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Detienen a ex policía por intentar incendiar una casa con sus sobrinos dentro

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Ayer martes detuvieron a un ex policía por intentar incendiar la vivienda en la que se encontraban sus sobrinos, los cuatro menores de edad.

Según informó Verónica Denis, cuñada del acusado, en diálogo con La Voz de Misiones, la vivienda, ubicada en el Barrio Yacyretá de la ciudad de Posadas, se encuentra en sucesión luego de la muerte de la madre de su esposo, Adrián Ramón Ariel Rodríguez, período tras el cual sería puesta en venta.

“La sucesión la abrió mi marido y todos estaban de acuerdo, pero mi cuñado no quería vender la casa, quería quedársela. Entonces lo que hizo mi marido fue abrir la sucesión y, como nadie se quería hacer cargo de la casa, mi esposo accedió. Nos hicimos cargo de la luz y todo eso”, comenzó explicando Verónica.

“Mi suegra murió hace un mes, después de lo cual mi cuñado vino y se llevó todo lo que le correspondía a ella: el título de la casa, las cosas, el auto”, detalló.

En desacuerdo con la sucesión, el actual detenido, Jorge Francisco Rodríguez, se hizo presente en el domicilio el lunes 26 a las 11: “Ingresó a la casa y le robó la llave a mi marido, diciéndole que la casa era de él y que nadie iba a vivir ahí”.

“Después de eso se fue a la seccional Sexta diciendo que la casa le correspondía a él y que mi marido tenía que retirarse y nosotros con los chicos”, explicó.

Verónica y Ariel también asistieron a la comisaria para hacer la denuncia, frente a lo cual el agente que los recibió, según recuerda Verónica, les dijo: “Esperen, vamos a ver cómo arreglamos las cosas, todos pueden vivir ahí, todos son herederos, no es tu casa”.

De acuerdo al relato de su cuñada, el detenido manifestó: “Usted no entiende, nadie va a vivir ahí”, y se dirigió a su auto como para irse.

El policía de la seccional lo alcanzó y, luego de un rato de charla, volvió y les dijo: “Él va a ir a hacer una copia de la llave y en unas dos horas vuelve, esperen acá”.

“El oficial sale y le habla con toda la paciencia del mundo en la calle, como que tenían una amistad o algo, yo le digo que tenía que proceder; cómo puede ser que él esté actuando así, mi cuñado arranca el auto y el policía me promete que va a ser una copia de la llave, esperen dos horas para las 7”, dijo la denunciante.

Verónica señaló que su cuñado está retirado voluntariamente de la Fuerza de Bomberos de la Policía y que actualmente trabaja como conductor de un trasporte escolar.

También recordó varias ocasiones en que les señalaron “que no venga la prensa”.

Intento de incendio

Más tarde, volvieron a ir a la comisaría para recibir la copia de la llave y, alrededor de las 19, su hija de 16 años la llamó y le dijo que “él está acá dentro, mami, nos quiere prender fuego”.

“Mi hija estaba sola en la casa con sus hermanos”, añadió.

“Me desesperé, le digo a los policías que se muevan, que por favor vayan a mi casa y nunca se movieron, nunca hicieron nada, minimizaron todo”.

Refiriéndose a José Francisco Rodríguez, manifestó: “Él les decía: ‘Vengan adentro’; ‘¿qué te pasa, tío?’, le decía mi hija”.

“‘Vengan adentro, entren que ya está estoy bien con tu papá y tu mamá, quédense acá adentro’, les decía mientras iba rociando todo: las camas, las piezas de los chicos, el baño”, describió la cuñada.

“Mi hija más chiquitita quedó atrapada en la pieza, la más grande volvió a entrar y la sacó, porque él estaba decidido, vino vestido todo de negro con una capucha”, recordó Verónica.

“Mi otra sobrina lo esperaba en la esquina con un auto gris, él se bajó con tres bidones de nafta, también había otro en una moto, eran de la fuerza los que lo estaban esperando”, acusó la madre y los identificó como Brenda y Jonathan Rodríguez.

“Mi esposo corrió porque es cerca de la comisaría a mi casa, cuando llegó ya estaba todo prendido fuego, mis hijos estaban en la calle, los vecinos con matafuego trataron de apagar , él para eso le pegaba al que entraba, no quería que nadie entre”, reflejó.

Según afirmó la mujer, fue el Comando Policial quien se lo llevó detenido a la comisaría cuarta: “En la Sexta nunca nos tomaron ni la denuncia y nos dijeron que no cambiemos la cerradura de la puerta”.

“Ayer me tuve que ir hasta la Comisaría de la Mujer a exigirles que le tomen la declaración a mi hija porque ella está consciente y sabe lo que pasó, ella estuvo adentro”, lanzó.

“Ahí me dijeron que los de la sexta actuaron mal, que tuvieron que haber resguardado a los menores, principalmente”, agregó.

Asimismo, afirmó haber solicitado asistencia psicológica y el botón antipánico: “Mis hijos no pueden dormir tranquilos”, sumado a una restricción por 1 año del acusado.

Al momento, los implicados esperan ser llamados a declarar ante la Justicia.

“Yo exijo que los otros dos no estén más en la fuerza, que hagan algo, porque son cómplices también, dos policías así no están preparados para ser policía, lo llevaron a que prenda fuego a chicos”, remarcó.

Policiales

Asaltantes en moto robaron casi $50 millones de un comercio en Iguazú

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Al menos dos delincuentes en moto y armados irrumpieron esta tarde en un local de la zona industrial de Puerto Iguazú, donde encañonaron a los empleados y sustrajeron un botín de casi 50 millones de pesos en diferentes divisas.

De acuerdo a lo consignado por fuentes policiales, el atraco ocurrió minutos antes de las 15 de hoy, en el despacho comercial llamado Cono Sur, donde dos hombres armados irrumpieron en el lugar.

Una vez dentro, los delincuentes redujeron al personal y obligaron a un empleado a abrir la caja fuerte, de donde sustrajeron 29.900.000 pesos y 12.000 dólares en efectivo.

Tras apoderarse del dinero, los asaltantes huyeron en una motocicleta modelo Honda Titán 150 y se dirigieron en dirección al barrio Belén, aunque hasta el momento no hay novedades de ellos.

El hecho es investigado por el personal de la comisaría Segunda de la Unidad Regional V, junto a los efectivos de Criminalística, quienes realizaron las pericias de rigor en la escena, preservando huellas y revisando cámaras de seguridad para identificar a los autores del robo calificado.

Asimismo, se ejecutan controles cerrojos en puntos estratégicos de la ciudad y corredores rurales.

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Judiciales

Fundamentos de la condena a docentes: “Los derechos no son absolutos”

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La magistrada Marcela Alejandra Leiva fundamentó la condena impartida contra los docentes y dirigentes sindicales Mónica Gurina y Leandro Sánchez en dos pilares centrales: el rol “de conducción y representación” que atribuyó a los imputados en la protesta y en la premisa de que “ningún derecho es absoluto”.

En su escrito, de 87 fojas, la jueza Correccional y de Menores Uno de Posadas, encargada de presidir el tribunal unipersonal que llevó adelante el juicio oral contra los docentes, consideró, en primera instancia, que “ambos imputados ejercían funciones orgánicas de representación y vocería institucional en el conflicto, invocando expresamente la representación colectiva y actuando como autoridades máximas de sus respectivas organizaciones”.

Para arribar a esa afirmación se apoyó en las actas de notificación y en las declaraciones efectuadas por los agentes policiales que intervinieron durante los días comprendidos entre el 1 y el 4 de junio del año pasado para comunicar las órdenes judiciales de despejar el acampe docente montado sobre la avenida Uruguay como medida de protesta para exigir mejoras salariales.

Gurina y Sánchez no sólo eran parte de la protesta sino que asumían roles de conducción y representación, lo que explica porque el personal policial y los propios manifestantes indicaron a ellos como referentes, cuya presencia resultaba determinante para la toma de decisiones en el lugar de los hechos”, expuso entre sus argumentos Leiva.

La jueza desestimó los argumentos defensivos que insistían en el hecho de que todas las decisiones tomadas en el marco de la protesta era de carácter “asambleario” y entendió que “pues aun dentro de un esquema de decisiones colectivas, ambos (por Gurina y Sánchez) aparecían como figuras representativas y funcionales para la comunicación con autoridades y para la toma de definiciones”.

Gurina y Sánchez recibieron 10 meses y 8 meses de prisión en suspenso, respectivamente.

En ese marco, consideró acreditado que ambos docentes enjuiciados cometieron de manera deliberada el delito de “desobediencia judicial” al no atender las órdenes de despejar la calle, lo cual vino aparejado con la interrupción del tránsito y el consecuente “entorpecimiento del normal funcionamiento del transporte”, que era la segunda figura penal achacada a los imputados.

Al respecto, expuso Leiva: “Las conductas desplegadas excedieron los límites razonables que la Constitución Nacional y los tratados de derechos humanos reconocen a la huelga, la protesta o la libertad de expresión, configurando una afectación inadmisible a bienes jurídicos de terceros y al orden público”.

Y argumentó: “El derecho a la protesta, como manifestación de derechos humanos de participación, no puede convertirse en un ámbito de inmunidad para la producción de resultados lesivos, tales como la obstrucción deliberada del tránsito o la desobediencia a una orden judicial válida, contravendría el núcleo estructural del propio sistema de derechos humanos, que exige compatibilizar su ejercicio con la protección simultánea de la libertad, la seguridad y la dignidad de las demás personas”.

En cuanto a lo planteado por el abogado defensor Eduardo Paredes, de aplicar en forma subsidiaria a la absolución el estado de necesidad justificante o del estado de necesidad exculpante, la jueza subrayó: “No se configura aquí un conflicto legítimo entre derechos fundamentales que permita justificar la conducta, toda vez que la huelga no comprende la facultad de impedir la circulación pública por vías de hecho ni de afectar el normal desenvolvimiento de la comunidad, encontrando límites infranqueables cuando lesiona derechos de terceros ajenos a la medida. La protesta o huelga no constituye causa de justificación de delitos ni excluye la antijuridicidad de conductas que lesionan directamente bienes jurídicos de terceros. La doctrina penal ha sido clara en este punto”.

La jueza también citó jurisprudencia y mencionó el caso de Estela del Valle Juárez, docente y secretaria general de la Regional Suroeste de la Asociación de Trabajadores de la Educación del Chubut (ATECh), que participó en cortes de rutas por un conflicto salarial que estalló en su provincia en 2019 y cuya condena a tres meses de prisión en suspenso por “entorpecimiento del transporte” fue ratificada por la Corte Suprema en abril de este año.

A partir de la presentación de estos fundamentos, el equipo legal que defiende a los docentes tiene un plazo de diez para presentar una recurso de casación, lo cual es prácticamente un hecho ya que a apenas conocida la sentencia del miércoles pasado adelantaron que “apelaremos el fallo y de ser necesario insistiremos hasta llevar el caso a la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN)”.

El fallo dictado por la jueza Leiva dispone 10 meses de prisión en suspenso para Mónica Gurina y 8 meses de prisión en suspenso para Leandro Sánchez, además de 8 horas mensuales de tareas comunitarias.

En las escalinatas del Palacio de Justicia los docentes volvieron a recibir el acompañamiento y el apoyo de sus compañeros.

Acampe docente: condenan a Gurina y Sánchez por desobediencia y corte de calle

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Judiciales

Desestiman otra autoincriminación en el caso Schoenfisch y pasan a los alegatos

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Tal como lo hizo un mes atrás, el ex intendente de Santiago de Liniers, Arnoldo Schoenfisch (67) volvió a autoincriminarse ante el tribunal que juzga a su hijo Pablo (23), acusado de un ataque parricida que ocasionó la muerte de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su padre, quien ahora pretende responsabilizarse por el hecho para favorecer al imputado.

Es la tercera vez que insiste en la versión autoincriminatoria. Primero lo hizo con un declaración jurada vertida ante escribano público en diciembre de 2024, luego hizo lo propio en el inicio del debate oral que conducir a su hijo a una pena de prisión perpetua y lo repitió hoy.

Esta situación obligó que el comienzo del debate quede stand by hasta que sus declaraciones sean analizadas por la fiscalía de instrucción, cuyas autoridades finalmente desestimaron la versión y eso permitió que el juicio se reanude, pero Schoenfisch padre hoy volvió a declarar: “Discutimos, la maté y luego me quise suicidar”.

El magistrado Atilio León, integrante del tribunal que preside Adriana Andino y completa Javier Jourdan (subrogante), pidió “suspender definitivamente” el juicio debido “al alto riesgo para la validez del proceso” que representaba el hecho de continuar interrogando a un testigo que pedía ser imputado.

Sin embargo, por mayoría, con los votos de Andino y Jourdan, el debate prosiguió y la declaración continuó en los mismos términos, instancia en la que el fiscal Federico Rodríguez solicitó que Schoenfisch sea investigado por falso testimonio, tal como lo hizo con un hermano suyo, Rubén Schoenfisch, que incluso fue detenido al finalizar la audiencia. 

Para el fiscal, el testigo continúa siendo parte de un “esquema defensivo” donde busca adjudicarse el hecho para favorecer a su hijo con un versión “imposible de acreditar”.

En ese sentido, marcó las contradicciones expuestas por Schoenfisch, que en etapa de instrucción formuló expresiones completamente diferentes a las vertidas en el juicio e incluso negó las declaraciones dadas por al menos otros tres testigos que comprometen la situación del imputado.

Hace unos días me enteré que acá estaban diciendo que yo dije, ‘que esto hizo Pablo’. Eso es mentira. Yo nunca le mencioné a él. Hay dos o tres que dijeron eso y eso es una mentira. Lo digo francamente. La mentira tiene patas cortas. Eso me indigna”, lanzó hoy en referencia a los testimonios de Lucas Szumkoski y Miguel Ángel Szumkoski, hijos de Antúnez y hermanastros del imputado.

Schoenfisch padre también negó que a su hijo le hubieran “cortado” la entrega de dinero y el uso de vehículos como castigo a su mal comportamiento. También minimizó discusiones.

Después de su testimonio, pasaron a declarar dos licenciados en criminalística, quienes repasaron las pericias realizadas en el caso, las cuales concluyeron que los disparos que recibieron ambas víctimas fueron efectuadas a corta distancia.

El debate continuará el miércoles, a partir de las 8.30, con la ronda de alegatos. El primero en exponer será el fiscal Rodríguez, mientras que luego lo harán los abogados defensores María Laura Alvarenga y Fabián De Sá.

Juicio y versiones

Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.

La nueva versión expuesta por Arnoldo Schoenfisch, que tras el hecho quedó con ceguera, representa un abrupto giro del caso en relación a lo expuesto en el requerimiento de elevación a juicio formulada por el fiscal Edgar Francisco Doldán y firmada por el magistrado Roberto Saldaña, ex juez de Instrucción Uno de Eldorado.

La hipótesis acusatoria sostiene que en la madrugada del 14 de mayo de 2020, Pablo Schoenfisch atacó a sus padres mientras dormían, efectuándoles disparos a corta distancia. Como consecuencia del hecho, Antúnez perdió la vida y Arnoldo quedó con secuelas permanentes.

Según lo plasmado en ese documento, el acusado mantenía una relación conflictiva con sus padres, motivada por desavenencias y mal comportamiento del muchacho, cuestión que fue ratificada por varios familiares y amigos del imputado al momento de declarar como testigos en la etapa investigativa.

En el transcurso del presente debate, varios testigos ratificaron que el joven mantenía una mala relación con sus padres e incluso recordaron expresiones como deseos de matarlos.

Por ejemplo Gladis Aquino, que era empleada doméstica de la familia y ante los jueces declaró: “Un día Pablo de la nada me dice ‘qué pasaría si mato a mi papá y a mi mamá’. Yo le dije que iba a arruinar su juventud y me dijo que en cualquier momento mataba a su papá y a su mamá”.

Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y una de las primeras personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada, también dio un testimonio revelador: “Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”.

Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida

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