Policiales
Le robaron el celu en boliche posadeño, pagó $20.000 de “rescate” y la estafaron

Una vecina del barrio Itaembé Guazú de Posadas, de nombre Graciela Mary, denunció que el último fin de semana le robaron su teléfono celular en un boliche, tras lo cual le pidieron dinero a modo de “rescate” y terminó siendo estafada.
De acuerdo a la presentación policial, radicada en la Comisaría Tercera de la capital provincial, los hechos ocurrieron durante la madrugada del último domingo, en el local bailable La Rokita, ubicado en la avenida Lavalle casi Santa Cruz.
En un momento dado de la noche, alrededor de las 3.30 de la madrugada del domingo, la joven de 37 años dejó sobre la mesa su celular Samsung Z Flip 3 5G, valuado actualmente en unos 130.000 pesos.
“Lo dejé cinco segundos, me di vuelta y desapareció; también estaba el de mi marido y no se lo llevaron”, relató la damnificada a La Voz de Misiones.
Tras el hecho, la estudiante de auxiliar de farmacia contó que “me dirigí a los locutores para que digan por el micrófono que me habían robado, pero se burlaron de mi”, lamentó.
Asimismo, Mary solicitó ver las cámaras de seguridad al dueño, “pero se negaron y me sacaron afuera, como si fuera yo la ladrona; nadie se hizo cargo”.
Rescate fallido
Al otro día, un amigo de la denunciante realizó un posteo de Facebook contando del extravío del celular, tras lo cual se contactaron con él desde un perfil identificado como “Alexis Hilo Raro”, quien dijo que un tercero tenía el aparato y quería devolverlo.
En la llamada, realizada desde un número privado, pautaron encontrarse en el estacionamiento del Hipermercado Libertad para concretar el intercambio, para lo cual el joven les pidió la suma de 20.000 pesos a modo de rescate.
Es que, según aseguró, adquirió el celular de forma legítima, “pero como yo lo bloqueé, dijo que no le servía”, sostuvo Graciela.
“Primero pidió que le pase 6.000 pesos y luego 14.000, me pasó un alias, pero estaba a nombre de otra persona”, explicó.
La denunciante recordó que nunca se vieron cara a cara con el joven, “pero cuando llegamos, vimos que estacionó y lo reconocimos por las fotos del Facebook”.
En tanto, luego de realizar la transferencia desde la cuenta de Mercado Pago de su marido, “nos cortó la llamada y no pudimos recuperar el celular”.
La muchacha dijo a LVM que “tuve que comprarme otro con tarjeta” y que accedió a pagar el rescate debido a que “tengo una defensa, el jueves es mi examen y sí o sí necesitaba mi celular, por eso caí en la estafa”.
Luego de denunciar el hecho, la joven aportó los datos de la cuenta a la que transfirió el dinero: “No sabemos si es su nombre de verdad, lo único que sí quedó es el de Mercado Pago con su DNI y sus datos”, lo cuales ya fueron aportados a la Dirección de Cibercrimen.
Policiales
Golpiza en Holy: buscan acusar por “intento de homicidio” a patovicas

A una semana de la paliza perpetrada por al menos 5 guardias de seguridad del complejo gastronómico y bailable Holy en la Costanera de Posadas, la víctima del ataque grupal, Rodrigo Ocampos, de 20 años, continúa sufriendo las secuelas de los golpes.
Ahora, con el patrocinio legal del abogado Federico Esquivel, el denunciante comenzó un nuevo capítulo en la búsqueda de justicia. Según informó el letrado, ya le solicitaron al juzgado ser querellantes particulares en una causa que, van a proponer, sea caratulada como intento de homicidio agravado.
“No queremos que este caso quede en la nada. Vamos a buscar un castigo ejemplar para que este tipo de conductas no se repitan y pongan en riesgo la seguridad de los jóvenes, de nuestros hijos”, declaró el abogado Esquivel a este medio.
Según el representante legal de la víctima, la recolección de videos y el aporte de testigos de lo acontecido la madrugada del sábado pasado en los pasillos y a la salida del complejo Holy, podrían dar herramientas al juez Fernando Verón para configurar los hechos como un “homicidio en grado de tentativa”.

SECUELAS. La víctima de los patovicas con problemas en la visión de un ojo una semana después del ataque.
Fuertes, violentos y sin control
Siete días después del ataque de los patovicas de Holy, Rodrigo Ocampos todavía no pudo volver a trabajar en su barbería ni retomar los estudios. Un hematoma que tiñe de rojo sangre su ojo derecho le dejó la vista nublada, y escucha muy poco con el oído del mismo lado.
“Cuando me tiraron al piso por segunda vez, uno de los patovicas me puso la rodilla en el pecho y comenzaron de nuevo a pegarme entre todos”, recordó Ocampos. “Yo pedía ayuda, pero nadie hizo nada…”.
Luego lo sacaron del boliche bailable y la policía se hizo cargo, lo esposaron por la espalda y lo sentaron en el piso hasta su traslado al hospital Favaloro primero, y al Madariaga después para las primeras curaciones y el informe médico. El joven permaneció bajo custodia policial hasta las 13:30, cuando su papá fue a buscarlo a la comisaría seccional primera.

JUSTICIA. Ocampos y el abogado Esquivel hoy sábado por la mañana.
“La gravedad de las lesiones en cuerpo y las posibles secuelas son evidencia de la violencia ejercida por los guardias de seguridad que, lejos de poner a resguardo a un cliente de Holy, descargaron toda su furia contra un par de jovencitos”, señaló Esquivel.
El abogado posadeño remarcó que “la diferencia entre el físico de los patovicas y del joven agredido, y el hecho que entre 4 o 5 le pegaran a uno solo y lo dejaran casi inconsciente, demuestra de que no tienen límites. En cualquier momento puede ocurrir una tragedia mayor y podemos evitarlo”.
“Sería bueno conocer si el personal está capacitado para operar con jóvenes en eventos nocturnos, o simplemente son hombres musculosos que actúan por impulso, como chacales atacando al más débil”, señaló Esquivel sobre el staff de seguridad de Holy, sobre quienes no descartó solicitar una pericia toxicológica que pueda explicar la violencia ejercida.
Entre los guardias de Holy reconocidos al momento del ataque, los denunciantes aportaron a la justicia los nombres del jefe de seguridad, Nicolás Báez, y de dos de sus colaboradores: Gabriel Álvarez y Rubén Quintana.

TRABAJANDO. Nicolás Baez, jefe de seguridad de Holy. Foto de perfil de Facebook.

SEGURIDAD. Gabriel Álvarez, identificado como uno los patovica agresores de Holy.

ABOGADO. Federico Esquivel representa al joven víctima de los patovicas del Holy.
Policiales
Denunció a guardias de un boliche por golpiza: “Me estaban por matar”

Rodrigo Ocampos (20) denunció a los guardias de seguridad del boliche Holy, ubicado en la Costanera de Posadas, por una golpiza que sufrió el último sábado en el lugar. “Me estaban por matar”, afirmó el joven.
En diálogo con La Voz de Misiones, el muchacho contó que todo comenzó cerca de las 3.30, cuando ingresó a la discoteca junto a un amigo para encontrarse con tres amigas que esperaban adentro.
“Nos dirigimos al sector camarotes, que es como un sector ultra vip ubicado atrás de la cabina del DJ, y nos quedamos ahí una media hora”, recordó Rodrigo.
Pasado ese lapso de tiempo, un guardia de seguridad del boliche se acercó y les ordenó que se retiraran del camarote, según el testimonio del denunciante.
“Sin ninguna razón el patovica nos hizo bajar. Nosotros en ningún momento discutimos, simplemente bajamos y nos quedamos en el vip normal y compramos nuestra consumición”, continuó su relato.
El posadeño añadió que, media hora después, el mismo empleado de seguridad de Holy volvió hasta donde estaba junto a su amigo y les ordenó retirarse. “Otra vez nos querían hacer bajar, pero no estábamos haciendo nada. No sé si nos querían sacar del boliche o qué”, cuestionó.
Consultado por este medio si habían abonado el costo de la entrada vip para el lugar, Rodrigo afirmó: “Sí, pero igualmente nos querían sacar”.
Fue entonces que los jóvenes dialogaron con otro personal de la discoteca, quien les permitió que permanecieran en el lugar “y ahí no pasó más nada”.
Golpiza y denuncia
Una vez que el boliche cortó la música y encendió las luces, en señal de que la fiesta había terminado, Rodrigo y su amigo emprendieron el camino de salida sin imaginar lo que sucedería.
“Terminó todo y mientras voy bajando las escaleras me empujan los de seguridad. Ahí caigo por las escaleras, pero me levanto y cuando estoy saliendo del boliche veo que lo agarran a mi amigo”, denunció el posadeño.
Ante la situación, el joven decidió intervenir: “No sé si yo bruscamente cuando me quise sacar le habré pegado o algo al de seguridad y me agarran a mí entre dos. Uno me tira al suelo y viene otro. Me llevan a una parte oscura donde no hay cámaras, me vuelven a tirar al piso, uno me pone la rodilla en el piso y me empiezan a pegar sin parar”.
El denunciante manifestó que los empleados del local bailable continuaron golpeándolo hasta dejarlo casi inconsciente mientras él gritaba auxilio sin poder defenderse. “Cuando ya casi no me podía ni mover, interviene la Policía”, apuntó.
Y siguió: “Yo no me podía parar, ni sostener bien. Me tiran a un costado y me siento, en todo momento pedí que me lleven a un hospital porque estaba muy mal, tenía toda la cara ensangrentada, no veía bien de un lado. Tengo un punto en una ceja, tengo heridas de que me arrastraron por el piso prácticamente y rasguños. Me estaban por matar, porque yo no estaba haciendo nada, estaba prácticamente inconsciente en el piso”.
El joven, de 20 años, terminó con severas heridas, según denunció. Primero fue examinado por un médico policial, luego trasladado al Hospital Favaloro y, más tarde, al Madariaga, donde le realizaron estudios clínicos para evaluar la gravedad de sus lesiones.
Posteriormente, Rodrigo Ocampo quedó detenido en la Comisaría Primera de Posadas hasta las 13.30, cuando su padre lo fue a buscar. Ante lo ocurrido, el joven radicó la denuncia en la Fiscalía de Instrucción Tres.
Debido a que lo denunciado ocurrió en un punto sin cámaras de seguridad dentro del boliche, el posadeño acude a la solidaridad de quienes hayan presenciado o registrado el hecho, se contacten con él para presentar las pruebas ante la Justicia.
Policiales
Incautaron una tonelada de marihuana en Puerto Esperanza

Más de una tonelada de marihuana fueron incautadas por agentes de la Policía Federal Argentina (PFA) durante un patrullaje realizado por zonas costeras de Puerto Esperanza.
Según informó dicha fuerza federal, el operativo fue ejecutado por integrantes del flamante Departamento Federal de Investigaciones (DFI), quienes en base a una serie de datos recabados mediante labores de inteligencia se dirigieron hacia una zona conocida como “El Arenero” y constataron movimientos extraños en medio de la selva.
Los uniformados se aproximaron al lugar e impartieron la voz de alto, pero los sospechosos escaparon entre la vegetación, abandonando en el lugar unos 60 bultos que contenían más de 300 ladrillos de marihuana, cargamento que ascendió a los 1.046 kilogramos.
Todo lo incautado más tarde fue trasladado al polideportivo municipal para las labores de conteo y quedó a disposición del Juzgado Federal de Eldorado, a cargo del magistrado Alejandro Gallandat Luzuriaga, por subrogancia.
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