Policiales
Crimen de Acuña: últimas horas de la víctima y pistas clave contra el policía
Los investigadores involucrados en el asesinato del chofer de Uber Jorge Daniel Acuña (48) se animan a dar por esclarecido el hecho y la confianza en el éxito de la pesquisa se apoya en un trabajo articulado de diversas dependencias policiales, lo cual permitió reconstruir los últimos movimientos de la víctima, como así también vincular al policía detenido con el crimen gracias a un cúmulo de pistas de cibercimen y de laboratorio científico.
“Todo lo que hoy está en el expediente tiene una gran probabilidad de dar por esclarecido el hecho”, sostuvo en conferencia de prensa ayer por la mañana el comisario general Sandro Martínez, jefe de la fuerza provincial, quien destacó el trabajo conjunto realizado por agentes de Cibercrimen, Científica, Homicidios, Investigaciones Complejas de la Unidad Regional X y personal de la Secretaría de Apoyo para Investigaciones Complejas (Saic).
Y los elementos que permiten celebrar los resultados de la investigación encuentran sustento en las múltiples evidencias recolectadas a lo largo de cuatro días de intensas labores, comenzando desde la reconstrucción de los últimos movimientos de la víctima, como así también la recolección de pistas que resultaron clave para la vinculación del policía detenido con el crimen, principalmente huellas dactilares.
Para comenzar, fue sustancial el análisis de diferentes de cámaras de seguridad, tanto públicas como particulares, cuyas imágenes permitieron ubicar al Fiat Siena circulando por Posadas durante la tarde del lunes, luego de salir de su casa en el barrio Santa Helena de Garupá.

El Fiat Siena apareció el miércoles, pero ya estaba abandonado desde el lunes a la tarde.
A su familia le había comentado que iría a ver a un mecánico que reside sobre avenida Lavalle, casi Carlos Pellegrini, lugar al cual efectivamente esa tarde arribó y conversó con el dueño de casa, aunque tras retirarse de allí nada más se supo de su paradero.
La pista siguiente fue el hallazgo del Fiat Siena abandonado frente al cementerio La Piedad, rodado dentro del cual dieron con manchas de sangre y vestigios de al menos dos disparos compatibles con un arma calibre 9 milímetros, armamento de uso exclusivo de fuerzas de seguridad.
Con la ubicación del automóvil sobre el tapete, los investigadores más tarde pudieron unir todo los cabos sueltos para reconstruir lo sucedido y finalmente el viernes por la tarde-noche dar el golpe final, el cual incluyó no solo la detención de un policía como principal sospechoso, sino también el secuestro de un automóvil utilizado en el crimen y el hallazgo del cuerpo de la víctima.
La pista del Kwid
Cámaras de seguridad probaron que ese lunes por la tarde Acuña estuvo en el taller de avenida Lavalle, lugar de donde volvió a salir minutos después de las 15. Con ese horario como guía, los investigadores entonces hicieron un barrido de todos los dispositivos de vigilancia instalados en cercanías al cementerio y allí detectaron a otro vehículo sospechoso.
Las fuentes consultadas por La Voz de Misiones indicaron que en las imágenes se observó la llegada de un Renault Kwid que estacionó sobre calle Pedro Correa y cuyo conductor luego cruzó caminando la avenida Almirante Brown manipulando un teléfono celular.
Los investigadores dejaron correr las imágenes y al cabo de unos minutos vieron llegar el Fiat Siena de Acuña al cementerio para levantar a esa persona que poco antes había descendido del Kwid.
De allí, el Siena blanco se dirigió hacia avenida San Martín, para continuar por esa arteria hasta la ex ruta 213 y desde allí llegar al by pass, para luego seguir avanzando en dirección hacia Garupá.

El Kwid fue hallado el viernes a la tarde y permitió la detención de un policía.
El monitoreo llegó hasta ahí, dado que el vehículo por un momento se perdió de vista, pero al cabo de una hora volvió a ser localizado, esta vez emprendiendo regreso y utilizando las mismas arterias hasta llegar nuevamente al cementerio La Piedad.
Allí fue el que el automóvil de Acuña quedó estacionado sobre calle Pedro Correa y su conductor aguardó unos diez minutos dentro del rodado, tiempo que se cree que fue utilizado para limpiar el habitáculo, quitar la radio y ocultar las chapas patentes dentro del baúl para desviar la pesquisa.
Fue después de ello que el sospechoso volvió a tomar el Kwid para huir de la escena, aunque nada de lo que realizado pasó desapercibido. Es más, mediante un análisis de fotograma por fotograma de las cámaras de seguridad, los sabuesos de la Policía pudieron además identificar otras características particulares del rodado, como ser marcas de un accidente en la parte delantera y una pegatina en uno de los espejos.
Lo siguiente fue volver a ubicar a ese vehículo en circulación por otros puntos de Posadas y eso se concretó el viernes, cuando un Kwid de idénticas características fue localizado mientras estacionaba en una vivienda ubicada sobre avenida Tomás Guido, casi Blas Parera.
El policía y sus huellas
Los uniformados allí decidieron actuar y dentro de la vivienda dieron con un camarada suyo, quien quedó inmediatamente detenido como principal sospechoso del asesinato de Acuña.
El implicado se trata de un agente policial activo, de 26 años, egresado de la universidad de las fuerzas hace 3 y con prestación de servicio en la Comisaría Segunda de Posadas, aunque todo su historial profesional debería ser expresado ya en tiempo pasado, dado que el jefe de la fuerza ya anunció que el detenido será expulsado de la institución.
En su casa los investigadores resguardaron el Kwid y luego lo secuestraron para peritajes científicos. También incautaron el arma reglamentaria del detenido y su teléfono celular.
Pero la noche del viernes guardaba un procedimiento más. Antes de culminar las labores en el inmueble de Tomás Guido, otra comisión policial salió en dirección hacia el by pass, donde nuevas labores de geolocalización marcaron la posible ubicación del cadáver de Acuña, lo cual finalmente se terminó confirmando pasada las 21.

El cuerpo fue hallado el viernes a la noche, cerca del by pass. Tenía dos disparos en la espalda.
El cuerpo fue encontrado a un costado del by pass, en cercanías a la tranquera de una estancia privada, a la altura del barrio Estepa. El cadáver estaba tendido boca abajo, con evidencia de dos disparos en la espalda.
Por estas horas se aguarda el resultado del examen de autopsia practicado al cuerpo de la víctima y una vez que ese informe sea agregado al sumario del caso, el magistrado Marcelo Cardozo, titular del Juzgado de Instrucción Uno de Posadas, estará en condiciones de programar una audiencia de declaración indagatoria para el policía arrestado.
Las pruebas recolectadas hasta el momento comprometen severamente al sospechoso. Las imágenes de seguridad que lo captan junto al auto de Acuña en el cementerio aparece como la punta del ovillo, pero el devenir de la pesquisa lo acorrala aún más y una prueba que podría ser aún más determinante es que las huellas dactilares recogidas en el Siena de la víctima son las mismas que aparecen en la ficha policial del ahora acusado.
Las pericias que vendrán en los siguientes días serán las pruebas de balística y una autopsia digital al teléfono del detenido, trabajo mediante el cual los investigadores confían obtener más pistas que puedan reconstruir si existe un vínculo previo entre ambos o si ese lunes por la tarde Acuña vio por primera vez a su posible homicida. De allí se podría avanzar en teorías en cuanto al móvil del crimen que, por ahora, se encamina hacia un hecho de robo que terminó en asesinato.

Jorge Daniel Acuña estaba desaparecido desde el lunes.
Judiciales
Testigos ratificaron acusaciones contra Pablo Schoenfisch por ataque parricida
Tras una nueva desestimación de la declaración autoincriminatoria de su padre, esta mañana se reanudó al juicio contra Pablo Schoenfisch (23), jornada que incorporó las primeras testimoniales, entre ellas la de un hermano del sospechoso, quien apuntó al acusado como autor del ataque parricida que acabó con la vida de su madre Faustina Antúnez (54) y dejó ciego a su progenitor Arnoldo (67), ex intendente de Santiago de Liniers.
Fueron cinco las testimoniales recibidas hoy por el Tribunal Penal Uno de Eldorado, todas ellas reveladoras para la hipótesis del caso que maneja la fiscalía, pero la de mayor emotividad fue la de Lucas Szumkoski (35), medio hermano del acusado, hijo de la mujer fallecida e hijastro del hombre baleado.
Entre lágrimas, el testigo no dudó en apuntar contra su hermano y en ratificar todo lo que declaró durante la etapa investigativa.
“Nunca imaginé que iba a ser él”
Szumkoski fue quien durante aquella madrugada del 14 de mayo de 2020 trasladó a ambas víctimas en su camioneta desde la casa familiar de Santiago de Liniers hasta el hospital Samic de Eldorado, donde se constató el deceso de su madre como consecuencia de un balazo en la cabeza y las graves lesiones que dejaron con secuelas de por vida a su padrastro por una lesión similar.
A diferencia de la versión trazada por su padrastro la semana pasada cuando efectuó una declaración autoincriminatoria para desligar al imputado del caso, Szumkoski robusteció las sospechas que giran contra Pablo.
“Nunca me imaginé que iba a ser él. Fui a la comisaría al día siguiente y le dije ‘sabes lo que hiciste’, mataste a tu mamá y a tu papá y él me dijo “sí”. Ahí le dije que no iba a ir al velorio de su mamá. Ahí ya la Policía me sacó para afuera. Yo siempre le defendí, decía que no podía ser. Pero mi hermanito le dio”, señaló mientras miraba al imputado y lo señalaba con el dedo.
Szumkoski también recordó una conversación que tuvo con su padrastro tiempo después del hecho: “Estaba mi primo René también. Yo le decía que siempre peleé por mi hermanito chiquitito. Ahí él (por Arnoldo) me dice ‘mirá como me dejó y vos le defendés’. Yo decía que él no era, pero me dijo: ‘Vos te vas a arrodillar ahí y te va sacar la cabeza de un tiro. Si a mí me dejó ciego, a vos te va a matar’”.
El joven describió a su hermano preso como “malcriado” y “vago como cualquier gurisada”, al tiempo que confirmó que el sospechoso sabía manipular armas de fuego. “Él siempre andaba tirando por ahí, a las palomas”, dijo.

El policía Patiño Benítez también arrojó declaraciones relevadoras.
“Pablito hizo cagada”
Otra de las testigos que compareció para la reanudación del debate oral fue Margarita Radke, una de las primeras personas en llegar al lugar para asistir a Arnoldo Schoenfisch tras sus gritos de auxilio.
A diferencia de su pareja Alberto -hermano de Arnoldo-, la mujer ratificó que en esos primeros minutos del caso el ex intendente atacado respondía que “Pablito hizo cagada” cuando le consultaban sobre qué había sucedido.
Esa misma expresión fue oída por Claudia Padilla (30), integrante de la misma familia y otra de las personas que intervino en auxilio de las víctimas esa madrugada.
“Cuando yo entro Arnoldo estaba parado, ensangrentado. Tina (Antúnez) estaba en la cama agonizando. Salgo de la habitación y Polaco (por Arnoldo) se tocaba la cara y decía ‘no veo nada, no sé lo que pasó, Pablito hizo cagada”, recordó la muchacha que además hacía tareas de limpieza en la casa de la abuela del imputado.
Justamente, trabajando en esa vivienda, ubicada en la misma propiedad donde ocurrió el hecho, Padilla encontró un guante oculto en una gaveta instalada en la habitación donde Pablo Schoenfisch durmió la noche del crimen.
La hipótesis acusatoria sostiene que ese guante fue utilizado por el imputado para disparar y no dejar marcas en el revólver calibre 38 utilizado como arma homicida.
“Fui a buscar una cortina a un baúl que estaba cerca de la cama. Cuando abrí estaba cortina y cuando saco veo un par de guantes, una bufanda y una gorra. Me pareció raro porque eso nunca estuvo ahí. Cuando lo comenté me dijeron que llame a la Policía”, reconstruyó Padilla, quien ante la consulta del fiscal Federico Rodríguez reconoció que “eran de Pablo. Era la gorra y la bufanda habitual que siempre utilizaba en invierno”.
Tanto Padilla como Radke además manifestaron que la relación entre el imputado y sus padres se había tornada complicada, con varias actitudes agresivas por parte del joven hacia la pareja. Los conflictos se habrían acrecentado en los últimos meses cuando Antúnez y Schoenfisch padre le “recortaron” a su hijo el uso de un cuatriciclo, del celular y la entrega de dinero.
“La relación de ellos ya estaba bastante pasada. Pablo estaba bastante testarudo. No quería estudiar, le mandaban a hacer algo y Pablo les mandaba a la mierda. Vivían discutiendo”, declaró Padilla.
“Gotas de sangre”
El quinto testigo tampoco pasó desapercibido. El subcomisario Raúl Bernardino Patiño Benítez era subjefe de la comisaría de Santiago de Liniers al momento del hecho y su accionar su clave para orientar las sospechas hacia un ataque parricida como principal hipótesis del caso.
Patiño Benitez declaró que a las 4.15 fue alertado del hecho por Szumkoski y que minutos antes de las 5 ya estuvo en el lugar, donde ordenó resguardar la escena, aguardar a criminalística e iniciar las averiguaciones.
En ese marco, sostuvo que al amanecer, cerca de las 8, tuvo su primer contacto con Pablo Schoenfisch. “Cuando lo veo le saco hacia la calle para hablar. Le pregunto por qué no estaba en la casa si él vivía con los padres y dijo que estaba en la casa de su abuela. Ahí me dijo ‘ yo entré y vi que mi mamá estaba tirada en la cama, muerta, y mi papá recostado contra un ropero, para mí estaba muerto también’. Le pregunté qué más hizo y me dijo que salió no más y se fue a la casa de abuela a dormir. Me pareció muy extraño, estaba despreocupado totalmente”, reconstruyó Patiño Benítez sobre aquel diálogo.
El testigo además señaló que mientras conversaba con el joven advirtió que en su pantalón habían “gotitas de color a sangre”, ante lo cual decidió cortar el diálogo y mantenerlo bajo una “vigilancia discreta” hasta que el juzgado ordenó una requisa para incautar esas prendas en la comisaría, lugar donde posteriormente quedó detenido y desde ese día nunca más recuperó la libertad.

Pablo Schoenfisch volvió a pasar frente al tribunal y acusó que todas las declaraciones en su contra eran mentira.
Defensa
Después de escuchar todas las declaraciones en su contra, Pablo Schoenfisch volvió a pedir la palabra para una ampliación de declaración, aunque no respondió preguntas y solo se limitó a responder las acusaciones.
Para él, todos los testigos de la jornada efectuaron “un falso testimonio” hacia él, incluso mencionó que las palabras de su hermano eran “mentira”. “Me están acusado de un delito que jamás cometí”, expresó.
Tras esa breve declaración, el tribunal presidido por la magistrada Adriana Andino e integrado por Atilio León y Javier Jourdan (subrogante), pasaron un cuarto intermedio hasta mañana a las 8.30 para continuar con más testimoniales.
La defensa del imputado, encabezada por los letrados Fabián De Sá y María Laura Alvarenga, solicitaron que el padre del imputado vuelva a ser citado para continuar con la declaración que había iniciado la semana pasada y fue suspendida para que se investigue su autoincriminación.
Pablo Schoenfisch llega al debate privado de su libertad desde 2020 y enfrenta una acusación por los delitos de “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego”, en perjuicio de su madre, y “homicidio calificado por el vínculo y por haberse cometido con alevosía agravado por la utilización de un arma de fuego, en grado de tentativa”, contra su padre, imputación bajo la cual puede ser condenado a prisión perpetua.
Judiciales
Pericia descarta “fenómenos alucinatorios” en detenido por femicidio de Medina
Una pericia psicológica efectuada sobre el único acusado del femicidio de la enfermera Elvira Irene Medina (61), registrado a fines de septiembre en Puerto Esperanza, descarta patologías de salud mental que configuren una posible inimputabilidad y la causa ahora avanza hacia el dictado de la prisión preventiva.
De acuerdo a lo consignado por fuentes consultadas por La Voz de Misiones, el informe psicológico concluye que el detenido identificado como Andrés Darío Garcete (45) no presenta “fenómenos alucinatorios” ni tampoco se observan “ideas de tipo delirantes” o “tendencia al pensamiento mágico”.
Otro punto clave del estudio señala que el imputado es capaz de “comprender y conducir sus actos”, como así también para comprender y adherirse a las normas y leyes sociales.
La pericia fue incorporada al expediente que dirige el magistrado Martín Brites, titular del Juzgado de Instrucción Tres de Puerto Iguazú, que continúa recabando elementos para avanzar en el dictado de la prisión preventiva. Garcete está imputado por femicidio, figura que prevé una pena de prisión perpetua.

Irene Medina era enfermera y cuidaba al padre del sospechoso.
El caso
El femicidio de la enfermera Medina se descubrió el 26 de septiembre, cuando la Policía salió a buscarla tras permanecer desaparecida desde las 15 de ese mismo y finalmente la encontró sin vida en un baldío contiguo a la vivienda de un adulto mayor al que cuidaba hace aproximadamente un mes.
Justamente, el hijo de ese paciente que Medina atendía es el hombre que ahora aparece como sospechoso. Cuando la Policía llegó a su casa Garcete se mostró nervioso, reticente y exhibía rasguños tanto en la cara como en el cuello.
Dentro de la vivienda más tarde encontraron pelos, un bolso con elementos de primeros auxilios y un trofeo de fútbol con manchas que podrían ser de sangre. Todo fue incautado, al igual que un escurridor y varios trapos de piso ante la posibilidad de que el lugar haya sido limpiado antes de la llegada de la Policía.
La búsqueda de Medina se inició cuando una de sus hijas se preocupó por su paradero. Es que la mujer salió de su casa a las 15 de ese viernes con destino a su trabajo en el barrio Villa Nueva, pero nunca regresó ni respondió llamadas o mensajes de texto.
La autopsia estableció que la víctima murió como consecuencia de una fractura de vértebra cervical. También tenía un traumatismo facial gravísimo que le ocasionó rotura de huesos de la cara. El crimen fue cometido a golpes.
Garcete quedó detenido esa misma noche y días después declaró ante la Justicia, instancia en la que admitió haber estado drogado con crack y no recordar nada sobre lo sucedido ese día.
Femicidio en Esperanza: enfermera fue a trabajar y la asesinaron a golpes
Policiales
Sargento correntino murió de un disparo en la Escuela Militar de Iguazú
Un militar correntino falleció el martes a la mañana consecuencia de un disparo de FAL que sufrió en la cabeza mientras se encontraba en la Escuela Militar de Monte Andrés Guacurarí y Artigas de Puerto Iguazú, y las autoridades investigan las circunstancias en las que se produjo el trágico suceso.
El fallecido fue identificado como el sargento Gonzalo “Tigre” Tauma (39), oriundo de Goya, donde además se transformó en un personaje público tras su destacada participación en el concurso “El hombre más fuerte del mundo”, que se emitía en 2012 por Canal 13.
Los primeros datos señalan que Tauma fue socorrido a primera hora este martes y trasladado de urgencia al hospital Samic de Iguazú, donde minutos después se produjo su deceso como consecuencia de una lesión de arma de fuego en el cráneo.
Se cree que el disparo fue efectuado por el fusil FAL que manipulaba el propio Tauma, aunque todo es materia de investigación por parte de la Fiscalía Federal de Puerto Iguazú.
Como hipótesis preliminares se analiza la posibilidad de que el hecho se producido de manera accidental o que la lesión haya sido autoinfringida.
Este miércoles el cuerpo de Tauma era trasladado hacia su ciudad natal para su correspondiente velatorio e inhumación.

Tigre Tauma se hizo conocido al participar de un concurso en Canal 13.
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