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El STJ redujo la pena a joven que chocó y mató tras un after en Posadas

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STJ zielinski

El Superior Tribunal de Justicia (STJ) decidió reducir la pena impuesta a Matías Ezequiel Zielinski (24), el joven que en 2019 chocó y mató luego de un after sobre la avenida Quaranta de Posadas, que ahora en vez de 4 años de prisión efectiva recibió 3 en suspenso, ante lo cual podrá recuperar la libertad en la próximas horas.

El fallo, firmado ayer, fue alcanzado por mayoría, con el voto preponderante del magistrado Jorge Antonio Rojas, al cual adhirieron luego sus pares Rosanna Pía Venchiarutti Sartori, María Laura Niveyro, Froilán Zarza y Cristian Marcelo Benítez, mientras que Juan Manuel Díaz, Roberto Rubén Uset y Ramona Beatriz Velázquez tuvieron una opinión disidente. 

De esta manera, el máximo órgano judicial de la provincia hizo lugar de manera parcial al recurso de casación presentado por la defensa del imputado, confirmando por un lado la calificación legal y autoría del hecho por parte del joven automovilista, pero reduciendo el monto de pena impartido.

En consecuencia, el STJ resolvió condenar a Zielinski a la pena de 3 años de prisión en suspenso como autor de “homicidio culposo agravado y lesiones culposas agravadas”, ante lo cual podrá recuperar la libertad con restricciones o patrones de conducta que deberán ser establecidas por el mismo tribunal que lo condenó tras el juicio realizado a fines de 2022.

Dicho debate fue realizado ante el tribunal unipersonal presidido por la magistrada Marcela Leiva, titular del Juzgado Correccional y de Menores Uno de Posadas, que en ese momento condenó al joven a 4 años de prisión efectiva, tras lo cual el imputado fue trasladado a la Unidad Penal I de Loreto.

Pena reducida

En su voto, que terminó siendo decisivo en la resolución dispuesta por el STJ, el camarista Jorge Antonio Rojas consideró que existen atenuantes a favor del implicado como para no cumplir su pena en contexto de encierro. 

En primer lugar, reconoció que el joven actuó de manera negligente e imprudente, pero remarcó que el delito es de tipo culposo, es decir, que no tuvo intención de provocar ni la muerte de un acompañante, ni las graves lesiones de otro. 

Rojas también ponderó la corta edad del joven (19 años al momento del hecho), como así también su estilo de vida (buen concepto, trabajador, vínculos familiares), su falta de antecedentes y la conducta ajustada a derecho tomada tras el siniestro, sin obstaculizar ni esquivar el proceso penal.

“Por todo ello, considero justa la aplicación de una pena de tres años de prisión cuya ejecución será dejada en suspenso, fundando el mismo criterio en la “personalidad moral del condenado, su actitud posterior al delito, los motivos que lo impulsaron a delinquir, la naturaleza del hecho…” según lo que establece el art. 26 del CP”, planteó Rojas.

Y añadió: “No dejo de ponderar que se trata de la primer condena por un delito de naturaleza culposa y que se trata de un hombre que contribuye con el trabajo de su padre al sustento familiar, no luciendo así el monto y modalidad de cumplimiento efectivo de la pena la más acertada, atento a que dicho encierro habrá de segregarlo de la sociedad y de su grupo familiar, todo con las secuelas negativas que de ello derivaría”.

En esa línea, propuso que ahora sea el tribunal de juicio el encargado de fijarle al condenado las restricciones que considere apropiadas para que Zielinski curse el último tramo de su pena en libertad, advirtiendo que en caso de incumplirlas el beneficio será revocado. 

De esta manera, ahora el expediente deberá regresar a manos de la jueza Marcela Leiva para que disponga de estos nuevos considerandos y una vez resuelto el trámite el muchacho recuperará la libertad tras 15 meses preso.

Choque y muerte

El hecho por el cual Zielinski fue condenado se produjo el 24 de febrero de 2019, cerca de las 11, sobre la avenida Quaranta, frente a la planta de colectivos de la empresa Río Uruguay.

Según lo que se pudo reconstruir, esa mañana Zielinski estaba en un denominado “after” en una casa del barrio Itaembé Miní hasta que tomó sin permiso las llaves del Toyota Corolla de un conocido y junto a dos acompañantes identificados como Alberto Rubén Galeano (31) y Juan Alejandro Báez (30) acudieron a un kiosco para comprar más bebidas. A la vuelta se produjo el siniestro.

El momento exacto del accidente fue captado por cámaras de seguridad. En las imágenes se observa la circulación a gran velocidad y en forma zigzagueante del Corolla sobre la avenida Quaranta (en dirección desde la Rotonda hacia el Aeropuerto) hasta que se cruzó de carril y terminó impactando contra un colectivo urbano.

Como consecuencia de la colisión, Galeano perdió la vida en el acto y Báez resultó con severas heridas en distintas partes del cuerpo.

En el juicio se estableció, además, que el implicado condujo el rodado en exceso de velocidad y alcoholizado.

En ese marco, la fiscal interviniente en el debate, María Laura Álvarez, solicitó una pena de 5 años de prisión “por homicidio culposo y lesiones agravados doblemente por exceso en el consumo de alcohol y exceso de velocidad” contra el automovilista, aunque la jueza Leiva decidió otorgar un año menos y ahora el STJ redujo aún más la pena.

FOTO: El Territorio.

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Policía imputado declaró que Escobar y Tabarez patearon a Guirula en el piso

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Guirula tavarez y escobar

De los seis policías sentados en el banquillo de los acusados por la muerte del albañil Carlos Raúl Guirula (33) en un procedimiento realizado en 2014, dos optaron por declarar hoy ante el Tribunal Penal Dos de Posadas y uno de ellos incriminó en forma directa a los imputados Lourdes Beatriz Tabarez (42) y Ricardo Rafael Escobar (42) como quienes “patearon en el piso” y “en la cabeza” a la víctima.

El testimonio se correspondió a Claudio Alberto Da Silva (35), que al igual que Carlos Alberto Zidorak (35), Lucas Nahuel Saravia Allosa (37), Claudio Marcelo Servián, más los ya mencionados Escobar y Tabarez, afrontan una imputación por “tortura seguida de muerte” y “ocultamiento de pruebas”, acusación bajo la cual son pasibles de ser condenados a prisión perpetua.

En aquella madrugada del 19 de julio de 2014, Da Silva fue uno de los primeros agentes en acudir al motel Park, donde el conserje del lugar solicitó la intervención policial ante la presencia del albañil Guirula, que en forma violenta se negaba a pagar dos botellas de wiskis a la salida de un turno.

Da Silva era un agente recién recibido y fue parte de la patrulla de la comisaría Decimotercera que acudió al lugar en una Toyota Hilux con el cabo Servian como chofer y con la oficial Tabarez como encargada.

El imputado narró que llegaron al motel cerca de las 3.20 y encontraron a Guirula ubicado en el asiento trasero de un Renault 19 que era propiedad de un compañero de trabajo suyo con el que había compartido la salida esa noche.

Para ese entonces, según ratificaron más testigos, el conflicto por el saldo de las bebidas ya se había solucionado, aunque de igual manera “Tabarez da la orden para detenerlo” a Guirula.

Da Silva relató que cuando eso sucedió Guirula pretendió encerrarse dentro del vehículo, lo cual fue impedido por Servian que atajó una puerta y juntos intentaron hacerlo descender, pero no pudieron.

“Ahí Tabarez ingresó por la puerta del otro lado y trató de empujarlo hacia afuera. Ahí a Guirula se escapa de nosotros y le pega un manotazo a la oficial”, continuó el acusado ante la atenta mirada del resto de los imputados.

Después de esa primera secuencia, Da Silva contó que logró colocarle una esposa a Guirula pero volvió a “alterarse” y recién logró ser extraído del vehículo cuando el cabo Escobar llegó como refuerzo del Comando Radioeléctrico.

Da Silva -el primero a la izquierda- fue uno de los imputados que declaró hoy.

Patadas y saltos

“Logramos sacarle del vehículo y lo paramos a un costado del auto, no podíamos reducirlo. Servián le propina tres golpes en el abdomen y tampoco pudimos. Ahí llega Zidorak, que le toma de la mano que tenía la esposa y Guirula cae boca abajo. Zidorak se acomoda con la rodilla sobre el hombro de la persona y me pasa la mano que no tenía la esposa”, describió.

Y continúa el relato de una de las secuencias del hecho que es una de las claves para esclarecer el caso: “Queríamos esposarlo por completo y en ese momento veo que Escobar le patea en la cabeza y Tabarez también. Zidorak los saca de un manotazo, pero Tabarez se va para atrás y vuelve a patearlo de frente”.

Da Silva añadió que una vez que lograron esposarlo por completo, levantan a Guirula para llevarlo hacia el patrullero, pero vuelve a resistirse y en medio de los nuevos forcejos cae sobre unas piedras.

Después logran subirlo en la cajuela de la camioneta Hilux, donde Saravia Allosa accionó un gas pimienta contra la víctima “a pedido de Escobar”, a quien Da Silva continuó incriminando.

“En el camino yo me fui del lado izquierdo de Guirula, Tabarez iba enfrente mío. Del otro lado estaba Bogado -otro policía que no fue imputado-, y Escobar estaba hacia el lado de la cabina. Él se paró arriba de Guirula y en reiteradas ocasiones le saltó encima con las dos piernas. Con Saravia le dijimos que se baje, que la persona ya estaba esposada, detenida, pero no logramos que se bajara”, apuntó.

Según Da Silva, el recorrido desde el motel Park hasta la comisaría Decimotercera habría durado “unos cinco minutos”, pero afirmó que al llegar a la dependencia Guirula ya no reaccionaba.

“Me dicen que le tiremos agua para que se despertara porque por ahí estaba dormido, pero no lo logramos. Savaria se acercó, le tocó y dice que no tenía pulso”, cerró el oriundo de El Soberbio.

El otro policía que declaró este miércoles fue el oficial subayudante Zidorak, que integraba el segundo patrullero del comando que llegó en apoyo y uno de los que participó en la reducción de Guirula.

“Lo acostamos en el suelo, apoyo mi rodilla en el hombro derecho porque esta persona seguía gritando y moviéndose por todos lados. Estaba Da Silva tratando de ayudar a colocarle las esposas, pero la persona siguió resistiéndose. Ahí Escobar apoya el pie sobre esta persona y de atrás aparece otra persona que patea la costilla derecha de esta persona”, añade, aunque sin tantas precisiones como el otro imputado que declararía en segundo turno.

De los agentes apuntados en estas declaraciones, hasta el momento solo Escobar manifestó su intención de dar su versión de los hechos, aunque lo hará más adelante por recomendación de su abogada Mónica Olivera.

Tabarez, que es representada por el defensor oficial Mario Ramírez, decidió abstenerse, aunque pueden cambiar de estrategia cuando lo consideren necesario. Lo mismo corre tanto para Saravia Allosa como para Servian. Todos los imputados cuentan con abogados defensores diferentes.

Escobar es apuntado como por golpear y además “saltar encima” de la víctima durante su traslado en la cajuela de un patrullero.

Wiskis pagos

Tras oír a dos de los imputados, el tribunal presidido por el magistrado Gregorio Busse e integrado por subrogancia por los jueces de instrucción Fernando Verón y Miguel Mattos, dio inicio a la etapa de testimoniales.

En esa instancia, uno a uno declararon la mucama, el encargado de seguridad y el conserje del motel Park, como así también uno de los compañeros que estaba junto a Guirula en aquella noche que terminó en forma trágica.

Los cuatro coincidieron que el conflicto se inició cuando el albañil se negó a pagar dos botellas de wiski. Describieron que en ese momento el hombre se encontraba “eufórico” y “violento”, razón por la cual decidieron acudir a la Policía.

No obstante, tanto la mucama como el conserje del lugar ratificaron que la deuda ya había sido saldada por el amigo de Guirula cuando llegó la patrulla encabezada por Tabarez.

Yo salgo a recibir a la Policía y le aviso que me acababan de pagar, que ya estaba todo solucionado. Ahí me dicen ‘bueno, pero tenemos que proceder’. Después de eso volví a mi oficina”, señaló el conserje Rodolfo González.

Continuidad

El debate continuará mañana con más testimoniales. La programación trazada consigna que el proceso se extenderá hasta el 19 de noviembre y se espera la comparecencia de casi 90 testigos.

La muerte de Guirula se produjo esa madrugada del 14 de julio de 2014. En el requerimiento de elevación a juicio, la fiscal de instrucción Amalia Spinatto, consideró que uniformados actuaron en forma excesiva y concluyó que el deceso de la víctima se produjo como consecuencia de la golpiza recibida.

Para arribar a esa conclusión se basó en el testimonio de todos los testigos que ahora deben ratificar o rectificar esas declaraciones en el juicio, como así también el informe de autopsia, donde se asentó que Guirula murió como consecuencia de una serie de traumatismos que le provocaron fracturas de costillas, entre otras lesiones de gravedad.

Lourdes Tabarez -en el fondo- era la encargada de la comisión que intervino en el motel.

Caso Guirula: tres de los seis policías imputados pidieron declarar mañana

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Caso Guirula: tres de los seis policías imputados pidieron declarar mañana

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Culminada la primera jornada del juicio oral, tres de los seis ex policías imputados por “tortura agravada seguida de muerte” en perjuicio del albañil Carlos Raúl Guirula (34), acusación que prevé una pena de prisión perpetua, adelantaron que en la audiencia de este miércoles prestarán declaración ante los magistrados del Tribunal Penal Dos de Posadas que lleva adelante el proceso.

Los acusados que a través de sus patrocinantes legales expresaron su intención de declarar fueron Ricardo Rafael Escobar (42), Carlos Alberto Da Silva (35) y Carlos Alberto Zidorak (35), mientras que quienes comunicaron que por el momento guardarán silencio fueron Lourdes Beatriz Tabarez (42), Lucas Nahuel Saravia Allosa (37) y Claudio Marcelo Servián.

Todos ellos afrontan la misma acusación, aunque al momento del hecho pertenecían a diferentes dependencias policiales y esa madrugada del 19 de julio de 2014 confluyeron en el procedimiento terminó con la muerte a golpes y costillas fracturadas del albañil Guirula.

El inicio

De acuerdo a la reconstrucción del caso trazada en el requerimiento de elevación a juicio de la causa, documento que se leyó íntegramente en la jornada de hoy, el hecho que se pretende esclarecer tuvo su origen a las 3.15 de aquella madrugada, cuando una mujer solicitó presencia policial en el motel Park, ubicado en Santa Catalina y Comandante Andresito de Posadas, debido a que un hombre estaba ocasionando disturbios.

Al lugar se dirigió un patrullero Toyota Hilux de la comisaría Decimotercera, con la oficial Tabarez como encargada, el cabo Servían como chofer y el agente Da Silva como acompañante.

Al llegar, el conserje afirmó que el conflicto comenzó cuando un cliente se negó a pagar dos botellas whisky, aunque añadió que las bebidas ya habían sido abonadas al momento de la llegada del móvil policial.

Ese cliente era Guirula, que para ese entonces se encontraba en el asiento trasero de un Renault 19. En ese contexto, la oficial Tabarez ordenó su detención, pero el albañil se resistió al procedimiento y en medio de forcejos efectuó un golpe contra la mujer policía.

Lourdes Tabarez -al fondo- era la encargada del primer patrullero que arribó al operativo.

Ante esas circunstancias, Tabarez pidió apoyo al Comando Radioeléctrico y al lugar acudieron otros dos patrulleros: un Corsa en el que iba Escobar y otro Corsa en el que iba Zidorak.

Finalmente, entre todos lograron que Guirula descienda del rodado y lo redujeron aprisionándolo contra el suelo, donde fue esposado y recibió una primera tunda de golpes antes de ser cargado en la caja trasera de la camioneta Hilux.

Instantes después, el albañil volvió a prestar resistencia y alcanzó a zafarse de los uniformados, cayéndose contra unas piedras ubicadas en las afueras al motel Park, donde volvió a ser reducido a golpes.

Para ese entonces, al lugar ya había arribado otro patrullero en el que se encontraba el último imputado, Saravia Allosa, quien a pedido de otro uniformado accionó un gas pimienta.

Traslado y muerte

Allí, Guirula volvió a ser colocado en la cajuela de la camioneta. Según la acusación planteada en etapa de instrucción, Tabarez ordenó que junto a él vayan Da Silva, Saravia Allosa y otro agente que no resultó imputado en la causa.

Durante el traslado desde el motel hasta la comisaría Decimotercera, la víctima habría continuado recibiendo golpes de todo tipo, incluso patadas y hasta se menciona que uno de los agentes iba saltando sobre su espalda.

La consecuencia fue el fallecimiento del detenido. Para cuando llegaron a la comisaría, distante a unas siete avenidas (3 kilómetros), Guirula ya no respondía y tampoco reaccionó ante un baldazo de agua, ni a las labores de reanimación practicadas.

La autopsia estableció que el hombre sufrió traumatismos graves en zonas de cabeza y tórax que a su vez provocaron fracturas costales múltiples y bilaterales. Todo ellos derivó en una contusión pulmonar bilateral grave, con insuficiencia aguda grave y edema cerebral difuso, que en su suma generó el paro cardiorespiratorio que lo llevó a la muerte.

El debate oral se extenderá hasta el 19 de noviembre en el TP-2 de Posadas.

Mediante las pericias los investigadores también establecieron que el móvil fue lavado y que a Guirula le quitaron el teléfono celular, entre otras cuestiones clave que derivaron en una orden de detención emitida para los sospechosos que ahora afrontan este debate oral donde se definirá el grado de participación de cada uno de ellos en el hecho.

Todos los acusados llegaron a esta instancia en libertad en virtud del vencimiento de los plazos de prisión preventiva, pero hoy el tribunal atendió a un planteo efectuado durante las cuestiones preliminares y dispuso que cada uno de ellos cuente con una consigna policial en sus respectivos domicilios como medida para garantizar de que nadie intente evadir el proceso.

La imputación contra los uniformados también incluye el delito de “ocultamiento de pruebas”, aunque la defensa de uno de ellos pidió la prescripción, cuestión que será atendida al momento del dictado de sentencia, según informó esta mañana el tribunal presidido por el magistrado Gregorio Busse e integrado por Fernando Verón y Miguel Mattos, ambos subrogantes.

En la fiscalía y encargado de la acusación interviene el fiscal Vladimir Antonio Glinka. 

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Juzgan a policías acusados de “tortura seguida de muerte” contra Guirula

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Transcurridos 4112 días desde el hecho, este lunes comenzó el juicio oral contra los seis ex policías acusados de la muerte del albañil Carlos Guirula (33), registrada el 19 de julio de 2014 durante un procedimiento en un motel de Posadas.

Tal como estaba previsto, el debate oral comenzó esta mañana, en la sala de audiencias del Tribunal Penal Dos de Posadas, presidido por el magistrado Gregorio Busse e integrado por sus pares Fernando Verón y Miguel Mattos, ambos últimos en carácter de subrogante legal.

El debate oral se extenderá hasta el 19 de noviembre y a lo largo de las catorce jornadas fijadas se oirá el testimonio de casi 90 testigos, entre trabajadores del motel, agentes policiales, peritos, médicos forenses y más.

En representación de la fiscalía interviene Vladimir Antonio Glinka, mientras que los acusados cuentan con diferentes abogados defensores, tanto oficiales como particulares.

Los imputados son la oficial Lourdes Beatriz Tabarez y los suboficiales Ricardo Rafael Escobar, Carlos Alberto Zidorak, Carlos Alberto Da Silva, Lucas Nahuel Saravia Allosa y Claudio Marcelo Servián. Todos ellos están acusados por el delito de “tortura seguida de muerte” y llegan a esta instancia en libertad por el vencimiento de sus prisiones preventivas, aunque culminado este juicio pueden ser condenados a prisión perpetua.

Una vez planteada las cuestiones preliminares, el tribunal dará inicio al proceso y el primer paso será la lectura del requerimiento y del auto de elevación a juicio del expediente.

Culminado ese trámite, se prevé que el tribunal consulte a los imputados si desean prestar declaración.

La audiencia se desarrolla ante una sala con aforo repleto y puede verse a través de Youtube: https://www.youtube.com/live/D69m61FqSDA?si=EOFCOVCf9bF1EPxr

El hecho

El hecho que se busca esclarecer ocurrió durante la madrugada del 19 de julio de 2014 en un motel ubicado en la intersección de las avenidas Santa Catalina y Comandante Andresito de Posadas.

En ese lugar estaba Guirula junto a unos amigos hasta que se produjo una discusión que derivó en la intervención de la Policía. Los primeros en llegar fueron tres agentes de la comisaría Decimotercera y más tarde se sumaron uniformados del Comando Radioeléctrico Centro.

Según la reconstrucción del caso, el albañil se resistió al procedimiento y en un momento se atrincheró en su vehículo, pero después de ello logró ser reducido, instancia en la que sufrió lesiones de diversa índole.

Después de ello, Guirula fue cargado a la caja de una camioneta y trasladado a la Decimotercera, donde llegó sin vida. La autopsia marcó que la causa de muerte fue un estallido de pulmón y también detectó marcas de borceguíes en el cuerpo del albañil.

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