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La Policía despliega operativo de seguridad en la norte de Misiones

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Con base de operaciones en la ciudad de Wanda, se despliegan patrullajes y controles coordinados entre diversas dependencias de Eldorado, Montecarlo y Esperanza, con el objetivo de prevenir delitos y fortalecer la presencia policial. Son 1300 efectivos desplegados en la zona.

La Policía de Misiones lleva adelante un operativo integral de prevención en la zona norte de la provincia, con base de operaciones en la ciudad de Wanda. La iniciativa incluye tareas conjuntas entre efectivos de Wanda, Eldorado, Esperanza y Montecarlo, bajo la supervisión del Subjefe de Policía, Comisario General Marcos David Lopez Asencio.

Los operativos comprenden patrullajes a pie y en móviles, controles de identificación de personas, inspecciones vehiculares y recorridas en horarios estratégicos, tanto en zonas urbanas como suburbanas y rurales.

Coordinadas por la Unidad Regional XV, V y III, jurisdiccionales de la zona norte, estas acciones conjuntas buscan disuadir el delito, responder rápidamente a situaciones de riesgo y fortalecer el vínculo con la comunidad en puntos clave como accesos a las ciudades, barrios, escuelas, comercios, espacios públicos y chacras.

Cabe destacar, que este mismo operativo es realizado por cada comisaría en su ámbito local en los distintos municipios de Misiones.

Desde la Jefatura de Policía se solicita a los vecinos acompañar estas tareas preventivas mediante la realización de denuncias o comunicándose con las líneas de emergencia 911 o 101.

Policiales

La mujer que sobrevivió a la masacre del barrio San Lorenzo está embarazada

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Los dos sobrevivientes de la matanza descubierta esta mañana en el barrio San Lorenzo de Posadas continúan internados, aunque se encuentran “fuera de peligro”, confió un vocero del caso, quien además confirmó que la mujer presenta un embarazo de once semanas.

“Fueron tres las vidas que se salvaron”, precisó la fuente consultada por La Voz de Misiones al confirmar que tanto Paula Vieira (45) como su hermano Hugo Ríos (43) evolucionan favorablemente de las lesiones cortantes que sufrieron en el cuello y en la cabeza, al tiempo que también reveló que los médicos constataron que la mujer se encuentra en la semana once de gestación.

Independientemente de ello, describieron que la víctima se encuentra en un estado de shock absoluto, por lo que habrá que aguardar su proceso de recuperación para que pueda brindar un testimonio sobre lo sucedido.

Su hermano, en tanto, también sigue internado, recuperándose de las heridas. El hombre presenta un cuadro de discapacidad que le impide comunicarse mediante el habla.

Mientras tanto, los investigadores continúan recabando información y uniendo piezas para reconstruir lo sucedido dentro de la denominada casa del horror, sobre calle Cedro, casi calle 57 del barrio San Lorenzo de Posadas.

Cibercrimen, Científica, Homicidios y la comisaría Octava trabajaron en la casa del horror.

Degollados

Por el momento no hay mayores dudas respecto respecto a que el autor de la masacre se trató del dueño de casa, un obrero de la construcción identificado como José Ricardo Ferryra (47), quien hace aproximadamente dos décadas residía en ese inmueble junto a su familia. 

El hombre se desempeñaba como capataz en una conocida empresa posadeña, donde en los últimos meses comenzó a sufrir retrasos en el pago de su salario

Sus compañeros de trabajo lo llamaban “Fantasma” y sus parientes lo describieron como “muy trabajador”, “callado”, “serio” y “celoso” con su esposa.

La reconstrucción del caso indica que el Ferreyra asesinó machetazos “directos a degollar” a su hija Evelyn, de 13 años, y a su hijo Mariano, de 21, aunque parecía mucho menor debido al cuadro de discapacidad severa que presentaba, lo que lo obligaba a permanecer postrado en un cama.

El asesino atacó de la misma forma tanto a su esposa como a su cuñado y también los dio por muertos. Tras culminar la faena, acomodó el cuerpo de su mujer y los cadáveres de sus hijos en uno de los ambientes de la vivienda, colocó una escalera y se ahorcó pendiendo de una soga atada un tirante. Más atrás, en una habitación del fondo, la otra víctima. 

Con esa escena se encontró esta mañana la Policía cuando irrumpió en el lugar a pedido de la hermana del ahora sindicado homicida, quien desde el sábado a la mañana no tenía noticias de su cuñada, ni de sus sobrinos.

“Yo llamé al 911 esta mañana. Estaba decidida a que venga la Policía y tumbe la puerta si era necesario. Mi hermano no aparecía por ningún lado y mi cuñada tampoco. No tenía respuestas a ningún mensaje. Nunca me pensé que iba a pasar lo que pasó”, contó Julia Ferreyra, quien además señaló que la pareja atravesaba un proceso de separación y había “maltrato psicológico” de parte del hombre hacia Vieira.

Los datos recolectados señalan que Vieira fue vista por última vez el sábado a la mañana, cuando se cruzó con su cuñada Julia por las calles del barrio. El obrero Ferreyra, en tanto, estuvo esa misma noche en la casa su mamá y tras despedirse de allí perdió contacto con todos.

A partir de esto, se cree que la masacre pudo haber ocurrido ese sábado, aunque resta determinar a qué hora. “Cuando la Policía entró a la casa se encontró con la mujer tendida junto a los otros dos cadáveres. Estaba completamente en shock, paralizada, no emitió ninguna palabra. No sabemos cuánto tiempo pudo haber permanecido así”, graficó el vocero consultado por LVM.

Sangre oxidada

Los expertos en criminalística que relevaron la escena constataron que la sangre esparcida por la casa ya presentaba signos de “oxidación”, lo que indicaría un tiempo cercano a las 24 horas en esas condiciones.

En el lugar no se advirtieron mayores señales de defensa o de alguna pelea, ante lo cual se cree que los ataques fueron directos, precisos, efectuados sin resistencia. Tampoco hay pistas que abonen la teoría de la participación de un sospechoso diferente a Ferreyra, aunque los investigadores continuarán recabando información hasta esclarecer por completo lo sucedido.

Las fuentes además indicaron que en la billetera del hombre se encontró un papel escrito que decía “perdonen” y “los amo mucho”, elemento que ya fue remitido a los peritos especializados en caligrafía.

En el caso interviene el Juzgado de Instrucción Seis de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Balor, y la Fiscalía de Instrucción Seis, a cargo del fiscal René Casals.

En el lugar trabajó el personal de la comisaría Octava, de la Científica, de Cibercrimen y de Homicidios.

Masacre en barrio San Lorenzo: “Solo una bestia es capaz de hacer eso”

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Judiciales

Piden reconocer el crimen de Carlos Tereszecuk como de lesa humanidad

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La Fiscalía Federal de Resistencia solicitó que se dicte una sentencia por el derecho a la verdad en el caso del militante misionero Carlos Enrique Tereszecuk, detenido, torturado, asesinado y desaparecido en noviembre de 1976, tras su paso como preso político en la Jefatura de la Policía chaqueña.

El pedido fue formulado por el fiscal ad hoc de Derechos Humanos Diego Vigay a la jueza federal Zunilda Niremperger, con el objetivo de que se reconstruya lo sucedido y que se establezca que el misionero fue ultimado por razones políticas, declarándolo así víctima de un crimen de lesa humanidad en el marco de las acciones de terrorismo de Estado perpetrado por el régimen militar que llevó adelante un gobierno de facto en el país entre 1976 y 1983.

El requerimiento se da a raíz del fallecimiento de los máximos responsables de la Jefatura de Policía del Chaco en 1976, los comisarios Carlos Thomas, Wenceslao Ceniquel y Lucio Humberto Caballero, y ante la imposibilidad de avanzar con la identificación de otros responsables del secuestro y la desaparición de Tereszecuk, cuyos restos recién fueron identificados en 2018 gracias a un trabajo del prestigioso Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF).

Los familiares de Tereszecuk acompañaron el planteo al considerar que un pronunciamiento de este tipo garantiza el derecho a la verdad con un sentido de reparación y contribuye a la reconstrucción de la memoria histórica de la sociedad.

Tereszecuk -al medio- junto a otros militantes misioneros.

Detenido, torturado, asesinado y desaparecido

Para la fiscalía, las pruebas recolectadas permiten reconstruir que el misionero fue secuestrado en los primeros días de noviembre de 1976 y posteriormente fue llevado a la Jefatura de la Policía de Resistencia, donde fue alojado en un primer piso acondicionado como Centro Clandestino de Detención, que estaba dirigido de manera conjunta entre la fuerza provincial y el Ejército Argentino.

Tereszecuk fue visto en ese lugar en pésimas condiciones de salud como consecuencia de las graves y diversas torturas padecidas. Su deterioro físico era tal que, según los testimonios recogidos, ya ni podía mantenerse en pie y necesitó ayuda hasta para bañarse. 

En la segunda semana de noviembre finalmente fue asesinado y arrojado al río Paraná. Sus restos fueron encontrados días después en la costa de Empedrado y el misionero fue sepultado como NN en el cementerio local.

Los investigadores entienden que entonces que el caso Tereszecuk “su secuestro, tortura y homicidio se produjo en un contexto de persecución generalizada y sistemática por razones ideológicas, dirigida contra la población, y que tenía como objetivo la detención y exterminio de todo aquel que encuadrara en lo que se etiquetaba como opositores al régimen”.

El pronunciamiento requerido también solicita que la Justicia declare al arrojamiento de cuerpos al río Paraná como una maniobra sistemática, respondiendo a un patrón común de ejecuciones por parte de las fuerzas armadas durante la dictadura.

“Cuerpos desnudos, atados con alambres en manos y pies, con disparos de ejecución en el pecho o el cráneo, con la yema de los dedos cortados para obstaculizar su individualización y con un corte importante en el abdomen para intentar que no flotaran”, reconstruye la fiscalía.

Sus restos fueron identificados en 2018 gracias al trabajo del EAAF.

Carlos Tereszecuk

Carlos Enrique Tereszecuk nació en Posadas en 1952. Estudió para ser sacerdote en el Seminario de Fátima de Córdoba, pero abandonó la carrera. 

Luego tuvo una activa militancia estudiantil y política, siendo elegido en 1974 vicepresidente del Centro de Estudiantes de la Escuela de Servicio Social de la Universidad Nacional de Misiones y en 1975 participó de la campaña electoral del Partido Auténtico, pasando a ser secretario de los diputados provinciales electos Juan Figueredo y Pablo Fernández Long.

Como secretario legislativo realizó un gran trabajo con representantes de gremios, comisiones barriales, colonos, tareferos, trabajadoras de casas particulares, siendo el autor de diversos proyectos de ley de protección de sus derechos.

En 1975 un operativo de efectivos de civil intentó secuestrarlo en la Cámara de Diputados, pero pudo escapar, debiendo pasar a la clandestinidad. 

En 1976 se refugió en Corrientes, siendo visto finalmente como detenido político y muy torturado en la Jefatura de Policía de Resistencia Chaco.

Con la vuelta de la democracia su hermano Norberto Tereszecuk realizó la denuncia en la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) y ante el Juzgado Federal de Resistencia.

Margarita Belén, 45 años: cartas de un fusilado

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Policiales

Masacre en barrio San Lorenzo: “Solo una bestia es capaz de hacer eso”

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Nadie sale del asombro y el estupor crece a medida que se conocen más detalles de la masacre registrada en una vivienda del barrio San Lorenzo, donde un obrero de la construcción asesinó a machetazos a dos hijos e hirió gravemente a su pareja y a su cuñado para luego suicidarse. “Solo un bestia es capaz de hacer eso”, graficó un testigo de la escena.

José Ricardo Ferreyra (47) es el nombre del autor de la matanza que sacude a todo Posadas. Sus víctimas fueron su hijo Mariano Ferreyra (21), con discapacidad motriz severa, y su hija Evelyn Ferreyra (13), quienes fueron degollados con un arma blanca que sería un machete.

El asesino además atacó de la misma forma a su esposa Paula Vieira (44) y a su cuñado Hugo Ríos (43), que también presentaba un cuadro de discapacidad y residía en el fondo de la misma propiedad ubicada sobre la calle Cedro, casi calle 57.

La casa del horror. La familia vivía hace dos décadas en ese inmueble.

Escenario cruento

Tanto Vieira como Ríos fueron hallados en estado agonizante esta mañana, cera de las 7, cuando la Policía irrumpió en el lugar a pedido de una hermana del obrero, quien reportó que desde el sábado a la mañana no tenía novedades de sus familiares.

Ambos sobrevivientes fueron evacuados de urgencia y trasladados al hospital Madariaga, donde continúan internados con pronóstico reservado. Los presentan lesiones cortantes a la altura del cuello.

La escena dentro de la casa del horror se completó con el hallazgo de Ferreyra sin vida, pendiendo de una soga atada a un tirante. Debajo suyo estaba el cadáver de su hija, más atrás se encontraban los restos del otro muchacho.

“Vi a esos chicos criarse de adolescente. Una persona que se considera un ser humano en ese momento dejó de ser un ser humano para ser una bestia. Si uno ama a su familia, uno no puede hacer eso”, señaló Pedro, vecino y testigo de las labores periciales en el cruento escenario, en diálogo con La Voz de Misiones. 

Los cadáveres fueron retirados del lugar minutos antes de las 12 y serán enviados a la morgue judicial para ser sometidos a un examen de autopsia para ratificar las lesiones advertidas en la revisión médica policial.

“Mi cuñada se quería separar”

Todo el procedimiento fue observado por Julia Ferryra, hermana del homicida, cuyo llamado al 911 permitió descubrir el horror que había ocurrido dentro de las cuatro paredes de esa casa sobre la calle Cedro, donde la familia residía hace dos décadas.

“Yo llamé al 911 esta mañana. Estaba decidida a que venga la Policía y tumbe la puerta si era necesario. Mi hermano no aparecía por ningún lado y mi cuñada tampoco. No tenía respuestas a ningún mensaje. Nunca me pensé que iba a pasar lo que pasó”, contó ante los medios presentes.

Según relató la mujer, la última vez que tuvo contacto con su cuñada fue el sábado a las 9.30 de la mañana, cuando se cruzaron por las calles del barrio. “Estaba alegre, estábamos organizando un cumpleaños”, recordó.

Después de eso no tuvo más noticias de ningún miembro de la familia. Hay vecinos que ubican a Ferreyra el domingo en calle, pero aún no hay precisiones al respecto.

Estos datos son clave para reconstruir en qué momento pudo haber ocurrido la masacre y cuánto tiempo pudieron haber estado los sobrevivientes en estado agonizando dentro de la casa.

“Yo siempre veía a mi hermano callado y serio. Hablábamos poco, pero nunca pensé que iba a llegar a esto de sacarle la vida a los chicos. Hizo todo mal”, expresó Julia.

La hermana del homicida también expuso detalles sobre la relación de la pareja. “Ellos estaban en proceso de separación, pero no sé en qué quedó eso. Yo sé que mi cuñada se quería separar, que quería otra vida para la hija. Salir y disfrutar. Pero nunca me contó más nada”, agregó.

Julia afirmó que desconocía episodios de violencia física, aunque sí sostuvo que había “maltrato psicológico”. “Ella ya no aguantaba más eso”, graficó.

En el caso interviene el Juzgado de Instrucción Seis de Posadas, a cargo del magistrado Ricardo Balor, y la Fiscalía de Instrucción Seis, a cargo del fiscal René Casals, quienes ahora aguardan novedades sobre el estado de salud de los sobrevivientes para avanzar.

En el lugar trabajó el personal de la comisaría Octava, de la Científica, de Cibercrimen y de Homicidios.

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