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Cerro Pelón: marginados en el centro de Posadas

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Los vecinos del Cerro Pelón expusieron ante los micrófonos de La Voz de Misiones las diferentes problemáticas que atraviesan, hace ya décadas, en la histórica barriada de Posadas.

Los reclamos por las condiciones habitacionales por parte de las distintas comisiones vecinales se acumulan hace años en las oficinas de la Municipalidad, y se recrudecen a medida las obras de infraestructura que avanzan en la ciudad no alcanzan a la vecindad ubicada en la ribera del Paraná.

Cloacas: reclamo histórico

Uno de los principales pedidos de los lugareños al municipio es la instalación de cloacas ya que, en dos de las manzanas que conservan las características del sitio originario, no cuentan con un sistema de red, como en el resto del centro capitalino.

En ese sentido, Víctor Rivelli, integrante de la Comisión Vecinal, detalló que “hace más de 40 años no tenemos cloacas. Como siempre digo, por una cuestión de higiene y de salubridad, es urgente el pedido, nosotros estamos reclamando hace mucho tiempo”.

Además, el vecino sostuvo que el barrio todavía cuenta con canillas públicas que proveen agua algunos pobladores, mientras que diferenció a los frentistas, que ya cuentan con la posibilidad de “bajar su agua, su luz, su cable, internet y todos los servicios”.

Rivelli se refirió al aspecto que da el Cerro Pelón para quienes no viven en la zona: “Al no tener los desagües correspondientes fluviales y pluviales, más los pozos ciegos, las cámaras que hay, llega un momento que con las lluvias eso revienta todo y es una cosa insana”, sostuvo y enfatizó: “Vivimos constantemente con las larvas del dengue”.

Por su parte, Luz María Pereira, que vive hace 45 años en el barrio, dijo en diálogo con LVM: “El tema de las aguas servidas y las cloacas es nuestro principal pedido a la Municipalidad”.

En esa línea, remarcó que “se hicieron muchos pedidos de diferentes comisiones vecinales. A todos los candidatos habidos y por haber que vinieron se les pidió que si nos podían ayudar a solucionar ese tema. Incluso todos los que vinieron conocen lo que es la realidad de las aguas servidas que hay en el medio del barrio”.

Deslindando responsabilidades ante la situación, César Sosa, músico y habitante de hace más de dos décadas del Cerro Pelón, señaló: “Nosotros fuimos abandonados por la Entidad Binacional Yacyretá (EBY), que no cumplimentó las obras de lo que era el tratamiento costero de la ciudad de Posadas; entonces nosotros nos vemos obligados a tratar de hacer nuestros caños de desagües subfluviales”.

Y explicó: “Yo tengo entendido que la EBY vino con obras de gran infraestructura para la ciudad, que era justamente eso, el tratamiento cloacal de Posadas, porque al subir la cuota del río Paraná, eso hizo que la ciudad flote en el agua”, y agregó que “hoy en cualquier lugar a un metro de profundidad sacas agua, y es justamente al gran embalse que tenemos al lado del río”.

Obras: ilegales por necesidad

De acuerdo a lo señalado por los lugareños, constantemente son cuestionados por realizar obras en el barrio sin aval municipal y, según explican, éstas son llevadas a cabo por necesidad y para mejorar el día a día de los vecinos, así como también una respuesta ante la inacción por parte de Obras Públicas de la comuna de Posadas.

“Es primordial la necesidad de la gente de querer estar mejor en un lugar donde las condiciones no son buenas, entonces obras ilegales van a seguir habiendo porque el vecino necesita estar cómodo y, si el municipio no se acerca y no agiliza esos permisos, siempre van a haber obras ilegales”, sostuvo el integrante de la comisión vecinal.

En esa línea, Víctor acotó que la intención de los habitantes del barrio es mejorar como vecinos y remarcó que “no tienen problemas de pagar los impuestos que se le imponga, pero es cuestión de llegar a un acuerdo para poder estar todos en armonía”.

Los arreglos que se realizaron en una esclarea que desemboca en la Costanera de la ciudad capitalina se replicaron en los medios como un avance de las obras ilegales en el Cerro Pelón.

Sin embargo, los habitantes del lugar remarcan que siempre existió ese acceso al barrio: “Desde que yo tengo uso de razón está esa escalera, la que está en la plaza y otra que desapareció porque se hicieron casas”, comentó Luz María.

Y en esa línea destacó la importancia de la escalinata: “La parada de colectivo fue siempre acá abajo o allá en la esquina de la plaza, esa escalera no la usamos solo nosotros, la gente que viene por la General Paz y ve que hay lugar para cortar camino, baja”.

César, por su parte, fue uno de los que impulsó la iniciativa de mejorar la escalera y así evitar futuros accidentes, debido a las condiciones peligrosas en que se encontraba.

“Los pasillos lo arreglamos entre nosotros, conseguimos hormigón para hacer la escalera entre vecinos, y arreglamos la escalera que es de gran necesidad para todos porque todos bajamos ahí y era resbaloso”, contó Sosa.

Propiedad: sin títulos, ni decisión política

Si bien la mayoría de los habitantes viven hace muchos años en el Cerro Pelón, aún no han podido acceder al título de propiedad del pedazo de tierra que habitan, desde sus abuelos hasta las nuevas generaciones. Excepto los frentistas, que lograron ser reconocidos como legítimos dueños de sus viviendas a través de la posesión veinteañal.

En ese sentido, Víctor explicó: “La manzana más complicada es la 174, porque dentro de los planos de catastro municipales figura como lotes bien ordenaditos, pero la realidad no es como muestran los planos que ellos tienen”.

Rivelli comentó que los lugareños quieren iniciar los trámites para acceder al título de su pedacito de tierra, pero “también necesitamos la decisión política para los permisos. Actualmente tenemos problemas con el tema de las mesuras”.

Y agregó: “Hoy el municipio no está autorizando ningún tipo de mensura porque los planos de ellos figura una cosa, y nuestra realidad es otra”.

Asimismo, el vocero invitó al intendente, Leonardo “Lalo” Stelatto, a que “se pegue una vuelta por el barrio” para interiorizarse sobre la situación actual de los vecinos: “Que vea que queremos mejorar la situación de viviendas, comodidad y servicios y que estamos dispuestos a pagar”.

Tierras codiciadas y “con olor a pobre”

Los últimos años de Posadas fueron marcados por el progreso y los avances en la urbanización, que trajeron cambios en los barrios de la ribera del río Paraná, con la llegada de negocios inmobiliarios que fueron desplazando a los habitantes de la costa, para instalar altos edificios.

Actualmente, resisten en el Cerro Pelón los descendientes -en algunos casos de hasta quinta generación- de aquellos primeros lugareños, que constantemente son tentados a vender su pedacito de tierra.

“El Cerro Pelón siempre fue el culo de Posadas. Una vez que apareció la Costanera somos el grano nuevamente en ese lugar, para todos”, expresó Luz María y señaló: “Vamos a ser sinceros, la gente pobre molesta a la gente que tiene plata, más ahora que se están construyendo casas y edificios; somos una molestia para muchos”.

En la misma línea, César sostuvo que hay cierto sector de la sociedad que “no le gusta el olor a pobre, el olor a la gente humilde, sin embargo, acá somos todos trabajadores”.

El músico señaló que hay una “forma artera y sistemática” de querer sacarlos del barrio y por eso “nos quieren estigmatizar, discriminar, como que nosotros somos un foco infeccioso para la ciudad”.

Asimismo, el vecino destacó que hace 20 años “eran terrenos despreciables para otro sector de la sociedad”, pero con la llegada de la Costanera y las nuevas obras de infraestructura en el centro de la capital “este terreno es muy codiciado”.

Barrio: el sentimiento no se vende

El Cerro Pelón está ubicado en un lugar estratégico para los grandes negocios inmobiliarios, ya que está a escasas cuadras del microcentro y a un paso de la Costanera, además de la maravillosa vista al río Paraná.

Los vecinos cuentan que constantemente merodean compradores de la tierra. Sin embargo, ellos se niegan vender el lugar que los vio crecer, al que consideran un espacio idílico para vivir.

“Para mi es mi casa, a mí no me molesta vivir acá, yo me críe acá. Somos tres, cuatro generaciones que nos criamos acá. A mí no me perjudica ni me beneficia estar enfrente de la Costanera”, destacó Luz María.

Mientras que César contó: “Yo elegí vivir acá hace 20 años, porque a mí me atrae el río Paraná, desde que vine a Posadas del interior de la provincia recalé en la costa del río y era lo que yo podía adquirir como vivienda”.

Además, Sosa comentó que no le parece que haya un interés por las autoridades del municipio por reconocer el valor histórico del barrio.

“Hay muchos inadaptados que dejan mal parado al ‘condado Cerro Pelón’ y después la gente generaliza y dice: ‘Uy, los del Cerro Pelón’, y no es así. Acá somos gente muy sana y humilde, con sueños, con vidas hechos y otros con vidas por hacer”, sostuvo.

Consultado por LVM si vendaría su porción de terreno, donde vive hace 20 años con su familia, el vecino fue contundente: “El sentimiento del alma no tiene precio, no está a la venta”.

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Vecinos molestos por estacionamiento de camiones en el barrio El Progreso

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Vecinos del barrio El Progreso de Posadas solicitaron intervención de la municipalidad ante el estacionamiento de camiones frente a sus viviendas, lo cual, aseguran “incrementó la inseguridad en la zona”.

En comunicación con La Voz de Misiones, un vecino de la zona relató que el estacionamiento de camiones frente a las casas “provoca roturas en las calles empedradas” y en algunos casos “cortan los cables de internet y alumbrado”.

Por otra parte, manifestaron con preocupación que los extensos acoplados de los camiones, que corresponderían a miembros de la comunidad gitana, estarían siendo utilizados con fines delictivos: “Los chorros se esconden en los acoplados para robar y esconder las cosas”.

Frente a esta situación, y luego de varias asambleas con miembros de la comisión barrial, la presidente local emitió notas dirigidas a la Municipalidad de Posadas, aunque lamentaron que “no obtuvimos respuestas hasta el momento” y “la problemática continúa desde hace varios meses”.

En el mismo sentido, esperan que la Dirección General de Tránsito y la Policía de Misiones “tomen cartas en el asunto”.

 

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Posadas: juntaron ramas que dejó la tormenta y la Muni los multó por “poda”

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Posadas: juntaron ramas que dejó la tormenta y la Muni los multó por “poda”

El último miércoles, la Dirección de Inspección de Servicios Públicos de la Municipalidad de Posadas multó a dos vecinos de la Chacra 235 por “realizar poda y arrojar hojas sobre la vereda y la calle”. En tanto, desde la comisión barrial sostienen que se tratan de las ramas que dejó la última tormenta que azotó la capital provincial el 18 de mayo.

Marta Kachuka, presidenta de la comisión barrial, dialogó con La Voz de Misiones sobre las actas de infracción que labró la comuna a dos residentes de la barriada: “El inspector se presentó aduciendo que los vecinos habían hecho poda, cuando los vecinos juntaron todas las ramas de la última tormenta y amontonaron en una esquina”.

La presidenta de la comisión afirmó que, incluso, ella solicitó en dos oportunidades a la Dirección de Mantenimiento y Embellecimiento Urbano, a cargo de María Elena Ely, que retiren los restos de los árboles caídos del vecindario.

“Desde el 3 de junio le vengo pidiendo que levanten eso, me dijeron que sí y no vino el camión, el 6 de junio le volví a reclamar y me dijeron que no iba a pasar el camión. Ahí le recordé que en la calle 120 y la avenida Zapiola quedaron restos de la tormenta. Ahora, vinieron el miércoles y le multaron a los vecinos porque dicen que hicieron poda”, apuntó Kachuka, quien está frente a la comisión de la Chacra 235 hace nueve años.

A raíz de la infracción a los vecinos, la mujer volvió a comunicarse con la directora municipal, María Ely. “Vuelvo a reclamar y esta señora trae un camión bajo la lluvia a la noche y levanta todas las ramas y ahí es donde le hago un video para que vea que todo el resto era de la última tormenta y que no eran ramas verdes”, contó a LVM.

En esa línea, la presidenta de la comisión barrial acusó al área de intentar “borrar las pruebas” luego de imponer la multa a los dos vecinos que ya fueron enviadas al Tribunal Municipal de Faltas de Posadas.

“Ahora le voy a tener que acompañar a los vecinos al juzgado”, lamentó la vecina en conversación con este medio y cuestionó: “Ellos ni siquiera le intimaron. Porque si algún vecino hace una poda, le deben dar 72 horas para levantar, directamente le multaron”.

Por otro lado, Kachuka comentó que también intentó hablar del tema con el encargado de la Dirección General de Servicios Públicos, Sebastián Betancur, a quien tildó de “maleducado” y “atrevido”.

“Con el señor Betancur no se puede hablar. Te grita, es maleducado, atrevido, no se puede hablar con él. Le reclamé este tema y me gritó, intolerante, me dijo que si se podó es una multa, cuando le estoy diciendo que no fue así y que hay pruebas”, sostuvo la vecina posadeña.

Para cerrar, la presidenta de la comisión barrial señaló: “Es injusto, hay como una persecución a la chacra 235, no se puede dejar un tronquito en la vereda porque te quieren multar, cuando nosotros mismos nos encargamos de mantener limpio el barrio“.

El pasado 18 de mayo, la capital provincial atravesó un fuerte temporal con prolongadas lluvias e intensos vientos que dejó numerosos árboles y postes caídos, voladuras de techos, calles anegadas, interrupción del sistema semafórico, vehículos dañados, y en distintos puntos sin servicio de energía eléctrica.

Ese día, el área de Servicios Públicos de la Municipalidad atendió 150 llamados de emergencia y montó un operativo para atender las demandas de los vecinos posadeños.

La Chacra 235 luego de la tormenta del 18 de mayo.

Acta de infracción que labró la Muni a un vecino.

La Muni retirando las ramas el miércoles por la noche.

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Después del cáncer quedó en la calle y ahora vive en el viejo Madariaga

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Después del cáncer quedó en la calle y ahora vive en el viejo Madariaga

“Me operé por un cáncer hace dos años. Estoy en situación de calle”, contó Miguel Ángel Vera, un posadeño de 52 años que encontró cobijo hace diez meses en una casilla del antiguo edifico del hospital Madariaga, ubicado en el predio del Parque de la Salud, lugar que lo vio nacer.

En entrevista con La Voz de Misiones, Miguel expuso la situación que atraviesa: “Cuando recibí el alta no sé quién vendió mi casa y de mi madre. Ella murió de la angustia, yo no la podía cuidar más, porque quedé medio desorientado por la operación”.

Por la enfermedad, al vecino del barrio El Porvenir II, los médicos le extirparon por completo el oído derecho, lo que le ocasionó pérdida auditiva unilateral.

“Me extirparon el oído. Se agusanó y me sacaron 60 gusanos de la cabeza. Yo le cuento a la gente y me dicen ‘no puede ser'”, relató Miguel a la cámara de LVM, apoyándose sobre un bastón improvisado frente a la casilla de la antigua edificación en la que vive.

Sobre su día a día en el predio de salud, el hombre narró: “Hoy me levanté a las 4, más o menos. Limpié un poco acá, saqué las raíces, los matorrales. Ya hice todo, sólo me falta lavar un poco de ropa. Ahí- señalando al interior del lugar donde duerme- puse un plástico como puerta porque me roban todas las cosas. Me robaron mi sube, mi documento, mis medicamentos”.

Consultado por este medio en cuanto a su recuperación del cáncer y si continúa con algún tratamiento, Miguel sostuvo que no se está realizando los estudios clínicos para controlar su estado de salud. “Recibí el alta, pero no hice el seguimiento, estoy tomando los medicamentos que me dan gratis con el programa”.

Seguidamente, el posadeño contó que decidió refugiarse en el viejo Madariaga cuando su mamá falleció, el 4 de julio del año pasado, y durante los diez meses que transcurrieron desde entonces la seguridad del lugar le ha pedido que se retire del predio “porque a veces cuando uno tiende mucho la ropa a ellos no le gusta, porque tienen órdenes de los jefes, no le gusta que se vea la pobreza, y quizás tengan razón, no sé, no son malos los policías”.

Por último, Miguel Vera acudió a la solidaridad de los misioneros que quieran ayudarlo debido a la situación en la que se encuentra: “Sinceramente, no tengo donde guardar, pero una o dos mantas, una leche, una azúcar, una yerba, me ayudaría”, cerró.

Finalizada la entrevista con el posadeño, los uniformados de guardia en el Hospital Madariaga explicaron a este medio que las autoridades ubicaron en hogares al posadeño debido a su situación de salud, pese a ello, Miguel regresa a la casilla del antiguo edificio.

Miguel no cuenta con un celular o medio de comunicación, por lo cual, quienes deseen ayudarlo lo pueden encontrar en el predio del Parque de la Salud.

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