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Confirman pena a Ninja, ex PNA misionero de mega carga narco y robo de avioneta

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La Sala I de la Cámara Federal de Casación Penal de Corrientes confirmó la pena de 15 años de prisión para Ninja Ramírez, el ex prefecturiano misionero que en 2019 fue detenido con una carga de nueve toneladas de marihuana en Ituzaingó y que dos años antes participó en Victoria (Entre Ríos) del robo de una avioneta que iba a ser utilizada para el tráfico de estupefacientes en Paraguay.

Valentín Ramírez (52), más conocido como Ninja, ex miembro del área Inteligencia de la Prefectura Naval Argentina (PNA) y exonerado de la fuerza en 2002, fue detenido el 8 de febrero de 2019, mientras llegaba a una finca de Ituzaingó donde se guardaban 9.082 kilogramos de marihuana que estaban a punto de ser cargados a una camión para ser transportados a las grandes urbes del país.

Junto a él cayó un cómplice paraguayo, identificado como Ramón Gaspar Alderete Núñez, y por ese hecho ambos fueron condenados a penas de 15 y 10 años de prisión, respectivamente, al ser declarados coautores del delito de “almacenamiento de estupefacientes”.

La sentencia, impartida por el Tribunal Oral Federal (TOF) de Corrientes el 28 de septiembre de 2021, fue apelada por la defensa de ambos implicados, por lo cual debió ser analizada por un órgano de revisión.

Ese órgano judicial superior fue la Cámara Federal de Casación Penal y la revisión de la sentencia quedó en manos de la Sala I, integrada por los magistrados Diego Barroetaveña, Daniel Antonio Petrone y Ana María Figueroa, quienes la semana pasada resolvieron rechazar los planteos defensivos y dejar firme la condena para Ninja y su cómplice extranjero, según consignó el Ministerio Público Fiscal de la Nación en su portal oficial.

De esta manera, el ex uniformado posadeño deberá continuar tras las rejas durante un largo período y, muy posiblemente, sin muchos beneficios durante su tratamiento penitenciario, dado que en el mismo fallo fue declarado reincidente por primera vez.

El robo de un Cessna

Es que Ninja guarda otro hito en su prontuario narcocriminal. El antecedente data del 21 de febrero de 2017, cuando fue parte de un golpe comando para robar una avioneta en Entre Ríos.

Según lo que se pudo reconstruir, ese día un grupo de hombres arribó al aeroclub de la ciudad de Victoria y simuló interés en alquilar una avioneta para realizar un salto en paracaídas en el marco de una supuesta despedida de solteros.

Sin embargo, al cabo de unos minutos, los falsos clientes exhibieron su verdadero plan: extrajeron armas de fuegos, amenazaron al piloto de un Cessna 182, redujeron a otros trabajadores del lugar y se robaron la aeronave.

El plan criminal consistía en trasladar la nave hasta Paraguay, donde iba a ser utilizada para el transporte de estupefacientes, pero algo falló y el grupo terminó estrellándose en una inhóspita coordenada dentro de la inmensidad de los Esteros del Iberá, en Corrientes.

La avioneta robada en Victoria se estrelló en una zona inhóspita dentro de la inmensidad de los Esteros del Iberá, en Corrientes.

El siniestro pasó totalmente desapercibido, a tal punto que nadie se enteró de lo sucedido y los delincuentes quedaron perdidos en medio de la nada. Se estima que caminaron durante casi una semana sin alimentos y sorteando ataques de animales, principalmente de serpientes y yacarés.

La avioneta recién fue encontrada el 31 de marzo y para ese entonces obviamente ya no había vestigio de los delincuentes, aunque los investigadores entrerrianos supieron atacar cabos para identificar a los integrantes de la banda, entre los cuales estaban Ninja Ramírez y otro misionero, Héctor De Lima.

La pesquisa reconstruyó que en total fueron los siete los participantes del robo de la avioneta y uno a uno fueron cayendo, aunque dos fallecieron durante en proceso en circunstancias violentas.

Ramírez permaneció mucho tiempo con prófugo y su captura recién se dio durante el procedimiento de las nueve toneladas de marihuana en Ituzaingó.

Por el robo de la avioneta el ex uniformado misionero recibió cinco años de prisión. Su cómplice y coterráneo, De Lima, siete.

Los otros condenados fueron el rosarino Mario Crocco (seis años de prisión) y el argentino-paraguayo Darío Concepción Roas (cuatro años y tres meses), que fue detenido durmiendo en una casa de Posadas mientras un cómplice cruzaba el puente internacional con seis kilogramos de cocaína en su camioneta.

El resto de la banda era integrado por el piloto paraguayo Daniel Sánchez Bareiro, que permanece prófugo; el instructor en paracaidismo rosarino Gabriel “Rana” Quiroz, que apareció muerto en 2017 y Bernardino González, asesinado por un sicario en Encarnación, Paraguay, en 2018.

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Acampe docente: condenan a Gurina y Sánchez por desobediencia y corte de calle

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condenas a Monica Gurina y Leandro Sanchez

Para la Justicia misionera, los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez cometieron delitos durante el acampe que interrumpió el tránsito sobre lo avenida Uruguay a mediados del año pasado durante una protesta multisectorial en reclamo de mejoras salariales.

Así lo determinó esta tarde la jueza Correccional y de Menores Uno de Posadas, Marcela Leiva, quien como presidenta del tribunal unipersonal encargado de llevar adelante el juicio oral decidió condenar a ambos trabajadores de la educación como coautores de los delitos de “desobediencia judicial y entorpecimiento del normal funcionamiento de los medios de transporte”, misma imputación con la cual llegaron a esta instancia.

Las penas impartidas fueron 10 meses de prisión en suspenso para Gurina y 8 meses de prisión en suspenso para Sánchez, quienes además deberán realizar 8 horas mensuales de tareas comunitarias dando clases en comedores infantiles.

Los fundamentos del fallo serán comunicados el 1 de diciembre, jornada para la cual el colectivo de docentes y trabajadores de la educación unidos en acompañamiento a los ahora condenados anunció un paro con posible movilización hacia el Palacio de Justicia, donde esta mañana volvieron a montar una vigilia y luego reclamaron que el veredicto busca “criminalizar la protesta”.

La defensa de los docentes, encabezada por el abogado Eduardo Paredes, junto a Roxana Rivas y María Laura Alvarenga, adelantó que una vez conocido los argumentos apelarán el fallo y de ser necesario insistirán hasta llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN).

La fiscal María Laura Álvarez fue la primera en alegar y solicitó condenas para los imputados.

“No hay derecho absoluto”

El fallo se ajustó casi en su totalidad con el planteo efectuado previamente por la fiscal María Laura Álvarez, que al momento de su alegato consideró que ambos docentes habían cometido los delitos imputados en el marco de la protesta realizada el año pasado y, por ende, pidió 1 año de prisión en suspenso para Gurina y 10 meses en suspenso para Sánchez.

Álvarez argumentó que el mayor pedido contra Gurina fue porque ella “tenía un plus en la ejecución” de las acciones enmarcadas en la protesta y el acampe instalado sobre la avenida Uruguay, casi Trincheras de San José, una cuadra antes del campamento similar montado por agentes policiales frente al Comando Radioeléctrico Uno.

En su alegato, la fiscal remarcó los perjuicios económicos sufridos por unos 80 comerciantes de la avenida Uruguay, tomando como ejemplo a Gustavo Cardozo, dueño de Vicar Muebles, que como testigo declaró que sus ventas bajaron un 40% durante los días que duró la protesta.

Consideró, además, que ambos docentes incumplieron en forma “dolosa” con la orden de despeje de la calle emitida por el juez Ricardo Balor y para ello se apoyó en las declaraciones de varios agentes policiales que hoy comparecieron como testigos, entre ellos Mariela Acosta, mediadora de la fuerza provincial.

“Nadie está en contra del derecho a la protesta, pero la Corte dijo que no hay ningún derecho absoluto”, expresó Álvarez que anoche además presentó un escrito solicitando que la audiencia de hoy se restrinja al público.

En sus argumentos, expuso que el martes se sintió “coaccionada, intimidada y acosada” por el público que acompañaba a los docentes enjuiciados.

La defensa se opuso y la jueza Leiva también, que aceptó el ingreso del público, aunque reiteró las normas de comportamiento. Lo que no hubo fue transmisión oficial en vivo, como suele en la mayoría de los debates orales, salvo excepciones como casos de abuso sexual donde prevalece el derecho a la intimidad de la víctima.

Sánchez reinvidicó el derecho a protesta al dar sus últimas palabras, poco después de sufrir un cuadro de presión alta.

“Fue un hecho público y multitudinario”

En defensa de los imputados alegaron los tres letrados del equipo técnico legal, siendo Paredes y Rivas los principales oradores.

En primer término, Paredes realizó un repaso de las luchas sociales y conquistas de derechos obtenidas en el marco de protestas en las calles. A nivel nacional mencionó la protesta del campo contra la resolución 125 que lideró Alfredo De Angeli -hoy senador nacional- y en materia provincial recordó el tractorazo que derivó en la creación del Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym).

“Hubo tractores sobre la plaza, se cortó el tránsito, los empleados apenas podían ingresar a la casa de gobierno. Aún así, el gobierno reconoció que eran derechos constitucionales y no tomó ninguna medida. Así salió el Inym y el gobierno provincial nunca impulsó un proceso”, ejemplificó.

Rivas, por su parte, consideró que la causa carecía de pruebas para dar por acreditada las acusaciones. “Fue un hecho público y multitudinario. No hay pruebas de que ambos hayan ‘liderado’ la protesta. Esto era, además, multisectorial. Es imposible endilgarle un ‘poder de dirección’ en los hechos”, apuntó.

También cuestionó que “los daños económicos en los comerciantes son presumido, no está acreditado” y aseveró que “la salida acá es entender que este conflicto ya se resolvió en sede administrativa”.

En consecuencia, la defensa pidió la absolución de los acusados o, en forma subsidiaria, la aplicación del estado de necesidad justificante o del estado de necesidad disculpante.

Los planteos defensivos no prosperaron. Tras más de dos horas de deliberación, la magistrada Leiva regresó a la sala con el veredicto y por secretaría se leyó la condena para ambos docentes.

La sentencia de la jueza Marcela Leiva fue impartida poco después de las 14.

 

Gurina y Sánchez en juicio: “Ir al acampe fue colectivo y asambleario”

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La defensa pidió la absolución y hay cuarto intermedio hasta sentencia

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Tras el pedido de absolución planteado por la defensa, los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez hicieron uso de sus últimas palabras antes del cuarto intermedio para deliberar la sentencia por parte de la magistrada Marcela Leiva.

Sánchez, visiblemente emocionado y hasta con un cuadro de suba de presión, reinvindicó el derecho a protesta e insistió en el carácter asambleario de todas las decisiones tomadas durante la protesta del año pasado. “No tenemos liderazgos, tenemos asambleas en las plazas“, señaló.

Y afirmó: “No somos el diablo. Somos ciudadanos insurrectos, que no soportan la injusticia y no se resignan a ser maestros sin casa”.

A lo que agregó: “Si nos condenan, van a condenar la protesta social. Sentarán un precedente para el país y se llenarán las cárceles de maestros y trabajadores”

Gurina también se expresó brevemente y adhirió a las palabras de su colega.

Luego, la jueza Leiva dispuso un cuarto intermedio por tiempo indeterminado para deliberar y dictar sentencia.
Minutos antes, la fiscal María Laura Álvarez había solicitado penas de 1 años y 10 meses de prisión en suspenso para los imputados, siendo el mayor pedido contra Gurina.

La fiscalía pidió condenas contra Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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La fiscalía pidió condenas contra Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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La fiscal María Laura Álvarez solicitó 1 año de prisión para Mónica Gurina y 10 meses de prisión para Leandro Sánchez.

El cumplimiento de la pena es en suspenso, es decir, que no implica ir a la cárcel y también contempla la realización de tareas comunitarias.

Para la fiscalía, ambos fueron coautores de los delitos de “desobediencia judicial” y “entorpecimiento del normal funcionamiento de los medios de transporte”, misma imputación bajo la cual llegaron a juicio oral.

Alvarez argumentó que el mayor pedido de pena fue para Gurina porque “tenía un plus en la ejecución” de las acciones enmarcadas en la protesta y el acampe docente desarrollado entre mayo y junio de 2024.

En su alegato, la fiscal remarcó los perjuicios económicos sufridos por los comerciantes de la avenida Uruguay y el entorpecimiento del transporte.

“Nadie está en contra del derecho a la protesta, pero la Corte dijo que no hay ningún derecho absoluto”, expresó Álvarez.

A continuación es el turno de alegar a la defensa de los docentes imputados y más tarde la jueza Marcela Leiva dictaría sentencia.

Comenzó el segundo día de juicio a Mónica Gurina y Leandro Sánchez

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