Judiciales
Interno que más tiempo estuvo preso en Misiones recuperó la libertad tras 30 años

La última vez que Rubén Darío Balbuena estuvo en libertad, la Argentina recién dejaba atrás el Austral como moneda nacional, el narco colombiano Pablo Emilio Escobar Gaviria seguía siendo el criminal más buscado del mundo, Fito Páez apenas estrenaba su disco cumbre El amor después del amor y la costanera de Posadas aún estaba muy, pero muy lejos, en los planes de la ciudad. Hoy, más de 30 años después y en una realidad completamente distinta, es libre de nuevo.
El hombre estuvo detenido desde el 17 de diciembre de 1992 hasta el 19 de mayo de 2023. Entró a la cárcel con 22 años y salió con 53. Es decir, pasó más años tras las rejas que libre y ese extenso período de encierro también le valió una insignia carcelaria como el interno más longevo dentro del sistema del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).
De panadero a criminal
De oficio panadero, aunque de un largo historial por hechos delictivos, principalmente robos, el oriundo de Bonpland comenzó a contar sus días en prisión tras el asesinato de la maestra Juana Mercedes Piriz (46), hecho que le valió una condena a prisión perpetua por “homicidio calificado por alevosía y violación”, según pudo reconstruir La Voz de Misiones.
De acuerdo a los archivos consultados, ese 17 de diciembre de 1992, la docente regresaba de Posadas tras haber ido a hacer compras a Encarnación y, mientras llegaba a su casa en la localidad de Santa Ana, encontró a su asesino.
La mujer fue hallada agonizando por un vecino debajo de la torre del tanque de agua de su casa y alcanzó a ser trasladada a un centro asistencial, aunque horas después falleció como consecuencia de una multiplicidad de golpes recibidos en distintas partes del cuerpo.
La investigación trazó que, ese mismo día, Balbuena se dirigía a la casa de su madre, pero antes ingresó a robar a la casa de Piriz, donde finalmente fue sorprendido por la maestra y la historia culminó de la peor manera.

Juana Mercedes Piriz fue asesinada a un costado de su casa en Santa Ana en diciembre de 1992.
En las crónicas de la época, publicadas por el diario El Territorio, se narra que el implicado fue detenido un día después del hecho, tras pasar la noche en la casa de su madre e intentar ocultar las prendas de vestir manchadas con sangre que le quedaron como huellas del crimen.
Así fue cómo el 3 de noviembre fue llevado a instancia de juicio oral en el Tribunal Penal Uno de Posadas, ante la recientemente fallecida Liliana Picazo como representante del Ministerio Público Fiscal.
Durante el debate, Balbuena optó por guardar silencio, pero los testigos citados fueron contundentes al involucrarlo con el crimen, lo cual derivó en el dictado de la sentencia a perpetua firmado por los magistrados Alfredo Rafael Escribano, Martín Errecaborde y Ángel Dejesús Cardozo, éste último, el único en actividad actualmente.
“Pocas dudas caben de que Balbuena actuó con una perversidad sin límites”, fustigó en su alegato Picazo, al tiempo que, sobre la mecánica del crimen de la maestra, detalló que “fueron los golpes de puño aplicados con fuerza en la cabeza de la víctima la causa eficiente de la muerte”.
En su reconstrucción del caso, la fiscal sostuvo que, tras la golpiza, Piriz quedó completamente indefensa y esa situación fue aprovechada por el acusado para luego perpetrar el abuso sexual.
Balbuena comenzó entonces a purgar su condena en la Unidad Penal I de Loreto, donde permaneció hasta el 26 de septiembre de 2007, cuando obtuvo la libertad condicional, dado que por la legislación vigente al momento de la sentencia, la perpetua equivalía a 25 años de prisión y los beneficios de morigeración estaban más al alcance.
Breve libertad
Sin embargo, los días en libertad le duraron menos de un año a Balbuena, dado que el 31 de diciembre de 2008 volvió a ser detenido. Allí se le revocó la condicional y se le impidió acceder a otros beneficios.
El nuevo hecho que volvió a llevarlo a la prisión se registró poco antes, el 22 de diciembre, también en Santa Ana, donde el panadero apuñaló en dos oportunidades a Pie Grande, otro vecino de la zona con quien había discutido días previos.
Consecuencia de ello, el hombre volvió a enfrentar una causa judicial, la cual derivó en una condena de 3 años de prisión efectiva por el delito de “lesiones graves”, dictada por el mismo tribunal.
En el fallo, los magistrados resolvieron unificar las condenas y aplicar una nueva pena unificada a prisión perpetua a cumplirse en su totalidad sin la aplicación de beneficios.
La reinserción
Fuentes penitenciarias consultadas destacaron que, hace unos años, durante su estadía tras las rejas, Balbuena se hizo evangélico y formó familia. También resaltaron que siempre tuvo buena conducta, a pesar de algunas huelgas de hambre iniciadas en 2011 y 2017 con intenciones de elevar reclamos sobre su causa a la Justicia.
La Voz de Misiones pudo saber que, recién el 13 de octubre de 2021, después de consecutivos pedidos denegados por informes negativos, finalmente la Justicia le autorizó acceder al beneficio de las salidas transitorias y en febrero de este año recibió una ampliación de horas.
Así fue que llegó el último 19 de mayo, fecha que fue fijada en el cómputo de pena para el fin del cumplimiento de su condena, y se firmó su excarcelación.
Ahora, Balbuena es libre de nuevo. Purgó toda su pena y ya no le debe nada a la Justicia, ni a la sociedad.
Judiciales
Juicio por matricidio: “Ella se volvió más cerrada desde que llegó su hijo”

Dos vecinas, un forense y dos trabajadores de salud completaron este jueves la tercera jornada del juicio oral contra Nelson Orlando De Menes (51), imputado por el asesinato de su madre Elsa Díaz (70), cometido en febrero de 2019 en la localidad de Candelaria.
Las primeras en declarar fueron Rosalía Itatí Fernández y Guillermina Surco, quienes solicitaron dar su testimonio sin la presencia del imputado en la sala donde se desarrolla el debate ante el Tribunal Penal Uno de Posadas.
Fernández pasó en primer turno. La joven contó que prácticamente se “crió” con Díaz y describió que vivía en la casa de al lado, inmuebles que estaban separados por un tejido.
“Yo conocía desde chiquita a la señora. Desde que él vino a vivir con ella, ella empezó a cambiar. Ella era muy dada con nosotras, pero después se volvió más discreta y ya no hablaba tanto”, recordó Fernández.
La muchacha además relató lo visto en la noche del 9 de febrero, horas antes del crimen. “Esa noche volvimos de la iglesia. Después ellos (por Díaz y De Menes) estuvieron sentados en el patio. Después se hizo las 23.30-24, se venía una tormenta. Había viento fuerte. Ahí veo a De Menes salir de la casa. Sale solo, vuelve a la casa y vuelve a salir”, contó.
En determinado momento, a pedido del fiscal Martín Rau, repasó lo que había declarado en la etapa de instrucción y ratificó un detalle que constaba en ese primer testimonio: “Sí, así fue. Él salió con la moto y después guardó esa moto en el depósito. Después volvió a salir pero ya no le vi más”.
El depósito es clave en el caso porque en ese lugar fueron encontrados la tele y la garrafa de 10 kilos que el imputado dio como robados cuando se descubrió el crimen.
Esa casilla fue lo último que se inspeccionó dado que De Menes no entrega las llaves, según declaró ayer la perito Andrea Strocen Schelske, que encabezó la búsqueda de indicios. En ese depósito también estaba la moto en cuestión y una zapatilla cuya suela coincidió con las pisadas de barro relevadas en la escena del hecho.
Fernández también rememoró una vieja conversación donde Elsa Díaz admitía que “Orlando la quebrantaba mucho porque quería plata”.
En siguiente orden declaró la vecina de enfrente, Guillermina Surco, quien coincidió con Fernández al señalar que Díaz “se volvió más cerrada” desde que su hijo llegó a vivir con ella en la casa que compartían en el barrio 2 de Febrero de Candelaria.

De Menes está detenido desde el primer día de investigación.
Un solo golpe
Después fue el turno de los trabajadores de salud Tatiana Huzulack y Eramos Hugo Romero, quienes describieron en qué forma encontraron el cuerpo de la víctima sobre la cama de su habitación.
Coincidieron en que la mujer estaba en “decúbito lateral izquierdo”, con una lesión en la cabeza y vestigios de abundante sangre “coagulada” en los alrededores. Huzulack además indicó que en la revisión del acusado notó lesiones compatibles con rasguños en la cara.
El último en dar testimonio fue el forense Rogelio Cantero, quien se encargó de explicar los resultados de la autopsia realizada.
El profesional detalló que la causa de muerte fue un “traumatismo contusocortante” en el “temporoparietal derecho”. Precisó que la lesión consistió en “un solo golpe con un objeto contundente” que provocó un “corto período de agonía” porque la víctima alcanzó a “tragar y toser su propia sangre”.
Continuidad
El debate oral continuará el lunes, a partir de las 8.30, con la declaración de más testigos.
El crimen de Elsa Díaz se registró entre las 21 del 9 de febrero y las 8 del 10 de febrero de 2019 en su casa del barrio 2 de Febrero de Candelaria. La mujer murió como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico provocado con un objeto contundente.
En la primera jornada De Menes aceptó declarar y se declaró inocente, alegando la mujer pudo haber sido asesinada por delincuentes que ingresaron a robar.
El tribunal es presidido por la magistrada Viviana Cukla e integrado por sus pares Gustavo Bernie y Miguel Ángel Faría (subrogante). En la fiscalía interviene Martín Rau y en representación del imputado está la defensora oficial Celina Silveira Márquez.
De Menes está acusado por “homicidio agravado por el vínculo”, figura que prevé una pena de prisión perpetua.
Perito repasó indicios que contradicen teoría de un robo en el caso Elsa Díaz
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Perito repasó indicios que contradicen teoría de un robo en el caso Elsa Díaz

El juicio oral contra Nelson Orlando De Menes (51), imputado por el asesinato de su propia madre Elsa Díaz (70), continuó esta mañana en el Tribunal Penal Uno de Posadas con la declaración de seis testigos, entre ellos el de una licenciada en criminalística que encabezó las pericias en la escena del hecho y repasó en forma detallada cada uno de los indicios que contradijeron la teoría de un robo esbozada por el encartado apenas se descubrió el crimen.
Andrea Strocen Schelske es el nombre de la licenciada que aquel 10 de febrero de 2019 estaba de turno la División Criminalística de la Unidad Regional X y cuya intervención podría ser una de las claves para resolver la causa que tiene a De Menes acusado por “homicidio agravado por el vínculo”, delito que prevé una pena de prisión perpetua.
La profesional fue la tercera testigo en declarar esta mañana ante el tribunal integrado por los magistrados Viviana Cukla -presidente-, Gustavo Bernie y Miguel Ángel Faría -subrogante-.
Strocen Schelske explicó que su función fue “la búsqueda de indicios” y explicó que su manera de trabajar consiste en comenzar por el exterior y dejar el “núcleo crítico” del hecho para lo último, a fin de preservar lo máximo posible las condiciones del escenario a estudiar.
Bajo esa premisa, su intención era empezar el trabajo por el depósito ubicado en el fondo de la propiedad, pero se vio impedida de hacerlo porque De Menes afirmaba desconocer el paradero de la llave que permitía el ingreso al lugar. “Me acuerdo que me llegué a enojar porque no podía ser que no se encuentre la llave”, afirmó y admitió que hasta pensó en forzar la entrada.

La perito Strocen Schelske fue el testimonio destacado de la jornada.
Ante esa situación, decidió avanzar con su trabajo en la vivienda. “Apenas entramos vimos una billetera con efectivo sobre la mesa. Eso me llamó la atención porque estábamos ante una posible escena de robo como dijo el hombre, que había dicho que robaron una tele y una garrafa”, adelantó la perito y continuó: “No había violencia en ningún acceso a la vivienda. El lugar además estaba muy ordenado y limpio”.
Un elemento importante en la pesquisa es la presencia de una serie de pisadas de barro que tuvieron compatibilidad con una zapatilla del acusado. En ese punto, Strocen Schelske se apoyó en un plano del inmueble y con el dedo índice acompañó el recorrido trazado a partir de las huellas relevadas.
La mujer detalló que las improntas comenzaban bajo una ventana de la misma habitación donde Díaz fue asesinada de un garrotazo en la cabeza mientras dormía y avanzaban primero hacia el hall y luego hacia una salida que se dirige al depósito, lugar que horas después arrojaría más indicios que derivaron en la detención del acusado ese mismo día.
La perito especificó que las labores dentro de la vivienda comenzaron a las 8 de la mañana y recordó que recién a las 5 de la tarde pudieron encontrar la llave de acceso al depósito.
“Las llaves estaban en un tacho con agua y ropa. Creo que por cansancio las terminó entregando y él mismo abrió el depósito”, dijo en relación al imputado.
“Cuando ingresamos encontramos muchas cosas encimadas y en un momento cuando cambio la mirada veo una zapatilla, la tele y la garrafa. Esas zapatillas después pusimos al lado de la huella y el tamaño coincidían”, ahondó la licenciada, que además indicó que la segunda puerta del depósito estaba obstruida desde adentro con herramientas, chapas y otros objetos.
En otro punto de su declaración también se refirió sobre las condiciones en las que se encontraba el cuerpo de Díaz y precisó que el cadáver estaba sobre la cama tendida, cuya parte posterior presentaba vestigios de sangre.
En un momento, el fiscal Martín Rau se apoyó en la declaración del acusado y consultó con la perito si en la escena había “olor a sangre”, a lo que la testigo respondió que no.

Orlando De Menes está detenido desde 2019 y puede ser condenado a perpetua.
Casa impecable
En la continuidad de la jornada también declararon Carolina Rojas y su esposo Néstor Fabián Lemes, quienes residían frente a la casa de la víctima y a quienes el acusado acudió esa mañana para alertar sobre el fallecimiento de su madre.
“Él llegó diciendo que su mamá había fallecido, que la habían matado, que le habían robado la tele y una garrafa”, coincidió al recordar la pareja, que además de vecinos son agentes policiales.
Rojas incluso entró el inmueble y constató el pulso de la mujer para confirmar el deceso. “Me acuerdo que entré a la casa y nunca había visto una casa tan impecable. Ella estaba como dormidita. No había olor a nada. Ella estaba fría ya”, describió.
Los siguientes en enterarse de la situación fueron Rogelio Díaz, hermano de la víctima, y su esposa Carmen Docarmo, quienes fueron desde Santa Ana avisados del hecho por De Menes.
“Nos llamó diciendo que mi hermana quería hablar conmigo. Cuando llegamos nos encontramos con todos los efectivos. Él lloraba y decía eso, que habían matado a la mamá”, contó Rogelio.
También señaló que “él era un muchacho bueno. Le ayudaba mucho a la mamá, le cocinaba, le lavaba la ropa, limpiaba la casa. A mi me extrañó mucho lo que pasó”.

Los jueces Bernie y Cukla observando documentos de la causa.
El debate oral continuará mañana con la declaración de más peritos, agentes policiales y médicos forenses.
El crimen de Elsa Díaz se registró entre las 21 del 9 de febrero y las 8 del 10 de febrero de 2019 en su casa del barrio 2 de Febrero de Candelaria. La mujer murió como consecuencia de un traumatismo craneoencefálico provocado con un objeto contundente.
En la primera jornada De Menes aceptó declarar y se declaró inocente.
Lo acusan de matar a su mamá y se defendió en juicio: “Yo daba todo por ella”
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Suspenden inicio del juicio contra los docentes Mónica Gurina y Leandro Sánchez

El Juzgado en lo Correccional y de Menores Uno de Posadas suspendió el inicio del juicio contra los docentes y sindicalistas, Leandro Sánchez y Mónica Gurina, acusados por “desobediencia judicial” y “obstrucción del libre tránsito”, que estaba previsto que comience el miércoles 15 de octubre.
La resolución judicial se enmarca en pedidos de la defensa de los acusados, a cargo de Eduardo Paredes, y diferentes organizaciones sociales para que el debate se realice en el Salón de Usos Múltiples del Superior Tribunal de Justicia (STJ) a fin de garantizar el mayor aforo.
“Déjese sin efecto la audiencia de debate oportunamente fijada, a fin de dar trámite a lo peticionado y garantizar las condiciones para la correcta realización del juicio”, resolvió el juzgado interviniente y notificó a la defensa de los docentes.
El secretario General de la Unión de Trabajadores de la Educación de Misiones (Utem), Sánchez, y la secretaria General de la CTA -Misiones, Gurina, son acusados por la Justicia misionera por “desobediencia judicial” y “obstrucción del libre tránsito” durante la protesta multisectorial llevada a cabo sobre la avenida Uruguay de Posadas, entre mayo y junio del 2024.
Cabe mencionar que los docentes y sindicalistas que participan de las movilizaciones de la educación expusieron el último lunes en el Congreso de la Nación para reclamar por su “absolución” en la causa y sostienen que se trata de una “criminalización” de la protesta.
Docentes llevados a juicio reclamarán su absolución en el Congreso
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