Integrantes del Colectivo de Albergados en Lucha denuncian que al menos 15 estudiantes fueron notificados que deben abandonar la casa que habitan por medio de una beca que otorga la Universidad Nacional de Misiones (Unam). Los estudiantes tienen hasta el 10 de julio para dejar el inmueble que ocupan.

“Además de todos los problemas, estructuras y las condiciones edilicias, hoy se suma la expulsión de alrededor de 15 compañeros y compañeras de todas las carreras“, expuso Ludmila, referente de los albergados y estudiante de la carrera Licenciatura en Trabajo Social, en diálogo con La Voz de Misiones.

En esa línea, la estudiante explicó que “una vez que nos confirman que obtuvimos la beca, nos dan un reglamento con responsabilidades como estudiantes y derechos también”.

Sobre estos requisitos, Ludmila opinó: “Consideramos que son excluyentes, porque establecen que los estudiantes que reciben los albergues presenten cada fin de año el 60% de las materias aprobadas. Por qué decimos que es excluyente, por las condiciones habitacionales en las que vivimos, que son hacinamiento, compañeros que están viviendo entre diez a siete en una casa, sin las condiciones necesarias, y muchas veces de los arreglos nos tenemos que hacer cargo nosotros porque no tenemos respuesta alguna de las autoridades“.

Ante lo expuesto, la estudiante señaló: “No nos pueden venir a exigir un 60% de las materias y hoy solicitar la baja de estos compañeros, fuera cual fuera la razón, porque tampoco explican la razón, porque hay compañeros que presentaron sus materias alcanzadas y aun así le han solicitado que dejen los albergues”.

Asimismo, la joven relató alguna de las situaciones que atraviesan sus compañeros a quienes le retiraron la beca del albergue universitario: “Este año y principalmente a compañeros de economía, exactas, enfermería, se le les restringió el acceso al comedor, se puso un arancel, solo humanidades cuenta con la beca del almuerzo, además se le sacó otras becas sustanciales para el desarrollo de su actividad académica”.

Y continuó: “Muchos de los albergados somos trabajadores, bacheros, meseros, albañiles, cuidan ancianos. La mayoría somos alumnos trabajadores”.

Si bien la estudiante oriunda de Bonpland no está entre los 15 universitarios que deberán dejar el albergue antes del 10 de julio, la situación de sus compañeros no le es indiferente: “La siento como propia, ayer llegué a la casa y mi compañera estaba armando su bolso con los ojos llenos de lágrimas y a mí eso me parte el alma esa situación”.

Por ello, Ludmila enfatizó: “Necesitamos una respuesta, porque yo tampoco estoy exenta de que la próxima sea yo, pero hoy le pasa a estos compañeros con quien vivo hace casi tres años. Necesitamos una solución antes del 10 de julio, no queremos que ninguno se quede sin techo, sin la posibilidad de estar dentro del sistema educativo, porque le han sacado un montón de becas sustanciales para sus estudios, y si aguantaron hasta acá es porque tienen voluntad de estudiar y poder cambiar su vida, su realidad”.

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