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El Montoya aplaudió de pie el show de Pedro Aznar y sus 50 años en la música

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Con un recital cargado de clásicos, Pedro Aznar presentó su Concierto 5.0 ayer sábado, en el auditórium del Montoya casi repleto. Por momentos en el bajo, en la guitarra o en el teclado, Aznar llegó acompañado de su banda, una perfecta excusa como para un sólido recital en el que interpretó canciones que cronológicamente pasaron por sus diferentes etapas.

El concierto arrancó por “Paranoia y soledad”, canción de Madre Atómica, la banda que tuvo a un Aznar adolescente que se sumó a principios de la década del 70. Con su rostro casi aniñado de fondo, siguió por “Septiembre”, un cántico casi góspel de su álbum debut como solista, de 1982.

Por consiguiente, llegó uno de los momentos más importantes de la noche, para la renovada versión del clásico “Dinosaurios”, con una percusión soñada por Aznar, muy rioplatense, al estilo de la marcha camión uruguaya.

Para ello contó que, en los 80′, fue invitado por Charly a Nueva York para grabar con él su disco “Clics modernos” (1983). “Fue muy generoso. Me permitió tocar varios instrumentos y hacer arreglos. Cuando me mostró esta canción me di cuenta que sería un himno porque se refería a los Años de Plomo. Tenía piano y voz y le propuse que de repente se sumara una manifestación de tambores y me dijo que no. Bueno, donde manda capitán. Entonces me quedó una duda. ¿Qué hubiera pasado si le hubiéramos agregado percusión? Hoy me voy a dar el gusto”, aclaró pero además agregó que “Charly me llamó hace una semana para decirme que escuchó la versión y que le gustó”. Antes de tocar la canción expresó un deseo patente de la misma obra: “que desaparezcan los dinosaurios”.

Cuando ni siquiera eran las 22.15 del sábado, la intensidad de la noche tuvo una escala a puro éxtasis con “Hablando a tu corazón”, que Aznar compuso junto a Charly y que se publicó en 1993 . Con la muy buena intervención del guitarrista Sebastián Enríquez, Aznar retrocedió un poco en el tiempo para darle lugar a “Fotos de Tokyo” (1986) y siguió por algo de jazz al reinterpretar “Dream of the return”, de Pat Metheny, con quien Aznar tocó el bajo y como para cerrar su década del 80′ a la que aludió el momento del recital.

Luego, con su foto en blanco y negro de fondo, ya con el cabello corto, Aznar acudió a  “Mientes”, otro coloso de su cancionero e incluido en “Tango 4”, el disco que publicó a dúo con Charly, en 1991. Luego siguió la historia de cómo pergeñó la versión de “Ya no hay forma de pedir perdón” que incluyó en el disco “David y Goliath” y que la gente cantó fuerte, a coro con él.

“Cuando estábamos terminando el disco con Serú sonaba Elton John en el taxi”, recordó. Entonces se compró una antología del músico británico y “una de las canciones me quedó pegada. En casa me llegaron unas frases en castellano y me gustó. En 1993 coincidió en que decidí no tocar más en grupos”, agregó, y luego de hacer unas pruebas en la época “me quedé conforme, decidí sumarle un arreglo orquestal y salió”. Ahora, es un tema que “no puede faltar en la cartera de la dama y el bolsillo del caballero”, definió.

En otro momento, la versión conmovedora de “Como la cigarra” que pertenece a la época de “A primera vista” (2001) trajo a colación el porqué Aznar también es un artista sustancial en los festivales folclóricos del país. Del mismo álbum y con la percusión como protagonista, Aznar cantó el irresistible “Dicen que dicen”, con su foto de fondo, en sepia, ya en plena etapa de madurez.

Para cantar “Rencor” trajo a la memoria cuando en pleno invierno de 2011 se fue a Rio de Janeiro para encerrarse a grabar sin interrupciones su LP, “algo que cumplí con creces. Fue la primera vez que compuse de arranque un disco que salió todo de un tirón”.

Curiosamente, contó que ese material discográfico, que se llamó “Ahora” se refiere a “vivir el momento presente, no de perderse en el pasado ni en el futuro, que es una especulación”, sostuvo, y que “el amor es una herramienta” de la cual se inspiró aquella experiencia de composición, más allá de la excepción que significó “Rencor”.

Por su lado, del disco “Puentes Amarillos”, en el que celebró a Luis Alberto Spinetta, el bajista eligió cantar “Seguir viviendo sin tu amor”, como para otro de los pasajes más entrañables del recital. Recordó que la presentación de ese material ocurrió en un día muy frío en Buenos Aires, en el que antes de subir al escenario no tenía sensibilidad en los dedos por las bajas temperaturas.

“Ese día, el 30 de abril, muchos consideran que en el hemisferio entre los muertos y los vivos es muy delgado”, apuntó, y consideró que aquel concierto fue “un hermoso ritual”, en “agradecimiento para uno de los más grandes músicos”, dijo por El Flaco, que en ese momento de 2012 había fallecido tan solo unos pocos días atrás.

“Última pieza”, “Tango putain” y su versión de “Cosechero” (para otro momento a coro con el público) estuvieron en la etapa del cierre, que incluyeron a “Corpoland”, para una clase magistral de técnica con pedalera y percusión con el instrumento de cuatro cuerdas como todo un One Man Band.

En tanto “Diamante”, una de sus últimas joyas musicales que lanzó en 2023, se interpretó para la despedida, y para los bises, el púbico posadeño se llevó de souvenir un estreno inédito, “No es por ahí”, según anunció Aznar.

La última gema que dejó, con todo el público pidiendo los bises de pie, fue una versión a capela de “Quebrado”, con la gente siguiéndole los coros en el estribillo de manera impecable cuando había pasado prácticamente dos horas de show.

Se puede decir que faltaron en la lista canciones de Serú Girán y otros inoxidables de su etapa solista, particularmente las que tienen un extraordinario acento folclórico.

Aunque lo cierto es que Aznar pudo hacer un ajustado resumen de medio siglo como cantautor en etapas que únicamente él puede interpretar tan bien, por los intrínsecas motivos que aún lo tienen ahí, como uno de los más importantes músicos que trascendieron épocas, no como un testigo sino como un inexorable protagonista puede hacerlo.

Fotos: gentileza Alejandro Quintana

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Amus, el trío que cruzó el umbral adolescente con su disco “Anhedonia”

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La banda posadeña Amus publicó hoy su primer disco llamado “Anhedonia”, con diez canciones con mucho rock, algo de funk y rap, grabadas en la Escuela de Rock y que marcan el fin de una etapa para el trío, que se mudará el año que viene a Buenos Aires.

El álbum “habla de la transición de ser un adolescente a pasar a ser un adulto”, reconoció Mex Suárez, cantante, bajista y compositor de Amus, grupo formado en 2022, cuando los más grandes tenían apenas quince años.

La fuerza de la banda, las melodías y las letras confluyen en la serie de canciones que salieron a la luz hoy tras varios sencillos publicados en las plataformas. “General paz” es el primer corte que incluso cuenta con un videoclip, y que se suma a la identidad que consiguió Amus en sus tres jóvenes años con un planteo que se reitera: “debo seguir”, como dice su letra.

Amus. Formados en la Escuela de Rock, donde también grabaron el disco “Anhedonia”

Con la idea de presentar el álbum en febrero y hacer las valijas para mudarse en marzo, el trío que también integra Toto Chávez (batería) y Tadeo Acosta (guitarra) estuvo pensando todo el año en ese salto, “preparándonos mentalmente, obviamente con la principal idea de ir a estudiar, pero con todas las ganas de seguir con la banda, y seguir para adelante, haciendo que crezca más la audiencia. También nosotros, como artistas, queremos profesionalizarnos mucho más, y todo el tiempo buscando ese crecimiento”, admitió Mex.

Toto y Mex estudiarán para Músico Profesional y Producción Musical, respectivamente, en la Escuela de Música de Buenos Aires (Emba), en tanto que Tadeo cursará Odontología en la Universidad de Buenos Aires (UBA), según el plan.

Aunque en la gran ciudad continuarán conectados como para darle lugar a la banda, tal como ocurrió en otros tiempos para otra banda emblemática de Misiones: La Corte del Sr. Manga, que a principios de los 90 tuvo una época prolífica en Buenos Aires.

La Escuela de Rock significó para Toto, Mex y Tadeo la formación, con el oído puesto en los grandes canciones del rock vernáculo, con el asesoramiento de profesores locales, como Adrián Fiorio, que le sumó guitarras a “Anhedonia”, en un espacio en el que también conocieron a Felipe Salvidia, que desde el inicio fue el cuarto Amus antes de seguir su historia solista.

“Es muy loco porque grabamos el disco donde todo empezó”, apuntó Mex. “Desde muy chiquitos venimos acá. Nos tienen mucha paciencia. Arrancamos acá también con la banda, desde el 2022 usábamos la sala de ensayo y siempre estuvimos apoyados por la escuela”.

Mezclado y masterizado en Buenos Aires, por Marcelo Suraniti, “Anhedonia” tiene además como invitada a Cinthia Salinas y Marcos Domanchuk en teclados, además el apoyo sustancial de Adita Baher y Lucas Chávez, directores de la Escuela de Rock.

Tal vez Amus es el mayor resultado de formación para un grupo que sigue creciendo, dejando atrás una etapa difícil de sobrellevar como lo es la adolescencia, el concepto que está detrás de “Anhedonia”, una palabra que significa la incapacidad de sentir el placer.

“En mi propio análisis, habla de la transición de ser un adolescente a pasar a ser un adulto recién naciendo, por decirlo. Siento que el título anhedonia refleja eso: antes habían un montón de cosas que me re copaban, y ahora no siento lo mismo. Por ahí sentirse con un poco de presión por el hecho de que estás grande y no podes hacer las cosas que hacías antes. El título tiene mucho que ver, y el orden. Porque pasa por el pensamiento de un chico que está en esa transición. Es por eso que aparece las frases ‘Voy a seguir para adelante’, ‘no me importa nada’. ‘Seguir apostando y seguir dándole para adelante’”.

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Roberto Maack presentó “El último Apóstol”, parte de los Cuentos en Ruinas

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El escritor y periodista Roberto Maack presentó en el bar Tanta Tinta su segundo libro de cuentos, “El último apóstol”, una obra que contiene siete relatos en 108 páginas y que transcurren en la época de las reducciones jesuíticas.

Publicado por Ediciones de la Paz, la flamante producción literaria aparece cinco años después de “La clave Zipolli”, la primera parte de la serie “Cuentos en Ruinas“, también del mismo autor que además es miembro de la Junta de Estudios Históricos de Misiones.

La presentación del libro tuvo lugar el jueves 18 de de diciembre, con la presencia de Osvaldo Mazal y Evelin Rucker, escritores que comentaron sobre la obra que previamente leyeron.

Mazal eligió traer al escenario al Moro, protagonista de “La profecía del agua” -cuento que abre el libro- a través de palabras que el personaje supuestamente le habría compartido en sueños.

Desde esa estrategia y apoyándose en el humor y la ironía recorrió los cuentos y desafió al autor, llegando incluso a proponer la creación de un sindicato de quienes protagonizan los “Cuentos en Ruinas”.

Rucker, por su lado, se declaró ferviente lectora de las obras de Maack. Destacó el ritmo atrapante de los relatos, se detuvo en el cuento “El grito” del que advirtió, sin espoilear, que tiene un cierre desesperante y pidió más espacio para el Moro en una futura novela.

Ambos escritores coincidieron en la calidad de la escritura de Maack, en lo atrapante de su estilo, así como la riqueza y peculiaridad de sus personajes.

En el momento de responder las preguntas de los presentes, el escritor reconoció que en sus letras está el niño que era él, un lector ávido, y remarcó que el tiempo de los jesuitas tiene mucha riqueza para aportar, teniendo en cuenta que es una época mucho más antigua que la conformación de la Argentina.

Luego de su interlocución, el músico Martín Verón presentó algunas canciones folklóricas para amenizar la velada, en tanto que se pudieron observar pinturas de Juan Carlos Cendra, alegóricas a los tiempos jesuitas, a tono con la producción literaria de Maack, también editor del Suplemento de Literatura que publicó el diario El Territorio, donde también fue Jefe de Redacción.

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El verano encarnaceno propone recitales de Damas Gratis, FMK y Kchiporros

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La marca cervecera Brahma presentó su ciclo “Brahma Música verano 2026” que presentará de enero a febrero en la playa San José, en un área verde entre el Silo y el Molino de la Costanera encarnacena, con entrada gratuita, en el contexto por los 100 años que cumplirá el carnaval de la Perla del Sur, en Paraguay.

“La gente lo pidió y volvemos a Encarnación con una propuesta imbatible. Brahma Música – Edición Carnaval es nuestra forma de celebrar el verano y el espíritu de la amistad, ofreciendo espectáculos de primer nivel totalmente gratis”, expresó Nahuel Van Humbeeck, Brand Manager de Brahma.

En esa línea, la cartelera que divulgó Brahma indica que el 17 de enero actuará el artista de trap y reguetón FMK, solista que en paralelo también integra Los del Espacio, con Lit Killah, María Becerra, Tiago PZK, Duki, Emilia, Rusherking y Big One.

Luego, el 24 de enero habrá Bresh, la fiesta que tiene franquicia internacional y que este año trajo al DJ argentino Fer Palacio.

Más adelante, el sábado 31 de enero subirá al escenario Pablito Lezcano con su grupo Damas Gratis; y el 7 de febrero será el turno de la popular banda paraguaya Kchiporros, que también fue protagonista de una ceremonia similar este año, en la playa San José.

Por último, la marca cervecera indica que el sábado 14 de febrero presentará a un “artista sorpresa”, sin dar mayores detalles, y en el marco de “Encarnación vive el verano”, el slogan que presentó oficialmente la Perla del Sur para su temporada.

Con motivo de la Navidad y el Año Nuevo, se realizará en la misma ciudad encarnacena la denominada Noche Blanca para recibir y celebrar ambas fiestas en la Playa San José.

En ese mismo contexto, el carnaval encarnaceno cumplirá 100 años y comenzará a celebrarlo el sábado 17 de enero. El desfile seguirá los sábados 24 y 31 de enero, el 7 y el 14 de febrero, siempre en el corsódromo de la localidad encarnacena.

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