Policiales
San Antonio: doble femicida tenía una denuncia por violencia de género
Sergio Kozak, el hombre prófugo desde esta madrugada tras cometer un doble femicidio en el que asesinó a su novia Débora Elizalde y a su suegra Gabriela Agüero, en la localidad de San Antonio, registraba una denuncia por violencia y tenía una restricción de acercamiento vigente desde diciembre del año pasado.
La información, revelada a La Voz de Misiones por altas fuentes de la investigación, consigna que la denuncia fue radicada por Elizalde, de 24 años, el 6 de diciembre del año pasado por agresiones y maltratos verbales perpetrados por Kozak en estado de ebriedad.
En la denuncia intervino el Juzgado de Violencia Familiar de la localidad de Comandante Andresito, cuyas autoridades emitieron una restricción de acercamiento que aún hasta hoy está vigente, pero aparentemente la medida fue desobedecida por la pareja, ya que luego de la acusación habrían retomado la relación.
Este antecedente constituiría un nuevo elemento que comprometerá aún más la situación de Kozak, que deberá responder en una causa penal por los delitos de femicidio y femicidio vinculado, que prevé una pena de prisión perpetua.
Sin embargo, para que eso suceda, primero debe ser localizado y detenido, ya que permanece prófugo desde el momento del hecho.
Crimen y fuga
El hecho que conmociona a todo Misiones se registró cerca de las 4 de hoy, en el barrio Nueva Esperanza de San Antonio, cuando las víctimas descendieron de un automóvil en el que volvían a casa y fueron baleadas desde una Fiat Toro azul conducida por Kozak.
De acuerdo a lo que se pudo reconstruir, tanto Elizalde como su madre, de 39 años, y un hermano, de 20, estuvieron en un bar-pub de Bernardo de Irigoyen, hasta que cerca de las 3 decidieron regresar a casa.
El regreso a casa lo emprendieron a bordo de un Volkswagen Gol Trend que era conducido por otro hombre conocido como Pauliño, que aparentemente presta servicios como remisero.
Se estima que Kozak persiguió a la familia durante todo el viaje y cuando vio que tanto su novia como su suegra descendieron del rodado intentó embestirlas, pero falló y entonces abrió fuego desde su ventana con un revólver calibre 38 milímetros.
Las fuentes consultadas por LVM detallaron que en total se registraron tres disparos. Uno dio en el pecho de Elizalde, otro en el pecho de Agüero y el tercero en una mano de ésta última.
Como consecuencia de las graves lesiones, madre e hija perdieron la vida a los pocos minutos y ahora sus cuerpos se encuentran en la Morgue Judicial de Posadas para ser sometidos a un examen de autopsia.
El crimen fue presenciado por el hermano e hijo de las víctimas, que forcejeó con Kozak y logró arrebatarle el arma de fuego pero no pudo impedir su fuga.
En la escena trabajó el personal de la comisaría local y los especialistas de la División Criminalística, quienes incautaron el revólver y lo remitirán al laboratorio de la fuerza provincial para las correspondientes pericias balísticas.
Todas las labores fueron presenciadas y supervisadas por las autoridades judiciales al frente del caso, entre ellas el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, que interviene en el caso por cuestiones de jurisdicción.
Sangre y balas
Desde la madrugada, en tanto, diversas dependencias de la Policía de Misiones están abocadas a la búsqueda del sindicado femicida.
Hasta el momento, lo único que se sabe es que el hombre dejó abandonada su Fiat Toro en una chacra que sería de su propiedad y se ubica a unos 10 kilómetros de San Antonio, en dirección a Bernardo de Irigoyen.
Respecto a su paradero no se descarta ninguna hipótesis. Estiman que puede estar oculto en alguna otra propiedad, que ya pudo haber escapado a Brasil e incluso sostienen que pudo haberse quitado la vida en algún monte de la zona.
Todo es probable por estas horas, incluso la posibilidad de que haya contado con la colaboración de un tercero que lo pudo haber buscado desde el punto donde abandonó la Fiat Toro azul.
LVM también pudo saber que al momento del hallazgo la camioneta estaba totalmente cerrada, pero los investigadores lograron conseguir una copia de la llave y llegaron a su interior.
El rodado fue requisado y trasladado a sede policial para pericias de mayor complejidad. Las fuentes adelantaron que tanto en uno de los asientos, como en el piso y en una rueda delantera se detectaron manchas de sangre. Los restos de fluidos hemáticos podrían pertenecer a las víctimas y deberse a “salpicaduras” propias de los disparos.
Por último, este medio también averiguó que la vivienda de Kozak, un comerciante dueño de un telecentro en San Antonio, fue allanada con presencia judicial y en el lugar se incautaron municiones de idéntico calibre y marca que el revólver incautado en la escena del crimen. También se halló otra arma 22 milímetros.
Judiciales
Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida
Tras una nueva desestimación de la declaración autoincriminatoria de su padre, esta mañana se reanudó al juicio contra Pablo Schoenfisch (23), jornada que incorporó las primeras testimoniales, entre ellas la de un hermano del sospechoso, quien apuntó al acusado como autor del ataque parricida que acabó con la vida de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su progenitor Arnoldo (67), ex intendente de Santiago de Liniers.
Fueron cinco las testimoniales recibidas hoy por el Tribunal Penal Uno de Eldorado, todas ellas reveladoras para la hipótesis del caso que maneja la fiscalía, pero la de mayor emotividad fue la de Lucas Szumkoski (35), medio hermano del acusado, hijo de la mujer fallecida e hijastro del hombre baleado.
Entre lágrimas, el testigo no dudó en apuntar contra su hermano y en ratificar todo lo que declaró durante la etapa investigativa.
“Nunca imaginé que iba a ser él”
Szumkoski fue quien durante aquella madrugada del 14 de mayo de 2020 trasladó a ambas víctimas en su camioneta desde la casa familiar de Santiago de Liniers hasta el hospital Samic de Eldorado, donde se constató el deceso de su madre como consecuencia de un balazo en la cabeza y las graves lesiones que dejaron con secuelas de por vida a su padrastro por una lesión similar.
A diferencia de la versión trazada por su padrastro la semana pasada cuando efectuó una declaración autoincriminatoria para desligar al imputado del caso, Szumkoski robusteció las sospechas que giran contra Pablo.
“Nunca me imaginé que iba a ser él. Fui a la comisaría al día siguiente y le dije ‘sabes lo que hiciste’, mataste a tu mamá y a tu papá y él me dijo “sí”. Ahí le dije que no iba a ir al velorio de su mamá. Ahí ya la Policía me sacó para afuera. Yo siempre le defendí, decía que no podía ser. Pero mi hermanito le dio”, señaló mientras miraba al imputado y lo señalaba con el dedo.
Szumkoski también recordó una conversación que tuvo con su padrastro tiempo después del hecho: “Estaba mi primo René también. Yo le decía que siempre peleé por mi hermanito chiquitito. Ahí él (por Arnoldo) me dice ‘mirá como me dejó y vos le defendés’. Yo decía que él no era, pero me dijo: ‘Vos te vas a arrodillar ahí y te va sacar la cabeza de un tiro. Si a mí me dejó ciego, a vos te va a matar’”.
El joven describió a su hermano preso como “malcriado” y “vago como cualquier gurisada”, al tiempo que confirmó que el sospechoso sabía manipular armas de fuego. “Él siempre andaba tirando por ahí, a las palomas”, dijo.

El policía Patiño Benítez también arrojó declaraciones relevadoras.
“Pablito hizo cagada”
Otra de las testigos que compareció para la reanudación del debate oral fue Margarita Radke, una de las primeras personas en llegar al lugar para asistir a Arnoldo Schoenfisch tras sus gritos de auxilio.
A diferencia de su pareja Alberto -hermano de Arnoldo-, la mujer ratificó que en esos primeros minutos del caso el ex intendente atacado respondía que “Pablito hizo cagada” cuando le consultaban sobre qué había sucedido.
Esa misma expresión fue oída por Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y otra de las personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada.
“Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”, recordó la muchacha que además hacía tareas de limpieza en la casa de la abuela del imputado.
Justamente, trabajando en esa vivienda, ubicada en la misma propiedad donde ocurrió el hecho, Padilla encontró un guante oculto en una gaveta instalada en la habitación donde Pablo Schoenfisch durmió la noche del crimen.
La hipótesis acusatoria sostiene que ese guante fue utilizado por el imputado para disparar y no dejar marcas en el revólver calibre 38 utilizado como arma homicida.
“Fui a buscar una cortina a un baúl que estaba cerca de la cama. Cuando abrí estaba cortina y cuando saco veo un par de guantes, una bufanda y una gorra. Me pareció raro porque eso nunca estuvo ahí. Cuando lo comenté me dijeron que llame a la Policía”, reconstruyó Padilla, quien ante la consulta del fiscal Federico Rodríguez reconoció que “eran de Pablo. Era la gorra y la bufanda habitual que siempre utilizaba en invierno”.
Tanto Padilla como Radke además manifestaron que la relación entre el imputado y sus padres se había tornada complicada, con varias actitudes agresivas por parte del joven hacia la pareja. Los conflictos se habrían acrecentado en los últimos meses cuando Antúnez y Schoenfisch padre le “recortaron” a su hijo el uso de un cuatriciclo, del celular y la entrega de dinero.
“La relación de ellos ya estaba bastante pasada. Pablo estaba bastante testarudo. No quería estudiar, le mandaban a hacer algo y Pablo les mandaba a la mierda. Vivían discutiendo”, declaró Padilla.
“Gotas de sangre”
El quinto testigo tampoco pasó desapercibido. El subcomisario Raúl Bernardino Patiño Benítez era subjefe de la comisaría de Santiago de Liniers al momento del hecho y su accionar su clave para orientar las sospechas hacia un ataque parricida como principal hipótesis del caso.
Patiño Benitez declaró que a las 4.15 fue alertado del hecho por Szumkoski y que minutos antes de las 5 ya estuvo en el lugar, donde ordenó resguardar la escena, aguardar a criminalística e iniciar las averiguaciones.
En ese marco, sostuvo que al amanecer, cerca de las 8, tuvo su primer contacto con Pablo Schoenfisch. “Cuando lo veo le saco hacia la calle para hablar. Le pregunto por qué no estaba en la casa si él vivía con los padres y dijo que estaba en la casa de su abuela. Ahí me dijo ‘ yo entré y vi que mi mamá estaba tirada en la cama, muerta, y mi papá recostado contra un ropero, para mí estaba muerto también’. Le pregunté qué más hizo y me dijo que salió no más y se fue a la casa de abuela a dormir. Me pareció muy extraño, estaba despreocupado totalmente”, reconstruyó Patiño Benítez sobre aquel diálogo.
El testigo además señaló que mientras conversaba con el joven advirtió que en su pantalón habían “gotitas de color a sangre”, ante lo cual decidió cortar el diálogo y mantenerlo bajo una “vigilancia discreta” hasta que el juzgado ordenó una requisa para incautar esas prendas en la comisaría, lugar donde posteriormente quedó detenido y desde ese día nunca más recuperó la libertad.

Pablo Schoenfisch volvió a pasar frente al tribunal y acusó que todas las declaraciones en su contra eran mentira.
Defensa
Después de escuchar todas las declaraciones en su contra, Pablo Schoenfisch volvió a pedir la palabra para una ampliación de declaración, aunque no respondió preguntas y solo se limitó a responder las acusaciones.
Para él, todos los testigos de la jornada efectuaron “un falso testimonio” hacia él, incluso mencionó que las palabras de su hermano eran “mentira”. “Me están acusado de un delito que jamás cometí”, expresó.
Tras esa breve declaración, el tribunal presidido por la magistrada Adriana Andino e integrado por Atilio León y Javier Jourdan (subrogante), pasaron un cuarto intermedio hasta mañana a las 8.30 para continuar con más testimoniales.
La defensa del imputado, encabezada por los letrados Fabián De Sá y María Laura Alvarenga, solicitaron que el padre del imputado vuelva a ser citado para continuar con la declaración que había iniciado la semana pasada y fue suspendida para que se investigue su autoincriminación.
Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.
Judiciales
Pericia descarta “fenómenos alucinatorios” en detenido por femicidio de Medina
Una pericia psicológica efectuada sobre el único acusado del femicidio de la enfermera Elvira Irene Medina (61), registrado a fines de septiembre en Puerto Esperanza, descarta patologías de salud mental que configuren una posible inimputabilidad y la causa ahora avanza hacia el dictado de la prisión preventiva.
De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas por La Voz de Misiones, el informe psicológico concluye que el detenido identificado como Andrés Darío Garcete (45) no presenta “fenómenos alucinatorios” ni tampoco se observan “ideas de tipo delirantes” o “tendencia al pensamiento mágico”.
Otro punto clave del estudio señala que el imputado es capaz de “comprender y conducir sus actos”, como así también para comprender y adherirse a las normas y leyes sociales.
La pericia fue incorporada al expediente que dirige el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, que continúa recabando elementos para avanzar en el dictado de la prisión preventiva. Garcete está imputado por femicidio, figura que prevé una pena de prisión perpetua.

Irene Medina era enfermera y cuidaba al padre del sospechoso.
El caso
El femicidio de la enfermera Medina se descubrió el 26 de septiembre, cuando la Policía salió a buscarla tras permanecer desaparecida desde las 15 de ese mismo y finalmente la encontró sin vida en un baldío contiguo a la vivienda de un adulto mayor al que cuidaba hace aproximadamente un mes.
Justamente, el hijo de ese paciente que Medina atendía es el hombre que ahora aparece como sospechoso. Cuando la Policía llegó a su casa Garcete se mostró nervioso, reticente y exhibía rasguños tanto en la cara como en el cuello.
Dentro de la vivienda más tarde encontraron pelos, un bolso con elementos de primeros auxilios y un trofeo de fútbol con manchas que podrían ser de sangre. Todo fue incautado, al igual que un escurridor y varios trapos de piso ante la posibilidad de que el lugar haya sido limpiado antes de la llegada de la Policía.
La búsqueda de Medina se inició cuando una de sus hijas se preocupó por su paradero. Es que la mujer salió de su casa a las 15 de ese viernes con destino a su trabajo en el barrio Villa Nueva, pero nunca regresó ni respondió llamadas o mensajes de texto.
La autopsia estableció que la víctima murió como consecuencia de una fractura de vértebra cervical. También tenía un traumatismo facial gravísimo que le ocasionó rotura de huesos de la cara. El crimen fue cometido a golpes.
Garcete quedó detenido esa misma noche y días después declaró ante la Justicia, instancia en la que admitió haber estado drogado con crack y no recordar nada sobre lo sucedido ese día.
Femicidio en Esperanza: enfermera fue a trabajar y la asesinaron a golpes
Policiales
Buscan a un niño de 11 años que lleva 24 horas desaparecido en Posadas
La Policía de Misiones busca intensamente a un niño de 11 años que fue reportado como desaparecido desde el martes, cuando salió de su casa en inmediaciones al barrio Libertad de Posadas y hasta el momento no regresó.
El niño en cuestión se llama Diego Monzón, tiene 11 años, mide aproximadamente 1,50 metros de altura, es de tez morena, tiene ojos negros y cabello largo.
Según informaron desde la comisaría Sexta, al momento de su desaparición el menor vestía una remera verde, zapatillas blancas marca Topper y pantalón azul.
Diego reside junto a su familia en la chacra 129, en inmediaciones a las avenidas Almirante Brown y Jauretche de Posadas, lugar del cual salió el martes y hasta el momento no volvió.
Las autoridades solicitan que ante cualquier información sobre su paradero sea comunicada a través del 911 o al 3765-507984, número institucional de la comisaría Sexta.
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