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La artista María Pien llega con sus canciones a Posadas el 15 de abril

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Pien

María Pien, artista argentina nacida en Buenos Aires, llega a la Biblioteca Popular de Posadas el sábado 15 de abril a las 21, de la mano de la productora misionera Panal

En una breve carta de presentación para el público que aún no la conoce, la cantante expresó: “Mi área de trabajo y de investigación es la canción. Las influencias para esa canción van desde el folk y el trabajo con la guitarra, que es mi instrumento y también mi espacio de estudio, hasta el rock”.

Lo que para María comenzó como un juego, se transformó en su profesión en los últimos 20 años: “Desde que aprendí a hablar cuento historias; para no olvidarme las cosas, me enseñaron que podía cantarlas, y a los 10 años empecé a hacerlo con ayuda de la guitarra”, expresó en diálogo con La Voz de Misiones

A través de la composición, la escritura, la interpretación con la voz, la guitarra y el cuerpo, Pien compartió que le interesa “abrir un espacio para abordar, en este momento en particular, algunos temas que tal vez no tienen tanto lugar en el mainstream de la música, en la música que es más difundida y escuchada, ni tampoco en general en los medios de comunicación”.

Pandemia y pospandemia 

Aprovechando el aislamiento y con la posibilidad de pasar todas las clases particulares de música a la virtualidad, la artista emprendió la tarea de retomar un cuerpo de canciones y escritos que en su mayoría había dejado guardados sin tocar o sin terminar desde la muerte de su papá.

“El proyecto, que empezó como un rescate de esas canciones y una manera de contar mi historia, en relación a su muerte, con el correr de los meses se fue transformando en una investigación más abarcativa”, contó. 

Los temas giraban en torno a “la memoria, el olvido, la herencia de los ancestros y lo que hacemos con ella, sus huellas, el duelo y los ritos de muerte y nacimiento”, continuó. 

También fueron apareciendo distintas interrogantes: “¿Hay movimientos posibles para dejar de repetir lo que ya no funciona, a la misma vez que honramos la memoria heredada?, y ¿cómo son esos movimientos?”, compartió María. 

“Ya me siento bienvenida”

Con la vuelta a la presencialidad y al intercambio en los escenarios luego de largos períodos de introspección, Pien destaca que ve la posibilidad de ofrecer al público un momento de intimidad, de conexión con la emoción. 

“No me interesa ser solo un entretenimiento para las personas que van”, resaltó y reflexionó: “La experiencia del vivo tiene de distinto al disco el hecho de que la música está siendo creada en el aire, es un momento que no se puede repetir, justamente por las características de ser en presente”.

Con respecto a su llegada a la Tierra Colorada, compartió que “sé que me van a recibir con mucho cariño por las características de la producción que está hecha a pulmón y por gente a la cual le importa específicamente la divulgación de la canción en sus diferentes expresiones, entonces me siento muy bienvenida de entrada y eso ya es garantía de que va a ser una experiencia de aprendizaje y muy linda”.

Sus discos

En el 2012, María Pien lanzó su primer disco La Vuelta Manzana,obra producida, grabada y mezclada por Diego Rolón. Es uno de los primeros del catálogo del entonces colectivo -luego devenido en sello- Elefante en la Habitación (EH!), proyecto que cofundó en 2011 junto a otros músicos y compositores. 

En 2014, salió Malinalli, producido junto a Lautaro Feldman, grabado por Panchi Stuart y mezclado por Manza Esaín. Tres canciones de ese disco, Sol de septiembre, Madera y mano, y Malinalli, la hicieron ganar el premio-beca Ibermúsicas de composición de canción popular a finales de ese año, cuando se consagró como compositora.

En 2017, luego del fallecimiento de su padre, en enero de 2016, nació Tres poemas, un EP de tres canciones/poemas musicalizados, en colaboración con Agustín Bucich, con quien también produjo Afuera el sol estalla, en el 2018. 

En 2019, el sello Goza Records editó la mayoría de las canciones de su disco Viaje al centro de la selva eléctrica. En 2020 grabó Una película, canción que salió acompañada de un pequeño universo de inspiraciones y crudezas, incluyendo los audios que grabó en el celular cuando la compuso a fines de 2019. 

Entradas

Para aquellas personas interesadas en asistir, ya comenzó la primera preventa de entradas con un costo de 1.500 pesos. Los tickets se pueden reservar al número de teléfono 11 65890303. También se podrán adquirir el día del evento en puerta. 


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Jueves Santo en San Ignacio con el Frontis II exhibido tras más de 100 años

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Tras ser recuperada por la Secretaría de Cultura de la Provincia, luego de permanecer un siglo en el Museo Histórico Nacional de la Ciudad de Buenos Aires, la placa de piedra Frontis II podrá ser vista en las reducciones jesuíticas de San Ignacio durante la celebración de Semana Santa. La actividad principal será hoy, con realización de la Misa Popular de las Misiones y el despliegue de números artísticos.

Este jueves inicia la Semana Santa con diversas actividades a lo largo y ancho de la provincia. En San Ignacio, las ruinas jesuíticas serán el epicentro de un repaso por la liturgia tradicional y el despliegue de diferentes números artísticos, encabezados por Los de Imaguaré y Chamamé Chamigo.

La actividad principal será la Misa Popular de las Misiones, que iniciará a las 19.30, en tanto que durante toda la jornada los visitantes podrán tendrán a disposición la exhibición de la placa de piedra Frontis II, que formaba parte de la fachada de la Iglesia de la reducción jesuítica de San Ignacio Miní y que luego de numerosos intentos y arduas negociaciones con Cultura de Nación, logró ser restituida a su lugar de origen a fines del año pasado. 

Frontis II e historia

La placa de piedra Frontis II estuvo expuesta en el Museo Histórico Nacional de la Ciudad de Buenos Aires desde 1901. El proceso de restitución comenzó hace 24 años, cuando la legislatura de Misiones sancionó la ley VI-N°145, declarando como “patrimonio cultural de la provincia de Misiones la reliquia denominada frontis 2 de la Reducción de San Ignacio Miní”.

La piedra tiene en relieve un monograma que representa a la Compañía de Jesús y está compuesto por tres iniciales, I.H.S. (Jesus Hominem Salvador) más una cruz y tres clavos.

La pieza arqueológica es de asperón rojo, está partida en cinco partes y pesa unos 1300 kilogramos. Se desconoce el paradero de las partes que faltan, pero la parte de la placa donde figuran las iniciales jesuíticas está intacta.

Del porcentaje total de la pieza se conserva un 70%, porque son solamente bordes y esquinas las que se perdieron entre los traslados de ida.

En su regreso a Misiones, la empresa encargada del traslado realizó el viaje con seguros y dispositivos de amortiguación especial.

“Para nosotros, que esta piedra esté en su contexto adecuado es sumamente importante. Sabemos del valor que tiene para la comunidad. Es algo que nunca se tendría que haber ido, pero al mismo tiempo, su recorrido cuenta toda una historia”, explicó en su momento Mariana Valdez, coordinadora del equipo de conservación de la Dirección Nacional de Museos, quien estuvo a cargo del operativo de traslado, junto al arquitecto Alejandro Razzionale.


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Cocineros Argentinos “es mi familia”, dijo la chef misionera Gladys Olazar

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Gladys

Hoy se despidió Cocineros Argentinos luego de más quince años de emisión en la TV Pública, con todos sus integrantes emocionados hasta las lágrimas, incluso la misionera Gladys Mabel Olazar, quien era parte del programa desde el 2010. “Recibí tanto cariño que no me entra en el cuerpo”, reconoció Gladys a La Voz de Misiones.

Para la chef que nació en Jardín América y se crió en el Cuña Pirú, Cocineros Argentinos “es familia. Es un programa que reivindicó la gastronomía argentina que no la conocíamos como cocineros. Porque uno estudia, se recibe pero Cocineros llegó a todos los rincones del país, donde pudimos rescatar recetas que quedan en alguna localidad”.

Gladys pasó frente a cámara hace unos siete años pero antes fue productora del mismo programa. Se fue de Misiones a los veinte años para estudiar gastronomía en Buenos Aires y, al momento de ser convocada al ciclo televisivo, ella trabajaba en el Museo Evita.

“Yo me crié en la chacra y tuve un punto a favor por conocer tanto de productos como de alimentos”, consideró. De todos los momentos hermosos que pasó durante estos años, el que más recuerda es el primer día que se sumó, cuando se hacía una transmisión desde Tecnópolis. “Lloré tanto como hoy”, rememoró Gladys. “Estuvo el Chango Spasiuk. Tocó kilómetro 11, había un fogón, una olla de reviro y eso me tocó el corazón y dije ‘esto es lo que yo quiero’. Así fui creciendo hasta que llegué a estar delante de cámara”.

Para que ese presente suceda, Gladys atravesó distintas etapas durante unos siete años. Pasó de productora a jefa de cocina, luego a intermediaria entre los conductores y los chefs que venían de las provincias. Hasta incluso trabajó confeccionando las recetas junto a Guillermo Calabrese, cuando todavía era conductor del ciclo. “Hoy sentía una gran emoción. Por todos los cocineros que conocí, hablé con ellos para traer sus propuestas y los iba guiando en base a lo que cocineros querían mostrar”, afirmó la misionera.

De a poco, Gladys fue dando un paso al frente a pedido de sus compañeros. “Porque me decían ¿porqué no te haces chipa guazú, un mbeyú, y así fui quedando adelante hasta perder la vergüenza frente a cámara. Los productores me decían ‘tenes que estar’ y me fui preparando. Porque no es lo mismo que estar atrás, hablarle a la gente y a la cámara”.

“Para mí, Cocineros Argentinos va a seguir”

Gladys no descarta que algún día pueda conducir su propio programa ni tampoco cree que la despedida de hoy es el final definitivo de Cocineros Argentinos. “Es un producto que se puede llevar a otro lugar. Todavía no hay nada certero. Para mí, Cocineros argentinos va a seguir. Cerró un ciclo dentro de la TV Pública”.

No obstante, la cocinera de Cuña Pirú remarcó que los quince años de emisión en el canal estatal significó un crecimiento enorme por su alcance. “No solamente lo ve alguien de Capital, que puede pagar un cable. Llega a todos lados. Es integrar productores de distintas partes del país”, remarcó y para poner en consideración lo que ha significado ser parte de tamaña producción para la pantalla chica apuntó que sus hijos nacieron mientras ella consolidaba su papel dentro del programa “y van a cumplir 12 años. Su infancia fueron Los Cocineros Argentinos”.

Cocineros

Juan Ferrara, Luciano García, Sofía Pachano, Juan Braceli, Diego Sívori y Gladys Olazar, parte del ciclo de Cocineros

“Fantaseaba con que algún día me iban a invitar”

Desde Misiones, uno de los invitados frecuentes de los últimos tiempos de Cocineros Argentinos era la pareja de Poytava, Ángeles de Muro y Saúl Lencina. “Nos dejaron siempre hablar de lo que queríamos. Nos dieron el espacio para exponer lo que queríamos con mucho respeto. Una vez llevamos un montón de hongos y hablamos con un silencio atrás de cámara, los camarógrafos mirándonos, una conexión que estaba pasando ahí, sabiendo que todo ese era transmitido a todo el país”, rememoró Lencina a La Voz de Misiones.

Como varios chefs de Misiones, Ángeles y Saúl fueron convocados por el ciclo televisivo para mostrar cómo era la gastronomía de la región. “La jefa -Ángeles-hace poco hizo helado de mandioca. Estuvo súper interesante en la TV Pública, en Cocineros Argentinos para todo el país. Era como su recetita que se le ocurrió hace unos diez años, que cada tanto lo hacía y pensó que era interesante mostrarlo. Nadie le dijo ‘no, hace de otra cosa’ o decí ‘esto’. Era un espacio de libertad, nos conocían, sabían por dónde iba. Se charlaba antes para saber adónde enfocar pero nosotros proponíamos. Hasta muchas veces armaban un plan alrededor de lo que nosotros proponíamos. Decíamos ‘llevamos tal cantidad de hongos’ y armaban un plan alrededor de eso”.

Lencina

Gladys Olazar y Saúl Lencina, en Cocineros Argentinos.

Saúl siempre soñó con ser parte del ciclo  y “fantaseaba con que algún día me iban a invitar. Antes miraba Utilísima, El Gourmet y muchas veces era contenido antiguo de Karlos Arguiñano, del Gato Dumas o de otros países. Costaba que hubiera algo argentino. Y eso estaba ahí y los años pasaban. El programa se mantuvo. Y yo decía que algún día me van a llamar y cuando pasó no podía creer, era feliz. Era tipo un sueño, tipo un premio que te convoquen”.

La última emisión de Cocineros Argentinos reunió a todos los conductores y productores frente a la cámara, con Juan Braceli emocionado hasta las lágrimas. “Les mandamos un cariño inmenso a todos los que pasaron por Cocineros Argentinos, a todos los que laburaron, a todos los que participaron, a todos los que nos abrieron las puertas de sus casas, de sus corazones; a vos que estás ahí bancando desde el primer día o quizás solo desde ayer… todos formamos parte de esta gran familia”, dijo Braceli. Además de Braceli, “Cocineros Argentinos” contó entre sus filas a Guillermo Calabrese, Ximena Sáenz, Juan Ferrara, y Luciano García, entre otros.

Hoy miércoles, 27 de marzo, fue la última transmisión en vivo de Cocineros Argentinos pero el domingo habrá una emisión más, aunque está grabada especialmente para Pascuas. Las nuevas autoridades designadas por el presidente Javier Milei tomaron la decisión abrupta de levantar el célebre programa sin dar explicaciones. Mientras tanto, hay trascendidos de que el plan gubernamental es concesionar las señales estatales, vender los inmuebles y despedir a toda la planta de trabajadores, una situación que trajo gran preocupación e incertidumbre.


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Malvinas: memorias de la guerra en dos muestras en Posadas

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Malvinas

A 42 años de la guerra por las Islas Malvinas en el Atlántico Sur, dos muestras que se inauguraron este miércoles en Posadas reconstruyen la memoria del conflicto.

En el Museo Lucas Braulio Areco, del Palacio del Mate, se exhiben objetos utilizados por los soldados en los 74 días que duró la guerra con el Reino Unido por la soberanía del archipiélago usurpado en 1833 y recuperado por Argentina el 2 de abril de 1982.

Cascos de combate, uniformes, impermeables, guantes, kit de primeros auxilios de campaña, cantimploras, cinturones, cajas de proyectiles de 105 milímetros, fotografías, cartas, telegramas y varios recipientes con tierra de las islas, son algunos de los objetos exhibidos en la muestra de la Municipalidad de Posadas en el Bossetti.

“Todo pertenece a ex combatientes y organizaciones de veteranos”, explica Marta Samudio, funcionaria municipal del museo encargada de recibir a los visitantes.

La réplica de un FAL (Fúsil Automático Liviano), de fabricación argentina, descansa sobre una pared en actitud de combate. Abajo, un ejemplar de un diario patagónico reproduce la imagen de dos soldados argentinos cuerpo a tierra, vigilantes, observando hacia el mar, junto a una noticia sobre los anuncios del presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, de sanciones económicas para la Argentina y ayuda material a Gran Bretaña.

Una foto recuerda la partida de las tropas del Regimiento de Infantería de Monte 4 “Coronel Manuel Fraga”, con asiento en la localidad correntina de Monte Caseros, hacia el sur: los soldados saludan y sonríen a la cámara por las ventanillas de los vagones del Ferrocarril Urquiza.

La emotiva despedida retratada en la fotografía fue el 12 de abril de 1982. Día de sol en Monte Caseros y en las islas. Muchos de los rostros que sonríen, no volvieron.

Un sueter de lanilla, una gorra, un ejemplar de la revista Gente: “Hundí una fragata”, dice el título de una nota donde un piloto naval cuenta cómo hundió un buque de guerra enemigo con su avión Douglas A4C, el legendario “Skyhawk”​ o “Halcón del Cielo”, en inglés; un avión de ataque ligero desarrollado por la Armada estadounidense.

“Esquirla de una bomba”, se lee sobre un pedazo de metal; un resto de metralla oxidado, mortal souvenir rescatado del campo de batalla, relicario del horror.

 

Un recipiente de vidrio guarda tierra de las islas, negra, volcánica. Una campera de piloto. El paquete de curación individual del soldado misionero Rodolfo Pocho Ramírez: “2 apósitos autoadhesivos, 1 venda, 1 sobre de Sulfanilamida”, se lee en la etiqueta del sobre.

También, hay telegramas fechados en Puerto Argentino y Buenos Aires, intercambiados por el soldado Manuel Vieytes, de la Compañía de Ingenieros Mecanizada 10, y su familia. Hay bendiciones, besos, abrazos lejanos. “Estoy bien, telegrafíen”, les dice él desde el frente.

Utensilios de rancho, vainas servidas, bayonetas, puñales, completan el glosario de recuerdos de la guerra exhibidos en el Palacio del Mate, una muestra que estará abierta hasta el 30 de abril, en el horario de 7 a 19.

Relatos de las islas

En el Centro Cultural del Cuarto Tramo de la Costanera de Posadas, se instaló la muestra “Relatos de Malvinas”, del Parque del Conocimiento, que reúne fotografías del archivo de la agencia pública de noticias Télam, captadas durante el conflicto, y recortes de diarios de la época, que le ponen contexto noticioso a la galería de imágenes.

Un afiche de la primera marcha de ex combatientes reivindicando la memoria por Malvinas domina una de las esquinas del salón. La lámina convoca a la Marcha de Ex Combatientes por una Nueva Argentina, el 14 de junio de 1983, en el primer aniversario del final del conflicto. “Sufro por vos, Argentina”, dice el afiche sobre la foto de dos soldaditos que vuelven de la guerra.

Las fotos de Télam, tomadas por sus enviados a las islas, muestran Malvinas en primera persona. Las imágenes recorren preparativos, pertrechos, secuelas del encarnizado combate del 2 de abril, la última capitulación británica del siglo 20.

En casi todas las imágenes hay rostros, soldados sobre un tanque, patrullando las costas de la capital isleña, fortificadas, en los primeros días del conflicto. Casi no hay sonrisas, solo caras congeladas de expectación; se adivina la amenaza inminente.

Las fotos de Eduardo Farré se meten en otra de las caras de la guerra: la atención de los heridos. Las escenas transcurren a bordo del rompehielos Almirante Irízar, transformado entonces en buque hospital.

Las fotos de Télam forman parte del informe especial por los 40 años de Malvinas producido por la agencia estatal de noticias con material inédito de su archivo fotográfico y documental, y forma parte del acervo del Parque del Conocimiento, que le sumó los recortes periodísticos de la época, pertenecientes al Archivo Histórico de la Biblioteca Clotilde González, del Museo Regional Aníbal Cambas.

Los recortes, que forman una isla en el centro del salón, sitúan la galería de imágenes de Télam en el contexto informativo de los diarios locales de la época.

Ahí está la noticia del diario El Territorio del “Cálido tributo póstumo a los marinos misioneros desaparecidos”, una publicación que recuerda a los cabos Omar Maciel y Miguel Ángel Meza, caídos en el hundimiento del Crucero General Belgrano, en mayo de 1982.

Otro recorte habla de un marino misionero sobreviviente del ataque al buque insignia de la Armada Argentina: Mario Alberto Sosa, de 19 años, oriundo de Puerto Iguazú. El artículo recoge el testimonio de su mamá, Sofía Sosa, residente del barrio Villanueva de la ciudad de las cataratas.

Otra noticia habla de otros dos caídos en combate: el alférez Ricardo Julio Sánchez, que hasta 1980 se desempeñó como jefe de la Sección Esperanza, de Gendarmería Nacional; y el subalférez Guillermo Nasif, de Oberá.

“Relatos de Malvinas” estará abierta al público hasta fines de junio, en el horario de 8 a 12 y 13 a 20 horas.


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