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Adoptó a una niña de 6 años pero tenía 22 y quería matar a la familia

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Kristine Barnett habló por primera vez en una entrevista y aseguró que su hija adoptiva era en realidad una adolescente que “quería asesinar a todos los miembros de la familia, meterlos en sábanas y enterrarlos en el jardín”

EEUU. Hay historias de la vida real que superan los relatos de ficción. Una de ellas, es la que ha vivido en los últimos años la familia Barnett. El matrimonio de Indiana fue arrestado el pasado jueves por abandonar a su hija adoptiva con enanismo en 2013, para poder mudarse a Canadá con sus tres hijos biológicos.

Entonces, dicen las autoridades, la niña tenía nueve años, y los acusados la dejaron a su suerte en un departamento de Indianápolis. Una versión muy distinta a la de los Barnett, que aseguran que “la menor” era en realidad una estafadora sociópata de 22 años que les hizo sufrir los días más terroríficos de sus vidas.

Su pesadilla particular comenzó en 2010. En ese momento, la vida de Kristine Barnett era perfecta: disfrutaba de un matrimonio feliz, de una economía solvente y acomodada y de tres hijos que la hacían sentir orgullosa.

El mayor de ellos, que nació con autismo, empezó a destacar a corta edad en matemáticas, y se convirtió en un niño prodigio. Todo lo bueno que la rodeaba le hacía querer ampliar la familia, pero su sueño se truncó cuando el médico le dijo que no podría tener más hijos.

Aún aferrada a su ilusión de volver a ser madre, Kristine decidió adoptar. Su esposo, Michael, la apoyó en todo. Juntos viajaron a Florida para firmar los documentos de una adopción de urgencia. La menor, les informó el centro, había nacido en Ukrania y llevaba dos años en EEUU.

Sus padres americanos de acogida la habían devuelto por problemas que no les explicaron a los Barnett. Se llamaba Natalia, tenía seis años y padecía enanismo.

El matrimonio ilusionado viajó a Florida para recoger a la pequeña. No sabían que la decisión de aquel día les llevaría a ser detenidos nueve años después. Entre lágrimas, y afectada por todo lo que ha sufrido en las últimas semanas, Kristine contó en una entrevista para DailyMailTV cómo vivió aquellos días.

Algo no encaja

Cuando la familia Barnett regresó de Florida a su casa de Indiana, Kristine metió a la pequeña en la bañera. Contó que esa fue la primera vez que se dio cuenta de que había sido víctima de un fraude.

“Le estaba dando el baño y me di cuenta de que tenía vello púbico. Me quedé en shock. Me habían dicho que tenía seis años y era muy evidente que no tenía esa edad”, relató la acusada.

Los padres llevaron a la hija adoptiva a médicos expertos para que le realizaran un examen y determinaran qué edad tenía. Todos los informes solicitados por el matrimonio concluyeron que la niña ukraniana era en realidad una adolescente.

“Los medios de comunicación me están tachando de abusadora infantil pero no hay ningún niño aquí. Natalia era una mujer. Tenía la regla. Dientes de adulto.

Nunca creció ni una pulgada, algo que puede ocurrir incluso con niños con enanismo. Todos los doctores confirmaron que padecía enfermedades psicológicas graves que sólo se diagnostican en adultos”, explicó.

Su vocabulario, sus expresiones, y su comportamiento también hacían indicar que Natalia era mucho mayor de lo que creían.

Pero no todo se redujo a una estafa en el certificado de nacimiento. Kristine Barnett relató que su hija adoptiva sufría una sociopatía que les asustó, y les impidió durante mucho tiempo dormir por las noches.

“Ella hizo declaraciones y pintó dibujos en los que decía que quería matar a los miembros de la familia, envolverlos en una sábana y ponerlos en el jardín trasero. Se quedaba de pie junto a nosotros en medio de la noche. No se podía dormir.

Tuvimos que esconder todos los objetos punzantes. La vi poner químicos, lejía o algo así en mi café y le pregunté, ‘¿Qué estás haciendo?’ Me dijo: ‘Estoy intentando envenenarte’”.

En 2011, Natalia comenzó a escuchar voces y a pintar los espejos con sangre. Y un año después, los Barnett la llevaron a un centro psiquiátrico, donde un terapeuta les aseguró que Natalia le había confesado que no tenía 9 años, sino 18, según consta en los documentos médicos oficiales obtenidos por Daily Mail.

El personal del Hospital Larue Carter en Indianápolis explicó además que la paciente reconoció en consulta que había intentado asesinar a su familia adoptiva, y que no sentía ningún remordimiento porque le parecía divertido, afirmaciones que también figuran en los documentos.

El psicólogo Andrew McLaren añadió en marzo de 2018 que la fecha de nacimiento de Natalia era errónea, y que la joven ukraniana se había dedicado a estafar familias durante años, según otro informe que mostró Kristine Barnett durante la entrevista.

Un tribunal cambió la edad de Natalia

Por los problemas de salud mental que presentaba la pequeña, el matrimonio solicitó a un tribunal corregir su certificado de nacimiento, para que pudiera ser tratada como un adulto. Su edad, dijo Barnett, había sido claramente alterada desde Ukrania para favorecer la adopción.

En 2012, la Corte Superior del Condado de Marion, en Indianápolis, concluyó que Natalia nació en realidad en 1989, basándose en evidencias médicas. Un año más tarde, la pareja se mudó a Canadá con sus hijos biológicos y dejó a la hija adoptiva en un departamento de Lafayette.

Pagaban la renta del inmueble, pero no costeaban el resto de los gastos. En 2014, la policía acudió a desahuciar al inquilino de la vivienda por falta de pago y encontraron dentro a la niña, que les aseguró que tenía nueve años y que sus padres adoptivos la habían abandonado.

Informes médicos presentados por la policía, basados en la densidad ósea, aseguran que Natalia era una niña cuando los Barnett se marcharon a Canadá.

Así lo defendió también el Departamento del Sheriff del Condado de Tippecanoe. El pasado 19 de septiembre se emitió una orden de arresto contra el matrimonio, que fue acusado de abandono infantil. Los dos se encuentran en libertad al abonar una fianza de USD 5.000.

El 24 de septiembre deberán presentarse en la primera audiencia en la Corte Superior de Tippecanoe, en Lafayette.


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Presidente de Colectividad Árabe: “Palestina sufre un genocidio, pero no vende”

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Mientras las bombas siguen cayendo sobre la Franja de Gaza y el mundo se hace eco de las atrocidades del enfrentamiento entre el grupo islamista Hamas y el Ejército de Israel, desde la Colectividad Árabe en Misiones ofrecieron su versión del conflicto que rodea a Palestina.

Desde Oberá, el presidente Alejandro Quesini, descendiente de sirio-libaneses, criticó que “en los medios solo se escucha una voz”.

Frente a ello, aclaró que “no estoy de acuerdo con lo que hizo Hamas, pero hablan de terrorismo, hablan de genocidio, y ellos hace muchos años que invadieron y se adueñaron de Palestina; y lo que hacen con los palestinos es una barbaridad, pero sólo se escucha fuerza para Israel”.

En cambio, “nadie habla de Palestina, que hace años sufre un genocidio, porque no vende”, lamentó el presidente de la entidad, que representa a los 22 países de la Liga Árabe.

“Estoy en desacuerdo porque realmente quiero la paz, en el mundo tenemos que vivir en paz con todas las personas, más allá de si son judíos o palestinos, son seres humanos, y por ahí no se ve ese lado”, postuló Quesini.

A su vez, expuso que “no se muestra lo que le hacen los judíos hace años, cómo los golpean y matan, es un odio constante”.

“Lo que hace este terrorismo de Hamas, es cierto, es horrible, pero el Ejército judío hace lo mismo”, lanzó Alejandro y explicó: “Porque no es la gente, porque hay gente árabe judía que quiere vivir en paz y no tiene nada que ver, porque meten al pueblo palestino con Hamas y no tienen nada que ver; ellos están usando al pueblo palestino y también los están masacrando”.

Respecto del conflicto, al cual consideró “no religioso, sino político y territorial”, Quesini graficó: “Si a vos en tu casa van y te invaden y te usurpan de un día para el otro, y cada día tenés menos lugar, ¿cómo vas a reaccionar si te sacan todo lo que vos tenías? Obvio que te vas a querer defender y tener bronca”.

“Los judíos hablan de que los árabes los odian, pero yo digo: cómo no le van a tener bronca si hace años les hacen de todo a los palestinos y todos hacen la vista gorda”, agregó y subrayó: “Y ahora, como pasó esto, que está recontra mal, hacen como que los judíos son los pobres de esta película y no es así”.

“En este caso no se puede decir quién es bueno y quién malo, los únicos perjudicados son los civiles que no tienen nada que ver, que no quieren esta guerra”, señaló Quesini.

Desde que comenzó el último enfrentamiento, el pasado 7 de octubre, los muertos de un lado y de otro superan los 3.000, ante lo cual el presidente de la Colectividad Árabe manifestó que “soy creyente y todas las noches rezo porque es una masacre, veo las redes y es una cosa que no se puede creer en esta época que pasen estas cosas, es un dolor terrible, seas judío o palestino, son personas y eso duele”.

“Para nada estoy en contra de los judíos ni de Israel”, clarificó Quesini y cerró: “Digo que me parece una guerra absurda y, tanto de un lado como del otro, que mueran civiles es terrible porque primero somos personas”.


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Refugiado de Sudán del Sur ganó el premio al mejor estudiante del mundo

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mejor estudiante del mundo

Se conocieron los resultados del Chegg.org Global Student Prize 2023 y el ganador de los 100.000 dólares resultó Nhial Deng, un joven de 24 años oriundo de Sudán del Sur, quien de esa forma se convirtió en el mejor estudiante del mundo, en un evento en el que la misionera Victoria Rojas se ubicó entre los 10 mejores.

La resolución del concurso, organizado por la Fundación Varkey, se conoció ayer en la página web oficial, desde donde postularon que el reconocimiento “se otorga a un estudiante excepcional que haya tenido un impacto real en el aprendizaje, las vidas de sus compañeros y la sociedad”.

En este sentido, detallaron que Deng “empoderó a más de 20.000 refugiados en el campo de refugiados de Kakuma en Kenia”, lo cual realizó “a través de programas de consolidación de la paz, educación y emprendimiento, además de crear un espacio seguro para que los jóvenes se recuperen de su trauma”.

Periodista y refugiado

Actualmente, Nhial es estudiante de periodismo, profesión de la que se enamoró desde muy pequeño, cuando vivía en una pequeña aldea del oeste de Etiopía, en el este de África.

“Hasta los 11 años, la infancia de Nhial fue relativamente tranquila”, comentaron y agregaron: “Iba a la escuela por las mañanas y jugaba en el río con otros niños por las tardes”.

“Su padre era dueño de una pequeña radio y los hombres del barrio se unían a él por las tardes para escuchar, analizar las noticias y discutir los asuntos mundiales. Nhial imitó a los presentadores de noticias y este fue su primer indicio de convertirse en periodista”, recrearon los organizadores del premio.

Sin embargo, en 2010, “los disparos anunciaron el ataque de una milicia y Nhial tuvo que huir cuando el pueblo fue incendiado”.

Fue así que, dos semanas más tarde, “después de un viaje traumático con otras personas de la aldea, llegó al campo de refugiados de Kakuma en Kenia”, donde Nihal vivió durante una década.

En ese marco, el joven estuvo separado de sus padres y de sus seis hermanos durante 12 años, “una pérdida aplastante a una edad tan temprana”.

A través del programa de protección infantil del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), Nhial fue asignado a una familia de acogida y encontró consuelo y esperanza en la escuela, donde creó un club de periodismo.

Además, fundó los Embajadores de la Paz de Jóvenes Refugiados, “una iniciativa liderada por jóvenes que trabaja en la consolidación de la paz, el empoderamiento de los jóvenes y el emprendedurismo social”.

Tras terminar la escuela secundaria, el joven sursudanés tomó cursos gratuitos desde su teléfono celular sobre temas como paz y conflictos, derechos humanos, asuntos internacionales, inglés y comunicación.

Además, durante la pandemia, puso en marcha una campaña de concientización digital para abordar la desinformación, centrada en fuentes creíbles.

Ahora, ha comenzado sus estudios superiores en Huron University College, en Canadá, donde continúa trabajando en proyectos para ayudar a la vida en el campamento, como Kakuma Book Drive, un movimiento global de solidaridad liderado por estudiantes que tiene como objetivo movilizar a 10.000 textos para ser leídos en los campos de desplazados.

Entre otros premios, Nhial Deng recibió el Queen Elizabeth II Platinum Jubilee, el World Vision Hero for Children Courage Award 2023 y el FilmAid Student Award 2021.

Su trabajo comunitario en Kakuma, en Kenia, ha impactado a más de 20.000 jóvenes y actualmente forma parte de ocho comités y juntas asesoras, incluidos dos comités de las Naciones Unidas.

De ganar el premio al mejor estudiante del mundo, Nhial había dicho que destinaría el 50% del dinero del premio a la construcción y operación sostenible del Centro de Innovación y Liderazgo de Kakuma, donde se ubicará una biblioteca y un centro de innovación.

Orgullo misionero

Con apenas 17 años, la estudiante misionera Victoria Rojas quedó seleccionada entre los 10 mejores candidatos a ganar el máximo premio.

La posadeña, que cursa el quinto año en el Instituto Politécnico San Arnoldo Janssen, compitió con casi 4.000 postulaciones de 122 países y es la primera mujer argentina en haber quedado seleccionada, además de ser la más joven de la edición 2023.

Entre su extenso historial, a los 9 años, junto a un compañero de clase, fundó GuVic, cuyo objetivo era crear cuentos para niños, fomentando la lectura y los valores.

Posteriormente, la posadeña participó en la Escuela de Robótica, presentando un proyecto para mejorar la calidad del sueño a través de una almohada con diferentes funciones.

A los 15, dio su primer discurso en el Parlamento Juvenil y, más tarde, la seleccionaron para unirse al programa Jóvenes Embajadores 2022, actividad de desarrollo de liderazgo centrado en el compromiso cívico, organizada por la Embajada de los Estados Unidos.

“Es una gran sorpresa y estoy muy emocionada por todo lo que está pasando, y lo que significa eso para la juventud argentina“, contó emocionada Rojas a Canal 12 días pasados, sobre su postulación al reconocimiento.

“No se trata solamente es ganar de manera individual, sino también es un ganar para la juventud de Argentina, al demostrar que realmente es posible”, reflejó Victoria, en una entrevista realizada con el diario El Territorio.

“Llegar hasta esta instancia es un montón”, indicó una de las diez mejores estudiantes del globo, y destacó que “no hay que esperar a terminar la secundaria o esperar a terminar la universidad para poder empezar a transformar, basta con las ganas, con unirnos entre nosotros para poder empezar a crear cambios”.


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Profe que recorre Misiones enseñando ganó Premio de Derechos Humanos de la ONU

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Profe que recorre Misiones enseñando ganó Premio de Derechos Humanos de la ONU

El educador comunitario Julio Manuel Pereyra ganó uno de los cinco premios de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) 2023.

Julio, oriundo de Uruguay, es un reconocido profesor en Misiones, ya que hace más de diez años se radicó en Puerto Rico y, con su escuelita ambulante Caminos de Tiza, recorre diferentes barrios y comunidades de la provincia asistiendo a niños con y sin discapacidad, que están fuera del sistema educativo, en muchos casos.

Este jueves, el presidente de la Asamblea General de la ONU, el húngaro Csaba Kőrösi, dio a conocer los nombres de los ganadores del “prestigioso premio”, quienes fueron seleccionados por un Comité Especial, que analizó más de 400 nominaciones recibidas de los estados miembros.

“Julio Pereyra es un educador comunitario y activista que trabaja con las comunidades más marginadas. Enfocándose en la reinstitucionalización de los niños al sistema educativo, brinda asistencia terapéutico-pedagógica a niños con discapacidad y acceso a órtesis, prótesis y medicamentos”, argumentan en el comunicado oficial del ente internacional.

Seguidamente, detallan que el enfoque del educador “también es la erradicación de la mortalidad infantil y la eugenesia, la deserción escolar, la desnutrición y el embarazo adolescente”.

Asimismo, el profesor “lidera proyectos sobre trabajo infantil y desnutrición, así como atención primaria de salud en aldeas, zonas rurales y en barrios marginados y zonas de alto tráfico de drogas”.

El Premio Derechos Humanos de las Naciones Unidas fue creado en 1966 y entregado por primera vez en 1968, “en lo que hoy se conoce como el Día de los Derechos Humanos”, que se celebra cada 10 de diciembre, explicó la ONU.

La distinción a los diferentes actores sociales se otorgan cada cinco años y, entre los galardonados, se encuentran personalidades como Jimmy Carter, el expresidente de Sudafrica, Nelson Mandela, el doctor Denis Mukwege, Eleanor Roosevelt, Malala Yusafzai y el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR).

En tanto, la entrega del premio 2023 será en la sede de la ONU en Nueva York, Estados Unidos, en diciembre, como parte de las actividades para conmemorar el Día de los Derechos Humanos y aún queda definir la fecha exacta del evento, comunicó el organismo.

Además del profesor uruguayo, entre los otros ganadores de 2023, se encuentra el Centro de Derechos Humanos Viasna, de Bielorrusia, Julienne Lusenge, de República Democrática del Congo, y el Centro de Amman para Estudios de Derechos Humanos, de Jordania.

También obtuvo el galardón la Coalición Global de organizaciones de la sociedad civil, Pueblos Indígenas, movimientos sociales y comunidades locales a favor del “reconocimiento universal del derecho a un medio ambiente limpio, sano y sostenible”.

Cautivado por la tierra colorada

Hace un año, La Voz de Misiones entrevistó al profesor Julio Manuel Pereyra, quien confesó que la “opy pytá” (tierra colorada) misionera lo cautivó y fue el motivo que lo llevó a radicarse en la zona del Alto Paraná.

El educador contó a LVM que su iniciativa Caminos Tizas se inició en un basural de Corrientes y se expandió, hasta llegar a Misiones.

Sobre su trabajo, en ese momento, Julio explicó: “Lo que hago es apoyo escolar, alfabetización, Educación Sexual Integral (ESI) y todo lo que es estimulación temprana y psicomotricidad”.

Y detalló que se aboca “particularmente en gurises, que no tienen ningún tipo de prestación. Especialmente en lo que son las zonas de los barrios vulnerables o las colonias rurales”.


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