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Roberto Edgar: “Me enteré que murió mamá por un vecino que miraba Crónica”

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La dura historia de Roberto Edgar, de Volcán: “Me enteré de la muerte de mi mamá por un vecino que estaba mirando Crónica”

IGUAZÚ. Cuando todavía disfrutaba del grupo tropical, un trágico accidente automovilístico lo sumergió en una tristeza que, según creyó por entonces, iba a durar poco tiempo. Y terminó extendiéndose demasiado: el cantante hasta pensó en quitarse la vida.

Pero con la fuerza de voluntad propia, el amor de los suyos y la fe en Dios, salió adelante. Roberto Edgar (41) es oriundo de Puerto Iguazú, Misiones, pero desde que cumplió los 17 años vive en Buenos Aires, donde caminó firme hasta convertirse en el ídolo de la música tropical.

Tenía una mochila cargada de sueños pero no tenía dinero, y así vino a la gran ciudad. Y de un día para otro, lo tenía todo. No podía ser posible. Y… “Me la creí totalmente”, confiesa hoy el cantante, recordando todo lo que sucedió allá por 1996, cuando Volcán -la banda que lideraba- había instalado Esa malvada como un hit del universo cumbiero.

Pero en 1999 su historia de vida dio un vuelco inesperado. En un mismo accidente automovilístico Roberto perdió a su madre y a su productor. Aquel fatídico hecho lo sumergió en una depresión de cinco años, tiempo en que estuvo alejado de la música y de cualquier escenario.

Ahora, ya recuperado, puede hablar de todo aquello. Y es hora de leerlo. Desde hace 25 años estás en la música. ¿Seguís con la misma pasión? —Sí. Se disfruta de otra manera porque me agarra con 41 años. Después de 22 años volvimos a juntarnos con la banda, y me propuse disfrutar segundo a segundo porque el momento del éxito nos tocó cuando eramos muy chiquitos, eramos adolescentes, menores de edad, teníamos entre 16 y 17 años. Y la verdad que sucedió todo tan rápido que en un momento nos encontramos en Estados Unidos…
¿No estabas preparado?

—Qué buena pregunta. Creo que no… Soñaba. Siempre uno sueña con cosas grandes, pero jamás pensé que podía llegar tan lejos, tan lejos… Vengo de una familia humilde. A los 8 años arranqué a tocar y a cantar con mis tíos en una banda de barrio. Y con ser conocido en el pueblo yo ya estaba conforme. Pero quería grabar mi disco, quería estar en la tele.

—¿Te ibas a dormir soñando eso?

—Creo que lo cansé a Dios pidiéndole todos los días eso: ser reconocido musicalmente, tener una carrera artística. Hasta que se dio en el primer viaje a Buenos Aires, en febrero del 94. Me encontré con una gran ciudad: para mí era llegar a Hollywood o a Nueva York porque jamás había viajado más de 300 kilómetros adentro de mi provincia, la distancia que hay de Iguazú a Posadas, la capital. Y llegué a esta gran ciudad desde el Interior. Me presenté en un casting que hacia la producción de Pasión de sábado. Llego y me dicen: “¿Tenés un cassette?”.

—¿Como fue pasar de no tener nada en Misiones a de repente ser conocido, tener fans que te pidan autógrafos?

—Es muy difícil porque a esa edad uno está aprendiendo, transitando los primeros momentos. Y me he equivocado muchas veces.
—¿Por ejemplo?

—En creer que eso nunca se iba a terminar, que iba a durar para toda la vida y que yo era el único. Y que iba a estar para siempre en ese momento. Y después que pasó todo esto, uno se da cuenta que nada…

—¿Fue fuerte bajar de ese éxito?

—Fue muy fuerte pero no por el tema del éxito, sino porque a mí me tocado vivir un momento muy difícil con mi mamá. Fue el 19 de junio de 99. Ahora se van a cumplir 20 años. Mi madre viaja a Mar del Plata junto con su marido y con mi productor (Roberto Fontana), con la prima de Fontana y la hermana a Mar del Plata. Yo tocaba esa noche en Chacabuc. Y de repente, 10:30 de la noche hablo con ellos. Y hay un accidente en la Ruta 2, a la altura de Coronel Vidal: mueren cinco personas, las cinco personas que viajaban ahí; y ahí estaba mi madre. Y se me termina de derrumbar todo el castillo…

—¿Cómo te enterás?

—Se entera mi mánager, que estaba conmigo, porque vino un vecino del pueblo de Chacabuco que estaba mirando Crónica. Me dejaron subir al escenario; cuando bajé, me contaron. Y yo iba a viajar (a Buenos Aires) en el motorhome donde hacíamos la gira, pero era lento para mí porque iba a 90, 100 kilómetros por hora. Me bajo del micro y salgo a correr por las calles de Chacabuco buscando una comisaria, alguien que me lleve. La cuestión es que me tomo un remise y me vengo para Capital. Fue un muy duro todo eso porque dije: “¿Qué me puede durar, un año, dos año? Y después, aprender a vivir con el dolor”. Y no, fue mucho más, fueron cinco años de depresión.

—¿Cómo fueron esos años?

—No quería vivir más: tomé la decisión de quitarme la vida. Vivía sobre avenida Cabildo: la idea era tirarme de la terraza del edificio donde vivía. Y bueno… me quedaron dos hermanitos, uno de cuatro años y otro de siete.

—¿Llegaste a asomarte a la cornisa?

—No. Agarré el picaporte del departamento, lo giré, ya había tomado la decisión. “Voy a salir, voy a subir”. Pero empecé a pensar que tenía que criar a mis hermanos, que mi mamá siempre tenía esperanzas por mí, que yo ayudaba a mi familia. Y en ese momento dije: “No, no puedo”. Me arrodillé y empecé a orar y a pedirle que me dé fuerzas. Y por suerte pude salir.

—Pero esos días previos, ¿cómo eran, qué sentías?

—Sentía que no estaba viviendo, que estaba muerto en vida, y no dormía durante mucho tiempo: los primeros tres meses no pude dormir. Después de eso Pepe Parada se hace cargo de mi representación, reúne a todos mis amigos y les dice: “Chicos, Roberto tiene dos alternativas a partir de ahora, el alcohol y la droga. Este chico no termina bien por cómo está. Así que yo lo único que les quiero pedir es que lo cuiden, que traten de ayudarlo a salir porque para mí no…”. Yo no me quiero imaginar cómo Pepe me veía en ese momento. Un tipo con mucha experiencia de vida, y le dijo eso a mis amigos.

—¿Y estabas metido en el alcohol y las drogas?

—No, para nada. Es más, no tomaba alcohol cuando estaba con Volcán, y tampoco ningún tipo de drogas.

¿Qué te hizo salir adelante?

—Mis hermanos, la familia. Fue muy duro: me aparté de la música, me puse un bar en Palermo Hollywood, me compré una limusina, trataba de hacer cosas para no pensar. Me compré una isla de edición y editaba los programas de Georgina (Barbarossa) en ese momento. Me puse un boliche en Iguazú. Pero te imaginás que esas cosas no me llenaban para nada: me podían dar el oro del mundo y en ese momento yo…

—¿Empezaste a tenerle miedo a la muerte?

—Sí, totalmente. Creo que me duró mucho tiempo porque no tuve y no quise una ayuda profesional. Fui a un psicólogo, a un psiquiatra, pero no me convencían. Con una ayuda profesional quizás hubiese salido más rápido. Cuando uno está arriba tenés un millón de amigos, y a mí me encantaba tener amigos que me acompañen, inclusive en mi departamento, venían 10, 15 amigos, antes de las giras, después, salíamos todos los días. Y cuando necesité, mire al costado y no había nadie. Se quedó uno que hubiese preferido que no se quedara porque después me terminó traicionando.

—¿Y cuándo se terminó toda esta angustia?

—No me recuerdo la fecha exacta, pero sí me acuerdo que despierto un día… En esos cinco años no era claro para mí el ambiente, el aire, como que veía todo nublado, y ese día desperté y es como que estaba empañado el vidrio y se limpió. No sé cómo explicarte con palabras, pero eso fue lo que me sucedió, después de cinco años.

—Y después de un tiempo apareció el amor.

—Sí: hoy estoy en pareja con Jenifer, mi compañera desde hace ya nueve años. Vuelvo a vivir a Misiones porque allá el ritmo de vida es muy diferente. Y la conocía a ella, que es de Puerto Esperanza, a 50 kilómetros de las Cataratas de Iguazú. Y me aferré mucho a Dios. Cuando arrancó el cambio no tenía mucha importancia lo material, para mí ya pasaba a un segundo plano si tenía plata o no tenía: antes usaba reloj de oro, anillos, cadenas, y hoy no tengo anillos, salvo el anillo que me voy a poner ahora cuando me case, porque la idea es casarme. Jamás pensé que podía ser fiel. Yo siempre dije: yo no me quiero casar, nunca me quiero casar, como la canción.

—¿No creías en el amor?

—No, la vida que hacía para mí estaba muy bien…

—¿Era una vida de soltero descontrolada?

—Sí, de estar con una, estar con otra. Me encantaba y la pasaba muy bien. Y creí que ese iba a ser mi vida así. Y cuando encuentro a esta persona, puedo decir que soy un hombre fiel a mi pareja 100 por 100.

—¿Rezás muchas veces al día?

—Durante el día, en el momento de bendecir la mesa, antes de acostarme. Nosotros acostumbramos a orar de rodillas y hoy tengo a mi hermano atravesando un momento muy difícil: le detectaron leucemia hace 20 días. Pero estamos con mucha fe. Yo creo que es un propósito de Dios. El tiempo es de Dios y es todo a voluntad de Él, y más si estamos en manos de Él. Yo creo que mi hermano va a salir. Tiene 23 años.

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Párroco de Apóstoles y el despido de una secretaria: “Nos genera un déficit”

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párroco alejandro cañete apóstoles

Tras el revuelo que se generó por el despido de una trabajadora con 29 años de antigüedad en la iglesia San Pedro y San Pablo de Apóstoles, el párroco encargado de dicha institución religiosa respondió los señalamientos de la comunidad y alegó que la decisión se dio en consenso con el obispado de Posadas y obedeció a cuestiones de recorte presupuestario.

“Nosotros, en primer lugar, jurídicamente no echamos a nadie: prescindimos de sus servicios, canonizando la ley civil. La iglesia tiene derecho propio pero sigue la ley civil”, postuló desde un principio Alejandro Cañete, el párroco apuntado por el despido de Roxanna Gerega, decisión recientemente tomada, generando el repudio de un grupo de feligreses.

El padre Cañete se refirió al asunto este jueves durante una entrevista con Radio República y argumentó la decisión: “Yo de alguna manera tuve que hacer un discernimiento sobre la situación económica de la parroquia. Tengo dos personales que me generan mucho dinero, mucha inversión por tantos años de trabajo y, como todos saben, la iglesia también va sufriendo un desgaste económico como todo el Estado, que viene sufriendo recortes de presupuesto”.

Sobre Gerega, puntualmente, indicó que “es una persona que está cobrando el 60% de su sueldo por antigüedad y es mucho dinero para la parroquia. Nos genera un déficit tremendo”.

Y en la continuidad de la conversación le puso números a la cuestión: “Yo no le puedo seguir pagando a la señora. Tengo que desembolsar entre Roxanna y la otra señora que trabaja 1.600.000 pesos, más la Afip da 2.500.000 pesos, cuando la colecta de la parroquia da 500.000 o 600.000 pesos por semana. Entonces, no llegamos”.

“La realidad es esta. Lo que me tocó hacer es sentarme como lo haría un papá o una mamá a ver en qué se puede gastar y en qué no se puede gastar”, ilustró.

Indemnización y superávit

De igual manera, Cañete afirmó que a Gerega se le respetarán todos sus derechos laborales, lo cual incluye una indemnización que le calculó en 33 millones de pesos.

“Esos 33 millones de pesos que le tengo que indemnizar me genera un déficit, pero de acá a cuatro meses tengo un superávit y en ocho meses tengo un superávit de 50 millones de pesos, con lo cual yo puedo manejarme de otra manera. Tengo 26 capillas, no solo la parroquia”, diagramó.

Sobre los señalamientos que calificaron la medida como “arbitraria”, el párroco explicó que “el obispo (Juan Martínez) es el responsable primero de la diócesis y de esta persona que está ligado al obispado de Posadas. Yo como cura párroco no puedo prescindir de nadie sin antes haberlo conversado ni haber hecho trámites con el obispo. Sobre la arbitrariedad no es así porque el obispo tiene conocimiento total sobre la decisión que se tomó”.

En una nota que los feligreses en desacuerdo con la medida enviaron al obispo Juan Martínez de Posadas resaltaron la labor de Gerega, destacando su rol servicial en la parroquia.

Sobre eso, Cañete también se refirió: “Hoy yo no tengo problema para atender la parroquia. Ella venía a trabajar y cumplía su horario, pero en ese horario puedo estar yo también. No me genera una situación que no hay nadie que atienda la parroquia”.

Vecinos reclaman por el despido de una secretaria en parroquia de Apóstoles

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Ex pacientes y personal de salud se movilizaron por el Garrahan en Posadas

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Integrantes del colectivo Misiones con el Garrahan, integrado por ex pacientes, profesionales de la salud en funciones y jubilados, y referentes de distintas organizaciones sociales y políticas, se concentraron en la Plaza 9 de Julio de Posadas para visibilizar su apoyo y solidaridad con el nosocomio que hace meses atraviesa una fuerte crisis presupuestaria. 

Fundado en el año 1987 para la atención de niños, niñas y adolescentes de todo el país, el Garrahan logró consolidarse como el principal centro de atención médica pediátrica de Argentina, con reconocimiento a nivel internacional, contando con prestigiosos profesionales, atención basada en cuidados progresivos y equipamiento de última generación. 

“Decidimos concentrarnos hoy en Posadas con ex pacientes, familiares de ex pacientes y personal de salud. En primer lugar porque el Garrahan es el hospital emblemático de la salud pediátrica en el país y es de alta complejidad, siendo el único en Latinoamérica con estas características”, destacó Raquel Osorio, docente de la Escuela de Enfermería, en diálogo con La Voz de Misiones.

“Lamentablemente hace varios meses está atravesando un proceso de desmantelamiento, el mismo que estamos sufriendo las universidades y distintos sectores públicos con personal que llevan años de formación. Por eso ellos están peleando, porque se han formado en ese hospital con residencias e incluso integrando equipos especializados en distintas patologías o eventos de salud. Hoy el gobierno dice que no tienen plata y le bajan de residentes a becarios para sacarle sus derechos laborales y ponen a un interventor que seguramente se lleva un sueldo con muchísimos ceros”, concluyó Osorio.

Ex pacientes del Garrahan y familiares defendieron al nosocomio desde la Plaza 9 de Julio de Posadas

De esta manera, por primera vez, el colectivo Misiones con el Garrahan se pronunció contra los recortes presupuestarios al sector público y repudió los “descuentos realizados por salud pública en Misiones a quienes adhieren a los paros enmarcados en mejoras laborales y salariales”.

Simultáneamente recordaron el irrisorio descuento de $560.678, al sueldo del mes de mayo, a un técnico ayudante de laboratorio que presta servicio en el Hospital Dr. Pedro Baliña de Posadas.

“Es fundamental defender la salud pública y garantizar el acceso a la atención médica de calidad para todos”, remarcaron los manifestantes que decidieron movilizarse en la capital provincial en consonancia con la marcha realizada en Buenos Aires, hacia Plaza de Mayo en la jornada de hoy. 

“Hoy defendemos el Garrahan porque es un orgullo para el país. Y de Misiones se atendieron muchos pacientes. Yo personalmente me atendí cuando era chica. Pero más allá de lo anecdótico de lo que le pueda pasar a cada uno, lo del Garrahan es una radiografía de lo que pasa en todo el país, no solamente a nivel nacional, sino también en Misiones con un ajuste brutal en varios sectores”, sostuvo Jazmín Kinder consultada por este medio. 

Con el objetivo de hacer extensivas las próximas convocatorias, el colectivo Misiones con el Garrahan invita a la comunidad a sumarse a través de su cuenta en Instagram

La atención en cifras

Históricamente el hospital Ramón Madariaga y el Instituto Misionero del Cáncer, además de los distintos centros de salud privados ubicados en la geografía provincial, fueron puntos de derivación de pacientes hacia el Garrahan, donde brindan una atención más integral. 

Según un informe publicado semanas atrás por el diario El Territorio, el año pasado 348 niños misioneros estuvieron internados en ese nosocomio por distintas afecciones y 4.512 pasaron por sus consultorios externos.

El mismo relevamiento indica que esta provincia fue la quinta del país con chicos en internación, después de Buenos Aires (17.903), Entre Ríos (516), Corrientes (432) y Chaco (364) y la sexta en lo que se refiere a atención en consultorios externos, antecedida por Buenos Aires (291.372), Entre Ríos (8.350), Santiago del Estero (5.315), Corrientes (5.143) y Chaco (4.573). 

Los carteles en apoyo al Garrahan, desde Posadas, graficaron historias personales que marcaron vidas para siempre

Un reclamo nacional

En la tarde de hoy, miles de trabajadores médicos del Garrahan se movilizaron en el centro de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, acompañados por diferentes gremios y asociaciones vinculadas al nosocomio, con el objetivo de visibilizar la situación que están atravesando, en el marco de una fuerte crisis económica por desfinanciamiento. Al mismo tiempo, solicitaron aumentos salariales y mejores condiciones laborales

Desde la Asociación de Profesionales y Técnicos del Hospital junto a la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), expresaron que el incremento propuesto por el Gobierno no cubre las necesidades del personal sanitario.

Los salarios actuales están por debajo de la canasta básica”, aseguraron y reclamaron pase a planta permanente para trabajadores contratados bajo modalidades precarias.

Por su parte, los médicos residentes del Garrahan advirtieron sobre su situación particular: señalaron la sobrecarga de tareas, la extensión de las jornadas y la falta de reconocimiento acorde a su formación y responsabilidades.

Trabajadores de Salud denuncian descuentos: “Me sacaron $560.678 del sueldo”

 

 

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Volvió el frío y habrá mínimas de un dígito hasta el fin de semana en Misiones

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En la madrugada de hoy volvieron a sentirse las temperaturas mínimas de un dígito en varios puntos de la geografía provincial, con 6º en San Pedro y 9º en Posadas. Esta ola de frío se mantendrá hasta el domingo, para luego volver a mínimas de 13º y máximas de hasta 26º.

Según datos brindados por la Dirección General de Alerta Temprana, para la jornada de este jueves la nubosidad cubrirá gran parte de la provincia. Mientras que, en ciertos sectores, el paso de un frente frío débil asociado a un área de baja presión desarrollaría lluvias de baja intensidad acumulando entre 2 y 20 milímetros. 

La temperatura máxima en la provincia será de 20°C en Puerto Iguazú y la mínima de 6° en San Pedro, en horas de la noche, con sensación térmica de 4 °C.

Posibles heladas

El viernes la jornada comenzará fría por la mañana, volviéndose más templada a medida que avance la tarde. La influencia de una masa de aire frío y seco ganará protagonismo, anticipando un amanecer con viento en calma y cielo despejado. 

En áreas bajas y próximas a riberas podrían presentarse heladas puntuales. Las temperaturas irán en ascenso paulatinamente y no se esperan precipitaciones. 

La temperatura máxima en la provincia será de 19° en Puerto Iguazú y la mínima de 5° en Bernardo de Irigoyen, con una sensación térmica de 3°.

Vuelve el sol 

Para el sábado se prevén condiciones de mucho sol, estabilidad atmosférica y continuará frío por la mañana con rápido ascenso de las temperaturas durante la tarde.

La temperatura máxima en la provincia será de 23° en Puerto Iguazú y la mínima de 7 ° en San Vicente, con una sensación térmica de 5°.  

Para el inicio de la semana próxima, se espera que la temperatura mínima ascienda a 13º y la máxima ronde los 26º.

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