Nuestras Redes

Opinión

Sobre la crisis de la abogacía y la yerba mate en Misiones

Publicado

el

Por:  Héctor Julio Franco

@hectorjfranco71

En la provincia de Misiones, dos sectores fundamentales enfrentan una crisis estructural que pone en jaque su viabilidad económica: los pequeños productores yerbateros y los abogados. Aunque en apariencia pertenecen a mundos diferentes, comparten una problemática común: un mercado saturado y la urgente necesidad de reconversión. Sin embargo, mientras los productores de yerba han dependido tradicionalmente de la intervención del Estado para fijar un precio mínimo de la hoja verde, actualmente el INYM ha desregulado el precio, llevando al sector a una crisis aún mayor. Por otro lado, los abogados deben sobrevivir en un mercado donde, aunque existen honorarios mínimos regulados, la sobreoferta hace que nadie los respete y muchos ni siquiera lleguen a ganar el 50% de la canasta básica, a pesar de haber realizado una gran inversión en tiempo y educación universitaria.

Esto plantea una pregunta fundamental: ¿Por qué el Estado debe garantizar un precio para los yerbateros y no garantiza y regula eficazmente la situación de los abogados?

Dos sectores en crisis

  1. Los 12.000 pequeños productores yerbateros

La producción yerbatera en Misiones es dominada por miles de pequeños productores que enfrentan un escenario desafiante:

Sobreproducción: el mercado está saturado de materia prima, lo que reduce los precios que reciben los productores.

Desregulación del INYM: la eliminación del precio mínimo de la hoja verde ha dejado a los pequeños productores en una posición de debilidad frente a los grandes molinos.

Falta de reconversión: muchos productores siguen con métodos tradicionales y no diversifican su producción, limitando su rentabilidad.

Ante este panorama, los yerbateros han dependido históricamente de la intervención estatal, pero ahora se ven obligados a buscar alternativas para sostenerse sin ese respaldo.

  1. Los 5.000 abogados matriculados (y muchos más sin matricularse)

El mundo de la abogacía en Misiones no es muy distinto:

Saturación del mercado: hay más abogados que demanda de servicios legales, lo que provoca una caída en los honorarios. Según el presidente del colegio de abogados de Misiones, juran entre 300 y 400 nuevos abogados anualmente. Existen más de 3500 abogados activos que luchan por sobrevivir. Cinco centros de Estudios universitarios locales, más la posibilidad de estudio online son también el fundamento de tamaña saturación de la que pocos hablan.

Regulación ineficaz: si bien existen honorarios mínimos establecidos, nadie los respeta debido a la sobreoferta, lo que hace que muchos abogados cobren por debajo de los valores recomendados.

Precarización: muchos abogados no logran ganar ni siquiera el equivalente a una canasta básica y deben buscar otras ocupaciones. Un abogado junior si es que consigue trabajo, gana en promedio menos de $ 500.000 mensuales.

Necesidad de reconversión: el avance de la inteligencia artificial y la automatización amenaza con eliminar gran parte de las tareas rutinarias del derecho, dejando sin empleo a miles de abogados que no se adapten a las nuevas tendencias.

¿Por qué el Estado debe protege a los yerbateros y no a los abogados?

Esta pregunta, que obviamente tiene un tinte sarcástico pone en sobre salto que un sector en crisis no es más importante que otro para acaparar las políticas del Estado.

La gran contradicción es que el Estado ha intervenido históricamente para proteger la rentabilidad de los yerbateros, pero deja a los abogados librados a su suerte. Si el argumento del sector yerbatero es que necesitan que artificiosamente se fije un precio por encima de lo que establece el libre mercado, es porque no es eficiente y por eso necesitan regulación, podría decirse lo mismo de la abogacía. Un abogado desde que comienza a percibir honorarios tiene toda la carga tributaria nacional y provincial, gastos fijos ineludibles como lo tendría un productor; pero si hiciéramos una reflexión objetiva deberíamos concluir que existen muchos otros sectores económicos que son invisibilizados y que tienen el mismo derecho a ser tenidos en cuenta.

Preguntas clave:

¿Por qué los yerbateros pueden exigir un precio mínimo mientras que los abogados deben competir libremente?

¿Por qué el Estado debería garantizar la rentabilidad de un sector y no del otro?

¿No debería fomentarse la reconversión en ambos casos en lugar de sostener artificialmente a uno de ellos?

Si se argumenta que la yerba mate es un sector estratégico para Misiones, también podría decirse que una justicia eficiente y accesible también lo es.

La solución: reconversión y adaptación

La verdadera salida para ambos sectores no es una regulación arbitraria, sino un proceso de modernización y diversificación.

Para los yerbateros:

  • Incorporar tecnología para mejorar la productividad. (tokenización de su producto)
  • Agregar valor con productos derivados en lugar de depender sólo de la venta de hoja verde y/o combinar la producción con otros usos y cultivos.
  • Explorar nuevos mercados y canales de comercialización. (mercado de futuros)
  • Aprender nuevas habilidades y modelos de negocio para independizarse de los grandes molinos.

Para los abogados:

  • Especializarse en nichos donde la IA no pueda reemplazarlos (derecho penal, ambiental, corporativo, tecnología).
  • Integrar herramientas digitales en su práctica para ser más eficientes y competitivos.
  • Adaptarse a un modelo de negocio más innovador, como asesoría online y suscripciones legales.
  • Aprender nuevas habilidades fuera del derecho tradicional, explorando alternativas dentro del ámbito legal y otras profesiones complementarias.
  • Dejar de promover la carrera atento que lo único que hace es generar sub desocupados.

Tanto los abogados como los yerbateros enfrentan una crisis de sobreoferta que pone en riesgo su futuro. Sin embargo, mientras que los yerbateros han dependido del Estado para sostener su actividad, la abogacía ha quedado atrapada en un mercado donde la sobreoferta destruye los honorarios mínimos. Esto pone en debate hasta dónde debe llegar la intervención estatal y si la solución no pasa más bien por fomentar la reconversión productiva y de servicios en ambos sectores.

La clave no está en pedirle al Estado que sostenga mercados saturados, sino en que cada sector se adapte a las nuevas realidades. En una economía moderna, sobrevivirán aquellos que innoven y sepan evolucionar. Lo que antaño era una actividad eficiente hoy en o en el futuro puede no serlo si se sigue haciendo de la misma manera y en las mismas condiciones.

En todo caso, la responsabilidad del Estado está en sincerar el diagnóstico y dejar de buscar la solución rápida que solo es un parche, sino explorar de una vez por todas soluciones de fondo y que sirvan para los próximos 50 años. ¿Están el Estado, los yerbateros y los abogados listos para ese desafío?

 

*Abogado. Jefe de la Agencia Territorial de la Secretaria de Trabajo, Empleo y Seguridad Social, dependiente del Ministerio de Capital Humano de la Nación.

Publicidad

Opinión

Pensar desde acá, actuar hacia allá

Publicado

el

Por: Micaela Gacek.

@MicaelaGacek

En estos días que corren la sociedad misionera ya no necesita dirigentes que se escondan cuando las cosas se complican. Necesita líderes que caminen con la cabeza alta en las buenas y en las malas. Que vuelvan a mirar a la gente a los ojos. Que se animen a reconocer errores y tengan el coraje de corregir el rumbo antes de que sea demasiado tarde.

Creo en un liberalismo misionero. No importado ni copiado. Un proyecto local, con centro en el ser humano, que se construye desde abajo hacia arriba. De acá para allá, no de allá para acá. Porque cuando las soluciones se piensan desde lejos, lo que está cerca se rompe.

Quiero un Estado suficiente. Lo justo y necesario. No para controlar la vida de las personas, sino para garantizar lo que verdaderamente importa: salud de calidad, educación de excelencia y una seguridad que proteja sin abusos. Eso no es lujo. Es dignidad básica.

Representar no es obedecer ciegamente a un gobierno nacional. Representar no es ser funcional a los intereses de turno. Representar es sostener la voz de la provincia con autonomía, con coherencia, con respeto. Y sobre todo, con independencia.

Estoy convencida de que gobernar no es repartir contratos ni acomodar parientes. Gobernar es estar. Escuchar. Caminar con la gente. Decir la verdad. No estar solo cuando hay aplausos, sino también cuando toca enfrentar momentos difíciles.

La política necesita volver a ser humana. Más cerca de la realidad. Más conectada con lo cotidiano, con lo que viven las familias, los jóvenes, los trabajadores, los que emprenden y los que sostienen.

No venimos a imponer. Venimos a proponer.

No creemos en soluciones mágicas. Pero sí en ideas claras.

No queremos representantes obedientes. Queremos representantes presentes.

Este es un camino. No el único. Pero sí el que creemos necesario.

Un camino que parte desde Misiones, con identidad bien nuestra, con respeto por nuestras raíces, por nuestros abuelos que escaparon del caos y encontraron en esta una tierra fértil donde desarrollar su proyecto de vida, y sobre todas las cosas con la convicción de que se puede hacer política de otra manera.

Una manera más humana.

(*) Candidata a diputada nacional del Frente Renovador Neo

 

Seguir Leyendo

Opinión

Una presión fiscal que ahoga: el modelo impositivo misionero está agotado

Publicado

el

 

Ariel “Pepe” Pianesi

@pepepianesi

 

La contracción de la economía y la caída del consumo de alimentos y productos básicos vuelven a poner en agenda el abusivo sistema de tributación que sostiene la gestión renovadora en Misiones.

A la crisis de la yerba mate y la mandioca, ahora se suma el pedido de auxilio del sector forestal, que atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos años. La combinación de baja demanda en el mercado interno y parálisis total del mercado externo deja a esta industria clave en una situación crítica. En un comunicado reciente, AMAYADAP —la asociación que nuclea a empresas del rubro— reclamó medidas urgentes al gobierno provincial, entre ellas, la devolución de saldos a favor en el impuesto a los Ingresos Brutos.

Este es un punto que venimos señalando desde hace mucho tiempo. A pesar de los esfuerzos de la oposición, aún no existe claridad sobre el monto total acumulado en concepto de saldos a favor, aunque se estima que equivale a más de una recaudación fiscal completa de un año. Y lo más grave: no hay señales de voluntad política para devolver esos montos, permitir su compensación o, al menos, eximir de las retenciones automáticas en cuentas bancarias.

Otro aspecto crítico es el de los anticipos impositivos. Si bien el impuesto sobre los Ingresos Brutos se cobra en todas las provincias con tasas similares, muy pocas exigen su pago adelantado. Esta práctica distorsiva afecta profundamente al sector privado: achica el comercio, encarece los productos para el consumidor final y termina desalentando la inversión, el desarrollo y la creación de empleo.

El modelo misionero llega a extremos que no se ven en otras jurisdicciones. Un ejemplo es la retención del 8% sobre rendimientos de inversiones bursátiles, como los plazos fijos. Es decir, si un ciudadano busca cubrirse de la inflación invirtiendo su dinero, la Agencia Tributaria de Misiones le cobra no una, sino dos veces: al ingresar el dinero a su cuenta, y luego sobre las ganancias obtenidas. Todo esto, a pesar de que la Comisión Arbitral ha señalado que esa retención es ilegal.

Y como si todo esto fuera poco, el sistema se completa con una verdadera aduana interna, que obstaculiza el libre comercio dentro del país, castiga a las empresas locales y expulsa inversiones hacia provincias vecinas o incluso hacia Paraguay. Son muchas las empresas que abandonaron Misiones o dejaron de operar con ella por considerar que la carga impositiva supera la rentabilidad.

Este modelo fiscal, basado en una recaudación insaciable para sostener una caja electoral inédita en el país, está agotado. Es urgente rediscutir la matriz impositiva y avanzar hacia un sistema que premie a quienes invierten, generan empleo y apuestan por el desarrollo. Misiones tiene todo para ser un polo productivo, comercial y exportador. Pero para eso, necesitamos un régimen impositivo que empuje, no que asfixie.

(*) Diputado Provincial UCR

Seguir Leyendo

Opinión

Entre el berrinche de la adolescencia y la madurez

Publicado

el

Por: Fernando Oz

@F_ortegazabala

Cuando Fernando De la Rúa presentó su renuncia a la presidencia y se montó al helicóptero en diciembre de 2001, el desencanto social con la clase política había alcanzado a todos, sin distinciones partidarias. Todo acabó en otro desastre. Gases, piedras, represión, tiros, heridos y muertos. Los manifestantes buscaban a cuanta cámara o micrófono se les ponía por delante para gritar “que se vayan todos”.

Querían un despertar distinto, con dirigentes políticos enteramente nuevos, no contaminados. Los argentinos querían empezar desde cero, una utopía casi adolescente para un país que había retomado la senda de la democracia dieciocho años antes.

En el país siempre ha habido algún partido joven que, denunciando a la vieja política vigente, anunciaba el advenimiento de una nueva era. Lo hicieron Alem e Yrigoyen contra los conservadores en el radicalismo inicial. También los socialistas y los demócratas progresistas contra los conservadores y los radicales ya convertidos en casta. Lo hizo Perón, la Ucedé de Alsogaray, el Frepaso de Chacho Álvarez y Bordón, el ARI de Carrió, el PRO de Macri. Por diversos motivos, todos los intentos purificadores de la casta de ayer desembocaron en frustración. Y ahora es el turno de La Libertad Avanza de los hermanos Milei.

Los argentinos nos hemos caracterizado por exigir que el cambio, el ideal o lo deseado se alcance de un solo golpe. Todo de la noche a la mañana. Lamento decirlo, pero hemos sido y aún somos culturalmente golpistas. Es que somos impulsivos y el golpismo es propio de los países adolescentes.

Cuando venían Uriburu, Lonardi, Onganía o incluso Videla sobre sus tanques, miles de argentinos aplaudían. Cuando Alfonsín anunciaba que con la democracia se cura, come y educa, millones le creyeron. Cuando Menem habló de la revolución productiva, lo siguieron. ¿Cuántas ilusiones despertó la Alianza? ¿Cuántos confiaron en ese presidente poco conocido que llegaba del sur, desgarbado, con un ojo extraviado y mocasines deslustrados? ¿Y esa nueva centro derecha que inauguró Macri?

Al esperar demasiado de cada cambio, el impulsivo adolescente pasa de la ilusión a la frustración y de ella a una nueva ilusión. Pero, sin que debamos renunciar a la utopía de un mañana perfecto, los argentinos también deberíamos reconciliarnos con la modesta realidad que nos rodea. El realismo de la madurez.

Seamos honestos, ni en el país de los últimos años ni en el bendito Cantón Verde han faltado políticos nuevos. Sucede que cada tanto, como burla malvada del cosmos o de los dioses, la regeneración de dirigentes se profundiza en plazos breves, otras en años, incluso generaciones. Ha ocurrido y seguirá ocurriendo.

En esta sociedad liquida del scroll y del like fácil, el político nuevo enfrenta un problema insoluble. Si viene de fuera del sistema de la política, pronto fracasa por falta de experiencia. Si triunfa, es que supo adquirir experiencia. Pero una vez que la adquirió, ya no es un político nuevo. Es ahí donde aparece el impulso adolescente, el berrinche.

La renovación de la vida política es, por cierto, un objetivo loable, pero debe ser gradual, para darles a los nuevos la ocasión de aprender a aprovechar lo bueno y desechar lo malo de los que están, ya que la política es un arte consumado que no se domina de la noche a la mañana.

En los días y en los meses que nos esperan nuestro desafío no será sólo elegir entre los candidatos a diputados nacionales, sino también el de ver cuánta distancia podemos tomar de las intensas emociones del país. El realismo periférico, que es el que nos compete por ser un Estado de menor injerencia en el concierto nacional, necesita de la madurez. Para los intereses de Misiones un legislador nacional es lo que es para un país una representación diplomática, un defensor de una política de Estado.

Ahora, el Frente Renovador de la Concordia postulará a Oscar Herrera Ahuad como candidato a diputado nacional. Es uno de los políticos con mayor conocimiento público de la provincia y con una imagen positiva que roza el 80%. Para octubre tendrá 54 años, médico pediatra de la salud pública curtido en San Pedro, ex ministro de Salud, vicegobernador y gobernador, y actual presidente de la Legislatura provincial. Un hombre con experiencia, conocimiento del territorio, hecho en esa mística misionerista, producto inacabado de la evolución de la Renovación; de la fuerza política a una instancia de pensamiento político regional en desarrollo.

Para los libertarios de paladar negro el candidato natural es Javier Lanari, nació en Misiones hace 40 años, es periodista y se jacta de ser amigo de Milei desde hace una década, cuando lo sacaba al aire en un programa de Radio Rivadavia. Es ducho y hábil en su ámbito, los medios. No tiene experiencia legislativa ni en cargos públicos, desde diciembre de 2023 trabaja como subsecretario de Comunicación y Medios de la Nación, puesto que le ofreció su ex coequiper radial, Manuel Adorni. Es un activo defensor de las políticas de vaciamiento del Estado, pese a que dos de sus hermanos tienen importantes cargos en el Gobierno, uno en Senasa y otro en Yacyretá.

Por ahora ellos son los principales candidatos de las dos fuerzas políticas más importantes según los datos que arrojó las elecciones del 8 de junio. En el PJ misionero aún no hay nada claro, mientras algunos esperan señales desde el balcón de CFK otros prefieren salir a apoyar a Herrera Ahuad. Habrá que ver que fichas mueve Héctor Cacho Bárbaro, revitalizado diputado provincial electo y viejo aliado del kirchnerismo en la Cámara baja del Congreso. El estado del radicalismo y el PRO sigue siendo delicado, aunque con signos vitales estables.

Habrá que ver qué decisión toman las fuerzas políticas del Cantón, tal vez hayan aprendido la lección del pasado, de ayer nomás, y decidan dejar el berrinche de la adolescencia para ingresar en el mundo acotado de la madurez. Se trata, en resumen, de asumir con sencillez las reglas. De escuchar atentos, serenos, lúcidos, conscientes, las palabras del paso del tiempo que nos susurra lo mortales que somos; como el esclavo que machacaba al oído del general romano diciéndole: “recuerda que sólo eres un hombre”.

Seguir Leyendo
Publicidad

Lo más visto