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El paraguayo González Rojas y su banda narco irán a juicio en febrero de 2023

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El Tribunal Oral Federal (TOF) de Posadas confirmó la prórroga de la prisión preventiva para Eduardo González Rojas, el abogado paraguayo y sindicado capo narco que hace dos años cayó junto a su banda con una carga de ocho toneladas de marihuana lista para ser trasladada a Buenos Aires, y fijó para el 21 de febrero de 2023 el inicio del juicio oral del caso.

La reciente resolución, firmada ayer por los magistrados Víctor Alonso, Manuel Alberto Jesús Moreira y Fabián Gustavo Cardozo (recientemente designado), establece el rechazo de una apelación presentada por la defensa del sindicado líder narco y la confirmación de la prórroga por seis meses más de la prisión preventiva dispuesta en su contra en octubre.

En el recurso presentado, la defensa de González Rojas solicitó el cese de la prisión preventiva contra el extranjero por superar los dos años tras las rejas o, de manera subsidiaria, una morigeración de su actual condición, estableciendo un régimen de comparecencia del implicado ante las autoridades para demostrar que sigue ajustado a derecho.

Sin embargo, tal y como resolvieron ante solicitudes similares presentadas anteriormente, el TOF decidió rechazar el planteo y confirmar todo lo dispuesto hasta el momento.

De esta manera, tanto González Rojas como sus presuntos cómplices Román Héctor Villán, Roberto Canuto Villán y Analía Romina Villán (actualmente con domiciliaria), continuarán privados de su libertad en distintas unidades carcelarias hasta el desarrollo del juicio oral que determinará la responsabilidad de cada uno de ellos en la causa investigada.

Justamente, fuentes consultadas por La Voz de Misiones, señalaron que el juicio tendrá su audiencia preliminar el 20 de febrero del año que viene y un día más tarde comenzarán las jornadas de debate oral.

Los imputados enfrentan una acusación por el delito de “transporte de estupefacientes agravado por la intervención organizada de tres o más personas”, figura que prevé una pena mínima de seis años de prisión, factor que también fue tenido en cuenta por las autoridades a la hora de rechazar los diferentes planteos de cese de prisión preventiva y solicitudes de morigeración en las condiciones de detención de los involucrados.

Es que los magistrados, con la opinión de la fiscalía, consideran que, ante la gravedad de la acusación que pesa sobre los imputados, existe un latente riesgo de fuga.

La causa que se esclarecerá en debate oral el año que viene comenzó a investigarse a mediados de 2019 y tuvo su broche de oro durante una serie de procedimientos simultáneos realizados en octubre de 2020 en las localidades de Posadas, Gobernador Roca, Jardín América, Puerto Rico, Colonia Polana y Colonia Gisela.

Puerto Verde: marihuana, lanchas, vehículos, armas y dólares

El operativo, bautizado “Puerto Verde” por el ministerio de Seguridad de la Nación, fue ejecutado por el personal de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) y culminó con la detención de los cuatro implicados, además del secuestro de un camión con ocho toneladas de marihuana, nueve vehículos, lanchas, armas y alrededor de un millón de pesos y 17.700 dólares.

El operativo Puerto Verde incluyó procedimientos en Posadas, Jardín América, Puerto Rico, Gobernador Roca, Colonia Polana y Colonia Gisela.

La pesquisa global, basada en seguimientos y escuchas telefónicas, determinó que González Rojas, de nacionalidad paraguaya, de profesión abogado y con negocios inmobiliarios en Encarnación, aparecía como el “cabecilla” de una organización con base en Jardín América dedicada al tráfico de estupefacientes hacia Buenos Aires.

Según se desprende de la investigación, las cargas de marihuana eran ingresadas desde Paraguay y el grupo contaba con una serie de fincas ubicadas en cercanías al río para el acopio de los cargamentos hasta su envío hacia sus puntos de destino en la capital del país.

Ejemplo de ese ardid fue la maniobra que el día del operativo Puerto Verde pretendían ejecutar. En esa oportunidad, la GNA incautó un camión Volvo NL-114 con más ocho toneladas de marihuana en un inmueble ubicado en cercanías a la ruta provincial 6, en Roca Chica, localidad de Gobernador Roca.

Los Villán operaban en suelo misionero desde sus casas en Jardín América, mientras González Rojas residía en Paraguay y cruzaba asiduamente (e ilegalmente) el río Paraná en lanchas. Se alojaba en hoteles y se movía en autos de alta gama. Al momento de su detención, tenía 8.000 dólares consigo.

Inicialmente la causa fue llevada adelante por la Fiscalía y el Juzgado Federal de Posadas, pero luego pasó a la órbita del Juzgado Federal de Oberá, cuyas autoridades finalmente dispusieron la elevación a juicio del expediente en mayo.

Actualmente, los hermanos Villán se encuentran detenidos en la Colonia Penal Federal 17 de Candelaria, mientras que González Rojas pasa sus días y noches en la Unidad Penal VI de Posadas.

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Se aguarda por un testigo para iniciar los alegatos en el juicio a De Menes

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De Menes

A la espera de un último testigo, se espera que mañana inicie la ronda de alegatos en el juicio contra Nelson Orlando De Menes (51), imputado por el asesinato de su madre Elsa Díaz (70), cometido en febrero de 2019 en la localidad de Candelaria, hecho por el cual es pasible de ser condenado a prisión perpetua.

La etapa de testimoniales continuó hoy con la declaración de tres peritos y un vecino, mientras que se aguarda por la comparecencia de un último testigo, un hombre identificado como Antonio Delfín Hermosa, quien en su momento mantuvo un vínculo de sentimental con la víctima, aunque hasta el momento no fue localizado ni por los funcionarios judiciales ni por los agentes policiales de la comisaría Quinta de Garupá.

Quien insiste en esta declaración es la abogada defensora oficial Celina Silveira Márquez, aunque ya adelantó que en caso de que el testigo no pueda ser ubicado su testimonio será incorporado por lectura, medida que cuenta con el visto bueno del fiscal Martín Alejandro Rau.

Entre los testigos que declararon este lunes se encuentra la profesional Cintia Beyer, que al momento del hecho cumplía funciones en el área de psicología forense del Poder Judicial.

La mujer explicó que su labor está dividida en dos etapas. Inicia su trabajo en el exterior de la escena del crimen, realizando entrevistas retrospectivas para reconstruir las últimas actividades de la víctima, mientras que la segunda etapa consiste en la observación y búsqueda de “huellas médicas” en el escenario del hecho.

El juicio se realiza ante el Tribunal Penal Dos de Posadas, integrado por Gustavo Bernie, Viviana Cukla (en imagen) y Miguel Ángel Faría.

En ese punto, Beyer describió sus primeras impresiones al trabajar en la casa donde ocurrió el crimen aquel 10 de febrero de 2019. “Vi una escena adulterada, que no coincidía. Ni la hipótesis de un robo ni la de un crimen pasional coincidían con la escena”, puntualizó.

Sobre De Menes, indicó que “él estaba callado y nervioso. Se mostraba angustiado ante la gente. Me pareció notoria su actitud negativa y su nerviosismo respecto al depósito”, lugar donde finalmente se hallaron la tele y la garrafa de 10 kilos que el imputado había dado como robados.

También declaró una genetista que afirmó que de los rastros recolectados en el marco de la investigación no pudieron obtener muestras analizables y que un cotejo con el acusado dio negativo.

El caso

El crimen de Elsa Díaz se registró entre las 21 del 9 de febrero y las 8 del 10 de febrero de 2019 en su casa del barrio 2 de Febrero de Candelaria. La mujer murió como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico provocado con un objeto contundente.

En la primera jornada De Menes aceptó declarar y se declaró inocente, alegando la mujer pudo haber sido asesinada por delincuentes que ingresaron a robar.

El tribunal es presidido por la magistrada Viviana Cukla e integrado por sus pares Gustavo Bernie y Miguel Ángel Faría (subrogante). En la fiscalía interviene Martín Rau y en representación del imputado está la defensora oficial Celina Silveira Márquez.

De Menes está acusado por “homicidio agravado por el vínculo”, figura que prevé una pena de prisión perpetua.

El juicio, día por día

Día 1: Lo acusan de matar a su mamá y se defendió en juicio: “Yo daba todo por ella”

Día 2: Perito repasó indicios que contradicen teoría de un robo en el caso Elsa Díaz

Día 3: Juicio por matricidio: “Ella se volvió más cerrada desde que llegó su hijo”

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Juicio por matricidio: “Ella se volvió más cerrada desde que llegó su hijo”

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matricidio elsa díaz

Dos vecinas, un forense y dos trabajadores de salud completaron este jueves la tercera jornada del juicio oral contra Nelson Orlando De Menes (51), imputado por el asesinato de su madre Elsa Díaz (70), cometido en febrero de 2019 en la localidad de Candelaria.

Las primeras en declarar fueron Rosalía Itatí Fernández y Guillermina Surco, quienes solicitaron dar su testimonio sin la presencia del imputado en la sala donde se desarrolla el debate ante el Tribunal Penal Uno de Posadas.

Fernández pasó en primer turno. La joven contó que prácticamente se “crió” con Díaz y describió que vivía en la casa de al lado, inmuebles que estaban separados por un tejido.

“Yo conocía desde chiquita a la señora. Desde que él vino a vivir con ella, ella empezó a cambiar. Ella era muy dada con nosotras, pero después se volvió más discreta y ya no hablaba tanto”, recordó Fernández.

La muchacha además relató lo visto en la noche del 9 de febrero, horas antes del crimen. “Esa noche volvimos de la iglesia. Después ellos (por Díaz y De Menes) estuvieron sentados en el patio. Después se hizo las 23.30-24, se venía una tormenta. Había viento fuerte. Ahí veo a De Menes salir de la casa. Sale solo, vuelve a la casa y vuelve a salir”, contó.

En determinado momento, a pedido del fiscal Martín Rau, repasó lo que había declarado en la etapa de instrucción y ratificó un detalle que constaba en ese primer testimonio: “Sí, así fue. Él salió con la moto y después guardó esa moto en el depósito. Después volvió a salir pero ya no le vi más”.

El depósito es clave en el caso porque en ese lugar fueron encontrados la tele y la garrafa de 10 kilos que el imputado dio como robados cuando se descubrió el crimen.

Esa casilla fue lo último que se inspeccionó dado que De Menes no entrega las llaves, según declaró ayer la perito Andrea Strocen Schelske, que encabezó la búsqueda de indicios. En ese depósito también estaba la moto en cuestión y una zapatilla cuya suela coincidió con las pisadas de barro relevadas en la escena del hecho. 

Fernández también rememoró una vieja conversación donde Elsa Díaz admitía que “Orlando la quebrantaba mucho porque quería plata”.

En siguiente orden declaró la vecina de enfrente, Guillermina Surco, quien coincidió con Fernández al señalar que Díaz “se volvió más cerrada” desde que su hijo llegó a vivir con ella en la casa que compartían en el barrio 2 de Febrero de Candelaria.

De Menes está detenido desde el primer día de investigación.

Un solo golpe

Después fue el turno de los trabajadores de salud Tatiana Huzulack y Eramos Hugo Romero, quienes describieron en qué forma encontraron el cuerpo de la víctima sobre la cama de su habitación.

Coincidieron en que la mujer estaba en “decúbito lateral izquierdo”, con una lesión en la cabeza y vestigios de abundante sangre “coagulada” en los alrededores. Huzulack además indicó que en la revisión del acusado notó lesiones compatibles con rasguños en la cara.

El último en dar testimonio fue el forense Rogelio Cantero, quien se encargó de explicar los resultados de la autopsia realizada.

El profesional detalló que la causa de muerte fue un “traumatismo contusocortante” en el “temporoparietal derecho”. Precisó que la lesión consistió en “un solo golpe con un objeto contundente” que provocó un “corto período de agonía” porque la víctima alcanzó a “tragar y toser su propia sangre”.

Continuidad

El debate oral continuará el lunes, a partir de las 8.30, con la declaración de más testigos.

El crimen de Elsa Díaz se registró entre las 21 del 9 de febrero y las 8 del 10 de febrero de 2019 en su casa del barrio 2 de Febrero de Candelaria. La mujer murió como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico provocado con un objeto contundente.

En la primera jornada De Menes aceptó declarar y se declaró inocente, alegando la mujer pudo haber sido asesinada por delincuentes que ingresaron a robar.

El tribunal es presidido por la magistrada Viviana Cukla e integrado por sus pares Gustavo Bernie y Miguel Ángel Faría (subrogante). En la fiscalía interviene Martín Rau y en representación del imputado está la defensora oficial Celina Silveira Márquez. 

De Menes está acusado por “homicidio agravado por el vínculo”, figura que prevé una pena de prisión perpetua.

Perito repasó indicios que contradicen teoría de un robo en el caso Elsa Díaz

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Perito repasó indicios que contradicen teoría de un robo en el caso Elsa Díaz

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Caso Elsa Díaz

El juicio oral contra Nelson Orlando De Menes (51), imputado por el asesinato de su propia madre Elsa Díaz (70), continuó esta mañana en el Tribunal Penal Uno de Posadas con la declaración de seis testigos, entre ellos el de una licenciada en criminalística que encabezó las pericias en la escena del hecho y repasó en forma detallada cada uno de los indicios que contradijeron la teoría de un robo esbozada por el encartado apenas se descubrió el crimen.

Andrea Strocen Schelske es el nombre de la licenciada que aquel 10 de febrero de 2019 estaba de turno la División Criminalística de la Unidad Regional X y cuya intervención podría ser una de las claves para resolver la causa que tiene a De Menes acusado por “homicidio agravado por el vínculo”, delito que prevé una pena de prisión perpetua.

La profesional fue la tercera testigo en declarar esta mañana ante el tribunal integrado por los magistrados Viviana Cukla -presidente-, Gustavo Bernie y Miguel Ángel Faría -subrogante-.

Strocen Schelske explicó que su función fue “la búsqueda de indicios” y explicó que su manera de trabajar consiste en comenzar por el exterior y dejar el “núcleo crítico” del hecho para lo último, a fin de preservar lo máximo posible las condiciones del escenario a estudiar.

Bajo esa premisa, su intención era empezar el trabajo por el depósito ubicado en el fondo de la propiedad, pero se vio impedida de hacerlo porque De Menes afirmaba desconocer el paradero de la llave que permitía el ingreso al lugar. “Me acuerdo que me llegué a enojar porque no podía ser que no se encuentre la llave”, afirmó y admitió que hasta pensó en forzar la entrada.

La perito Strocen Schelske fue el testimonio destacado de la jornada.

Ante esa situación, decidió avanzar con su trabajo en la vivienda. “Apenas entramos vimos una billetera con efectivo sobre la mesa. Eso me llamó la atención porque estábamos ante una posible escena de robo como dijo el hombre, que había dicho que robaron una tele y una garrafa”, adelantó la perito y continuó: “No había violencia en ningún acceso a la vivienda. El lugar además estaba muy ordenado y limpio”.

Un elemento importante en la pesquisa es la presencia de una serie de pisadas de barro que tuvieron compatibilidad con una zapatilla del acusado. En ese punto, Strocen Schelske se apoyó en un plano del inmueble y con el dedo índice acompañó el recorrido trazado a partir de las huellas relevadas.

La mujer detalló que las improntas comenzaban bajo una ventana de la misma habitación donde Díaz fue asesinada de un garrotazo en la cabeza mientras dormía y avanzaban primero hacia el hall y luego hacia una salida que se dirige al depósito, lugar que horas después arrojaría más indicios que derivaron en la detención del acusado ese mismo día.

La perito especificó que las labores dentro de la vivienda comenzaron a las 8 de la mañana y recordó que recién a las 5 de la tarde pudieron encontrar la llave de acceso al depósito.

Las llaves estaban en un tacho con agua y ropa. Creo que por cansancio las terminó entregando y él mismo abrió el depósito”, dijo en relación al imputado.

“Cuando ingresamos encontramos muchas cosas encimadas y en un momento cuando cambio la mirada veo una zapatilla, la tele y la garrafa. Esas zapatillas después pusimos al lado de la huella y el tamaño coincidían”, ahondó la licenciada, que además indicó que la segunda puerta del depósito estaba obstruida desde adentro con herramientas, chapas y otros objetos.

En otro punto de su declaración también se refirió sobre las condiciones en las que se encontraba el cuerpo de Díaz y precisó que el cadáver estaba sobre la cama tendida, cuya parte posterior presentaba vestigios de sangre.

En un momento, el fiscal Martín Rau se apoyó en la declaración del acusado y consultó con la perito si en la escena había “olor a sangre”, a lo que la testigo respondió que no.

Orlando De Menes está detenido desde 2019 y puede ser condenado a perpetua.

Casa impecable

En la continuidad de la jornada también declararon Carolina Rojas y su esposo Néstor Fabián Lemes, quienes residían frente a la casa de la víctima y a quienes el acusado acudió esa mañana para alertar sobre el fallecimiento de su madre.

“Él llegó diciendo que su mamá había fallecido, que la habían matado, que le habían robado la tele y una garrafa”, coincidió al recordar la pareja, que además de vecinos son agentes policiales.

Rojas incluso entró el inmueble y constató el pulso de la mujer para confirmar el deceso. “Me acuerdo que entré a la casa y nunca había visto una casa tan impecable. Ella estaba como dormidita. No había olor a nada. Ella estaba fría ya”, describió.

Los siguientes en enterarse de la situación fueron Rogelio Díaz, hermano de la víctima, y su esposa Carmen Docarmo, quienes fueron desde Santa Ana avisados del hecho por De Menes.

“Nos llamó diciendo que mi hermana quería hablar conmigo. Cuando llegamos nos encontramos con todos los efectivos. Él lloraba y decía eso, que habían matado a la mamá”, contó Rogelio.

También señaló que “él era un muchacho bueno. Le ayudaba mucho a la mamá, le cocinaba, le lavaba la ropa, limpiaba la casa. A mi me extrañó mucho lo que pasó”.

Los jueces Bernie y Cukla observando documentos de la causa.

El debate oral continuará mañana con la declaración de más peritos, agentes policiales y médicos forenses.

El crimen de Elsa Díaz se registró entre las 21 del 9 de febrero y las 8 del 10 de febrero de 2019 en su casa del barrio 2 de Febrero de Candelaria. La mujer murió como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico provocado con un objeto contundente.

En la primera jornada De Menes aceptó declarar y se declaró inocente.

Lo acusan de matar a su mamá y se defendió en juicio: “Yo daba todo por ella”

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