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Gonzalo Gudiño, el posadeño que hace cumbia y toca con Raúl Barboza en Francia

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Hace trece años que el músico posadeño Gonzalo Gudiño se fue a Francia. Desde entonces, ha tocado con muchas compañías tangueras pero también incursionó necesariamente con la cumbia después de la pandemia.

El año pasado, en tanto, sacó su disco de jazz “Gurí de barro” con Hugo Fattoruso y Pico Núñez como invitados. En paralelo, Gonzalo armó un dúo soñado con el acordeonista Raúl Barboza para indagar en la música litoraleña. “Es un proyecto serio pero está comenzando. Este año tenemos un par de conciertos y vamos a tratar de tocar más. Después veremos si se puede grabar algo”, contó a La Voz de Misiones.

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Hace trece años que el músico posadeño Gonzalo Gudiño se fue a Francia. Desde entonces, ha tocado con muchas compañías tangueras pero también incursionó necesariamente con la cumbia después de la pandemia. El año pasado, en tanto, sacó su disco de jazz “Gurí de barro” con Hugo Fattoruso y Pico Núñez como invitados. En paralelo, Gonzalo armó un dúo soñado con el acordeonista Raúl Barboza. “Es un proyecto serio pero está comenzando. Este año tenemos un par de conciertos y vamos a tratar de tocar más. Después veremos si se puede grabar algo”, contó a La Voz de Misiones. #LaVozdeMisiones

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Gudiño atiende la videollamada cuando ya es de noche en Rennes. Tiene un bajo y una guitarra colgados en la pared y habla con su teclado en la mesa mientras charla sobre We call it tango que protagonizará con la compañía Fever, una función a estrenarse en pocos días. Toma jugo de remolacha para aliviar los nervios que resienten a su hígado porque también son tiempos de despedida.

Su madre Ester regresará a Posadas después de estar casi seis meses con Gonzalo y su familia, compuesta por su pareja franco paraguaya Melodie Centurión y los dos hijos de ambos, Gabriel (13) y Naïa (6), nacidos en tierras galas.

“Los recuerdos que tengo de Misiones son de cosas que pasaron pero sobre todo son sensaciones. Acá es otra cosa”. Gonzalo hace cálculos e imagina cómo será dentro de un año, cuando él también vuelva de visita a a Posadas junto a su hija de seis años que aún no conoce el terruño guaraní.

La familia. Los músicos Melodie Centurión, Gonzalo Gudiño y los hijos de ambos, Naïa y Gabriel

“El olor de la tierra mojada cuando está por llover, el calor, la humedad, un montón de cuestiones que acá son completamente distintas. Es otra cosa el clima. Y para mí era importante que mi hijos vivan eso. Los mosquitos, las cucarachas. Todo lo que es nuestra cultura, que al fin y al cabo es lo que nos construye a nosotros. Y ahora, para mí, es importante que vaya mi hija. Cuando uno es chico uno vive distinto”.

Rennes es la capital del Estado de Bretaña y dista a una hora del Canal de la Mancha que separa Francia de Inglaterra. Hacia el este se encuentra París, a unos 500 kilómetros, pero que en tren implica solo una hora y media. Es una distancia frecuente que realiza Gudiño para ensayos que suelen comenzar a la mañana y en ocasiones se prolongan hasta la tarde. De esa manera pudo darle forma, componer y arreglar las canciones del espectáculo “Arreamos bien los caballos”, basado en una película de 1980.

Ensayo de Cumbia Guacha. Nació tras la pandemia, inspirada en la cumbia de los 90.

También en esa misma línea, el músico misionero está preparando el show de We call it tango, “uno de los espectáculos más complicados que hice hasta ahora”, remarca. “Estoy sorprendido. Porque los arreglos son increíbles. Está compuesto y arreglado por el argentino Cristian Zárate. Acá tocamos con Fabrizio Colombo, que es un bandoneonista italiano. Y la pareja de baile que hace la teatralización y la danza”.

Un camino más eléctrico

Gurí de barro” se llama el disco que hace un año sacó Gonzalo y en el que participan el bandoneonista misionero Juan Núñez, la cantante uruguaya Ana Karina Rosi y el también oriental Hugo Fattoruso.

Fattoruso grabó su parte en Uruguay, así como Pico Núñez que realizó las tomas en Argentina y que luego se mezclaron en Francia. Es un álbum de jazz con experimentación y que podría catalogarse como world music, una sonoridad que más adelante será eléctrica, según adelantó el propio compositor.

“Porque quiero algo más bien jazz americano”, apuntó. Porque “Gurí de Barro” “es muy música del mundo para el festival de jazz. Entonces, lamentablemente, uno se tiene que meter en una casilla puntual cuando vende un producto. Es complicado instalar una cosa nueva, ponele. No digo que sea nuevo pero está en la sintonía de Hermeto Pascoal, un poco más con rítmica sudamericana, y acá es más difícil meterlo. Es muy world music para los festivales de jazz y en los festivales de jazz es muy música del mundo”.

Un grupo para bailar toda la noche

La pandemia causó grandes crisis en muchos de los rubros pero por sobre todas las cosas en los espectáculos culturales, porque obligó a los artistas a encerrarse, sin otro sustento que los streamings o clases a distancia durante la cuarentena. Sin embargo, sirvió para replantearse objetivos, como ocurrió personalmente en Gonzalo y su pareja, quienes decidieron explorar en la música tropical con el grupo Cumbia Guacha.

Necesitábamos un poco de catarsis, de fiesta”, reconoció el músico. “Porque el disco que saqué el año pasado, es música del mundo, hay jazz, hay fusión, hay una cosa de música clásica, pero es muy solemne. En el mundo del tango también, o el espectáculo del año pasado, son cosas muy serias. Para un público muy rígido que va a escucharte, no te digo presión, pero uno lo toma distinto. Y después de la pandemia le dije a Melodie: ‘tenemos que hacer un grupo donde pasemos una buena noche y cantemos todos los clásicos de los ’90. Y olvidarnos todo, de esta pandemia de mierda’. Lo hicimos tan bien que al toque nos empezaron a llamar a festivales de acá. Empezamos a girar un montón y el año pasado dijimos definitivamente que es un proyecto que va en serio”.

De esa manera, Cumbia Guacha ya sacó su primer single en Spotify y próximamente saldrá el segundo, sumado a los planes de seguir girando con la banda que lo tiene a Gonzalo en el bajo, a Melodie en la voz, un colombiano en la guitarra y trombón, y dos franceses que están en piano y percusión.

Al piano con Raúl Barboza

El gran acordeonista argentino Raúl Barboza reside hace muchos años en Francia, aunque frecuentemente vuelve para tocar en el país. En una de esas giras, hace más de quince años atrás, Barboza tenía una fecha en el Montoya y hasta allí fue Gonzalo a verlo. Le contó que tenía planes de mudarse a Francia y el Maestro le dijo que se contactara con él cuando llegara a destino. Pero “cuando vine acá me puse a trabajar con otra gente. Nunca me animé a llamarlo”, reconoció Gonzalo.

Sin embargo, hace unos tres años, se organizaba en París un recital con el Colectivo Porqué no y en el que Barboza era el artista principal, aunque había que reunirlo con otro músico más del género. Entonces el contrabajista francés Romain Lecujer – de la banda de tango electrónico Gottan Project– dijo que Gonzalo era el indicado. De esa manera ocurrió la reunión en la que ambos terminaron tocando juntos aquella fecha.

“Estaba el afiche pegado con la foto mía y la de Raúl abajo, con los dos nombres. Fue muy fuerte, como la vuelta de toda una búsqueda, un esfuerzo. Está bien. Era un concierto chiquito, en una sala chiquita. Estuvo re bien. Había mucha gente pero no era una cosa enorme. Pero para mí fue muy significativo. Pensé en mi papá en ese momento”.

Rubén era el padre de Gonzalo, murió en 2018, y fue muy importante para él porque lo ayudó -con su madre Ester-a mudarse a Francia y a convertirse en el músico que es hoy. Tenía tan solo siete años cuando Gonzalo debía debutar en un programa de Canal 12 pero el conductor se despidió sin presentarlo.

“No toqué. Mi papá estaba re enojado, subimos a la moto con el teclado y volvimos. Yo lloré en el baño y él lloró conmigo porque iba a ser la primera vez en la tele y no salió. Y esos son cosas que le quiero agradecer. Me acordé de todo eso cuando tocamos con Raúl”.

Aquella primera experiencia fue el puntapié para un dueto prometedor y en el que Barboza tocaba por primera vez sólo con un pianista. “Y en enero del año pasado me dice ‘Gonza. Yo sé que estás con un montón de cosas, pero si te gusta, si tenés ganas, me gustaría que armemos un dúo. Y yo le dije ‘Maestro: hace como dos años le quería proponer pero no me animaba. Usted tiene un montón de cosas. Así que encantado”, respondió el tecladista posadeño.

En pocos días Gonzalo tiene que despedir a su mamá que regresará a la Argentina pero antes tendrá un ensayo con Barboza, en una sala situada en París, frente a la casa del acordeonista. “Nos vamos a pasear con mamá. Torre Eiffel. El martes ensayo con Raúl. Vamos a comer con él y con doña Olga, su señora. Mamá está emocionada”, reconoció el músico posadeño.

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La Paramol Star Band celebra sus 30 años con una misa ricotera en Posadas

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La historia del rock nacional vuelve a sonar en Posadas. Este sábado 8 de noviembre, a las 21, el Auditorio de la Escuela de Rock será el punto de encuentro para los seguidores de La Paramol Star Band, banda misionera con tres décadas de trayectoria que rinde culto a la obra de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota.

El grupo celebrará sus 30 años de vida con un show especial, donde repasará los clásicos que marcaron generaciones, sumando además los temas solistas de Skay Beilinson y el Indio Solari. Con esa fusión de himnos y energía ricotera, la banda promete una noche de comunión entre músicos y público.

“El recital será una verdadera misa ricotera, con invitados especiales, regalos y sorpresas para todos los que vienen acompañándonos desde hace años”, anticiparon desde la banda.

Desde sus inicios, La Paramol Star Band mantuvo viva la llama ricotera en los escenarios de Misiones y la región, reuniendo a distintas generaciones bajo la misma pasión por el rock nacional. Este sábado 8, esa historia se renueva con un festejo que promete ser “emotivo”, “potente” y “cargado de recuerdos”.

Las entradas para la misa ricotera se pueden adquirir en Ticketek Misiones o en la tienda de ropa That Metal Shop, como así también en el local Bartolome Posadas.

“Va a ser una noche para recordar, y queremos que estés ahí”, prometió la banda, que también realiza sorteos de entradas por medio de sus redes sociales.

La cita ricotera será a partir de las 21 en el Auditorio de la Escuela de Rock, ubicado sobre la calle 3 de febrero al 1660.

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Cultura

Aníbal Esmoris y el filme del último show de Sumo: “Luca fue un faro de luz”

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Hoy a las 20 horas se presentará en Espacio Urunday (Bolívar 1697) “Fuck you: el último show” (2024), documental sobre el concierto que Sumo ofreció en estadio Obras Sanitarias, de Buenos Aires, en 1987. La exhibición contará con la presencia del productor del filme, Aníbal Esmoris.

“Luca ha sido un faro de luz, un tipo que abrazó la libertad a muerte”, remarcó Esmoris (66) sobre el largometraje que produjo con Marcelo Schapces y bajo dirección de José Luis García.

El cantante de Sumo que nació en Italia, estudió en Escocia con el actual Rey Carlos de Inglaterra y pasó sus últimos años en Argentina “se pudo desprender su traje de burgués por completo y hacer efectivamente eso que quería: su arte, cantar y generar música”, apuntó Esmoris en una entrevista telefónica para FM Radioactiva, de Posadas.

Aníbal Esmoris, el año pasado, en el festival de cine de Piriápolis, de Uruguay

“Para nosotros fue un cambio rotundo en el rock nacional, porque a partir de Sumo trajo el punk pero también el reggae, el ska, un montón de ritmos musicales que acá no se conocían, y que cambió radicalmente la manera de escuchar rock en Argentina. De hecho, 50 años después, las dos bandas que surgen de Sumo, que son Divididos y Las Pelotas, no paran de llenar estadios”.

Rodrigo Espina había llamado a Luca para ser parte del cortometraje “El día que reventaron las lámparas de gas” y tiempo después el músico le pidió que fuera a grabar aquel concierto en Obras Sanitarias, donde se presentaría el disco “After Chabón”.

“Le dijo a Rodrigo que no creía que iba a llegar vivo a fin de año, cosa que nadie le prestó atención en sí mismo, le dio bolilla o no le creía. Finalmente dos meses después fallece”, recordó Esmoris. Justo para esa fecha Espina -que luego dirigió la película “Luca”-tenía el casamiento de su hermano y por eso le pidió a García que lo reemplazara.

“Era muy raro decirle ‘no puedo ir porque tengo que ir a filmar a Sumo’”, estimó el productor. Para aquella película -algo que se aprecia en el documental-el director fue en búsqueda de Luca y juntos tomaron el colectivo a Obras.

“Subieron a la línea 29 y los pibes que iban arriba decían ‘che, yo estoy yendo a tu show ¿Cómo es esto?’. Ese era Luca”.

Esmoris también fue productor de “Luca” (2007), el documental que dirigió Espina y que muestra al artista italiano y entrevista a las personas que fueron sus más fieles allegados, entre amigos y familiares.

No obstante, “Fuck you: el último show”, sin ir a otras épocas, muestra todo lo que pasó antes y durante aquel recital de 1987. “Es un material que tuvimos en un cajón durante casi 40 años, esperando que pueda ver la luz”, reconoció Esmoris.

Lamentablemente, Espina -que presentó “Luca” en el Montoya, en 2008-no pudo ver finalizado el filme del último show que se estrenó el año pasado, porque murió en 2022.

Por eso, el documental “es un poco el legado, es a lo que nos convocó Luca”, admitió sobre la obra que se exhibe de manera gratuita en lugares no convencionales, con la idea de que tenga acceso a todo el mundo.

“Se me ocurrió esta idea de hacer la película como patrimonio cultural y de exhibición no comercial. Consideramos que es un patrimonio antropológico, y no solo en lo musical, que ya no nos pertenece ni a nosotros, ni a los músicos: pertenece a los fans. Así que decidimos que se vea de esta manera y siempre la acompañamos, damos una pequeña charla al final”, expicó Esmoris.

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Celebrarán la independencia del Líbano con un evento cultural en Posadas

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El sábado 22 de noviembre el anfiteatro Griego se cubrirá de rojo, blanco y verde para conmemorar los 82 años de la independencia del Líbano con  ballets de dabke, disertaciones, invitados especiales y feria gastronómica, desde las 19 en avenida Corrientes casi Belgrano de Posadas.

El evento lleva el nombre de “Mate y dabke: uniendo culturas”, en alusión a la infusión tradicional argentina y la danza árabe: “Es una propuesta que busca poner en valor la diversidad y el intercambio entre la comunidad árabe y la misionera”, explicó Gabriela Christin a La Voz de Misiones.

Hace ya 10 años, junto a su esposo Julio Ariel Morel, Christin muestra y enseña los saberes que hacen a esta danza grupal conocida como dabke, la cual se caracteriza por golpes de pie, pasos y un movimiento en fila o círculo, simbolizando alegría, resistencia y herencia cultural. 

Como organizadora del evento, también detalló que la propuesta consistirá en “un recorrido artístico y educativo con danzas folclóricas, lecturas de poesía, charlas sobre lengua y gastronomía árabe”, además de la participación de las soberanas de las colectividades de Oberá y Jardín América.

De esta manera, en la feria gastronómica intercultural los visitantes podrán encontrar platos típicos del Líbano, entre ellos las “sfijas” o empanadas árabes, y “namura”, un postre a base de sémola.

El evento busca fortalecer los lazos culturales, el respeto y la integración entre comunidades, destacando el valioso aporte de la cultura árabe a la identidad misionera y argentina”, concluyó Christin quien también es bailarina de dabke.

El evento es organizado por Gabriela Christin y Julio Ariel Morel con el respaldo de la organización Misiones con Palestina, la Unión Cultural Misionera Árabe “Usul” y la Municipalidad de Posadas.

Julio Ariel Morel junto a Gabriela Christin

Un poco de historia

El Líbano obtuvo su independencia de Francia en 1943, aunque las últimas tropas francesas se retiraron en 1946. El proceso fue liderado por figuras como Bechara El Khoury y Riad Al-Solh, quienes declararon la independencia y abolieron los artículos del mandato francés en la Constitución. 

Previo a la independencia, la inmigración libanesa en Misiones se desarrolló a partir de 1869 como parte de la gran ola migratoria árabe al país; en busca de oportunidades económicas y el escape de la inestabilidad política y social que se vivía por entonces en Medio Oriente. 

Varios de ellos se radicaron en Posadas, Oberá y Jardín América, donde sus miembros se dedicaron al comercio y paralelamente, conformaron asociaciones culturales; como la Asociación de Libaneses y Sirios de Argentina y colectividades, desde donde participan activamente de la vida cultural hasta el día de hoy. 

 

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