Policiales
Estafa solidaria en Posadas: buscan a la joven que fingió cáncer y a su pareja
La orden de captura se disparó luego de una denuncia de Paola Flores, médica oncóloga del Hospital Madariaga, por la falsificación de su firma. Leticia Zapata y su pareja, Matías Poberezny, están sospechados de una estafa histórica en suelo misionero.
La Policía de Misiones busca por estas horas y de manera incesante a María Leticia Zapata, instrumentadora médica de profesión, oriunda de la localidad de Merlo, provincia de Buenos Aires y a su pareja, Matías Leonel Poberezny, abogado, quienes serían responsables de una estafa por más de 364 mil pesos recaudados a través de una colecta solidaria vía redes sociales.
Según la reconstrucción que por estas horas analizan los investigadores, la pareja de bonaerenses se instaló en suelo misionero a mediados del mes de junio de este año.
La hipótesis primera ubica al dúo en un alquiler temporario de la calle Eugenio Ramírez 819, en el barrio de Villa Sarita de la capital misionera, una propiedad del ex candidato a concejal Fernando Santa Cruz, de la lista de Malena Mazal. Desde allí se habría instrumentado la operación virtual.
Ella, con sus conocimientos médicos tras haber terminado la carrera de instrumentista quirúrgica -según confirmó su hermano en una entrevista con LVM-, consiguió un talonario con el membrete del Parque de la Salud y del Hospital Madariaga y ello construyó un certificado médico que rezaba: “Zapata María Leticia paciente con diagnóstico de cáncer de útero en control. Debe asistir a consultorio de oncología en miércoles 26/8/2020, a las 13 horas. Diagnóstico cáncer”.
El papel membretado concluye con el sello y la firma de la médica oncóloga Paola Flores, quien luego de conocer la maniobra inmediatamente radicó la denuncia en sede policial.
Buscados
La Voz de Misiones pudo saber que la Policía de Misiones rastrea incesante por estas horas los pasos del dúo que, se sospecha, habría perpetrado una estafa histórica en suelo misionero.
En poco más de dos semanas, Zapata abrió perfiles en Facebook e Instagram y, desde allí, presentó una historia que muchos compraron.
La presunta estafadora dijo que tenía cáncer de útero, posteó un certificado (adulterado) y luego se filmó debilitada tras, supuestamente, haber realizado tratamientos como quimioterapia y radioterapia para la dolencia.
Anunció que iniciaba una colecta para recaudar 350 mil pesos que se destinarían a un tratamiento experimental con drogas en el hospital Alemán de la ciudad de Buenos Aires.
En dos cuentas bancarias, logró recaudar más de lo que pedía. Fueron unos 364.432 pesos los que consiguió según el último de sus posteos, antes de desaparecer sin dejar rastros.
En diálogo con La Voz de Misiones, Miguel Zapata, hermano de Leticia, apuntó contra Matías Poberezny, pareja de la mujer: “Nos da miedo que María siga de la mano de este muchacho y que pueda terminar en algo peor”.
En esa línea, el joven relató que Poberezny “dice ser” abogado penalista. “Él se ofreció para hacer el trámite de divorcio de mis papás, que hace mucho años tenían pendiente. A medida que él tramita el divorcio, los estafa, accede a su home banking y le saca préstamos a nombre de mi mamá y papá”, reveló Miguel.
Según explicó el joven, la suma de los préstamos que habría sacado el ahora buscado por la Policía misionera es la misma cantidad por la cual se montó la movida solidaria para tratar el cáncer de Leticia, unos 350 mil pesos.
“Al enterarse mis padres, lo primero que hacen es tratar de contactarse con ellos dos y en ese momento perdemos el contacto total con mi hermana María”, contó el muchacho y agregó que la pareja de Leticia y Poberezny data de unos 4 o 5 años.
Además, Miguel contó que la policía local no le tomó la denuncia por la estafa a sus padres, porque Poberezny habría creado una cuenta bancaria a nombre de Leticia donde el dinero fue transferido, por lo que entienden que los padres hicieron los movimientos bancarios derivando la plata a su hija.
“Y tampoco nos quisieron tomar la denuncia por persona desaparecida, el argumento fue que ella era mayor de edad, hace años que estaba en convivencia con este muchacho y dado que había una estafa en el medio ellos daban por hecho de que mi hermana era cómplice y se había fugado con él”, dijo Zapata a LVM.
La familia no tuvo más contacto con Leticia desde el 21 de marzo de 2021, hasta la semana pasada, cuando una amiga de la joven de 30 años llegó al domicilio de los Zapata para alertar sobre el pedido de ayuda para tratar su cáncer viralizado en las redes sociales.
“Cuando nos enteramos, lo primero que hicimos es desmentir eso, ella no tiene cáncer, ni hijos, sí fue tratada hace muchos años por un quiste en el útero. En la actualidad, no estábamos al tanto de que ella tenga un problema de ese tipo”, sostuvo el hermano de la joven buscada por falsificar la firma de la oncóloga Flores.
Al tomar conocimiento de la exposición a la cual se estaba sometiendo su hermana, Miguel realizó una denuncia en la fiscalía de Morón, en el Ministerio de Seguridad y en el Ministerio de la Mujer.
“Al no avanzar la denuncia por persona desaparecida es cuando decidimos alertar en las redes sociales y terminamos destapando la estafa en los medios de Misiones”, remarcó el joven.
“Nosotros estamos desesperados por encontrarla, dijimos: ‘Este muchacho la va a llevar por otro lado y no la vamos a ver nunca más’, y si la está arrastrando a este tipo de cosas, ¿a qué otra cosa la va a llevar?, estamos desesperados”, enfatizó Miguel.
Policiales
Agente de la PFA salió de Posadas con 14 kilos de cocaína y cayó en Entre Ríos
Un procedimiento de rutina en una ruta provincial se convirtió en un escándalo este lunes cuando agentes de la Dirección General de Prevención y Seguridad Vial de Entre Ríos detuvieron a una oficial en actividad de la Policía Federal Argentina (PFA) que transportaba más de 14 kilos de cocaína ocultos en su vehículo.
La droga, valuado en unos 315 millones de pesos, estaba escondida en los zócalos de un Ford Fiesta Kinetic y apunta a posibles ramificaciones en una red de narcotráfico con vínculos en Misiones y Buenos Aires.
El arresto ocurrió pasadas las 3 de la mañana en el Puesto de Control Vial Paso Cerrito, sobre la ruta nacional 14, en el límite entre Corrientes y Entre Ríos.
La mujer, oriunda de Buenos Aires y de unos 40 años –cuya identidad no fue revelada por razones judiciales–, viajaba sola en sentido sur, desde Posadas (Misiones) hacia San Justo, en el partido de La Matanza.
Durante el control preventivo, un can detector de narcóticos alertó sobre irregularidades en el vehículo. Al inspeccionar los zócalos, los policías extrajeron inicialmente tres paquetes rectangulares con una sustancia blanca que reaccionó positivamente a pruebas químicas de campo.
Posteriormente, hallaron seis envoltorios adicionales, sumando un total de 14 kilos de clorhidrato de cocaína de alta pureza. La oficial, sorprendida en flagrancia, no opuso resistencia y fue esposada en el acto.
Lo que más impacta al caso es el perfil de la detenida: según fuentes judiciales, la mujer había trabajado en la Dirección de Asuntos Internos de la PFA, el área encargada de investigar irregularidades dentro de la propia fuerza.
El diario La Nación añadió que sus colegas en Buenos Aires no tenían conocimiento de sus actividades hasta que la noticia se filtró en las últimas horas.
La jueza federal Analía Ramponi, titular del Juzgado Federal de Concordia, tomó intervención inmediata. La sospechosa fue trasladada a una comisaría en Chajarí, donde permanece detenida a disposición de la Justicia.
Además de la droga y el auto, se incautaron elementos vinculados al caso, como teléfonos y documentación. El procedimiento derivó en tres allanamientos simultáneos: dos en Posadas (Misiones) y uno en La Matanza (Buenos Aires), donde se secuestraron más estupefacientes, datos informáticos y se identificaron posibles cómplices en una presunta organización narco.
Policiales
Detuvieron a un policía sospechado de facilitar la fuga de presos en Irigoyen
Un oficial de la Policía de Misiones que habría facilitado la fuga de siete delincuentes que estaban alojados en la comisaría de Bernardo de Irigoyen fue detenido este mediodía y quedó a disposición de la Justicia.
La detención del uniformado se concretó en la sucursal del banco Macro en Irigoyen, donde el implicado cumplía servicio adicional, adelantaron fuentes consultadas.
El sospechoso fue identificado como Mario O., y sería oriundo de San Antonio. Se le secuestró un teléfono celular que será sometido a pericias.
Del procedimiento participaron los propios camaradas del agente, como así también personal de la Secretaría de Apoyo para las Investigaciones Complejas (Saic), cuya intervención se dio a pedido del procurador general Carlos Giménez.
La causa está en manos del fiscal de Instrucción Uno de San Pedro, Francisco Javier Insfrán, y del juez de instrucción de la misma circunscripción judicial, Ariel Belda Palomar, quienes dirigieron y supervisaron las primeras actuaciones del caso.
En paralelo, la Jefatura de Policía dispuso la apertura de un sumario administrativo con intervención de la Dirección Asuntos Internos de la institución.
La fuga se registró el lunes a la madrugada, cuando siete sindicados delincuentes de peligrosidad lograron escapar a través de un boquete realizado en el sector de sanitarios de calabozos de la comisaría de Bernardo de Irigoyen.
Los evadidos fueron Alejandro “Dente” Ramos, Emanuel “Pirata” Krourluch, Daniel Simons, Agustín Morais, Jorge Ojeda, Darío Brítez y Juan José Ferreira Álvez, todos acusados por delitos graves como robos calificados y homicidios.
El hecho motivó un mega operativo policial del cual participaron más de 500 agentes abocados a la búsqueda y en exactamente 48 horas todos fueron recapturados.
Atraparon a los últimos tres fugitivos de la comisaría de Bernardo de Irigoyen
Policiales
Su ex la golpeaba y ahora la hostiga diariamente: “Hace 1 año que tengo miedo”
Lo que comenzó como una amistad y luego se encaminó a un proyecto de familia, se convirtió más tarde en la etapa más oscura de la vida de María José Humeniuk (32). Birlado de dinero, golpes, amedrentamiento, control, persecución y hostigamiento, conforman el listado de hechos que la joven denuncia padecer hace más de un año en manos de un posadeño.
Todo comenzó en 2020, cuando la joven oriunda de Concepción de la Sierra, aunque radicada en Posadas, conoció a Bruno Zapelli (35) e iniciaron un vínculo amoroso que duró unos pocos meses. Pasado un tiempo él reapareció en un momento de vulnerabilidad personal y familiar para ella.
“Salimos un tiempo y después fue como que yo me enganché y él no, entonces terminamos. En el 2022 él vuelve a aparecer en mi vida con un mensaje, y bueno, empezamos a vernos. Y justo mi papá en ese momento entró en coma y estuvo ahí por tres meses y medio”, relató María José durante una entrevista telefónica con La Voz de Misiones, donde contó el calvario que padece y dio detalles de las denuncias radicadas contra su ex.
Lo que en ese momento no percibió fue el escabroso entramado que encarnó esa reaparición: “Recién ahora me cae la ficha porque realmente en ese momento ni me hubiese imaginado. Mi viejo entra en coma y él me dice ‘no, porque vos no podés estar sola, yo me voy a quedar con vos’. De esa manera se fue instalando en mi casa. Yo me había enganchado con él en su momento. Se fue quedando en mi casa y me lo tomé bien, pensé que quería estar conmigo. Se quedó él y su hijo, que en ese momento tenía 4 años. Pasó el tiempo, se fue quedando, mi papá fallece y yo heredo una buena cantidad de dinero”.
María José asegura que era ella quien sostenía la economía del hogar, desde la casa, la vestimenta, alimentos, servicios e incluso se encargaba de acompañar al niño en su ingreso y egreso diario a la escuela. “Él se aprovechó en ese momento. Yo había heredado dinero y con un poco me compré un terreno, que es hoy en día donde está mi casa. Empecé a hacer mi proyecto cuando estaba con él. Era como un proyecto de familia”.
Sin embargo, la asimetría se hacía cada vez más visible en la relación, por lo que ella intentó reordenar las reglas que hacían a la convivencia: “Y empezamos a tener discusiones porque yo le decía, si necesitás dinero yo te doy, poné un emprendimiento, hacé algo -le digo- porque no podés estar todo el día en el gimnasio o tomando sol. Él trabaja dos o tres horas en el Parque del Conocimiento por la mañana y el resto del día está en el gimnasio, caminando o corriendo, vive para su cuerpo, el brillar y parecer”.
En ese sentido, remarcó: “A mí se me estaba haciendo pesado con una criatura, más todos los gastos a costa mía. Yo quería empezar el proyecto de mi casa. Después pasó un tiempo, yo estaba en pleno luto, mi papá ya no estaba y no tengo mamá, me quedé sola en la vida y fue como que empecé a fingir demencia en un montón de aspectos”.
Estando sola y en estado de vulnerabilidad, comenzó a emerger un verdadero tormento: “Un día me doy cuenta, voy a pagar el alquiler y me dice el dueño del departamento que me faltaba dinero. Voy a pagar a mi ingeniero y sucede lo mismo. Yo trabajo en la yerba mate, tengo hoja verde. Y en ese momento empecé a desconfiar de la chica que trabajaba en casa, hasta el día de hoy me siento mal por eso”.
“Pasó el tiempo y empecé a notar que Bruno afrontaba gastos con amigos y había dinero que de repente no existía. Ahí se me prendió la lamparita de que el vago me estaba robando. Cuando fallece mi papá yo me hago cargo de la empresa, es decir que yo tenía una tarjeta de débito yerbatera donde ingresaba todo el dinero. Él me sacaba la tarjeta de débito y yo no sabía cuánto me tenía que ingresar porque no tenía ni idea, fue un año entero de ocupar mi tarjeta de débito, de robarme los dólares que me había dejado mi papá, hasta que yo empecé a encuadrar todo y ese fue el día que le digo, te tenés que ir, vos me estás robando”, repasó.
Fue en ese momento que la violencia en todas sus formas comenzó a hacerse cada vez más evidente. “Entonces él me empieza a insultar y yo no me quedé callada. Le dije de todo, que era un ladrón, que era un vividor, entonces viene y me caga a trompadas”, recordó y remató con énfasis: “Pero me caga a trompadas”.

Fragmento de la primera denuncia presentaba
Comienzan las denuncias
Luego de los golpes recibidos, la joven decidió acudir al padre de Bruno para contar lo que había pasado, fue a la Policía, realizó la denuncia y obtuvo un botón antipánico. Previamente, el agresor sostuvo en sus brazos a la perra que compartían juntos y le advirtió: “Si vos me dejás yo le voy a tirar a la perra por la ventana”.
Y según su relato, la pesadilla parecía no tener final: “A los meses veo que el vago pasa por mi casa, yo le estaba paseando a mi perra y presiono el botón antipánico, llamo a la Policía, pero me dicen ‘no le sacaste una foto, no le hiciste un video, entonces no te podemos tomar la denuncia’”.
Sobre ese momento, recordó: “Me sentí totalmente desprotegida porque yo andaba por la vida tranquila, tenía un botón antipánico. Hoy no salgo más de mi casa, realmente durante estos seis meses no salí más de mi casa porque sabía que nadie me estaba protegiendo”.
Y continuó: “Después pasó el tiempo y me lo empiezo a encontrar en lugares, me saludaba como si nada. Un día le dije, no das más de cara dura. En noviembre del año pasado venció su orden de restricción. La denuncia fue hace un año y medio. Ahora hace un año que venció la orden de restricción, entonces el vago durante todo este año, además de pasar por mi casa, porque yo a mi perra la paseo cuatro veces al día y siempre lo veía pasar como para ver qué estaba haciendo, con quién estaba”.
Pero el hombre no solo deambulaba por su casa, sino que la contactaba telefónicamente: “Antes de esto me llamaba y me decía que estaba enfermo, que le estaban por hacer diálisis por todo el anabólico que se tomó, que se iba a morir, que yo le ayude. Yo como una imbécil fui, le acompañé dos veces al doctor a comienzos de este año”.
Sobre lo que aclaró: “Fueron dos veces que le acompañé al médico porque me llamó llorando y después me llamó tres veces diciendo que se iba a suicidar. En la tercera le dije, yo no puedo ni conmigo, voy a poder con vos. Hacete ver, resolvete hermano, yo estoy yendo a terapia. Estuve encerrada mucho tiempo, llorando, hecha mierda, le digo: yo no te puedo ayudar. Punto. Ahí cortamos relación”.
Sin embargo, el control, la persecución y los cruces frente a su domicilio a altas horas de la noche o de la madrugada continuaron hasta la semana pasada, con escenas de celos cuando observó vehículos “extraños” frente a la casa.
“El jueves antepasado hice una reunión acá con amigos, comimos un asado y esto lo vi en la cámara el otro día. Mi amigo, mi último amigo se fue a las 5.55 y a las 5.56 recibo un mensaje de él. El primero fue eliminado. Después de eso era torrencialmente una lluvia de puteadas. Que vos sos una trola, que ya sé que andas con un pelotudo que tiene un Corola, que te voy a prender fuego la casa, que si te encuentro te voy a romper la nariz, te voy a tirar algo por la cabeza, porque vos sos una reverenda puta”, recordó María José, entre otros insultos recibidos.
Y sumó: “También me dijo ‘ahora me vas a ver más de seguido porque ahora tengo una novia que vive en la esquina de tu casa’ que es mentira, me está vigilando”.

Capturas de chats entre Bruno y María
Presunta complicidad
María acudió al padre de Bruno, a su hermano y a su mejor amigo para alertar sobre la situación e intentar “frenarlo”, lo que fue posible, pero sólo temporalmente.
“Cuando hice la primera denuncia fui a hablar con el juez. Después me entero que Bruno estaba del otro lado de la puerta escuchando y que estaba todo arreglado. Que él no va a caer preso nunca porque tiene contactos”.
“No voy más a la Policía porque no me ayudan, si lo hacen me dan un botón antipánico, pero tampoco sirve si yo no hago nada. El sábado yo estaba esperando a alguien a las 13.30, le abrí el portón y cuando salgo veo que el vago estaba parado en la esquina mirando, parecía un enfermo mental. Tuve tanto miedo que la panza casi se me mueve de la taquicardia. Me quedé helada. Dije, este me va a matar”, relató con temor.
Y lamentó: “Hace un año que tengo miedo. Hace un año que dejé de salir a los bares, dejé de hacer un montón de cosas porque tengo miedo porque sé que a mí nadie me cuida. Hay días que a las 5 de la mañana está afuera. Y así todo el día. Si un día vienen mis amigos y cambiaron el auto, él es capaz de reventarle el auto… Y si decido hacer mi vida le va a matar al tipo… El nivel de manipulación y enfermedad que tiene ese chico nadie está tomando en serio y es un chico que anda por la vida cagándose a trompadas con todo el mundo. Se que muchas de las denuncias son del hermano de su mamá”.
La primera denuncia por violencia familiar fue radicada el 28 de mayo de 2024 en la comisaría Cuarta, en tanto, la segunda fue por amenazas y cuenta con el asesoramiento y acompañamiento del letrado Maximiliano Medina.
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