Cultura
Chowy, el guitarrista misionero que toca con Cristian Castro y Ca7riel
Chowy Fernández es uno de los máximos virtuosos de la guitarra en el metal argentino actual. Es uno de los que moldea el sonido de Barro, la banda que tiene como cantante al talentoso Ca7riel. Por otro lado, Chowy también toca hasta ocho cuerdas de la guitarra para el grupo heavy metal de Cristian Castro: La Esfinge.
“Yo me considero misionero. Nací en el sur de la provincia de Buenos Aires pero me mudé a los dos años y viví ahí hasta los 18. Están mis amigos, todas las cosas que viví con la música fue ahí. Soy misionero”, dijo a La Voz de Misiones el destacado músico que creció en Puerto Esperanza.

“Todo llega. Si tu arte está bueno no te puede ir mal. Podés pasar momentos turbulentos pero si le ponés amor, llega”, reflexiona Ignacio Chowy Fernández, que tiene en su back up la banda Pronoia pero también un LP solista llamado “Hypersalto” (2020) en el que saca a relucir su impresionante técnica para tocar la guitarra. “Me gustaría que sepan los que escuchan y tocan el esfuerzo que hay que hacer para que las cosas vengan hacia vos”, apuntó el músico.
“Probablemente -continuó meditando-lo hubiera hecho en otro lugar. Sino hubiera sido la Argentina hubiera tardado menos. Pero yo no me quiero ir de mi país. Amo mi país, aunque las cosas me cuesten el doble. Pero las voy a lograr igual. Hay que meterse eso en la cabeza. Yo siempre viví de dar clases de guitarra. De tocar con bandas nunca gané un mango. Ahora me está yendo bien pero antes nunca vi un mango”.

Barro. Ca7riel, junto a Chowy Fernández en momentos de composición.
Barro es una de las bandas revelación del 2023. En febrero de ese año sacaron un EP de cinco canciones y seis meses después un disco con once canciones. Su sonido pesado, combina pasajes densos a melódicos, con la voz gutural de Ca7riel que capta la esencia necesaria para una banda de metal fusión que trajo un quiebre a la escena musical.
“Es un fenómeno lo que está pasando”, apuntó Chowy sobre la banda que, además de Ca7riel, comparte con Julián Montes (bajo) y Alan Fritzler (batería). “Creo que también hay carencia de lo que hacemos nosotros en el metal. Es como que estamos haciendo un estilo que no es algo súper innovador, nuevo. Sino que es algo distinto a lo que hacen todos. El hueco estaba vacío y vinimos a llenarlo nosotros. Eso siento”.
Para Barro, Ca7riel cantó una furiosa versión de la Music Sessions Vol.14 que grabó con Bizarrap en 2019 y la rebautizó como “Missing Children”, canción que superó las 77 mil reproducciones en YouTube. Aunque no es la más popular en esa plataforma, porque “7 rojas” tiene 156 mil visitas.
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Chowy considera que hay tres cosas que contribuyeron a que se hicieran un lugar en la escena. En primer lugar, “es difícil en una banda de metal entender a las letras”, dijo. “Segundo; que tenga estribillos; tercero que se vuelva algo popular. Todo lo que sea tocado por humanos no es muy popular y está bueno que se reivindique eso. No solo nos hace bien a nosotros sino que lo veo bueno a todo aquel que le guste tocar el instrumento”, remarcó en relación a una época de samples como el recurso más frecuente para muchos artistas del momento.
“La última vez llenamos el Teatro de Flores y lo vendimos todo en cinco días. Estuvo impresionante. Me tiré encima de la gente con el celular en el bolsillo y cuando volví al escenario no lo tenía más. Y, a eso de las 5, un tipo en Retiro avisó al Instagram de la banda que tenía mi celular. El tipo que me lo devolvió tenía a Barro tatuado en el brazo. Nunca más me va a pasar en la vida”.
No hay dudas que buena parte de esa revolución se debe al buen carisma y ductilidad de Ca7riel, el ganador del premio Gardel por Mejor disco Conceptual en 2022 por “El Disko”. Dueño de un estilo propio dentro del género urbano, aunque no para denominarlo como un simple cantante de trap, “la gente quiere catalogar pero el chabón tocó todos los estilos desde chiquito”, remarca Chowy sobre Ca7riel, que estudió en la Escuela de Música Juan Pedro Esnaola, un conservatorio del cual egresó como profesor.
“Siempre le gustó toda la música, el metal por el hermano Julián. Encima las letras de trap, él dice, ‘tuve que fingir para sonar en el party’. No la caretea. Dice la verdad y si lo empezás a escuchar tiene unas letras tremendas”.
No podrás olvidar
Por otra parte, el año pasado tuvo gran intensidad para Chowy, debido a que -junto al baterista de Barro, Alan Fritzler- quedó seleccionado por Cristian Castro para formar parte de la nueva formación de La Esfinge, su proyecto heavy metal que tiene hace una década. De esa manera, el músico misionero se lució en las cuerdas eléctricas para los conciertos programados y además grabó el videoclip “Grand Prix Fórmula 1“, material que forma parte del reciente disco de La Esfinge.
Si bien significó un trabajo como sesionista para el autor de “No podrás”, “supongo que si vuelve acá puede que me vuelva a llamar. O a otra persona. Igual no es tan fácil porque el tipo tiene en el último disco, ‘La cruel cantora’, temas con guitarras de ocho cuerdas, y duran como seis minutos cada tema. Tiene cosas virtuosas de la batería y es un quilombo. Hay una lista de veinte temas y no hay mucha gente acá que toque ocho cuerdas, que haga solos, y que pueda sacar cosas rápido, de oído. Yo creo que hay posibilidades de que me vuelva a llamar”.
Doctor Baffle, la banda de Esperanza
“Todo lo que tenga cuerdas lo puedo tocar”, dice Chowy riéndose. Varias veces se probó en concursos internacionales de la guitarra y así consiguió gran atención del público argentino. Por ejemplo, hace diez años atrás, cuando se realizaba el Mundial de Fútbol en Brasil, el músico misionero consiguió el podio del concurso Mayones Guitars Basses, gracias a los 8.500 votos del público.
A los certámenes “los veo como una oportunidad, no de ganar algo, sino de subirme la vara a mí mismo y ver si soy capaz de poder hacer algo que me guste a mí, primero. Así he participado en miles de concursos. He ganado, he perdido”, reconoció el artista que llegó a Buenos Aires en pleno 2001 desde la localidad de Puerto Esperanza, donde creció desde los 2 años.
Fue justamente en esa localidad del Alto Paraná donde Chowy comenzó a tocar la guitarra y hasta formó su primera banda de rock, llamada Doctor Baffle. Cantaba su mamá, Claudia De Bella; y su papá, Guillermo “Baffle” Fernández, era el tecladista y sonidista. Los padres del guitarrista, en tanto, “tenían un programa de radio que se llamaba Doctor Baffle que fue bastante conocido y estuvo como veinte años al aire”, contó Chowy.
Claudia falleció hace seis años y Guillermo todavía vive en Esperanza. Ambos eran “fanáticos de la música, siempre fueron melómanos. Y a la radio iba un sábado iba mi mamá y otro mi papá. Con él era más pesada la onda. Rock, metal, cualquier cosa. Y con mi mamá era más progresivo, de los 70, más experimental. Antes de que yo empezara a tocar había música en el living todo el tiempo. Me crié en un ambiente así y como que decantó solo el tema de tocar la viola”.
La banda que tuvo Chowy desde 2008, Pronoia, sacó cuatro álbumes y duró hasta que llegó la pandemia del coronavirus. “Si no hubiera dejado eso no conocía a los pibes para hacer Barro. Me parece que una cosa llevó a la otra, por decantación. No significa que no vas a disfrutar lo otro, que lo viví mucho tiempo”, apuntó.
El guitarrista dejó en claro que “de tocar con bandas nunca gané un mango. Ahora me está yendo bien pero antes nunca vi un mango. Toqué en lugares muy de mierda, todo se te viene abajo, y hay que ponerle el pecho. Hay que lucharla, no es para cualquiera esta vida. Está como muy implementado el chip en la sociedad que el que toca la guitarra es un vago, que se toca las pelotas todo el día. Hay que sacarse los prejuicios, buscar una voz propia, y darle para adelante. Porque si tu arte está bueno, no te puede ir mal. Podes pasar momentos turbulentos, pero si le ponés amor llega. Todo llega”.
Cultura
Se cumplieron 60 años de María Helena consagrada en el Festival del Litoral
Se cumplieron 60 años de la consagración de María Helena en el III Festival Nacional de la Música del Litoral. La noche del 22 de noviembre de 1965 la joven cantante bonaerense (19) fue aplaudida de pie y se alzó con el Mate Misionero, el galardón de la “Revelación” del festival.
“La Novia de Posadas” alcanzó la gloria muy rápido, pero su vida se truncó temprano, a los 22 años. Aun así, su legado permanece vigente como una de las voces más destacadas del folklore argentino.
Ese concierto “fue apoteótico: aplausos, bises y repeticiones de canciones con un anfiteatro fervoroso”, recordó María Elena Alarcón, amiga de la artista y presidenta durante muchos años de la Comisión de Homenajes a María Helena.

Con el Mate Misionero. Premio Revelación que obtuvo María Helena en 1965
Hija de inmigrantes, adoptada por el Litoral
Entre el 13 y el 21 de noviembre de 1965 se celebró en el anfiteatro Manuel Antonio Ramírez el tercer Festival de la Música del Litoral. Entre los invitados especiales figuraban Mario del Tránsito Cocomarola, Antonio Tormo, Los Huincas y Ramón Méndez.
En esa nómina también estaba una joven promesa de la que se hablaba cada vez más: su voz ya había alcanzado a las principales emisoras, pero aún no había pisado Cosquín ni ningún otro festival importante del país.
Sin embargo, su actuación en la calurosa ciudad posadeña superó cualquier expectativa. Fue una sensación como solista pero también a dúo con un joven Horacio Guarany, que la había invitado a cantar con él. Los cinco mil espectadores del anfiteatro la aplaudieron de pie, muchos con antorchas improvisadas con rollos de diario que se usaban para cubrir las gradas de cemento.
Su nombre era María Kalasakis, oriunda de Remedios de Escalada, provincia de Buenos Aires. Tenía apenas 19 años y, hasta unos meses antes del festival, era prácticamente desconocida.
Meses antes de consagrarse en el Festival del Litoral estaba cantando en un acto escolar de la Iglesia Cristo Rey de Lanús, en Buenos Aires. Entre el público estaba un espectador clave: Roberto Galán, conductor del programa Remates musicales.
Al escucharla, quedó tan impactado que la invitó a cantar en televisión. Su paso por Canal 9 llevó a que fuera presentada al sello CBS Columbia, donde poco después grabó su primer disco.
Su interpretación de “Ribereña” o “Canto islero” en emisoras como Radio El Mundo alcanzó a un público exigente, justo en el auge del folklore y la música litoraleña.
María Kalasakis era hija de una riojana y un griego. Su nombre artístico surgió de su hermana Elena, y más tarde le agregó la “H” en homenaje a los helenistas, en referencia al período de mayor esplendor de la Antigua Grecia.

La amistad en Posadas
Cuando su popularidad explotó en Posadas, Elena Gloria Alarcón era apenas unos años menor que la cantante. La admiración la llevó a acercarse a la joven bonaerense y así entablar una amistad que perduró más allá del tiempo. Curiosamente, ambas nacieron el mismo día: el 4 de agosto.
A sus 72 años Alarcón conserva fotografías, discos, recortes, partituras y todo tipo de material de la artista. “Ella era muy querida porque llegaba uno o dos días antes, se hospedaba en un hotel y recorría la ciudad, la plaza”, recordó sobre aquellos años 60.
Su repertorio incluía “Sol del Litoral”, “Viejo Paraná”, “Canto islero” y destacadas versiones de polcas, rasguido doble y chamamé. Gracias a su refinada interpretación también se popularizó “Mi serenata”, del misionero Fermín Fierro, quien luego grabó un disco donde la propia María Helena participó como colaboradora.
Tras aquella épica presentación sobre el escenario, el público misionero la esperaría con gran cariño y afecto en las siguientes ediciones del festival litoraleño. Pero esa historia se interrumpió trágicamente el 17 de diciembre de 1969.
A los 22 años, la cantante murió en un accidente automovilístico en la ruta 14, cerca de Santo Tomé, Corrientes, cuando regresaba de una actuación. Viajaba en el asiento del acompañante cuando el auto mordió la banquina y volcó; la fuerza del impacto la expulsó del vehículo y el coche cayó sobre ella. No hubo nada que hacer.
Un día antes había almorzado con Elena Gloria Alarcón en Posadas. La noticia causó conmoción en toda la ciudad. “Fue un shock, sentimos muchísimo su partida”, contó su amiga, que aún mantiene contacto con la familia.
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Tan importante como Mercedes Sosa
Aunque su discografía es breve por la prematura muerte, la impronta de María Helena perdura. Para la cantante misionera y ganadora del Premio Gardel, Flor Bobadilla Oliva, su voz es “completa, emocionante y técnicamente admirable”, y fue una inspiración en sus inicios profesionales.
Para Bobadilla Oliva, María Helena es tan importante como Ramona Galarza o Mercedes Sosa en la historia de las cantantes folklóricas.
El recuerdo de “La Novia de Posadas” sigue vigente sobre el escenario. Testigo de eso es “Canción del adiós”, estrenada en 2019, que reconstruye el repertorio de María Helena con la actriz Veroka Fedeli en la voz y con la dirección de Silvina Warenycia.
“Siendo de otros lugares hizo propia la música litoraleña”, reflexionó Fedeli, que destacó “la forma en que ella cantaba las canciones, el sentimiento que le ponía no se ha podido repetir. Las otras intérpretes son maravillosas pero no en el estilo de María Helena, que tenía esa juventud, esa forma peculiar de cantar, del fraseo”.
El 4 de agosto del año entrante se cumplirán 80 años del nacimiento de María Helena, todo un acontecimiento que debería ser imposible de sortear en los espacios donde amaron su cantar.
Será una fecha tan importante como significó aquel debut en el tercer Festival Nacional de la Música del Litoral, una cita folklórica que creció a pasos soñados y agigantados pero que este año quedó reducido a tres noches, lejos del anfiteatro que retumbó de aplausos y vítores por su fiel novia: la inolvidable María Helena que el 22 de noviembre de 1965 alzó el preciado “Mate misionero”, el símbolo de la “Revelación” y la eterna Consagración posadeña.

Revista Folklore. Sobre la Consagración de María Helena en noviembre de 1965 en Posadas
Cultura
Gana premio nacional la ficción de Cármen Cáceres adaptada en Posadas del 2001
Por su novela “La ficción del ahorro”, la escritora posadeña Carmen Cáceres ganó el Premio Fundación Medifé Filba, un certamen nacional que le otorgará $5 millones. Cáceres era finalista en la denominada “Lista corta”, junto a otros cuatro autores: César Aira, Inés Garland, Matías Aldaz y Ariel Magnus.
Asimismo, la obra de Cáceres, publicada el año pasado, quedó preseleccionada en la “Lista larga”, integrada por diez títulos de un total de 170 publicaciones evaluadas.
El Premio Fundación Medifé Filba cumplió cinco años y en su edición anterior distinguió a Gabriela Cabezón Cámara por su novela “Las niñas del naranjel”. Otras obras que obtuvieron el galardón fueron “El último Falcon sobre la Tierra”, de Juan Ignacio Pisano; “Los llanos”, de Federico Falco; “Materiales para una pesadilla”, de Juan Mattio; y “El ojo de Goliat”, de Diego Muzzio.
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“La ficción del ahorro” (editorial Fiordo) es una novela corta ambientada en el verano posadeño de 2001, que retrata a una familia de clase media atravesada por las consecuencias de la crisis socioeconómica de entonces.
El relato, atravesado por el delicado estilo narrativo de Cáceres, terminó por cautivar al jurado, integrado este año por Alan Pauls, Alejandra Kamiya y María Moreno.
En su fallo, Pauls sostuvo que “La ficción del ahorro es un tour de force de concisión, lucidez y elegancia narrativa”. Agregó que, “en menos de 100 páginas, la autora narra diez años cruciales del desvarío económico argentino (1995-2005), con el foco puesto en una familia de clase media del interior, que oscila entre los números abstractos y el olor de los billetes, la hecatombe y la salvación.
Pauls sostuvo que “con 90 mil dólares, un revólver, una vecina suicida y un ahogado en el río”, Cáceres dibuja un mundo narrado “con los ojos de una outsider llena de encanto y perspicacia”.
Por su parte, María Moreno sostuvo que la novela ganadora del Premio Medife Filba representa “la argentinidad”. En su fundamentación afirmó: “El Martín Fierro y Facundo a la cabeza, claro, pero también Los pichiciegos. Sumo ahora La ficción del ahorro a esa lista, y celebro que ubique el centro de lo que ocurre en Misiones y no en Buenos Aires. La novela no explica el ser argentino: lo muestra con maestría, humor, profundidad e inteligencia”.
En tanto, Alejandra Kamiya destacó que la obra caracteriza a la clase media y su compleja relación con el dinero. Ambientada en 2001, la historia comienza con una escena profundamente argentina: la narradora se pega fajos de dólares al cuerpo para evitar un robo tras retirarlos de la caja de seguridad familiar. “Enfrentar una crisis cada veinte años también es una forma de estabilidad”, señala en uno de los pasajes citados por la jurada.
En mayo pasado, Cáceres fue entrevistada por La Voz de Misiones, medio para el cual reflexionó sobre un libro que viene recibiendo elogios desde su publicación. “Es un libro que tardé mucho en escribir” y que tiene “dos lecturas”: por un lado, lo provincial, y por otro, la forma en que el dinero se filtra en la construcción familiar.
“Tenía 22 años en 2001. En ese punto se cruzan muchas coordenadas. Posadas es muy protagonista, yo soy posadeña, de barrio, y trabajo con mi memoria. Pero lo que sucede —el ahogado en el río, la escena del banco, la chica que sale con 10 mil dólares de la plaza 9 de Julio— es toda una ficción”, relató.
Carmen Cáceres nació en Posadas en 1981 y, además de escritora, es ilustradora y traductora. Publicó previamente la novela “Una verdad improvisada” (Pre-Textos, 2016) y los ensayos “Un año con los ojos cerrados” (en coautoría con Andrés Barba; Papeles Mínimos, 2021) y “Al borde de la boca. Diez intuiciones en torno al mate” (Fiordo, 2022).
Como traductora, trabajó con autores como Joseph Conrad, Daniel Defoe y las hermanas Mitford, además de la biografía de Barack Obama. En el campo de la ilustración, se formó en Madrid y Nueva York, con especialización en collage en lienzo y fotografía analógica, y realizó portadas para editoriales, pódcast y revistas literarias.
Posadas, dólares y clase media: la elogiada novela de Cáceres llegó a España
Cultura
Mancha de Rolando tocará el 5 de diciembre para la feria Posadas Mágica
Mancha de Rolando regresará a Posadas el viernes 5 de diciembre para ofrecer un show gratuito a las 21.30, en la plaza San Martín, en el marco de Posadas Mágica, el evento cultural, gastronómico y comercial que organiza la Cámara de Comercio e Industria de la capital misionera.
La banda que tiene a Manuel Quieto en la voz y la guitarra tocó en Posadas en mayo pasado, para el Fun Fest que tuvo lugar en Umma. Justamente, este año vinieron para celebrar los 20 años del disco “Viaje” (2004), que contiene “Arde la ciudad”, “Calavera” y “Donde vamos” entre sus canciones.
Por otra parte, en marzo del año pasado, Mancha de Rolando hizo una escala solo en Encarnación, para la Fiesta de San Patricio que organizó el bar irlandés de la vecina ciudad.
Formada en Avellaneda en 1991, Mancha de Rolando tiene además de Manu Quieto al tecladista Matías Sobrado desde sus comienzos. A ellos se sumaron en distintos momentos Facundo Nicolas Piñero (batería) y Manuel Acosta (guitarra).
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