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Volvieron a detener a Richard Cristaldo por el crimen de Dani Tizato

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cristaldo - tizato

Exactamente un año después de haber sido excarcelado tras un dictamen de falta de mérito a su favor, Richard Cristaldo fue detenido nuevamente esta mañana y volvió a quedar bajo la lupa de la Justicia por el asesinato de su vecino César Daniel Tizato, de 16 años, registrado en 2020.

De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas por La Voz de Misiones, la detención fue concretada por efectivos de la Dirección Homicidios de la Policía, cerca de las 11, sobre la ruta provincial 105, y desde ese momento Cristaldo permanece a disposición del Juzgado de Instrucción Cuatro de Apóstoles, a cargo del magistrado Miguel Ángel Faría.

Justamente, fue el juez Faría quien en las últimas horas revocó la falta de mérito que existía sobre Cristaldo y ordenó su inmediata detención para que el hombre continúe siendo investigado por el asesinato del adolescente.

Esto quiere decir que, para los investigadores del caso, nuevamente existirían elementos que podrían vincular al sospechoso con el hecho, situación contraria a lo que sucedió hace exactamente un año, cuando los cotejos de ADN dieron negativo y eso favoreció al implicado.

La última novedad que se tenía respecto a la causa es que una última pericia determinó que en la campera de Tizato se observaron dos pequeños orificios -de 3 milímetros, aproximadamente-, ubicados en el hombro izquierdo y en el tórax, misma zona donde se detectó una lesión en el adolescente.

Tras ese hallazgo, se profundizaron los cotejos y se estableció que esas marcas son compatibles con orificios de bala. Por consiguiente, ahora se afianza la hipótesis de que el muchacho pudo haber recibido balazos y no una lesión punzo-cortante con algún elemento que en un principio se mencionó como un destornillador pero que en realidad nunca se pudo determinar fehacientemente por el avanzado estado de descomposición en el que se encontraba el cadáver al momento de su hallazgo.

Aquí cobra relevancia otro aspecto de la pesquisa que podría complicar a Cristaldo. Y es que al momento de su detención se le incautó un rifle de aire comprimido modificado para calibre 22, que luego se determinó que había sido disparada recientemente y que le faltaban dos municiones.

Ante la Justicia, el vecino que llevó a cazar a Daniel reconoció que había utilizado su rifle, pero unos días antes del crimen.

Desaparición y crimen

Tizato desapareció el 30 de agosto de 2020, cuando salió de su casa en el barrio Pindapoy, de San José, para ir a cazar con Cristaldo.

Después de ello, el hombre regresó solo y a los familiares del chico les dijo que mientras volvía Tizato se cruzó con otros jóvenes que lo convencieron para regresar a la zona de caza.

A partir de ahí transcurrieron varios días de intensa búsqueda que recién dieron resultado el 2 de octubre, cuando la Policía halló un cuerpo que se correspondería a la víctima.

El cadáver fue hallado en un estancamiento de agua que se formó a partir de dos arroyos cercanos y estaba en el medio de un tupido monte. Todo ello dentro del perímetro del inmenso campo de casi 5.000 hectáreas de La Rosita.

El cuerpo estaba a unos 200 metros lineales de donde Richard había dicho que se despidió del menor ese 30 de agosto.

Se cree que el cuerpo siempre estuvo ahí, pero debido al proceso de putrefacción terminó emergiendo boca abajo y quedando a la vista. En esa instancia, además, se constató que el cadáver vestía una campera con piedras que se utilizaron para que se mantenga en el fondo del agua, un claro indicio de una intencionalidad por ocultar el hecho.

La autopsia luego estableció que se trató de una muerte violenta y que la víctima había recibido una lesión punzante en el pecho, aunque las nuevas relevaciones ahora pueden hacer suponer que en realidad se trató de un balazo.

Cristaldo fue detenido e imputado por homicidio agravado por alevosía, aunque luego fue excarcelado con falta de mérito. Ahora será objeto de investigación de nuevo.

Judiciales

Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida

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Pablo Schoenfisch

Tras una nueva desestimación de la declaración autoincriminatoria de su padre, esta mañana se reanudó al juicio contra Pablo Schoenfisch (23), jornada que incorporó las primeras testimoniales, entre ellas la de un hermano del sospechoso, quien apuntó al acusado como autor del ataque parricida que acabó con la vida de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su progenitor Arnoldo (67), ex intendente de Santiago de Liniers.

Fueron cinco las testimoniales recibidas hoy por el Tribunal Penal Uno de Eldorado, todas ellas reveladoras para la hipótesis del caso que maneja la fiscalía, pero la de mayor emotividad fue la de Lucas Szumkoski (35), medio hermano del acusado, hijo de la mujer fallecida e hijastro del hombre baleado.

Entre lágrimas, el testigo no dudó en apuntar contra su hermano y en ratificar todo lo que declaró durante la etapa investigativa.

“Nunca imaginé que iba a ser él”

Szumkoski fue quien durante aquella madrugada del 14 de mayo de 2020 trasladó a ambas víctimas en su camioneta desde la casa familiar de Santiago de Liniers hasta el hospital Samic de Eldorado, donde se constató el deceso de su madre como consecuencia de un balazo en la cabeza y las graves lesiones que dejaron con secuelas de por vida a su padrastro por una lesión similar. 

A diferencia de la versión trazada por su padrastro la semana pasada cuando efectuó una declaración autoincriminatoria para desligar al imputado del caso, Szumkoski robusteció las sospechas que giran contra Pablo.

Nunca me imaginé que iba a ser él. Fui a la comisaría al día siguiente y le dije ‘sabes lo que hiciste’, mataste a tu mamá y a tu papá y él me dijo “sí”. Ahí le dije que no iba a ir al velorio de su mamá. Ahí ya la Policía me sacó para afuera. Yo siempre le defendí, decía que no podía ser. Pero mi hermanito le dio”, señaló mientras miraba al imputado y lo señalaba con el dedo.

Szumkoski también recordó una conversación que tuvo con su padrastro tiempo después del hecho: “Estaba mi primo René también. Yo le decía que siempre peleé por mi hermanito chiquitito. Ahí él (por Arnoldo) me dice ‘mirá como me dejó y vos le defendés’. Yo decía que él no era, pero me dijo: ‘Vos te vas a arrodillar ahí y te va sacar la cabeza de un tiro. Si a mí me dejó ciego, a vos te va a matar’”.

El joven describió a su hermano preso como “malcriado” y “vago como cualquier gurisada”, al tiempo que confirmó que el sospechoso sabía manipular armas de fuego. “Él siempre andaba tirando por ahí, a las palomas”, dijo.

El policía Patiño Benítez también arrojó declaraciones relevadoras.

“Pablito hizo cagada”

Otra de las testigos que compareció para la reanudación del debate oral fue Margarita Radke, una de las primeras personas en llegar al lugar para asistir a Arnoldo Schoenfisch tras sus gritos de auxilio.

A diferencia de su pareja Alberto -hermano de Arnoldo-, la mujer ratificó que en esos primeros minutos del caso el ex intendente atacado respondía que “Pablito hizo cagada” cuando le consultaban sobre qué había sucedido.

Esa misma expresión fue oída por Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y otra de las personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada.

“Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”, recordó la muchacha que además hacía tareas de limpieza en la casa de la abuela del imputado.

Justamente, trabajando en esa vivienda, ubicada en la misma propiedad donde ocurrió el hecho, Padilla encontró un guante oculto en una gaveta instalada en la habitación donde Pablo Schoenfisch durmió la noche del crimen.

La hipótesis acusatoria sostiene que ese guante fue utilizado por el imputado para disparar y no dejar marcas en el revólver calibre 38 utilizado como arma homicida.

“Fui a buscar una cortina a un baúl que estaba cerca de la cama. Cuando abrí estaba cortina y cuando saco veo un par de guantes, una bufanda y una gorra. Me pareció raro porque eso nunca estuvo ahí. Cuando lo comenté me dijeron que llame a la Policía”, reconstruyó Padilla, quien ante la consulta del fiscal Federico Rodríguez reconoció que “eran de Pablo. Era la gorra y la bufanda habitual que siempre utilizaba en invierno”.

Tanto Padilla como Radke además manifestaron que la relación entre el imputado y sus padres se había tornada complicada, con varias actitudes agresivas por parte del joven hacia la pareja. Los conflictos se habrían acrecentado en los últimos meses cuando Antúnez y Schoenfisch padre le “recortaron” a su hijo el uso de un cuatriciclo, del celular y la entrega de dinero. 

“La relación de ellos ya estaba bastante pasada. Pablo estaba bastante testarudo. No quería estudiar, le mandaban a hacer algo y Pablo les mandaba a la mierda. Vivían discutiendo”, declaró Padilla.

“Gotas de sangre”

El quinto testigo tampoco pasó desapercibido. El subcomisario Raúl Bernardino Patiño Benítez era subjefe de la comisaría de Santiago de Liniers al momento del hecho y su accionar su clave para orientar las sospechas hacia un ataque parricida como principal hipótesis del caso.

Patiño Benitez declaró que a las 4.15 fue alertado del hecho por Szumkoski y que minutos antes de las 5 ya estuvo en el lugar, donde ordenó resguardar la escena, aguardar a criminalística e iniciar las averiguaciones.

En ese marco, sostuvo que al amanecer, cerca de las 8, tuvo su primer contacto con Pablo Schoenfisch. Cuando lo veo le saco hacia la calle para hablar. Le pregunto por qué no estaba en la casa si él vivía con los padres y dijo que estaba en la casa de su abuela. Ahí me dijo ‘ yo entré y vi que mi mamá estaba tirada en la cama, muerta, y mi papá recostado contra un ropero, para mí estaba muerto también’. Le pregunté qué más hizo y me dijo que salió no más y se fue a la casa de abuela a dormir. Me pareció muy extraño, estaba despreocupado totalmente”, reconstruyó Patiño Benítez sobre aquel diálogo.

El testigo además señaló que mientras conversaba con el joven advirtió que en su pantalón habían “gotitas de color a sangre”, ante lo cual decidió cortar el diálogo y mantenerlo bajo una “vigilancia discreta” hasta que el juzgado ordenó una requisa para incautar esas prendas en la comisaría, lugar donde posteriormente quedó detenido y desde ese día nunca más recuperó la libertad.

Pablo Schoenfisch volvió a pasar frente al tribunal y acusó que todas las declaraciones en su contra eran mentira.

Defensa

Después de escuchar todas las declaraciones en su contra, Pablo Schoenfisch volvió a pedir la palabra para una ampliación de declaración, aunque no respondió preguntas y solo se limitó a responder las acusaciones.

Para él, todos los testigos de la jornada efectuaron “un falso testimonio” hacia él, incluso mencionó que las palabras de su hermano eran “mentira”. “Me están acusado de un delito que jamás cometí”, expresó.

Tras esa breve declaración, el tribunal presidido por la magistrada Adriana Andino e integrado por Atilio León y Javier Jourdan (subrogante), pasaron un cuarto intermedio hasta mañana a las 8.30 para continuar con más testimoniales.

La defensa del imputado, encabezada por los letrados Fabián De Sá y María Laura Alvarenga, solicitaron que el padre del imputado vuelva a ser citado para continuar con la declaración que había iniciado la semana pasada y fue suspendida para que se investigue su autoincriminación.

Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.

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Judiciales

Pericia descarta “fenómenos alucinatorios” en detenido por femicidio de Medina

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medina pericia femicidio

Una pericia psicológica efectuada sobre el único acusado del femicidio de la enfermera Elvira Irene Medina (61), registrado a fines de septiembre en Puerto Esperanza, descarta patologías de salud mental que configuren una posible inimputabilidad y la causa ahora avanza hacia el dictado de la prisión preventiva.

De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas por La Voz de Misiones, el informe psicológico concluye que el detenido identificado como Andrés Darío Garcete (45) no presenta “fenómenos alucinatorios” ni tampoco se observan “ideas de tipo delirantes” o “tendencia al pensamiento mágico”.

Otro punto clave del estudio señala que el imputado es capaz de “comprender y conducir sus actos”, como así también para comprender y adherirse a las normas y leyes sociales.

La pericia fue incorporada al expediente que dirige el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, que continúa recabando elementos para avanzar en el dictado de la prisión preventiva. Garcete está imputado por femicidio, figura que prevé una pena de prisión perpetua.

Enfermera asesinada en Esperanza sufrió un traumatismo facial gravísimo

Irene Medina era enfermera y cuidaba al padre del sospechoso.

El caso

El femicidio de la enfermera Medina se descubrió el 26 de septiembre, cuando la Policía salió a buscarla tras permanecer desaparecida desde las 15 de ese mismo y finalmente la encontró sin vida en un baldío contiguo a la vivienda de un adulto mayor al que cuidaba hace aproximadamente un mes.

Justamente, el hijo de ese paciente que Medina atendía es el hombre que ahora aparece como sospechoso. Cuando la Policía llegó a su casa Garcete se mostró nervioso, reticente y exhibía rasguños tanto en la cara como en el cuello.

Dentro de la vivienda más tarde encontraron pelos, un bolso con elementos de primeros auxilios y un trofeo de fútbol con manchas que podrían ser de sangre. Todo fue incautado, al igual que un escurridor y varios trapos de piso ante la posibilidad de que el lugar haya sido limpiado antes de la llegada de la Policía.

La búsqueda de Medina se inició cuando una de sus hijas se preocupó por su paradero. Es que la mujer salió de su casa a las 15 de ese viernes con destino a su trabajo en el barrio Villa Nueva, pero nunca regresó ni respondió llamadas o mensajes de texto.

La autopsia estableció que la víctima murió como consecuencia de una fractura de vértebra cervical. También tenía un traumatismo facial gravísimo que le ocasionó rotura de huesos de la cara. El crimen fue cometido a golpes.

Garcete quedó detenido esa misma noche y días después declaró ante la Justicia, instancia en la que admitió haber estado drogado con crack y no recordar nada sobre lo sucedido ese día.

Femicidio en Esperanza: enfermera fue a trabajar y la asesinaron a golpes

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Policiales

Buscan a un niño de 11 años que lleva 24 horas desaparecido en Posadas

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niño desaparecido

La Policía de Misiones busca intensamente a un niño de 11 años que fue reportado como desaparecido desde el martes, cuando salió de su casa en inmediaciones al barrio Libertad de Posadas y hasta el momento no regresó.

El niño en cuestión se llama Diego Monzón, tiene 11 años, mide aproximadamente 1,50 metros de altura, es de tez morena, tiene ojos negros y cabello largo.

Según informaron desde la comisaría Sexta, al momento de su desaparición el menor vestía una remera verde, zapatillas blancas marca Topper y pantalón azul.

Diego reside junto a su familia en la chacra 129, en inmediaciones a las avenidas Almirante Brown y Jauretche de Posadas, lugar del cual salió el martes y hasta el momento no volvió.

Las autoridades solicitan que ante cualquier información sobre su paradero sea comunicada a través del 911 o al 3765-507984, número institucional de la comisaría Sexta.

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