Cultura
Jorge Villarreal, el guitarrista misionero de Sandro: “Daba todo en el escenario”
Jorge Villarreal es el guitarrista misionero que tocó con Sandro durante veinte años y que estuvo presente para el que fue su último recital en el Teatro Gran Rex, el 16 de mayo de 2004, para un show de casi tres horas y ante 3.500 personas. “Iba a ser esa seguidilla que hacíamos siempre durante el año. Empezábamos en Rosario y seguíamos por las provincias, terminando, no sé, en cuarenta recitales. Una cosa de locos”, recordó Villarreal a La Voz de Misiones.
“Hasta el último tema las canciones las cantaba en el mismo tono. En el escenario subía otra persona. Daba todo. Nunca bajar un tono ‘porque no llego a lo que llegaba cuando era joven’. Lo mayoritario que se puede apreciar de él es cómo se entregaba”.
No obstante, a pesar de que siempre puso todo el cuerpo para cada interpretación, Sandro tenía los pulmones en muy delicado estado. Por eso se vio obligado a cancelar cualquier posibilidad de gira después de aquel Gran Rex. “Esos veinte años que estuve con él tocamos por todos lados, de acá de la Argentina, desde Ushuaia a Canadá, en todos los países. Y para el Oeste del Mapa, fuimos a Australia también con él”, resumió el guitarrista.

Jorge Villarreal. Guitarrista sesionista, oriundo de Puerto Rico
Según describió Villarreal, el cantautor era una persona “súper normal” aunque, “como él decía, ‘yo soy Sandro arriba del escenario. Después, cuando bajo, soy Roberto’. Él hacía esa diferencia”. La devoción por Sandro de América era tan grande que despertaba un fanatismo único, traducido en “Las Nenas”, las mujeres que siempre copaban las butacas más cercanas. “No sabes lo que era eso”, dijo el guitarrista.
“Cuando empezábamos en el Gran Rex, o donde sea que íbamos a tocar, mirábamos un poquito a través de la cortina y había siempre unas tres o cuatro filas que ya estaban llorando. La mayoría mujeres. Era así. Así era la historia de Roberto. Y esa gente no paraba de llorar hasta que el show terminaba”.

Daba todo en el escenario. Su último recital fue hace veinte años, en mayo de 2004
Como músico sesionista, Villarreal se probó ante el director musical de Sandro y quedó seleccionado en 1984. Desde el momento que ingresó a la banda, la nueva etapa de Sandro “capturó otro tipo de público. No tanto rockero, sino más lo baladista”, comparó el músico que también lo acompañó al autor de “Dame fuego” en los programas de televisión que conducía en Canal 13 y que se llamaba “Querido Sandro”, adonde venían a cantar diversos artistas famosos.
Hace veinte años atrás, cuando se concretaba el que sin saberlo fue su último recital, Roberto Sánchez padecía las consecuencias un enfisema pulmonar, diagnosticado en 1998. Por eso debió ser intervenido en 2005 y, cuatro años después, recibió un doble transplante, de los pulmones y el corazón. Lamentablemente, el gran cantautor argentino falleció el 10 de enero del 2010, a los 64 años.

Bajo la atenta mirada. “Era una persona normal”, dijo el guitarrista sobre Sandro de América.
Homenaje a Sandro con Fernando Samartín
No obstante y ante la dura ausencia de uno de los máximos cantautores del país, la leyenda continuó con el tiempo. Porque los músicos que lo acompañaron en los últimos tiempos aceptaron tocar con el imitador de Sandro, Fernando Samartín, para un conmovedor espectáculo que tuvo varias giras y que incluso llegó a Posadas en 2013 al Montoya, con Villarreal en la guitarra.
Más recientemente, en marzo se realizó en el Teatro Gran Rex el mismo espectáculo que tiene más de dos décadas de homenaje, en el que la imitación pasa a ser un calco de las emociones vividas con El Gitano. Allí, como en otras oportunidades, estuvo tocando Jorge Villarreal.
@lavozdemisiones Jorge Villarreal es el guitarrista misionero que tocó con Sandro veinte años y que estuvo presente para el que fue su último recital en el Teatro Gran Rex. El último concierto de El Gitano ocurrió hace poco más de veinte años atrás, el 16 de mayo de 2004, para un show de casi tres horas y ante 3.500 personas. “Iba a ser esa seguidilla que hacíamos siempre durante el año. Empezábamos en Rosario y seguíamos por las provincias, terminando, no sé, en cuarenta recitales. Una cosa de locos”, recordó Villarreal a La Voz de Misiones. #LaVozdeMisiones
Jorge Villarreal nació en Puerto Rico y allí aprendió a tocar la guitarra. Su hermano Hugo, cuatro años más chico, se dedicó al bajo. Antes de irse a estudiar en un conservatorio en Buenos Aires, Jorge vivió en Posadas, donde terminó el colegio en el Roque González e integró la banda Los Biker’s, junto a Polo Peralta y otros músicos.

Dame fuego. Sandro y Villarreal (derecha) en una de las tantas giras por el mundo
En Buenos Aires tocó un buen tiempo con artistas como Manuela Bravo o Gian Franco Pagliaro, con quien recorrió el país varias veces. Su hermano Hugo actualmente está retirado de la música pero formó parte de la banda Pastoral y acompañó en el bajo a Sergio Denis en la década del 90.
Actualmente y como hace 25 años, Jorge atiende su local de música en El Palomar del Gran Buenos Aires. Allí enseña música, se dedica a la luthería y a la venta de instrumentos. Además, mientras no es parte de los tributos a Sandro, suele salir de gira con otros artistas. Jairo lo llamó hace poco y con él se fue de gira a Córdoba, porque las cuerdas de Jorge aún tienen ese “mundo de sensaciones” que acompañó a Sandro.

Con Fernando Samartín. Para los homenajes a Sandro
Cultura
Vuelve “Cómo criar monstruos marinos”, la obra que se renueva una vez al año
Con actuaciones de Bárbara Hobecker, Silvana Gregori y Leo Rojas, dirección y dramaturgia de Lucas Pérez Campos, la conferencia performática “Cómo criar monstruos marinos” se presentará este sábado a las 21 horas en el auditorio de la Escuela de Rock (3 de Febrero 1660), con entradas anticipadas a $ 15.000.
La función tendrá música de Leo Rojas y Pali Álvarez, pintura en vivo de Giuliana Pinzone y como anfitrión tendrá a Agustín del Piano.
Se trata de una conferencia dramatizada que se presenta una vez al año con material renovado, y que aborda el proceso creativo desde un cruce entre el teatro, la danza y la performance, con producción de Belén Vedoya y Sasa Pedroso.
La propuesta se estructura como una disertación escénica en la que una mujer intenta hablar sobre la creación, pero su discurso se fragmenta y da lugar a la aparición de un “monstruo marino”, concebido como una proyección física de su deseo y su pensamiento. A partir de ese quiebre, la palabra pierde centralidad y la escena se desplaza hacia el trabajo corporal.
La dramaturgia toma como marco referencias filosóficas vinculadas a los desarrollos de Friedrich Nietzsche, Michel Foucault y Gilles Deleuze, aunque sin formato expositivo. Estos conceptos funcionan como soporte para una progresión escénica en espiral, en la que el cuerpo asume el protagonismo frente al lenguaje.
La conferencia performática combina recursos de la danza contemporánea, la música en vivo y un diseño visual austero. La construcción escénica se apoya en acciones físicas de mínima escala, atmósferas sonoras y un trabajo lumínico que modifica la percepción del espacio.
Dividida en cinco escenas, la obra propone un recorrido que va del discurso a la acción, del pensamiento al cuerpo, y plantea una transformación progresiva de la conferencista en su propia criatura escénica. El “monstruo” no aparece como antagonista, sino como una figura que debe ser reconocida y sostenida.
En términos argumentales, “Cómo criar monstruos marinos” presenta una reflexión sobre qué sucede cuando una idea adquiere forma corporal y cuando ese cuerpo permanece en escena más allá de la palabra que lo originó.

Cultura
Cierra en diciembre el bar Universal Club, esquina de rock y teatro posadeño
Tras seis años en la esquina de Buenos Aires y Catamarca, con recitales todas las semanas, el bar Universal Club cerrará a fines de diciembre. Así lo confirmó su propietaria, Laura Ripoll, a La Voz de Misiones.
La despedida será el 20 de diciembre y la intención es cerrar la calle para realizar un festival con varias bandas. No obstante, como el dueño de la esquina tiene otro plan con el espacio, Ripoll quiere relocalizar el bar Universal Club en otro punto de Posadas, una ubicación que aún se encuentra en búsqueda.
Ripoll compró el fondo de comercio en 2022 a los anteriores dueños que regenteaban el mismo espacio y, desde entonces, “pasaron más de 300 bandas”, confirmó. Sin embargo, teniendo en cuenta que el bar abrió en 2019 con las mismas características de programación, la cifra de las bandas y conciertos podría ser aproximadamente el doble.
“Han venido artistas de otras provincias, pero sobre todo es un espacio que se destaca por haber difundido, sostenido y puesto bien arriba la música y los artistas locales, además de espectáculos de stand up”, indicó.
Remarcó también que “las bandas se quedaban con el 100 % de la recaudación de las entradas, por lo que el bar solo obtenía ingresos mediante la venta de bebidas y comidas”.

Ripoll en Universal junto a Chevaman, el grupo local que versiona a Los Abuelos de la Nada
Asimismo, analizó que en Misiones “hay muchos artistas, quizá no tan conocidos, pero muy talentosos, gente que yo misma no conocía y que me sorprendió”, admitió la dueña de Universal, un espacio que además se caracterizó por tener un plantel laboral mayoritariamente femenino.
“En el último tiempo se sumó un sonidista y, ocasionalmente, un DJ. La particularidad de Universal es que abrió sus puertas a muchas bandas que no tenían dónde tocar, sobre todo chicos jóvenes o de la escena under: trap, rap, hip hop, artistas que ni siquiera contaban con micrófono o sonido propio. Yo compré el equipo de sonido y siempre me hice cargo del pago del sonidista”, explicó.
Desde sus comienzos en 2019, y con otros dueños, el espacio ubicado en Buenos Aires 2198 albergó conciertos de artistas como Gastón Nakazato, Gary Anadón, Ceci Moya, Flores a los Chanchos, Néctar, Estallando sobre el Río, Katana y Luciano Matiz, por nombrar algunos pocos.
También hubo teatro, con obras como “Track 33”, “Sin Valentín” y “El Hijo del Monte”, además de ciclos de poesía y debates políticos en plena campaña electoral.
En este tiempo, se sumaron recitales de bandas que debutaron sobre el mismo escenario, y hasta grupos del punk y el metal que no tenían donde tocar tras el cierre de La Bionda, otro espacio característico del under posadeño que se despidióen marzo del año pasado y que luego reabrió en otro local, aunque sin la cartelera de antes.
“El bar se amplió porque antes no tenía comida ni personal, y yo incorporé un plantel íntegramente femenino: mozas, cocina, encargada y propietaria. Siempre un grupo de seis o siete mujeres”, detalló Ripoll, quien además de empresaria es locutora y productora.
“Al trabajar en los medios, también tuve la posibilidad de difundir a las bandas que pasaron por Universal e invitarlas a mi programa de radio”, señaló.
En conclusión, afirmó: “Estoy muy contenta porque el balance es positivo. No me llené de plata ni recaudé lo que me hubiese gustado, pero tampoco me fue mal. Mucha gente de los rubros mozo y cocina tuvo trabajo, y eso para mí es gratificante. Universal fue siempre un espacio chico, para 40 o 50 personas, y por eso también resultó un lugar ameno”.
Después de mil conciertos en doce años, en marzo cerrará el bar La Bionda
Cultura
Se cumplieron 60 años de María Helena consagrada en el Festival del Litoral
Se cumplieron 60 años de la consagración de María Helena en el III Festival Nacional de la Música del Litoral. La noche del 22 de noviembre de 1965 la joven cantante bonaerense (19) fue aplaudida de pie y se alzó con el Mate Misionero, el galardón de la “Revelación” del festival.
“La Novia de Posadas” alcanzó la gloria muy rápido, pero su vida se truncó temprano, a los 22 años. Aun así, su legado permanece vigente como una de las voces más destacadas del folklore argentino.
Ese concierto “fue apoteótico: aplausos, bises y repeticiones de canciones con un anfiteatro fervoroso”, recordó María Elena Alarcón, amiga de la artista y presidenta durante muchos años de la Comisión de Homenajes a María Helena.

Con el Mate Misionero. Premio Revelación que obtuvo María Helena en 1965
Hija de inmigrantes, adoptada por el Litoral
Entre el 13 y el 21 de noviembre de 1965 se celebró en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez el tercer Festival de la Música del Litoral. Entre los invitados especiales figuraban Mario del Tránsito Cocomarola, Antonio Tormo, Los Huincas y Ramón Méndez.
En esa nómina también estaba una joven promesa de la que se hablaba cada vez más: su voz ya había alcanzado a las principales emisoras, pero aún no había pisado Cosquín ni ningún otro festival importante del país.
Sin embargo, su actuación en la calurosa ciudad posadeña superó cualquier expectativa. Fue una sensación como solista pero también a dúo con un joven Horacio Guarany, que la había invitado a cantar con él. Los cinco mil espectadores del anfiteatro la aplaudieron de pie, muchos con antorchas improvisadas con rollos de diario que se usaban para cubrir las gradas de cemento.
Su nombre era María Kalasakis, oriunda de Remedios de Escalada, provincia de Buenos Aires. Tenía apenas 19 años y, hasta unos meses antes del festival, era prácticamente desconocida.
Meses antes de consagrarse en el Festival del Litoral estaba cantando en un acto escolar de la Iglesia Cristo Rey de Lanús, en Buenos Aires. Entre el público estaba un espectador clave: Roberto Galán, conductor del programa Remates musicales.
Al escucharla, quedó tan impactado que la invitó a cantar en televisión. Su paso por Canal 9 llevó a que fuera presentada al sello CBS Columbia, donde poco después grabó su primer disco.
Su interpretación de “Ribereña” o “Canto islero” en emisoras como Radio El Mundo alcanzó a un público exigente, justo en el auge del folklore y la música litoraleña.
María Kalasakis era hija de una riojana y un griego. Su nombre artístico surgió de su hermana Elena, y más tarde le agregó la “H” en homenaje a los helenistas, en referencia al período de mayor esplendor de la Antigua Grecia.

La amistad en Posadas
Cuando su popularidad explotó en Posadas, Elena Gloria Alarcón era apenas unos años menor que la cantante. La admiración la llevó a acercarse a la joven bonaerense y así entablar una amistad que perduró más allá del tiempo. Curiosamente, ambas nacieron el mismo día: el 4 de agosto.
A sus 72 años Alarcón conserva fotografías, discos, recortes, partituras y todo tipo de material de la artista. “Ella era muy querida porque llegaba uno o dos días antes, se hospedaba en un hotel y recorría la ciudad, la plaza”, recordó sobre aquellos años 60.
Su repertorio incluía “Sol del Litoral”, “Viejo Paraná”, “Canto islero” y destacadas versiones de polcas, rasguido doble y chamamé. Gracias a su refinada interpretación también se popularizó “Mi serenata”, del misionero Fermín Fierro, quien luego grabó un disco donde la propia María Helena participó como colaboradora.
Tras aquella épica presentación sobre el escenario, el público misionero la esperaría con gran cariño y afecto en las siguientes ediciones del festival litoraleño. Pero esa historia se interrumpió trágicamente el 17 de diciembre de 1969.
A los 22 años, la cantante murió en un accidente automovilístico en la ruta 14, cerca de Santo Tomé, Corrientes, cuando regresaba de una actuación. Viajaba en el asiento del acompañante cuando el auto mordió la banquina y volcó; la fuerza del impacto la expulsó del vehículo y el coche cayó sobre ella. No hubo nada que hacer.
Un día antes había almorzado con Elena Gloria Alarcón en Posadas. La noticia causó conmoción en toda la ciudad. “Fue un shock, sentimos muchísimo su partida”, contó su amiga, que aún mantiene contacto con la familia.
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Tan importante como Mercedes Sosa
Aunque su discografía es breve por la prematura muerte, la impronta de María Helena perdura. Para la cantante misionera y ganadora del Premio Gardel, Flor Bobadilla Oliva, su voz es “completa, emocionante y técnicamente admirable”, y fue una inspiración en sus inicios profesionales.
Para Bobadilla Oliva, María Helena es tan importante como Ramona Galarza o Mercedes Sosa en la historia de las cantantes folklóricas.
El recuerdo de “La Novia de Posadas” sigue vigente sobre el escenario. Testigo de eso es “Canción del adiós”, estrenada en 2019, que reconstruye el repertorio de María Helena con la actriz Veroka Fedeli en la voz y con la dirección de Silvina Warenycia.
“Siendo de otros lugares hizo propia la música litoraleña”, reflexionó Fedeli, que destacó “la forma en que ella cantaba las canciones, el sentimiento que le ponía no se ha podido repetir. Las otras intérpretes son maravillosas pero no en el estilo de María Helena, que tenía esa juventud, esa forma peculiar de cantar, del fraseo”.
El 4 de agosto del año entrante se cumplirán 80 años del nacimiento de María Helena, todo un acontecimiento que debería ser imposible de sortear en los espacios donde amaron su cantar.
Será una fecha tan importante como significó aquel debut en el tercer Festival Nacional de la Música del Litoral, una cita folklórica que creció a pasos soñados y agigantados pero que este año quedó reducido a tres noches, lejos del anfiteatro que retumbó de aplausos y vítores por su fiel novia: la inolvidable María Helena que el 22 de noviembre de 1965 alzó el preciado “Mate misionero”, el símbolo de la “Revelación” y la eterna Consagración posadeña.

Revista Folklore. Sobre la Consagración de María Helena en noviembre de 1965 en Posadas
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