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El 45% de la población urbana depende de ríos que nacen en otros países

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Un relevamiento sobre fuentes de provisión de agua y disposición de efluentes cloacales, realizado por investigadores del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet), aportó datos reveladores de la relación de la población del país y los ríos argentinos.

La investigación muestra que el 45% de la población urbana depende de ríos que nacen en otros países, y que el 76% de las ciudades ribereñas trata sus efluentes cloacales antes de devolverlos a los cursos de agua.

“¿De dónde viene y adónde va el agua de las ciudades?”, fue la pregunta que disparó el estudio, dijeron a la agencia de noticias Télam los científicos del Conicet que trabajaron en la primera base de datos integrada de 243 centros urbanos del país de más de 20.000 habitantes.

“No había una imagen completa del país y surge información interesante, por ejemplo, el peso enorme que tienen los grandes ríos como el Paraná y todos sus ríos tributarios que abastecen de agua no solo las ciudades que están en la costa del Paraná sino también a las que están tierra adentro a través de acueductos”, afirmó el ingeniero agrónomo y doctor en Biología, Esteban Jobbágy, investigador del Conicet en el Grupo de Estudios Ambientales de la Universidad Nacional de San Luis.

De este total de la población abarcada en el estudio, el 45% depende exclusivamente de ríos transfronterizos, como el Paraná y el Paraguay que nacen en Brasil, y en cuyas cuencas viven cerca de 75 millones de personas, entre ciudades brasileñas, paraguayas y argentinas.

Según el investigador puntano, estos grandes ríos que cruzan distintos países “encadenan múltiples ciudades que toman y vierten agua, lo cual genera un potencial riesgo que hay que observar con atención”.

“Son tan enormes los caudales que las tratamos como fuentes y destinos del agua urbana virtualmente infinitos”, graficó Jobbágy.

El río Paraná, por ejemplo, nace de la confluencia de los ríos Grande y Paranaíba, en la “serra do mar” brasileña, y alberga en su recorrido a varias de las ciudades más grandes del continente, como San Pablo, Buenos Aires, Curitiba, Campinas y Rosario.

Asimismo, el río Paraguay, que nace en el Mato Grosso brasileño y discurre hacia el Sur unos 2.600 kilómetros hasta su encuentro con el Paraná, ya en territorio argentino, se extiende por Brasil, Bolivia, Paraguay y Argentina, y es hogar para más de 10 millones de personas, según un reporte reciente de la fundación WWF.

Otro río, el Pilcomayo también recorre una extensa área compartida entre Argentina, Bolivia y Paraguay, abarcando una superficie de 290.000 km2, con una población estimada de 1.5 millones de personas.

“Los grandes ríos son una bendición al aportar un flujo de agua que el propio territorio argentino no tiene por su predominancia de tierras más secas, pero depender de una fuente de agua que nace fuera de tu territorio soberano obliga a tomar conciencia y negociar con los vecinos de los que dependemos”, dijo Jobbágy a Télam.

Ríos de aguas turbias

Sin embargo, cuestiones como la falta de tratamiento de efluentes cloacales, la contaminación por químicos agrícolas, y las dramáticas bajantes de los últimos años, son amenazas siempre presentes.

“El Paraná, como es un río tan caudaloso y grande se estima que es capaz de absorber esa contaminación, pero no deja de ser notable que en nuestro país muchas ciudades vierten los efluentes sin tratar al Paraná, y otras ciudades aguas abajo toman su agua potable del mismo río”, ilustró el investigador.

La doctora en Ciencias Biológicas y también  investigadora del Conicet, María Poca, precisó que son 74 las ciudades argentinas que vierten sus deshechos cloacales al río Paraná, de cuyas aguas se surten otros centros urbanos ubicados más abajo.

Poca explicó que “una manera de evaluar el nivel de riesgo sanitario que implica el encadenamiento de ciudades es a través de la relación población-caudal del curso de agua”.

En ese sentido, puntualizó que la relación del Paraná por metro cúbico por segundo es de 273 habitantes, lo que lo coloca en ventaja con otros cursos de agua de menor envergadura, como el río Tercero, donde la relación entre población y caudal es de 5.245 habitantes por metro cúbico por segundo.

“Es importante estimular la discusión de la capacidad de reacción de los entes prestadores de servicio de depuración y de provisión de agua ante estas situaciones para evitar que el riesgo sanitario escale”, recomendó.

Finalmente, otro dato destacado en el estudio es que el 38% de la población relevada no cuenta con una red cloacal. “Esto implica una descarga de aguas no tratadas de manera anárquica o desorganizada en espacios urbanos que ponen en riesgo la salud pública”, afirmó Poca.

El relevamiento, realizado mediante un convenio entre el Conicet y el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible de la Nación, derivó en un mapa abierto a actualizaciones y disponible en internet: Aguas Claras.

El mapa interactivo ubica las fuentes de agua potable y los destinos de aguas servidas de 243 ciudades argentinas, y ayuda a comprender la realidad hídrica del país.

 

Ambiente

Un plan para restaurar la selva misionera superó los 200.000 árboles plantados

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La Fundación Vida Silvestre celebró la plantación de más de 200 mil árboles nativos con el objetivo de restaurar la selva misionera en zonas deforestadas. Al mismo tiempo, consideraron que la iniciativa es clave para recuperar al yaguareté, entre otras especies que habitan la fauna y flora regional.

A través de un comunicado, afirmaron que “la pérdida y fragmentación del monte es una de las principales amenazas para el felino”. Sin ir más lejos, según datos del último censo del yaguareté en la región del Corredor Verde entre Misiones y Brasil, esta población descendió a una media de 84 ejemplares, frente a los 93 registrados en 2022.

De manera preventiva ante esta situación, hace más de quince años Vida Silvestre trabaja en la provincia para recuperar y reconectar la selva misionera y el hábitat del yaguareté, de la mano de más de 200 familias de pequeños y medianos productores rurales de Andresito y San Pedro.

Fue así que en la última década y media lograron plantar más de 200.000 árboles nativos y restaurar unas 640 hectáreas de selva en áreas clave para recuperar corredores de biodiversidad. 

En el mismo documento, detallaron que actualmente los esfuerzos están focalizados en San Pedro y en reforzar la conectividad de la selva entre el Parque Provincial Cruce Caballero y la Reserva de Biósfera Yabotí. “En esta región, tanto las y los pobladores como los fragmentos de bosque nativo aún conservan la memoria del rugido del yaguareté”, señalaron. 

“Desde Vida Silvestre estamos convencidos de la necesidad de recuperar la selva misionera no sólo para el yaguareté y la biodiversidad, sino también para las personas ya que los beneficios o servicios ecosistémicos que brinda el monte son esenciales para el bienestar y para afrontar el cambio climático”, señaló Claudia Amicone, especialista en restauración y comunidad de la fundación. 

Además, indicó: “Nuestro trabajo de restauración lo realizamos en sitios de alto valor para el hábitat del yaguareté en donde, mediante diversos estudios, las necesidades de intervención para no perder la conectividad de los grandes bloques de serva que quedan en Misiones son urgentes”. 

“Sin selva, no hay fauna. Sin conectividad ecológica, el yaguareté no tiene futuro. Cada hectárea restaurada es una pieza clave en el rompecabezas de la conservación”, concluyó Amicone. 

Acciones colectivas para la conservación

A través de acuerdos voluntarios, acompañamiento técnico y económico, y prácticas productivas sostenibles, varias familias participan activamente en la recuperación del bosque en sus chacras. 

En este momento, 38 familias preparan el terreno para enriquecer con árboles nativos sectores de selva existentes, plantar sobre áreas degradadas y trabajar en procesos productivos de manera amigable con el ambiente, como los sistemas agroforestales.

Se trata de acciones que sumarían en el mediano y largo plazo contribuyendo con la recuperación de flora y fauna, además de impulsar prácticas que atenten contra la pérdida del hábitat, como la caza furtiva, los conflictos con actividades productivas y los atropellamientos. 

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Rescatan a mona que estuvo siete años en cautiverio en una casa de Puerto Rico

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Ayer en horas del mediodía, personal policial, junto a un equipo de ambientalistas, procedió al rescate de una mona Caí que estuvo casi una década en cautiverio, dentro de una jaula de un metro cuadrado.

“Yo estoy haciendo un asado acá y ella me está golpeando el plato allá, quiere un pedazo de asado y yo le doy asado. Le doy fruta, le doy lo que sea. Es como un animal cualquiera”, se escucha relatar a quien sería el propietario de la vivienda, ubicada en el Barrio 130 de Puerto Rico, donde estuvo encerrada la mona de especie Caí (Sapajus nigritus), en un video que no tardó en viralizarse. 

Sin embargo, tras el arribo de policías y ambientalistas, el responsable hizo entrega de manera voluntaria del animal que habría estado al menos 7 años en situación de mascotismo. 

Nuestra fauna silvestre no merece este destino. Hoy, gracias al trabajo conjunto de la Policía de Misiones, a través de su División de Defensa del Medio Ambiente, el Ministerio de Ecología y el Centro de Conservación de Fauna (Ohana), esta mona inicia su segunda oportunidad de vida”, aseveró la Policía de Misiones a través de un posteo en Instagram.

Peligro de extinción 

A lo largo y ancho del país habitan cinco especies de monos, entre ellas, dos aulladores, dos capuchinos (o Caí) y el mono de noche o mirikiná. 

En Misiones se encuentran las especies Caí y Carayá, esta última en peligro de extinción, por lo que en septiembre de 2022, el mono Carayá negro y dorado (Aloutta), fue declarado Monumento Natural Provincial, para protegerlos y tratar de recuperar sus poblaciones frente a la caza furtiva, los brotes de fiebre amarilla y la deforestación que los llevó a ser una especie en peligro de extinción en Misiones.

De acuerdo a la categorización nacional de conservación para mamíferos argentinos, las poblaciones de monos aulladores carayá en el país “han sufrido una reducción poblacional del 10% en una generación (10 años) y se infiere una reducción para el futuro a 2 generaciones (20 años) de al menos 20%”.

En Misiones particularmente, la población de ambas especies es muy escasa comparada con otras provincias. Debido a los cambios del suelo por deforestación, muchos se vieron obligados a migrar, mientras que otros no resistieron el cambio de habitat. 

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Invitan a jornada por el Día Internacional del Ambiente en la FCEQyN

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En el marco de una fecha que intenta promover la conciencia y pensar qué implica educar en contextos de crisis ambiental, la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales (FCEQyN) de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) convoca a estudiantes, docentes y a la comunidad en general a la XIII Jornada del Día Internacional del Ambiente, este viernes 27 de junio de 14 a 19, en su sede ubicada en calle Félix de Azara 1552 de Posadas.

En esta oportunidad el lema será “Unidos por un mundo sin plásticos: de la Ley Yolanda a la acción”, con el objetivo de reflexionar y divulgar esta legislación Nº 27.592, sancionada en noviembre del año 2020.

La misma establece la obligatoriedad de la capacitación en temas ambientales en todos los niveles del Estado y adherir a la campaña del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que declara al 2025 como el Año Internacional para poner fin a la contaminación por plásticos.

Su nombre surgió en homenaje a Yolanda Ortiz, quien fuera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano en Argentina, reconociendo que “su trabajo en la protección del ambiente fue muy importante en toda Latinoamérica”.

Temas y disertantes

El encuentro se llevará a cabo el aula magna, ubicada en el primer piso del edificio central, donde los presentes debatirán sobre distintos ítems, que van desde presencia de microplásticos en el río Paraná; bioplásticos de almidón de mandioca; gestión de residuos compostables en la Facultad de Exactas (Tekororiq); innovación empresarial: materiales a partir de plásticos reciclados (Terekua sustentable), entre otros.

Las disertantes serán Gladys Garrido, directora del Instituto de Ciencia Ambiental y Desarrollo Sostenible (Icades) y las docentes e investigadoras Pamela Cuenca y Natasha Schvezov.

La actividad es organizada por dicha casa de estudios, el Icades, el Programa de Extensión Educación Ambiental para la Sostenibilidad (PEA) y la Cátedra de Ecología de la FCEQyN.

Los interesados deberán inscribirse a través del enlace https://bit.ly/3GgpsiY, y recibirán certificaciones digitales al finalizar la jornada. 

Programa completo: https://www.fceqyn.unam.edu.ar/jornada-ambiente-2025/

 

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