La Región
Nieta de fallecido por ataque de abejas: “Tiene más de mil picaduras”
La familia de Ramón Silva (71), el anciano fallecido ayer a la tarde en un ataque de abejas en una plazoleta de la localidad correntina de Santo Tomé, apuntaron que el hecho se produjo como consecuencia de labores de fumigación realizadas por la Municipalidad sin previo aviso y preparan una denuncia formal al respecto. “A mi abuelo lo abandonaron, después le fumigaron encima y lo terminaron de matar envenenado”, lanzó una nieta.
El hecho se registró ayer, cerca de las 18.30, en la plazoleta El Gaucho, ubicada en la localidad de Santo Tomé, a 157 kilómetros de Misiones, y también afectó a otras siete personas, entre ellos menores de edad, quienes debieron ser hospitalizadas por las picaduras.
Las primeras versiones apuntaban que fue Silva quien activó por accidente el enjambre que terminó atacándolo, pero ahora su familia aclaró lo sucedido, apuntando todas las responsabilidades del hecho hacia la Municipalidad de Santo Tomé, ya que afirman que los insectos reaccionaron a las labores de fumigación desplegadas en el marco de un plan de prevención contra el dengue.
“Mi abuelo estaba sentando en la plaza tomando vino como todos los días, sin molestar a nadie, cuando llegaron los del municipio y empezaron a fumigar sin previo aviso o señalización de lo que iban a hacer”, relató Macarena Duete, una nieta de Silva, en diálogo telefónico con La Voz de Misiones.
La joven fue clara y afirmó: “Fue producto de la fumigada que el enjambre se enloqueció y empezó a atacar a los niños y personas que permanecían en la plaza. Hay más de siete personas internadas en mi pueblo. Cuando eso pasó, fue un descontrol total. La gente salió corriendo para todos lados y los fumigadores también. Mi abuelo ahí quedó atrapado en el enjambre, no pudo huir”.
La nieta del fallecido además denunció que Silva fue abandonado a su suerte tras las primeras picaduras, a excepción de un muchacho que se abalanzó sobre el cuerpo de Silva y lo tapó con una colcha, aunque el desenlace fatal ya era inevitable.
“Un chico, posadeño él, que estaba en plaza por otras razones vio todo e intentó ayudar a mi abuelo. Primero le pidió ayuda a los mismos fumigadores y a los bomberos del cuartel de enfrente, pero no le hicieron caso. Entonces fue él con una manta y se tiró sobre mi abuelo, pero él ya estaba todo picado”, señaló Macarena y agregó: “Recién después de eso los municipales volvieron y siguieron fumigando para espantar a las abejas. Es decir, a mi abuelo le fumigaron encima y lo terminaron matando envenenado”.
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Preparan denuncia
“Es una lástima esto, pero el municipio tiene totalmente la culpa de todo. Fue la vida de mi abuelo hoy, pero mirá si se cobraba la vida de las criaturas que estaban ahí. Un desastre total y hoy nadie se quiere hacer cargo del hecho. Tenemos muchas pruebas y testigos dispuestos a hablar”, fustigó la muchacha, quien además aportó varios videos donde se observa a los fumigadores en plena acción y el cuerpo del anciano tendido en el suelo de la plaza.
Ante este contexto, Macarena adelantó que la familia ya se contactó con un abogado para preparar una denuncia contra el municipio ya que consideran que el hecho pudo haber sido evitado.
“Nosotros queremos que se haga justicia y principalmente que se sepa la verdad de las cosas. Mi abuelo no tuvo la culpa de nada. Si el municipio o los fumigadores avisaban con anticipación él no iba a estar ahí y nadie iba a correr riesgo”, alegó la joven, que además aportó varios videos captados por testigos del hecho.
Macarena indicó que su abuelo fue velado y despedido hoy, sin autopsia, aunque desde el servicio funerario le brindaron algunos datos que grafican la magnitud del ataque recibido. “Hoy nos dicen que el cuerpo tenía más de 1.000 picaduras. Estaba completamente desfigurado y tenía abejas hasta en la garganta, quiere decir que aspiró muchos de los insectos que se posaron sobre él. Es muy triste todo lo que sucedió”, culminó.
Frontera
Casi 100.000 personas cruzaron de Posadas a Encarnación en cuatro días
La vecina ciudad paraguaya de Encarnación recibió una masiva afluencia de visitantes en la semana previa a la Navidad, con casi 100.000 personas cruzando la frontera desde Posadas, según datos de la Dirección Nacional de Migraciones de ese país.
En detalle, precisaron que entre el sábado 20 y el mediodía del miércoles 24 de diciembre, se registraron exactamente 94.000 ingresos al territorio paraguayo a través del Puente Internacional San Roque González de Santa Cruz, que une Encarnación con la capital misionera.
El pico se dio el sábado 20, con 31.000 personas, fenómeno que se vio impulsado por el pago del aguinaldo a los trabajadores estatales misioneros, sumado a los viajantes que cruzaban el viaducto para pasar las fiestas junto a sus familiares.
Blas Arzamendia, responsable de Migraciones en Encarnación, explicó al diario local Última Hora que “el movimiento migratorio hacia nuestro país es importante. Vienen muchos compatriotas para las fiestas de Navidad y Año Nuevo, y también vienen masivamente los ciudadanos argentinos con fines de compra”.
De acuerdo al relevamiento trazado, la mitad de los ingresantes eran argentinos atraídos por las compras navideñas, mientras que el resto fueron paraguayos residentes en el país regresando para reunirse con sus familias.
El intenso flujo generó largas filas de vehículos que superaron los siete kilómetros y que llegaron hasta Costa Sur, con demoras de varias horas bajo un sol intenso.
Los viajeros reportaron nerviosismo y momentos de tensión, agravados por la caída temporal del sistema de control integrado, lo que ralentizó los trámites migratorios.
Además, se denunció un negocio ilegal en Posadas, donde personas cobraban hasta 30.000 pesos (equivalentes a unos 130.000 guaraníes) para adelantar posiciones en la cola.
La Región
Fiscalía paraguaya pide 30 años de prisión para tres represores stronistas
Esta semana, la Fiscalía de Paraguay solicitó penas de hasta 30 años de cárcel para tres ex comisarios acusados de torturas durante la dictadura del general Alfredo Stroessner, que gobernó el país con mano de hierro durante 35 años, entre 1954 y 1989.
Los represores procesados, Eusebio Torres Romero, Manuel Crescencio Alcaraz y Fortunato Lorenzo Laspina, pertenecían al temido Departamento de Investigaciones de la Policía stronista, el mayor centro de torturas paraguayo de la época, equiparable a la Esma en Argentina.
Los ex policías están procesados en la causa que investiga las torturas sufridas por el dirigente campesino de las Ligas Agrarias Cristianas, Domingo Guzmán Rolón Centurión, detenido ilegalmente en Argentina, cuando tenía aproximadamente 20 años, y sometido a apremios entre 1976 y 1978, en la dependencia de los tres policías imputados.
En 1976, durante la “Operación Cóndor” y olas represivas como la “Pascua Dolorosa”, el régimen de Stroessner realizó cientos de detenciones, torturas y desapariciones forzadas, muchas de las cuales se canalizaron a través del departamento policial donde prestaban servicios Torres Romero, Alcaraz y Laspina.

El represor Eusebio Torres Romero tiene hoy casi 90 años. En 1976 se hizo fama de “torturador implacabale”, según sus víctimas.
Implacable
Torres Romero, que ya purga una condena a 30 años por otro caso similar, fue uno de los represores más activos del Departamento de Investigaciones de la Policía de la capital paraguaya durante el stronismo, donde actuaba como un oficial de alto rango con poder directo sobre la vida de los detenidos políticos.
El ex policía, hoy de 89 años, cumple prisión domiciliaria desde el año pasado por crímenes de lesa humanidad cometidos en abril de 1976 contra los hermanos Carlos Ernesto y Luis Alberto Casco, y la esposa del primero, Teresa Dejesús Aguilera, tras ser detenidos ilegalmente en el puerto de Asunción al regresar de Argentina.
Durante su juicio, numerosas víctimas lo identificaron directamente como el responsable de aplicar torturas físicas y psicológicas, incluyendo el uso de picanas eléctricas, látigos y sesiones de ahogamiento.
Carlos Ernesto Casco, por ejemplo, lo identificó como el policía que lo golpeó salvajemente con un látigo, mientras se encontraba amarrado y colgando de una viga del edificio.
Torres Romero es recordado por los sobrevivientes como un “torturador implacable” que utilizaba el terror para obtener confesiones en el centro de detención ubicado sobre la calle Presidente Franco, de Asunción, y su condena fue calificada como “un hito histórico” para la justicia paraguaya.
Celestina
Al igual que Torres Romero, Laspina ya tiene una condena firme de siete años de cárcel, ratificada en 2021, por las torturas infligidas al activista de derechos humanos Martín Almada, y también fue condenado en 2019 por el caso de la esposa de este, Celestina Pérez de Almada.
Este último caso está considerado en Paraguay como uno de los episodios más trágicos de la represión psicológica durante la dictadura de Stroessner.
Celestina, maestra y militante, fue víctima de tortura psicológica tras la detención de su esposo en noviembre de 1974, cuando los represores grababan los gritos y lamentos de Almada durante las sesiones de tortura y la obligaban a escucharlos por teléfono.
Luego de diez días de acoso telefónico, los torturadores llamaron a la mujer para decirle, fríamente, que el “educador subversivo” había muerto y que debía pasar a recoger el cadáver.
Fue tal el impacto emocional de la falsa noticia que la mujer sufrió un infarto fulminante que le provocó la muerte instantánea, el 5 de diciembre de 1974, a los 33 años.

Celestina Pérez de Almada, maestra, militante, esposa de Martín Almada, el descubridor de los archivos del Plan Cóndor en una comisaria paraguaya.
En diciembre de 2019, tres ex jefes policiales de la dictadura, Fortunato Lorenzo Laspina, Eusebio Cybar Benítez y Agustín Belotto Morel, fueron condenados por su responsabilidad en el homicidio y las torturas sufridas por la docente.
Luego de volver del exilio, su esposo Martín Almada dedicó su vida a la persecución judicial de los represores de la dictadura y en 1992 realizó el hallazgo más importante de la historia política paraguaya de aquella época oscura: el descubrimiento de los denominados “Archivos del Terror”, miles de documentos ocultos en una comisaría de la ciudad de Lambaré, limítrofe con Asunción, que probaron formalmente los crímenes del Plan Cóndor.
En honor de su esposa, creó la Fundación Celestina Pérez de Almada, que trabaja en la preservación de la memoria histórica y los derechos humanos en Paraguay, aún hoy, luego del fallecimiento de Almada el 30 de marzo de 2024 en Asunción, a la edad de 87 años.

El abogado Martín Almada, en el denominado “Archivo del Terror”, miles de documentos de la dictadura que encontró ocultos en una dependencia policial en diciembre de 1992.
Fantasías
Alcaraz es el único del trío de represores stronistas sin ninguna causa previa, y durante el presente juicio admitió haber trabajado en el Departamento de Investigaciones, pero negó haber participado en actos de violencia física, calificando las acusaciones en su contra como “fantasiosas”.
El juicio por las torturas al dirigente campesino Guzmán Centurión enfrentó múltiples postergaciones, hasta esta semana en que el Ministerio Público Fiscal solicitó 25 años de prisión para Alcaraz, y 30 para Torres Romero y Laspina, y representa una de las pocas causas abiertas por crímenes de lesa humanidad en la Justicia paraguaya, que jamás alcanzó a los jerarcas del régimen, como el mismo Stroessner y su ministro del Interior, Sabino Augusto Montanaro Ciarleti, que huyó a Centroamérica en 1989 y volvió, moribundo, a Asunción en 2011, donde falleció impune.
La Comisión de Verdad y Justicia reveló en 2008 que la dictadura de Stroessner dejó 20.090 víctimas directas de violaciones de derechos humanos, 336 desaparecidos, 18.772 torturados, 59 ejecutados extrajudicialmente y 3.470 personas exiliadas.

El general Alfredo Stroessner gobernó el país con mano de hierro durante 35 años, entre 1954 y 1989. En su régimen, hubo de todo: torturas, muertes, desapariciones, contrabando y hasta pedofilia en serie.
La Región
El paso internacional Ituzaingó-Ayolas funcionará en las fiestas de fin de año
El paso internacional que conecta Ituzaingó (Corrientes-Argentina) con Ayolas (Misiones-Paraguay) permanecerá abierto durante las fiestas de fin de año, según informaron desde la Entidad Binacional Yacyretá (EBY).
Los puestos migratorios instalados en las cabeceras de la represa sobre el río Paraná funcionarán los días 25 de diciembre de 2025 y 1 de enero de 2026 de 9 a 19 horas.
De acuerdo al comunicado, “la medida busca facilitar el tránsito de ciudadanos y visitantes en estas jornadas especiales, promoviendo la integración y el intercambio entre ambas comunidades fronterizas”.
El cruce sobre la represa Yacyretá es un punto estratégico para la movilidad regional, sumando una alternativa más y favoreciendo a descomprimir el tránsito sobre el puente internacional San Roque González de Santa Cruz, que une Posadas con Encarnación.
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