Policiales
Sobrevivió a un accidente fatal y lo culparon a él: “Solo busco la verdad”

La vida de Samir Gabriel Daou (31) es muy diferente a la que llevaba cinco años atrás. Era profesor de Educación Física, cinturón negro de Taekwondo y bajista, pero nada de ello es ahora y todo es consecuencia de lo sucedido el 5 de marzo de 2019, día en que se produjo un gravísimo accidente de tránsito que además provocó dos muertes y por el cual fue acusado injustamente.
Hoy, a cinco años del hecho y 38 cirugías después, Samir está de nuevo en Misiones, para cumplir parte de lo que aquel día quedó pendiente y visitar amigos, pero también para reclamar justicia. “Si hay justicia, hay verdad. Solo busco eso, que se sepa la verdad de lo sucedido. Yo no manejaba el auto”, sostuvo durante un encuentro con La Voz de Misiones.
Samir nació y vive en la localidad mendocina de Luján de Cuyo, pero en 2019 visitó la tierra colorada para participar de un encuentro nacional de la Juventud Libanesa en compañía de su amiga Melisa Caram (27) y para aprovechar el viaje luego decidieron conocer las Cataratas del Iguazú, pero no llegaron.
Por el camino, el Ford Fiesta en el que viajaban junto a otras tres personas colisionó de frente contra una camioneta Chevrolet S-10 sobre la ruta nacional 12, a la altura de Gobernador Roca, y su vida cambió por completo.
En el siniestro fallecieron Caram y la posadeña Melina Sosa Labandera (25), mientras que Samir, Facundo Chemes y el músico Andrés González (novio de Sosa Labandera) resultaron gravemente heridos.
“Del accidente en sí no me acuerdo mucho, tengo flashes, imágenes previas. Por suerte no me acuerdo, porque no sé qué haría si me acordase de todo lo que pasó o de ver a mis amigos heridos o muertos”, describió Samir.
“Yo después del hecho entré en coma, era el que menos probabilidades de sobrevivir tenía, todos pensaban que me moría ya camino al hospital. Por eso no me acuerdo nada, pero sí tengo imágenes que están en mis declaraciones. Tengo imágenes de quiénes iban a mi lado y quien iba manejando”, agregó con énfasis.

El accidente ocurrió el 5 de marzo de 2019, sobre la ruta nacional 12, en Gobernador Roca.
“Mucho tiempo esperé un ‘lo siento'”
Y el énfasis que elige para esta etapa de la entrevista tiene fundamento. Es que al despertar del coma varias después semanas, además de soportar las lesiones y de procesar la noticia de la muerte de su amiga Pipita Caram, tuvo que enfrentar cartas documentos y notificaciones judiciales que lo ubicaban como conductor del Ford Fiesta y, por ende, como el responsable de la tragedia.
“Me levanté mucho tiempo después con cartas documento que decían que yo tenía la culpa de doble homicidio culposo, lesiones graves y un montón de cosas más. Los medios hablaban de mí como el acusado o el autor del accidente. Fue desgastante explicarle a todo el mundo que el Poder Judicial de Misiones me acusaba injustamente, porque no fue así, yo no manejaba el auto”, ratificó el mendocino.
Lo que Samir dice es real. Los informes iniciales brindados por la Policía y las primeras actuaciones instruidas por la Justicia llevaban su nombre anotado en el casillero de imputado, cuando en realidad el conductor del Ford Fiesta era el músico Andrés González, aunque demostrar ello significaron varias presentaciones, audiencias, medidas de prueba, pericias y, principalmente, años.
Hoy la causa se encamina a su resolución, a tal punto que La Voz de Misiones pudo averiguar que en las últimas semanas el fiscal Christian Antúnez presentó el requerimiento de elevación a juicio del expediente con González acusado por los delitos de “homicidio culposo calificado dos hechos; lesiones graves culposas calificadas dos hechos; y lesiones gravísimas calificadas, todo en concurso real”.
Con esto, la causa está a un paso de llegar a juicio, instancia en la que González deberá sentarse en el banquillo de los acusados para responder por el siniestro que terminó con dos fallecidos.

Samir es de Mendoza. Estuvo un año internado y hasta hoy atravesó un total de 38 cirugías.
“Hoy yo ya no estoy imputado, pero estuve cuatro años y medio esperando que la Justicia diga la verdad. Hoy espero que esto pueda terminar lo más pronto posible”, sostuvo Samir.
Y el mendocino tampoco evitó la pregunta sobre González, aunque en ningún momento lo mencionó. “Yo no tengo bronca. No sé si le diría algo o si me saldría decirle algo. Ojalá que todo se eleve a juicio lo antes posible y sea la justicia la que hable. Yo mucho tiempo estuve esperando un acto o un gesto de humanidad. Yo estaba pasando por un montón de cosas, sufriendo, perdiendo todo, mientras él era reconocido por su resiliencia”, apuntó.
“Mucho tiempo esperé un ‘sí, lo siento’ o un ‘me hago cargo de mi imprudencia’. Ahora ya no espero nada. No sé qué haría si lo viera, tampoco sé si quisiera verlo. Yo sé que actué bien, porque aún internado hablé con todos”, continuó.
Además de trámites judiciales, en este nuevo viaje a Misiones Samir visitó a su amigo Facundo y juntos desean visitar el mariposario de Santa Ana como homenaje a Pipita, que era amante de las mariposas.
De nuevo al ring
El mendocino está muy diferente a lo que era aquella vez que vino al encuentro de jóvenes libaneses, pero contra esos primeros pronósticos hoy está vivo y también agradecido por el sostén recibido, tanto por su familia, como por sus amigos y principalmente su novia.
Casi como un médico más, Samir es capaz de enumerar todas las lesiones sufridas y las operaciones atravesadas: “De los tres que quedamos heridos yo era el que menos probabilidades de sobrevivir tenía. A parte de las lesiones de fémur y cadera, también me sacaron el vaso y tuve un edema pulmonar. Sufrí heridas en el húmero, tengo un clavo endomedular y la pierna derecha no la puedo mover normalmente. En la cara tengo diez placas y una malla metálica para contener los huesitos que quedaban. En los ojos quedé con estrabismo y perdí un nervio que impide que el ojo derecho pueda subir. En los oídos quedé con hipoacusia. Y en cada una de las 38 cirugías me expuse a cualquier cantidad de virus o bacterias intrahospitalaria. Actualmente tengo tres”.
“Mi nueva vida es muy diferente a la que tenía antes del accidente. Perdí todo, el trabajo, el deporte, la música. El cambio en mí fue enorme, para mí fue un antes y un después, pero por suerte tengo compañía, tengo amigos, familia y tengo a mi novia que es mi gran sostén. Tiré la toalla varias veces, pero ahí estuvieron ellos para agarrarla de nuevo y mandarme de nuevo al ring”, agradeció.
Revés judicial para músico imputado por accidente fatal en Roca en 2019
Policiales
Detuvieron a dos hermanos menores de edad por un homicidio en San Pedro

La Policía detuvo a los dos adolescentes que estaban bajo la lupa por el asesinato de Facundo Giménez (21), crimen cometido anoche en una chacra de colonia San Lorenzo, en San Pedro.
Los detenidos son los hermanos Josías y David, de 15 y 17 años, quienes habían sido señalados como sospechosos del crimen apenas comenzó la investigación del caso.
Los implicados fueron localizados esta tarde durante una serie de procedimientos ejecutados en inmediaciones a la escena del crimen, en una zona rural ubicada a unos 17 kilómetros de la ruta nacional 14, en dirección a la Biósfera de Yabotí.
Ambos sospechosos quedaron a disposición del Juzgado Correccional y de Menores de Eldorado y en presencia de sus padres fueron trasladados al Cemoas de esa misma ciudad, donde quedarán alojados mientras avanza el expediente judicial.
Según detalló la Policía, en el marco de la causa se incautó una motocicleta 110 que pertenecería a uno de los dos hermanos detenidos y será sometido a pericias en busca de pistas que puedan orientar la investigación.
Mientras tanto, la Justicia aguarda el resultado del examen de autopsia al cuerpo de la víctima y los pesquisas continúan recolectando testimonios para esclarecer el móvil del crimen.
Facundo Giménez tenía 21 años, residía en el paraje Aster, también de San Pedro, y anoche fue ultimado de una puñalada en el tórax.
Buscan a dos sospechosos del crimen de un joven en San Pedro
Policiales
Buscan a dos sospechosos del crimen de un joven en San Pedro

Un joven de 21 años fue asesinado a puñaladas el domingo a la noche en colonia San Lorenzo, una zona de difícil acceso ubicada en cercanías a la Biósfera de Yaboti en San Pedro, y por el hecho la Policía busca a dos adolescentes en la mira.
La víctima fue identificada como Facundo Giménez (21), domiciliado en el paraje Aster, también de San Pedro, mientras que los sospechosos serían dos hermanos de 16 y 17 años.
De acuerdo a lo consignado por fuentes policiales, el crimen de Giménez se registró en una zona rural de colonia San Lorenzo, unos 17 kilómetros adentro de la ruta nacional 14.
Allí los agentes policiales dieron con el cuerpo de la víctima, que presentaba una herida punzocortante en la región torácica, a la altura del arco costal derecho. Por las características de la lesión, se estima que fue efectuada con un arma blanca, aunque de igual manera el Juzgado de Instrucción Uno de San Pedro ordenó que se realice un examen de autopsia.
Por los testimonios recolectados, se estima que dos hermanos pudieron haber sido los autores del crimen. Los sospechosos ya están identificados y son intensamente buscados.
Una prueba que vincula a los hermanos al hecho es que en inmediaciones a la escena del crimen los policías encontraron una motocicleta Keller 110 abandonada que habría sido utilizada por al menos uno de los jóvenes apuntados.
Judiciales
El miércoles juzgarán a cacique mbya acusado de femicidio en San Vicente

El Tribunal Penal Uno de Oberá fijó para los días 18 y 19 de junio las audiencias de juicio oral contra el cacique acusado de matar e incinerar los restos de su pareja en la comunidad mbya guaraní Tarumá Poty de San Vicente en plena pandemia, contexto que utilizó como coartada, aunque las pruebas lo llevaron a ser imputado por femicidio, figura bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.
El crimen de María Solange Diniz Rabela (22) se cometió el 12 de abril de 2020, aunque recién fue descubierto por las autoridades entre la tarde del 16 y la madrugada del día siguiente, y el único acusado del hecho es el cacique Claudio, formalmente identificado como Marcelo Núñez, quien enfrenta cargos por “homicidio agravado por femicidio”.
El debate oral para esclarecer el caso ya había sido programado para agosto de 2024, pero la declaración de una nulidad en el requerimiento de elevación a juicio obligó a retrasar el proceso.
Subsanada esa cuestión, el expediente volvió a ser remitido al TP Uno de Oberá, cuyos autoridades ahora volvieron fijar a fecha para el inicio de las audiencias y los días elegidos para sentar a Nuñez en el banquillo de los acusados son este martes y miércoles.
Según consignaron fuentes consultadas por La Voz de Misiones, son catorce los testigos citados a comparecer ante el tribunal que estará conformado por los magistrados Francisco Aguirre, Horacio Paniagua y Julio Carvallo, este último como subrogante legal.
En representación de la fiscalía estará David Ezequiel Augusto Milicich, mientras que el acusado contará con la defensa del abogado particular Jorge Horacio Zabulanez y también se convocó a un intérprete del idioma guaraní para favorecer la comunicación y garantizar el entendimiento de las partes con el imputado.
Teoría del Covid
Diniz Rabela, que no era originaria y era madre de dos niños producto de una relación anterior, estaba en pareja con el cacique Claudio y hace unos siete meses había decidido mudarse a Tarumá Poty, comunidad ubicada a unos 30 kilómetros del casco urbano de San Vicente y donde residían otros 20 miembros en ese momento.
Hasta allí llegó la Policía el 16 de abril luego de varios pedidos de ayuda por parte de los familiares de la víctima, quienes sabían que la muchacha se encontraba sin vida desde el domingo de Pascuas (12 de abril), pero desconocían en qué circunstancias se produjo el deceso, al tiempo que desconfiaban del cacique por recientes antecedentes de maltrato hacia Diniz Rabela.
A partir de ese momento se inició una investigación que terminó develando una sombría trama detrás de la muerte de la joven.

El crimen ocurrió dentro de la comunidad Tarumá Poty, a unos 30 kilómetros del casco urbano de San Vicente.
El cacique Claudio quedó inmediatamente bajo la lupa y ante las preguntas de los investigadores trazó una curiosa coartada utilizando la pandemia como pretexto. Es que el aseguró que la muchacha falleció por Covid y que por recomendación de los médicos que visitaban la comunidad decidió cremar y sepultar el cuerpo.
“Ella tuvo fiebre y tos, como se escucha en la radio. Hicieron una acusación sobre mí, pero yo jamás le haría mal a la gente de mi aldea. Murió de enfermedad”, se oyó decir al cacique en un audio enviado durante esos días de incertidumbre a un funcionario municipal dedicado a atender cuestiones mbya en la zona, al tiempo que sobre la incineración del cuerpo agregó: “Eso yo hice por orden del médico, él me dijo que habló con el jefe de la Policía y no se podía trasladar el cuerpo a ningún lado”.
Esa misma teoría el cacique Claudio la expandió dentro de la comunidad, aunque varios habitantes del lugar luego declararon y pusieron en jaque la versión del acusado al desmentir que la cremación de los cuerpos sea un procedimiento habitual en sus creencias.
Los médicos y visitantes habituales de la aldea también declararon posteriormente en la causa judicial y negaron haberle dado esas instrucciones al cacique involucrado.
Femicidio
La pesquisa reconstruyó, en tanto, que el femicidio fue cometido ese domingo 12 de abril. Ese día el cacique incineró a su pareja y sepultó sus restos a unos 200 metros de la zona de viviendas.
Con esa información, los pesquisas recorrieron la comunidad, encontraron rastros de tierra removida y dieron con los restos óseos correspondientes a Diniz Rabela.

Los restos óseos carbonizados de la joven fueron hallados a unos 200 metros de su casa.
Según describieron las fuentes en ese momento, el cuerpo estaba totalmente carbonizado, a excepción de una mano que aún presentaba vestigios de piel y otras extremidades superiores que al no ser consumidas por el fuego fueron sepultadas por el cacique.
Debido a la acción del fuego sobre el cadáver, la autopsia no pudo establecer la causal de muerte de la víctima, aunque todos los elementos recogidos hacen presumir que la joven padeció una muerte violenta previo a la incineración de sus restos.
Además, en la vivienda del cacique involucrado los pesquisas encontraron un serrucho y dos mantas con manchas de sangre.
Ante este panorama, Núñez quedó detenido, tiempo después fue procesado con la prisión preventiva y más de cinco años después deberá sentarse en el banquillo de los acusados. En caso de ser hallado culpable, en su contra recaería una pena de prisión perpetua, que prevé 35 años de cárcel de cumplimiento efectivo.
Elevaron a juicio la causa por el femicidio de Diniz Rabela en una aldea mbya
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