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Clan Mareco, a juicio el 28 de marzo: asociación ilícita, lavado y contrabando

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El Tribunal Oral Federal (TOF) de Posadas fijó para el 28 de marzo el inicio de las audiencias en el que tres integrantes del denominado Clan Mareco de Jardín América serán juzgados por lavado de activos de origen delictivo -entre otros delitos- y será la primera vez que un expediente bajo esta calificación se ventile en debate oral y público en la historia de la provincia de Misiones.

De acuerdo a la información recaba por La Voz de Misiones, los imputados en esta extensa y compleja causa son Ramona Beatriz Mareco (46), su esposo Darío Enrique Podeley (43) y Marcelo Darío Villalba (39), que es cuñado de la mujer.

Además, hay un cuarto involucrado, Jorge Rafael Mareco, uno de los sindicados cabecillas de la organización familiar, pero que permanece en condición de prófugo y cuenta con un pedido de captura internacional en su contra.

Los implicados enfrentan acusaciones por asociación ilícita, encubrimiento de contrabando y lavado de activos, dado que -de acuerdo a la investigación de la Justicia Federal- de manera organizada se encargaron de ingresar mercadería extranjera de contrabando, sacar rédito económico de ello a través de su venta en territorio argentino y luego reintroducir ese dinero de origen delictivo en el circuito financiero legal a partir de la compra de vehículos, propiedades o emprendimientos a través de distintas maniobras de lavado.

A esas acusaciones deberán responder desde el banquillo del TOF de Posadas, ubicado sobre la calle Félix de Azara, a partir del próximo 28 de marzo. En el debate participará la fiscal Vivian Barbosa como representante del Ministerio Público Fiscal.

Los imputados tienen la posibilidad de evitar la exposición pública que representa enfrentar el proceso oral, aunque para ello deberán llegar a un acuerdo de juicio abreviado con la Fiscalía y la condición para ello es admitir sus responsabilidades en los delitos atribuidos.

La investigación

El accionar del Clan Mareco era prácticamente un secreto a voces en Jardín América y localidades aledañas, pero un tiroteo con la Policía los terminó de dejar al descubierto.

Ese hecho ocurrió el 13 de enero de 2016. El involucrado fue Joaquín Mareco -hermano de Jorge y Ramona-, que esa tarde circulaba en una camioneta Ford Eco Sport repleta de cigarrillos de contrabando en cercanías de Colonia Oasis y al cruzarse con un móvil de la Unidad Regional IX abrió fuego para evadir el procedimiento.

Después de esa balacera, el menor de los Mareco permaneció prófugo varios meses hasta que finalmente se entregó y posteriormente fue condenado a 4 años y 1 mes de prisión tras la firma un acuerdo de juicio abreviado, que fue homologado por el TOF de Posadas en 2019.

Sin embargo, la investigación no se detuvo en él, ni en ese hecho puntual registrado en Oasis, sino que avanzó hacia todo el grupo familiar, que funcionaba bajo la estructura de un “clan” y contaba con una organización en la que había líderes, segundas líneas de confianza, transportistas, campanas e integrantes de diversas fuerzas de seguridad comprados a cambio de información.

La pesquisa trazada por investigadores de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) reconstruyó que la familia se encargaba de obtener cargas de cigarrillos provenientes de Capitán Meza y otras localidades paraguayas del departamento de Itapúa, ingresarlas a la provincia a través de puertos clandestinos ubicados a la vera del río Paraná y luego distribuirlas por las rutas 7 y 8 -principalmente- hacia distintas ciudades  de Misiones e incluso cruzarlas a Brasil.

Estimaciones realizadas durante los procedimientos ejecutados entre 2016 y 2017 señalaban que, sólo con el contrabando de cigarrillo, la banda alcanzaba a obtener ganancias de 700.000 pesos por semana.

En los operativos, ejecutados en distintas ocasiones, en diversas propiedades y a manos de varias fuerzas de seguridad, los investigadores incautaron una innumerable cantidad de pruebas, desde cajas de cigarrillo, vehículos con pedidos de secuestro por robo, neumáticos de contrabando, armas de fuego y libros con anotaciones contables.

En el expediente también constan intervenciones telefónicas que podrían constituirse como elementos clave, dado que en las escuchas los implicados aparecen pautando las compras de las mercaderías de contrabando, organizando la logística de los traslados, acordando lugares de acopio y evidenciando nexos con uniformados corrompidos que alertaban sobre procedimientos en sus contra.

Ejemplo de ello puede ser la desgravación de una intercepción telefónica con fecha del 10 de noviembre de 2016, donde la mujer se comunica con Marcelo Villalba y el diálogo es el siguiente:

Ramona: “Vos no leíste los mensajes de Jorge”

Villalba: “No”

Ramona: “Urgente mandaron a avisar que tres de las casas se van a allanar. Yo necesito que Darío venga para sacar las gomas”.

Villalba: “Ahí ya vamos”

Ramona: “Dale yo voy hasta el local, allá voy a guardar mi plata y mi cuaderno y eso”.

Ese día Ramona acabó detenida. Y, según confío una alta fuente consultada por LVM, esa escucha puede ser una de las pruebas más importantes de todas, ya que la totalidad de los imputados aparecen mencionados.

Lavado

En medio de todo el seguimiento, los investigadores también constataron que ninguno de los implicados registraba una actividad lucrativa lícita pero, en contrapartida, tenían un nivel de vida ostentoso.

Fue así que avanzaron hacia la posible existencia del delito de lavado activos y en ese camino continuaron encontrando pruebas.

Según se pudo establecer, con el dinero proveniente del contrabando, el grupo adquiría vehículos, propiedades o emprendimientos, en muchas ocasiones utilizando el nombre de terceros que luego tramitaban autorizaciones de manejo -en el caso de los rodados- para los involucrados.

En esa línea, se determinó, por ejemplo, que para el lavado de activos Ramona Mareco presuntamente utilizaba una tienda de ropa con el nombre de fantasía “Bendita”, en tanto que Villalba hacía lo propio en una gomería llamada “Neumáticos La Ruta”, donde incluso comercializaban cubiertas traídas de contrabando. Bajo la lupa también aparecieron un autoservicio y un salón de eventos.

Los procedimientos contra la banda -relacionados a este expediente que se desprendió de la causa inicial contra Joaquín Mareco- comenzaron el 10 de noviembre de 2016. La primera en ser detenida fue Ramona Mareco; luego cayó Marcelo Villalba, el 7 de mayo de 2017; y, por último, fue capturado Podeley el 4 de septiembre de 2019.

La investigación fue impulsada por la Fiscalía Federal de Oberá, a cargo de Viviana Vallejos, que a fines de 2019 formuló el requerimiento de elevación a juicio del expediente y el Juzgado Federal de esa misma circunscripción judicial estampó la firma necesaria.

La causa ya estaba lista para ventilarse en debate oral en 2020, pero la pandemia conspiró contra lo planificado y obligó a reprogramar todas las actividades previstas por el Tribunal.

Ahora, finalmente, está todo listo y el 28 de marzo es el día elegido para que los integrantes del clan ocupen un lugar en el banquillo de los acusados del TOF de Posadas y respondan ante la Justicia por los delitos que presuntamente cometieron.

Policiales

Chocaron tres autos en el ingreso al centro de Posadas: dos heridos

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Esta mañana al menos dos personas resultaron lesionadas luego de que colisionaran un Toyota Corolla, un Suzuki Fun y un Volkswagen Fox, que se encontraba estacionado con ocupantes a bordo, en la intersección de la avenida Roque Pérez y calle Ayacucho.

El hecho se registró alrededor de las 7:30, cuando por motivos que se investigan, el Toyota Corolla, conducido por Rodolfo B. (58), intentaba ingresar a la avenida Roque Pérez cuando impactó con el Suzuki Fun, al mando de Ana S. (41), quien viajaba acompañada de su hijo de 8 años, cuyo automóvil volcó.

A raíz del primer impacto, el Toyota terminó chocando a un Volkswagen Fox, propiedad de Cristian C. (38), quien se encontraba en el interior del rodado junto a su hijo de 6.

Como consecuencia del impacto, los ocupantes del Suzuki resultaron lesionados, al igual que el menor que se hallaba dentro del Volkswagen. Todos fueron asistidos y trasladados en ambulancia al hospital Madariaga para su evaluación médica.

En el lugar trabaja personal de la Dirección General de Policía Científica, mientras que se solicitó la intervención del médico y bioquímico policial en el nosocomio de referencia. Las pericias continuarán para establecer la mecánica precisa del siniestro.

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Judiciales

Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida

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Pablo Schoenfisch

Tras una nueva desestimación de la declaración autoincriminatoria de su padre, esta mañana se reanudó al juicio contra Pablo Schoenfisch (23), jornada que incorporó las primeras testimoniales, entre ellas la de un hermano del sospechoso, quien apuntó al acusado como autor del ataque parricida que acabó con la vida de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su progenitor Arnoldo (67), ex intendente de Santiago de Liniers.

Fueron cinco las testimoniales recibidas hoy por el Tribunal Penal Uno de Eldorado, todas ellas reveladoras para la hipótesis del caso que maneja la fiscalía, pero la de mayor emotividad fue la de Lucas Szumkoski (35), medio hermano del acusado, hijo de la mujer fallecida e hijastro del hombre baleado.

Entre lágrimas, el testigo no dudó en apuntar contra su hermano y en ratificar todo lo que declaró durante la etapa investigativa.

“Nunca imaginé que iba a ser él”

Szumkoski fue quien durante aquella madrugada del 14 de mayo de 2020 trasladó a ambas víctimas en su camioneta desde la casa familiar de Santiago de Liniers hasta el hospital Samic de Eldorado, donde se constató el deceso de su madre como consecuencia de un balazo en la cabeza y las graves lesiones que dejaron con secuelas de por vida a su padrastro por una lesión similar. 

A diferencia de la versión trazada por su padrastro la semana pasada cuando efectuó una declaración autoincriminatoria para desligar al imputado del caso, Szumkoski robusteció las sospechas que giran contra Pablo.

Nunca me imaginé que iba a ser él. Fui a la comisaría al día siguiente y le dije ‘sabes lo que hiciste’, mataste a tu mamá y a tu papá y él me dijo “sí”. Ahí le dije que no iba a ir al velorio de su mamá. Ahí ya la Policía me sacó para afuera. Yo siempre le defendí, decía que no podía ser. Pero mi hermanito le dio”, señaló mientras miraba al imputado y lo señalaba con el dedo.

Szumkoski también recordó una conversación que tuvo con su padrastro tiempo después del hecho: “Estaba mi primo René también. Yo le decía que siempre peleé por mi hermanito chiquitito. Ahí él (por Arnoldo) me dice ‘mirá como me dejó y vos le defendés’. Yo decía que él no era, pero me dijo: ‘Vos te vas a arrodillar ahí y te va sacar la cabeza de un tiro. Si a mí me dejó ciego, a vos te va a matar’”.

El joven describió a su hermano preso como “malcriado” y “vago como cualquier gurisada”, al tiempo que confirmó que el sospechoso sabía manipular armas de fuego. “Él siempre andaba tirando por ahí, a las palomas”, dijo.

El policía Patiño Benítez también arrojó declaraciones relevadoras.

“Pablito hizo cagada”

Otra de las testigos que compareció para la reanudación del debate oral fue Margarita Radke, una de las primeras personas en llegar al lugar para asistir a Arnoldo Schoenfisch tras sus gritos de auxilio.

A diferencia de su pareja Alberto -hermano de Arnoldo-, la mujer ratificó que en esos primeros minutos del caso el ex intendente atacado respondía que “Pablito hizo cagada” cuando le consultaban sobre qué había sucedido.

Esa misma expresión fue oída por Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y otra de las personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada.

“Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”, recordó la muchacha que además hacía tareas de limpieza en la casa de la abuela del imputado.

Justamente, trabajando en esa vivienda, ubicada en la misma propiedad donde ocurrió el hecho, Padilla encontró un guante oculto en una gaveta instalada en la habitación donde Pablo Schoenfisch durmió la noche del crimen.

La hipótesis acusatoria sostiene que ese guante fue utilizado por el imputado para disparar y no dejar marcas en el revólver calibre 38 utilizado como arma homicida.

“Fui a buscar una cortina a un baúl que estaba cerca de la cama. Cuando abrí estaba cortina y cuando saco veo un par de guantes, una bufanda y una gorra. Me pareció raro porque eso nunca estuvo ahí. Cuando lo comenté me dijeron que llame a la Policía”, reconstruyó Padilla, quien ante la consulta del fiscal Federico Rodríguez reconoció que “eran de Pablo. Era la gorra y la bufanda habitual que siempre utilizaba en invierno”.

Tanto Padilla como Radke además manifestaron que la relación entre el imputado y sus padres se había tornada complicada, con varias actitudes agresivas por parte del joven hacia la pareja. Los conflictos se habrían acrecentado en los últimos meses cuando Antúnez y Schoenfisch padre le “recortaron” a su hijo el uso de un cuatriciclo, del celular y la entrega de dinero. 

“La relación de ellos ya estaba bastante pasada. Pablo estaba bastante testarudo. No quería estudiar, le mandaban a hacer algo y Pablo les mandaba a la mierda. Vivían discutiendo”, declaró Padilla.

“Gotas de sangre”

El quinto testigo tampoco pasó desapercibido. El subcomisario Raúl Bernardino Patiño Benítez era subjefe de la comisaría de Santiago de Liniers al momento del hecho y su accionar su clave para orientar las sospechas hacia un ataque parricida como principal hipótesis del caso.

Patiño Benitez declaró que a las 4.15 fue alertado del hecho por Szumkoski y que minutos antes de las 5 ya estuvo en el lugar, donde ordenó resguardar la escena, aguardar a criminalística e iniciar las averiguaciones.

En ese marco, sostuvo que al amanecer, cerca de las 8, tuvo su primer contacto con Pablo Schoenfisch. Cuando lo veo le saco hacia la calle para hablar. Le pregunto por qué no estaba en la casa si él vivía con los padres y dijo que estaba en la casa de su abuela. Ahí me dijo ‘ yo entré y vi que mi mamá estaba tirada en la cama, muerta, y mi papá recostado contra un ropero, para mí estaba muerto también’. Le pregunté qué más hizo y me dijo que salió no más y se fue a la casa de abuela a dormir. Me pareció muy extraño, estaba despreocupado totalmente”, reconstruyó Patiño Benítez sobre aquel diálogo.

El testigo además señaló que mientras conversaba con el joven advirtió que en su pantalón habían “gotitas de color a sangre”, ante lo cual decidió cortar el diálogo y mantenerlo bajo una “vigilancia discreta” hasta que el juzgado ordenó una requisa para incautar esas prendas en la comisaría, lugar donde posteriormente quedó detenido y desde ese día nunca más recuperó la libertad.

Pablo Schoenfisch volvió a pasar frente al tribunal y acusó que todas las declaraciones en su contra eran mentira.

Defensa

Después de escuchar todas las declaraciones en su contra, Pablo Schoenfisch volvió a pedir la palabra para una ampliación de declaración, aunque no respondió preguntas y solo se limitó a responder las acusaciones.

Para él, todos los testigos de la jornada efectuaron “un falso testimonio” hacia él, incluso mencionó que las palabras de su hermano eran “mentira”. “Me están acusado de un delito que jamás cometí”, expresó.

Tras esa breve declaración, el tribunal presidido por la magistrada Adriana Andino e integrado por Atilio León y Javier Jourdan (subrogante), pasaron un cuarto intermedio hasta mañana a las 8.30 para continuar con más testimoniales.

La defensa del imputado, encabezada por los letrados Fabián De Sá y María Laura Alvarenga, solicitaron que el padre del imputado vuelva a ser citado para continuar con la declaración que había iniciado la semana pasada y fue suspendida para que se investigue su autoincriminación.

Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.

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Judiciales

Pericia descarta “fenómenos alucinatorios” en detenido por femicidio de Medina

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Una pericia psicológica efectuada sobre el único acusado del femicidio de la enfermera Elvira Irene Medina (61), registrado a fines de septiembre en Puerto Esperanza, descarta patologías de salud mental que configuren una posible inimputabilidad y la causa ahora avanza hacia el dictado de la prisión preventiva.

De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas por La Voz de Misiones, el informe psicológico concluye que el detenido identificado como Andrés Darío Garcete (45) no presenta “fenómenos alucinatorios” ni tampoco se observan “ideas de tipo delirantes” o “tendencia al pensamiento mágico”.

Otro punto clave del estudio señala que el imputado es capaz de “comprender y conducir sus actos”, como así también para comprender y adherirse a las normas y leyes sociales.

La pericia fue incorporada al expediente que dirige el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, que continúa recabando elementos para avanzar en el dictado de la prisión preventiva. Garcete está imputado por femicidio, figura que prevé una pena de prisión perpetua.

Enfermera asesinada en Esperanza sufrió un traumatismo facial gravísimo

Irene Medina era enfermera y cuidaba al padre del sospechoso.

El caso

El femicidio de la enfermera Medina se descubrió el 26 de septiembre, cuando la Policía salió a buscarla tras permanecer desaparecida desde las 15 de ese mismo y finalmente la encontró sin vida en un baldío contiguo a la vivienda de un adulto mayor al que cuidaba hace aproximadamente un mes.

Justamente, el hijo de ese paciente que Medina atendía es el hombre que ahora aparece como sospechoso. Cuando la Policía llegó a su casa Garcete se mostró nervioso, reticente y exhibía rasguños tanto en la cara como en el cuello.

Dentro de la vivienda más tarde encontraron pelos, un bolso con elementos de primeros auxilios y un trofeo de fútbol con manchas que podrían ser de sangre. Todo fue incautado, al igual que un escurridor y varios trapos de piso ante la posibilidad de que el lugar haya sido limpiado antes de la llegada de la Policía.

La búsqueda de Medina se inició cuando una de sus hijas se preocupó por su paradero. Es que la mujer salió de su casa a las 15 de ese viernes con destino a su trabajo en el barrio Villa Nueva, pero nunca regresó ni respondió llamadas o mensajes de texto.

La autopsia estableció que la víctima murió como consecuencia de una fractura de vértebra cervical. También tenía un traumatismo facial gravísimo que le ocasionó rotura de huesos de la cara. El crimen fue cometido a golpes.

Garcete quedó detenido esa misma noche y días después declaró ante la Justicia, instancia en la que admitió haber estado drogado con crack y no recordar nada sobre lo sucedido ese día.

Femicidio en Esperanza: enfermera fue a trabajar y la asesinaron a golpes

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