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Juntan firmas para que Alberto cierre todos los zoológicos del país

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A través de una petición creada en la plataforma de Greenpeace, María Foia inició una campaña para terminar con el cautiverio de animales con fines recreativos. En Tucumán existe una institución zoológica de estas características en San Pedro de Colalao.

 

“Estimado Presidente: Esta petición tiene como objetivo poner fin a la crueldad del zoológico y que cierren todos los existentes en la Argentina”. Así comienza la carta que María Foia escribió dirigida a Alberto Fernández para iniciar una campaña a través de la plataforma hagamoseco.org de Greenpeace.

La iniciativa, que busca terminar con el cautiverio de animales con fines recreativos en todo el país, suma hasta el momento cerca de 10 mil adhesiones y se puede firmar haciendo click aquí. En Tucumán existe una institución zoológica de estas características en San Pedro de Colalao que depende del Instituto Carlos Pellegrini.

“A pesar de su supuesta preocupación hacia los animales, los zoológicos son más bien ‘colecciones’ de animales interesantes: no son refugios ni hogares. Incluso, bajo las mejores condiciones es imposible crear algo similar a su verdadero hábitat. A los animales se les impide realizar la mayoría de los comportamientos que para ellos son innatos y vitales como correr, volar, escalar o acompañarse con otros de su misma especie.

Los zoológicos sólo enseñan al público que es aceptable interferir y mantener en cautiverio a los animales, a pesar de su aburrimiento, hacinamiento, soledad y privación de las más elementales maneras naturales de su especie”, denuncia el texto de Foia dirigido al Presidente.

En la Argentina, zoológicos como los de Buenos Aires y Mendoza iniciaron un proceso de reconversión debido a la fuerte presión social ejercida no sólo por activistas por los derechos de los animales sino también por una ciudadanía que exige cada vez con más vehemencia un cambio de paradigma en el vínculo entre el hombre y la naturaleza.

De allí que la transformación de las instituciones zoológicas en lugares para la rehabilitación, conservación y reintroducción de especies nativas sean un proceso en marcha junto a las acciones conjuntas para trasladar a los animales exóticos a santuarios, tal como sucedió en noviembre del año pasado con la decena de osos pardos que viajaron desde el Ecoparque de Mendoza hasta Keenesburg, en Colorado, luego de un complejo trabajo interdisciplinario y de logística.

Foia señala en su carta que “la mayoría de los recintos zoológicos son muy pequeños y en lugar de promover la comprensión o respeto por los animales, ofrecen sólo un poco de información sobre su alimentación, las especies existentes y su entorno natural. Temas como el comportamiento de los animales es discutido y analizado muy a lo lejos, ya que las necesidades naturales que posee cada especie raramente se cumplen”.

En este sentido ejemplifica que “la caza natural y los rituales de apareamiento son prácticamente eliminados, por su alimentación y las técnicas con que regulan la reproducción natural. Los animales están muy limitados, carecen de privacidad y tienen pocas oportunidades de estimulación mental o de ejercicio físico. Estas condiciones suelen dar lugar a un comportamiento destructivo y anormal conocido como zoocósis o psicosis de zoológico”.

La activista rescata una investigación de la organización PETA (People for the Ethical Treatment of Animals) donde se analiza el comportamiento neurótico y estereotipado de los osos en cautiverio. “Por causa de la frustración pasan mucho tiempo andando de acá para allá, caminando en círculos cerrados, balanceándose o meneando sus cabezas y demostrando otros signos de angustia psicológica.

En algunos recintos habitados por osos, se puede ver que los pasillos están gastados por las mismas pisadas debido al paseo constante y, en otros, había huellas de sus patas en el suelo a causa de las repetidas veces que el oso caminó exactamente por el mismo lugar, debido a la restricción de movilidad. Este comportamiento es sintomático, y no se da sólo por aburrimiento, sino también por causa de un profundo desaliento. El mismo comportamiento se pudo ver en el Oso Polar Arturo del Zoológico de Mendoza”, detalla.

 

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Un plan para restaurar la selva misionera superó los 200.000 árboles plantados

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La Fundación Vida Silvestre celebró la plantación de más de 200 mil árboles nativos con el objetivo de restaurar la selva misionera en zonas deforestadas. Al mismo tiempo, consideraron que la iniciativa es clave para recuperar al yaguareté, entre otras especies que habitan la fauna y flora regional.

A través de un comunicado, afirmaron que “la pérdida y fragmentación del monte es una de las principales amenazas para el felino”. Sin ir más lejos, según datos del último censo del yaguareté en la región del Corredor Verde entre Misiones y Brasil, esta población descendió a una media de 84 ejemplares, frente a los 93 registrados en 2022.

De manera preventiva ante esta situación, hace más de quince años Vida Silvestre trabaja en la provincia para recuperar y reconectar la selva misionera y el hábitat del yaguareté, de la mano de más de 200 familias de pequeños y medianos productores rurales de Andresito y San Pedro.

Fue así que en la última década y media lograron plantar más de 200.000 árboles nativos y restaurar unas 640 hectáreas de selva en áreas clave para recuperar corredores de biodiversidad. 

En el mismo documento, detallaron que actualmente los esfuerzos están focalizados en San Pedro y en reforzar la conectividad de la selva entre el Parque Provincial Cruce Caballero y la Reserva de Biósfera Yabotí. “En esta región, tanto las y los pobladores como los fragmentos de bosque nativo aún conservan la memoria del rugido del yaguareté”, señalaron. 

“Desde Vida Silvestre estamos convencidos de la necesidad de recuperar la selva misionera no sólo para el yaguareté y la biodiversidad, sino también para las personas ya que los beneficios o servicios ecosistémicos que brinda el monte son esenciales para el bienestar y para afrontar el cambio climático”, señaló Claudia Amicone, especialista en restauración y comunidad de la fundación. 

Además, indicó: “Nuestro trabajo de restauración lo realizamos en sitios de alto valor para el hábitat del yaguareté en donde, mediante diversos estudios, las necesidades de intervención para no perder la conectividad de los grandes bloques de serva que quedan en Misiones son urgentes”. 

“Sin selva, no hay fauna. Sin conectividad ecológica, el yaguareté no tiene futuro. Cada hectárea restaurada es una pieza clave en el rompecabezas de la conservación”, concluyó Amicone. 

Acciones colectivas para la conservación

A través de acuerdos voluntarios, acompañamiento técnico y económico, y prácticas productivas sostenibles, varias familias participan activamente en la recuperación del bosque en sus chacras. 

En este momento, 38 familias preparan el terreno para enriquecer con árboles nativos sectores de selva existentes, plantar sobre áreas degradadas y trabajar en procesos productivos de manera amigable con el ambiente, como los sistemas agroforestales.

Se trata de acciones que sumarían en el mediano y largo plazo contribuyendo con la recuperación de flora y fauna, además de impulsar prácticas que atenten contra la pérdida del hábitat, como la caza furtiva, los conflictos con actividades productivas y los atropellamientos. 

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Rescatan a mona que estuvo siete años en cautiverio en una casa de Puerto Rico

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Ayer en horas del mediodía, personal policial, junto a un equipo de ambientalistas, procedió al rescate de una mona Caí que estuvo casi una década en cautiverio, dentro de una jaula de un metro cuadrado.

“Yo estoy haciendo un asado acá y ella me está golpeando el plato allá, quiere un pedazo de asado y yo le doy asado. Le doy fruta, le doy lo que sea. Es como un animal cualquiera”, se escucha relatar a quien sería el propietario de la vivienda, ubicada en el Barrio 130 de Puerto Rico, donde estuvo encerrada la mona de especie Caí (Sapajus nigritus), en un video que no tardó en viralizarse. 

Sin embargo, tras el arribo de policías y ambientalistas, el responsable hizo entrega de manera voluntaria del animal que habría estado al menos 7 años en situación de mascotismo. 

Nuestra fauna silvestre no merece este destino. Hoy, gracias al trabajo conjunto de la Policía de Misiones, a través de su División de Defensa del Medio Ambiente, el Ministerio de Ecología y el Centro de Conservación de Fauna (Ohana), esta mona inicia su segunda oportunidad de vida”, aseveró la Policía de Misiones a través de un posteo en Instagram.

Peligro de extinción 

A lo largo y ancho del país habitan cinco especies de monos, entre ellas, dos aulladores, dos capuchinos (o Caí) y el mono de noche o mirikiná. 

En Misiones se encuentran las especies Caí y Carayá, esta última en peligro de extinción, por lo que en septiembre de 2022, el mono Carayá negro y dorado (Aloutta), fue declarado Monumento Natural Provincial, para protegerlos y tratar de recuperar sus poblaciones frente a la caza furtiva, los brotes de fiebre amarilla y la deforestación que los llevó a ser una especie en peligro de extinción en Misiones.

De acuerdo a la categorización nacional de conservación para mamíferos argentinos, las poblaciones de monos aulladores carayá en el país “han sufrido una reducción poblacional del 10% en una generación (10 años) y se infiere una reducción para el futuro a 2 generaciones (20 años) de al menos 20%”.

En Misiones particularmente, la población de ambas especies es muy escasa comparada con otras provincias. Debido a los cambios del suelo por deforestación, muchos se vieron obligados a migrar, mientras que otros no resistieron el cambio de habitat. 

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Invitan a jornada por el Día Internacional del Ambiente en la FCEQyN

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En el marco de una fecha que intenta promover la conciencia y pensar qué implica educar en contextos de crisis ambiental, la Facultad de Ciencias Exactas, Químicas y Naturales (FCEQyN) de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) convoca a estudiantes, docentes y a la comunidad en general a la XIII Jornada del Día Internacional del Ambiente, este viernes 27 de junio de 14 a 19, en su sede ubicada en calle Félix de Azara 1552 de Posadas.

En esta oportunidad el lema será “Unidos por un mundo sin plásticos: de la Ley Yolanda a la acción”, con el objetivo de reflexionar y divulgar esta legislación Nº 27.592, sancionada en noviembre del año 2020.

La misma establece la obligatoriedad de la capacitación en temas ambientales en todos los niveles del Estado y adherir a la campaña del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), que declara al 2025 como el Año Internacional para poner fin a la contaminación por plásticos.

Su nombre surgió en homenaje a Yolanda Ortiz, quien fuera secretaria de Recursos Naturales y Ambiente Humano en Argentina, reconociendo que “su trabajo en la protección del ambiente fue muy importante en toda Latinoamérica”.

Temas y disertantes

El encuentro se llevará a cabo el aula magna, ubicada en el primer piso del edificio central, donde los presentes debatirán sobre distintos ítems, que van desde presencia de microplásticos en el río Paraná; bioplásticos de almidón de mandioca; gestión de residuos compostables en la Facultad de Exactas (Tekororiq); innovación empresarial: materiales a partir de plásticos reciclados (Terekua sustentable), entre otros.

Las disertantes serán Gladys Garrido, directora del Instituto de Ciencia Ambiental y Desarrollo Sostenible (Icades) y las docentes e investigadoras Pamela Cuenca y Natasha Schvezov.

La actividad es organizada por dicha casa de estudios, el Icades, el Programa de Extensión Educación Ambiental para la Sostenibilidad (PEA) y la Cátedra de Ecología de la FCEQyN.

Los interesados deberán inscribirse a través del enlace https://bit.ly/3GgpsiY, y recibirán certificaciones digitales al finalizar la jornada. 

Programa completo: https://www.fceqyn.unam.edu.ar/jornada-ambiente-2025/

 

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