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Policiales

Denuncian abuso de una nena de 8 años en merendero del barrio Aeroclub

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Una madre denunció que un hombre intentó abusar de su hija cuando ésta fue a llevar los tuppers para la comida a un establecimiento a dos cuadras de su casa. Luego reconocieron al hombre -que tiene antecedentes- como el marido de la dueña.

 

POSADAS. El lunes 27 de abril, Belén Ojeda (26), una madre del barrio Aeroclub de la capital provincial, denunció el intento de abuso hacia su hija de 8 años por parte de un hombre al que luego reconocieron como el marido de la dueña de un merendero al que asistía su familia.

Esa misma mañana, alrededor de las 10, como tantas otras veces lo había hecho, la pequeña se dirigió al comedor Sol, ubicado a dos cuadras de su casa para dejar los tupper que luego retirarían al mediodía.

Lo diferente de aquel día fue que la niña volvió corriendo y llorando a su casa, “diciéndome que un hombre en el merendero le mostró su pene y le hizo movimientos sexuales. Esto la hizo correr y creo que si no fuese porque mi hija lloró y corrió, el hombre hubiese seguido. Por eso no llegó a pasar a mayores”, dijo la mujer en diálogo con radio Libertad.

Ese mismo día, Ojeda radicó la primera denuncia en la Comisaría de la Mujer, de Itaembé Miní, en la que detalló los pormenores del hecho tras el testimonio de su hija: “En el comedor, en la parte de la mesa donde dejan los tupper, un señor la levantó con las piernas hacia arriba, quedando su cabeza abajo, de frente a este hombre, y que en ese momento (la niña) observó que tenía los pantalones abajo”.    

Asimismo, la madre explicó que, luego de lo sucedido, su hija describió a su abusador como un hombre “de rulos y chivita” que vestía con remera y pantalones negros. “El hombre le engañó, le hizo creer que era un comensal”, dijo Ojeda, y agregó que acto seguido se dirigió al comedor para hablar con su dueña, una mujer identificada como Zulema Gonzáles.

Una vez en el lugar, la directora del comedor adujo no conocer al hombre que describía Ojeda, por lo cual ésta se retiró a su hogar con la desesperación de no saber si volvería a dar con el sujeto señalado por la niña. 

Recién al otro día, la mamá se apostó desde las 9 de la mañana hasta pasadas las 13.30, convencida de que el presunto abusador era un comensal del comedor, “quedé preocupada pensando que no lo volvería a ver”, relató la mujer en la denuncia. 

En ese momento, mientras indagaba entre los vecinos, uno de ellos señaló al hombre como el marido de Zulema.

Fue allí que la hermana de la dueña del comedor le mostró a la niña una foto de su cuñado, ante lo cual la pequeña “se asustó y empezó a llorar, manifestando que era ese señor quien la había abusado”.

Luego de que la menor de 8 años reconociera al hombre, sus padres volvieron al comedor junto a otros dos amigos. Al ser confrontado por los padres de la niña, el presunto abusador negó los cargos y dijo que la nena mentía: “Se burló de mi nena , dijo que ella estaba mintiendo y se rió en mi cara y en la del papá”, dijo. 

“Lo único que hicieron fue llamar al comando y lo detuvieron 18 horas, pero ahora está en libertad con su señora”, denunció la madre.

Fue luego de ese episodio que realizaron una segunda denuncia con los datos más exactos.

Otros hechos

Asimismo, Belén Ojeda señaló que hace una semana, la llamaron desde la Comisaría de la Mujer para indicarle que asistiera con testigos, ya que no era la primera vez que el hombre era acusado por un hecho similar.

“No es la primera denuncia, hay un caso de una nena que el hombre sí llegó a violar y llevamos las denuncias correspondientes y fuimos con la presidente del barrio, pero el hombre sigue libre, se pasea por el barrio, pasa por el frente de mi casa burlándose”, cuestionó Ojeda.

De esta forma, indicó que están a la espera de la citación para continuar con el proceso. Además, consiguió una denuncia radicada contra el mismo sujeto en 2017 por un delito contra la integridad sexual de una adolescente de 13 años.

“No pudimos dar con las madres, pero hay casos como el de la nena, que en ese entonces tenía 13 años, en el 2017; hablamos con la madre y hay otro caso de una niña que volvía de la escuela al mediodía y este sujeto se masturbó frente a ella, pero sigue afuera”, replicó la madre en declaraciones radiales.

Rechazan las acusaciones

La madre cuestiona además que Zulema, la entonces encargada del merendero, haya ocultado a su concubino y lo defienda a pesar de las pruebas en su contra. 

Por su parte, la esposa del acusado rechazó las denuncias: “Nada que ver con la denuncia. El hecho ocurrió en mi merendero y todavía no se sabe quién fue. Me comentaron todo lo que había pasado y yo misma les abría las puertas del merendero para que traten de identificar al sujeto”, se defendió.

En relación a las acusaciones contra su pareja, Gonzáles indicó que ese día su marido estuvo con ella, por lo que no podría haber cometido el hecho. “Nosotros tuvimos que dejar el domicilio por la constante amenaza de muerte. Tenemos miedo porque nos amenazaron y tenemos hijos pequeños”.

Ojeda le contestó, al indicar que tuvo que escracharlos en Facebook pidiendo justicia para que otras personas no terminen en la misma situación y que recibió mucho apoyo de las personas, pero que no era responsable sobre el accionar de los internautas, que fueron los que amenazaron a la pareja acusada.

Tanto Belén como su marido están siendo asistidos por abogados de Barrios de Pie, movimiento al que pertenecen, ya que no disponen de un representante legal, pero continúan tramitando el avance de la denuncia.

Si bien Zulema negó los cargos en contra de su pareja, reconoció que estuvo preso por hechos similares a los que le acusa Ojeda: “A los 17 años estuvo preso, pero ya cumplió condena y eso de que hay un montón de denuncias es mentira”, dijo.

 

Policiales

Chocaron tres autos en el ingreso al centro de Posadas: dos heridos

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Esta mañana al menos dos personas resultaron lesionadas luego de que colisionaran un Toyota Corolla, un Suzuki Fun y un Volkswagen Fox, que se encontraba estacionado con ocupantes a bordo, en la intersección de la avenida Roque Pérez y calle Ayacucho.

El hecho se registró alrededor de las 7:30, cuando por motivos que se investigan, el Toyota Corolla, conducido por Rodolfo B. (58), intentaba ingresar a la avenida Roque Pérez cuando impactó con el Suzuki Fun, al mando de Ana S. (41), quien viajaba acompañada de su hijo de 8 años, cuyo automóvil volcó.

A raíz del primer impacto, el Toyota terminó chocando a un Volkswagen Fox, propiedad de Cristian C. (38), quien se encontraba en el interior del rodado junto a su hijo de 6.

Como consecuencia del impacto, los ocupantes del Suzuki resultaron lesionados, al igual que el menor que se hallaba dentro del Volkswagen. Todos fueron asistidos y trasladados en ambulancia al hospital Madariaga para su evaluación médica.

En el lugar trabaja personal de la Dirección General de Policía Científica, mientras que se solicitó la intervención del médico y bioquímico policial en el nosocomio de referencia. Las pericias continuarán para establecer la mecánica precisa del siniestro.

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Judiciales

Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida

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Pablo Schoenfisch

Tras una nueva desestimación de la declaración autoincriminatoria de su padre, esta mañana se reanudó al juicio contra Pablo Schoenfisch (23), jornada que incorporó las primeras testimoniales, entre ellas la de un hermano del sospechoso, quien apuntó al acusado como autor del ataque parricida que acabó con la vida de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su progenitor Arnoldo (67), ex intendente de Santiago de Liniers.

Fueron cinco las testimoniales recibidas hoy por el Tribunal Penal Uno de Eldorado, todas ellas reveladoras para la hipótesis del caso que maneja la fiscalía, pero la de mayor emotividad fue la de Lucas Szumkoski (35), medio hermano del acusado, hijo de la mujer fallecida e hijastro del hombre baleado.

Entre lágrimas, el testigo no dudó en apuntar contra su hermano y en ratificar todo lo que declaró durante la etapa investigativa.

“Nunca imaginé que iba a ser él”

Szumkoski fue quien durante aquella madrugada del 14 de mayo de 2020 trasladó a ambas víctimas en su camioneta desde la casa familiar de Santiago de Liniers hasta el hospital Samic de Eldorado, donde se constató el deceso de su madre como consecuencia de un balazo en la cabeza y las graves lesiones que dejaron con secuelas de por vida a su padrastro por una lesión similar. 

A diferencia de la versión trazada por su padrastro la semana pasada cuando efectuó una declaración autoincriminatoria para desligar al imputado del caso, Szumkoski robusteció las sospechas que giran contra Pablo.

Nunca me imaginé que iba a ser él. Fui a la comisaría al día siguiente y le dije ‘sabes lo que hiciste’, mataste a tu mamá y a tu papá y él me dijo “sí”. Ahí le dije que no iba a ir al velorio de su mamá. Ahí ya la Policía me sacó para afuera. Yo siempre le defendí, decía que no podía ser. Pero mi hermanito le dio”, señaló mientras miraba al imputado y lo señalaba con el dedo.

Szumkoski también recordó una conversación que tuvo con su padrastro tiempo después del hecho: “Estaba mi primo René también. Yo le decía que siempre peleé por mi hermanito chiquitito. Ahí él (por Arnoldo) me dice ‘mirá como me dejó y vos le defendés’. Yo decía que él no era, pero me dijo: ‘Vos te vas a arrodillar ahí y te va sacar la cabeza de un tiro. Si a mí me dejó ciego, a vos te va a matar’”.

El joven describió a su hermano preso como “malcriado” y “vago como cualquier gurisada”, al tiempo que confirmó que el sospechoso sabía manipular armas de fuego. “Él siempre andaba tirando por ahí, a las palomas”, dijo.

El policía Patiño Benítez también arrojó declaraciones relevadoras.

“Pablito hizo cagada”

Otra de las testigos que compareció para la reanudación del debate oral fue Margarita Radke, una de las primeras personas en llegar al lugar para asistir a Arnoldo Schoenfisch tras sus gritos de auxilio.

A diferencia de su pareja Alberto -hermano de Arnoldo-, la mujer ratificó que en esos primeros minutos del caso el ex intendente atacado respondía que “Pablito hizo cagada” cuando le consultaban sobre qué había sucedido.

Esa misma expresión fue oída por Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y otra de las personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada.

“Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”, recordó la muchacha que además hacía tareas de limpieza en la casa de la abuela del imputado.

Justamente, trabajando en esa vivienda, ubicada en la misma propiedad donde ocurrió el hecho, Padilla encontró un guante oculto en una gaveta instalada en la habitación donde Pablo Schoenfisch durmió la noche del crimen.

La hipótesis acusatoria sostiene que ese guante fue utilizado por el imputado para disparar y no dejar marcas en el revólver calibre 38 utilizado como arma homicida.

“Fui a buscar una cortina a un baúl que estaba cerca de la cama. Cuando abrí estaba cortina y cuando saco veo un par de guantes, una bufanda y una gorra. Me pareció raro porque eso nunca estuvo ahí. Cuando lo comenté me dijeron que llame a la Policía”, reconstruyó Padilla, quien ante la consulta del fiscal Federico Rodríguez reconoció que “eran de Pablo. Era la gorra y la bufanda habitual que siempre utilizaba en invierno”.

Tanto Padilla como Radke además manifestaron que la relación entre el imputado y sus padres se había tornada complicada, con varias actitudes agresivas por parte del joven hacia la pareja. Los conflictos se habrían acrecentado en los últimos meses cuando Antúnez y Schoenfisch padre le “recortaron” a su hijo el uso de un cuatriciclo, del celular y la entrega de dinero. 

“La relación de ellos ya estaba bastante pasada. Pablo estaba bastante testarudo. No quería estudiar, le mandaban a hacer algo y Pablo les mandaba a la mierda. Vivían discutiendo”, declaró Padilla.

“Gotas de sangre”

El quinto testigo tampoco pasó desapercibido. El subcomisario Raúl Bernardino Patiño Benítez era subjefe de la comisaría de Santiago de Liniers al momento del hecho y su accionar su clave para orientar las sospechas hacia un ataque parricida como principal hipótesis del caso.

Patiño Benitez declaró que a las 4.15 fue alertado del hecho por Szumkoski y que minutos antes de las 5 ya estuvo en el lugar, donde ordenó resguardar la escena, aguardar a criminalística e iniciar las averiguaciones.

En ese marco, sostuvo que al amanecer, cerca de las 8, tuvo su primer contacto con Pablo Schoenfisch. Cuando lo veo le saco hacia la calle para hablar. Le pregunto por qué no estaba en la casa si él vivía con los padres y dijo que estaba en la casa de su abuela. Ahí me dijo ‘ yo entré y vi que mi mamá estaba tirada en la cama, muerta, y mi papá recostado contra un ropero, para mí estaba muerto también’. Le pregunté qué más hizo y me dijo que salió no más y se fue a la casa de abuela a dormir. Me pareció muy extraño, estaba despreocupado totalmente”, reconstruyó Patiño Benítez sobre aquel diálogo.

El testigo además señaló que mientras conversaba con el joven advirtió que en su pantalón habían “gotitas de color a sangre”, ante lo cual decidió cortar el diálogo y mantenerlo bajo una “vigilancia discreta” hasta que el juzgado ordenó una requisa para incautar esas prendas en la comisaría, lugar donde posteriormente quedó detenido y desde ese día nunca más recuperó la libertad.

Pablo Schoenfisch volvió a pasar frente al tribunal y acusó que todas las declaraciones en su contra eran mentira.

Defensa

Después de escuchar todas las declaraciones en su contra, Pablo Schoenfisch volvió a pedir la palabra para una ampliación de declaración, aunque no respondió preguntas y solo se limitó a responder las acusaciones.

Para él, todos los testigos de la jornada efectuaron “un falso testimonio” hacia él, incluso mencionó que las palabras de su hermano eran “mentira”. “Me están acusado de un delito que jamás cometí”, expresó.

Tras esa breve declaración, el tribunal presidido por la magistrada Adriana Andino e integrado por Atilio León y Javier Jourdan (subrogante), pasaron un cuarto intermedio hasta mañana a las 8.30 para continuar con más testimoniales.

La defensa del imputado, encabezada por los letrados Fabián De Sá y María Laura Alvarenga, solicitaron que el padre del imputado vuelva a ser citado para continuar con la declaración que había iniciado la semana pasada y fue suspendida para que se investigue su autoincriminación.

Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.

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Judiciales

Pericia descarta “fenómenos alucinatorios” en detenido por femicidio de Medina

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medina pericia femicidio

Una pericia psicológica efectuada sobre el único acusado del femicidio de la enfermera Elvira Irene Medina (61), registrado a fines de septiembre en Puerto Esperanza, descarta patologías de salud mental que configuren una posible inimputabilidad y la causa ahora avanza hacia el dictado de la prisión preventiva.

De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas por La Voz de Misiones, el informe psicológico concluye que el detenido identificado como Andrés Darío Garcete (45) no presenta “fenómenos alucinatorios” ni tampoco se observan “ideas de tipo delirantes” o “tendencia al pensamiento mágico”.

Otro punto clave del estudio señala que el imputado es capaz de “comprender y conducir sus actos”, como así también para comprender y adherirse a las normas y leyes sociales.

La pericia fue incorporada al expediente que dirige el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, que continúa recabando elementos para avanzar en el dictado de la prisión preventiva. Garcete está imputado por femicidio, figura que prevé una pena de prisión perpetua.

Enfermera asesinada en Esperanza sufrió un traumatismo facial gravísimo

Irene Medina era enfermera y cuidaba al padre del sospechoso.

El caso

El femicidio de la enfermera Medina se descubrió el 26 de septiembre, cuando la Policía salió a buscarla tras permanecer desaparecida desde las 15 de ese mismo y finalmente la encontró sin vida en un baldío contiguo a la vivienda de un adulto mayor al que cuidaba hace aproximadamente un mes.

Justamente, el hijo de ese paciente que Medina atendía es el hombre que ahora aparece como sospechoso. Cuando la Policía llegó a su casa Garcete se mostró nervioso, reticente y exhibía rasguños tanto en la cara como en el cuello.

Dentro de la vivienda más tarde encontraron pelos, un bolso con elementos de primeros auxilios y un trofeo de fútbol con manchas que podrían ser de sangre. Todo fue incautado, al igual que un escurridor y varios trapos de piso ante la posibilidad de que el lugar haya sido limpiado antes de la llegada de la Policía.

La búsqueda de Medina se inició cuando una de sus hijas se preocupó por su paradero. Es que la mujer salió de su casa a las 15 de ese viernes con destino a su trabajo en el barrio Villa Nueva, pero nunca regresó ni respondió llamadas o mensajes de texto.

La autopsia estableció que la víctima murió como consecuencia de una fractura de vértebra cervical. También tenía un traumatismo facial gravísimo que le ocasionó rotura de huesos de la cara. El crimen fue cometido a golpes.

Garcete quedó detenido esa misma noche y días después declaró ante la Justicia, instancia en la que admitió haber estado drogado con crack y no recordar nada sobre lo sucedido ese día.

Femicidio en Esperanza: enfermera fue a trabajar y la asesinaron a golpes

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