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Juicio por el caso Evelyn: “A mi hija la mataron por ser nena”

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Densa, fuerte, desgarradora y también reveladora. Así fue la primera jornada del debate oral por el femicidio de Evelyn Rojas, que comenzó a las 8.45 y culminó cerca de las 15, luego de la declaración de cuatro testigos, entre ellos la madre y la hermana de la víctima, quienes reconstruyeron la discriminación y los contextos de vulnerabilidad que la muchacha padeció durante prácticamente toda su vida.

La audiencia comenzó con la lectura de los requerimientos de elevación a juicio y oposición formulados por las partes (fiscalía, querella y defensa) durante la etapa de instrucción, proceso en el cual prevaleció el pedido efectuado por la fiscal Adriana Herbociani, que consideró que el caso debía ser caratulado como “homicidio doblemente agravado por la relación de pareja preexistente y por femicidio”, figura bajo la cual Ramón Da Silva, único imputado por el hecho, puede ser condenado a prisión perpetua.

La calificación de “femicidio” es lo que le da una particularidad histórica al debate, dado que es la primera vez que el asesinato de una mujer trans es juzgado bajo esa figura en Misiones.

Sin embargo, desde la querella, encabezada por la letrada Florencia González, al igual que en la etapa de instrucción, buscarán que el agravante de femicidio sea reemplazado por el inciso 4 del artículo 80 del Código Penal de la Nación argentina, al considerar el hecho como un “crimen de odio” hacia la identidad de género de Evelyn, que al momento de ser asesinada tenía 26 años y era trabajadora sexual en la capital provincial.

En esa línea, pudo haber tenido gran relevancia el testimonio brindado ya sobre el filo del mediodía por Patricia Villalba, madre de Evelyn y querellante particular en la causa, quien realizó un crudo repaso de la vida de su hija, de los padecimientos sufridos desde adolescente y de la discriminación y la exclusión de la que fue víctima durante prácticamente toda su vida. También, entre lágrimas y crisis de nervios, relató los episodios de violencia que la joven sufrió a manos del único imputado, conocido por sus alias de “Ramoncito”, “Junior” o “Polaquito”.

“Evelyn desde muy chiquita es una nena. Siempre me lo manifestó y todos la apoyamos. Ella hizo solo la primaria porque era demasiado el bullying que sufría. Yo me tenía que preparar todos los días para recibirla y decirle que eso algún día iba a cambiar”, comenzó la testigo.

La mujer señaló que, tras dejar la escuela, Evelyn buscó por todos los medios un trabajo, pero chocó una y otra vez contra la discriminación y la exclusión. “Ni siquiera como empleada doméstica la quisieron”, apuntó.

Cerca de los 18, Evelyn conoció a su primera pareja, Enrique, con quien tuvo una relación estable y sin violencia, pero que se interrumpió cuando el hombre quedó detenido. Ya para ese entonces la muchacha había comenzado a desempeñarse como trabajadora sexual, pero su familia volvió a llevarla a casa.

Desde ahí, la joven vivió en una pieza en el fondo de la propiedad familiar. Tenía todo. Heladera, cocina, televisor, cama, sillas, etcétera. Pero todo acabó cuando Junior entró en su vida.

Junior y el infierno

“Cuando conoció a Junior ella empezó a tomar más que nunca, volvió a la calle y volvía todos los días golpeada. Los golpes no eran solo faciales, eran en la espalda, en la cadera, en las piernas”, recordó Patricia.

La mujer señaló que un tiempo Evelyn convivió con Junior en esa piecita del fondo, pero los fines de semana el lugar se transformaba en un “infierno”. Sin embargo, la muchacha nunca dejó que la familia radique denuncias respecto a la permanente violencia que sufría.

“De los pocos meses que vivieron juntos en mi casa, no hubo un domingo o un fin de semana que pasen bien. Era un caos esa pieza. Se escuchaban los golpes, pero ella decía que no era nada. Una vez casi le sacó un ojo con una bombilla, pero en la Policía no me dejaron radicar la denuncia porque Evelyn ya era mayor”, expresó la testigo ante las partes.

Patricia además señaló que Junior constantemente insultaba y denigraba a Evelyn. “Él le decía ‘p… de mier.. no servís para nada. Sucio. Para qué te vestís así, si vos no sos eso, vos sos hombre’. A mí eso me daba una impotencia, un dolor. Cuando a ella la encontraron no solo que tenía los golpes, él también le había cortado el pelo, que era lo que ella más amaba. A mi hija la mataron por ser nena”, lanzó, con contundencia, la madre de la víctima.

Más tarde declaró Belén, una hermana de Evelyn, que dio un testimonio bastante similar al de su madre, recordando los mismos episodios de violencia y los padecimientos de la víctima.

Ambas mencionaron que Junior sólo ejercía violencia sobre Evelyn, dado que nunca ni siquiera confrontó con los demás integrantes de la familia. También recordaron que el hombre constantemente le quitaba dinero a la muchacha o vendía los artefactos de la vivienda.

“Ella era la reina de la casa, siempre la aceptamos. Ella era todo para nosotros, hasta que conoció a este hombre y ahí empezó lo peor para la familia. Los golpes, los gritos. Era cosa de todos los días. Era un infierno aguantar eso”, señaló Belén.

“Golpeada y arrastrada”

La jornada se completó con los testimonios del médico policial Ricardo Gaudencio y el oficial Juan Carlos Tainski, quienes intervinieron en la escena del crimen aquel 27 de octubre de 2016, dentro de la estación de servicios abandonada en la intersección de las avenidas Uruguay y Bouchardo de Posadas.

Gaudencio recordó que revisó el cadáver y constató que la mujer había sido “golpeada en todas partes y arrastrada”.

“Se notaba que había sido agredida brutalmente. Ese día quedamos todos sorprendidos. Tenía el rostro desfigurado”, graficó.

Tainski, en tanto, recordó haber visto manchas de sangre en un sector y signos de arrastre hasta la fosa donde finalmente estaba el cadáver.

Mañana, un testimonio clave

El debate oral continuará mañana, con la declaración de al menos seis testigos. Entre ellos, se destaca María Ignacia Galeano, la vecina que vio a Evelyn junto a Junior la noche anterior al crimen y cuyo aporte fue trascendental para la investigación trazada en aquel entonces.

Esta mañana, Da Silva optó por no declarar y, tras un pedido de la defensa, el Tribunal autorizó que no comparezca a las demás audiencias programadas para el resto de la semana.

En el juicio interviene el fiscal Martín Alejandro Rau, la letrada querellante particular en representación de la familia de Evelyn, Florencia González, y el defensor oficial Mario Ramírez, que patrocina al acusado.

El tribunal encargado de llevar adelante el proceso está presidido por Viviana Cukla e integrado por sus pares Ángel Dejesús Cardozo y Marcela Leiva (subrogante).

 

juicio ramoncito

La abogada querellante Florencia González y el fiscal Martín Rau, en pleno debate.

 

Ramoncito

El imputado, Ramoncito o Junior, ya no estará presente en la sala de debate en las próximas audiencias.

 

El tribunal encargado de llevar adelante el proceso está presidido por la magistrada Viviana Cukla.

 

La abogada González y la familia de Evelyn.

 

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Asaltantes en moto robaron casi $50 millones de un comercio en Iguazú

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Al menos dos delincuentes en moto y armados irrumpieron esta tarde en un local de la zona industrial de Puerto Iguazú, donde encañonaron a los empleados y sustrajeron un botín de casi 50 millones de pesos en diferentes divisas.

De acuerdo a lo consignado por fuentes policiales, el atraco ocurrió minutos antes de las 15 de hoy, en el despacho comercial llamado Cono Sur, donde dos hombres armados irrumpieron en el lugar.

Una vez dentro, los delincuentes redujeron al personal y obligaron a un empleado a abrir la caja fuerte, de donde sustrajeron 29.900.000 pesos y 12.000 dólares en efectivo.

Tras apoderarse del dinero, los asaltantes huyeron en una motocicleta modelo Honda Titán 150 y se dirigieron en dirección al barrio Belén, aunque hasta el momento no hay novedades de ellos.

El hecho es investigado por el personal de la comisaría Segunda de la Unidad Regional V, junto a los efectivos de Criminalística, quienes realizaron las pericias de rigor en la escena, preservando huellas y revisando cámaras de seguridad para identificar a los autores del robo calificado.

Asimismo, se ejecutan controles cerrojos en puntos estratégicos de la ciudad y corredores rurales.

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Fundamentos de la condena a docentes: “Los derechos no son absolutos”

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La magistrada Marcela Alejandra Leiva fundamentó la condena impartida contra los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez en dos pilares centrales: el rol “de conducción y representación” que atribuyó a los imputados en la protesta y en la premisa de que “ningún derecho es absoluto”.

En su escrito, de 87 fojas, la jueza Correccional y de Menores Uno de Posadas, encargada de presidir el tribunal unipersonal que llevó adelante el juicio oral contra los docentes, consideró, en primera instancia, que “ambos imputados ejercían funciones orgánicas de representación y vocería institucional en el conflicto, invocando expresamente la representación colectiva y actuando como autoridades máximas de sus respectivas organizaciones”.

Para arribar a esa afirmación se apoyó en las actas de notificación y en las declaraciones efectuadas por los agentes policiales que intervinieron durante los días comprendidos entre el 1 y el 4 de junio del año pasado para comunicar las órdenes judiciales de despejar el acampe docente montado sobre la avenida Uruguay como medida de protesta para exigir mejoras salariales.

Gurina y Sánchez no sólo eran parte de la protesta sino que asumían roles de conducción y representación, lo que explica porque el personal policial y los propios manifestantes indicaron a ellos como referentes, cuya presencia resultaba determinante para la toma de decisiones en el lugar de los hechos”, expuso entre sus argumentos Leiva.

La jueza desestimó los argumentos defensivos que insistían en el hecho de que todas las decisiones tomadas en el marco de la protesta era de carácter “asambleario” y entendió que “pues aun dentro de un esquema de decisiones colectivas, ambos (por Gurina y Sánchez) aparecían como figuras representativas y funcionales para la comunicación con autoridades y para la toma de definiciones”.

Gurina y Sánchez recibieron 10 meses y 8 meses de prisión en suspenso, respectivamente.

En ese marco, consideró acreditado que ambos docentes enjuiciados cometieron de manera deliberada el delito de “desobediencia judicial” al no atender las órdenes de despejar la calle, lo cual vino aparejado con la interrupción del tránsito y el consecuente “entorpecimiento del normal funcionamiento del transporte”, que era la segunda figura penal achacada a los imputados.

Al respecto, expuso Leiva: “Las conductas desplegadas excedieron los límites razonables que la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos reconocen a la huelga, la protesta o la libertad de expresión, configurando una afectación inadmisible a bienes jurídicos de terceros y al orden público”.

Y argumentó: “El derecho a la protesta, como manifestación de derechos humanos de participación, no puede convertirse en un ámbito de inmunidad para la producción de resultados lesivos, tales como la obstrucción deliberada del tránsito o la desobediencia a una orden judicial válida, contravendría el núcleo estructural del propio sistema de derechos humanos, que exige compatibilizar su ejercicio con la protección simultánea de la libertad, la seguridad y la dignidad de las demás personas”.

En cuanto a lo planteado por el abogado defensor Eduardo Paredes, de aplicar en forma subsidiaria a la absolución el estado de necesidad justificante o del estado de necesidad exculpante, la jueza subrayó: “No se configura aquí un conflicto legítimo entre derechos fundamentales que permita justificar la conducta, toda vez que la huelga no comprende la facultad de impedir la circulación pública por vías de hecho ni de afectar el normal desenvolvimiento de la comunidad, encontrando límites infranqueables cuando lesiona derechos de terceros ajenos a la medida. La protesta o huelga no constituye causa de justificación de delitos ni excluye la antijuridicidad de conductas que lesionan directamente bienes jurídicos de terceros. La doctrina penal ha sido clara en este punto”.

La jueza también citó jurisprudencia y mencionó el caso de Estela del Valle Juárez, docente y secretaria general de la Regional Suroeste de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut (ATECh), que participó en cortes de rutas por un conflicto salarial que estalló en su provincia en 2019 y cuya condena a tres meses de prisión en suspenso por “entorpecimiento del transporte” fue ratificada por la Corte Suprema en abril de este año.

A partir de la presentación de estos fundamentos, el equipo legal que defiende a los docentes tiene un plazo de diez para presentar una recurso de casación, lo cual es prácticamente un hecho ya que a apenas conocida la sentencia del miércoles pasado adelantaron que “apelaremos el fallo y de ser necesario insistiremos hasta llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN)”.

El fallo dictado por la jueza Leiva dispone 10 meses de prisión en suspenso para Mónica Gurina y 8 meses de prisión en suspenso para Leandro Sánchez, además de 8 horas mensuales de tareas comunitarias.

En las escalinatas del Palacio de Justicia los docentes volvieron a recibir el acompañamiento y el apoyo de sus compañeros.

Acampe docente: condenan a Gurina y Sánchez por desobediencia y corte de calle

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Judiciales

Desestiman otra autoincriminación en el caso Schoenfisch y pasan a los alegatos

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Tal como lo hizo un mes atrás, el ex intendente de Santiago de Liniers, Arnoldo Schoenfisch (67) volvió a autoincriminarse ante el tribunal que juzga a su hijo Pablo (23), acusado de un ataque parricida que ocasionó la muerte de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su padre, quien ahora pretende responsabilizarse por el hecho para favorecer al imputado.

Es la tercera vez que insiste en la versión autoincriminatoria. Primero lo hizo con un declaración jurada vertida ante escribano público en diciembre de 2024, luego hizo lo propio en el inicio del debate oral que conducir a su hijo a una pena de prisión perpetua y lo repitió hoy.

Esta situación obligó que el comienzo del debate quede stand by hasta que sus declaraciones sean analizadas por la fiscalía de instrucción, cuyas autoridades finalmente desestimaron la versión y eso permitió que el juicio se reanude, pero Schoenfisch padre hoy volvió a declarar: “Discutimos, la maté y luego me quise suicidar”.

El magistrado Atilio León, integrante del tribunal que preside Adriana Andino y completa Javier Jourdan (subrogante), pidió “suspender definitivamente” el juicio debido “al alto riesgo para la validez del proceso” que representaba el hecho de continuar interrogando a un testigo que pedía ser imputado.

Sin embargo, por mayoría, con los votos de Andino y Jourdan, el debate prosiguió y la declaración continuó en los mismos términos, instancia en la que el fiscal Federico Rodríguez solicitó que Schoenfisch sea investigado por falso testimonio, tal como lo hizo con un hermano suyo, Rubén Schoenfisch, que incluso fue detenido al finalizar la audiencia. 

Para el fiscal, el testigo continúa siendo parte de un “esquema defensivo” donde busca adjudicarse el hecho para favorecer a su hijo con un versión “imposible de acreditar”.

En ese sentido, marcó las contradicciones expuestas por Schoenfisch, que en etapa de instrucción formuló expresiones completamente diferentes a las vertidas en el juicio e incluso negó las declaraciones dadas por al menos otros tres testigos que comprometen la situación del imputado.

Hace unos días me enteré que acá estaban diciendo que yo dije, ‘que esto hizo Pablo’. Eso es mentira. Yo nunca le mencioné a él. Hay dos o tres que dijeron eso y eso es una mentira. Lo digo francamente. La mentira tiene patas cortas. Eso me indigna”, lanzó hoy en referencia a los testimonios de Lucas Szumkoski y Miguel Ángel Szumkoski, hijos de Antúnez y hermanastros del imputado.

Schoenfisch padre también negó que a su hijo le hubieran “cortado” la entrega de dinero y el uso de vehículos como castigo a su mal comportamiento. También minimizó discusiones.

Después de su testimonio, pasaron a declarar dos licenciados en criminalística, quienes repasaron las pericias realizadas en el caso, las cuales concluyeron que los disparos que recibieron ambas víctimas fueron efectuadas a corta distancia.

El debate continuará el miércoles, a partir de las 8.30, con la ronda de alegatos. El primero en exponer será el fiscal Rodríguez, mientras que luego lo harán los abogados defensores María Laura Alvarenga y Fabián De Sá.

Juicio y versiones

Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.

La nueva versión expuesta por Arnoldo Schoenfisch, que tras el hecho quedó con ceguera, representa un abrupto giro del caso en relación a lo expuesto en el requerimiento de elevación a juicio formulada por el fiscal Edgar Francisco Doldán y firmada por el magistrado Roberto Saldaña, ex juez de Instrucción Uno de Eldorado.

La hipótesis acusatoria sostiene que en la madrugada del 14 de mayo de 2020, Pablo Schoenfisch atacó a sus padres mientras dormían, efectuándoles disparos a corta distancia. Como consecuencia del hecho, Antúnez perdió la vida y Arnoldo quedó con secuelas permanentes.

Según lo plasmado en ese documento, el acusado mantenía una relación conflictiva con sus padres, motivada por desavenencias y mal comportamiento del muchacho, cuestión que fue ratificada por varios familiares y amigos del imputado al momento de declarar como testigos en la etapa investigativa.

En el transcurso del presente debate, varios testigos ratificaron que el joven mantenía una mala relación con sus padres e incluso recordaron expresiones como deseos de matarlos.

Por ejemplo Gladis Aquino, que era empleada doméstica de la familia y ante los jueces declaró: “Un día Pablo de la nada me dice ‘qué pasaría si mato a mi papá y a mi mamá’. Yo le dije que iba a arruinar su juventud y me dijo que en cualquier momento mataba a su papá y a su mamá”.

Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y una de las primeras personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada, también dio un testimonio revelador: “Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”.

Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida

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