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Hijo de Ramona Gauto exige ser querellante y apunta a un quinto implicado en el crimen

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Luego de que tres de los cuatro sospechosos que eran buscados fueran citados y liberados por el juez Juan Manuel Monte, Daniel De Jesús, hijo de la empresaria panadera asesinada en 2010, solicita ser parte de la investigación.

 

Entre ayer y hoy, se presentaron en el Juzgado de Instrucción Dos de Posadas tres de los cuatro sospechosos sobre quienes pesa una orden de captura en el marco de una causa paralela que investiga la posible participación de más personas en el asesinato de la empresaria panadera Ramona Gauto.

Ayer fue el turno de César Rodríguez Dos Santos (37), quien fue acompañado por su abogado para presentarse ante el juez Juan Manuel Monte, donde se redactó un acta de apercibimiento mediante la cual el sospechoso se compromete a comparecer cada vez que lo requiera el magistrado, quien además le prohibió salir de Posadas.

Esta mañana siguieron los mismos pasos sus hermanos, José Ángel (31) y Sergio Omar Rodríguez Dos Santos (40), quienes salieron caminando de los tribunales de la calle Santa Fe, ya que ninguno de ellos permanecerá tras las rejas.

Asimismo, La Voz de Misiones pudo saber que al primero de ellos se le extrajeron muestras de ADN para ser cotejadas con los rastros genéticos hallados en el departamento de la calle Colón y Bolívar, escenario del homicidio ocurrido el 29 de mayo de 2010. Se trata de rastros de sangre, cabellos y huellas dactilares que no coinciden con los perfiles de Ramona Gauto ni de su ex pareja Jorge De Jesús, que purga una pena a perpetua.

No obstante, Daniel De Jesús, el hijo de ambos, pone reparos en el accionar de la Justicia, que liberó a los ex empleados de la panadería de la avenida Cabred a pesar de que están sospechados de haber participado de uno de los hechos más impactantes de la historia criminal misionera y por lo cual, además, el magistrado Juan Manuel Monte le otorgó un botón antipánico, ante la peligrosidad que representan estos sujetos.

Además, la Justicia busca a un cuarto apuntado, identificado como Christian Muñoz, un presunto ladrón con conexiones con dos ex policías, quienes lo habrían contratado para robar en la casa de Ramona Gauto dos semanas antes del asesinato, según declaró el propio ladrón en 2011 frente al juez César Yaya.

Esa declaración testimonial fue el disparador para que, en 2013, se creara una cabeza de sumario para investigar la implicancia de otras personas en el crimen de la panadera, expediente del cual ahora la familia de la víctima busca ser querellante.

Lento con la víctima, rápido con los sospechosos

Luego de que se retiraran los sospechosos de participar en el asesinato de su madre, Daniel De Jesús se hizo presente en el Juzgado de Instrucción Dos junto a su medio hermano Emiliano De Jesús y su abogado, Arturo Irigoyen Cundom.

Allí, el hijo de la víctima exigió al juez Juan Manuel Monte que le otorgue la posibilidad de ser parte de la causa: “El juez ordenó que se le extraiga la muestra y no nos conceden la querella, no me dejan investigar ni poner un perito de parte”, lanzó De Jesús y agregó: “Exijo al juez Monte y al Juzgado de Instrucción Dos porque ya cumplí todos los requisitos”.

Asimismo, el joven empresario manifestó sus sospechas sobre la posibilidad de que el proceso se vea manchado: “Quiero que sea todo visible, no quiero pensar que algo raro se esta tramando acá, le pido a la Justicia que por favor me escuchen y se cumplan mis derechos”, indicó.

“Hace diez meses pedí la querella y el juez me dijo hace dos semanas que ya estaba, que faltaban detalles y todavía nada”, explicó Daniel y fustigó: “Ya se está avanzando en la causa y yo desconfío totalmente de cualquier organismo de peritaje de la provincia de Misiones”.

En este sentido, De Jesús insistió en la necesidad de participar del proceso: “Yo quería presentar un perito de parte para que una genetista presente estos ADN y se pueda cotejar en Chaco o Buenos Aires y obviamente que me dejen aportar todas las pruebas”.

“Tengo fe de que el fiscal Cristian Antúnez no va a permitir esto y va a tomar medidas para que a esta gente por lo menos esté detenida en todo el proceso, ya que son peligrosos y cometieron delitos de gravedad; le quiero recordar al fiscal que a esta gente no se le esta acusando del robo de una bicicleta, sino de un asesinato”, sostuvo el hijo de Ramona Gauto y subrayó: “Pido que me dejen investigar y ser querellante; toda la ciudadanía está en vilo de esta causa, el pueblo necesita saber que puede haber justicia”.

El joven sumó más cuestionamiento para la figura de Juan Manuel Monte, ya que “desde el lunes con mi abogado estoy queriendo hablar con el juez y no nos atiende; a mi me concedió un botón antipánico justamente para resguardarme de esta gente y los deja en libertad”, cuestionó. Así, pidió al juez que “se brinde transparencia en la causa y que no solamente trabaje para los acusados, sino que también trabaje para mi, que soy la víctima”. 

El quinto elemento

Además de los tres hermanos Rodríguez Dos Santos, ex empleados de la panadería de la avenida Cabred, y del ladrón Christian Muñoz, los hermanos Daniel y Emiliano De Jesús aseguran que existe un quinto implicado, quien además sería uno de los autores materiales del crimen.

“Hay un quinto sospechoso que todavía no se procesó en la causa”, confirmó Daniel frente a la puerta del juzgado. LVM pudo saber que se trata de un delincuente oriundo de Oberá de estrecha relación con los hermanos, también oriundos de la Capital del Monte.

Sobre el quinto sospechoso, el joven empresario le pidió al fiscal Antúnez “que se pueda acelerar y que se lo impute también y se lo llame a declaración y hacer un cotejo de ADN”, dijo y aseguró: “Esta persona sería el autor material”.

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Asaltantes en moto robaron casi $50 millones de un comercio en Iguazú

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Al menos dos delincuentes en moto y armados irrumpieron esta tarde en un local de la zona industrial de Puerto Iguazú, donde encañonaron a los empleados y sustrajeron un botín de casi 50 millones de pesos en diferentes divisas.

De acuerdo a lo consignado por fuentes policiales, el atraco ocurrió minutos antes de las 15 de hoy, en el despacho comercial llamado Cono Sur, donde dos hombres armados irrumpieron en el lugar.

Una vez dentro, los delincuentes redujeron al personal y obligaron a un empleado a abrir la caja fuerte, de donde sustrajeron 29.900.000 pesos y 12.000 dólares en efectivo.

Tras apoderarse del dinero, los asaltantes huyeron en una motocicleta modelo Honda Titán 150 y se dirigieron en dirección al barrio Belén, aunque hasta el momento no hay novedades de ellos.

El hecho es investigado por el personal de la comisaría Segunda de la Unidad Regional V, junto a los efectivos de Criminalística, quienes realizaron las pericias de rigor en la escena, preservando huellas y revisando cámaras de seguridad para identificar a los autores del robo calificado.

Asimismo, se ejecutan controles cerrojos en puntos estratégicos de la ciudad y corredores rurales.

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Fundamentos de la condena a docentes: “Los derechos no son absolutos”

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La magistrada Marcela Alejandra Leiva fundamentó la condena impartida contra los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez en dos pilares centrales: el rol “de conducción y representación” que atribuyó a los imputados en la protesta y en la premisa de que “ningún derecho es absoluto”.

En su escrito, de 87 fojas, la jueza Correccional y de Menores Uno de Posadas, encargada de presidir el tribunal unipersonal que llevó adelante el juicio oral contra los docentes, consideró, en primera instancia, que “ambos imputados ejercían funciones orgánicas de representación y vocería institucional en el conflicto, invocando expresamente la representación colectiva y actuando como autoridades máximas de sus respectivas organizaciones”.

Para arribar a esa afirmación se apoyó en las actas de notificación y en las declaraciones efectuadas por los agentes policiales que intervinieron durante los días comprendidos entre el 1 y el 4 de junio del año pasado para comunicar las órdenes judiciales de despejar el acampe docente montado sobre la avenida Uruguay como medida de protesta para exigir mejoras salariales.

Gurina y Sánchez no sólo eran parte de la protesta sino que asumían roles de conducción y representación, lo que explica porque el personal policial y los propios manifestantes indicaron a ellos como referentes, cuya presencia resultaba determinante para la toma de decisiones en el lugar de los hechos”, expuso entre sus argumentos Leiva.

La jueza desestimó los argumentos defensivos que insistían en el hecho de que todas las decisiones tomadas en el marco de la protesta era de carácter “asambleario” y entendió que “pues aun dentro de un esquema de decisiones colectivas, ambos (por Gurina y Sánchez) aparecían como figuras representativas y funcionales para la comunicación con autoridades y para la toma de definiciones”.

Gurina y Sánchez recibieron 10 meses y 8 meses de prisión en suspenso, respectivamente.

En ese marco, consideró acreditado que ambos docentes enjuiciados cometieron de manera deliberada el delito de “desobediencia judicial” al no atender las órdenes de despejar la calle, lo cual vino aparejado con la interrupción del tránsito y el consecuente “entorpecimiento del normal funcionamiento del transporte”, que era la segunda figura penal achacada a los imputados.

Al respecto, expuso Leiva: “Las conductas desplegadas excedieron los límites razonables que la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos reconocen a la huelga, la protesta o la libertad de expresión, configurando una afectación inadmisible a bienes jurídicos de terceros y al orden público”.

Y argumentó: “El derecho a la protesta, como manifestación de derechos humanos de participación, no puede convertirse en un ámbito de inmunidad para la producción de resultados lesivos, tales como la obstrucción deliberada del tránsito o la desobediencia a una orden judicial válida, contravendría el núcleo estructural del propio sistema de derechos humanos, que exige compatibilizar su ejercicio con la protección simultánea de la libertad, la seguridad y la dignidad de las demás personas”.

En cuanto a lo planteado por el abogado defensor Eduardo Paredes, de aplicar en forma subsidiaria a la absolución el estado de necesidad justificante o del estado de necesidad exculpante, la jueza subrayó: “No se configura aquí un conflicto legítimo entre derechos fundamentales que permita justificar la conducta, toda vez que la huelga no comprende la facultad de impedir la circulación pública por vías de hecho ni de afectar el normal desenvolvimiento de la comunidad, encontrando límites infranqueables cuando lesiona derechos de terceros ajenos a la medida. La protesta o huelga no constituye causa de justificación de delitos ni excluye la antijuridicidad de conductas que lesionan directamente bienes jurídicos de terceros. La doctrina penal ha sido clara en este punto”.

La jueza también citó jurisprudencia y mencionó el caso de Estela del Valle Juárez, docente y secretaria general de la Regional Suroeste de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut (ATECh), que participó en cortes de rutas por un conflicto salarial que estalló en su provincia en 2019 y cuya condena a tres meses de prisión en suspenso por “entorpecimiento del transporte” fue ratificada por la Corte Suprema en abril de este año.

A partir de la presentación de estos fundamentos, el equipo legal que defiende a los docentes tiene un plazo de diez para presentar una recurso de casación, lo cual es prácticamente un hecho ya que a apenas conocida la sentencia del miércoles pasado adelantaron que “apelaremos el fallo y de ser necesario insistiremos hasta llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN)”.

El fallo dictado por la jueza Leiva dispone 10 meses de prisión en suspenso para Mónica Gurina y 8 meses de prisión en suspenso para Leandro Sánchez, además de 8 horas mensuales de tareas comunitarias.

En las escalinatas del Palacio de Justicia los docentes volvieron a recibir el acompañamiento y el apoyo de sus compañeros.

Acampe docente: condenan a Gurina y Sánchez por desobediencia y corte de calle

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Desestiman otra autoincriminación en el caso Schoenfisch y pasan a los alegatos

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Tal como lo hizo un mes atrás, el ex intendente de Santiago de Liniers, Arnoldo Schoenfisch (67) volvió a autoincriminarse ante el tribunal que juzga a su hijo Pablo (23), acusado de un ataque parricida que ocasionó la muerte de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su padre, quien ahora pretende responsabilizarse por el hecho para favorecer al imputado.

Es la tercera vez que insiste en la versión autoincriminatoria. Primero lo hizo con un declaración jurada vertida ante escribano público en diciembre de 2024, luego hizo lo propio en el inicio del debate oral que conducir a su hijo a una pena de prisión perpetua y lo repitió hoy.

Esta situación obligó que el comienzo del debate quede stand by hasta que sus declaraciones sean analizadas por la fiscalía de instrucción, cuyas autoridades finalmente desestimaron la versión y eso permitió que el juicio se reanude, pero Schoenfisch padre hoy volvió a declarar: “Discutimos, la maté y luego me quise suicidar”.

El magistrado Atilio León, integrante del tribunal que preside Adriana Andino y completa Javier Jourdan (subrogante), pidió “suspender definitivamente” el juicio debido “al alto riesgo para la validez del proceso” que representaba el hecho de continuar interrogando a un testigo que pedía ser imputado.

Sin embargo, por mayoría, con los votos de Andino y Jourdan, el debate prosiguió y la declaración continuó en los mismos términos, instancia en la que el fiscal Federico Rodríguez solicitó que Schoenfisch sea investigado por falso testimonio, tal como lo hizo con un hermano suyo, Rubén Schoenfisch, que incluso fue detenido al finalizar la audiencia. 

Para el fiscal, el testigo continúa siendo parte de un “esquema defensivo” donde busca adjudicarse el hecho para favorecer a su hijo con un versión “imposible de acreditar”.

En ese sentido, marcó las contradicciones expuestas por Schoenfisch, que en etapa de instrucción formuló expresiones completamente diferentes a las vertidas en el juicio e incluso negó las declaraciones dadas por al menos otros tres testigos que comprometen la situación del imputado.

Hace unos días me enteré que acá estaban diciendo que yo dije, ‘que esto hizo Pablo’. Eso es mentira. Yo nunca le mencioné a él. Hay dos o tres que dijeron eso y eso es una mentira. Lo digo francamente. La mentira tiene patas cortas. Eso me indigna”, lanzó hoy en referencia a los testimonios de Lucas Szumkoski y Miguel Ángel Szumkoski, hijos de Antúnez y hermanastros del imputado.

Schoenfisch padre también negó que a su hijo le hubieran “cortado” la entrega de dinero y el uso de vehículos como castigo a su mal comportamiento. También minimizó discusiones.

Después de su testimonio, pasaron a declarar dos licenciados en criminalística, quienes repasaron las pericias realizadas en el caso, las cuales concluyeron que los disparos que recibieron ambas víctimas fueron efectuadas a corta distancia.

El debate continuará el miércoles, a partir de las 8.30, con la ronda de alegatos. El primero en exponer será el fiscal Rodríguez, mientras que luego lo harán los abogados defensores María Laura Alvarenga y Fabián De Sá.

Juicio y versiones

Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.

La nueva versión expuesta por Arnoldo Schoenfisch, que tras el hecho quedó con ceguera, representa un abrupto giro del caso en relación a lo expuesto en el requerimiento de elevación a juicio formulada por el fiscal Edgar Francisco Doldán y firmada por el magistrado Roberto Saldaña, ex juez de Instrucción Uno de Eldorado.

La hipótesis acusatoria sostiene que en la madrugada del 14 de mayo de 2020, Pablo Schoenfisch atacó a sus padres mientras dormían, efectuándoles disparos a corta distancia. Como consecuencia del hecho, Antúnez perdió la vida y Arnoldo quedó con secuelas permanentes.

Según lo plasmado en ese documento, el acusado mantenía una relación conflictiva con sus padres, motivada por desavenencias y mal comportamiento del muchacho, cuestión que fue ratificada por varios familiares y amigos del imputado al momento de declarar como testigos en la etapa investigativa.

En el transcurso del presente debate, varios testigos ratificaron que el joven mantenía una mala relación con sus padres e incluso recordaron expresiones como deseos de matarlos.

Por ejemplo Gladis Aquino, que era empleada doméstica de la familia y ante los jueces declaró: “Un día Pablo de la nada me dice ‘qué pasaría si mato a mi papá y a mi mamá’. Yo le dije que iba a arruinar su juventud y me dijo que en cualquier momento mataba a su papá y a su mamá”.

Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y una de las primeras personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada, también dio un testimonio revelador: “Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”.

Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida

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