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20 de septiembre, día del caballo y recuerdo de un viaje imposible

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Caballo

Hoy se conmemora en el país el Día del Caballo, una fecha instituida por ley del Congreso en homenaje a un animal de importancia social, cultural y económica.

La elección de la fecha no es caprichosa. Refiere al 20 de septiembre de 1928, en que el suizo Aimé F. Tschiffely arribó a Nueva York montado en Mancha, uno de los dos equinos con quienes había cabalgado desde Buenos Aires.

Los primeros caballos entraron a territorio argentino con los conquistadores españoles. No eran animales seleccionados para la reproducción, sino rústicos y valientes usados en España para el trabajo.

Cuando Pedro de Mendoza abandonó Buenos Aires obligado por la guerra con los pueblos indígenas, debió dejar los caballos, que una vez libres se reprodujeron prodigiosamente.

A partir de allí, fueron poco a poco siendo incorporados a la vida de la época. Los utilizaban los pueblos indígenas, los gauchos, que hicieron de los caballos uno de sus principales medios de subsistencia y símbolo de prestigio.

A principios del Siglo XX, pese a todo, aún existían caballadas salvajes en la Patagonia, y también cerca de Buenos Aires, en la zona de las Sierras de la Ventana y de Tandil.

La recuperación del caballo criollo, con una selección científica, la lideró Emilio Solanet. Con un grupo de criadores fundó la Asociación de Criadores de Caballos Criollos, recuperando la raza, convirtiendo al caballo criollo en un caballo versátil, económico, rústico y dócil.

Sus dos ejemplares más famosos, Mancha y Gato, recorrieron el continente, y son el argumento de la efeméride que se recuerda hoy.

El viaje imposible

El suizo Aimé F. Tschiffely era visto como un soñador incurable, y su sueño de unir a caballo Buenos Aires y Nueva York fue catalogado como un viaje imposible.

Pero contra toda marea, ataviado de gaucho Tschiffely partió de la Sociedad Rural Argentina el 24 de abril de 1925, iniciando una de las travesías del siglo.

Junto a Mancha y Gato, los caballos que le regaló Solanet, recorrieron más de 21.000 kilómetros conquistando el récord mundial de distancia y de altura, al alcanzar los 5.900 msnm en el paso El Cóndor, entre Potosí y Challapata (Bolivia).

El viaje se desarrolló en 504 etapas con un promedio de 46 kilómetros diarios.

Tschiffely estaba convencido de la fortaleza de los rústicos caballos criollos.

“Mancha era un excelente perro guardián: estaba siempre alerta, desconfiaba de los extraños y no permitía que hombre alguno, aparte de mí mismo, lo montase…Gato era un caballo de carácter muy distinto. Cuando descubrió que los corcoveos y todo su repertorio de aviesos recursos para arrojarme al suelo fracasaban, se resignó a su destino y tomó las cosas filosóficamente”, comentó.

Más de tres años y 149 días después de haber salido de Buenos Aires, Tschiffely arribó a Nueva York montado en Mancha.

La llegada de los viajeros fue todo un acontecimiento en la Gran Manzana. Tschiffely recibió las llaves de la ciudad en un acto en la ahora famosa Quinta Avenida.

Mancha y Gato llegaron de regreso a Buenos Aires el 20 de diciembre de 1928. Quedaron al cuidado de Juan Dindart, en la estancia El Cardal, hasta que murieron en 1944 y 1947, a los 36 y 40 años.

Hoy, se encuentran embalsamados, en exposición en el Museo de Transportes del Complejo Museográfico Provincial “Enrique Udaondo”, en Luján.

Aimé Tschiffely siguió viajando por la Patagonia, España e Inglaterra, pero siempre volvió a la Argentina. Falleció en 1954.

Aimé F. Tschiffely en Nueva York, junto a Mancha, cuando le entregaron las llaves de la ciudad. Abajo, ambos caballos se exponen embalsamados en Luján.

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Misiones busca despedir a las mascotas con amor y conciencia ambiental

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cementerio para mascotas

El anuncio de la apertura del Parque Morada del Avá, un cementerio para mascotas que además ofrece servicio de cremación en Oberá, revolucionó las redes y abrió un debate público sobre la manera en la que los misioneros despiden a sus animales de compañía, una cuestión que cruza lo emocional y lo ambiental.

Según una encuesta reciente, más del 80% de las personas que atravesaron la pérdida de una mascota optaron por enterrarlo en su propio jardín, mientras que otros recurrieron a alternativas precarias como el abandono en baldíos, volquetes o sepulturas improvisadas.

Estas prácticas, aunque frecuentes, pueden tener consecuencias serias. Por ejemplo, un cuerpo de apenas 10 kilogramos libera hasta 30/40 litros de líquidos contaminantes que se filtran en el suelo y alcanzan las napas de agua.

Además, la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierte que este tipo de entierres favorece la propagación de más de 25 patógenos zoonóticos como la leptospirosis y el parvovirus.

Por eso, no es casual que en muchos países europeos como Alemania, Francia y España, el entierro de mascotas en jardines particulares esté prohibido o fuertemente regulado debido a los riesgos ambientales y sanitarios que conllevan.

En Argentina hay varias ordenanzas municipales avanzan en el misma dirección, pero más allá de la cuestión sanitaria el debate también toca una fibra emocional.

Es que, para millones de personas, las mascotas representan amor, compañía y lealtad incondicional. Por ello, el modo en que se las despide no es un detalle menor: es también un reflejo de la sociedad que queremos ser, capaz de acompañar ese vínculo hasta el final.

El Parque Morada del Avá está en Oberá.

En este contexto, Mauricio Macena, CEO de ARKAZ, explicó: “Si nuestras mascotas hoy son consideradas un miembro más de la familia, ¿por qué al momento de despedirlas seguimos recurriendo a métodos improvisados o incluso ilegales? Lo que planteamos va mucho más allá de un crematorio: es transformar ese vacío en una solución segura y digna, con trazabilidad, memoria y cuidado, para que la sociedad también evolucione en la forma de honrar a quienes nos acompañaron toda una vida.”

La novedad en Misiones es que, en octubre, se pondrá en marcha en el Cementerio Parque Morada del Avá un espacio único en el nordeste argentino. Se trata de un crematorio especialmente diseñado para animales de compañía, acompañado por el primer Parque de la Memoria, concebido como un lugar de homenaje y reflexión.

Más que un servicio puntual, se trata de un modelo pionero en Argentina, que combina infraestructura, acompañamiento a las familias y cobertura en toda la provincia desde esta base operativa.

Lo que hasta hace poco se resolvía de forma improvisada hoy se convirtió en tema de debate público. Porque despedir con amor también significa cuidar el mundo que compartimos.

Misiones tendrá un servicio de cremación y un cementerio para mascotas

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Buscan a Turrón: desapareció hace 11 días y ofrecen recompensa

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El domingo 24 de agosto, el gato Turrón desapareció de su vivienda ubicada en el barrio Rocamora de Posadas y su familia ofrece una recompensa para encontrarlo.

Raquel, su dueña, comentó a La Voz de Misiones que Turrón lleva 11 días perdido. Al tiempo que lo describió de pelaje negro y blanco, con la cola peluda, patas blancas y, además, lleva puesto un collar verde.

La joven también precisó que su michi se perdió en la zona que comprende las avenidas Santa Catalina y Blas Pareras de la capital provincial.

La ausencia de Turrón tiene a sus dueños consternados y preocupados por saber dónde está y cómo se encuentra. Es por ello que piden a la comunidad posadeña que ante cualquier información de su mascota se comuniquen al número 3764735842.

Misiones tendrá un servicio de cremación y un cementerio para mascotas

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Misiones tendrá un servicio de cremación y un cementerio para mascotas

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Durante décadas, cuando una mascota fallecía, el final solía resolverse en silencio o incluso en la ilegalidad. Muchas familias optaban por enterrarlas en los jardines, mientras otras las abandonaban en baldíos, arroyos o basurales. Prácticas improvisadas que, además de dolorosas, generaban riesgos ambientales y sanitarios.

En octubre, esa realidad comenzará a cambiar. Misiones contará con un servicio inédito, un modelo integral de Pet Aftercare, que combina cremación segura, trazabilidad en cada etapa y la creación del primer cementerio parque para mascotas, un espacio destinado a la memoria y al homenaje colectivo.

La base operativa estará en Oberá, dentro de las instalaciones de Morada del Ava, pero el servicio alcanzará a toda la provincia gracias a un sistema logístico preparado para llegar a cada localidad.

El proyecto incorpora infraestructura de punta, un horno exclusivo para mascotas y tecnología desarrollada en la provincia, garantizando transparencia y responsabilidad ambiental en cada proceso.

Mauricio Macena, fundador de ARKAZ, lo resume así: “Desde el primer momento entendimos que había una necesidad real: las familias querían un proceso digno, seguro y acompañado para despedir a sus mascotas. La respuesta que recibimos en pocas horas nos mostró que este cambio era urgente.

ARKAZ no se limita a la cremación: integra espacios de memoria, rituales simbólicos y acompañamiento emocional, siempre con responsabilidad ambiental. Nuestro compromiso es construir un modelo de triple impacto: social, porque cuidamos a las familias; ambiental, porque protegemos el suelo y el agua; y cultural, porque instalamos un nuevo modo de entender la despedida.

Lo que buscamos es transformar un momento de dolor en un legado positivo que permanezca en la vida de las personas y en la comunidad”.

El testeo inicial también reveló un dato contundente: más del 80% de los tutores entierra a sus mascotas en jardines o terrenos familiares, una práctica que, además de riesgos ambientales, deja en evidencia la falta de alternativas formales. Este nuevo servicio propone un salto cultural y emocional, pasar de la improvisación a un proceso cuidado y profesional.

Rodolfo Alvarado, representante de Morada del Ava, coincide: “Durante más de diez años hemos acompañado a las familias en los momentos más sensibles. Hoy, junto a ARKAZ, damos un paso histórico: brindar también a las mascotas una despedida profesional, respetuosa y sustentable.

Contamos con un parque modelo en Oberá, infraestructura de primer nivel y un equipo con experiencia. Pero sobre todo, sumamos la visión de un proyecto que piensa en el triple impacto: aliviar el dolor de las familias, cuidar el ambiente y consolidar un nuevo hábito cultural en nuestra sociedad.

Esta alianza responde a una necesidad largamente postergada y abre un capítulo que coloca a Misiones a la vanguardia en servicios funerarios para mascotas.”*

Con este paso, Misiones se convierte en referencia, instalando un modelo que redefine la despedida de las mascotas. Del silencio a la memoria, de la práctica improvisada al homenaje, de la pérdida individual al legado colectivo.

 

 

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