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Mbororé: 381 años de la primera batalla naval argentina

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Hace 381 años se libraba en territorio misionero la primera batalla naval de la historia argentina.

Se trata de la Batalla de Mbororé, del 11 de marzo de 1641, que enfrentó a un ejército de indios guaraníes y sacerdotes jesuitas contra las bandeiras esclavistas del Brasil, por entonces territorio del Imperio Portugués, que se abría paso velozmente más allá los límites establecidos en el Tratado de Tordesillas con España.

Acosados por los piratas holandeses en el Atlántico, los portugueses se vieron pronto privados de mano de obra esclava proveniente de África, y resolvieron reclutarla en los pueblos indígenas guaraníes que habitaban el interior, selvático y desconocido.

Así, a partir de 1.630, los bandeirantes portugueses comenzaron a internarse en la espesura de la selva, a la caza de los guaraníes. Sus incursiones alcanzaron decenas de aldeas, muchas de ellas, como la Reducción de la Asunción del Acaraguá que se ubicaba sobre al arroyo homónimo, tuvieron que ser abandonadas por los constantes ataques de las bandeiras.

No hay estadísticas ciertas del tráfico de esclavos indígenas de la época. Pero, varios historiadores ubican en unos 5.000 el número de indígenas capturados durante todo el período bandeirante.

Freno a Brasil

La Batalla de Mbororé se libró en una seguidilla de acciones que terminaron por diezmar a las fuerzas bandeirantes y disuadirlas de retomar el nivel de incursiones de décadas anteriores.

Historiadores como la paraguaya Margarita Durán Estragó, el misionero Pablo Camogli, y el capitán de Fragata de la Armada Argentina, Alberto E. Gianola Otamendi, coinciden que Mbororé evitó que lo que hoy es el litoral argentino y el Paraguay fueran anexados por Portugal, por entonces en abierta expansión de sus fronteras.

“Fue un hito importantísimo en lo que es la historia y la experiencia de las misiones guaraní jesuíticas”, señaló la magister en Cultura Guaraní, Liliana Rojas, entrevistada por el historiador Pablo Camogli para su ciclo Misiones Tiene Historia (MTH).

“Desde el momento en que se fundan las reducciones en Guairá (Paraguay), y en la zona del Tapé (Corrientes y Misiones) tuvieron que enfrentar el ataque de los bandeirantes”, explicó en el documental con que Camogli recorrió los escenarios de la batalla.

“El bandeirismo es todo un movimiento que se da en Brasil, que pretende obtener mano de obra esclava, en este caso indígena; así que se organizaban las bandeiras para cazarlos en el monte, y cuando se instalaron las reducciones tenían la presa reunida en un solo lugar, les era mucho más fácil”, agregó.

El primer choque

Las acciones militares comenzaron en la desembocadura del arroyo Acaraguá, donde se produjo el primer choque de los defensores guaraní jesuítas y las fuerzas invasoras que estaban al mando de dos insignes esclavistas, Manuel Pires y Jerónimo Pedrozo de Barros, que hoy tienen sus respectivas estatuas en San Pablo.

El combate principal fue en las aguas y márgenes del río Uruguay, en las cercanías del cerro homónimo, y que actualmente forma parte del municipio de Panambí.

“Más de 10 000 aborígenes armados con toda clase de elementos se aprestaron a defender su tierra; un centenar de canoas y hasta una balsa artillada formaban parte del ejército de la Compañía de Jesús”, relata el capitán de Fragata Gianola Otamendi, en un artículo publicado en el N° 844 del Boletín del Centro Naval, de diciembre de 2016.

“Los portugueses venían en 300 canoas y estaban tan acostumbrados a arrear sin lucha a los pacíficos guaraníes que no tomaron las mínimas previsiones aconsejables. Unas oportunas bajantes del río, que los religiosos consideraron una ayuda providencial, contribuyeron a desordenar a los invasores”, agrega.

“El ingenio jesuita había provisto a sus discípulos de armas tan curiosas como una catapulta que arrojaba troncos ardientes”, escribe.

Entre estas ingeniosas armas se destacaban los cañones de tacuaruzú, una especie tacuara de boca ancha, con el que se podían hacer pocos, pero mortales, disparos; y de hecho esta precaria arma producto de la inventiva de jesuitas y guaraníes desbarató la flotilla enemiga.

La audacia guaraní

En los combates, se destacaron para siempre dos caciques guaraníes, que hoy dan nombre a barrios y calles en diversos puntos de la provincia, y dos miradores sobre la ruta 2 con magníficas vistas del río Uruguay: Nicolás Ñeenguirú e Ignacio Abiarú, hombres valientes y finos estrategas.

Ambos vivieron de cerca el avance bandeirante sobre sus territorios. Ñeenguirú mismo había residido en la reducción jesuítica de Concepción del Ybytyrakua, fundada por Roque González de Santa Cruz, en 1619, que tuvo que emigrar hacia el Sur debido al avance portugués.

El 11 de marzo de 1.641 comandaban el ataque del formidable ejército guaraní jesuita sobre las posiciones portuguesas.

Ambos ostentaban el rango de capitán y lideraron la flotilla de canoas que remontaron el río Uruguay hasta el arroyo Acaraguá, donde chocaron con la vanguardia enemiga guiándolas hacia la trampa preparada en Mbororé, actual arroyo Once Vueltas.

Eran las dos de la tarde, cuando la escuadra bandeirante de 300 canoas y 450 hombres bien armados, y 2.500 flecheros tupís, atacó la flotilla de 70 canoas con 800 guaraníes, apoyados por otros 4.000 combatientes fortificados en la orilla.

La audacia de Ñeenguirú y Abiarú descondertó a los portugueses, y desordenó por completo su retaguardia.

La lucha en el río y en tierra se volvió encarnizada. En los días siguientes, guaraníes y jesuitas persiguieron a las fuerzas bandeirantes en una agónica retirada a través de la selva. La marcha registró combates cuerpo a cuerpo, hasta que los portugueses consiguieron cruzar el río en las inmediaciones de los saltos del Moconá. Muy pocos lograron volver a San Pablo.

Las incursiones bandeirantes eran constantes en las reducciones jesuíticas de Paraguay, Corrientes y Misiones.

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Evacuaron familias en El Soberbio y San Javier por crecida del Uruguay

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Durante la madrugada de hoy intensificaron las tareas de asistencia y prevención en varias localidades costeras por la crecida del río Uruguay, que superó los niveles de alerta en varios puntos, siendo El Soberbio y San Javier las más comprometidas con activación de evacuaciones preventivas. 

De esta manera, desde muy temprano y bajo temperaturas de un dígito, efectivos de la Unidad Regional VIII de El Soberbio, en conjunto con el Comando Radioeléctrico local, colaboraron en la evacuación de familias afectadas por el aumento del caudal del río Uruguay.

Puntualmente en el barrio Unión, dos familias compuestas por tres adultos y seis menores fueron trasladadas al polideportivo municipal, mientras que otras dos familias, conformadas por tres adultos y dos menores, se autoevacuaron hacia domicilios de allegados. Asimismo, en el barrio Maracaná, una familia de cuatro integrantes también se reubicó por sus propios medios.

En esa localidad la municipalidad activó el comité de crisis ayer domingo en horas de la tarde, luego de que el nivel del río alcanzara los 10,40 metros de altura, con tendencia ascendente de 30 centímetros por hora

Mientras que, en la mañana de hoy, según el último relevamiento realizado a las 06:05, la altura del río alcanzó los 13,20 metros, con una velocidad de crecimiento de 20 centímetros por hora, superando la cota de evacuación establecida en 13 metros.

En tanto, en San Javier, la Unidad Regional  VI trabajó en articulación con Prefectura Naval Argentina y el comité de crisis local. 

El relevamiento efectuado a las 06:30 indica que el río Uruguay se encontraba en 8,32 metros, aumentando a un ritmo de 16 centímetros por hora, superando la cota de alerta (8,00 m) y acercándose al umbral de evacuación (10,00 m). 

La crecida del río compromete los cauces de arroyos que atraviesan caminos

Cierre de pasos fronterizos 

Luego de que el río superara la altura de 8 metros, alcanzado el nivel de 13,20 metros en El Soberbio y 8,32 metros en San Javier -con tendencia creciente- la Prefectura Naval Argentina (PNA) resolvió cerrar los pasos fronterizos fluviales que conectan a la provincia de Misiones con localidades ribereñas de Brasil. 

De esta manera, el servicio de balsas permanecerá suspendido hasta nuevo aviso en los pasos El Soberbio-Porto Soberbo, Alba Posse-Porto Mauá y San Javier-Porto Xavier.

La crecida es resultado de las constantes precipitaciones registradas en la región y a la apertura de compuertas en la represa de Chapecó, por lo que en las localidades ribereñas la Policía de Misiones continúa desplegando patrullajes preventivos, monitoreo constante de zonas vulnerables y asistencia a las familias afectadas, en coordinación con autoridades municipales, sanitarias y de emergencia.

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Extendieron hasta el 30 de septiembre los programas Ahora

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El gobernador Hugo Passalacqua anunció este viernes la extensión hasta septiembre de todos los programas Ahora, herramienta que busca impulsar el comercio y dinamizar la economía local con reintegros y cuotas sin interés.

Según señaló el mandatario provincial, los diferentes programas fueron prorrogados hasta el 30 de septiembre, gracias a un nuevo acuerdo rubricado por el gobierno provincial junto a entidades bancarias y empresas privadas que forman parte de la iniciativa.

De esta manera, los programas Ahora Misiones, Bienes Durables, Mujer, Viajá por Misiones, Estudiantes, Construcción, Carne, Gastronomía, Feria, Mascotas, Pan, Gas, Neumáticos y el último en ser implementado, Góndola Bernardo de Irigoyen, continuarán vigentes durante tres meses más.

Para conocer las características de cada plan, como así también sus bases y condiciones para ser parte de ellas, los interesados pueden ingresar a la web oficial.

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Iniciarán obras viales en Santo Pipó tras la muerte de tres personas

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Iniciarán obras viales en Santo Pipó tras la muerte de tres personas

A raíz de las movilizaciones de la comunidad de Santo Pipó para exigir medidas de seguridad en la ruta nacional 12, a la altura del arroyo Apepú, donde un siniestro vial se cobró la vida de tres personas, entre ellas un niño de 4 años, la intendenta Claudia Acuña prometió obras viales en la zona.

Durante la jornada de ayer, en una segunda caminata realizada desde la terminal vieja hasta la Municipalidad de la localidad, los vecinos fueron atendidos por la alcalde Acuña, quien escuchó sus reclamos y asumió el compromiso de ejecutar medidas que garanticen la seguridad en el barrio Apepú y su conexión con la arteria nacional.

Con los compromisos asumidos por el Municipio, este viernes iniciarán los trabajos para instalar iluminación en los caminos internos de la ruta nacional 12. También gestionarán la colocación de un radar y la apertura de una calle paralela a la arteria con el objetivo de ofrecer una circulación más segura en el barrio Apepú.

Por otro lado, los vecinos de Santo Pipó elaboraron una nota a Vialidad Nacional para solicitar la “construcción de colectoras, reparación y nivelación de banquinas y colocación y reposición de señalización vertical y horizontal”, precisó Emilce Correa, una joven de la localidad que impulsó la movilización.

“Tuvimos una reunión con la intendenta Acuña, los concejales, los padres de las víctimas del viernes 20 y conmigo que perdí a mi hermano también en el mismo trayecto hace 8 meses”, contó Emilce a LVM.

Y añadió: “A partir de este viernes se comienza a trabajar en esos puntos de emergencia. Aclaramos que vamos a esperar hechos, igualmente respetando y dando tiempo para que se realice”.

En tanto, por medio de la Municipalidad, pidieron a la empresa Energía Misiones la “iluminación adecuada y suficiente sobre la ruta nacional 12 en el tramo que atraviesa la localidad”.

El siniestro vial que despertó el reclamo de los vecinos santopiposeños ocurrió el pasado viernes 20 de junio, cuando un colectivo larga distancia perteneciente a la empresa Singer embistió a una moto Gilera 110 en la que circulaban Priscila Erika Venegas (22), su hijo Gael Zárate (4) y su hermana Yamila Venegas (15).

Producto del siniestro, Priscila y su pequeño de 4 años perdieron la vida en el acto, mientras que Yamila quedó gravemente herida, siendo trasladada de urgencia al Hospital Madariaga en Posadas, donde permaneció dos días internada hasta que en la tarde-noche del domingo el nosocomio comunicó su deceso.

Santo Pipó: vecinos marcharon por medidas de seguridad por muertes en ruta 12

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