La Voz de la Gente
Denunció a su ex y no tiene botón antipánico: “No hay sistema para iPhone”




Una joven posadeña asegura que su vida corre peligro ante el constante asedio de su ex pareja, quien rompió la prohibición de acercamiento, al tiempo que no cuenta con el botón antipánico, debido a que “no tenían el sistema para Iphone”.
Los hechos se remontan a comienzos del 2022, cuando María -nombre ficticio para preservar su identidad- inició una relación con el psicólogo Nicolás M., de 26 años.
En conversación telefónica con La Voz de Misiones, la muchacha contó que a los pocos días de haberse mudado juntos a un departamento en Posadas, la actitud del joven cambió radicalmente.
“Quería borrar mi pasado. Se pasaba horas revisando mis seguidores de Instagram, preguntándome quién era tal persona y me hacía dejarlo de seguir”, sostuvo la denunciante sobre las primeras situaciones de violencia que padeció.
Desde ese momento, según relató, el maltrato fue escalando y tomó forma de comentarios descalificantes, insultos, estricto control de su rutina: “Cada 15 minutos tenía que avisarle que estaba bien. Él decía que era para cuidarme”.
María manifestó que la situación le resultó confusa, ya que nunca había vivido algo similar y, por lo tanto, no pudo identificar en qué momento se inició la violencia. Sin embargo, nombró tres momentos clave que la hicieron buscar ayuda para salir del círculo de violencia.
“Miedo”
En ese sentido, la joven recordó que en un viaje que realizó con su pareja a la provincia de Buenos Aires, el psicólogo comenzó a gritar e insultar a una mujer que pasó atrás suyo en un colectivo: “Boliviana de mierda”, soltó, según quien entonces era su novia.
La situación provocó “vergüenza” en la joven, quien al llegar al departamento en el que se quedaban reclamó por la actitud a su pareja.
Nicolás respondió, según expresó la víctima, arrastrándola por el piso, empujándola e insultándola. Por ello, la mujer se resguardó en el baño “hasta que se tranquilizara”, dijo y enfatizó: “Esa vez tuve miedo”.
Invitación violenta
El segundo hecho que marcó a la posadeña fue cuando, “por miedo a una reacción violenta”, le contó a su pareja que un conocido la había invitado a un recital.
Como en el mensaje el amigo la invitaba a ir con su novio, María no esperó que éste reaccionara de mala manera. Sin embargo, ocurrió todo lo contrario.
“Estábamos tomando mate en la cama. Reventó el termo y me revoleó el mate por la cabeza. En ese momento se aleja, y me empieza a tirar utensilios de la cocina, después me ahorca”, expresó.
La joven denunciante explicó que, debido a los antecedentes de gritos y peleas en el departamento, sus vecinos tenían el número de teléfono de sus padres, por lo cual se contactaron con ellos: “Vengan ya, porque la va a matar”, fue el mensaje que enviaron.
“Cuando él se dio cuenta de que fue descubierto, de cierta manera, se comenzó a disculpar”, recordó, sobre cómo pudo salir del lugar.
Sin embargo, según remarcó, “yo estaba tan consumida mentalmente por él, que volví porque me prometía cambiar sus actitudes”.
“Manejaba y me pegaba”
El punto final que impulsó a María a salir del círculo de violencia ocurrió en diciembre de 2022, cuando ambos habían viajado a Brasil juntos después de los festejos de Navidad, el 25 a la madrugada.
“Me hizo manejar sin para, para llegar rápido”, relató y continuó: “Realmente sentí que mi vida corría peligro. Cuando llegamos nos quedamos en la casa de unos amigos cristianos de él”.
La muchacha contó que, una vez en el vecino país, el psicólogo comenzó a ignorarla y, ante el planteo de ella por ese motivo, “la situación se volvió extrema. Me levantó, me encerró en el auto y comenzó a manejar como loco, mientras me pegaba”.
Esta vez, el argumento de Nicolás M. para reaccionar violentamente fue que “le había arruinado las vacaciones, no había forma que yo lo pudiera frenar”.
Ya devuelta en Misiones, María decidió dejar definitivamente esa relación. Su agresor accedió, aunque le pidió que no contará a nadie sobre las situaciones de maltrato: “Cuento con tu silencio”, le dijo el acusado, según expresó la víctima.
Violencia reiterada
La joven continuó relatando que los episodios fueron muchos. En ocasiones, el señalado la encerraba por horas en el departamento que convivían y se llevaba las llaves y su celular.
“Me había querido escapar varias veces”, expresó y detalló que, cada vez que lograba salir del inmueble, Nicolás la volvía a llevar al departamento a las rastras.
En una ocasión, la joven huyó de su vivienda y se refugió en el hogar de sus padres, quienes en ese momento se encontraban de viaje, contó a LVM.
A ese lugar, llegó Nicolás M., quien ante la mirada de la hermana menor de la víctima, la sacó de ahí y la llevó hasta el domicilio nuevamente.
Durante la conversación con este medio, María resaltó en reiteradas veces la “manipulación” emocional que su ex ejercía sobre ella, al punto que consiguió que se aleje de sus amistades y que mantenga una tensa relación con su familia.
Animarse a denunciar
Si bien la muchacha terminó con la relación, debido a eventos y proyectos que tenían en común, en ocasiones se volvió a cruzar con el señalado.
Como hasta ese momento las únicas personas que sabían sobre las agresiones del psicólogo era la familia, María decidió comentar a su entorno sobre lo que sucedía. “No lo hice para exponerlo, sino para que si se presentaba una situación me ayudarán, realmente le tenía miedo”.
También se acercó hasta la universidad privada en la cual trabaja Nicolas M. y le trasladó los hechos a la rectora: “Ella me dijo que no podía hacer nada al respecto”, sostuvo la mujer.
En febrero, María radicó la denuncia contra su expareja ante la Secretaría de Violencia Familiar de Posadas y la Justicia dispuso una prohibición de acercamiento, la cual el joven “rompió al ser notificado sobre la medida. Me mandó una carta para pedirme disculpas”.
Tras denunciar, la joven se aisló por un tiempo, ya que “sentía culpa de haber denunciado, pero siempre que lo cruzaba me daba pánico, tenía ganas de vomitar”.
La posadeña contó a LVM que las situaciones de violencia que vivió durante un año le dejó, además de cicatrices en el cuerpo, miedo y ataques de pánico con frecuencia, al punto que salía de su vivienda solo para ir a trabajar.
Tras alejarse del entorno que mantenía con su ex, de a poco y con ayuda de profesionales, la muchacha volvió a vincularse con sus allegados.
“No tenían el sistema para Iphone”
El último jueves el miedo la volvió a invadir a la joven. Es que ese día fue a un conocido bar de la capital misionera con sus amigos, donde Nicolás M. no “iba porque no le gustaba, nunca quiso ir”, sostuvo.
Y continúo: “Yo no me di cuenta de que estaba ahí. Voy a la barra a comprar y cuando me doy vuelta estaba atrás mío. Entonces salgo a correr hasta la mesa que estaban mis amigos”.
Pese a la restricción de acercamiento, el denunciado permaneció toda la noche en el lugar: “Un amigo se acercó y le pidió que se vaya porque yo realmente estaba mal. Para ellos era extraño porque no sabían todo lo que había pasado”.
Por el miedo a ser agredida nuevamente, la joven se fue del local nocturno y volvió a su hogar.
Desde allí, llamó a la Línea 137, un mecanismo provincial de asistencia y acompañamiento para víctimas de violencia familiar y/o sexual y asesoramiento para el acceso a la justicia.
El operador de la línea la contuvo y le solicitó que la joven radique una nueva denuncia.
Consultada por ese medio si tenía botón antipático, la joven contestó: “Me dijeron que no tenían el sistema para un iPhone, que necesitaba un celular con Android”, por lo cual no cuenta con el mecanismo de alerta.
En ese sentido, cuando la persona no cuenta con el sistema operativo, o bien no cuenta con teléfono móvil, la Justicia le proporciona un botón policial, que se opera de forma manual, pero “no tenían en ese momento”, expresó María, quien indicó que insistirá en obtener la medida.
“Él continúa con su vida impunemente”, dijo a este medio y enfatizó: “A las víctimas nos queda esto, vivir con miedo”.
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Familia mbya perdió todo en incendio y piden materiales para reconstruir su casa

Una familia de la comunidad Tekoa Arandú, ubicada en la localidad de Pozo Azul, se quedó con lo puesto el último sábado, cuando en horas de la tarde su casa se prendió fuego.
Según pudo saber La Voz de Misiones, los integrantes de la familia desconocen el motivo por el cual se iniciaron las llamas, que consumieron por completo la precaria vivienda.
A raíz del accidente, una mamá y sus ocho hijos quedaron sin vivienda y con la muda de ropa que llevaban puesta.
Por el momento, se alojan en la vivienda del mayor de los hijos, pero buscan poder reconstruir su casa.
La Fundación Por la Sonrisa de un Niño, de la localidad de Puerto Esperanza, tomó conocimiento del hecho y decidió iniciar una colecta solidaria para ayudar a los integrantes de la comunidad mbya.
“En este caso el llamado nos toca más de cerca, porque se trata de la hermana de nuestro querido amigo Anselmo Fernández; él es un profesor de Lengua y Literatura, el primero en recibirse de su comunidad y hoy un gran referente”, contó Pamela Mercado, presidenta de la fundación, a LVM.
En esa línea, la activista detalló que las necesidades son muchas, pero apuntan principalmente a reconstruir la casa.
Para ello, apelan a la solidaridad de quienes tengan “maderas o materiales de construcción para donar, ya que afortunadamente cuentan con diez chapas”.
Además, Pamela sostuvo que necesitan ropas, calzados, abrigos para niños desde los meses de vida hasta los 12 años, así como también colchones, útiles, alimentos u otros elementos para la vivienda.
Números para ayudar: Fundación: 3757-528872, Anselmo Fernández: 3751-330853
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Mamá de nena con discapacidad denunció que no se cumple ordenanza de estacionamiento

Patricia Zarza es mamá de una niña de 9 años con discapacidad e integrante de la Fundación Red Federal Familias TEA Misiones.
En una entrevista en vivo con La Voz de Misiones, la mujer denunció que, en Posadas, la Municipalidad no cumple con la ordenanza XVI – 47 del Sistema de Estacionamiento Ordenado.
Dicha disposición establece, en su artículo 20, la obligatoriedad de “reservar el primer espacio de la cuadra como estacionamientos exclusivos para personas con discapacidad y personas mayores de 66 años en el centro de la ciudad”.
En horas de la mañana de hoy, Patricia y su pequeña estacionaron sobre el espacio marcado para las personas con discapacidad sobre la calle San Martín, frente al edificio municipal.
“Quise hacer uso del estacionamiento, para el cual tengo una oblea que me brinda la Municipalidad, que se renueva anualmente con una serie de requisitos”, relató la activista a LVM.
Fue entonces que, mientras estaba estacionando su auto, “la inspectora que estaba hoy a la mañana utilizó su silbato y me dijo: ‘No’”, recordó la posadeña y añadió que le mostró el documento que le permite usar el lugar reservado y “me dice nuevamente: ‘No, es ascenso y descenso’”.
Es que la ordenanza municipal también establece, en su artículo 19, la obligatoriedad de “reservar espacios para uso exclusivo de estacionamiento y ascenso/descenso de personas de movilidad reducida o su acompañante, siempre que se encuentre con la presencia de aquel, en el centro de la ciudad de Posadas, a los fines de favorecer la accesibilidad en el tránsito, estacionamiento y circulación de personas con movilidad reducida”.
Sobre ello, la integrante de la RED TEA enfatizó: “Una cosa es ascenso y descenso, que está bien diferenciado en la ordenanza, y otra cosa es el estacionamiento para personas con discapacidad. Son cosas diferentes, uno no remplaza al otro”.
Asimismo, manifestó que, en varias ocasiones, presentó notas sobre la problemática ante el Ejecutivo municipal: “Nunca hubo una respuesta”, apuntó.
Cambios silenciosos
Patricia sostuvo que en “esta gestión se viene remplazando silenciosamente lo del estacionamiento, que sería que uno puede parar el auto libremente, por estos de ascenso y descenso o de estacionamiento de cinco minutos”.
En esa línea, la posadeña ejemplificó que una persona con discapacidad motriz, “que tenga un auto propio”, y se disponga a realizar un trámite en el edifico comunal no podría hacerlo sin alguien “que le traiga, o pagando estacionamiento”, dijo.
Y continuó: “Justamente se elige estos lugares cerca de las esquinas para una mayor accesibilidad, ya sea de la rampa o de la senda de peatones; ya está determinado que sea este estacionamiento”.
Asimismo, explicó que “por ahí la población que no utiliza estos espacios no nota estos cambios”, sostuvo y agregó: “Nosotros que somos usuarios sí los notamos”.
Por otro lado, Patricia apuntó contra la Dirección de Discapacidad de la comuna: “Estamos en una constante vulneración de derechos, la directora no está a la altura de la circunstancia, solo violenta y justifica la inacción o la vulnerabilidad”.
Y relató: “En la página de la Municipalidad habían sacado un comunicado diciendo que, si no se podía sacar la oblea verde que yo poseo, se podía hacer mediante el símbolo o CUD”.
Sobre ello, la mujer explicó: “La convención de las personas con discapacidad dice expresamente que el Estado debe cuidar todos los datos de las personas con discapacidad, relacionados a lo médico y a la rehabilitación, que son justamente esos datos los que están en el CUD”.
Patricia comentó también que recibió testimonios de padres y madres que fueron multados por los inspectores, pese a que mostraron el Certificado Único de Discapacidad.
Para cerrar, la mujer pidió que los funcionarios municipales escuchen a la comunidad para garantizar los derechos de las personas con discapacidad.
“Nos sentimos totalmente desprotegidos, ya que el intendente Leonardo Stelatto fue reelecto y va seguir con la gente de Movilidad Urbana, que es la raíz de nuestros problemas, o la Dirección de Discapacidad que no nos defiende en ningún sentido, son otros cuatro años sufriendo estos daños, están dañando y perjudicando a las personas con discapacidad y a los padres y son muy violentos”, finalizó.
ORDENANZA XVI - Nº 47 (2)
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Clínica resignará honorarios de operación de la vista de joven posadeña

El Centro Oftalmológico Cataratas resignará los honorarios médicos de la operación que necesita la joven posadeña Melani Espinoza para no perder la visión.
El caso se conoció la semana pasada, luego de que la estudiante de 20 años realizara un posteo en las redes sociales contando su historia y lanzara una campaña para reunir los 700.000 pesos de la cirugía.
Fue así que, desde la clínica, se hicieron eco de su necesidad y decidieron facilitarle el acceso a la intervención.
“Cuando se comunicaron conmigo me largué a llorar; la verdad estoy muy feliz”, contó la joven a La Voz de Misiones, luego de recibir la noticia.
“Por ahí para todos es igual o no a todos les importa, pero para mí es un sueño cumplido”, aseguró y agregó: “No veo la hora de estudiar lo que realmente siempre quise”, se esperanzó la muchacha, quien actualmente estudia Magisterio y desea convertirse en médica.
Desde la clínica iguazuense, el doctor Guillermo Llera indicó que “la idea es tratar de cubrir los honorarios”, al tiempo que agregó que “estamos esperando el presupuesto del anestesista, que es lo único que debería de pagar Melani, además de los insumos”, lo cual significa un peso económico mucho menor a afrontar.
En este sentido, el especialista anunció que la operación se llevará adelante durante la primera semana de julio y consiste en “enderezar un poco el ojo y que pueda estar lo mejor posible”, debido que la muchacha “apenas ve bultos, no ve casi nada”.
Asimismo, como resultado del estrabismo del ojo derecho que sufre la paciente, se debilitó la visión de su ojo izquierdo, por lo cual “puede ser que también se toque en la operación”, explicó Llera.
Llamado a la solidaridad
Al dar a conocer su caso, Melani recordó el momento de su accidente: “Tenía 7 años, mi mamá me estaba llevando a la escuela, salí corriendo y choqué con un poste de cemento; ahí empezaron mis problemas, fue por niña tonta”.
Si bien la joven aseguró, tras perder definitivamente la vista de su ojo derecho en 2020, “ya había perdido las esperanzas y aceptando de a poco que no me iba a poder operar de la vista”, hasta que “en 2023 fui de vuelta al oftalmólogo”.
Fue así que, en ocasión de una consulta realizada en el Centro Oftalmológico Cataratas, “me dijeron que también estoy perdiendo la vista del ojo izquierdo”.
“Me dijeron que podía recuperar la vista, pero no un 100 por ciento, no el total de lo que todos necesitamos”, especificó la posadeña sobre la cirugía a la que deberá someterse.
Por ello, la joven posadeña acudió a la solidaridad de la comunidad para recaudar los fondos que necesita para solventar el gasto, el cual ahora será menor.
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