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Paraguay: el modelo agrícola empresarial en la mira por los incendios

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Los devastadores incendios que se registraron en el norte paraguayo el fin de semana, que arrasaron con cientos de hectáreas de bosques en el Parque Nacional “Cerro Corá”, pusieron otra vez la mira sobre las consecuencias del modelo agrícola empresarial y su impacto en el cambio climático.

Un informe titulado “La acción climática como fuerza catalizadora de acción”, del ingeniero ambiental Guillermo Achucarro, publicado en el N° 45 de la organización Base IS (Investigaciones Sociales), de Asunción, y vuelto a publicar en estos días, con el país como testigo del infierno y respirando humo, ubica el desastre ambiental en curso entre los resultados de la expansión de la frontera agrícola y la actividad ganadera.

“El Paraguay está afectado por fenómenos meteorológicos, como el aumento de la temperatura global, el cambio en el patrón de las precipitaciones y la alteración de la frecuencia e intensidad de los eventos meteorológicos extremos, y de fenómenos climáticos como las inundaciones, las sequías, las olas de calor e incendios forestales”, sostiene el informe de Achucarro.

Fenómenos extremos

“La  última  década  2010-2019,  fue la más lluviosa desde 1950, superando a otros periodos similares anteriores. También  fue  la  década  más  caliente, hecho que estaría exacerbando las precipitaciones.  Según  simulaciones recientes  de  modelos  climáticos  de  alta  resolución,  las  precipitaciones decadales en el sudeste de Sudamérica, incluido el Paraguay, estarían aumentando en respuesta al forzamiento radiactivo causado por el aumento de los gases de efecto invernadero”, describe.

El investigador afirma que Paraguay tiene una contribución al cambio climático de gases de efecto invernadero bastante mayor que países más grandes y más poblados, tanto a nivel per cápita como en porcentaje total, ubicándose entre los primeros lugares en el continente.

“Es de suma importancia recalcar la diferencia que existe entre la contribución histórica de un sector y otro, teniendo en cuenta que el sector “cambio de uso de suelo y de la tierra” contaminó hasta casi 5 veces más que los demás sectores”, sostiene el informe.

“Es decir, la contribución de gases de efecto invernadero se encuentra extremadamente concentrada en manos de un solo sector de la economía a nivel país”, afirma.

“Este sector a su vez está concentrado en manos de unas pocas familias que son dueñas de la mayor cantidad de tierras en el país. Si se tiene eso en cuenta al momento de analizar la elevada producción de gases de efecto invernadero per cápita del Paraguay, y el porcentaje total del país a nivel Sudamérica, se puede deducir que este nivel de polución se encuentra condensado y reducido a un pequeño sector de la sociedad paraguaya”, deduce Achucarro.

Según el trabajo titulado “Apuntes teóricos e históricos  sobre el campesinado y la tierra en Paraguay”, de la misma Base IS, el 90 % de la tierra está en manos de 12.000 grandes propietarios; el 10 % restante se reparte entre 280.000 pequeños y medianos propietarios.

Paredes de fuego

El investigador argumenta que una prueba determinante de este dramático cambio en los parámetros climáticos que se vienen observando, y del que la ola de incendios es solo la expresión más visible, es el aumento de los focos de calor, que pasó de 1,1 en promedio, en el período 1980-1989, a 2,9 en promedio entre 2010 y 2019.

“Esto implica que la cantidad de olas de calor casi se triplicaron en los últimos 40 años”, consigna el informe de Achucarro.

De hecho, la prensa paraguaya informaba en estos días sobre 5.000 de estos focos de calor en diversos puntos del país, mientras en Cerro Corá se desarrollaba un espectáculo dantesco, y todos los esfuerzos por controlar el desastre chocaban con una imparable pared de fuego.

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Ambiente

Un plan para restaurar la selva misionera superó los 200.000 árboles plantados

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La Fundación Vida Silvestre celebró la plantación de más de 200 mil árboles nativos con el objetivo de restaurar la selva misionera en zonas deforestadas. Al mismo tiempo, consideraron que la iniciativa es clave para recuperar al yaguareté, entre otras especies que habitan la fauna y flora regional.

A través de un comunicado, afirmaron que “la pérdida y fragmentación del monte es una de las principales amenazas para el felino”. Sin ir más lejos, según datos del último censo del yaguareté en la región del Corredor Verde entre Misiones y Brasil, esta población descendió a una media de 84 ejemplares, frente a los 93 registrados en 2022.

De manera preventiva ante esta situación, hace más de quince años Vida Silvestre trabaja en la provincia para recuperar y reconectar la selva misionera y el hábitat del yaguareté, de la mano de más de 200 familias de pequeños y medianos productores rurales de Andresito y San Pedro.

Fue así que en la última década y media lograron plantar más de 200.000 árboles nativos y restaurar unas 640 hectáreas de selva en áreas clave para recuperar corredores de biodiversidad. 

En el mismo documento, detallaron que actualmente los esfuerzos están focalizados en San Pedro y en reforzar la conectividad de la selva entre el Parque Provincial Cruce Caballero y la Reserva de Biósfera Yabotí. “En esta región, tanto las y los pobladores como los fragmentos de bosque nativo aún conservan la memoria del rugido del yaguareté”, señalaron. 

“Desde Vida Silvestre estamos convencidos de la necesidad de recuperar la selva misionera no sólo para el yaguareté y la biodiversidad, sino también para las personas ya que los beneficios o servicios ecosistémicos que brinda el monte son esenciales para el bienestar y para afrontar el cambio climático”, señaló Claudia Amicone, especialista en restauración y comunidad de la fundación. 

Además, indicó: “Nuestro trabajo de restauración lo realizamos en sitios de alto valor para el hábitat del yaguareté en donde, mediante diversos estudios, las necesidades de intervención para no perder la conectividad de los grandes bloques de serva que quedan en Misiones son urgentes”. 

“Sin selva, no hay fauna. Sin conectividad ecológica, el yaguareté no tiene futuro. Cada hectárea restaurada es una pieza clave en el rompecabezas de la conservación”, concluyó Amicone. 

Acciones colectivas para la conservación

A través de acuerdos voluntarios, acompañamiento técnico y económico, y prácticas productivas sostenibles, varias familias participan activamente en la recuperación del bosque en sus chacras. 

En este momento, 38 familias preparan el terreno para enriquecer con árboles nativos sectores de selva existentes, plantar sobre áreas degradadas y trabajar en procesos productivos de manera amigable con el ambiente, como los sistemas agroforestales.

Se trata de acciones que sumarían en el mediano y largo plazo contribuyendo con la recuperación de flora y fauna, además de impulsar prácticas que atenten contra la pérdida del hábitat, como la caza furtiva, los conflictos con actividades productivas y los atropellamientos. 

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Rescatan a mona que estuvo siete años en cautiverio en una casa de Puerto Rico

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Ayer en horas del mediodía, personal policial, junto a un equipo de ambientalistas, procedió al rescate de una mona Caí que estuvo casi una década en cautiverio, dentro de una jaula de un metro cuadrado.

“Yo estoy haciendo un asado acá y ella me está golpeando el plato allá, quiere un pedazo de asado y yo le doy asado. Le doy fruta, le doy lo que sea. Es como un animal cualquiera”, se escucha relatar a quien sería el propietario de la vivienda, ubicada en el Barrio 130 de Puerto Rico, donde estuvo encerrada la mona de especie Caí (Sapajus nigritus), en un video que no tardó en viralizarse. 

Sin embargo, tras el arribo de policías y ambientalistas, el responsable hizo entrega de manera voluntaria del animal que habría estado al menos 7 años en situación de mascotismo. 

Nuestra fauna silvestre no merece este destino. Hoy, gracias al trabajo conjunto de la Policía de Misiones, a través de su División de Defensa del Medio Ambiente, el Ministerio de Ecología y el Centro de Conservación de Fauna (Ohana), esta mona inicia su segunda oportunidad de vida”, aseveró la Policía de Misiones a través de un posteo en Instagram.

Peligro de extinción 

A lo largo y ancho del país habitan cinco especies de monos, entre ellas, dos aulladores, dos capuchinos (o Caí) y el mono de noche o mirikiná. 

En Misiones se encuentran las especies Caí y Carayá, esta última en peligro de extinción, por lo que en septiembre de 2022, el mono Carayá negro y dorado (Aloutta), fue declarado Monumento Natural Provincial, para protegerlos y tratar de recuperar sus poblaciones frente a la caza furtiva, los brotes de fiebre amarilla y la deforestación que los llevó a ser una especie en peligro de extinción en Misiones.

De acuerdo a la categorización nacional de conservación para mamíferos argentinos, las poblaciones de monos aulladores carayá en el país “han sufrido una reducción poblacional del 10% en una generación (10 años) y se infiere una reducción para el futuro a 2 generaciones (20 años) de al menos 20%”.

En Misiones particularmente, la población de ambas especies es muy escasa comparada con otras provincias. Debido a los cambios del suelo por deforestación, muchos se vieron obligados a migrar, mientras que otros no resistieron el cambio de habitat. 

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Invitan a jornada por el Día Internacional del Ambiente en la FCEQyN

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En el marco de una fecha que intenta promover la conciencia y pensar qué implica educar en contextos de crisis ambiental, la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales (FCEQyN) de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) convoca a estudiantes, docentes y a la comunidad en general a la XIII Jornada del Día Internacional del Ambiente, este viernes 27 de junio de 14 a 19, en su sede ubicada en calle Félix de Azara 1552 de Posadas.

En esta oportunidad el lema será “Unidos por un mundo sin plásticos: de la Ley Yolanda a la acción”, con el objetivo de reflexionar y divulgar esta legislación Nº 27.592, sancionada en noviembre del año 2020.

La misma establece la obligatoriedad de la capacitación en temas ambientales en todos los niveles del Estado y adherir a la campaña del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que declara al 2025 como el Año Internacional para poner fin a la contaminación por plásticos.

Su nombre surgió en homenaje a Yolanda Ortiz, quien fuera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano en Argentina, reconociendo que “su trabajo en la protección del ambiente fue muy importante en toda Latinoamérica”.

Temas y disertantes

El encuentro se llevará a cabo el aula magna, ubicada en el primer piso del edificio central, donde los presentes debatirán sobre distintos ítems, que van desde presencia de microplásticos en el río Paraná; bioplásticos de almidón de mandioca; gestión de residuos compostables en la Facultad de Exactas (Tekororiq); innovación empresarial: materiales a partir de plásticos reciclados (Terekua sustentable), entre otros.

Las disertantes serán Gladys Garrido, directora del Instituto de Ciencia Ambiental y Desarrollo Sostenible (Icades) y las docentes e investigadoras Pamela Cuenca y Natasha Schvezov.

La actividad es organizada por dicha casa de estudios, el Icades, el Programa de Extensión Educación Ambiental para la Sostenibilidad (PEA) y la Cátedra de Ecología de la FCEQyN.

Los interesados deberán inscribirse a través del enlace https://bit.ly/3GgpsiY, y recibirán certificaciones digitales al finalizar la jornada. 

Programa completo: https://www.fceqyn.unam.edu.ar/jornada-ambiente-2025/

 

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