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Dolor en Posadas por la muerte del artista Ole Kowalski en un siniestro vial

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Ole Kowalski

La sociedad posadeña llora el fallecimiento del artista Alejandro “Ole” Kowalski, hijo del referente de la pintura misionera Zygmunt Kowalski, ocurrido este mediodía al ser embestido por un micro urbano mientras circulaba a bordo de su combi sobre la colectora de la avenida Tulo Llamosas, en inmediaciones a la escuela del Servicio Penitenciario Provincial (SPP).

Según pudo reconstruir La Voz de Misiones, el siniestro se produjo cerca de las 13.05, cuando el vehículo Mitsubishi tipo combi que conducía Ole Kowalski fue embestido por el colectivo interno 302 de la empresa Don Casimiro, que iba al mando del chofer identificado como Emanuel M.

La peor parte del siniestro fue absorbida por el rodado de Kowalski, que desafortunadamente perdió la vida en el lugar.

Hasta allí arribaron varias ambulancias que trasladaron de urgencia a los pasajeros del micro, aunque afortunadamente ninguno de ellos habría sufrido lesiones de consideración.

En la escena del hecho trabajó el personal de la Comisaría Décima, como así también los especialistas de la División Criminalística de la Unidad Regional X, quienes realizaron las pertinentes pericias para establecer la mecánica y las causas del siniestro que se cobró una víctima fatal.

Arte y activismo, el recuerdo de Ole

El fallecimiento de Ole Kowalski causó dolor en la sociedad posadeña, dado que el artista, además de ser hijo del reconocido pintor Zygmunt Kowalski, también dejó su huella por su carrera musical y su activismo en luchas sociales y ambientales.

Ole, de 54 años, era antropólogo y también estuvo vinculado a la Facultad de Humanidades y Ciencias Sociales de la Universidad Nacional de Misiones (UNAM) a través de la carrera de Portugués.

En cuanto a lo artístico, formó parte del grupo Espiral y participó de Espiraliña, un proyecto socio-musical con jóvenes de diferentes barrios carenciados de Posadas.

“Él se unió a la Espiral en el 95, después de tocar en la Fiesta del Inmigrante y de hacer un vivo con Los Fabulosos Cadillacs, que venían de ganar un Grammys con El Matador. Ahí me dijo que quería formar parte de la Espiral. Yo vi que él me podía ayudar y le vi muy capaz. Le entregué el comando de todo en el 97. Desde ahí empezamos a cranear todo”, recordó a LVM Chane Arias, director de Espiral.

Arias, además, describió a Ole. “Él era un gringo, pero era un argentino porque tenía la piel del negro. Él vino en otro envase. Su carácter no dejaba de ser de un polaco, fuerte, pero tenía el espíritu del negro, de guerrero, le encantaban los tambores, las cosas étnicas, los rituales. Un tipo que luchaba por las cosas hasta que las lograba. Una polenta, una cabeza brillante, inteligente. Mucha sabiduría, además de estar formado académicamente”.

Ole también fue activista en la lucha por los derechos de los pueblos originarios y el cuidado del medioambiente.

Dolor en Posadas

Con el correr de las horas, las redes sociales se llenaron de sentidas despedidas para el artista misionero.

El baterista posadeño Quique Uffelmann utilizó su Facebook para dedicarle unas palabras a Ole: “Luchador incansable, idealista, apasionado, férreo defensor de nuestra cultura. Varias veces pensé en mandarte videos de mis alumnitos tocando reggaes de Bob Marley, y al final no lo hice… Querido Alejandro Ole Brasil Kowalski , amigo de tantos años, la vida nos ha unido en las luchas culturales, varias veces hemos discutido y disentido acaloradamente, siempre con el mismo objetivo, de hacer lo mejor por nuestra cultura. Descansa en paz querido amigo, acá se te extrañará mucho”.

Julio César Ramírez, en tanto, escribió: “Dedicado en los últimos tiempos a resaltar los valores culturales de la tierra colorada, la tragedia hoy le hizo una gambeta, para pedirlo prestado en otro plano. Era un minucioso registrador de esas personas y sitios que integraban los íconos de sus orígenes, algunos de los cuales también habían quedado retenidos en los cuadros de su padre”.

 

El siniestro vial ocurrió este mediodía, sobre la colectora de la avenida Tulo Llamosas. FOTO: @susyflowersook

 

 

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Incautan camión con 7 toneladas de marihuana en cunas de madera en San José

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cunas de madera

Uniformados de la Gendarmería Nacional Argentina (GNA) interceptaron ayer un camión que se dirigía a Buenos Aires transportando marihuana acondicionada en “cunas de madera” y detuvo al chofer del vehículo.

El procedimiento fue realizado por el personal de la sección San José, dependiente del Escuadrón 8 Alto Uruguay de la GNA, durante un control desplegado sobre la ruta nacional 14, a la altura de San José.

En esa instancia, detuvieron la marcha de un camión Scania con semirremolque que circulaba con destino hacia la ciudad bonaerense de Pehuajó e iniciaron un control documentológico, en tanto que luego fue analizado mediante el escáner de la fuerza federal.

Gracias a esta herramienta detectaron una serie de bultos sospechosos ocultos en cofres o “cunas” acondicionadas en medio de los tirantes transportados. Lo siguiente fue recurrir al can antincarnóticos Jacki, que no dudó en reaccionar.

Con estos dos indicios, los uniformados avanzaron en la requisa y terminaron confirmando las sospechas. Entre la carga de madera los uniformados encontraron 21 cajones que ocultaban 9.361 paquetes de marihuana que alcanzaron los 7.418 kilogramos.

Como consecuencia de ello, el conductor del camión fue inmediatamente detenido y quedó a disposición del Juzgado Federal de Posadas, cuyas autoridades continuarán con la investigación pertinente.

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Desbaratan red de usura en Posadas: tres detenidos y 350 tarjetas incautadas

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red usura

Mediante dos allanamientos simultáneos ejecutados anoche en un barrio de Itaembé Guazú en Posadas, la Policía desbarató una red de usura y detuvo a tres sospechosos, al tiempo que decomisó 350 tarjetas de débito y tres camionetas, entre otros elementos de interés para la causa.

De acuerdo a la información difundida, la pesquisa estuvo a cargo del personal de la División Investigaciones de la Unidad Regional X, en conjunto con los agentes de la Brigada de Investigaciones del Nodo de Seguridad Itaembé Guazú, quienes mediante labores encubiertas siguieron el rastro de una banda dedicada a realizar prácticas de usura y retención indebida de documentación en perjuicio de familias vulnerables.

De esta manera, con los datos reunidos con las tareas de campo, anoche solicitaron órdenes de allanamiento y con el aval de la Justicia irrumpieron en dos inmuebles ubicados en el barrio 508 Viviendas.

Allí concretaron la detención de tres sospechosos identificados como Andrés A. R. (43), Andrés B. (39) y Susana M. (43), quienes ahora se encuentran a disposición de la Justicia.

En los procedimientos además se incautaron elementos comprometedores para la banda, como ser 350 tarjetas de débito con sus respectivas contraseñas de cajero y 25 documentos nacionales de identidad que habrían sido retenidos para garantizar el cobro de préstamos con intereses exorbitantes. También se hallaron cuadernos, anotaciones y registros contables que forman parte del circuito financiero informal investigado.

No fue lo único. Los efectivos recuperaron una gran cantidad de electrodomésticos y bienes de uso cotidiano presuntamente entregados por las víctimas como forma de pago ante la imposibilidad de afrontar los intereses impuestos por los prestamistas.

Según precisaron, todos los elementos serán inventariados y puestos a disposición del Juzgado para avanzar con la identificación de damnificados y la restitución correspondiente.

Como parte del operativo también fueron secuestrados cuatro vehículos vinculados a la maniobra, entre ellos una Toyota Hilux, una Volkswagen Amarok, una Toyota SW4 y un Fiat Fiorino, todos utilizados por la organización en la actividad investigada.

Las pesquisas continúan bajo supervisión judicial para determinar si existen otros domicilios involucrados, nuevas víctimas y eventuales integrantes del circuito usurero, sin descartarse nuevas medidas en las próximas horas.

Los allanamientos fueron realizados en el barrio 508 Viviendas de Itaembé Guazú.

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Jóvenes suman acusaciones contra Bruno Zapelli: “Mucha gente fue víctima de él”

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Luego de las denuncias que derivaron en la detención de Bruno Zapelli (35) por golpes, hostigamiento y amenazas contra su ex pareja, otras dos jóvenes que mantuvieron vínculos de pareja con el acusado, relataron episodios de violencia y coincidieron en “patrones de conducta similares” experimentados hace al menos 10 años atrás.

La detención fue efectuada el jueves en horas de la noche, cuando el hombre se presentó en la comisaría Decimosexta de Posadas, donde quedó detenido en el marco de una causa que lo investiga por el delito de amenazas” hacia María José Humeniuk (32), quien lo denunció por segunda vez el pasado 25 de noviembre.

Días atrás, La Voz de Misiones hizo público su testimonio, en el que describió el calvario que vivió tras romper relación con el posadeño. Al tomar conocimiento de la historia, Cintia Magri (31), y otra joven que prefirió resguardar su identidad, se contactaron para solidarizarse con la víctima y dar a conocer las experiencias que vivieron en carne propia junto al mismo Zapelli.

Pese a que no hubo denuncia formal, uno de los nuevos casos revelados se remonta al año 2013, cuando Cintia tenía 18 años e inició un noviazgo con Bruno que entonces tenía 22. “Nosotros nos conocimos por salidas de boliche en ese momento, amigos en común, hacíamos previas y así empezamos. La relación arrancó bien, como toda relación que al principio todo va bien”, comenzó a relatar la joven en diálogo con LVM.

“Él fue mi primer novio, fue la primera persona con la que estuve, entonces era bastante importante en mi vida. Creo que estaba mucho más enamorada que él, pero en ese momento no me daba cuenta de un montón de cosas que pasaban porque justamente fue mi primer novio. Era mi primera experiencia en todo”, recordó.

Sin embargo, con el paso del tiempo la atmósfera amorosa que compartían día a día se fue transformando: “De repente la relación empezó a derrapar, todo empezó a ser cada vez más tóxico”, aseguró, recordando ciertos señalamientos e insultos que dirigía contra sus amigas e incluso sus padres.

“Nosotros salimos como cuatro años y pasado un año me empecé a dar cuenta de que él intentaba alejarme de mis amigas, las insultaba, me hablaba mal de ellas, de mi familia y de todo mi entorno. Yo en ese momento no le hacía caso porque sabía lo que eran mis amigas y mi familia, pero me llamaba la atención que sea tan malo con ellos si nunca le habían hecho nada”, recapituló.

Según su testimonio, la violencia verbal que disparaba Bruno hacia sus amigas un día pasó a los hechos con un episodio de exhibicionismo público y humillación durante una fiesta: “Mis amigas también pasaron mal en ese momento porque también sufrieron acoso por parte de él. Tengo el recuerdo de una fiesta de Navidad. Él estaba peleando conmigo y una amiga viene y me quiere sacar de la pelea. El agarra y le dice `¡qué te metés negra de mierda!` y en medio de la fiesta se baja el pantalón mostrándole sus partes a mi amiga con un gesto obsceno y se lo vuelve a subir. Fue algo muy rápido. Yo no podía creer lo que estaba pasando. Desde ahí mi amiga lo odiaba, no lo podía ni ver y me decía que tenía que terminar con él”.

A partir de ese momento, como si hubiera dejado caer una máscara sin volver para recogerla, los actos de violencia siguieron su curso y se incrementaron paulatinamente. Ella, a pesar del escepticismo, poco a poco comenzaba a darse cuenta, buscando ganarle a la negación de lo que pasaba frente a sus ojos.

“Una vez salimos de Cristóbal, nos fuimos los dos en taxi hacia su casa. Al parar, el taxímetro arrojó un precio y el taxista había redondeado el monto hacia arriba. En eso Bruno se enoja, empiezan a discutir, nos bajamos del taxi, -el señor era un viejito y tenía el vidrio bajo- él metió la mano y le empezó a meter piñas, piñas, piñas al señor y le pateaba el auto. Le rompió todo el auto. En ese momento intenté detenerlo, pero no pude, era muy grandote”, relató casi reviviendo un momento de shock que llegó a las puertas de la familia, acompañado por una denuncia al domicilio, aunque no prosperó en la Justicia.

Cintia también expresó que la relación, después de esos episodios, no fue “lineal”: “Él jugaba mucho con el ida y vuelta; cortábamos, volvíamos, cortábamos y caía en mi casa. Habíamos cortado unos días antes y después volvió a buscarme y seguimos discutiendo por lo que habíamos peleado anteriormente. En un momento empieza a golpear el manubrio del auto, se da vuelta, me pega una piña en la boca -que me chocó el labio con los dientes- y ahí me empezó a sangrar y sangrar”.

En ese momento ella bajó del auto frente a la casa de él y recordó: “Él no quería que yo entrara llorando porque no quería que sus padres se dieran cuenta de lo que había pasado. Entonces me lleva para afuera en la vereda, me dice ‘pará, pará, disculpame’, me pide perdón, los dos llorábamos”.

La situación se volvió aún más compleja al día siguiente cuando Cintia debía enfrentar a sus propios padres: “Al otro día me acuerdo que me tenía que ir de compras con mis padres a Paraguay, claro, yo tenía el labio que era una pelota, todo negro, yo decía, ¿cómo hago para viajar y qué le digo a ellos?. Ellos me fueron a buscar al otro día, me vieron así, preguntaron qué había pasado y les tuve que mentir. Después de mucho tiempo mi mamá me dijo, ‘yo no te creí eso’, pero es como que nadie podía hacer nada”.

Sobre lo que profundizó: “Es como que él era tan manipulador de las situaciones que yo creo que hasta incluso le manipulaba a mi familia porque él muchas veces cayó llorando a mi casa cuando cortábamos y mi familia le tenía lástima. Encima que yo tampoco hablaba, entonces no sabían mi versión, solo conocían la de él”.

Y aseguró: “Cuando él me pegó fue como un antes y un después. Ahí fue donde me di cuenta de que algo pasaba. En cualquier situación a él algo lo sacaba, insultaba, gritaba, golpeaba o tiraba cosas. Me acuerdo que una vez me empujó, me dio una patada, estábamos peleando por una pavada”.

“Después toda la relación fue así y yo me tuve que ir de Posadas. Me mudé a Buenos Aires porque no podía salir del círculo y tampoco hablaba mucho, no le contaba a mi familia lo que pasaba y tampoco a mis amigas. Siempre les contaba la mitad de la historia, me daba vergüenza porque sentía que me banqué un montón de cosas. Y finalmente terminé de contarles todo lo que pasó hace no muchos años, recién cuando volví a Posadas”.

Su ex la golpeaba y ahora la hostiga diariamente: “Hace 1 año que tengo miedo”

Conciencia

Sobre aquellos tiempos, la joven revivió con tristeza destratos dentro del propio círculo familiar de Bruno: “ Me acuerdo que le trata muy mal a su mamá, nunca lo vi pegarle, pero sí muchas veces la empujó, la insultó muy feo y yo decía, si le trata así a su madre ¿por qué me trataría mejor a mi?”.

Doce años después de aquellos episodios, con el relato que expuso María José Humeniuk días atrás, Cintia asegura que Bruno “sigue siendo el mismo”: “Realmente es una persona muy peligrosa, no entiendo cómo todavía anda por ahí. Yo lo veo los fines de semana que sale, lo veo en bares donde yo trabajo cerca; como si nada pasara”.

“Yo a su mamá la quiero mucho y pienso en ella porque la debe estar pasando re mal, y me gustaría que ella sepa también todo lo que hizo el hijo y que no fue solo a una persona, hay mucha gente que fue víctima de él. También, de mi parte, siento que esto que está pasando es cerrar una herida. Estuve mucho tiempo mal, muchos años, en una etapa de la vida en la que recién formaba todo, la manera de entablar vínculos. Me costó mucho estar con hombres después de esto y formar pareja. Siento que es alentar a otras chicas a que se animen a hablar”, concluyó.

Y sumó: “Ojalá que -si no queda preso- que alguien de su familia o su entorno pueda ayudarlo con profesionales porque para mí es un psicópata o tiene algún problema mental”.

Coincidencias

Otra de las presuntas víctimas, que en este caso prefirió resguardar su identidad, también fue entrevistada por este medio y mencionó patrones de conducta similares que coinciden con el relato anterior, entre ellos: la “inconstancia”, la “mentira compulsiva”, las reacciones impulsivas y la violencia, tanto verbal como física.

“Fue mi primer novio y la primera persona con la que estuve. Nosotros íbamos juntos al colegio, a la secundaria, entonces todo empezó en el 2006. Teníamos 16 años y éramos menores, pero éramos noviecitos de curso y compartíamos un montón de cosas. Cuestión que estuvimos juntos aproximadamente desde el 2006 al 2010, pero entre eso hubo un montón de idas y vueltas, momentos que no estuvimos juntos y demás”.

Esta persona se refirió puntualmente a “patrones” que estuvieron caracterizados por “violencia y mentira”. “Él era una persona muy violenta, pero en ese momento no tanto conmigo, al principio. Había muchas cosas que yo veía, y al ser chicos, adolescentes, uno por ahí en esa época justificaba un poco eso. Era una época en la que los chicos se cagaban bastante a trompadas a la salida del boliche o cosas así”.

Y continuó: “Cuestión que cuando estábamos juntos éramos chicos y tres veces cayó detenido. Es más, creo que era menor en esa época, porque si bien estuvimos dos años, cuando era menor, cumplió 18 y se fue a vivir a Buenos Aires y seguía siendo la misma persona. Cuestión que cayó detenido, yo iba a la Policía, esperaba que salga, siempre re buena porque no entendía y más por ser mi primer novio, yo quería acompañar porque si bien era una persona muy violenta, no me hacía cosas a mí”.

Al igual que con Cintia, la relación se fue tornando “tóxica” con el correr del tiempo: “Después si, empezaron las discusiones. Tenía un celular y lo partía a la mitad, le pegaba a la pared, discutía con todo el mundo y se cagaba a piñas con otros chicos afuera del boliche”.

Sobre esto, sumó: “No es que tomaba alcohol y hacía algo. A veces era un día a la tarde, estábamos haciendo algo y empezaba a quedar loco. Un día discutimos y me tiró un baldazo de agua. Teníamos 17 años”.

“En otra oportunidad yo estaba sentada en una silla, él patea la silla y me tira a mi con la silla y todo. Fue un caos, yo llorando, pero nunca reaccioné ni nada porque uno nunca sabe hasta qué punto va a reaccionar el otro. Cuestión que me empecé a alejar. Le dije que no íbamos a estar más juntos y ahí fue que empezó a enloquecer con mensajes y persecución. Yo salía del boliche y después él llegó a mi casa porque me había seguido. Y mi casa tiene dos pisos y arriba una terraza. Una vez me tocan la puerta de la terraza del patio de arriba, el pibe había trepado mi casa directamente. Hacía cosas así”.

Y remató: “También mentía un montón con cosas que todos veíamos y sabíamos que estaba mintiendo y él pareciera que no se daba cuenta”.

Recordando un episodio que habría ocurrido en el año 2010 cuando terminaron la relación, expresó: “Un día a las 5 de la mañana pidió que le abra la puerta de mi casa. Yo todavía vivía con mi mamá y mi hermano. Voy y le abro, porque no quería que haga quilombo. Ahí me empieza a hablar y a decir que estaba con alguien, como una escena de celos, re loco, re sacado. Yo le dije que no, que no, y que me deje de molestar y me mete un cabezazo en la nariz”.

Yo no quise hacer nada porque si reaccionaba, no sabía si iba a hacer algo peor, entonces le empiezo a decir, por favor, lo empiezo a echar y ahí me mete un cachetazo en la mejilla. Le pido llorando que se vaya hasta que lo hace. En ese momento mucho no dije porque era chica y mi hermano tenía la misma edad que nosotros, entonces era como que se iban a cagar a palos todo el tiempo y no era lo que yo quería”, concluyó asegurando que no presentó la denuncia formal por el vínculo amistoso que existía con los miembros de su familia.

Ayuda

Estos testimonios dan cuenta de que en situaciones de humillación y violencia -en sus diferentes formas- la víctima no alcanza a elaborar el trauma de manera espontánea, lo que impide comunicar lo que pasa en el momento, poniendo en riesgo los pedidos de ayuda necesarios.

Si sos víctima o conocés a alguien que sufre violencia de género podés llamar sin cargo a la línea nacional 144, a la provincial 137, al 911 o escribir por WhatsApp al +5491127716463 para atención, contención y asesoramiento las 24 horas.

Detuvieron a Bruno Zapelli, denunciado por violencia contra su ex pareja

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