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Murió un futbolista de 21 años tras ser devorado por tiburones

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El deportista se cayó de un acantilado y su cuerpo fue encontrado cuatro días después todo mutilado.

EEUU. Una tragedia invade al mundo del fútbol. Eric Birighitti, integrante del equipo neoyorquino Hastings Broncos, murió después de caerse de un acantilado y ser devorado por varios tiburones blancos.

El futbolista de 21 años estaba paseando junto a sus amigos por una zona rocosa de la playa “Twilight Beach” cuando de repente se resbaló y cayó. Los amigos del joven hicieron todo lo posible por rescatarlo, pero fue en vano.

Cinco días después, los servicios de emergencia encontraron el cuerpo del joven, mutilado por las mordidas de los tiburones blancos. El estado del cadáver era tan irreconocible que los expertos tuvieron que realizar una prueba de ADN para verificar su identidad.

“Mi hermana y mi padre vieron a los tiburones atacando el cuerpo y dijeron que eran bastante grandes”, declaró una testigo a la cadena 9 News Perth.

“Eric jugó durante la temporada 2016-2017 en los Hastings Broncos y ganó un premio nacional con el equipo. Lo echaremos de menos. Nuestros pensamientos están con su familia durante estos difíciles momentos”, informó el equipo a través de su cuenta de Twitter.

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Palestina, el conflicto más largo y cruento de nuestro presente

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Palestina
 Por Alexis Rasftopolo*

Luis E. Sabini Fernández, periodista, editor, corrector, traductor y ensayista, nacido en Montevideo en 1938 y radicado en Buenos Aires desde 1973, dedicó a lo largo de su carrera incontables artículos y libros al conflicto árabe israelí, que ahora mismo desangra la lengua de tierra, de 365 km2, que es la Franja de Gaza, en la Palestina ocupada.

Sabini Fernández tiene una trayectoria periodística abundante, desde su época de estudiante de Filosofía en la Universidad de la República, en Montevideo.

Fue colaborador en los Cuadernos de Marcha, en la revista política uruguaya por excelencia, Brecha; en Buenos Aires frecuentó las páginas de publicaciones devenidas en clásicos del periodismo argentino, como Humor, El Porteño, Vera Donna y Crisis, que a principios de los ´70 estaba dirigida, nada menos, que por el escritor Eduardo Galeano; y escribió numerosos artículos en medios europeos y libros, como El racismo de la “democracia” israelí, de 2012, entre otros.

En su faceta de editor, publicó trece números de la revista Futuros del planeta, la sociedad y cada uno; y en el plano académico, formó parte de la Cátedra Libre de Derechos Humanos de la UBA, junto a Osvaldo Bayer.

Luis E. Sabini Fernández. Gentileza Archivo familiar.

Sabini Fernández, sin embargo, prefiere el mote de “analista” al de “experto”. En esta entrevista, explora las razones del conflicto en Palestina, con una mirada histórica que repasa los aspectos políticos y los intereses multinacionales detrás de una espiral de violencia, que transmitida hoy en tiempo real escala las características del genocidio.

Desde tu condición de analista experto sobre esta problemática: ¿Cuál es el abordaje que, a tu criterio, conviene efectuar en términos históricos-políticos y que elementos sugerís considerar y analizar de modo de comprenderla en su complejidad?

Analista vaya y pase, experto de ninguna manera.

En la pregunta está la punta de una respuesta: abordar la historia y reconocer las tonalidades políticas que a lo largo de más de un siglo –que es lo que lleva esta situación– han variado sustancialmente.

¿Cómo interpretás la Declaración de Balfour y su impacto en la población palestina?

Un típico “acuerdo de caballeros”, tan usuales todavía a principios del siglo 20. El canciller del principal imperio de la época, el British Empire, le otorga en documento para la posteridad, público, un “hogar” al judío más rico de la época. Suena un poco bizarro, ¿no?

Y están hablando de un territorio que, gracias al giro de la guerra, los vencedores (ingleses, franceses) le están arrebatando a alemanes y turcos.

De imperios vencedores a imperios perdedores. Y los nuevos poseedores le tiran un cacho de territorio al hombre más rico del mundo de entonces, al parecer como una dádiva pensada para habilitar un presunto regreso (con las investigaciones históricas posteriores, se sabría que no fue estrictamente un regreso de la tribu o la nación invocada).

 ¿Cuál es tu mirada en torno del papel del sionismo como movimiento nacionalista judío en la configuración del conflicto?

Decisivo.

¿En qué sentido es decisivo, que elementos confluyen en lo que denominamos sionismo y que efectos socio-políticos implica su acción en el marco de este drama?

Un nacionalismo explosivo, por sus componentes religioso y político, que entró a la política con mano dura, ya asfixiante en la primera mitad del siglo 20, pero mucho peor ahora, con “la protección” de “el patrón de la vereda”. El sionismo cumple todo un periplo trágico, pretendiéndose inicialmente “movimiento de liberación nacional” y desarrollándose como colonizadores, con todas las taras racistas del colonialismo.

A los bombardeos constantes, Gaza suma la escasez de alimentos, agua y medicamentos.

¿Cuál es tu análisis sobre la Nakba y cómo ha afectado al pueblo palestino?

El pueblo palestino, que no habitaba nación soberana alguna, habitaba precisamente el territorio que el sionismo convirtió en propio, en su hogar, en su propio hogar; primero, a partir de fragmentos históricos que permitían ubicar huellas judías en ese territorio; y luego, ya materialmente, mediante campañas de apropiación territorial, basadas en una enorme disponibilidad financiera. En las últimas décadas del siglo 19 y primeras del 20, la triangulación funcionó grosso modo así: 1. un efendi, dueño latifundista turco radicado en Angora o en Estambul era propietario de tierras en Palestina trabajadas por campesinos sin papeles y, por lo tanto, sin tierras. Un fondo judío para la compra de tierras le ofrecía al latifundista ausente (ausentista) una suma de dinero más que “generosa”. El efendi vendía contento la tierra para convertirse en rentista ahora financiero. Unos sionistas, generalmente jóvenes, recibían la tierra para moshav o kibutz, previo desalojo de los trabajadores agrícolas palestinos que le trabajaban al efendi.

Si los campesinos palestinos, comprensiblemente, no querían abandonar la tierra que laboraban inmemorialmente, el grupete sionista llamaba a la policía (turca, hasta 1918; inglesa desde 1918) y los desalojaba.

Estas situaciones empezaron a enervar la relación entre palestinos islámicos (había también cristianos) y sionistas. No con judíos en general, porque la población judía tradicional (el llamado Antiguo Yishuv) mantuvo por décadas buenas relaciones con los campesinos no judíos.

Hubo así conatos de violencia y violencia generalizada en diversos momentos: 1920, 1929, hasta que, en 1936, habiendo así advertido claramente la población palestina que estaba siendo desplazada, organizaciones de diverso tipo lanzan una huelga violenta con toma de lugares de trabajo, y represión consiguiente de ingleses y sionistas unidos, que tienen centenares de muertos. Pero la población palestina cosechará miles, varios miles de muertos. Y ya entonces, en 1939, la sociedad palestina quedará muy dañada y disminuida.

La Nakba de 1948 no será sino el broche mortuorio a la sociedad palestina, totalmente satelizada por una presentación abrumadora de fuerzas judeo-sionistas, económicas, financieras, educacionales, militares, policiales.

Pero la sociedad palestina, como bien ha descrito el médico noruego Mads Gilbert, ha demostrado una capacidad de resistencia excepcional. La Franja de Gaza está registrada como unos de los territorios agrícolas más antiguos que se conocen. No sabemos si esa enorme tenacidad cultural de lo palestino proviene de tales raíces históricas, si hay un aporte religioso u otros factores; si hasta la misma modalidad de penetración judeo-sionista puede tener alguna significación, pero el juicio de Gilbert es pertinente.

Se suele plantear que la Shoá o el Holocausto (si se me permite emplear ambas categorías como sinónimos, aunque, naturalmente, tienen sus importantes matices) perpetrado por los nazis contra los judíos en la década del ´40 funcionó como piedra de toque para la creación del Estado de Israel; en esta tesitura, y considerando las implicancias inenarrables que tuvo ese acontecimiento ¿cómo pensar el genocidio perpetrado por Israel contra el pueblo palestino?

Apuntás a una cuestión sumamente escabrosa. Consultando fuentes nazis, uno percibe un racismo radical, un odio intenso a los judíos. Y mirando la historia alemana, sabemos que su universo de valores comparte el eurocentrismo, tan característico de Inglaterra y Francia. Cuando los militares del Káiser ocupan (tardíamente) unos pocos territorios africanos, en Namibia, los hereros resisten la apropiación colonial: y son víctimas del primer genocidio del siglo 20.

Pero en Europa, los nazis no lidiarán con negros africanos que despreciaban como casi todo el arco ideológico europeo. A mediados de la década del ’30, quedaban en pie sólo dos organizaciones políticas en las calles alemanas; los socialdemócratas, anarcosindicalistas, comunistas, democristianos habían ido a parar a “los campos de concentración”. Propaganda en las calles sólo había de nazis y sionistas (los judíos no sionistas también podían ir a parar a “los campos”).

Había grandes acuerdos entre el gobierno nazi y los capitalistas judíos, Haavara, mediante los cuales preservaban los capitales judíos logrando expandir las mercancías industriales alemanas (que británicos y estadounidenses deseaban ver languidecer).

Como explica el historiador judío, Benjamín Freedman, la violencia intraeuropea no tenía nada que ver con el colonialismo. Cordell Hull, figura clave del gobierno de Franklin Delano Roosevelt, fue enviado a Europa en 1933 para investigar los llamados campos de prisioneros políticos. Y escribió que los encontró en muy buenas condiciones. Estaban en excelente forma; todos bien tratados. Y llenos de comunistas.

Se consigna que el primer delito de sangre llevado a cabo por los nazis fue reacción y respuesta ante un atentado que un joven judío llevó a cabo ajusticiando a un jerarca nazi. Entonces sobreviene la “noche de los vidrios rotos”, unos cien atentados a viviendas de judíos y sinagogas, que se llevaron a cabo con asesinatos incluidos (¿una docena, una veintena?).

Pero esos recaudos que señala Freedman se perdieron con la entrada en la guerra. No fueron empero, los nazis, ni los primeros, ni probablemente los peores. Una historiografía popular nos permite saber a cualquier ignorante que los nazis asolaron a las ciudades británicas, a Londres en primer lugar, con bombardeos, que arrasaban a civiles, inevitablemente. Con los primeros usos de la aviación militar sobre población civil. Con el antecedente histórico de Guernica, arrasada por Alemania en 1937.

Pero si uno no se guía por la historiografía dominante y lee una pizca más, se entera que los primeros bombardeos entre ingleses y alemanes en la Segunda Guerra Mundial no fueron alemanes sino ingleses. Y que Hitler, les envió reiterados mensajes pidiendo que no se bombardeara ciudades, a civiles cualquiera. Siempre ignorado, finalmente Hitler optó por “pagar con la misma moneda” y ahí, sí, nos enteramos que “aviones nazis bombardeaban poblaciones inglesas indefensas”.

Los Aliados durante la Segunda Guerra Mundial tenían un apabullante sistema mediático a su favor.

El Tercer Reich termina enfrentando un campo aliado que los sextuplica en población, territorios, disponibilidad alimentaria y vaya a saber cuántos elementos más.

Alemania concentra población no afecta y la aprovecha laboralmente para compensar su escasez de mano de obra. Pero muy pronto entra la penuria económica, material. Al Eje le falta comida, redes médicas satisfactorias, incluso medios de transporte.

El trabajo concentrado revela rápidamente su condición de trabajo esclavo. Y la subalimentación aparece con sus secuelas de enfermedades; el tifus empieza a hacer estragos. No en los guardias, todavía con raciones, aunque mínimas, pero sí en los concentrados.

Entiendo que los muertos del nazismo son de dos tipos diferenciables: matados por la violencia política de un régimen autocrático, racista, y muertos por las pésimas condiciones de reclusión.

Al respecto, la decisión de muchos gobiernos, sobre todo europeos, de no admitir investigación sobre “el Holocausto”, dado ya por suficientemente investigado, cuando existen historiadores como Norman Finkelstein, él mismo judío, que escribiera ‘La industria del holocausto’, donde distingue un holocausto con mayúscula y otro con minúscula, me resulta desde el punto de vista del conocimiento histórico, mucho más propio de la religión que de la ciencia.

¿Cómo evalúas el papel de las potencias occidentales en la creación del Estado de Israel y el desplazamiento de los palestinos?

Un papel deplorable. Hay que recordar que el Estado de Israel fue “creado” bajo las auspicios de la flamante ONU, y que la ONU –que borraba de un plumazo a la Sociedad de Naciones bajo la égida británica– conservaba, empero, pese a la fraseología modernizadora, la concepción colonialista; hay que recordar que el reglamento de la flamante ONU fue redactado por el representante sudafricano Jan Smuts, a su vez patrocinador del apartheid sudafricano, fundado precisamente en el mismo año, 1948, en que se funda Israel (Israel y la Unión Sudafricana mantendrán una estrecha relación económica y militar, durante décadas, hasta el crac de la Unión Sudafricana). El colonialismo no molestaba entonces; era el origen de muchísimas naciones “modernas”, como EE.UU.

EE.UU. como “patrón de la vereda”, elegirá celosamente la composición de la comisión internacional que abordará y resolverá la cuestión “palestina”. Habiendo a la sazón diez estados árabes en la ONU, ni uno formará parte de la comisión. Y siendo veinte los estados “latinoamericanos”, tres constituirán la comisión… ¿Hay sesgo o no?

¿Por qué fracasó el Proceso de Paz de Oslo y qué lecciones se pueden derivar de esa experiencia?

Los procesos de paz han fracasado, primero y principal, porque el “llamado” al retorno no admite medias tintas; Israel “necesita” todo el territorio (y en rigor, algo más que esa minúscula superficie, como ya lo ha apuntado la semiocupación de Siria y la reiterada ocupación del sur libanés).

Así como en su momento los palestinos no quisieron ceder lo que los mandos imperiales entregaban al sionismo, el sionismo tampoco tiene el menor interés de abandonar tierras sagradas, que luchan por “redimir”, no perderlas. Los abordajes místicos, absolutizadores, sagrados, tampoco facilitan el tratamiento de la cuestión.

El 13 de septiembre de 1993, el primer ministro israelí, Isaac Rabin, y el líder palestino Yaser Arafat, estrecharon sus manos frente a la Casa Blanca, frente al presidente Bill Clinton, producto de los acuerdos de Oslo.

¿Cómo pueden los palestinos superar sus divisiones internas para presentar un frente unido en las negociaciones con Israel?

Sería una cuestión que compete a las diversas organizaciones. Si conseguir coincidencias entre religiosos y escépticos o laicos, ya es un problema en cualquier situación (como lo demuestra el mismo Estado de Israel), la traba principal en Palestina es la omnipresencia avasallante del Estado de Israel y sus redes dedicadas a “usar” todos los factores en juego en su propio beneficio (entregar fondos a Hamás para perjudicar el papel de Al Fatah, entregar fondos a la ANP[1] para instrumentalizarla a su servicio de modo tal que, por ejemplo, la policía palestina funcione regulando las acciones palestinas y no moderando las incursiones israelíes). No es con frentes unidos que se vence una ocupación indigna e injusta. Se vence cuando esa ocupación se debilita. Cuando pierde legitimidad.

¿Cuál es el papel que ha venido teniendo y tiene la comunidad internacional en torno del conflicto?

En primer lugar, no hay “comunidad internacional”. En todo caso, comunidades, más o menos ligadas entre sí. Hay un “mundo occidental” que engloba a países europeo-occidentales y países americanos, norte, centro y sudamericanos y los de la región australiana; están los países del sur asiático que no son un único mundo, y lo mismo los africanos. Los europeos en general, como los americanos, han acompañado a Israel; los asiáticos han mostrado más bien afinidad con lo palestino. Eso tiene que ver con el grado de colonización que han sufrido en sus respectivas historias nacionales o regionales; los países americanos han sido casi todos ellos “rematrizados” desde la Europa colonial y expansiva, y se nota esa impronta. Y de tales regiones tal vez provenga la mayor complicidad con Israel, pero aun en ese caso, el genocidio en marcha, a cara descubierta, ha despertado reacciones solidarias bastante netas en, algunos casos desde gobiernos y estados, por ejemplo, Colombia, Chile, y los previsibles, Cuba o Venezuela. Pero, aunque no se cuente con apoyo estatal ni político, en países como Uruguay o en los mismos EE.UU. se verifica el apoyo a palestinos. Lo mismo se ha observado en sociedades europeas, como la noruega o la española.

¿Cómo evalúas el papel de las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales en la búsqueda de una solución pacífica?

Papel mojado. Desde su fundación, la ONU expresó una nueva constelación de poder. A diferencia de lo acontecido en la modernidad reciente, Europa perdió el protagonismo y sus formaciones nacionales imperiales fueron desplazadas por una nueva constelación con eje en EE.UU. La ONU data de 1945. Y sus primeros escritos fundacionales, hablan en contra del concepto de soberanía nacional. La dirección política estadounidense se sentía llamada a orientar y dirigir al mundo entero.

Tuvo algunas dificultades que desdibujaron ese diseño inicial: a) La URSS (Unión Soviética) fue el primer convidado de piedra. Pero había un nudo interior de la propia sociedad estadounidense. Su élite fundacional, autodenominada WASP, durante la década del ’30 al menos, venía siendo desafiada, cuestionada, por otro poder interior, menos visible racialmente, pero muy nítido y neto comunicacionalmente: la dirigencia judía.

Alguna recién llegada, como el caso paradigmático de Ayn Rand, pero otros de sus conspicuos integrantes, establecidos de larga data. Con un rasgo característico: eran judíos, pero no sionistas (al menos mayoritariamente).

De las siete empresas cinematográficas que constituían una herramienta cultural y configuradora fundamental, seis eran de propiedad judía. El principal diario de todo el país: el New York Times era editado por y propiedad de un judío.

En la banca había una enorme sobrerrepresentación judía. Cuando finalmente en 1913, se establece una suerte de banca o banco central de EE.UU.; la Reserva Federal fue constituida por los diez bancos mayores de ese país, ya enorme. La capacidad de decisión de la comunidad judía será insoslayable, propietarios de buena parte de los grandes bancos.

Desde 1945, se observa un desplazamiento creciente en la comunidad judía hacia el sionismo. Resortes fundamentales del estado federal norteamericano irán a las manos de la comunidad judía, cada vez más crecientemente sionista.

Los judíos referentes ya no serán intelectuales, como David Freedman o Adolph Ochs. Y el peso de los lobbies judíos empieza a ser decisivo. Por ejemplo, cuando se decide organizar un juicio a los perdedores de la Segunda Guerra Mundial, en Nuremberg (la misma ciudad desde la que, diez años antes, el nazismo había establecido el corpus legal para proceder a la separación de sangres entre “arios” y “semitas”). [2]

¿Qué escenarios vislumbrás para el futuro del conflicto palestino-israelí?

Siempre he sido francamente refractario a toda profecía. Y no me refiero sólo a las bíblicas, deificadas. Me refiero incluso y más bien, a las formuladas con pretensiones científicas. Que han sido las más de las veces, penosamente falsas. Las presuntuosas tesis del marxismo, por ejemplo. Es particularmente difícil desentrañar claves de nuestro tiempo, porque la realidad, junto con la tecnología, se ha ido complejizando y el juego de espejos se ha desarrollado de un modo diría, monstruoso, carente de crecimiento “armónico”.

‘Dios nos salve de los salvadores que aquí los salvados son los únicos sacrificados y los salvadores los únicos que se salvan’.

Nuestras visiones del mundo, sobrepuestas o en conflicto con visiones trascendentes, inficionadas desde dios o un ser “superior” o ajeno, complican aún más el cuadro.

Pero algunas cosas vamos teniendo claras. Israel, tal vez como toda configuración de poder absoluto, establece todo su discurso, todo discurso, sobre la mentira. Mienten en todo. Y no me refiero a cosas incomprobables como algunas “verdades bíblicas”. Me refiero a que los bebes horneados no existen, las mujeres con pechos arrancados no existen, pero sí existen rateros en el Ejército más moral del mundo. Y no sólo rateros. Sádicos, aprovechadores, asesinos a sangre fría., perjuros, mentirosos contumaces.

Mientras no generemos una masa crítica, a nivel internacional, mundial, que resista con coraje cívico los atropellos, que llame a las cosas por su nombre, que genere una conciencia judicial para poner en vereda a los múltiples delincuentes. que ni siquiera hace falta comprobar los delitos porque están tan “sobrados” que se confiesan solos. Como Ben Gvir, que cuando se le pregunta por la (pésima) comida para presos palestinos, exclama totalmente poseído: “¡Qué comida, ni desayuno ni pan; bala, ¡hay que darles bala!”.

¿Qué condiciones son necesarias para lograr una paz justa y duradera?

Condiciones que no se pueden ver más remotas. Psíquicas, políticas, éticas. Tengo para mí, que antes bien, estamos alejándonos de ese tipo de condiciones; el éxito de los Mileis y Trumps, Netanyahus y Starmers, no nos permite ser optimistas.

¿Qué papel pueden jugar la sociedad civil, los movimientos sociales y la solidaridad internacional en la búsqueda de una solución pacífica?

En rigor, es sólo desde esos sitios o lugares que podría surgir algo. Lo que estamos viendo con las marchas solidarias por Gaza, condenando la política, fría, asesina, genocida, de varios conspicuos representantes políticos, es que ni siquiera cuando estas solidaridades se encarnan en mayorías, logran torcer el rumbo. Recordemos en 2003, cuando decenas de millones de ciudadanos y habitantes de varios países europeos y probablemente americanos, africanos y asiáticos, repudiaron el intervencionismo de EE.UU y sus dilectos aliados. La intervención, mortal, arrasadora, se hizo igual, aunque se demostrara entonces que no había “armas de destrucción masiva” y que las pruebas respectivas estaban fraguadas.  

Es una relación muy desigual la del enfrentamiento con los aparatos institucionales.

Las manifestaciones a favor de Palestina y por el fin de la ocupación israelí se multiplican en todo el mundo.

En uno de tus últimos artículos “Normalización de lo inormalizable” nos recordás que “el conflicto palestino-israelí es el más largo de nuestro presente, de nuestra contemporaneidad; tiene casi siglo y medio…”. A tu juicio: ¿qué implicancias tiene la concepción “supremacista” enarbolada por elementos sionistas principalmente, con apoyos políticos a escala global y de sectores de la población israelí, en la dilatación y exacerbación de las hostilidades hacia la población palestina?

Es precisamente la ideología supremacista la que mueve y mantiene este tipo de proyectos. Como en su momento los del British Empire, que lograron imperar en los siete mares. Pero no fueron sólo de los británicos, aunque ése fue el más extendido. Fue el de los europeos en general, derramándose y adueñándose de territorios y población en otros continentes. Cuando los hereros, en la actual Namibia, no aceptaron “aminorarse” ante los imperiales del Káiser, los militares alemanes produjeron lo que se considera el primer genocidio del siglo 20: 1902.

La actitud ante los “locatarios”, revela supremacismo, que siempre contiene desprecio hacia tales habitantes y consiguientemente autoindulgencia para tratarlos “como sea necesario”. La muerte, así, es la educación suprema del “civilizador”. No cualquier muerte; que todos somos mortales. Muerte a palos, a tiros, a golpes, o mediante privaciones. La Franja es Gaza es ejemplo paradigmático.

En tu último artículo “Panorama planetario y foco en Gaza”, expresás: “…cuando el sionismo inicia el despojo por apropiación del territorio palestino, encontrará resistencia. Social. Pero no militar ni política. Pero Israel irá reconfigurando la resistencia como escenario de combate, inventa un adversario; mejor dicho, un enemigo ideológico y político a quien trata como enemigo de guerra”. ¿Cómo es posible concretar tamaña operación sin reparar en las consecuencias ético-políticas que esto implicó e implica, sin recurrir a patrañas, exégesis político-religiosas u apoyos políticos que soslayan los más fundamentales acuerdos internacionales en materia de DDHH y el sentido común más elemental de comprender que cuando se daña a otro me daño a mí?

Para el proyecto colonial todas tus preguntas están de más. A lo sumo, se definirán por “el progreso”, las “virtudes del desarrollo” e incluso adoptarán una posición de sacrificio voluntario; aquello de “la carga del hombre blanco”, dedicada a portar la luz (del jardín) a las tinieblas (de la selva).

Cuando lo ideológico otorga ventajas, a veces enormes, se hace particularmente más arduo desembarazarse de ese “escudo” tan gratificador.

¿Qué mensaje te parece importante compartir, desde tu postura de analista crítico y sistemático del conflicto, sobre la posibilidad y necesidad de bregar por una solución justa y duradera?

Aprender a ver cómo el mal institucional se presenta tan a menudo travestido en bien. Rechazar las falsas soluciones del supremacismo (desprecio incluido), del racismo, de la “misión-civilizadora-del-colonialismo -y-el-progreso.

Y aprender a pensar. Y a discernir. Y a ver. Si ves prisioneros macilentos, inducís cómo han sido tratados; si ves prisioneros en buen estado de salud, contentos, también inducís cómo han sido tratados; si saludan afectuosamente a sus custodios, también podés inducir algo. Y no dejarte llevar del hocico.

 

* Alexis Rasftopolo: doctor en Comunicación Social, articulista. Docente. Miembro del Comité organizador de la Cátedra Libre Eduardo Galeano – Helena Villagra de la Universidad Nacional de Misiones (Unam).

[1] Autoridad Nacional Palestina.

[2]  Una separación que también le interesaba particularmente a los judíos, que distará de ser tan radical como se propagaba. Por ejemplo, respecto de la condición de militar, se rechazarán alemanes con 4 o 3 abuelos judíos; se incorporarán al ejército aquellos que no tengan abuelos judíos o quienes tengan uno o hasta dos. El ejército del Tercer Reich contará así durante la IIGM con una considerable cantidad de soldados con dos abuelos judíos y hasta oficiales de alta graduación y relevantes en la lucha, con un abuelo judío. Compárese estas “purezas” de sangre con la vigente en Israel.

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Murió el ex presidente de Uruguay Pepe Mujica a sus 89 años

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A sus 89 años, falleció este martes José “Pepe” Mujica, ex presidente de Uruguay (2010-2015), luego de que su salud se deteriorara como consecuencia de la lucha contra el cáncer.

“Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica”, informó en sus redes sociales el presidente uruguayo, Yamandú Orsi.

En esa línea, el primer mandatario le dedicó unas palabras de despedida al líder popular: “Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho Viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo”.

El pasado 9 de enero, Mujica anunció el empeoramiento de su salud cuando hizo pública la extensión del cáncer de esófago que enfrentó durante el 2024 hacia el hígado. “Me estoy muriendo”, contó en ese momento, cuando además pidió que lo dejaran transitar tranquilo la última etapa de vida: “El guerrero tiene derecho a su descanso”.

Pepe Mujica fue el histórico líder del Movimiento de Participación Popular (MPP) de Uruguay. Participó activamente de la última campaña electoral en el país el año pasado, que resultó con una victoria histórica para su espacio y convirtió a Orsi en presidente, desplazando del poder a Luis Lacalle Pou.

Su estilo de vida, vivía en su pequeña chacra, conducía un viejo Volkswagen “escarabajo” y donaba gran parte de su salario, le valió el apodo de “el presidente más pobre del mundo”.

Mujica murió este martes en su chacra de Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo. El domingo, día de las elecciones departamentales en Uruguay, no había podido ir a votar.

Tras conocerse la noticia de su fallecimiento, el Frente Amplio, el cual integra el MPP, lo despidió con un emotivo video. “Hoy despedimos a un hombre, pero abrazamos una historia que nos marcará para siempre. Nos recordó que la política no es un cargo, sino una causa”, expresaron desde el espacio político en su posteo.

Y continuaron: “Que se puede vivir con poco y hacer mucho. Que la humildad, cuando es verdadera, puede ser revolucionaria”.

“Este homenaje es para agradecer lo que dejó en nosotros. Porque cuando un pueblo reconoce a uno de los suyos, vivirá siempre en cada uno de nosotros. Gracias, Pepe. Frente Amplio”, cierra la publicación.

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La tumba del Papa: mármol de Liguria y la sola inscripción de “Franciscus”

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Papa

El Vaticano dio detalles este jueves de la tumba que albergará el féretro de madera e interior de zinc del papa Francisco, cuyo sepelio está previsto para el sábado en la Basílica de Santa María la Mayor, donde el pontífice argentino pidió descansar, al cabo del rito funerario en la Plaza San Pedro de El Vaticano, del que participarán líderes políticos de diversos países del mundo, entre los que se cuenta al presidente Javier Milei.

Según la información de la Santa Sede, la tumba está hecha de mármol de Liguria, una piedra natural de la región de La Spezia, en esa región de Italia, muy utilizada en esculturas y en la construcción de edificios, particularmente de templos católicos.

Tal como dispuso el Papa jesuita argentino en su testamento, el sepulcro llevará la única inscripción de “FRANCISCUS” y una reproducción en plata de su cruz pectoral, con la imagen del Buen Pastor.

El Vaticano informó que la tumba fue dispuesta en el nicho de la nave lateral, entre la Capilla Paulina, la Capilla de la Salus Populi Romani y la Capilla Sforza de la Basílica de Santa María la Mayor, cerca del Altar de San Francisco y donde está la imagen de la Virgen María favorita de Jorge Bergoglio, a quien le tenía una particular devoción.

La prensa especializada destaca el hecho de que el sepelio del papa Francisco, será el primero de un pontífice fuera del Vaticano, desde León XIII en 1903.

Paso de hombre

La Santa Sede informó, asimismo, que el cortejo fúnebre del sábado recorrerá el trayecto de seis kilómetros desde la Basílica de San Pedro hasta Santa María la Mayor, “a paso de hombre, para permitir el saludo” de la gente.

Según adelantó el director de la oficina de prensa del Vaticano, Matteo Bruni, habrá una transmisión televisiva en directo del cortejo, que se interrumpirá en la entrada de la basílica, dado el carácter privado del entierro.

Bruni adelantó que se instalarán pantallas gigantes en la plaza Santa María la Mayor y, detrás de ella, en la plaza del Esquilino, y que un grupo de peregrinos pobres recibirá el cuerpo del Papa frente a la basílica.

“Los pobres tienen un lugar privilegiado en el corazón de Dios, así también en el corazón y en el Magisterio del Santo Padre, que eligió el nombre de Francisco para no olvidarlos jamás”, señaló el Vaticano en un comunicado y señaló que la tumba de Francisco podrá visitarse desde el domingo, un día después del funeral.

 

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