 18 de mayo, la capital provincial atravesó un fuerte temporal con prolongadas lluvias e intensos vientos que dejó numerosos árboles y postes caídos, voladuras de techos, calles anegadas, interrupción del sistema semafórico, vehículos dañados, y en distintos puntos sin servicio de energía eléctrica.
Ese día, el área de Servicios Públicos de la Municipalidad atendió 150 llamados de emergencia y montó un operativo para atender las demandas de los vecinos posadeños.

La Chacra 235 luego de la tormenta del 18 de mayo.

Acta de infracción que labró la Muni a un vecino.

La Muni retirando las ramas el miércoles por la noche.
La Voz de la Gente
Después del cáncer quedó en la calle y ahora vive en el viejo Madariaga

“Me operé por un cáncer hace dos años. Estoy en situación de calle”, contó Miguel Ángel Vera, un posadeño de 52 años que encontró cobijo hace diez meses en una casilla del antiguo edifico del hospital Madariaga, ubicado en el predio del Parque de la Salud, lugar que lo vio nacer.
En entrevista con La Voz de Misiones, Miguel expuso la situación que atraviesa: “Cuando recibí el alta no sé quién vendió mi casa y de mi madre. Ella murió de la angustia, yo no la podía cuidar más, porque quedé medio desorientado por la operación”.
Por la enfermedad, al vecino del barrio El Porvenir II, los médicos le extirparon por completo el oído derecho, lo que le ocasionó pérdida auditiva unilateral.
“Me extirparon el oído. Se agusanó y me sacaron 60 gusanos de la cabeza. Yo le cuento a la gente y me dicen ‘no puede ser'”, relató Miguel a la cámara de LVM, apoyándose sobre un bastón improvisado frente a la casilla de la antigua edificación en la que vive.
Sobre su día a día en el predio de salud, el hombre narró: “Hoy me levanté a las 4, más o menos. Limpié un poco acá, saqué las raíces, los matorrales. Ya hice todo, sólo me falta lavar un poco de ropa. Ahí- señalando al interior del lugar donde duerme- puse un plástico como puerta porque me roban todas las cosas. Me robaron mi sube, mi documento, mis medicamentos”.
Consultado por este medio en cuanto a su recuperación del cáncer y si continúa con algún tratamiento, Miguel sostuvo que no se está realizando los estudios clínicos para controlar su estado de salud. “Recibí el alta, pero no hice el seguimiento, estoy tomando los medicamentos que me dan gratis con el programa”.
Seguidamente, el posadeño contó que decidió refugiarse en el viejo Madariaga cuando su mamá falleció, el 4 de julio del año pasado, y durante los diez meses que transcurrieron desde entonces la seguridad del lugar le ha pedido que se retire del predio “porque a veces cuando uno tiende mucho la ropa a ellos no le gusta, porque tienen órdenes de los jefes, no le gusta que se vea la pobreza, y quizás tengan razón, no sé, no son malos los policías”.
Por último, Miguel Vera acudió a la solidaridad de los misioneros que quieran ayudarlo debido a la situación en la que se encuentra: “Sinceramente, no tengo donde guardar, pero una o dos mantas, una leche, una azúcar, una yerba, me ayudaría”, cerró.
Finalizada la entrevista con el posadeño, los uniformados de guardia en el Hospital Madariaga explicaron a este medio que las autoridades ubicaron en hogares al posadeño debido a su situación de salud, pese a ello, Miguel regresa a la casilla del antiguo edificio.
Miguel no cuenta con un celular o medio de comunicación, por lo cual, quienes deseen ayudarlo lo pueden encontrar en el predio del Parque de la Salud.
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